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Introducción

En este trabajo realizado hablamos de diferentes temas como lo que es la


dignidad y la dimensión social de la persona.
Sobre lo que es lo conflictos que afrontan los adolescentes en sus etapas,
lo efectos que tiene la globalización en la economía, y el trabajo personal.
Como sabemos la dignidad indica el respeto y la estima que todos los seres
humanos merecen y se afirma de quien posee un nivel de calidad humana
irreprochable.
Sobre lo que es el contexto socio cultural y religioso en el que vivieron
Abraham, Isaac, Jacob y Moisés.
La dignidad

Dignidad indica el respeto y la estima que todos los seres humanos merecen y se afirma
de quien posee un nivel de calidad humana irreprochable.
La dignidad es la cualidad de digno que significa valioso, con honor, merecedor y el
término dignidad deriva del vocablo en latín dignitas.
En el Preámbulo de La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 habla de la
"dignidad intrínseca (...) de todos los miembros de la familia humana", y luego afirma en
su artículo 1º que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos".
La dignidad humana, por lo tanto, es innata, positiva y fomenta la sensación de plenitud
y satisfacción, reforzando la personalidad. La esclavitud, por ejemplo, es lo contrario de
dignidad ya que no se tratan las personas como tales ni como dignas, siendo que el
esclavo no es considerado una persona humana, sino un objeto.
La dignidad también es el respeto y la estima que merece una cosa o una acción. Es una
excelencia, un realce de esa cosa o acción.
Se habla de dignidad si las personas en su manera de comportarse, lo hacen con
gravedad, decencia, caballerosidad, nobleza, decoro, lealtad, generosidad, hidalguía y
pundonor. Por ejemplo, a la hora de cumplir con los compromisos, la dignidad se refiere
a la formalidad, a la honestidad y a la honra de las personas.
En términos de excelencias, la dignidad es un cargo honorífico o un puesto de gran
autoridad, prestigio y honor, por ejemplo, los cargos políticos, como el cargo de Rey, de
presidente o de emperador. También son denominadas así las personas que ocupan ese
cargo o puesto, siendo representantes y poseedores de una distinción, siendo ellas
dignidades o dignatarios.
Tipos de dignidad
En filosofía, la dignidad se divide en 3 tipos siendo ellas:
Dignidad ontológica o dignidad humana: es con la cual todos los humanos nacen.
Dignidad moral: se relaciona con la moral de las personas y su comportamiento en
sociedad.
Dignidad real: es aquella que se recibe por parte de los otros.
Dignidad humana
La dignidad humana es un valor y un derecho innato, inviolable e intangible de la
persona, es un derecho fundamental y es el valor inherente al ser humano porque es un
ser racional que posee libertad y es capaz de crear cosas.
La afirmación que todas las personas nacen con dignidad es un tipo de dignidad
ontológica.
Esto quiere decir que todos los seres humanos pueden modelar, cambiar y mejorar sus
vidas ejerciendo su libertad y por medio de la toma de decisiones para vivir con dignidad.
Dignidad moral
La dignidad moral se refiere a la dignidad de las personas como un hecho moral. Esto
quiere decir, que es un valor propio del ser humano dentro de la sociedad y es lo
correcto.
La dignidad moral, por lo tanto, se refleja en las conductas que la persona ejerce según
su moralidad, que la sociedad acepta o rechaza.
En este sentido, la dignidad moral debe reflejarse en todos los ámbitos de la sociedad
como un modelo de conducta, costumbre o tradición a seguir. De esta manera, la
dignidad moral se transforma en dignidad social.
Dignidad personal
La dignidad personal se basa en el respeto y la estima que una persona tiene de sí misma
y es merecedora de ese respeto por otros porque todos merecemos respeto sin
importar cómo somos.
La dignidad personal adquirida por el trato que se recibe de los otros llamada también
dignidad real.
Cuando reconocemos las diferencias de cada persona y toleramos esas diferencias, la
persona puede sentirse digna, con honor, libre y orgullosas de ser como son.
Dignidad cristiana
En la teología cristiana, el hombre al ser una criatura de Dios, posee dignidad. En este
sentido y según el catecismo de la Iglesia Católica, el hombre ha sido creado a imagen
de Dios, en el sentido que es capaz de conocer y amar libremente a su propio creador.
Así, el hombre no es solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de darse
libremente y de entrar en comunión con Dios y las otras personas.
La Dimensión Social De La Persona

