Sei sulla pagina 1di 29
ARTE E ILUSION ESTUDIO SOBRE LA PSICOLOGIA DE LA REPRESENTACION PICTORICA (con 320 ilustraciones) E. H. GOMBRICH DEBATE Iluscracién de cubierta: Catarata 3 (deralle), emulsién sobre tela, Bridget Riley, 1967. British Council Collection (foro cortesia de Ia Galerfa Mayor Rowan, Londres) Primera edicién en esta editorial: abril 1998 Versién castellana de Gabriel Ferrater Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizaci6n esctita del ticular del copyrighs, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio 0 procedimiento, comprendidas la reprografia y el tratamiento informatico, y la distribucién de ejemplares de ella, mediante alquiler © préstamo pablico. ‘Tieulo original: Ave and Illusion, A Study in the Psychology of Pictorial Representation © 1959 by the Trustees of the National Gallery of Are ‘Washingron D.C. (The A. W. Mellon Lectures in the Fine Arts 1956) © Dela traduccién, Phaidon Press Limited De la edicidn castellana, Editorial Debate, S. A, O'Donnell, 19, 28009 Madrid. 1997 Publicado con la autorizacién de Phaidon Press Limited. 1S.B.N.: 84-8306-087-6, Editorial Debare, 8. A. Compuesto en Versal A. G., S. L., Juan de Arolas, 3, Madrid Impreso en Hong Kong (Printed in Hong Kong) IV Reflexiones sobre la revolucién griega Nuestros escultores dicen que si Dédalo naciera hoy ¢ hiciera obras como las que le dieron fama, todo el mundo se reiria de el. Platén, Hipias mayor i tuviera que condensar el capitulo precedente en una formula breve, dirfa que «el hacer viene antes del igualar. Antes de que el artista sofiara siquiera en igualar las visiones del mundo sensible, queria ctear cosas con existencia propia. Y ello no es slo verdad de algiin mitico pasado. Porque en cierto modo nuestra formula coincide con los resultados del capitulo precedente, segiin los cuales el propio proceso de igualar procede a través de los estadios de wesquema y correc- Cién». Todo artista tiene que conocer y construir un esquema antes de poder ajustar- loa las necesidades del retrato. Vimos que Platén objeté contra el cambio. Lo que el artista puede igualar o imi- tar, recordé a sus contempordneos, es sélo «apariencia»; su mundo es el de la ilusién, cl de los espejos que engafian a la mirada. Si fuera un hacedon, como el carpintero, el amante de la verdad podria tolerarle, Pero en cuanto que es un imitador de ese desli- zante mundo de los sentidos, nos aleja de la verdad y se le debe expulsar del estado, La misma violencia con que Platén denuncia ese engafio nos recuerda el impor- tantisimo hecho de que cuando ¢ escribja la mimesis era una invencidn reciente Muchos criticos actuales comparten la repugnancia del fildsofo, por una razén © por otra, pero incluso ellos reconocerian que en toda la historia del arte se encuentran pocos especticulos més apasionantes que el gran despertar de fa cultura y Ia pintura griegas entre el siglo V1 y los afios de juventud de Platén, hacia el fin del siglo V. Las fases del dramatico episodio han sido narradas muchas veces en términos como los del cuento de la Bella Durmiente, cuando el beso del principe disipa el maleficio de mil afios y toda la corte empieza a moverse, libre de la rigidez de aquel suefo artifi- cial. Se nos muestra cémo las figuras rigidas y heladas que llamamos Apolinos, 0 kouroi (ilustracién 82), adelantan primero un pie, cdmo luego flexionan los brazos (ilustracién 83), cémo su sontisa de mascara se suaviza, y cémo, en los tiempos de Jas guerras médicas, la simetria de su tensa actitud queda al fin rota cuando los cuer- pos giran un poco, y la vida parece penetrar en el marmol (ilustracién 84). Las refi nadas figuras de doncellas, las korai, vienen a confirmar el relato, Y finalmente est la historia de la pintura griega, segiin la podemos seguir en la alfareria pintada, que refiere el descubrimiento del escorzo ¥ la conquisca del espacio en el siglo V, y la de 99

Potrebbero piacerti anche