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El proceso en España
En España, las primeras centrales hidroeléctricas fueron construidas a finales del siglo XIX y se
produjo un desarrollo tan notable, que en 1901 el 40% de las centrales existentes eran de este
tipo.
El emplazamiento de las centrales hidroeléctricas estuvo condicionado por que tenían que
coincidir un lugar de salto de agua con un centro de consumo, ya que por limitaciones técnicas
no era posible la electricidad a distancia. Esto hizo que sólo se aprovechasen los recursos
hidroeléctricos que estuviesen cerca de los centros de consumo, y que muchas industrias se
localizaran cerca. Con la llegada de la corriente alterna, a principios del siglo XX, apareció la
posibilidad de transportar la electricidad a grandes distancias, lo que hizo que se desarrollase
mucho más las centrales y, en este caso, las hidroeléctricas. Se construyeron las primeras
centrales hidráulicas, aunque no experimentó un desarrollo tan ascendente, debido a la escasez
de recursos económicos en aquellos entonces dentro del sector eléctrico.
Para poder hacer frente al reto económico y financiero, se crearon numerosas sociedades
anónimas dedicadas a la producción y distribución de electricidad, algunas de las cuales todavía
existen hoy en día. Otras fueron evolucionando y dando lugar a compañías eléctricas.
En los años veinte, se marcó como objetivo el aprovechamiento de las cuencas hidroeléctricas,
lo que llevó a la siguiente década al inicio del aprovechamiento de la cuenca del Duero, y sirvió
de modelo para el desarrollo de las cuencas posteriores. En conjunto, las sociedades privadas y
los poderes públicos, condujo a la construcción de una serie de embalses encadenados en cada
cuenca que permitió poner los recursos hidráulicos al servicio conjunto del suministro de agua a
poblaciones e industrias.
Imagen 3.4: Presa de Ricobayo, una de las pertenecientes a los saltos del Duero ( Fuente:
www.todopueblos.com)
En los años de postguerra, se sumaron empresas eléctricas de carácter público a las
construcciones de centrales hidroeléctricas que hasta entonces habían sido realizadas por
empresas privadas, lo que provocó un aumento de su desarrollo. En efecto, aunque el
crecimiento del parque eléctrico fue basándose desde mediados de los años sesenta cada vez
más en centrales termoeléctricas de combustibles fósiles y, después, nucleares, las centrales
hidráulicas no por ello dejaron de construirse y, como consecuencia de esta evolución, España
cuenta con uno de los parques eléctricos más desarrollados del mundo.
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Centrales hidroeléctricas
Una central hidráulica es una instalación donde se produce electricidad aprovechando la energía
de un salto de agua. La energía potencial de una masa de agua se convierte en energía cinética a
lo largo de una conducción que desciende hasta la entrada de una turbina situada a nivel
inferior. Cuando el agua llega a la turbina la hace girar sobre su eje, que arrastra en su
movimiento al generador eléctrico. De este modo, la energía mecánica de rotación de la turbina
se convierte en energía eléctrica.
El aprovechamiento de la energía hidráulica se basa en dos características de un flujo de agua:
su caudal y el salto aprovechable. Se denomina salto de agua al paso brusco de una masa de
agua en cantidad y altura suficiente como para que su energía potencial ofrezca posibilidades de
explotación.
Se denomina salto bruto, salto real o salto total H a la diferencia de altura entre el embalse o
nivel superior desde donde parte el agua, hasta el nivel inferior donde el agua ya ha sido
aprovechada por los equipos adecuados y devuelta a la superficie. Dado que el agua en su
recorrido sufre una serie de pérdidas de carga, realmente solo será utilizable la energía restante,
por lo que se define el salto neto o salto útil como la diferencia entre el salto bruto y el total de
pérdidas de carga correspondientes al recorrido completo del agua.