La Dimensión Social se refiere a la habilidad de relacionarte con otras personas. Se


obtiene mediante una comunicación que implique una escucha activa, así como la
puesta en práctica de actitudes asertivas y empáticas con los demás.
Todos sentimos la necesidad de relacionarnos y convivir con los demás.
El hombre, es por naturaleza, un ser social, solo en casos excepcionales se aísla y vive
en la soledad.
Pero, no solo convivimos con otras personas, porque nuestra propia naturaleza social,
así no los pide, sino porque también necesitamos de la compañía y de los servicios que
otros nos otorgan.

La idea de dimensión puede utilizarse para nombrar a una faceta, una cara, una fase o
una circunstancia de algo. Social, por su parte, es aquello vinculado a la sociedad: la
comunidad de individuos que conviven en un mismo territorio bajo determinadas
normas.
A partir de estas definiciones podemos comprender qué es la dimensión social. Así se
denomina al conjunto de los factores vinculados a las interrelaciones entre las personas
y a la vida en sociedad.
Puede entenderse la dimensión social como lo relacionado a la socialización de un
individuo. Los seres humanos son seres sociales: satisfacen sus necesidades materiales
y simbólicas en grupo. Una persona siempre necesita de otras para alcanzar su plenitud,
y por lo tanto debe desarrollar todas las herramientas inherentes a su dimensión social.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto tampoco que se considera que
la dimensión social cuenta con dos escenarios fundamentales que se relacionan entre sí
y que se influyen mutuamente:
-La escuela, en la que el ser humano va a convivir con personas ajenas al núcleo familiar
y eso va a suponer que tenga que hacerle frente a su aceptación o bien a su rechazo. En
este caso, se considera que la misma debe ejercer como lugar donde no solo se favorece
el conocimiento de otras culturas y de valores como la tolerancia y el respeto sino
también donde se desarrollen otras actitudes que son importante para estar en
sociedad. Nos estamos refiriendo a actitudes como la solidaridad.
Argumentación sobre los principales factores generadores de conflicto durante la
adolescencia.

En esta etapa, los adolescentes suelen sentir que sus padres se han alejado de ellos
pues al dejar de ser niños comienzan a ser presionados por ellos para que sean más
responsables y más maduros, lo que suele ser molesto para los adolescentes que
sienten la necesidad de alejarse de ellos y acercarse a gente de su edad que si los
comprenda.
Es importante que los padres se muestren más cariñosos y comprensivos, pues sí los
adolescentes se sienten criticados o rechazados, su autoestima se verá afectada.
Además de los problemas familiares, otra de las razones por las que los adolescentes
caen en las adicciones es que se sienten invencibles, inmunes hacia los problemas o
simplemente no piensan en las consecuencias de sus actos y las repercusiones que
estas tendrán en su futuro. También la curiosidad, la presión de los amigos, el querer
sentirse adultos y la baja autoestima
son factores que influyen el uso de
drogas y alcohol.
Se inicia con los cambios en los
caracteres sexuales secundarios
(menarquia, maduración reproductiva,
cambio de voz, crecimiento físico) y se
extiende hasta la independización legal
de la autoridad de los adultos (Hurlock,
1994). Es decir, hasta cumplir 18 años de
edad.

