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RELIGIÓN

Tercer ensayo Segundo periodo: Fundamento ético de los


derechos humanos: Esclavo de tus derechos

Stephany Rodríguez
Rengifo
Grado 11-1
Religión
Fundamento ético de los derechos humanos: Esclavo de tus derechos

Stephany Rodríguez Rengifo

Licenciado Fernando Osorio

Institución Educativa Cárdenas Centro


Grado 11-1
Religión
Palmira- Valle del Cauca
2019
Esclavo de tus derechos

En este ensayo se busca dar respuesta a la siguiente inquietud: ¿cuál es el fundamento ético

de los derechos humanos? El fundamento ético de los Derechos Humanos va completamente

relacionado con la dignidad de la persona y el modelo de convivencia del ser humano a lo

largo de la historia. Rojas Juan (2001): “Privar a las personas de sus derechos humanos

es poner en tela de juicio su propia humanidad.”

El principio sobre el que el que se asienta el modelo ético de los derechos humanos es la

dignidad de la persona. La humanidad ha descubierto que el modelo más seguro de garantizar

la felicidad y la justicia es afirmando el valor intrínseco del ser humano. El hombre cuenta

con una serie de valores que lo diferencian de los demás seres naturales, y le dan, además,

una dignidad propia. El fundamento de los Derechos Humanos en la dignidad de la persona

y el modelo de ser humano y de convivencia que proponen será una meta a conquistar en la

construcción histórica, nunca completada, de los Derechos Humanos y en su condición de

resumen en positivo de la experiencia humana.

Se puede decir que la Declaración Universal de los Derechos Humanos se considera como

el origen y el núcleo básico de una construcción ética que se postula como la mejor solución

a los conflictos de la convivencia humana. Desde el punto de vista moral, podemos señalar

que la Declaración Universal de los Derechos Humanos constituye un modelo de ética

material que fija valores, contiene normas que se han de cumplir, derechos que se han de

respetar y libertades que es preciso proteger. La aspiración a tener derechos ha sido una de

las más antiguas de la humanidad, los hombres han luchado por tener derechos desde los

tiempos más remotos. La reflexión humana ha alcanzado referentes éticos del más alto nivel

en beneficio de una vida mejor y de una mejor convivencia con nosotros mismos y entre los
hombres. Ha sido largo el proceso que el hombre ha tenido que recorrer para llegar a

compartir cada vez más, modelos éticos y axiológicos más cualificados.

Desde la ley de la selva en la que los individuos consiguen un poder oportunista, azaroso

y efímero para controlar su supervivencia y bienestar, hasta el pacto social. El pacto social

cuando los individuos, reunidos en asamblea se reconocen, libres e iguales y establecen las

normas con que garantizar su mejor convivencia. Lo realmente importante de este salto

cualitativo es que los individuos se convierten en soberanos de sí mismos, habiéndose

reconocido la propia dignidad y autonomía entre ellos. Desde el Derecho Natural promotor

de superación y sugerencias al Derecho Positivo en el que se concretan las leyes y normas

desde la voluntad general, que no genera las leyes, sino que las acuerda, se sigue un horizonte

de convivencia ética superior cuya realidad denuncia cada vez con mayor fuerza la miseria

moral subsistente en muchas comunidades.

Históricamente, los primeros derechos que se desarrollaron fueron los llamados de

primera generación, los derechos de libertad, que limitan el poder del Estado, como libertad

de pensamiento, conciencia y opinión... y que respondían a la problemática del siglo XVIII,

especialmente a la lucha contra las monarquías absolutas y a los intentos de implantar

sistemas de gobierno en los que participara el pueblo. Posteriormente, lo hicieron los

derechos de segunda generación, derechos de igualdad, derechos políticos, que permiten la

participación en el poder político, como el derecho al voto, a las elecciones, a participar en

el gobierno... en los que reflejaron las reivindicaciones de los movimientos obreros de la

segunda mitad del siglo XIX en su lucha contra el capitalismo; y, por último, al menos de

momento, los derechos de tercera generación, cuyo valor fundamental es la solidaridad, los

derechos sociales, derecho a la seguridad social, al trabajo, “La paz no sólo consiste en poner
fin a la violencia o a la guerra, sino a todos los demás factores que amenazan la paz, como

la discriminación, la desigualdad, la pobreza.” Suarez Santiago (2016).

La evolución moral ha desembocado en una teoría ética que, hoy por hoy, es la mejor

fundada. Esta teoría se resume en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se

funda en la dignidad humana, en un modelo de ser humano y de convivencia que a todos nos

parece verdadero y deseable. Los derechos humanos se han ido descubriendo a lo largo de la

experiencia histórica, y puede comprobarse que son la mejor solución a los grandes

problemas universales. No es una teoría perfecta, por lo que es preciso seguir mejorándola,

y, sobre todo, lograr que se respete en todas las partes. La lucha por la consecución de los

derechos humanos es el desafío de aquellos que ven mermados sus derechos o están

indefensos respecto al resto, este es el caso de las personas mayores. Es por ello, que el

Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce a todas las

personas el derecho a un nivel de vida adecuado. Para que sea así, éste debe asegurar la salud

y el bienestar, en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los

servicios sociales necesarios. Reconoce también el derecho a seguros en caso de desempleo,

enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de los medios de subsistencia

por circunstancias independientes a la voluntad propia.

Para finalizar, es evidente que el fundamento ético de los Derechos Humanos debe proteger

y construir la dignidad de la persona y el modelo de convivencia del ser humano a lo largo

garantizando una determinada calidad de vida para así no ser esclavos de algo que nos

corresponde, NO DEBEMOS SER ESCLAVOS DE LOS DERECHOS.

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