Para aprovechar mejor el agua de los ríos, se construyen presas que puedan disponer de una
reserva de agua utilizable en función de la demanda de electricidad, que compatibilice el
aprovechamiento energético del agua con otros usos demandados por la sociedad, que lamine
las posibles avenidas naturales de los ríos y que aumenten el salto de la central.
Otra manera de incrementar la altura del salto es derivar el agua por un canal de pendiente
pequeña (menor que la del cauce del rio), consiguiendo un desnivel mayor entre el canal y el
cauce natural del rio.
Las centrales hidráulicas se pueden clasificar según su régimen de flujo en cuatro tipos:
fluyentes, de embalse, de bombeo y mareomotrices.
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
Centrales de derivación: Tienen saltos y caudales variables. Parte del agua del río es
desviada mediante unos canales de derivación hacia la central y, después de pasar por la
turbina, vuelven a su cauce normal del río.
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Centrales hidroeléctricas
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
de Guillena forma parte de este tipo de centrales, con una potencia de 210 MW y tres
grupos de turbinas Francis. Otros ejemplos pueden ser las centrales La Muela I y II en
el río Júcar (Valencia) que suman una potencia de turbinado de 1480 MW y de bombeo
de 1295 MW.
Los elementos esenciales de una central hidráulica son las turbinas, los alternadores y los
transformadores de potencia.
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Centrales hidroeléctricas
Figura 3.10: Esquema de una central hidráulica de embalse. (Fuente: “Centrales Hidroeléctricas en
España”, Endesa)
3.1.2.1 Turbinas
Las turbinas hidráulicas son máquinas que utilizan directamente la energía de un salto de agua y
la transforman en energía mecánica. Sus elementos fundamentales son:
El rotor o rodete: es el elemento móvil sobre el que ejerce su empuje la corriente
líquida que procede del distribuidor. Su misión es transformar en trabajo útil la mayor
parte de la energía total que posee el agua.
El distribuidor: es una tubería de sección variable, dotado en ciertos casos de paletas
orientables, cuya misión es enviar la corriente líquida al rotor en la dirección adecuada
para reducir las pérdidas provocadas por rozamientos o turbulencias. Regula el gasto del
líquido enviado al rotor, que está en relación con la mayor o menor potencia
suministrada por la máquina.
El descargador o aliviador: es un órgano fijo cuyo propósito es conducir hacia la
descarga el caudal de agua utilizado por el rodete. También recupera parte de la energía
cinética que posee el líquido en la salida del rotor.
Las turbinas utilizadas por las centrales hidroeléctricas son fundamentalmente de tres tipos:
Pelton, Francis y Kaplan. En casos muy especiales se utilizan turbinas de Bulbo o de Hélice,
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
que son versiones especiales de las turbinas Francis. La elección de una u otra depende del
caudal y la altura del salto.
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Centrales hidroeléctricas
- Un distribuidor formado por una corona circular con aletas móviles para poder regular
la entrada de fluido, variando su inclinación mediante el regulador. La entrada del
fluido al rotor es radical a través de una cámara en forma espiral, cuya sección
disminuye de forma progresiva con la finalidad de mantener fija la velocidad. El
movimiento de las palas de distribución a los álabes fijos del rodete. El regulador de
velocidad es automático y mantiene, en todo instante, un equilibrio entre el par motor y
el resistente; para ello actúa sobre la entrada de agua.
- Un rodete móvil constituido por álabes fijos que tienen una superficie con doble
curvatura. El curso de la corriente a lo largo de las paletas se modifica pasando de
centrípeto en la entrada, a axial en a salida. En el rotor se produce una presión menor
que la atmosférica, por lo que el descargador debe ser hermético para evitar la entrada
de aire.
- Un tubo de descarga cuya misión es unir el cuerpo de la turbina con el cauce del
desagüe. Su función es recuperar la mayor parte posible de energía cinética del líquido
que sale del rotor para transformarla en energía de presión y, de esta forma, procurar
que la presión de la corriente en el cauce de desagüe se aproxime a la atmosférica.