De acuerdo a UNICEF (2007) la


adolescencia es el período en el que
una persona se prepara para ser un
adulto productivo, con familia y con
deberes ciudadanos. Los adolescentes no conforman un grupo homogéneo, pero los une
la edad (entre 12 y 18 años) y una actitud contestataria que persigue el valor de lo social
en la relación consigo mismos, con los amigos, con los pares, los afectos, el placer, el
juego, la música, el teatro, los deportes y la cultura en su sentido más amplio.

Si bien el inicio de la adolescencia es claro, ya que se inicia con los cambios físicos y
biológicos de la pubertad como la menarquia y la aparición de los caracteres sexuales
secundarios, la edad final no está tan definida, ya que la adolescencia es un constructo
social e histórico. La elección del intervalo etario depende mucho de los patrones
culturales, sociales y económicos de cada cultura.
Los adolescentes también se enfrentan continuamente a diversos problemas. Muchos
quisieran recurrir a sus padres pero pueden pensar que no se les escuchará con simpatía
o que darán la impresión de ser incapaces de solucionar sus problemas. En general, los
y las adolescentes tienden a ser cautelosos a la hora de recurrir a sus padres, sobre todo
al tratar temas como sexo, juego amoroso, parejas (Hurlock, 1994).
Algunas de las dificultades que presentan los y las adolescentes relacionadas a las
Relaciones Interpersonales son: Problemas de habilidades sociales, timidez, soledad,
ansiedad social, grupos de amigos conflictivos y presión grupal.
En cuanto a las relaciones con los padres, las principales dificultades son:
Incomunicación, violencia familiar, peleas, discusiones, normas y control. Entre los
temas más difíciles en la comunicación de adolescentes de ambos sexos con sus padres
están la sexualidad, relaciones de pareja y problemas sentimentales.
Respecto a las relaciones de pareja, se encuentran problemas sentimentales, desamor,
rupturas afectivas, sensación de incompetencia afectiva, dificultad de comunicación,
entre otras (Hurlock, 1994).
Una posible hipótesis de las razones por las cuales los adolescentes de ambos sexos
expresan un alto porcentaje de dificultades en las relaciones interpersonales puede
relacionarse a la importancia que tienen éstas durante la adolescencia y la manera cómo
los adolescentes se perciben a sí mismos y a los demás.

Argumentación sobre la relación hombre-Mujer a partir de los textos: Genesis 1,26-


28, Marcos 10, 2-12, 1 Corintios 13, 1-8.

Investigación sobre la causa y los efectos que tiene la globalización en la


economía, el trabajo y las personas.
La globalización desde un principio afectó más fuertemente en el ámbito económico, ya
que globalizar la economía es uno de los aspectos más influyentes en el desarrollo de
un país actualmente, por la única razón de que si cierto país quiere que sus bienes o
servicios entren en el mercado internacional no le quedará más remedio que
relacionarse con el resto y así hacer más sencillo el proceso de comercialización de estos
bienes y servicios. Tantos son los países que están en el comercio internacional que,
durante los últimos cincuenta años, el comercio ha crecido de tanto que se puede
afirmar que cerca del 40% del volumen total de producción es exportada.
El planteamiento de la "Globalización" como una fase expansiva del desarrollo del
capital, lleva a definir su relación con el trabajo, es decir con la fuente del valor. La crisis
de esta etapa globalizante, a su vez contiene un fuerte efecto sobre el trabajo.
Para el ciudadano común y corriente, la globalización es una fórmula muy simple:
comprar en el resto del mundo bienes y servicios lo más barato posible y ofrecer, a su
vez, al mercado mundial, bienes y servicios competitivos de acuerdo con las ventajas
comparativas de cada país. Como resultado final, su poder de compra aumentará,
mientras que la expansión de la oferta generará nuevos empleos, crecimiento y
bienestar. Pero si estamos haciendo bien los mandados en materia de apertura
Desafortunadamente, la fórmula no es tan simple. La globalización básicamente consiste
en abrir el mercado de bienes y capitales de un país al resto del mundo y, generalmente,
va acompañada de una política de privatización de empresas del sector público. Al usar
el dólar como circulante, nuestra economía dispone de un mercado de capitales abierto
y eficiente desde hace más de 30 años, y una oferta de servicios relativamente
desarrollada logra el ajuste básicamente en mercado de bienes y por efecto directo en
el mercado de trabajo.
Las empresas industriales, que son las primeras en enfrentar la globalización, deben

