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PROYECTO GRUPAL

TEMA: REFLEXIONANDO SOBRE MI PROPIO PROCESO DE APRENDIZAJE

INTEGRANTES:
ANGEL MAURICIO RAMOS RUBIANO COD.1721023855
YUDY ALEJANDRA PARDO SALAMANCA COD.1711022512

INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA POLITECNICO GRAN COLOMBIANO


MODELOS PEDAGOGICOS
SEGUNDO BLOQUE – GRUPO 1
2018
Experiencias pedagógicas en el bachillerato

Ángel Mauricio Ramos Rubiano

Estudié mi bachillerato en el Liceo Nacional Agustín Nieto Caballero, en Bogotá, casi


todos mis profesores eran de un gran nivel, en especial recuerdo a la de Biología que, en
octavo grado, nos dio una clase sobre taxonomía animal y vegetal muy apasionante.

En taxonomía vegetal hizo un ejercicio que consistía en conseguir plantas de acuerdo a la


lista entregada por ella, eran alrededor de cuarenta tipos diferentes, luego nos explicaba la
organización taxonómica según el reino, subreino, división, subdivisión y clase, y a partir
de esa explicación nosotros íbamos clasificando todas las plantas que teníamos. Era muy
interesante porque generó todo tipo de discusiones en torno al tema e hizo que la clase se
involucrara y profundizara en ello. Recuerdo que todos aprendimos muy bien porque nos
despertó el interés y nos llevó más allá de los que los textos mencionaban, nadie quería que
la clase terminara por lo dinámica y el ambiente fraterno que se generó. La lección no solo
fue taxonómica sino, en cierto modo, espiritual ya que nos llevó a conocer nuestro lugar
dentro de la naturaleza y el papel transformador que podemos tener.

Ésta clase usaba el modelo autoestructurante porque el aprendizaje fue fruto del contacto
con las plantas, la dinámica de la clase, el análisis grupal e individual que generó la
discusión y la libre opinión, y el papel orientador de la profesora, logrando que, de manera
intuitiva, sus estudiantes descubrieran el sentido y la profundidad del tema.

Reconozco en la profesora una gran sabiduría y un ejemplar dominio del tema, lo que hacía
que todos los contenidos que ella proponía los recibiéramos con seguridad y autoridad, era
de carácter recio pero no imponente, con un gran manejo de grupo debido al respeto que
inspiraba, lo que hacía que la clase no se saliera de curso y todos nos enfocáramos en los
temas. Aunque era ya entrada en años, era un ejemplo de dinamismo y creatividad muy
inspirador que se complementaba con una intachable puntualidad, una apertura para
resolver las dudas y los inconvenientes de sus estudiantes, una alta exigencia académica de
la mano con una comprensión muy humana de los dramas de los jóvenes, ya que este
colegio maneja una gran población vulnerable.

En contraste a ésta clase tenía las de física y cálculo, que en décimo y undécimo grado fue
un total desastre. Eran impartidas por el mismo profesor al que veíamos dos horas diarias (a
veces cuatro) los cinco días a la semana, se caracterizaba por el poco interés que despertaba
en sus estudiantes, en general perdían el curso alrededor del 90% de ellos. Sus clases eran
sumamente pesadas y cero dinámicas. No hay lugar a dudas que se trataba de un modelo
heteroestructurante ya que él era quien opinaba, hablaba e imponía sin lugar para la
construcción en conjunto del conocimiento. A pesar de contar con un laboratorio de física,
nunca lo usamos, pese a las peticiones que todos hacíamos. Se desviaba con facilidad de los
temas y pasabas meses sin que los procesos avanzaran. No alentaba a sus estudiantes para
que se interesaran en los temas, por el contrario, en mi caso particular, hizo que perdiera
todo el amor por las matemáticas que había tenido desde temprana edad creándome un total
desinterés en el tema. Brillaba por su impuntualidad, eran frecuentes sus ausencias, no
había una directriz clara sobre el programa, no existían criterios de evaluación y en
ocasiones evaluaba temas que no habíamos visto. Fue una experiencia educativa muy
negativa que marcó mi vivencia colegial ya que era notorio el contraste con los demás
profesores que eran muy profesionales y apasionados por la docencia.

Su paradigma educativo era de tipo tradicional, ya que no se fijaba en las necesidades de


los estudiantes, sino que por el contrario daba su clase de manera magistral y masificada sin
ayudar a resolver las dudas de los estudiantes o la manera individual con la que cada
alumno puede llegar a aprender. La clase se centraba únicamente en el docente haciendo
que no hubiera un proceso escalonado de conocimiento que, de manera gradual, fuera
adquiriendo cada vez más mayor complejidad por lo que la mayoría no entendió ninguno de
los temas; de manera esporádica dejaba talleres que nadie resolvió porque tampoco se
entendió como hacerlo, lo que creaba un clima de frustración y desánimo general. Hubo un
notorio retroceso en el crecimiento académico de estas áreas que posteriormente se
reflejaron en las pruebas de estado, ICFES.