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
Figura 3.13: Central con turbina Kaplan. (Fuente: "Centrales hidroeléctricas en España", Endesa)
3.1.2.6 Generador
El generador es una máquina que transforma en corriente alterna la energía mecánica de
rotación que le transmite la turbina.
El principio de funcionamiento de un generador se basa en la Ley de Faraday. Cuando varía el
campo magnético que atraviesa una bobina, se produce en ella una fuerza electromotriz
proporcional al número de espiras de ésta y a la velocidad con que varía el campo magnético. El
generador crea un periodo o ciclo de corriente alterna cada vez que una de sus bobinas es
atravesada por el campo magnético correspondiente a un par de polos inductores. La frecuencia
de la corriente alterna es exactamente proporcional a la velocidad de giro del rotor.
En el generador de una central eléctrica existen dos elementos fundamentales: un elemento fijo
alojado en una carcasa envolvente, llamado estator, y un cilindro rotatorio alojado en el interior,
denominado rotor. El estator contiene un devanado fijo en el que se inducen las corrientes
eléctricas generadas por el giro del rotor. En el rotor se aloja un devanado de campo en el que se
recogen las corrientes enviadas por una excitatriz.
La velocidad de giro de los generadores de centrales hidroeléctricas depende del número de
polos que posea el rotor, siendo frecuentes en estos casos las velocidades comprendidas entre
125 y 750 revoluciones por minuto.
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Centrales hidroeléctricas
Durante el funcionamiento del generador se produce en su interior un intenso calor debido a las
corrientes eléctricas que circulan, por lo que es necesario la utilización de un fluido refrigerante
como es el aire o agua en centrales pequeñas, y hidrógeno líquido en centrales de mayor
tamaño.
3.1.2.7 Transformador
Son equipos donde se eleva la tensión de la corriente eléctrica generada con objeto de reducir
las pérdidas de energía en las líneas de transporte.
Está compuesto por dos o más arrollamientos de hilo conductor sobre un núcleo común. Uno de
los arrollamientos, el primario, es atravesado por una corriente eléctrica que crea un flujo
magnético variable, y, en uno o más arrollamientos secundarios se genera una corriente inducida
como consecuencia del flujo magnético variable que los atraviesa. El intercambio de energía
entre el arrollamiento primario y secundario se realiza por las variaciones de flujo, por lo tanto,
los transformadores no se utilizan en corriente continua.
El empleo de altas tensiones permite reducir las intensidades que circulan por las líneas de
transporte, reduciendo considerablemente el diámetro de los cables necesarios. De los grandes
centros de transformación se distribuye la corriente en tensiones intermedias hasta los
transformadores locales que alimentan directamente a los consumidores.
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
La idea de construir una central hidráulica en Alcalá del Río surge de las mentes de unos
ingenieros jefes de una empresa llamada Mengemor. Esta firma, fundada en 1904, puso mucho
interés en sacar partido a toda la zona del Guadalquivir, y a mitad de ese siglo fue absorbida por
Sevillana de Electricidad.
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Centrales hidroeléctricas
cuencas mineras del sur. Así que ese día que estuvo con el Rey fue la ocasión para introducirle
la idea y comentar acerca del proyecto.
Mendoza veía ventaja en este proyecto por una serie de aspectos: para empezar, se haría
navegable el río andaluz, desde Sevilla hasta Córdoba, ya que desde la Antigüedad el transporte
fluvial había sido una fuente de entrada de recursos y riqueza. Si se llevaba a cabo una
canalización, podría navegarse por el río mucho mejor. Además, tenía en mente que esta
canalización no podía impedir el sembrado, ya que en nuestro sur la agricultura siempre ha sido
muy abundante e importante. Por el contrario, el proyecto tendría también como consecuencia
que las zonas regables aumentarían en gran número en ciertas provincias. Don Carlos había
pensado concretamente en construir once centrales hidroeléctricas, con el objetivo de
aprovechar la fuerza del agua para producir energía. Con esta fuente de energía renovable,
ecológica y barata no era, ni es necesario, gastar dinero en combustible, ni contaminar.
