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Revista Internacional de Sociología RIS

vol. 76 (2), e090, abril-junio, 2018, ISSN-L:0034-9712


https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.2.16.01630

Max Weber y la Democracia Max Weber and the


Plebiscitaria Plebescitarian Democracy

Mario D. Serrafero
Universidad de Buenos Aires
mserrafero@gmail.com
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9783-6562

Cómo citar este artículo / Citation: Serrafero, M. D. Copyright: © 2018 CSIC. Este es un artículo de acceso
2018. “Max Weber y la Democracia Plebiscitaria”. Revista abierto distribuido bajo los términos de la licencia de
Internacional de Sociología 76(2):e090. https://doi. uso y distribución Creative Commons Reconocimiento
org/10.3989/ris.2018.76.2.16.01630 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

Recibido: 10/11/2016. Aceptado: 15/11/2017.

Resumen Abstract
En este trabajo se desarrollan las ideas de Weber en This paper deals with Weber´s ideas in relation to the
relación a la llamada “democracia plebiscitaria”. En pri- so-called ‘plebiscitary democracy’. Firstly, it describes
mer lugar, se describen sus ideas sobre la democracia his ideas on parliamentary democracy and plebiscitary
parlamentaria y la democracia plebiscitaria señalando democracy, documenting their particularities and diffe-
sus particularidades y diferencias. Luego se aborda es- rences. Secondly, it specifically addresses the plebis-
pecíficamente la democracia plebiscitaria como un tipo citary democracy as a kind of charismatic domination.
de dominación carismática. En el estudio se trata tanto The study analyses both Weber scientific analysis on
el análisis científico que realiza Weber sobre la demo- plebiscitary democracy as the political proposal for a
cracia plebiscitaria como también su propuesta política specific time in the history of Germany, early into the
para un momento específico de la historia de Alemania, post-war period. This paper highlights the theoretical
la primera posguerra. En el trabajo se señalan los lími- limits of the proposed plebiscitary democracy from
tes teóricos de la propuesta de democracia plebiscitaria Weber’s own theory. The study also revalues and revisits
desde la propia teoría de Weber. El estudio revaloriza Weber’s analysis of a kind democracy that seems to be
el análisis de Weber sobre una democracia que parece increasingly present in current political times.
tener cada vez más vigencia.

Palabras Clave Keywords


Democracia; Liderazgo; Liderazgo carismático. Charismatic Leadership; Democracy; Leadership.
2 . MARIO D. Serrafero

Introducción aproximación extraordinariamente rica al haberla en-


cuadrado el autor dentro de la dominación carismáti-
¿Democracia parlamentaria o democracia plebis- ca, con todas las consecuencias que de ello deriva-
citaria? Disyuntiva que dejó Weber, al sostener por ban. Y sirve como soporte teórico a desarrollos más
un lado la defensa de la democracia parlamentaria recientes que advierten las formas democráticas que
y, por el otro, proponer una democracia plebiscita- se alejan del modelo liberal y que han recibido distin-
ria para la Alemania de la primera posguerra. Según tas denominaciones.
Eliaeson (1991), Weber solo puede ser entendido
desde el contexto de la experiencia alemana. Estas En este trabajo el abordaje de la democracia ple-
dos formas de gobierno fueron sostenidas por We- biscitaria va más allá de las coordenadas históricas de
ber en sus escritos. El primer esquema tenía al Par- la situación alemana –entre 1917 y 1919- que expli-
lamento como órgano central y al parlamentarismo carían el viraje de Weber desde la democracia parla-
como sistema; el segundo, la emergencia de una mentaria a la República presidencialista. Aquí se inte-
democracia de tipo plebiscitaria, de contenido más gran las características específicas de la dominación
emotivo y con el presidente como núcleo del siste- carismática que desarrolla Weber –en otros textos- y
ma. Destacar esta ambivalencia es importante por que suelen dejarse un tanto de lado cuando se anali-
varias razones: a) significa definiciones muy diferen- zan las causas o contexto histórico del referido viraje.
tes sobre aspectos esenciales de una democracia: Este modo de tratamiento permite encontrar ciertas
su legitimidad, su eficacia y su estabilidad, b) signifi- continuidades entre los dos esquemas de democracia
ca optar por una versión más o menos liberal, en el y, fundamentalmente, las características y las tensio-
sentido político del concepto, y c) dentro de las con- nes de la versión plebiscitaria. Este abordaje también
cepciones de Weber podría suponerse que la elec- vincula discusiones teóricas con los desarrollos de
ción de determinada forma institucional debería com- Weber, los cuales no suelen estar presentes en su
pletar su teoría de la dominación legal o racional.. En justa medida a la hora de conceptualizar las carac-
este sentido, aunque sea discutible, Raymond Aron terísticas de gran parte de las democracias actuales.
(1965:136 y 137) señaló que el pensamiento políti-
co de Weber no es sistemático, principalmente, en El marco de las propuestas de
cuanto a las “formas de gobierno” y Karl Loewenstein
(1982:536) afirmó que el maestro dejó incompleta su
Weber
teoría de la dominación al no incluir la teoría constitu- Decía Weber que la creciente intelectualización y
cional y las formas institucionales en su dominación racionalización del mundo significaba que las cosas
de tipo legal. podían ser dominadas por el cálculo y los recursos
técnicos. En este proceso de desencantamiento de
Las preguntas que se formulan no son pocas:
la cultura occidental la ciencia era su fuerza moto-
¿Cuáles son las notas esenciales de los dos forma-
ra (Weber 1980b:38). Pero la ciencia no debía fun-
tos de democracia tratados por Weber?, ¿en qué
damentar cosmovisiones ni postular convicciones
contexto se formulan sus argumentaciones?, ¿cuá-
de valor. No podía dar “el” significado de la vida, ni
les son las justificaciones y las características del
formular ideales, sino explicar los hechos desde la
tipo de democracia plebiscitaria que plantea? Y más
objetividad. El “desencantamiento del mundo” impli-
allá del propio Weber, ¿cómo articula la democracia
caba que ya no había una respuesta única normativa
presidencial plebiscitaria con las características de la
aceptada y aceptable para todos. La ciencia no daba
dominación carismática? ¿Cuáles serían las tensio-
respuestas definitivas sino que estaba en constante
nes que tendría de acuerdo a estas características?
búsqueda de la verdad. La lucha por los valores por
¿Con qué debates se cruza la perspectiva de demo-
los que las personas orientaran su vida era entonces
cracia plebiscitaria en nuestros días?
inevitable. No era atribución de la ciencia fundamen-
Este trabajo sostiene que fueron esquemas demo- tar valores. (Abellán 2010:47-49).
cráticos diferentes, pero que sin embargo mantenían
El proceso de desencantamiento del mundo im-
ciertas coherencias en el pensamiento de Weber en
plicaba la burocratización de todas las esferas de
lo atinente a la importancia del líder en el sistema
la vida y una amenaza para la libertad individual.
político y democrático, y también, en este punto, se
localizaba la tensión máxima de la propuesta plebis- Weber temía la excesiva burocratización, en tanto
citaria en el conjunto de sus ideas. Profundizar en el extralimitado avance de la racionalidad formal y del
contenido de esta ambivalencia es útil, además, para “gobierno de funcionarios”. Reconocía que en el mo-
enriquecer los debates sobre la democracia. Asimis- derno Estado de masas, el verdadero dominio, que
mo, la democracia plebiscitaria planteada por Weber era el manejo diario de la administración, debía estar
implicaba un mayor distanciamiento en relación con necesariamente en manos de la burocracia. Pero en
el modelo predominante de democracia liberal que, la política, no es el funcionario o burócrata el actor
de alguna manera, se encontraba más próxima a su protagónico, sino el político.
exposición del esquema parlamentario. La democra- Para Weber en la política alemana imperaba el
cia plebiscitaria desarrollada por Weber resulta una dominio de la burocracia, contra la cual la monar-