arrojar a la calle a una gran cantidad de trabajadores. Estos nuevos desempleados muy
difícilmente logran reinsertarse en el mercado laboral, pues no cuentan con el
entrenamiento adecuado.

Investigación sobre la concepción de Dios según las diferentes religiones


Dios es el ser supremo al que las religiones monoteístas consideran como creador del
universo. Se trata de una deidad a la que diversas religiones rinden culto y alaban. La
palabra proviene del concepto latino deus y se escribe con mayúscula inicial cuando se
refiere a la mencionada idea de ser supremo para las religiones como el cristianismo, el
judaísmo y el Islam, entre otras.
Por lo general, Dios es considerado como omnipresente (está en todas partes),
omnipotente (puede hacer todo) y omnisciente (sabe todo). De acuerdo a la religión,
recibe distintos nombres, como Alá (Islam) o Yahvé (judaísmo). Las religiones que creen
en un único dios son las monoteístas, opuestas a las politeístas.
El cristianismo fue la primera religión en concebir a Dios como una especie de guardián
que se encuentra por fuera del mundo, al cual observa desde las alturas y con el que
entabla comunicación directa en ciertas ocasiones. A partir de Santo Tomás de Aquino
(1225-1274), el cristianismo reconoce que la existencia de Dios no puede comprobarse
mediante el método científico, sino que es tarea de la metafísica.
La ciencia que se encarga del estudio de las entidades divinas es la teología. Existen
diversas corrientes filosóficas que discuten acerca de la existencia de un dios, como el
deísmo (acepta la existencia de un ser supremo, pero no la información supuestamente
revelada a través de escrituras o ciertas personas, como la Biblia o el Corán), el
agnosticismo (desconoce la existencia de un dios) o el ateísmo (niega la existencia de un
dios o cree que no está demostrada).
El cristianismo fue la primera religión en concebir a Dios como una especie de guardián
que se encuentra por fuera del mundo, al cual observa desde las alturas y con el que
entabla comunicación directa en ciertas ocasiones. A partir de Santo Tomás de Aquino
(1225-1274), el cristianismo reconoce que la existencia de Dios no puede comprobarse
mediante el método científico, sino que es tarea de la metafísica.
La ciencia que se encarga del estudio de las entidades divinas es la teología. Existen
diversas corrientes filosóficas que discuten acerca de la existencia de un dios, como el
deísmo (acepta la existencia de un ser supremo, pero no la información supuestamente.
El miedo a no creer en Dios
En sociedades donde el cristianismo es la religión oficial, es más común encontrar ateos
que religiosos. Los primeros representan un grupo muy interesante de personas que
parecen temer tomar una decisión que los posicione de una vez por todas a un lado de
la línea que divide a los creyentes de los no creyentes, escudándose en que aún no ha
llegado el momento de sus vidas para atender esta cuestión.
Resulta curioso que muchos ateos se esmeren en explicar que la religión es una
invención del ser humano para no sentirse solo en los momentos más críticos de su vida,
y que por otro lado no descarten la posibilidad de creer en Dios en un futuro. Es
respetable Por supuesto, con dicha postura no hacen daño a nadie y, por lo tanto, tienen
derecho a tomarla. Sin embargo, parece existir un miedo generalizado a decir «no creo
en Dios», probablemente por no querer que nos dé la espalda si algún día lo necesitamos
para pedirle ayuda en caso de una desgracia o una enfermedad terminal.

