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Antecedentes

Teoría Política I

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EL ESTADO MODERNO
GENEALOGÍA Y ELEMENTOS CONSTITUTIVOS

Introducción
En nuestra primera lectura comenzaremos abordando el origen y precedentes del Estado
Moderno.

En un primer apartado nos dedicaremos a la genealogía del Estado Moderno. Lo haremos a


través del estudio de las diferentes formas de organización políticas preestatales, cuyos
elementos de gobierno centrales pueden ser considerados antecedentes del moderno Estado-
Nación.

En particular, nos detendremos en el estudio del orden medieval para, a partir de allí, analizar los
diferentes procesos que llevaron a la conformación del Estado Moderno como una forma de
organización política diferenciada.

Seguidamente, conoceremos las características fundamentales de la primera forma adoptada


por el Estado Moderno, la del Estado Absolutista.

En el segundo apartado, nos concentraremos en la identificación de aquellos elementos


constitutivos del Estado Moderno, a saber: la Población-Nación, el Territorio y el Poder;
comprendiendo por qué son centrales para la existencia del Estado.

Cabe señalar que los contenidos expuestos en esta lectura corresponden a las unidades I y II del
programa de la materia y a la bibliografía indicada para las mismas.

¡Importante!

Es preciso recordar que esta lectura constituye una guía pedagógica para el estudio, con la cual
se pretende ayudar al alumno/a a identificar los principales conceptos y relacionar los contenidos
en función de los objetivos de la materia. De ninguna manera este material reemplaza el estudio
de la bibliografía indicada para la materia.

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Introducción
El Estado-Nación propiamente dicho es un producto de la cultura de occidente que no se plasma
si no partir del Renacimiento. Claro que con anterioridad han existido otras formas de organización
política, diferentes formas de relación entre gobernantes y gobernados en las que es posible
identificar algunos elementos (Territorialidad, Ejército permanente, Sistema tributario, Burocracia,
etc.) propios del Estado Moderno.

Es que la especificidad del Estado Moderno como forma de organización política, no está dada
por la presencia aislada de estos elementos que lo componen, sino por su conjunto y por la forma
específica en que convergen dichos elementos en él. De allí la importancia de comprender el
contexto y el proceso por el cual emerge el Estado Moderno.

Organizaciones políticas pre-estatales

El estudio de las organizaciones políticas pre-estatales interesa aquí no con el sentido y amplitud
que le daríamos si se tratara de un análisis histórico si no desde la Teoría del Estado, a los fines
de comprender que las sociedades han adoptado otras formas de organización para la
convivencia diferentes a la del Estado Moderno que hoy conocemos.

Concentraremos en consecuencia nuestra atención en las principales características de las


formas pre-estatales de organización política y en particular, en aquellos elementos que también
encontramos en el Estado Moderno y por tanto, pueden tomarse como antecedentes del mismo.

Es preciso señalar que, si admitimos el marco teórico marxista, podremos arribar más
sencillamente a una distinción entre formas políticas pre-estatales y Estado Moderno.

En este marco, a cada modo de producción corresponde una forma de organización política. De
este modo, y siguiendo la clasificación quíntuple del marxismo, podemos señalar que:

El modo de producción de la comunidad primitiva (o comunismo primitivo) se refiere a


organizaciones tribales cuya organización social articulaba regímenes de propiedad comunal, no
privada, que evolucionaron hacia formas familiares patriarcales institucionalizadas en las que
comienzan a advertirse síntomas de dominación política. La figura del jefe de la familia como jefe
del linaje.

El modo de producción asiático o despotismo de aldea, propio de los imperios primitivos a los
que haremos referencia más adelante.

El modo de producción esclavista en el que la esclavitud constituye la relación de producción


dominante y que engloba múltiples formas políticas entre las que destacaremos: la polis griega, la

1
Genealogía: (Del lat. genealogĭa, y este del gr. γενεαλογία). Origen y precedentes de algo. Biol. filogenia origen y
desarrollo evolutivo de los seres vivos. Diccionario de la Real Academia Española.