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quía era insuficiente en cuanto a su control y di- ¿Dos esquemas de democracia?


rección. El liderazgo político era la clave para con- La democracia parlamentaria
trapesar este proceso. El verdadero funcionario
no debe hacer política, sino que debe administrar ¿Weber propone en definitiva dos formatos de-
imparcialmente, en cambio el político debe tomar mocráticos diferentes, o bien una mezcla entre la
una posición. Ser apasionado es el elemento del forma plebiscitaria o parlamentaria? Las referencias
político y sobre todo del líder (Weber 1980a:92). mencionadas –y señaladas por el propio Weber- nos
Su reflexión la inscribe dentro del marco de la po- muestran dos propuestas diferentes. Aunque también
lítica y los valores. Así diferencia entre la ética del se ha sostenido que, en realidad, se trataba de una
funcionario y la ética del político. El funcionario propuesta mixta (Parlamento fuerte y presidente ele-
realiza la ejecución precisa y concienzuda de la gido directamente por el pueblo)1. Parte de la produc-
orden dada por la autoridad superior –como si res- ción escrita del autor se vuelca hacia una democracia
pondiera a sus propias convicciones y aunque le parlamentaria, esto es en Economía y Sociedad y en
parezca errónea-, el desempeño del cargo sine ira Parlamento y Gobierno en el nuevo ordenamiento ale-
et studio, la negación de sí mismo y la descarga de mán. Y un breve trabajo, El presidente del Reich, da
toda la responsabilidad en el superior. El político, silueta a una clara democracia plebiscitaria.
en cambio, debe obrar de acuerdo a la “ética de La democracia parlamentaria es una fórmula ins-
la responsabilidad”, donde lo importante son los titucional que tiene al Parlamento como órgano cen-
resultados que originan sus actos, la responsabili- tral y el parlamentarismo como sistema. Esta forma
dad por las consecuencias de su opción valorativa de gobierno tiene una vinculación débil con la teoría
y de la dirección que le imprime al Estado. de la división de poderes, tema abordado por We-
Varios hechos conforman un clima de reforma ber desde una perspectiva del poder concreto y no
institucional en el cual Weber tendrá una activa desde el tecnicismo propiamente jurídico (Weber
participación. Entre estos hechos cabe mencionar 1992:227), “aunque las apropiaciones de competen-
la reforma del derecho electoral de Prusia -donde cias firmes suelen ser favorables a la racionalización
los soldados que defendían la patria no tenían voto formal” (Weber 1992:228). No obstante, se mantiene
igualitario- y la caída del zarismo en Rusia que con- la perspectiva de los “contrapesos” desde una visión
tribuía a plantear un debate sobre la reforma cons- de la teoría de dominación weberiana. En esta vi-
titucional en Alemania (Abellán 2004:114). Se creó sión, son fenómenos concomitantes de la domina-
entonces una Comisión constitucional para prepa- ción legal: los procesos de burocratización y de de-
rar la introducción del sistema parlamentario en Ale- mocratización. Para Weber la parlamentarización y
mania. Y son los hechos los que van marcando los la democratización no están en una relación recípro-
cambios en las posiciones de Weber, respecto de la ca necesaria, sino que a menudo están en oposición.
opción entre una democracia parlamentaria y otra Históricamente la democratización significó el menor
plebiscitaria. En el texto Parlamento y Gobierno en peso de los honoratiores y en la jefatura parlamen-
el marco de la Monarquía burocrática, la hegemonía taria asumieron protagonismo los preferidos por la
de Prusia y la existencia de las dinastías en varios masa. Por otra parte, democratización y demagogia
de los Estados Federados, la salida para Weber suelen ir juntas. En relación a la burocratización, la
era la parlamentarización del sistema político como democratización tiende a aumentarla, por ejemplo
clave para resolver el problema de la necesidad de con la emergencia de partidos más organizados.
líderes políticos frente a la dominación burocrática Antes de señalar el modo de obrar como contra-
(Abellán 2004:169). Pero la abdicación del empera- balanza del poder, hay que destacar la función legi-
dor a comienzos de noviembre de 1918, marcaba timadora del Parlamento como órgano. Para Weber
un cambio sustancial de la situación política y una los Parlamentos son el modo en que los dominados
nueva cuestión: la jefatura del Estado y aparece manifiestan un mínimo de aprobación externa en re-
aquí la opción por la democracia presidencialista. lación al sistema de dominación, (Weber 1992:1095)
El propio Weber reconoce expresamente en La fu- cuyo eje se centra en la burocracia. El Parlamento
tura forma institucional de Alemania (estudio donde “activo” de política positiva –que decide en la polí-
aborda las alternativas futuras y posibles del nuevo tica y la administración- es contrapeso de la buro-
ordenamiento alemán que los propios hechos im- cracia, en tanto y en cuanto puede controlar (Weber
ponían) que su trabajo Parlamento y Gobierno ha- 1992:1099) el saber técnico y de servicio de los bu-
bía sido sobrepasado por los acontecimientos. Es rócratas. Para ello el Parlamento debe ser órgano
en el artículo El presidente del Reich donde Weber eficaz y activo y requiere la profesionalización de sus
argumenta las razones de la necesidad de que el miembros (Weber 1992:1103). La política, para We-
presidente sea electo directamente por el pueblo y ber, no es cosa de burócratas sino de políticos. El
completa el perfil de la democracia plebiscitaria. El mismo tipo de Parlamento activo, obra también de
contexto de esta publicación había sido la elección contrapeso del efecto negativo del proceso de de-
por la Asamblea Nacional de Friedrich Eber como mocratización: la demagogia. En este sentido, ocupa
presidente de la República. un lugar esencial el modo de selección de los jefes.