Indagación de la diversidad religiosa presente en la sociedad dominicana


Debido a los grandes flujos migratorios, la República Dominicana cuenta en la actualidad
con una gran variedad de religiones constituyéndose como un país que permite la
libertad religiosa.
La religión más practicada sigue siendo la católica, ya que se cuentan más del 50 % de
católicos entre la población dominicana. Le siguen la religión evangélica y los ateos.
Además, también se pueden encontrar religiones como el budismo, el judaísmo, el
islamismo o la religión tradicional china, entre muchas otras.
Pese a que la religión católica comenzó a perder peso entre la población a finales del
siglo XIX por falta de financiación y programas de apoyo, los dominicanos siguen
contando con dos figuras religiosas importantes: la Virgen de las Mercedes, como
patrona del país, y la Virgen de la Altagracia, como su protectora.
Con todo, la libertad religiosa que se encuentra en República Dominicana ha permitido
también el enriquecimiento de todas las culturas que conviven en la isla.
Es la primera vez que el parlamento multirreligioso se celebra en un país europeo.
España está necesitada todavía de este tipo de demostraciones. En los mismos días,
numerosos púlpitos mediáticos católicos han arreciado en sus críticas al Gobierno por
negociar con las religiones protestante, musulmana y judía el desarrollo de unos
acuerdos de cooperación que ahora disfruta en exclusiva la Iglesia católica. Frente a la
vieja idea, sostenida aún por muchos políticos, de que el Estado debe mantener su
maridaje con la Iglesia católica como única religión verdadera -"la sociedad perfecta", se
decía en el Concordato de 1953-, se alza la imparable multirreligiosidad dibujada en este
encuentro.