Figura 3.15: Plano general de la canalización y aprovechamiento de energía del río Guadalquivir,
entre Córdoba y Sevilla. (Fuente: “Compañía Sevillana de Electricidad: Cien años de Historia”)
Cuando el Rey en la inauguración de Mengíbar escuchó tales ideas, se mostró a favor y acogió
con entusiasmo el proyecto. El 13 de abril de 1917 se reunió el Consejo de Administración de
Mengemor, y se dio lectura a la Memoria titulada Navegación y aprovechamiento de la energía
hidráulica del Guadalquivir entre Córdoba y Sevilla, en el que decía que el problema de la
navegación en el rio se solucionaría estableciendo una serie escalonada de presas de compuertas
de alturas variables con esclusas que permitieran el paso de barcazas, y de centrales que
aprovecharan la energía del agua al salvar cada uno de estos escalones, energía que calculaba en
unos 60.000 HP aprox. en aguas normales. Así, ese día se autorizó la redacción del proyecto, y
la solicitud oficial ante el Ministerio de Fomento se realizó el 14 de marzo de 1919.
Para llevar a cabo el proyecto, Mengemor decidió fundar una sociedad anónima que fuese
independiente, que fue llamada “Canalización y Fuerzas del Guadalquivir”. Don Carlos
Mendoza fue nombrado como Presidente.
Se acordó que los saltos se irían construyendo en sentido ascendente, y que se empezaría con
uno nuevo cuando se hubiese colocado el 75% de la energía del anterior. Sin embargo, esta
disolución resultó ser desfavorable más adelante para el desarrollo de dicho proyecto.
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
Lo primero que se construyó fue el embalse del Jándula. Hubo ciertos problemas iniciales, y
resultó bastante caro, ya que se tenía que construir en un sitio que estaba en el corazón de Sierra
Morena y el núcleo de población más cercano, Andújar, estaba a 40 km, lo que representaba a
un desafío para el transporte de personal. La central entró en funcionamiento el 6 de agosto de
1930.
El embalse de Jándula también era una parte muy importante del proyecto: por una parte debía
garantizar que la obra fuese viable económicamente, por medio de su explotación eléctrica. Por
otra parte, sería una gran reserva de agua para cuando tuviesen lugar los periodos de estiaje del
río Guadalquivir.
En Alcalá del Río se iniciaron las obras en el verano de 1928. Hubo muchos problemas de
organización. Además, el río en esa zona tenía la característica de aumentar su caudal
repentinamente hasta 8000 m3/s, lo que hacía aún más complicado la construcción.
Debido a diversos problemas, lo único que llegó a realizarse del proyecto entero fueron el
embalse del Jándula y los saltos de Alcalá y Cantillana.
En 1951 fue la integración con Sevillana Electricidad. Se aprobó por las Juntas Extraordinarias
de ambas compañías el 21 de noviembre de 1951, y comenzó a surtir efecto el día 1 de
diciembre de ese año. Es nombrado vicepresidente Don Carlos Mendoza Gimeno, hijo del
fundador de Mengemor.
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Centrales hidroeléctricas
el cual se calcula que embarcaron unos 50 millones de ánforas olearias durante dos siglos y
medio, periodo que duró su esplendor. Se conservan ciertos elementos de la época, como el
“cipo romano” que sirve de pila para el agua bendita en la capilla de San Gregorio Osetano, o la
“muralla de la villa”. Así mismo, se siguen conservando otros restos de origen visigodo. Más
tarde, los musulmanes se asentaron en el lugar y le dieron el nombre de “Al-Kalat-Criad-Al-
Kibir”, del que deriva su denominación actual.