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La emergencia del jefe a través de la selección que juego institucional son: los partidos políticos fuertes
impone la lucha en el ámbito parlamentario (Weber con representación parlamentaria y un Parlamento
1992:1099-1103), es el mejor remedio contra el jefe activo y vigoroso. En este cuadro los actores rele-
demagógico. La política requiere abandonar los “ele- gados son la “masa del pueblo” y la burocracia que
mentos emocionales” y obrar con mente “clara y fría” se pretende controlar.
(Weber 1992:1117),
Respecto del Parlamento señala que no sólo es Sobre la cuestión carismática
el órgano de control de la burocracia, sino el lugar
del compromiso entre los partidos. Dice: “En cuanto Antes de tratar específicamente la democracia
órgano de control de la burocracia y de la publici- plebiscitaria es pertinente referirse brevemente a la
dad administrativa, como medio de eliminación de cuestión carismática. Weber trata y diferencia distin-
funcionarios superiores incompetentes, como lugar tos tipos de legitimidades, la tradicional, la formal-
de fijación del presupuesto y como elemento don- legal y la carismática. Decía respecto de esta últi-
de puedan lograrse compromisos entre partidos, el ma: “Debe entenderse por ‘carisma’ la cualidad, que
parlamento es también en las democracias electivas pasa por extraordinaria (condicionada mágicamente
imprescindible” (Weber 1992:1114). en su origen, lo mismo si se trata de profetas que
de hechiceros, árbitros, jefes de cacería o caudillos
Bajo la influencia del modelo de Inglaterra reflexio- militares), de una personalidad, por cuya virtud se
na sobre la monarquía democrática donde existe un la considera en posesión de fuerzas sobrenaturales
Ejecutivo bicéfalo. El Monarca como portador del o sobrehumanas –o por lo menos específicamente
“carisma rutinizado” no responsable y no sujeto a la extracotidianas y no asequibles a cualquier otro-, o
prueba de la eficacia de sus actos, el Premier como como enviado del dios, o como ejemplar y, en con-
aquel que sí responde por sus actos ante la asam-
secuencia, como jefe, caudillo, guía o líder. El modo
blea. En este esquema de democracia parlamentaria
como habría de valorarse ‘objetivamente’ la cualidad
tradicional la selección parlamentaria presenta ven-
en cuestión, sea desde un punto de vista ético, esté-
tajas porque garantiza: 1) la continuidad, 2) el control
tico u otro cualquiera, es cosa del todo indiferente en
de su posición de poder, 3) el mantenimiento frente a
lo que atañe a nuestro concepto. Pues lo que importa
él de las garantías jurídicas burguesas, 4) una forma
es cómo se valora ‘por los dominados’ carismáticos,
ordenada de los méritos de los políticos que aspiran
por los ‘adeptos’” (Weber 1992:193),
a la confianza de las masas en el marco del trabajo
parlamentario, y 5) una forma pacífica de eliminación El carisma refiere al reconocimiento de las cua-
del dictador cesarístico una vez que ha perdido la lidades extraordinarias que los seguidores le atri-
confianza de las masas (Weber 1992:1110). Incluso buyen al jefe o al héroe y que implica una entrega
la selección parlamentaria tiene la ventaja de suplir plena. En palabras de Weber: “Sobre la validez del
el vacío que pudiere existir al no emerger ningún carisma decide el reconocimiento -nacido de la en-
“jefe” que goce de la confianza general de la gente. trega a la revelación, de la reverencia por el héroe,
En la democracia parlamentaria los hombres de de la confianza en el jefe –por parte de los domi-
confianza de la masa no están ausentes, pero se nados, reconocimiento que se mantiene por ‘corro-
produce una suerte de adecuación al tener que par- boración’ de las supuestas cualidades carismáticas
ticipar de las comisiones parlamentarias, lo que per- – siempre originadas por medio del prodigio. Ahora
mite que “se adapten a las firmes formas jurídicas de bien, el reconocimiento (en el carisma genuino) no
la vida del Estado y no se les elija de modo simple- es el fundamento de su legitimidad, sino un deber
mente emocional, o sea, por sus meras cualidades de los llamados, en méritos de la vocación y de la
´demagógicas´ en el sentido peyorativo del vocablo”. corroboración, a reconocer esa cualidad. Este ‘reco-
(Weber 1992:1116). Agrega que: “Precisamente en nocimiento’ es psicológicamente, una entrega plena-
las condiciones actuales de selección de los jefes, mente personal y llena de fe surgida del entusiasmo
constituyen un Parlamento fuerte y unos partidos o de la indigencia y la esperanza” (Weber 1992:194).
parlamentarios responsables, en cuanto lugar de se- El líder carismático logra la confianza de sus se-
lección y prueba de los conductores de masas para guidores que le atribuyen cualidades extraordinarias.
los directivos del Estado, factores fundamentales de Pero si no se corrobora la permanencia de estas
una política estable” (Weber 1992:1116). cualidades traducidas, especialmente, en el bienes-
Los elementos constitutivos y funcionales de esta tar de los seguidores el carisma puede perderse. En
democracia parlamentaria, en apretada síntesis se- palabras de Weber: “Si falta de un modo permanente
rían: la legitimidad del sistema ubicada en el Parla- la corroboración, si el agraciado carismático parece
mento, su eficacia en la selección de los líderes en abandonado de su dios o de su fuerza mágica o he-
la arena parlamentaria, el control de burocracia y la roica, le falla el éxito de un modo duradero y, sobre
negociación entre los partidos, la estabilidad garan- todo, si su jefatura no aporta ningún bienestar a los
tizada a través de la sucesión que produce el jue- dominados, entonces hay la probabilidad de que su
go parlamentario. Los actores políticos que tejen el autoridad carismática se disipe. Este es el sentido

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genuinamente carismático del imperio ‘por la gracia mendicantes, y, de otro lado, el botín y la extorsión
de dios’” (Weber 1992:194). violenta o (formalmente) pacífica. Considerada des-
de la perspectiva de una economía racional es una
Singularmente importante es el panorama político
fuerza típica de la ‘antieconomicidad’, pues rechaza
e institucional que se entreteje alrededor del líder ca-
toda trabazón con lo cotidiano” (Weber 1992:196).
rismático y que va conformando las características
del régimen político que se instaura. En este régi- Quizá ésta es una perspectiva extrema –pues ha-
men no habrá cuadro administrativo que obedezca bla de carisma puro- que va más allá del caso de
a una estructura racional-formal, sino funcionarios la democracia plebiscitaria, pero marca una relación
obedientes al líder. No habrá magistrados ni compe- problemática entre dominación carismática y racio-
tencias, no habrá ley ni reglamentaciones abstrac- nalidad económica.
tas, sino órdenes fundadas en la revelación creída La relación entre carisma y democracia es com-
en base a la autoridad carismática. Expresa Weber: pleja. La democracia implica una transformación de
“El cuadro administrativo de los imperantes carismá- los procesos carismáticos de la “aclamación”, “desig-
ticos no es ninguna ‘burocracia’, y menos que nada nación” o el “plebiscito”, con la que se expresaba el
una burocracia profesional…es elegido a su vez por reconocimiento al líder, en la elección que legitima al
cualidades carismáticas: al profeta corresponden los gobernante. Antes, el reconocimiento se refería a las
discípulos, al príncipe de guerra el ‘séquito’ al jefe, en cualidades que tenía el líder. En la democracia, es
general, ‘los hombres de confianza’. No hay ninguna la elección la que se convierte en fundamento de la
colocación ni destitución, ninguna carrera ni ascenso legitimidad. Asimismo, la reinterpretación antiautori-
sino sólo llamamiento por el señor según su propia taria del carisma (Weber 1992:214) implica la idea de
inspiración fundada en la calificación carismática… que la voluntad de los dominados es la determinante
no existen ni ‘jurisdicción’ ni ‘competencias’…No hay de la norma válida y el procedimiento es la mayoría
ninguna ‘magistratura’ firmemente establecida…No que resulta tras el recuento de los votos. La trans-
existe reglamento alguno, preceptos jurídicos abs- formación carismática se reinterpreta en un senti-
tractos, ni aplicación racional del derecho” (Weber do legal, racional. O, en otros términos se produce
1992:194-195). su racionalización. (Breuer 1996: 198-199; Abellán
La democracia plebiscitaria formaba parte de la 2004: 102). ¿Cuándo es compatible el liderazgo
dominación carismática, pero podía tener distintos carismático con la democracia? Cuando el carisma
desplazamientos. Así, en relación con la economía es rutinizado en dirección a las reglas racionales-
dice que la transformación antiautoritaria del carisma legales. Por otra parte, los regímenes democráticos
conduce por lo general a la ruta de la racionalidad. El e incluso los no democráticos se despliegan en una
apoyo en una burocracia eficiente y la destrucción de combinación de elementos carismáticos y racionales
poderes tradicionales, feudales, patrimoniales para (Benhardt 1998).
vincular los poderes económicos a un nuevo orden
puede facilitar la formalización del derecho y fomen-
tar una economía formalmente racional. La Democracia Plebiscitaria
Pero otro desplazamiento iría en dirección contra- Weber diferenciaba entre la democracia de jefes
ria y podría llegar a instaurar una dictadura social. y la democracia sin jefes, esta última “caracteriza-
Dice Weber, “Los poderes plebiscitarios pueden ser da por el esfuerzo por aminorar la dominación de
fácilmente debilitadores de la racionalidad (formal) unos hombres sobre otros” (Weber 1992: 215-216).
de la economía si la dependencia de su legitimidad Planteó en diferentes escritos los contornos de la
de la creencia y entrega de las masas les obliga, al democracia plebiscitaria dentro de la especie de do-
contrario, a mantener, aún en el terreno económico, minación carismática. Señalaba: “La democracia ple-
postulados de justicia de carácter material; o sea, a biscitaria –el tipo más importante de la democracia
romper el carácter formal de la justicia y la administra- de jefes- es, según su sentido genuino, una especie
ción con una justicia (de cadí) de naturaleza material de dominación carismática oculta bajo la forma de
(tribunales revolucionarios, bonos de racionamiento una legitimidad derivada de la voluntad de los do-
y toda suerte de formas de producción y consumo ra- minados y sólo por ella perdurable. El jefe (dema-
cionales y controladas). En tal circunstancia se trata gogo) domina de hecho en virtud de la devoción y
de un dictador social, fenómeno que no está necesa- la confianza personal de su séquito político. En pri-
riamente vinculado a las formas sociales modernas” mer lugar, sobre los adeptos ganados a su personal,
(Weber 1992:216). cuando éstos, dentro de la asociación, le procuran la
dominación” (Weber 1992:215).
La vinculación entre carisma y economía aparece
clara: “El carisma puro es específicamente extraño a Esta democracia implicaba una dominación ca-
la economía…Las formas típicas de la cobertura de rismática bajo la forma de una voluntad derivada de
necesidades de carácter carismático son, de un lado, los dominados. La devoción y confianza de aquéllos
las mecenísticas –de gran estilo (donaciones, fun- la hacía posible y sólo perdurable por su voluntad.
daciones, soborno; propinas de importancia)- y las Cuando Weber ilustra con ejemplos históricos quié-