Investigación sobre el contexto socio cultura y religioso en el que


vivieron Abraham, Isaac, Jacob y Moisés y el mensaje que trasmiten

ABRAHAM
Abraham, patriarca bíblico y según el libro del Génesis (11,27; 25,10) padre de los
hebreos, que parece vivió entre los años 2000 y 1500 a. C. Abraham es considerado por
los musulmanes, quienes le llaman Ibrahím, como un antepasado de los árabes por
medio de Ismael (uno de sus hijos). En otro tiempo se le consideró contemporáneo de
Hammurabi, rey de Babilonia. Debido a que el relato bíblico de su vida se basa en
tradiciones conservadas por transmisión oral más que en documentos históricos, no
puede escribirse una biografía tal y como hoy la conocemos.
Llamado Abram originalmente, Abraham fue el hijo de Tare, un descendiente de Sem, y
nació en la ciudad caldea de Ur, donde se casó con su hermanastra Saray, o Sara.
Abandonaron Ur junto a su sobrino Lot y su familia, por inspiración divina y se dirigieron
a Harán. Al recibir la promesa de que Dios haría de él una 'nación grande', Abram se
trasladó a Canaán, donde vivió como un nómada. El hambre le llevó a Egipto, pero fue
expulsado por presentar a Saray, su mujer, como su hermana. Una vez de vuelta a
Canaán, Abram y Lot se separaron tras las disputas surgidas entre ellos y sus pastores,
quedándose Lot cerca de Sodoma y continuando Abram su vida errante. Más tarde
rescató a Lot de la cautividad del rey Cordorlahomor de Elam y fue bendecido por el
sacerdote Melquisedec, rey de Salem. Entonces, Dios prometió a Abram un hijo de su
esposa Saray, le repitió sus primeras promesas y las confirmó con una alianza.
Cuando Abram renovó esta alianza, se estableció el rito de la circuncisión, su nombre se
transformó en Abraham, y el de Saray en Sara. Dios, a través de unos ángeles, volvió a
prometerle que tendría un hijo varón de Sara.
Cuando Dios le informó de que iba a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra a causa
de la depravación de sus habitantes, Abraham le suplicó que no lo hiciera. Dios le
prometió que salvaría las ciudades si pudiera encontrar sólo diez hombres justos. Al no
encontrar ninguno Dios cumplió su amenaza.
Ismael, primer hijo de Abraham y de Agar, una esclava egipcia, nació cuando Abraham
tenía 86 años. Los musulmanes árabes consideran a Ismael como su progenitor. Isaac,
hijo de Abraham alumbrado por Sara cuando éste tenía 100 años, fue el primero de sus
descendientes legítimos. Dios exigió que Abraham sacrificara a su hijo, como prueba de
fe, aunque por la incondicional obediencia de Abraham, Dios le permitió salvarle y le
recompensó con una renovación formal de su promesa.
ISAAC
Isaac (en hebreo, `hará reír'), patriarca del Antiguo Testamento, hijo de Abraham,
hermanastro de Ismael y padre de Jacob y Esaú. El nacimiento de Isaac fue prometido
por Dios (Gén. 17, 19 y 21) a Abraham y a su esposa Sara, después de muchos años de
matrimonio sin descendencia, como señal de que las bendiciones que Dios otorgó en un
principio a Abraham tendrían su continuidad en Isaac, heredero de la Alianza. Los
acontecimientos de la vida de Isaac son relatados en el libro del Génesis desde el
capítulo 21 al 28.
El relato dominante en la narración, que constituye uno de los episodios más conocidos
de la Biblia, es la del proyectado sacrificio de Isaac (Gén. 22). Según esta historia, Dios
quiso probar la fe de Abraham ordenándole que sacrificara a su amado hijo. En último
momento, tras quedar Dios convencido de la incondicional obediencia de ambos, padre
e hijo, aceptó un carnero en lugar del joven. Se cree que este relato expresa el rechazo
de los hebreos a los sacrificios humanos, practicados por las naciones vecinas. En la
sinagoga actual, el carnero es recordado en el ritual de soplar el shofar, o cuerno de
carnero, durante los días Solemnes del judaísmo: Rosh Ha-shaná y Yom Kipur.
El Nuevo Testamento alude a Isaac como precursor de Cristo y de la Iglesia (Gál. 3,16;
4,21-31); la obediencia de Isaac a su padre, hasta el punto de estar dispuesto a la
inmolación, se asocia con la de Cristo (Heb. 11,17-19). Estos temas fueron desarrollados
por varios de los autores patrísticos e Isaac aparece con frecuencia en el arte cristiano,
en concreto, asociado a la eucaristía.
Los arqueólogos y demás científicos bíblicos han trazado similitudes entre la narración
bíblica de Isaac y la historia de las tribus semitas. Se considera que Abraham constituye
el tronco nómada del que surgieron las tribus hebreas e idumeas. Isaac representaría
entonces a las tribus que se unieron para constituir la confederación hebrea y obedecer
a Dios, Yahvé, una deidad tribal, en origen. Por su parte, Ismael representaría a las tribus
de Idumea. Comparado con los otros dos grandes patriarcas bíblicos, su padre Abraham
y su hijo Jacob, Isaac aparece como una figura menos importante. Sin embargo, los
especialistas ven por una serie de detalles del relato bíblico, en Isaac, más elementos
simbólicos importantes. La hipótesis es que la narración de su nacimiento es un intento
deliberado, de los primeros escritores israelitas, de modificar la tradición de las tribus
semitas a fin de promover la adhesión a la confederación hebrea, una alianza política y
militar, al sugerir que dicha alianza estaba inspirada por una poderosa divinidad.
Jacob e hijos
Jacob, en el Antiguo Testamento, uno de los patriarcas hebreos, hijo de Isaac y Rebeca
y nieto de Abraham. Tras privar con un engaño a su hermano Esaú de la bendición de su
padre y de sus derechos de primogenitura, Jacob huyó a la casa de su tío, Labán, para
quien trabajó durante muchos años, y cuyas hijas, Lía y Raquel desposó. Sus esposas y
sus esclavas, Zilpá y Bilhá, le dieron 12 hijos, que se convertirían en los patriarcas de las
12 tribus de Israel. Lía dio a luz a Isacar, Judá, Leví, Rubén, Simeón y Zebulón; Raquel, a
José y Benjamín; Zilpá a Gad y Aser, y Bilhá a Dan y Neftalí.
El relato de Jacob se narra en Génesis 25-35. Los acontecimientos más sobresalientes de
su existencia fueron la visión de la "escalera de Jacob", la bendición que recibió en Betel
(Gén. 28,10-22) y la concesión del nombre Israel por un adversario divino tras luchar
contra él (Gén. 32,24-32).