Este análisis de las dos situaciones reales vividas en el colegio, son un claro ejemplo de
aquello que se debe y que no se debe hacer, ya que es muy importante que el profesor se
convierta en un verdadero animador para que el estudiante adquiera conocimientos
significativos y sea participe de la construcción del conocimiento, haciendo que el descubra
la importancia y la aplicabilidad que para él tiene el aprendizaje en la vida diaria. Este tipo
de conocimiento traspasa la frontera de la obtención de una simple nota o la memorización
sistemática de una serie de datos que pronto se olvidarán, para llegar a una verdadera
formación y adquisición de conocimientos valiosos que lo capaciten para los retos que la
sociedad le imponen.
Experiencias pedagógicas

Alejandra Pardo Salamanca

Reflexionando sobre mi propio proceso de aprendizaje, llegó a mi mente aquellos días, en


los cuales yo cursaba cuarto grado en una escuela rural y la profesora (quien era mi madre)
nos dijo, a mí y a mis compañeros que más que educarnos quería que nosotros sus
estudiantes, sus hijos, tuviésemos una experiencia significativa, un aprendizaje para la vida.
Que ella necesitaba que todo lo aprendido en el aula de clase, lo aplicáramos en la vida
cotidiana, y que para ello íbamos a hacer un campamento.

Se llegó el día, estábamos todos entusiasmados con mis compañeritos, de la experiencia


que íbamos a tener; alistamos nuestros bolsos, con la ropa, cobijas y unas cuantas
colchonetas. Cada quien llevaba algo de comida. El lugar del campamento iba a ser la finca
de un vecino ubicada aproximadamente un km de distancia. Emprendimos la caminata,
aprovechamos la oportunidad para observar con detenimiento todo cuanto había alrededor
del camino, los árboles, las formas de las hojas, los insectos, todo, motivados por mi
profesora (mi madre). Una vez llegamos al campamento, la profesora nos organizó por
equipos de trabajo para realizar las actividades rutinarias, como cocinar, traer leña, lavado
de loza y aseo del campamento. Nos dio a conocer el horario para hacer cada una de las
tareas y actividades pedagógicas que íbamos a realizar durante la jornada. Todo se
desarrolló con forme a lo planeado por mi maestra, y uno de los grandes aprendizajes fue el
hecho de conocer cómo se desarrollaba el proceso para elaborar el café (ya que en la finca
habían cultivo) desde la siembra hasta el producto final. Mi profesora aprovechaba cada
momento para indagar y nosotros para hacer preguntas sobre cada cosa que nos parecía
importante.

Ahora que reflexiono con detenimiento sobre su método de enseñanza, puedo comprender
como nos enseñó a resolver problemas de la vida cotidiana desde la realidad; pues ella nos
hizo sacar la cuenta de los gastos realizados, dibujar donde estábamos ubicados, contar
leyendas e historias. Puedo decir, con exactitud que en dos días de campamento aprendí
más de matemáticas, ciencias naturales, español y sociales que un año de grado. Esto en
cuanto a asignaturas, sin contar el aprendizaje para la vida del cual ella tanto nos hablaba.
Pues nos enseñó como lavar la ropa de forma correcta, los platos, incluso sobre el
procedimiento de cocinar. Durante esta experiencia, el aprendizaje más importante fue el
hecho de compartir con mis compañeros, de cultivar valores como el respeto, el amor, la
tolerancia, la convivencia, entre otros.

Con respecto a las técnicas que intervinieron en el proceso de aprendizaje se encuentran:

- Salidas pedagógicas: Salida Campamento Finca Cirica


- Demostraciones: Nos hizo la demostración como se lavaba la ropa, como se
realizaba tendido de camas, preparación de alimentos, otros.

- Técnica de pregunta y respuesta: Después de cada demostración, nos hacía


preguntas acerca de lo que nos enseñaba.

- Mesa redonda: durante la fogata se relataron leyendas e historias, donde cada uno de
nosotros tuvimos la oportunidad de hacer comentarios.

Se trató de un modelo autoestructurante, ya que se manejó desde la experiencia y la


interacción entre los estudiantes y el docente.

Con referencia a las cualidades de la docente, se pudo evidenciar, su creatividad, carisma,


liderazgo y vocación por su trabajo.

Contrario a lo anterior, en mis experiencias negativas respecto al proceso de aprendizaje,


recuerdo con exactitud a mi docente de matemáticas, calculo y física, de bachillerato
llamado Fabio (con cariño Fabito). Sus clases se caracterizaban por ser aburridas y
monótonas; sin nada de motivación y creatividad. El profesor no compartía con nosotros, ni
se tomaba la tarea de que todos los estudiantes aprendiéramos de la misma manera los
temas vistos. Por el contrario, él se enfocaba en aquellos alumnos que aprendían con su
método de enseñanza, el cual consistía, en escribir en la pizarra y nosotros como
estudiantes copiar.

Por otro lado, sus explicaciones no eran muy significativas y carecía de dominio de grupo;
pues él se enfocaba en su pizarra, mientras en resto del grupo, a sus espaldas, destruíamos
el salón.

Por mi parte considero, que este método de enseñanza no fue bueno para mi aprendizaje, ya
que mi rol como estudiante fue pasivo y me distraía con facilidad porque me parecía una
pérdida de tiempo aprender algo que creía no iba a servir en mi vida, además siempre tuve
falencias y miedo a las matemáticas entonces optaba por no participar en sus clases y
ocupaba ese tiempo en hacer mis amados dibujos.

Con referencia a los métodos de enseñanza, a mi parecer carecía de estos; pues no se ajusta
a ninguno de los métodos de clasificación que nos muestran en la guía. Dentro de las
técnicas, la más aproximada es conferencia o exposición, pues el docente se centraba en dar
a conocer desde lo conceptual y teórico.

El modelo pedagógico utilizado es el heteroestructurante, pues el contenido educativo era


algo impuesto en donde siempre había respuestas correctas e incorrectas. También nosotros
como estudiantes teníamos un aprendizaje pasivo.
Con relación a las cualidades del profesor, se puede decir que tenía conocimiento y
dominio de los temas. Como ser humano, poseía bastantes cualidades y valores, se
caracterizaba por su amabilidad, paciencia y nobleza.

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