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nes estarían bajo esta categoría, la lista es amplia, de ser la persona de confianza y hasta podrá produ-
pues engloba dictadores, revolucionarios, demago- cirse su caída. Esto es asimilable a lo que hoy llama-
gos y hasta dictadores o funcionarios municipales, ríamos una accountability vertical. Es que los actos
basta que exista un “reconocimiento plebiscitario” del del líder carismático tienen consecuencias y serán
jefe para ingresar en la categoría. Señala: “El tipo responsables entonces por el bienestar o no de los
lo dan los dictadores de las revoluciones antiguas y seguidores. La elección del líder por el pueblo y su
modernas; aisymnetas, tiranos y demagogos grie- responsabilidad formaban parte de una versión de la
gos, en Roma Graco y sus sucesores, en las ciuda- democracia expuesta crudamente en conversación
des italianas los capitani del popolo y burgomaes- con Ludendorff. Le dice Weber: “In a democracy the
tres (tipo en Alemania: la dictadura democrática de people choose a leader in whom they trust. Then the
Zurich, en los estados modernos la dictadura de chosen leader says, ´Now shut up and obey me´.
Cromwell, los gobiernos revolucionares y el imperia- People and party are then no longer free to interfere
lismo plebiscitario en Francia. Siempre que hubo un in his business. Later the people can sit in judgment.
intento de legitimar esta forma de gobierno se buscó If the leader has made mistakes – to the gallows with
hacerlo por medio del reconocimiento plebiscitario him!” (Gerth y Wright Mills 1991:42).
del pueblo soberano. El personal del cuadro admi-
Pero mientras los líderes gozan de tal confian-
nistrativo fue reclutado carismáticamente de entre
za su posición es distinta a la de un funcionario y,
los plebeyos capaces (con Cromwell considerando
en este plano, gozan de mayor discrecionalidad y
su calificación religiosa, con Robespierre teniendo
se torna más difícil el ejercicio de la accountability
en cuenta ciertas cualidades ‘éticas’ junto a la con-
horizontal, sobre todo, teniendo en cuenta el mar-
fianza personal que inspiraba, con Napoleón por la
co carismático en que desenvuelven su actuación.
exclusiva consideración de su capacidad y utilidad
Esta característica es muy importante pues remite
para los fines de la imperial ‘dominación del genio’.
a un modo de gestión y ejercicio del poder. Weber
En el punto culminante de la dictadura revoluciona-
remarca esta diferencia respecto del funcionario
ria tiene el carácter de una administración por medio
electo y dice: “el funcionario se comportará en todo
de puros mandatos ocasionales y revocables (así la
como mandatario de su señor –aquí, pues, de los
administración de comisarios en la época del Comité
electores-, y el caudillo, en cambio, como responsa-
de Salud Pública). Así el dictador municipal, que al-
ble exclusivamente ante sí mismo, o sea, mientras
canza gran significación por obra de movimientos de
aspire con éxito a la confianza de aquéllos, actuará
reforma, se hizo conceder el libre nombramiento de
por completo según su propio arbitrio (democracia
sus auxiliares. La dictadura revolucionaria ignora de
de caudillo) y no, como el funcionario, conforme a la
igual manera tanto la legitimidad tradicional como la
voluntad, expresada o supuesta (en un ‘mandato im-
legalidad formal” (Weber 1992:215).
perativo’), de los electores” (Weber 1992:716). Esta
Esta democracia tiene un fuerte contenido “emo- diferencia entre la accountability vertical y horizontal
tivo”. Dice Weber: “Es característico de la democra- no aparece expresamente en Weber, pero puede in-
cia de caudillaje en general el carácter emotivo y ferirse de su conceptualización de la dominación ca-
espontáneo de la entrega y confianza en el líder, de rismática y resulta útil para comprender los procesos
que suele suceder la inclinación a seguir como tal democráticos actuales.
al que aparece como extraordinario, al que promete
Cabe traer aquí otro término utilizado por Weber:
más, al que actúa con medios más intensamente
el cesarismo. Aparece mencionado en varias situa-
atractivos. La traza utópica de todas las revolucio-
ciones y contextos, por ejemplo para referirse al pre-
nes tiene aquí sus fundamentos naturales. También
dominio de Bismark. Pero a partir de 1913 deja de
están aquí los límites de racionalidad de esta admi-
tener una connotación cuasidictatorial y refiere a la
nistración en la época moderna –pues tampoco en
figura del genio y a cierta conexión con las estruc-
Norteamérica respondió siempre a las esperanzas”
turas democráticas (Breuer 1996:198). Para Weber
(Weber 1992:216). La confianza se deposita en
(1992:721) se basaba principalmente “en la posición
quien se le atribuyen poderes extraordinarios o bien
ocupada por el ‘César’ en cuanto hombre de confian-
actúa como demagogo o una suerte de ilusionista
za de las masas (del ejército o de los ciudadanos)
recurriendo a mecanismos de atracción o seduc-
desligado de toda tradición, en cuanto soberano ili-
ción. Y en Weber se repite cierta vinculación entre
mitado y jefe de un cuadro de oficiales y funcionarios
caudillaje, utopía y revolución; y resulta coherente
altamente calificados, seleccionados libremente por
justamente porque al líder se le atribuyen cualida-
él sin atender a la tradición o a otras consideracio-
des extraordinarias que pueden, en definitiva, supe-
nes. Este ‘dominio del genio personal’ está, sin em-
rar o ir más allá del statu quo.
bargo, en contradicción con el principio formalmente
La dominación carismática al exigir la “prueba” de ‘democrático’ de la burocracia electiva”. Nos encon-
las dotes especiales del líder implica que se deposita tramos aquí frente a la figura del genio y, según los
un control directamente en manos de los seguidores. autores, este cesarismo podía tener distintos signos,
Si éstos son defraudados el líder carismático dejará así Gramsci (1993) distinguía entre un cesarismo