Una nueva época de gran esplendor llegó cuando fue reconquistada por Fernando III. Más tarde,
en el siglo XIV, fue ocupada por el Marqués de Cádiz, tras sus luchas con el Marqués de
Medina-Sidonia. Como dato curioso, puede destacarse que se utiliza el mismo escudo que
Sevilla capital según un privilegio real, que fue concedido por ser Alcalá guarda del río y
defensa del puerto de Sevilla. Con la llegada del siglo XX y la Revolución Industrial a España,
se produce un gran cambio y lo importante pasan a ser los núcleos de mayor intensificación
industrial, que hace que en parte Andalucía fuera con desventaja. Y es en este contexto cuando
se crea la empresa Mengemor y comienza con sus proyectos, y se abre así un nuevo capítulo en
la historia de Alcalá del Río.
3.1.5 La central
La central de Alcalá del Río comenzó a construirse en el verano de 1928, y entró en servicio tres
años más tarde, en 1931. Mengemor le encargó el diseño arquitectónico a don Casto Fernández-
Shaw. Fue una de las primeras presas móviles con compuertas que se construyó en España, por
lo que constituyó en su época una obra de vanguardia. El edificio que alberga la sala de
máquinas fue diseñado para parecer un castillo medieval desde el exterior.
La central contaba con una presa móvil constituida por 8 compuertas metálicas apoyadas en
pilas que cierran vanos de 15 m. de luz por 8,5 m. de altura, y que toma el aspecto de un puente
cuando se elevan las compuertas, en las crecidas del río. La cimentación en la margen izquierda
se encontraba a 10 m. de profundidad y se alcanzó por recintos de tablestacas metálicas. La
central con 7.600 KVA en dos unidades, forma parte de la presa en esta margen izquierda,
mientras que la esclusa está situada en la margen derecha. La obra civil del tablero del puente y
de la esclusa se realizó por cuenta del Estado, aunque no fue liquidada hasta 1.948. Del resto de
la construcción a realizar por el Estado, los accesos al puente se hicieron en 1938, en plena
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guerra civil. Las compuertas de la esclusa, como las de los escalones realizados más tarde, que
son necesarias para la navegación, no se han instalado todavía hoy. Se terminó la construcción y
se puso en servicio la Central el 13 de junio de 1.931. Su coste, algo inferior a lo presupuestado,
ascendió a 11.243.000 pesetas”.
Imagen 3.19. Alfonso XIII en una de las visitas Imagen 3.20: Empezando a construir.(Fuente: “El
realizadas a Alcalá del Río con motivo de la Guadalquivir: Canalización y Electricidad”)
construcción de la presa y central eléctrica. (Fuente: “El
Guadalquivir: Canalización y Electricidad”)
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Centrales hidroeléctricas
Figura 3.22: Alzado de la presa pensado inicialmente. Dos dibujos publicados en la Revista de Obras
Públicas a fecha de 1 de noviembre de 1926.
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
4 SISTEMA DE GESTIÓN DE LA
INFORMACIÓN Y GESTIÓN DEL
MANTENIMIENTO
El objetivo general de un sistema de información para la gestión del mantenimiento es
proporcionar a la dirección de la empresa el medio de análisis para la optimización de la gestión
y ayuda a la toma de decisiones estratégicas, tácticas y operativas. Presenta una serie de
objetivos particulares como:
- Facilitar la programación de las tareas de mantenimiento.
- Ayudar a planificar el aprovisionamiento de los recursos necesarios para el
mantenimiento, donde se incluye la mano de obra, los repuestos, las herramientas, los
útiles y, en ocasiones, terceras empresas.
- Facilitar la mejor utilización posible de los recursos.
- Producir informes sobre el estado del sistema general de mantenimiento atendiendo a un
conjunto de indicadores, que permitan el control del mantenimiento en los diferentes
niveles de actividad.
