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Ozaín, la Regla perdida: Cien años de ignorancia

Isaac Cordero y Manuel Rivero (*)

-La Regla de Ozaín es un culto africano propio de las etnias bantú, de


gran propagación y antigüedad. Su tradición oral reporta que en
1418 un extranjero de origen chino fue consagrado como Olorí en
territorio del Congo. Este hecho prácticamente ha sido comprobado
recientemente, debido a un mapa presentado por China, que
confirma la tradición oral bantú propagada también en Cuba, en
relación con la llegada de asiáticos procedentes de un viaje de
circunnavegación planetaria desde China. La Regla de Ozaín está viva
en Cuba, se practica únicamente en el templo Orí Eiyé Keiyé. Sus
fieles y sacerdotes se proponen desarrollarla y preservarla. El culto
ha consagrado un Ala Wowwo, seis Oloríes, cinco Dobbanos, seis
Dobbanas, 10 Odanos y numerosos fieles al culto. La Regla de Ozaín
es un culto de rezos, cantos y conjuros. El sacrificio de animales es
poco frecuente, solamente motivado por la ceremonia de Yezam y
otras.

La Habana.- La Regla de Ozaín es un culto milenario que de hecho


rigió los destinos religiosos de una buena parte del continente
africano durante unos tres mil años antes de nuestra era (a.n.e.),
según los Sobas (sumos sacerdotes de la Regla de Ozaín).
Prueba de esto es el esplendor alcanzado por algunas naciones que
sostuvieron relaciones mercantiles y religiosas con Dahomey, país
del occidente africano, en el cual los mandingas establecieron su
imperio. Más al norte, Cartago fue una de las naciones, la cual llegó
a convertirse en un gran imperio.

El vínculo establecido desde el punto de vista religioso se manifiesta


todavía en las ruinas de lo que fue una magnífica ciudad, donde se
puede observar uno de los símbolos más importantes de la Regla de
Ozaín que sin duda alguna los cartagineses llevaron a su tierra y
usaron en cada una de sus casas con el fin de alejar o exorcizar
demonios.

Por otra parte, los viejos Sobas (sumos scerdotes) de la Regla de


Ozaín, entiéndase los Ala Wowwo u Olorí que habitan en el Congo,
hablan y cuentan en sus historias pletóricas de una rica tradición
oral, de un extranjero que llegó a su tierra, desde el otro lado del
mundo, que presentaba los ojos rasgados y tenía en su poder un
pergamino donde estaba dibujado el continente que había
descubierto.

Estas tierras se encontraban al suroeste cruzando el gran océano que


baña las costas del Congo. Su nombre fue registrado de forma oral
de generación en generación por los ancianos y fue el primer
extranjero en cientos de años de existencia, de esta Regla, que fue
consagrado como Olorí. Su nombre era Zheng He y era chino,
navegante y aventurero.

Los Sobas lo hicieron Olorí por haber descubierto las tierras en las
cuales, 100 años después, sus descendientes sufrirían, vivirían,
morirían y renacerían. Esto lo predijeron los oráculos
aproximadamente por el año 1418. Esta información, propagada por
la oralidad africana, arribó a Cuba con los esclavos del Congo y se
encuentra preservada en la tradición de la Regla de Ozaín.

Recientemente los medios de prensa de diferentes países e internet


reportaron la presentación en Beijing y Londres de un antiguo mapa
chino que podría revolucionar la visión de la historia universal. Si se
confirma que éste se basa en una cartografía de 1418, se probaría
que la dinastía Ming llegó a América por lo menos siete décadas
antes que Colón.

Este es un mapamundi que habría sido hecho 104 años antes de que
Elcano culminara la primera circunnavegación europea al planeta,
iniciada por Magallanes. Aparece toda Sudamérica no sólo antes de
que Pizarro llegara al Perú y Ecuador (1532) y Almagro a Bolivia y
Chile (1535-37), sino incluso medio siglo antes de que los incas del
Cusco avanzaran hacia la costa y conquistaran la mayoría de lo que
fue su imperio (el que se extendería desde el sur colombiano al norte
argentino).
Ciertamente que hay muchos errores y deformaciones. No están las
actuales islas británicas y la península de California se dibujó como
una isla. No se destacan los golfos Pérsico y el de México.