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Max Weber y la Democracia Plebiscitaria . 7

progresista representado por ejemplo por César y La lucha política partidaria, en la moderna demo-
Napoleón Bonaparte y un cesarismo reaccionario cracia de masas, fomentará la emergencia de líderes
ejemplificado en Napoleón III. y llegarán los que tuvieren más cualidades de jefes
políticos. Los líderes políticos tendrán su séquito de
diputados y en la política dominará la acción de “el
Parlamentarismo: Parlamento, pequeño número de dirigentes”. El Parlamento acti-
burocracia y gobierno vo será el sitio de adiestramiento y selección de los
En Parlamento y Gobierno en el nuevo ordena- políticos y allí destacarán los que tienen cualidades
miento alemán, Weber realiza reflexiones políticas de líderes. Y este Parlamento será el que ejercerá la
sobre la situación alemana (Lachmann 1970). Fue- dirección política controlando a la burocracia.
ron artículos de 1917 publicados la Frankfurter Zei- Casper sintetiza como tipo ideal lo que sería una
tung; luego, en 1918, son reunidos en la colección combinación entre las ideas parlamentaristas y las
Die innere Politik editada por Siegmund Hellmann plebiscitarias del Weber que va entre 1917 y 1919.
y otros; y, en 1919, aparece una segunda versión Se ubica así en la perspectiva de un modelo mixto.
de los mismos, corregida y aumentada por el pro- Dice: “Let me summarize so far. By 1919, Weber had
pio Weber. Expresamente comienza señalando que developed a concept of governance in mass demo-
el ensayo “no pretende acogerse bajo la autoridad cracies—one might say, an ideal type—that consists
protectora de ninguna ciencia”. El trabajo combina
of a complex mixture of descriptive and prescriptive
estudios académicos con opiniones políticas. Mu-
notions. Here are what I consider the five most impor-
chos pasajes de estos textos aparecen también en la
tant elements of Weber’s conception. (1) Every mass
segunda parte de “Economía y sociedad”, obra que
democracy tends in the direction of the caesarist mo-
estaba en proceso de elaboración, aún no editada en
del of selection: the specifically caesarist technique
aquellos tiempos y sujeta hoy a no pocas controver-
is the plebiscite. (2) The caesar’s power derives from
sias (Mommsen 2014).
his charisma that responds to psychic, physical, eco-
El estudio pretende defender el sistema parlamen- nomic, ethical, religious, or political needs and that,
tario contra los ataques que recibía en Alemania. Es- by its own internal logic, sets its own limits and knows
tas opiniones se centran sobre Bismarck y la situa- no supervisory or appeals body, no technical jurisdic-
ción alemana de aquella época. Weber se refiere al tion. (3) The leader should have a superior intellect,
legado de Bismark reconociendo su estatura de es- rhetorical abilities, and the three qualities that We-
tadista y de genio político. Pero junto con este reco- ber discusses in Politics as a Vocation: passion for
nocimiento, señala que su legado fue un Parlamento a cause (“Leidenschaft im Sinne von Sachlichkeit”),
impotente e incapaz de dotar de dirección política a sense of responsibility (“Verantwortungsgefühl”),
al país. Señala que “Bismarck no toleró ningún po- and a sense of proportion, the capacity to estimate,
der autónomo ni en los Ministerios ni el Parlamento. to judge (“Augenmaß”).(4) As a means of checks and
Tampoco permitió la consolidación de partidos políti- balances, parliamentary oversight is indispensable,
cos fuertes e independientes. Su legado consistió en especially for the protection of rights. (5) Furthermo-
una nación sin ninguna sofisticación ni tradición po- re, there needs to be a peaceful mechanism for eli-
líticas y sin una voluntad política propia. Empleó los minating the caesarist ruler who has made mistakes”
argumentos monárquicos según sus propios intere- (Casper 2007).
ses de poder y no aceptó mentes políticamente inde-
pendientes ni personalidades políticamente fuertes.
El Parlamento resultó, por lo tanto, una institución Una vuelta de tuerca a su
completamente impotente en la cual no sucedían he- democracia plebiscitaria
chos importantes” (Weber 1982b: 74). Weber, en La futura forma institucional de Alema-
El legado Bismarck había sido el predominio de nia (Weber 1982c) ya abandona la preferencia por
un segmento de burócratas profesionales, con una el parlamentarismo y piensa en alternativas institu-
burocracia civil y militar superiores a los existentes cionales. Descree del Parlamento, de la supremacía
en cualquier país, pero que había impedido la emer- prusiana y no ve otra alternativa que la forma repu-
gencia del talento político. Contra este predominio de blicana. Reflexiona sobre el Estado unitario o el fe-
los burócratas hacía falta un Parlamento que pudiera deral, y sobre el Bundesrat y la jefatura del Estado
desarrollar una política positiva y que controlara a la como contrapesos del poder prusiano. Respecto de
burocracia. El monarca no podía ejercer tal control la Cámara Alta piensa en un Consejo de Estados o
pues no era ni un burócrata profesional ni un político en una Cámara Federal y en cuanto al reemplazo
formado en la lucha partidaria. Hacía falta entonces del Kaiser dice que tiene que ser una persona electa
un jefe político para liderar la dirección política. Con por el Parlamento o por el Pueblo. En definitiva, su
un Parlamento efectivo se solucionaría el supuesto propuesta es una República Federativa, con un pre-
de un monarca incompetente y, si no lo fuera, confia- sidente electo aunque sin definirse la forma de esta
ría en la acción de política positiva del Parlamento. elección (Sell 2011).

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Weber da un paso definido respecto de su pro- nes partidarias. Los actores políticos principales que
puesta institucional de democracia plebiscitaria en tejen el juego institucional son: el jefe y las masas; los
1919, en El presidente del Reich. Quería evitar la actores políticos relegados: el Parlamento que debe
elección indirecta del presidente a través del Bun- perder poder y la burocracia que debe ser comandada
desrat, los notables y los “viejos políticos profesio- por el jefe; y el actor político temido: el partido político.
nales”, la mala calidad que tendría un Parlamento Si el parlamentarismo era un esquema que atenuaría
compuesto por empleados de las corporaciones o la el peligro del “fuerte predominio en la política de los
preeminencia de Prusia en la designación de las au- elementos emocionales” (Weber 1992:1116), la forma
toridades y funcionarios. En este sentido señala que: plebiscitaria llamada “auténtica democracia” conten-
“Sólo un presidente del Reich apoyado por millones drá fuertes elementos “emotivos”.
de votos puede disponer de la autoridad necesaria
No se trata por lo tanto de un esquema mixto, sino
para encauzar la socialización, que no puede por
de dos arquitecturas distintas –sobre todo si consi-
cierto ser realizada mediante disposiciones legisla-
deramos el texto de El Presidente del Reich-, con-
tivas, sino que depende en todo y para todo de una
formadas, eso sí, con las mismas piezas (por ejem-
administración rigurosamente unitaria. Socialización
plo, en el modelo plebiscitario no desaparecen ni el
significa administración” (Weber 1982a:304). Para
Parlamento ni los partidos políticos). Y a ese cuadro
Weber se trataba de dar al presidente suficiente po-
debería añadirse las consideraciones del autor sobre
der para que la administración pudiera actuar contra
determinados atributos de la dominación carismática
las corporaciones. La representación proporcional
–vistos anteriormente- sobre los cuadros administra-
iba a llevar a un sistema donde los distintos grupos tivos y la justicia.
corporativos pusieran empleados en el Parlamento
actuando a través de una suerte de “voto imperati- El planteo de democracia plebiscitaria que hará
vo”. El Parlamento se transformaría en un “órgano finalmente Weber tiene como destinario a Alemania
corporativo” integrado por “hombres mezquinos y y esto por su especial situación. En primer lugar, la
mediocres” perdiendo así el Parlamento su función tradición política de un Parlamento prácticamente
de seleccionar a los dirigentes políticos. inexistente y una burocracia muy profesionalizada,
en segundo lugar la situación de crisis y el contexto
Dice Weber: “el parlamento debe reconocer la car- de emergencia que implicó la Gran Guerra y la ne-
ta magna de la democracia: el derecho a la elección cesidad de un nuevo orden político para Alemania, y
directa del jefe” (Weber 1982a: 307). En primer lu- en tercer lugar lo que cabría esperar del estado en
gar, entonces, la democracia debe contar con un jefe que partiría la reconstrucción política alemana: au-
cuya fuente de legitimidad sea el propio pueblo. Pero sencia de políticos profesionales de vocación, pro-
Weber avanza mucho más en ese artículo, expresa: bable dictadura del “populacho”, parlamento dócil e
“un presidente electo por el pueblo que sea el jefe del ineficiente para la selección de los dirigentes, parti-
poder ejecutivo, del aparato de control administrativo dos políticos representantes del viejo orden. Ante tal
y que posea el derecho a un eventual veto suspen- contexto, ni el gobierno colegiado ni el jefe elegido
sivo y el poder de disolver el parlamento, además de por el Parlamento eran salidas viables para recupe-
estar autorizado a convocar a un plebiscito, repre- rar la economía alemana y construir una “democra-
senta el baluarte de la auténtica democracia, que no cia progresista (económica y política)”. La conjunción
significa impotente renuncia ante la confusión, sino presidente-masas sería un contrapeso a la primacía
sumisión a un jefe elegido por ella misma” (Weber de los notables y a un probable Parlamento corpora-
1982a:307). tivo. La presidencia serviría como base de unidad del
Podría pensarse que la elección popular directa de Reich contra las tendencias particularistas (Weber
un jefe-presidente, no implica mayores modificacio- 1982a: 303-307). Base política fuerte y estable que
nes de sus ideas proparlamentarias. No parece que requeriría, además, la colaboración comprometida
sea así. En primer lugar el pueblo que sólo “piensa de los empresarios y la burguesía económica.
hasta pasado mañana” (Weber 1992:1116) (en el mar-
co de sus ideas parlamentarias), aparece revalorizado Coherencias en el pensamiento
en su elección del jefe. El presidente-jefe, se impone
sobre el parlamento al cual puede disolver y comanda
de Weber: la importancia del líder
la burocracia. Está ubicado en la cúspide del poder. Más allá de los condicionantes históricos vale la
El cuadro de este nuevo esquema de gobierno sería: pena profundizar en el pensamiento de Weber, y ver
la legitimidad del sistema ubicada en el Presidente si existían en sus ideas elementos facilitadores de
elegido directamente por las masas; su eficacia en el ese paso. En primer lugar, si uno observa el elemen-
poder que reviste y que le otorga el apoyo popular, to que aparece sin cuestionamientos en los dos es-
y en la conducción suprema de la burocracia; la es- quemas de democracia, este es la importancia del
tabilidad garantizada a través del presidente que no líder (Sell 2011). A tal punto es así que constituye el
necesita el acuerdo de los partidos ni del Parlamento elemento central el modo en que este líder es elegi-
y, por tanto, no le afectarían las rupturas de coalicio- do: por selección parlamentaria o por decisión popu-