Un requisito para este tipo de sistemas es su compatibilidad e integración con los restantes
subsistemas de información de la organización.
Se pueden encontrar cinco grandes grupos dentro de las funciones básicas de este tipo de
sistemas:
Cubrir las tareas relativas a la captura y tratamiento de información:
Sólo se puede tratar informáticamente aquello que está codificado. La información
descriptiva, no clasificada según algún criterio (al que corresponderán los códigos), será
muy difícil de tratar a la hora de establecer medidas, comparaciones, etc.
Codificación y tratamiento de las causas de intervención y tipos de trabajo, etc.
Codificación de instalaciones, dispositivos y elementos, sin perder de vista su estructura
y su relación con la distribución en planta.
Codificación de todos los recursos de mantenimiento.
Toda la codificación de la entrada de datos, deberá ser clara y unitaria.
Captura "on-line" mediante sistemas automáticos, monitorización, etc.
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Sistema de gestión de la información y gestión del mantenimiento
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Desarrollo de un plan de mantenimiento para la central hidroeléctrica de Alcalá del
Río aplicando criterios de confiabilidad (RCM)
En este apartado se hará una amplia exposición del desarrollo e implantación del proyecto de
mantenimiento centrado en confiabilidad (RCM) en la central hidroeléctrica de Alcalá del Río,
basándonos en los principios explicados anteriormente.
Primeramente tenemos que comenzar con un estudio por minorizado de la central hidroeléctrica
según los principios RCM. Para ello debemos formar un grupo de trabajo que analice y haga
este estudio según la metodología RCM y lleve a cabo la implantación del mismo que se ha
descrito anteriormente.
Una vez constituido el grupo de trabajo, se hace una explicación del contexto operacional de la
central. En el contexto operacional se define todas y cada una de las funciones de ésta y se
explica el funcionamiento de cada uno de sus elementos. Esta parte es una de las más
importantes según la filosofía del RCM, ya que una mala explicación del contexto operacional
de los elementos a mantener puede llevar a la elección de una mala política de mantenimiento
de los mismos.
La explicación del contexto operacional de la central hidroeléctrica nos llevará a un desglose en
sistemas y subsistemas de la central. Este desglose en sistemas y subsistemas nos hará ver
detalladamente cada una de las funciones primarias y secundarias y se verán cuales son los
sistemas a los que aplicaremos el RCM.
Una vez definido los sistemas a los que aplicaremos el RCM, analizaremos para cada función
primaria y secundaria cuáles son sus fallos funcionales, sus modos de fallos y los efectos de los
fallos.
Para acabar el proceso de implantación del RCM en la central, una vez analizados todos los
aspectos anteriores, se hará una selección de las políticas de mantenimiento para dichos
sistemas, es decir, el tipo de mantenimiento de los elementos y el seguimiento que se le harán a
dichos mantenimientos.
Contexto operacional
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Desarrollo del proyecto
La C.H. Alcalá del Río, data del año 1930, se compone de una presa móvil de compuertas y de
la Central, que está situada en la zona izquierda de la presa. El edificio es de tipo rectangular,
con dimensiones aproximadas de 50 x 15 metros, diseñado por el arquitecto Don Castro
Fernández-Shaw, y cuenta con un estilo Medievo visto desde el exterior. Fue una de las
primeras presas móviles con compuertas que se construyó en España, por lo que constituyó en
su época una obra de vanguardia. Dentro del edificio podemos encontrar dos grupos de 3500
KVA, existiendo desde origen un hueco para instalar un tercer grupo. Por la situación de
implantación actuales los grupos existentes son denominados II y III, faltando el primero.
La presa, con clasificación CLASE B, es de hormigón, tiene una longitud total de 204.50 metros
y una altura sobre cimientos de 23.35 m. Dispone de 8 compuertas de aliviadero, con una
capacidad total de alivio de 8000 m3/seg. También cuenta con un sistema de esclusas en su parte
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