2
República Romana (en los inicios de esta forma de producción) y las monarquías helenísticas y el
Imperio Romano (este último lleva a esta forma a su máxima expresión y desarrollo)

El modo de producción feudal, sumamente complejo puesto que cubre organizaciones políticas
extremadamente diferentes y dispersas en el mundo. En términos generales se refiere a: una
forma especial de propiedad de la tierra y explotación del trabajo servil; a relaciones sociales
fundadas en el vínculo contractual del vasallaje y a la jerarquía de dominación política que iba
desde los siervos hasta el Emperador con múltiples instancias intermedias en la nobleza secular y
espiritual.

Finalmente, el modo de producción capitalista en el que se desarrolla el Estado Moderno en el


sentido que explicitaremos más adelante.

Sintetizando, podemos identificar organizaciones políticas pre-estatales como se deduce de las


sociedades de clases precapitalistas.

Organizaciones Políticas
Pre-estatales

Procesos: Modernidad
1. Imperios Antiguos

2. Grecia 1.- Ejército


permanente
3. Roma
2.-Administración
4. Edad Media -Feudalismo : Pública.
ESTADO
3.-Capitalismo
MODERNO
Poder Político 4.-Sistema de
1. Compartido
Estratificación
2. Intermitente
3. Mediato Clasista.

5.- Sistema
Jurídico Unificado
POLIARQUÍA

Fuente: Guía de Teoría Política. UES21- Profesor: Lic. Andrés Daín.

3
Imperios Antiguos

En los imperios antiguos de la antigua China, Egipto, la India y Mesopotamia encontramos la


primera forma de dominación política: despotismo teocrático con economía de templo y
aparato burocrático para la administración de los regadíos.
Estos imperios poseían sistemas similares de economía política2 basada en el cultivo de terrenos
cuya fertilidad estaba ligada al riego (regadíos) por lo que era necesario asegurar una
administración adecuada de los mismos mediante la centralización de la propiedad de la tierra en
el gobernante.3
Propiedad real que, no obstante, coexistía con la conservación de la comunidad aldeana, en los
términos explicitados por Maurice Godelier:

“La esencia misma del modo de producción asiático es la existencia combinada de comunidades
primitivas, donde reina la posesión común del suelo y organizadas, parcialmente todavía, sobre la
base de relaciones de parentesco, y de un poder de Estado que expresa la unidad real o
imaginaria de esas comunidades, controla el uso de los recursos económicos esenciales y se
apropia directamente de una parte del trabajo y de la producción de las comunidades que él
domina” 4

La forma específica de su organización fue el despotismo teocrático, origen del gobierno


teocrático que luego influirá en Occidente. Encabezado por un rey tribal que, legitimado por el
Dios del templo y convertido en autócrata sustituye el viejo consejo de la tribu por una
organización burocrática para el control de los canales y obras de distribución del agua, entre
otras exigencias de estructura económica de la tierra.

GRECIA. La Polis y las Monarquías Helenísticas

Desde aproximadamente el siglo VIII – VII AC, fechas de las grandes reformas políticas y sociales
en Esparta y Atenas hasta la Guerra del Peloponeso en el siglo V AC que indica el comienzo de
su decadencia, la polis griega será la unidad política dominante en el Mediterráneo.

La polis o Ciudad-Estado supuso un factor de civilización único hasta entonces en la historia de la


humanidad. Originariamente concebida como una asociación local para la seguridad común,
constituyó el foco para la vida moral, intelectual, estética, social y práctica del hombre en una
medida no dada en ninguna otra sociedad. 5

Conoció varias formas de organización política: la monarquía, la tiranía, la oligarquía, pero pasó a
la historia por una especie de democracia oligárquica, característica del denominado “Siglo de
Pericles” (fin de las guerras médicas hasta el comienzo de la guerra del Peloponeso) en la que la
totalidad de los poderes residían en la Asamblea Popular de la que surgía el Consejo de los
Quinientos; ambos con funciones legislativas.

Esta Asamblea Popular (Eclesia) era competencia sólo de los “libres” o ciudadanos, que eran
miembros natos de la misma. Adviértase que la ciudadanía era exclusiva de la clase poseedora

2
Marvin Harris, Caníbales y Reyes (Barcelona, Argos Vergara, 1978) Pág. 211; “Introducción a la Teoría del Estado”
de García Cotarelo.
3
La propiedad de la tierra originariamente era atribuida al dios del templo en torno del cual se organizaba la comunidad
y que lo administraba en beneficio de todos.
4
En García Cotarelo, R ( comp) “Introducción a la Teoría del Estado” , Teide, Barcelona, 1986. Pag. 23

4
de bienes en una diferenciación radical con respecto a los esclavos (carentes de propiedad y
derechos) y de los metecos (extranjeros – libres -sin derechos).