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lar. En el llamado proceso de “democratización” la En segundo lugar, más allá de que Weber fuera
mayor o menor participación de los ciudadanos no es tan categórico sobre la propuesta plebiscitaria en el
lo fundamental. Dice Weber: “El demos, en el senti- trabajo, El presidente del Reich, contra las ventajas
do de una masa inarticulada, no gobierna nunca en que supondría el sistema parlamentario había dado
las sociedades numerosas por sí mismo, sino que es también pautas sobre aspectos no desestimables
gobernado, cambiando sólo la forma de selección de de la elección plebiscitaria, o bien que matizaban
los jefes del gobierno y la proporción de la influencia sus reparos sobre este tipo: a) en conjunto, con la
que puede ejercer o, mejor dicho, que pueden ejer- elección popular del jefe de Estado en los Estados
cer otros círculos procedentes de su seno, por medio Unidos no se hicieron malas experiencias (Weber
del complemento de una llamada opinión pública, 1992:1112); b) la elección plebiscitaria en algunos
sobre el contenido y la dirección de la actividad de casos era eficaz remedio contra la corrupción (We-
gobierno...democratización no debe significar nece- ber 1992:1110); c) el jefe plebiscitado podía ser un
sariamente el aumento de la participación activa de buen principio para la emergencia de nuevos parti-
los dominados en el dominio dentro de la organiza- dos; d) la burocracia no puede ser controlada por un
ción considerada. Esto puede ser la consecuencia Parlamento negativo; o un autócrata, en cambio, en
del proceso aquí señalado, pero puede no presen- ciertas ocasiones es más eficaz un Monarca (Jefe)
tarse. Más bien hay que tener muy en cuenta que con apoyo popular (Weber 1972a:218); e) el lideraz-
el concepto político de la democracia deduce de la go carismático era el requisito de la auténtica jefatura
igualdad jurídica de los dominados estos otros dos política (Weber 1980a:120). Asimismo, las grandes
postulados: 1) trabas al desarrollo de un estamento decisiones políticas –sobre todo en democracia- fue-
de funcionarios cerrado en favor de la accesibilidad ron hechas por el individuo, lo que justificaba “fuertes
general a los cargos, y 2) reducción a lo mínimo de concesiones al principio cesarístico de la selección
su poder en interés de la mayor amplitud posible de de jefes” (Weber 1992:1110). Y señala que, “siempre
la influencia ejercida por la opinión pública... Lo deci- que se han enfrentado a grandes problemas, los par-
sivo es… la nivelación de los grupos dominados con tidos democráticos de masas han debido someterse
respecto a los grupos dominadores burocráticamente por doquier más o menos incondicionalmente a jefes
que poseyeron la confianza de las masas” (Weber
articulados, los cuales pueden poseer por su lado de
1992:1110).
hecho, y con frecuencia también formalmente, una
estructura del todo autocrática” (Weber 1992:739), Por otro lado, los tipos puros de dominación
no acostumbran a darse en la realidad (Weber
Para Weber en política y, cualquiera que sea la for-
1992:173), sino más bien en forma mixta y, en re-
ma de gobierno, rige siempre la ley del gobierno del
lación al liderazgo carismático Weber observó que
“pequeño número”. En este sentido, se acerca a los
se daba en todo tiempo y lugar. Por otra parte, el
autores de la teoría de las élites, como Michels, Mos-
tipo plebiscitario no va en contra de lo que implica
ca y Pareto. Si el sistema parlamentario no garantiza
en esencia el proceso de democratización, en este
la selección de un verdadero líder, la opción debe ser
sentido, tiene relevancia: la apertura del estamento
la elección popular directa. Es que en el autor apare-
de los funcionarios en favor de la accesibilidad ge-
ce menos una justificación filosófica de la democracia, neral a los cargos y la mayor influencia de la opinión
que la opción en base a su mayor eficacia en cone- pública en la dirección del gobierno. Y podría, en
xión con la selección de los líderes2. Por otra parte, ciertos casos, reconducir procesos teñidos de mera
para Weber, la democracia en sí misma implicaba la demagogia y de primacía de la burocracia (en un
emergencia del “aparato” de partido y, con éste, la de- proceso de mayor burocratización). Existían por lo
mocracia no podía sino ser plebiscitaria; pero contra tanto elementos como para sostener que el paso de
la demagogia resultante un Parlamento efectivo –teó- la democracia parlamentaria a la plebiscitaria, si bien
ricamente- atenuaría sus perniciosos efectos, como obedeció a la variación de la situación política alema-
ocurría en el caso de Inglaterra. na, se vio facilitado por las propias ideas de Weber.
La otra cuestión que no debe perderse de vista Pero este paso significaba quizá cierta tensión con
y que resulta significativa es que la clave de la de- partes de su pensamiento.
mocratización no es tanto la mayor participación del
pueblo o “incremento de la participación activa de los En el liderazgo carismático se
dominados”, sino las trabas para que no se enquiste
un estamento de funcionarios y se abra la accesi-
localiza la tensión máxima de la
bilidad a los cargos y el incremento de la igualdad propuesta plebiscitaria
jurídica de los dominados. Weber se aleja aquí de Aclarando que la primera preferencia de Weber
las formas o procedimientos de la democracia –en su era sobre la monarquía parlamentaria, cabe señalar
versión participativa- y parece atender a los resulta- que su propuesta plebiscitaria implicaba una tensión
dos –la nivelación de los grupos dominados respec- quizá no tan evidente. Al asumir el presidente-jefe
to de los dominadores- para calificar a un régimen el liderazgo político efectivo, en cierta forma desa-
como más democrático. parece el “carisma rutinizado” con la eliminación (o