Moisés
La figura de Moisés es uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostiene no
sólo el judaísmo, sino también, aunque quizás en menor medida, el cristianismo y el
islam. Junto a Abrahán, el padre de un gran pueblo, y David, el rey elegido por Dios al
que prometió que jamás apartaría de su descendencia el cetro, Moisés es la «causa de
la identidad religiosa», el gran legislador que transmite a Israel el código de conducta
que deberá regir la relación entre la divinidad y su pueblo, razón por la cual durante
siglos se lo consideró autor de los cinco libros de la Torá, la Ley, y aún hoy sigue gozando
de esta fama en los círculos ortodoxos judíos y cristianos, pese a que la crítica textual
moderna ha desmontado convincentemente esta creencia. La autoridad moral para
dictar esa ley le viene dada a Moisés por haber sido –según tradición inveterada de
siglos– el instrumento empleado por Dios para sacar a su pueblo de Egipto y liberarlo de
la esclavitud.

Clasificación de los Principales profetas y su mensaje fundamental.


Esta clasificación se basa en el tamaño de los libros. Cualquiera de los tres libros Isaías,
Jeremías o Ezequiel, es por si solo más extenso que todos los doce Profetas menores
junto. Daniel contiene casi tanto como los dos más extensos de los Profetas Menores,
Oseas y Zacarías.
Clasificación Cronológica:
13 de los Profetas se relacionaban con la destrucción de la nación hebrea; 3, con su
restauración.
La destrucción de la nación se efectuó en dos etapas.
El reino del norte cayó en 734-721 a.C. Antes y durante este periodo fueron: Joel,
Jonás, Amós. Oseas, Isaías y Miqueas.
El reino del sur cayó en 606-586 a.C. De este periodo fueron: Jeremías, Ezequiel,
Daniel, Abdías, Nahum, Habacuc y Sofonías.
La restauración de la nación fue en 536-444 a.C. Se relacionan con este periodo:
Hageo, Zacarías y Malaquías.
Lo que evocó la obra de los profetas fue la apostasía de las diez tribus al final del reino
de Salomón (véase bajo 1 Reyes 12). Como medida política para mantener alejados a los
dos reinos el reino norteño adoptó como religión nacional la adoración de un becerro,
la religión de Egipto. Poco después añadió el culto de Baal,que también logró infiltrarse
en el reino del sur. En esta crisis, cuando el pueblo de Dios mismo Le abandonaba y se
entregaba a idolatría de las naciones vecinas, y el nombre de Dios desaparecía de las
mentes de los hombres y Sus planes para la redención del mundo parecían fracasar, fue
cuando aparecieron los profetas.