Las funciones de gobierno (en principio reservadas a los 9 arcontes elegidos por las clases
superiores de ciudadanos) acabaron en manos de alguno de los 10 estrategas cuya función
originaria era puramente militar pero cuya elección anual y legitimidad periódica de su poder
amplió funciones. El cuadro se completaba con la helia o tribunal de jurados compuesta por un
número variado de ellos según la importancia del caso a resolver.

Dos instituciones fundamentales que dan la medida democrática en Atenas, más allá de la
designación por sorteo o elección de las autoridades, son: la isonomía o igualdad de los
ciudadanos ante la ley y el ostracismo o posibilidad de excluir de la comunidad a personas
molestas para el Estado.

Frente a Atenas, Esparta se caracterizó por un mayor conservadurismo, rigidez, autoritarismo y


militarización en una mezcla de instituciones antiguas y modernas. Sólo gozaban de plenos
derechos políticos los ciudadanos espartanos descendientes de los dorios conquistadores. Por
debajo, sin derechos, estaban los periecos (descendientes de la primitiva población predoria que
debían asistir si eran convocados para la guerra) y los ilotas, descendientes de los primitivos
aqueos, que eran campesinos en una situación intermedia entre los esclavos y los siervos. La
Asamblea Popular militar no tenía los poderes de la ateniense y era vigilada con poder de veto por
un Senado, institución en la que había evolucionado el antiguo Consejo de Ancianos o Gerusía.

Contaban con una monarquía ejercida por dos reyes (como el doble consulado romano) de las
dinastías de los Egidas y Europóntidos con funciones básicamente militares. En los asuntos civiles
intervenían cinco “eforos” elegidos anualmente por la Asamblea.

Más allá de las características particulares de una y otra, lo cierto es que las Ciudades-Estado
eran razonablemente democráticas y flexibles. Sin embargo, no tuvieron la capacidad para
articular un territorio unitario que pudiera resistir la presión de invasiones militares de
monarquías más vastas, como la monarquía macedónica que se impuso cultural y
políticamente en el mundo griego.

Tras la muerte de Alejandro Magno, y de la división de su imperio, surgirán las denominadas


monarquías helenísticas.

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El Imperio de Alejandro a su muerte

Fuente: http://www.laguia2000.com/edad-antigua/el-imperio-de-alejandro-magno

Las Monarquías Helenísticas alcanzarán su máximo desarrollo entre el 304 AC y el 220 AC,
siendo a esta lectura fundamentales las de Macedonia, Siria y Egipto.

Fueron claves no sólo en el proceso de expansión de la cultura helenística por el Mediterráneo y


en la configuración de las relaciones mercantiles y económicas de la época, si no que constituyen
un antecedente remoto de las monarquías absolutas europeas del siglo XVIII.

Las diversidades geográficas y de tradiciones en su seno y la necesidad de uniformación de las


múltiples poblaciones nativas condicionaron la forma política de estas monarquías, que en
términos generales intentaron reproducir la organización dada por Alejandro, que ya era
provisional.

El Rey ostentaba la jefatura del ejército, el poder de legislar, la dirección de la administración y la


magistratura suprema; al decidir por si mismo acerca de todas las cuestiones no requería de
organización centralizada alguna. En el caso de Siria y Egipto, con marcada tradición oriental,
además, se implantaron procesos de divinización de los monarcas y de cultos dinásticos (sucesión
en el primogénito).

Estas monarquías habrían de sucumbir, dada su provisionalidad, frente a la potencia de Roma en


el conflicto por el dominio del Mediterráneo, planteado en el siglo II AC.

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ROMA. La Republica romana y el Imperio
La Ciudad-Estado de Roma, a diferencia de Atenas y Esparta, al ver peligrar su supervivencia,
optó por convertirse en una de esas unidades territoriales más poderosas que amenazaron la
supervivencia de las polis griegas. Originariamente monárquica, devino República para conquistar
un vasto imperio con la consecuente incidencia en su organización jurídico-política.