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inexistencia) de una monarquía o de una jefatura es- pecto de la racionalidad económica-, sino en cuanto
tatal alternativa y simbólica. Los problemas de esta a los efectos en torno a la estabilidad política que
opción serían al menos cuatro, los límites del jefe, su podrían derivarse de ambas formas institucionales.
emergencia, mantenimiento y sucesión.
1. Respecto de los límites del poder de un jefe La democracia plebiscitaria y
que emerge del voto popular. Es cierto que algunos cruces teóricos
propone controlar su poder, pero su apelación
no parece suficiente. Weber debe recurrir a La influencia de Weber ha sido notoria, por ejem-
una contención que presenta los límites de la plo su “teoría de la acción” en las obras de Talco-
construcción imprecisa y sin mayores desa- tt Parsons, la escuela de Rational Choice y Jurgen
rrollos. Dice que al intento del presidente de Habermas (Abellán 2010). Lo tratado en este traba-
gobernar como un autócrata debe oponerse jo resulta esencial para otros debates actuales. La
el “riesgo constante de ser políticamente ajus- rica densidad de su pensamiento se revela aún más
ticiado”, (Weber 1982a:304); cuando a la democracia presidencial y al modo ple-
biscitario de elección directa del jefe le agregamos
2. La emergencia de un jefe que sintonice con el los contenidos propios de la dominación carismática.
pueblo y que tenga verdaderos atributos para Así, desde el propio Weber podemos despegarnos
el poder no ocurre siempre, menos aún el ge- del Weber que realiza las propuestas. Una democra-
nio y “pueden darse largos períodos en los cia presidencial que implica el modo plebiscitario de
que faltan hombres que gocen de la confianza elección directa del jefe en un formato de república
general de las masas” (Weber 1992:1114). La presenta fuertes atributos de dominación carismá-
existencia de un presidente plebiscitado no tica que coexisten con elementos de dominación
garantiza la aparición del líder político caris- legal-burocrática, y que le impone determinadas ca-
mático, por tal razón era también importante racterísticas, tanto al régimen (democrático) como
el Parlamento -en su modelo parlamentario- a la forma de gobierno (presidencial). Es probable
para llenar ese probable vacío. que tenga algunas o varias de las siguientes ca-
3. Queda sin resolver el problema del manteni- racterísticas. Se encaminará hacia una democracia
miento del jefe en el poder que se resolvía personalista, donde el presidente es el único que se
en el parlamentarismo a través del “carisma ha sometido al voto de toda la población y ha triun-
rutinizado” en manos del monarca y de una fado, según las reglas de la democracia. Por esto
jefatura de gobierno sobre la cual recae la sentirá -él y la población- que tiene una legitimidad
“prueba del liderazgo”; el jefe presidente -con democrática superior al resto. El parlamento tendrá
verdadero poder- para seguir siéndolo, debe una presencia secundaria y la justicia intentará ser
“probar” su eficacia y sus dotes superiores controlada por el presidente y tendrá una pobre cua-
(Weber 1972b:256-259). lificación. Al fin de cuentas, quien puede arrogarse
la legitimidad de todo el pueblo es el líder elegido.
4. La existencia de un Monarca parlamentario
La auténtica democracia “es la elección del jefe”.
implica que “la posición suprema del Estado
La división de poderes y, sobre todo, el mecanismo
está definitivamente ocupada” y esto tiene
de checks and balances pueden estar muy diluidos
efectos políticos importantes; entre otros, el
o llegar a ser prácticamente inexistentes. La admi-
de limitar el ansia de poder de los políticos y
nistración y la Justicia se conformarán con personal
la existencia de una figura (el Monarca) de in-
amigo, de confianza o seguidores del presidente. En
fluencia moderadora.
tanto y en cuanto el carisma sea probado (o se man-
5. Por último, estaría el problema de la sucesión tenga) este presidente podrá actuar unilateralmente
del jefe cesarístico. Dice Weber: “El problema –por ejemplo a través de decretos- y será difícil el
de la sucesión ha constituido por doquiera el ejercicio de una rendición de cuentas horizontal pues
talón de Aquiles del gobierno puramente cesa- las instituciones están controladas o subordinadas
rístico” (Weber 1992: 1114). al presidente. Pero cuando la evidencia o la prueba
muestren el desvanecimiento del carisma, los segui-
Estos puntos relacionados con la emergencia y
dores desertarán y la estabilidad estará en jaque pu-
continuidad (mantenimiento y sucesión) del lide-
diéndose ejercitar una suerte de rendición de cuen-
razgo carismático eran los que marcaban la mayor
tas vertical. Problemas de legitimidad y estabilidad
distancia en el pensamiento de Weber entre los dos
probablemente ocurrirán con el talón de Aquiles de
esquemas democráticos. Y, por qué no, la propia
las formas carismáticas: la sucesión.
imposibilidad de una democracia plebiscitaria (pre-
sidencial) duradera, en cuanto a la estabilidad po- Esta breve descripción de la democracia presiden-
lítica misma, más allá del líder plebiscitario. No es, cial plebiscitaria en formato de república, en distintas
entonces, del lado de la eficacia donde se encuentra intensidades y matices se ha extendido empírica-
la tensión más importante entre los diferentes esque- mente en el espacio. La actualidad de los desarro-
mas democráticos –aunque existe, sobre todo res- llos de Weber es notoria en cuestiones tales como el