Profetas y Sacerdotes.
Los sacerdotes eran los maestros religiosos regulares de nación. Formaban una clase
hereditaria, y a menudo eran los más malvados de la nación. Pero con todo, eran los
maestros de religión. En lugar de clamar contra los pecados, caían en los mismos y
llegaban a ser caudillos de iniquidad. Los profetas no eran una clase hereditaria. Cada
uno recibió un llamamiento directo de Dios. Fueron llamados de entre diferentes
elementos. Jeremías y Ezequiel eran sacerdotes; quizás también Zacarías. Isaías, Daniel
y Sofonías eran de sangre real. Amós era pastor. No sabemos lo que hayan sido los
demás.
Misión y Mensaje de los profetas
Tratar de salvar a la nación de su idolatría y maldad.
Fracasando en esto; anunciar que la nación sería destruida.
Pero no destruida del todo; un remanente seria salvo.
De en medio de este remanente vendría una influencia que se extendería por toda la
tierra y traería a Jehová a todas la naciones.
Esta influencia se hallaría en un gran hombre que un día se levantaría en la familia de
David. Los profetas le llamaban "el Renuevo." La familia de David, en un tiempo la más
poderosa del mundo, en los días de los profetas cortada y derribada hasta gobernar a
un reino pequeño, despreciado y a punto de desaparecer, una familia de reyes sin reino,
no había de fenecer. Había de retoñar. Del trono de la familia nacería un vástago, un
retoño tan grande que sería en sentido especial "el Renuevo".
Este periodo de los profetas
Abarcó, poco más o menos 400 años, 800-400 a.C. El evento céntrico del período fue la
destrucción de Jerusalén, cronológicamente más o menos a mediados del período. Con
este evento, de una o de otra manera, se relacionaban de hecho o cronológicamente
siete de los profetas : Jeremías, Ezequiel, Daniel, Abdías, Nahum, Habacuc y Sofonías. La
caída de Jerusalén fue el tiempo de mayor actividad profética, ya sea para tratar de
evitarla, o para explicarla. Aunque Dios mismo trato la destrucción de Jerusalén,
humanamente hablando, hizo cuanto pudo para evitarla. Parece como que Dios
prefiriera tener alguna institución que representase la idea de Dios en el mundo, aunque
esa institución estuviese corroída de parte a parte con pecado y maldad, antes que no
tener nada. Quizás esa sea la razón por qué permitió la continuación del papado a través
de la Edad Media. En todo caso, Dios envió un despliegue brillante de profetas en un
esfuerzo para salvar a Jerusalén. Sin haber podido salvar a la "ciudad santa" por la falta
de santidad de ella, los profetas arden en explicaciones y seguridades divinas de que la
caída de la nación elegida no significa el fin de los planes de Dios; que después de un
tiempo de castigo habría una restauración, y para el pueblo de Dios, un futuro glorioso.

El Mensaje Social de los profetas.


Muchos libros modernos acerca de los profetas hacen gran énfasis en su mensaje social,
su denunciación de la corrupción política, de la opresión y de la podredumbre moral de
la nación. Sin embargo, lo que más preocupaba a los profetas
era la idolatría de la nación; que erraba la nación en su concepto de Dios. Es
sorprendente hasta dónde pasan esto por alto escritores modernos, especialmente en
vista de la verdad universalmente reconocida de que la vida social de una nación es
producto directo de su religión.
El Elemento Profético.
La "erudición moderna" tiende a desdeñar el aspecto profético de la Biblia. Pero la Biblia
sí predice. El pensamiento más persistente en todo el A.T. es este: que Jehová, Dios de
la nación hebrea, llegará a ser Dios de todas las naciones. Las
generaciones sucesivas de escritores del A.T. pasan de lo general a lo particular para
describir y detallar la manera en que esto se hará.
Y en los Profetas, aun cuando ellos mismos no hayan comprendido el significado pleno
de algunas de sus palabras, y aunque algunas de sus predicciones están veladas por las
nieblas de los eventos históricos de sus propios tiempos; sin embargo la historia entera
de Cristo y de la extensión del cristianismo sobre la tierra queda dibujada de antemano,
en bosquejo y en detalle, en lenguaje que no puede referirse a ninguna otra cosa.

Indagación sobre la vocación de algunos personajes bíblicos destacando


las diferencias y los elementos comunes: Éxodo 3, 1-12; Jeremías 1, 4-17;
Lucas 1, 26-34; Hechos 9,1-6.

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