Sin embargo, esta sería la mejor cartografía de esa época, donde se


pueden leer en los caracteres chinos que Australia está poblada por
gente de piel oscura y las Américas por pueblos de tez rojinegra que
llevan plumas. Este mapa indica que fue dibujado por Mo Yi Tong en
1763, copiado a su vez de uno que fuera del emperador Yongle, de
1418.

El coleccionista que adquirió esta antigüedad por 500 dólares en


Shanghai se dio cuenta de su importancia al tomar conocimiento del
libro "1421: el año en que los chinos descubrieron al mundo", de
Gavin Menzies, publicado en el 2003.
El culto de Ozaín fue una regla muy "sui géneris" en Africa. Sus
seguidores, 2000 a.n.e, protagonizaron la Gran Guerra Santa
liderada por Hunon Dagboel, Ala Wowwo de origen Hula (etnia
bantú). Fue el hombre que humanizó este culto, pues prohibió los
sacrificios humanos. Desde entonces, los ritos se basan en rezos y
cantos, apenas existen sacrificios de animales, excepto cuando se va
a realizar una ceremonia suprema (Yezam) para iniciar a algún Olorí.

Podríamos afirmar que es una Regla ecológica pues sólo se utilizan


plantas medicinales y en ocasiones aves domésticas. Este culto jugó
en Cuba un papel fundamental hasta el año 1902 en que la naciente
Regla de Ifá cobró fuerza, por lo cual comenzó a verse como tabú.

Los Oloríes ya viejos fueron retirándose a los campos con sus


secretos y sabiduría. La Regla de Ozaín incursiona en todas y cada
una de los cultos africanos. Posee 324 Ozawas (caminos) no tiene
límite de prohibición de Ozawas, puede decomisar algunos de ellos
funestos. Posee un oráculo adivinatorio compuesto por 15 tableros,
además de la conocida Guía y el Onishé de Ozaín (resguardo),
entregados por los Oloríes.
Existen varios poderes que también se entregan (en la ceremonia
suprema o Yezam), por ejemplo: Dobbo, Yekun, Odduanoo, Opanije,
entre otros, incluyendo a la Deidad Suprema que es Olofin. Posee
también tres criptografías (tipos de escrituras).
En la Regla existen varios grados o niveles de sacerdocio: El Sumo
Sacerdote es el Ala Wowwo Mesecam Meyé, el cual posee todos los
poderes y sortilegios mágicos; Olorí Mesecam es próximo en
jerarquía al anterior, tiene todos los poderes, menos Olofin; Olorí
Merín tiene todos los poderes, pero no los puede entregar;
Odduanoos, sacerdotes honorarios; Alawo Dobbanos, del principado
en Ozaín.

En Cuba hasta el momento solo existe un templo que es practicante


de esta regla: Orí Eiyé Keiyé, el cual posee un Ala Wowwo, seis
Oloríes, cinco Dobbanos, seis Dobbanas y 10 Odanos (personas que
se juran en Ozaín, el primer paso para entrar en la Regla, entre
hombres y mujeres), e infinidad de fieles al culto.

Ya se han escrito tres libros referentes a estos temas, el tercero se


encuentra en fase de terminación. Este es un culto que fundamenta
su trabajo en rezos, cantos y conjuros. El sacrificio de animales es
esporádico y motivado por los hechos antes expuestos (la ceremonia
de Yezam y otras).

El objetivo de sus fieles y sacerdotes es el de revitalizar este culto


ancestral por la importancia que reviste en el contexto social, pues
no necesariamente el practicante o iniciado debe haber sido
amparado por otra Regla o Sacerdocio.

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