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Área Espiritual
Estudios Bíblicos
Publicado el 03/12/08 22:12
Anatoli Levitin, historiador y escritor ruso, estuvo preso varios años en el Gulag siberiano,
en donde las peticiones a Dios parecían congelarse. Pero él se fortaleció espiritualmente, y
escribió: "El mayor de todos los milagros es la oración. Solamente tengo que volverme
mentalmente a Dios e inmediatamente siento una fuerza que viene a mí de alguna parte, y
entra en mi alma y en todo mi ser.
¿Qué es? ¿De dónde podría yo, un anciano insignificante y cansado de la vida, conseguir
esa fuerza que me renueva y me salva, elevándome por sobre la tierra? Viene a mí desde
afuera, y no hay fuerza en el mundo que pueda resistirla".
En esta Guía estudiaremos cómo la oración, "el aliento del alma", puede ayudarnos
a tener una relación más íntima con Dios y una vida cristiana más saludable.
¿Cómo es posible sentarse con Cristo a la mesa y tener una agradable conversación con
él?. Primero, contándole en oración todo lo que tenemos en nuestro corazón. Segundo,
escuchando cuidadosamente. A medida que meditamos en oración, Dios puede hablarnos
directamente. Y cuando estudiamos su Palabra, él nos hablará a través de sus páginas.
"ORAD SIN CESAR. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús". -- 1 Tesalonicenses 5:17-18.
¿Cómo podemos "orar sin cesar"? ¿Tenemos que estar siempre de rodillas o repitiendo
sin cesar frases de oración o ruego? Por supuesto que no. Se trata de llevar una vida tan
íntima con Jesús, que nos sintamos libres de hablar con él en cualquier momento y lugar.
"No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en ferviente oración. En medio
de las multitudes de las calles o de una sesión de negocios, podemos elevar a Dios una
oración e implorar la ayuda divina... Debemos tener abierta de continuo la puerta del
corazón e invitar siempre al Señor Jesús a venir a morar en nuestra alma como un
huésped celestial". -El camino a Cristo, pág. 99.
Una de las mejores maneras de desarrollar esta íntima relación, es meditar mientras
oramos.
Cuando ore, no presente sólo una larga lista de pedidos. Espere, escuche. Una oración
corta y meditada puede enriquecer mucho su relación con Dios.
Cuanto más nos acerquemos a Jesús tanto más podremos sentir su presencia. No se
preocupe tanto de sus palabras, sino de hablar honesta y francamente con él. Cuéntele
todo. Recuerde que él sufrió la agonía de la muerte para llegar a ser su Amigo más íntimo.
2. ¿CÓMO ORAR?
De acuerdo a este modelo, podemos ir a Dios como nuestro Padre, para pedirle que tome
posesión de nuestros corazones. Lo buscamos para que supla nuestras necesidades
físicas, para que nos perdone y para que nos dé una actitud perdonadora. Recordemos
siempre que nuestra capacidad para resistir el pecado viene de Dios. La oración de Cristo
concluye con expresiones de alabanza.
En otra ocasión Jesús instruyó a sus discípulos a orar al Padre en su "nombre" (S. Juan
16:23), es decir, orar en armonía con el espíritu y los principios de Jesús. Por eso es que
los cristianos generalmente terminan sus oraciones diciendo: "En el nombre de Jesús,
Amén". En hebreo, "amén" significa "así sea".
Aunque la oración modelo nos da una idea de cómo presentar una oración, nuestra
comunicación espontánea con Dios, de corazón, es lo mejor.
Podemos orar por todo. Dios nos invita a orar por el perdón de nuestros pecados (1 S.
Juan 1:9); por el aumento de nuestra fe (S. Marcos 9:24); por las necesidades de la vida
(S. Mateo 6:11); por la sanidad de las enfermedades y el sufrimiento (Santiago 5:15); por
el derramamiento del Espíritu Santo (Zacarías 10:1). Para él nada es demasiado pequeño
para que no lo incluyamos en la oración.
"Echando TODA vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros". -- 1 S.
Pedro 5:7.
Nuestro Salvador se interesa por cada detalle de nuestras vidas. Su corazón se alegra
cuando nos dirigimos a él con amor y fe.
3. LA ORACIÓN EN PRIVADO
"Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto, y tu Padre... te recompensará en público". -- S. Mateo 6:6.
Además de orar cuando está trabajado, camina o se encuentra en una reunión social, el
cristiano debe apartar un tiempo cada día para la oración personal. Haga su cita diaria con
Dios en el momento en que usted pueda concentrarse mejor.
4. LA ORACIÓN EN PÚBLICO
Cuando Moisés oró, el Mar Rojo se abrió. Cuando Elías oró, descendió fuego del cielo.
Cuando Daniel oró, un ángel cerró la boca de los leones. La Biblia nos presenta muchos
ejemplos de oraciones contestadas, y nos recomienda la oración como la manera de tener
acceso al poder de Dios. Jesús prometió:
Sin embargo, algunas oraciones parecen no ser escuchadas. ¿Por qué? Estos siete
principios le ayudarán a orar más efectivamente:
"SI PERMANECÉIS EN MÍ, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho". -- S. Juan 15:7.