La alianza original entre patricios y plebeyos para acabar con la monarquía, signó la vida de la
República que, desde el siglo VII AC (época en que se destronaron los reyes etruscos) hasta el
principado de Augusto del 63 AC al 14 DC, sufrió grandes tensiones y cambios en sus
instituciones fundamentales: el Senado, representativo de la nobleza y con amplias facultades
acentuadas por su función de tutela sobre comicios y magistrados, y las asambleas de ciudadanos
o comicios curiados, comicios centuriados y comicios tribunos a través de los cuales se
elegían los magistrados y otras funciones legislativas y judiciales.

Como consecuencia de estas tensiones, se produjo una paulatina equiparación legal entre ellos,
fundamentalmente respecto de la designación de los magistrados y sus competencias. Sin
embargo, las diferencias sociales reales no sólo permanecieron sino que se incrementaron al
ritmo de la expansión del dominio territorial con la particular aparición a partir de las guerras
púnicas de una “aristocracia plebeya” conformada por los “caballeros-capitalistas”

Pero si bien la constitución política de la República Romana fue adecuada para los tiempos de la
Ciudad-Estado, compuesta por tribus campesinas y militares con un gran sentido igualitario, el
desarrollo económico y político y, fundamentalmente, la conquista del Mediterráneo y el paso a la
organización del Imperio estallaron sus contradicciones internas.

El saqueo que hizo la oligarquía de las provincias conquistadas, el caos generado en la hacienda
pública por la gran masa de metálico ingresante al tesoro romano de parte de los reinos vencidos,
y la imposibilidad de pagar un ejército que acababa fidelizándose con los generales porque
garantizaban el botín (jefes que luego perseguían sus propios fines políticos), entre otras
cuestiones, hicieron ingobernable a la República y exigieron un cambio en la estructura
constitucional.

Esta fue la tarea de Augusto (Imperio de Augusto) quien impulsó una reforma político-
institucional consistente en una división política y económica del Imperio que, especialmente a
fines fiscales, consagra el principio republicano para Roma y sus provincias y el monárquico para
el resto del Imperio.

Así, las primeras dependieron del Senado y las segundas, del Emperador que pasó a tener su
propia caja, el fiscus caesaris, manteniendo el Senado la suya o aerarium. Otras dos cajas, la de
pensiones para el ejército (convertido en permanente) y el patrimonium eran asistidas con las
rentas de la fortuna del emperador.

El Principado de Augusto concentraba buena parte de los poderes y competencias republicanas


que antes correspondían a los magistrados y monopolizaba el poder militar. En particular, el poder
máximo sobre la administración y facultad de designar funcionarios le permitió lograr
homogeneidad administrativa en el Imperio. Paulatinamente, Augusto constituyó una especie de
monarquía casi absoluta aunque formalmente se respetaran las antiguas instituciones
republicanas que en la realidad vieron recortadas sus funciones.

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La posterior reorganización del Imperio bajo Diocleciano (La Diarquía de Diocleciano) significó la
consolidación del principio monárquico. El Emperador fue reconocido oficialmente como Dominus
(lo que implicó su reconocimiento como propietario del Estado y, a la vez, un proceso hacia su
divinización); configurándose una monarquía absoluta, burocrático-militar, imperial y
divinizante.

La reforma de Dioclesiano fue amplísima e incluyó el primer intento de regulación económica por
parte del Estado a través de la fijación de precios y la racionalización de la división entre el
patrimonio privado del monarca y la hacienda pública.

EDAD MEDIA. El orden político medieval: feudalismo

Entre las organizaciones políticas pre-estatales resulta de fundamental importancia analizar la


correspondiente al orden feudal. Es preciso comprender qué características tenía el poder político
en dicho contexto para así hacer lo propio con los
procesos de conformación del Estado Moderno.

¿Cómo era Europa Occidental en la Edad Media?

Entre los siglos V y XV Europa se había convertido en una


sociedad rural.

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente grandes


regiones de Europa ingresaron en un periodo de atrofia y
desarticulación económica. Apartados del mar, los países
redujeron al máximo el intercambio comercial y la
circulación imponiéndose una economía natural de
subsistencia y trueque.

