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El final de la Formación de Licenciatura en Psicología y la angustia.

La experiencia de un Psicoanalista

Por Pablo Cesar Chávez Vera

Psicólogo Clínico-Psicoanalista

Resulta que la Carrera de Psicología es muy peculiar y dependiendo de las escuelas, presupuestos y
métodos que abracen las distintas enseñanzas de las corrientes psicológicas uno tendrá un tipo de
formación u otra, por lo tanto los psicólogos recién graduados saldrán al mercado laboral no solo
sintiéndose más o menos preparados para ello, sino tambien con diferentes criterios dependiendo de
qué paradigma u aplicación psicológica abrazó cada nuevo profesional en su formación.

Básicamente me he encontrado con dos tipos de formación de grado en psicología, 1) aquellas


carreras que optan deliberadamente por una de las escuelas o paradigmas psicológicos e
inician y terminan la carrera privilegiando la unidad y coherencia con el paradigma
sostenido y 2) aquellas cuyo Curriculum se basa en la máxima del “conocer varios paradigmas
pero no profundizarlos”. Ambas formas de enseñar psicología tienen sus ventajas y desventajas.
No me pondré a evaluar eficacia o efectividad en cuanto Curriculum de estas formas o decisiones,
creo que hay buenos profesionales que hacen y pueden hacer ese trabajo. Simplemente cito los
modelos para plantear que aunque uno u otro sea el modelo, siempre me he encontrado con algún
tipo de angustia por parte de los estudiantes que sienten que no están capacitados para ejercer lo que
se les demanda “deben ejercer”. El buen psicoanalista no dejara de notar la forma superyóica de tal
mandato. Veamos esto

Generalmente, cuando la enseñanza es principalmente moral, es decir cuando le dicen a uno durante
la carrera que uno “debe” hacer tal o cual cosa, o “debe” llegar a tal o cual resultado, pero el cómo
llegar, deja una sensación de que algo saldrá muy mal en algún momento, o siquiera nunca uno ha
experimentado tal o cual proceso o camino siquiera en uno mismo, puede que suceda lo que a los
psicólogos clínicos que se decidieran por tratar a las personas como psicoterapeutas o siquiera
entrevistarlas para evaluarlas. A muchos nos pasó que ni siquiera podíamos asegurarnos a nosotros
mismos que no dañaría a alguien al salir al campo laboral, esto no solo hace surgir una angustia al
enfrentarse a tales exigencias y cuidados, sino tambien tienen como consecuencia diversas toma de
decisión basadas en el “no sentirse preparado”

En este texto cuento mi experiencia con el psicoanálisis y cómo esta experiencia me ayudó a
enfrentar estos desafíos y la angustia propia de una cierta incertidumbre.

1) Si no has sido formado en una escuela psicológica elige una y estúdiala a profundidad.

En la vida real aunque creamos de que existe una psicología única basada en la “observación de
la conducta” esto no es cierto cuando se enfrenta uno a la práctica clínica por ejemplo. Existen
varios paradigmas y cada paradigma mira y construye su problemática a partir de su experiencia
y ordenamiento lógico y metodológico. Que no haya un solo paradigma en Psicología tiene que
ver con vicisitudes históricas, relaciones de poder, corrientes filosóficas, teológicas y
científicas y la propia totalidad que implica al ser humano. Es un problema del que no se libra
ninguna ciencia social. La sociología, por ejemplo, tiene tres padres clásicos, con presupuestos
y métodos distintos e incompatibles cada uno (Durkheim, Weber y Marx). Este no es un
problema que debería un estudiante de grado cualquiera encontrarse al final de su carrera, pero
si uno sigue, como es mi caso, y no trata ya de resolver ese problema durante la formación de
grado, al final se presenta con fuerza. Mi decisión por el psicoanálisis además de haber
experimentado el proceso de cambio en mi mismo, paso además por la coherencia interna y la
profundidad de lo que planteaba.

2) En la carrera nunca se termina de estudiar, si abrasas el psicoanálisis menos todavía.

Hacerse de tiempo para estudiar siempre es bueno, hacerse preguntas, registrarlas y tratar de
resolverlas por medio de lecturas de escritos, investigaciones o consultando con los colegas
con más experiencia o con otras experiencias es una gran actividad. En el psicoanálisis esto es
crucial no solo por la formación personal del psicoanalista, sino por el propio proceso
psicoanalítico que es llevado con los analizantes, en el sentido de que todo el proceso es
empujado por un deseo que es el deseo de Saber. El mismo psicoanálisis parte de que el
síntoma esconde un saber sobre el sujeto, un saber que no se sabe. Un saber inconsciente.

3) Un grupo de estudio y trabajo como forma de contrarrestar los vacios de la universidad y


los que deja ésta.
Conformar un grupo tiene no solo ventajas en el producto y la tarea que los convoca sino
tambien en la salud mental de los participantes. Bien dirigido y con tareas explicitas e
interpretación de las implícitas uno reduce la gran angustia de competir contra el mundo, y nos
ayudamos en el proceso de formación, estudio de casos, investigación y apoyo mutuo. Existen
grupos ya institucionalizados y que colaboran con la formación profesional del graduado de
forma privada en nuestro medio, existen además asesorías, pero no quiere decir que uno en el
lugar que le tique trabajar no pueda desarrollar un proceso grupal que pueda servir como una
experiencia colectiva enriquecedora.

4) Para hacerse psicoanalista uno debe hacerse supervisar el trabajo propio por un colega con
experiencia clínica.

La de la supervisión es una exigencia para los psicoanalistas en formación, Un profesional con


experiencia clínica que guía en los casos donde el psicoanalista en formación tenga dudas es
más que necesario para el psicoanálisis y se requisito es replicado o emulado con otras
escuelas psicológicas. No creo que esté mal que uno elija en cualquier otra escuela una persona
con más experiencia que la pueda guiar y le pague por ese trabajo.

5) Si uno quiere tratar a otra persona, antes que nada uno “debe” tratarse con otro profesional

Personalmente creo que cualquier persona que trate con otras personas debe psicoanalizarse por
profilaxis, uno evita mucho desacuerdos y problemas después de conoces esa parte de uno que
rechaza de si mismo. Pero en psicoanálisis es más que necesario, al punto de que puede que
uno no llegue a ser psicoanalista si realmente no lo desea. El propio tratamiento evita que uno
trate a otras personas con motivaciones o intereses que uno no gobierna, por ejemplo el hecho
de que querer dirigir la vida de los demás, por demás pernicioso en psicoanálisis.

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