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El lado humano de la literatura

Andrés Vázquez Moreno


Instituto Ciudadano para la Gobernanza Democrática
Universidad Autónoma Metropolitana-Izapalapa

Puede pensarse que la literatura no es cosa de todos y que está bien por aquellos a los que
nos gusta leer, pero nada pasa si lo tuyo no son los libros. Justamente, en la literatura pasan
cosas que, probablemente, no podrías imaginar aún con todas las experiencias que la vida
práctica te ofrece. La literatura no sólo tiene que ver con frases o historias memorables,
es también la extensión de nuestras vivencias, la revelación de nuestro futuro y el
reencuentro con nuestra historia.

También es común escuchar que leer literatura nos vuelve más inteligentes, más cultos, más
conscientes. Sin duda la literatura apela de alguna manera a estas cualidades del lector y las
estimula, pero la vanidad que ostenta este tipo de ideas ha promovido, más que lectores
inteligentes, cultos y conscientes, la profusión de modismos pseudo intelectuales, la falta de
crítica y autocrítica, y los lugares comunes.

La literatura es para todos y no necesita etiquetas, necesita lectores, esa pieza


fundamental que complementa el quehacer creativo; porque ya no podemos pensar que
una obra literaria existe en sí misma. La literatura es de todos y, como expresión estética del
ser humano, no podría ser sin un interlocutor que participe de ella, así en el momento de la
escritura como en el de la lectura, dos procesos creativos indisolubles que ofrecen múltiples
posibilidades para concretar en el texto una verdadera obra artística.

Señala Mario Vargas Llosa con atino: “el ámbito de la literatura abarca toda la experiencia
humana, pues la refleja y contribuye decisivamente a modelarla […] ella debería ser
patrimonio de todos, una actividad que se alimenta en el fondo común de la especie y a la
que se puede recurrir incesantemente en busca de un orden cuando parecemos sumidos en el
caos, de aliento en momentos de desánimo y de dudas e incertidumbres cuando la realidad
que nos rodea parece excesivamente segura y confiable”1.

Es cierto, leer literatura nos será placentero, satisfactorio, confortable, alentador o


complaciente en la medida necesaria, pero también traerá dolor, caos, frustración,
dudas e incertidumbre. Todo ello es humano, todo está presente, a veces simultáneamente,
en nuestra vida cotidiana. Si logramos hacer parte de nuestra experiencia personal lo que nos
ofrece la literatura, su capacidad crítica nos ayudará a comprenderlo. Reconocer, por tanto,
el vínculo que une a la vida con la literatura es necesario y fortalecerlo nos revelará que
somos más de lo que acostumbramos a leer cada mañana en el espejo.

1
Mario Vargas Llosa, “Breve discurso sobre la cultura”. Consultado en http://www.letraslibres.com/mexico-
espana/breve-discurso-sobre-la-cultura

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