En ese contexto, la condición de los hombres, quedaba Imagen representativa de los tres
sujeta al linaje (o nacimiento) y a la tenencia de la tierra. estamentos de la sociedad feudal:
La Iglesia, representante del poder
El rasgo fundamental de este sistema de estratificación divino en la tierra.
estaba dado por su estamento superior: la nobleza, que Los nobles, poseedores del poder
se asentaba económicamente en la posesión de las político y, juntamente con la Iglesia, de
tierras, rechazaba el comercio y la artesanía como la propiedad de la tierra.
Los vasallos, obligados a permanecer en
quehaceres impropios de su condición y se aislaba de lo
las tierras y sometidos a la autoridad
otros estamentos basada en sus “honores”. política, judicial y fiscal del señor
feudal.
Tal era la relación tierra-rango que en la misma nobleza Fuente:
su posicionamiento estaba dado por la extensión de sus http://historia.mforos.com/725447/7388543-
tierras (ducado, condado, baronía, etc.) el-feudalismo-en-europa/

La nobleza estimaba como suyas la función de dirección política y militar en cuyo cumplimiento
se concedieron privilegios de poder permanente y jurídicos.

Junto a esta nobleza caballeresca y guerrera encontramos a una población campesina y


desarmada (vasallos), que atendía el cultivo de los campos, pagaba sus impuestos y debía
aprovisionar y atender a los ejércitos. En compensación y por obvia conveniencia, en tiempos de
guerra, el señor feudal defendía a sus vasallos abriéndoles el refugio de las murallas de su

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fortaleza. Es que el contrato de vasallaje comprendía obligaciones tanto para el señor feudal como
para el vasallo.

Constituía un contrato de “obligaciones de obediencia y servicio (principalmente militar) por parte


de un hombre libre, llamado “vasallo”, hacia un hombre libre llamado “señor”, y obligaciones de
protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”, dándose el caso de que la
obligación de sostenimiento tuviera la mayoría de las veces como efecto la concesión, por parte
del señor al vasallo, de un bien llamado “feudo”.1

Este tipo de relación, que no es sólo económica sino también política, se da para todos los
órdenes, ya se trate del Imperio o de los reinos, ducados, señoríos eclesiásticos, etc., y resulta
fundamental comprenderlo para destacar que existía “una privatización sistemática de la relación
política.”6

La diferencia entre Derecho Público y Derecho Privado (establecida en Roma), entre Hacienda
Pública y patrimonio privado del Príncipe, desaparece. Basado en su derecho personal de libre
disposición de su propiedad, el señor feudal establece un contrato privado con su vasallo que
genera inmediatamente un vínculo político. Existe subordinación política a la par de la
dependencia generada por el contrato feudal.

Tras estas consideraciones estamos en condiciones de comprender por qué la expresión


“Poliarquía”, utilizada por Hegel, es la que más acertada para describir al feudalismo en
tanto organización política.

Efectivamente en este período el poder es compartido, intermitente y mediato, por las


siguientes razones:

Compartido:

El poder se encontraba repartido entre el Emperador, los monarcas territoriales o monarcas


medievales y los señores feudales.

El emperador estaba supeditado a la lealtad de los monarcas medievales, quienes a su vez


(mediante el endeudamiento, la hipoteca y la concesión de inmunidades) se vieron privados de
casi todos los derechos inmanentes a su superioridad y dependían para la guerra de los servicios
de los “caballeros” o señores feudales.

Casi todas las funciones que reclama para si el Estado Moderno estaban repartidas entre la
iglesia, el noble propietario de tierra, los caballeros, los monarcas, etc.

Intermitente:

El monarca no podía mantener sus ordenaciones ininterrumpidamente debiendo limitarse a


intervenir sólo esporádicamente para eliminar perturbaciones sumamente riesgosas.

Mediato:

Forzosamente el monarca dependía del asentimiento de los verdaderos factores de poder. En lo


sustancial el monarca medieval no podía prescindir de los poderes locales, ampliamente

6
GARCIA COTARELO, R. (comp) “Introducción a la Teoría del Estado” , Teide, Barcelona (1986) Pág. 43.

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autónomos, que habían sometido a su autoridad a todos los habitantes de la localidad,
sustrayéndolos a las órdenes inmediatas de poder central.

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