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liderazgo, la gobernabilidad y las instituciones (Sell de especiales cualidades por la población. Destaca-
2010). Asimismo, se cruzan con distintas cuestiones ba, fundamentalmente, los problemas de estabilidad
y perspectivas teóricas, entre otras: 1) el tipo de de- institucional y también la dificultad del ejercicio de
mocracia; 2) el régimen presidencial; c) el populismo. la accountability horizontal. Esta presencia del líder
plebiscitario excede el marco del sistema presiden-
Respecto del tipo de democracia, varios autores
cial. Weber ya lo advertía cuando decía -en La po-
señalan que existe en la actualidad una cantidad de
lítica como profesión- que dentro del propio sistema
países con democracias electorales que, sin embar-
parlamentario inglés se había producido un cambio
go, no respetan los límites constitucionales, la divi-
en los partidos y el juego del parlamento mostraba
sión de poderes y las libertades. La democracia cre-
la emergencia de líderes plebiscitarios. No parece
ce, pero el constitucionalismo liberal disminuye y el
casual que en los últimos años se haya instalado un
ejercicio del poder está más concentrado en el líder
debate sobre la “presidencialización del parlamenta-
gubernamental. Merkel (2004) habla de democracias
rismo”. Fabbrini (2009) en El ascenso del Príncipe
defectuosas donde existe ausencia o vicios de algu-
democrático señala que en la Europa de nuestros
nos elementos como el Estado de Derecho, división días –y a partir de la década del ochenta- frente a la
de poderes y el control horizontal . Estas democracias democracia de partido se ha erigido la democracia
defectuosas tendrían varios subtipos, entre otros las de líderes en países como Italia, Francia y Gran Bre-
iliberales y las delegativas. Zakaria (1997) ha des- taña. Es que el líder plebiscitario instalado en el Eje-
tacado el fenómeno de las democracias iliberales. cutivo parece perforar todos los sistemas institucio-
Señala que las democracias liberales occidentales nales. Agamben (2004) dio cuenta también de que el
del siglo XX se caracterizaron por la existencia de un Poder Ejecutivo, en Occidente y en el transcurso del
Estado de Derecho, la división de poderes, la protec- siglo XX, ha ocupado el centro de la escena política
ción de las libertades de expresión, religión, reunión habiéndose pasado de la República Parlamentaria a
y propiedad. Pero a finales de siglo estos atributos se la República Gubernativa.
fueron desdibujando y destaca, entre otros aspectos
relevantes (para América Latina y la ex Unión Sovié- Respecto del populismo y más allá de todas sus
tica), la emergencia de fuertes líderes presidenciales ambigüedades y equívocos, tiene en su centro la
que se dirigen directamente al pueblo evitando las figura de un líder, el pueblo (en una variedad de
mediaciones institucionales y en un marco de des- acepciones) e instituciones esquivas del liberalismo
equilibro de poderes. Wolff (2013) destaca que en institucional. Laclau (2004, 2006) articuló una pers-
las llamadas democracias post-liberales una carac- pectiva compleja que desde los estudios de Le Bon
terística es el carácter más plebiscitario del gobierno hilvanaba la Psicología de las masas de Freud con
y el reforzamiento del líder presidencial. La demo- los desarrollos lacanianos para explicar el fenóme-
cracia delegativa planteada por O’Donnell (1992) no populista. La dicotomización del espacio social
describía algunas experiencias latinoamericanas de produce la ruptura populista cuando la equivalencia
los noventa y planteaba sus trazos menos liberales y de las demandas insatisfechas cristaliza en torno
menos republicanos, donde el pueblo delegaba sus de ciertos símbolos comunes y, fundamentalmente,
decisiones en un líder que encarnaba la Nación. En en la emergencia de un líder. Este líder encarna el
su revisión, dos décadas después, O’Donnell (2010) proceso de identificación popular y es el elemento
agregaba el marco hiperpresidencialista y un mayor aglutinante, incluso en procesos no considerados
espesor del líder delegativo. Este líder es el presi- por la literatura como populistas. En Weber apare-
dente que se constituye en la persona de “confianza” ce claramente la dominación carismática como una
“ruptura”, teniendo un carácter revolucionario o utó-
del pueblo y al que se le delega todo el poder a tra-
pico, que se distancia de la dominación tradicional y
vés del acto plebiscitario. Avanza sobre las compe-
la burocrático-legal pues ambas intentan mantener
tencias del Legislativo y la Justicia y el ejercicio de la
un statu quo. Si bien fue Freud quien introdujo como
rendición de cuentas horizontal se convierte en una
pieza clave el proceso de “identificación” de la masa
tarea dificultosa.
con el líder, fue Weber quien, antes, le dio localiza-
Respecto del régimen presidencial, el clásico tra- ción política a este fenómeno dentro de las caracte-
bajo de Linz (1994) acerca del presidencialismo lati- rísticas de la dominación carismática.
noamericano refería expresa o implícitamente a We-
ber. Decía que había sido el primero en formular el
Ejecutivo bicéfalo que se ´plasmó en la Constitución
A modo de reflexión final
de Weimar y décadas después en la V República La democracia plebiscitaria aparece en los textos
francesa (y en otros países). No sólo Linz exploraba referidos desde dos perspectivas o posiciones. Una
el presidencialismo como sistema, sino que analiza- científica y, la otra, proponiendo una alternativa po-
ba la figura y el papel del presidente, evocando im- lítica, aunque no es fácil distinguir siempre al Weber
plícitamente a Weber. En su estudio aparece la im- político y al científico en sus escritos políticos (Eliae-
portancia del acto plebiscitario, la “misión” que suele son 1991: 318) Como científico Weber desarrolló el
portar el presidente y el hecho de que es investido concepto de democracia plebiscitaria o de caudillos,

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de acuerdo a un análisis histórico, político y socio- nerse que la democracia presidencialista plebiscita-
lógico. Como propuesta política fue una alternativa ria adquiere otra dimensión.
brindada para un momento histórico determinado
En el formato de República presidencialista el
que vivía Alemania.
cargo más importante es el de presidente y sobre
Es claro que la democracia plebiscitaria de El el cual gira todo el sistema pues es el “jefe” político.
presidente del Reich, no emerge de la investigación Su emergencia se debe a una selección plebiscitaria
científica de Weber. Su indagación académica reflejó que, si bien existe también en la selección de los lí-
la tendencia plebiscitaria de la democracia de ma- deres del sistema parlamentario, es mucho más ex-
sas y una serie de características que tuvieron las tensa e intensa. Extensa por el respaldo directo de
formas plebiscitarias a través del tiempo y que no los “millones de votos” que señalaba Weber como
parece que Weber las valore positivamente. Pero es soporte para comandar la burocracia y no necesitar
todo un síntoma que el autor, con su conocimiento de coaliciones parlamentarias. Y esta república pre-
del cesarismo o del liderazgo plebiscitario, haya con- sidencialista plebiscitaria se enmarca en la domina-
siderado que, en determinados momentos, pueda ción carismática que es especialmente intensa pues
ser una forma válida para superar un momento de es personal y más emotiva.
crisis. Ahora bien, se vio que este paso –de la de-
Frente a este cuadro, resulta al menos difícil –aun-
mocracia parlamentaria a la plebiscitaria- motivado
que no imposible- que el Parlamento pueda obrar siem-
por cuestiones singulares podía darse sin conculcar
pre como necesario contrapeso del poder que adquiere
totalmente un aspecto central en su pensamiento: el
el presidente. Tampoco resulta sencillo que si el presi-
papel fundamental del líder político. Aquí también se
dente intenta gobernar como un autócrata pueda opo-
encontraba cierta tensión respecto de su sociología
nerse el “riesgo constante de ser políticamente ajus-
de la autoridad carismática.
ticiado”. Y el marco fuerte de dominación carismática
Sobre la adhesión de Weber a la democracia no significa la alta probabilidad de que la administración y
puede haber dudas, tanto por su vida personal como la justicia sean integradas por seguidores o amigos del
por sus escritos (Abellán 2004: 203). Lo que puede jefe presidente y funcione más allá de reglas formales
decirse es que no tuvo una visión ingenua de la de- o abstractas. Esto, cabe remarcar, no lo dice Weber
mocracia. Sabía que primaría el “pequeño número”, expresamente cuando formula su opción presidencial,
que no necesariamente implicaba mayor participa- pero es legítimo pensar que es una opción factible –y
ción y democracia significaba también burocratiza- hasta bastante probable- según los elementos referidos
ción. Pero también implicaba la elección libre de los (república presidencial, selección plebiscitaria y marco
gobernantes y la mayor igualación de la población en de dominación carismática). El cruce con debates ac-
el acceso a las posiciones burocráticas y de gobier- tuales referidos no es más que una prueba palpable de
no. Pero si vamos más allá de lo escrito por Weber, la importancia de Weber para entender los derroteros
utilizando sus categorías y reflexiones puede soste- de la democracia en estos tiempos.

Notas
1. En este sentido apunta la interpretación de Juan Car- 2. Ver al respecto las interesantes apreciaciones de Joa-
los Portantiero (1983). quín Abellán (1992:440-468).

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MARIO D. SERRAFERO es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense - Instituto Universitario Ortega
y Gasset. Doctor en Derecho Público, Universidad de Buenos Aires. Licenciado en Psicología y en Derecho, Universidad
de Buenos Aires. Diploma de Especialización en Sociología Jurídica, Universidad de Buenos Aires. Investigador Principal
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Investigaciones Gino Ger-
mani. Catedrático de la Universidad de Buenos Aires. Miembro de Número y Director del Instituto de Filosofía Política de
la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.

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