Si hacemos de nuestra relación con Dios y estar en contacto con él nuestra prioridad,
escucharemos y buscaremos las respuestas a nuestras oraciones que, de otra manera,
podrían pasar inadvertidas.
b) Confíe en Dios.
"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa CONFORME A SU
VOLUNTAD, él nos oye". -- 1 S. Juan 5:14.
Recuerde que Dios desea tanto enseñarnos como darnos
cosas por medio de la oración. A veces dice "no"; y otras
veces nos lleva en otra dirección. La oración es un medio
para estar a tono con la voluntad de Dios. Por tanto,
tenemos que estar atentos a las respuestas de Dios y
aprender de ellas. Es de gran ayuda recordar nuestras
peticiones específicas y lo que nos ha sucedido.
e) No persista en el pecado.
"SI EN MI CORAZÓN HUBIESE YO MIRADO A LA INIQUIDAD, el Señor no me habría
escuchado". -- Salmos 66:18.
El pecado acariciado anula el poder de Dios en nuestras vidas: nos separa de él (Isaías
59:1-2). Usted no puede persistir en el pecado y, al mismo tiempo, esperar la ayuda divina.
La confesión sincera y el arrepentimiento resuelven este problema.
Si no estamos dispuestos a que Dios nos libere de nuestros malos pensamientos, palabras
y acciones, nuestras oraciones no serán efectivas.
"Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites". -- Santiago 4:3.
Dios no responderá "sí" a las oraciones egoístas y faltas de sinceridad. Mantenga sus
oídos abiertos a la ley de Dios, cumpla su voluntad, y él escuchará sus peticiones.
"El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable". -- Proverbios
28:9.
g) Persista en la oración.
Jesús enseñó la necesidad de insistir en nuestras peticiones con la historia de una viuda
persistente que siempre se presentaba ante un juez con su petición. Finalmente, el juez
cansado, dijo: "Sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia". Y Jesús
concluyó, diciendo: "¿Acaso no hará Dios justicias a sus escogidos, que claman a él día y
noche? ¿Se tardará en responderles?" (S. Lucas 18:5-7).
"El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús". -- Filipenses 4:5-7.
Para triunfar, fije "los ojos en Jesús" hoy y podrá ser parte de la celebración de la
victoria final, cuando la paz de Cristo reine para siempre.
Lo que enseña la Biblia sobre la Oración
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Área Espiritual
Temas Bíblicos Interesantes
Publicado el 28/04/15 12:15
El cristianismo es una relación personal con Dios. El medio apropiado para mantener esa
relación personal es la oración.
Respuesta: “Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo” (E.G. White,
El Camino a Cristo).
entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te
son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda(Salmo
139:1 – 4)
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes
Nota: Dios conoce nuestras necesidades mejor que nosotros mismos, y sabe lo que
vamos a pedir incluso antes de pedirlo. El motivo que tenemos para orar no es para
contarle algo que no sepa.
Nota: Todo lo bueno viene de Dios, quien por cierto, no cambia ni muda. No podemos
hacer cambiar de opinión a Dios. Su deseo siempre es hacer el bien y ayudarnos, no
tenemos que convencerlo de que cambie de forma de pensar porque esté disgustado. Este
tampoco es el motivo por el que debemos orar.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra ( Mateo 6:10)
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye
(1 Juan 5:14)
Nota: Según estos dos textos, la oración nos sirve de reflexión para adecuar nuestra
voluntad a la de Dios. No siempre pedimos como conviene (Romanos 8:26), y la oración
eleva nuestra mente a los pensamientos de Dios, nos hace reflexionar.
Por otro lado, siempre he dicho y diré que Dios es un caballero, el Ser más educado que
podamos conocer. Y como tal, jamás irrumpirá en la vida de nadie sin pedirle permiso.
Dios quiere hacer el bien, Dios conoce mejor que nadie nuestras necesidades, y no
cambia su forma de pensar que es ayudarnos. Pero Dios no nos puede ayudar si no le
pedimos ayuda. En el momento que le presento mis peticiones en oración, le estoy dando
permiso para actuar en mi vida. Si Dios actuase en nuestras vidas de forma extraordinaria
sin que se lo hayamos pedido, se le podría acusar de actuar contra nuestra voluntad, de
forzarnos a recibir "bendiciones", por lo que Dios se ve limitado y depende de nuestras
oraciones como permisos para poder ayudarnos.
Satanás no pide permiso para actuar en la vida de las personas, es un irrespetuoso. Pero
Dios tiene que esperar a que le pidamos ayuda, sólo de esa forma puede actuar en
nuestras vidas.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
6. ¿En qué términos nos aconseja Jesús que usemos este arma poderosa?
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide,
recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá ( Lucas 11:9, 10)
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre ( Lucas 21:36)
Nota: La oración nos ayuda a permanecer en contacto con el Cielo, a perseverar en una
condición espiritual segura. Descuidar la oración hace que nuestra mente se centre de
forma exclusiva en lo terrenal, y relajarnos moralmente tomando decisiones inadecuadas,
hasta llevar una conducta desordenada.
Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Nota: La oración constante (orad sin cesar) no es pasar el día entero de rodillas, sino tener
una actitud de oración en todo lo que hagamos. Es hacer de Dios nuestro compañero
diario de trabajo, de ocio, etc. En todo momento debemos estar mentalmente conversando
con el Señor, sobre lo que hacemos, lo que decimos, lo que vamos a decidir, etc. También
dando gracias por las cosas que nos suceden a cada momento.
Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su
cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (1
Timoteo 2:8)
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu
Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración ( Hechos 3:1)
Nota: Cualquier lugar es apropiado para orar a Dios con un corazón sincero. No es
necesario privarse de la oración por no encontrarse en un lugar más tranquilo. No
obstante, hay que cultivar el hábito de apartarse unos momentos en privado para dar
respiro al espíritu en oración. Y por supuesto, la casa de oración o iglesia (templo) es el
lugar de oración privada y en común con otros que comparten la fe.
Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor (Salmos 95:6)
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro
Nota: Hay mucha discusión acerca de cómo debemos orar, en qué postura o posición
física. No faltan textos que apoyan el orar de rodillas, parece ser la posición de humildad
ante el Creador. No obstante hay más textos que mencionan el orar con el rostro pegado
al suelo (Génesis 17:3; Levítico 9:24; Mateo 26:39) o con el rostro cubierto con un velo
(Éxodo 3:6). Hoy practicar tales cosas no son bien vistas, lo que nos indica que no es
cuestión de praxis física. También los hay quienes oraban de pie (Lucas 18:11) o mirando
al cielo (Lucas 18:13) incluso estando postrado en la cama o acostado (1 Reyes 1:47;
Salmo 4:4; Salmo 36:4).
Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en
lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el
espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el
entendimiento. Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el
Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho (1 Corintios 14:13 – 16)
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos
( Mateo 6:7)
Nota: Hay que orar con el entendimiento, de forma que yo mismo sepa qué digo y los que
me rodean lo puedan entender para su edificación. Esto no sólo advierte el falso don de
lenguas, sino también los rezos de letanías repetitivas aprendidas de memoria, que no
expresan nuestras necesidades particulares ni vierten nuestras preocupaciones ante Dios
ni los que nos rodean.
En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en
mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que
Nota: La instrucción bíblica es más que clara, debemos dirigir nuestras peticiones al
Padre.
Nota:Este es el texto por el que debemos acabar nuestras oraciones pidiendo al Padre en
el nombre de Cristo Jesús, o de Jesús, nuestro intercesor o mediador.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
Nota: Este texto corrobora lo dicho más arriba. La oración es necesaria para permanecer
con pensamientos elevados y en una moralidad aceptable (buenos frutos). Cuando esta
actividad cesa, volvemos a comportarnos de forma indebida.
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es
Nota: Como se vio en el estudio sobre la Fe, es cuestión de confianza. Pedir a alguien
desconfiando no agrada al que recibe la petición. Cuando alguien desconfía, ahora está a
tu lado, luego no, cambiando constantemente de opinión y de parecer. Igualmente sucede
con nuestra relación con Dios. Sólo confiando en Dios de forma plena, tendremos
seguridad y no andaremos dudando y cambiando de parecer.
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo:
Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella
ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún
tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin
embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la
paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos,
que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero
Nota: Dios no siempre nos da las cosas que pedimos en el mismo instante que lo
pedimos. Al igual que un padre o una madre no siempre da a su hijo todo lo que le pide a
cada momento. Buscamos no tener hijos malcriados, caprichosos que lo tienen todo en
cualquier momento, Dios también nos enseña a tener paciencia en muchas ocasiones. En
otros momentos, al igual que un niño no puede entender más allá de su pequeña madurez
las consecuencias o los motivos por los que no puede recibir un "regalo", de igual modo
Dios ve más allá de las cosas que nosotros podemos percibir, y por motivos que Él sólo
conoce, nos niega algunas cosas. Aunque no lo comprendamos, debemos saber que todo
es por nuestro bien.
Nota: Alguien puede decir que Dios es caprichoso en la forma de condicionar ciertas
respuestas a oraciones. Nada más lejos de la realidad. Pensemos que todos los seres
humanos que habitamos este planeta, sean creyentes o no, somos hijos de Dios. Y Dios
como Padre, se preocupa en cómo gestionamos lo que Él nos da. Si uno de mis dos hijos
es un derrochador y me pide dinero, lógicamente no le daré lo que me pida para que lo
malgaste, de este modo estaré fomentando su mal hábito en vez de corregirlo. De igual
modo, una persona con malos hábitos, pide a Dios salud, ¿se la dará para seguir
consumiendo drogas (por ejemplo)? Por otro lado, cuando un hijo es obediente, es un
buen gestor de los recursos que su Padre le da, tendrá más opciones (salvo excepciones)
de recibir lo que pida.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de
mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú ... Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo:
Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad ( Mateo 26:39, 42)
El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable ( Proverbios 28:9)
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración (1 Pedro 4:7)