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Nivel : V
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Fecha: 06-06-2019
Iquitos – Perú
El matrimonio, como la vida entera, es algo terriblemente difícil que hay que
volver a empezar desde el principio todos los días. El esfuerzo es constante, e
inclusive agotador muchas veces, pero vale la pena. Un personaje mío de
alguna novela mía lo dice de una forma más cruda: también el amor se
aprende.
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Dedicatoria
“A los que luchan siempre por una sociedad mejor, justa y digna de ser
transmitida a las futuras generaciones”
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AGRADECIMIENTO
A nuestros familiares por ser el pilar fundamental en todo lo que somos, en toda
nuestra educación, tanto académica, como de la vida, por su incondicional apoyo
perfectamente mantenido a través del tiempo. Todo este trabajo ha sido posible
gracias a ellos.
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Contenido
Dedicatoria ......................................................................................................... 3
AGRADECIMIENTO ........................................................................................... 4
INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 8
CAPÍTULO I ..................................................................................................... 10
d) De la dispensa judicial:........................................................................ 13
e) De la Ceremonia: ................................................................................ 21
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1.10) Del matrimonio en inminente peligro de muerte................................... 23
1.12). Facultad del jefe del registro civil para celebrar el matrimonio ... 27
CAPÍTULO II .................................................................................................... 40
2.4. ¿Qué pasa si desean casarse en una iglesia de otra jurisdicción? ........ 43
2.6. ¿Qué pasa si uno de los novios no está bautizado y/o confirmado? ..... 45
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CONCLUSIONES:............................................................................................ 47
BIBLIOGRAFÍA: ............................................................................................... 48
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INTRODUCCIÓN
“Dos noticias: una buena y una mala, la buena: el matrimonio es para toda la
vida. La mala: el matrimonio es para toda la vida”
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Ahora, alejándonos de lo legal, resulta algo contradictorio pensar que el
concubinato es lo mejor porque en ello la pareja se “conoce más”. La unión
libre es una señal de duda. Es convivir como cónyuges pero sin compromiso
matrimonial, es una relación “a prueba” y puede acabar en cualquier momento,
sin tantas complicaciones. A la unión libre le falta un elemento: Decisión.
Las personas que optan por casarse, están seguros no sólo del amor que
sienten por su pareja, sino de querer formar un hogar feliz con ella, ya que el
matrimonio es la unión del hombre y la mujer concertada mediante un
compromiso legal por el cual se ligan en promesa de ayuda mutua, amor,
respeto y fidelidad.
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CAPÍTULO I
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La celebración del matrimonio civil único, según el C.C. de 1984,
requiere del desarrollo de todo un procedimiento administrativo, que según
Héctor Cornejo Chávez, se desdobla en cuatro momentos o fases claramente
determinadas que son: a) Declaración del Proyecto Matrimonial; b) Publicación
del Proyecto Matrimonial; c) Declaración de la Capacidad y d) La Ceremonia
del casamiento. Que serán analizadas en dicho orden.
En esta primera fase, previamente hay que dilucidar varias cuestiones, como
las referentes al funcionario competente para recibir la declaración, la forma de
la misma, los documentos que deben acompañarse, la dispensa de éstos y
la información testimonial.
a) Funcionario Competente:
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legislador de ir robusteciendo la organización de los Registros del Estado Civil
con tendencia a su autonomía progresiva.
b) Forma de la Declaración:
c) Requisitos Indispensables:
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artículo 241, inciso 2, o, si en el lugar no hubiese servicio médico oficial y
gratuito, la declaración jurada de no tener tal impedimento.
d) De la dispensa judicial:
En los casos, bastante frecuentes, que los documentos exigidos sean de difícil
o imposible obtención, la ley no permite que el matrimonio proyectado se
frustre por dicha causa, porque además existe el control que significa la
publicidad y el procedimiento mismo, para cuyo efecto, mediante el artículo
249, se autoriza al juez de Primera Instancia (Juez Especializado de Familia)
para que pueda dispensar a los pretendientes de la presentación dé algunos
documentos, no de todos.
e) De la información testimonial:
En su parte pertinente, el artículo 101 del C.C. de 1936 establecía que los
pretendientes producirán asimismo, la información de dos testigos mayores de
edad que los conozcan por lo menos desde tres años antes, sin aclarar que el
citado número es por cada uno de los pretendientes o por los dos, sin precisar,
la finalidad y tampoco la formalidad o norma de remisión pertinente.
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En cambio, el artículo 248 del C.C. de 1984, en su cuarta parte, perfeccionando
la fórmula del citado artículo 101 del C.C., de 1936, establece que cada
pretendiente presentará además, a dos testigos mayores de edad que los
conozcan por lo menos desde tres años antes, quienes dispondrán bajo
juramento, acerca de si existe o no algún impedimento. Los mismos testigos
pueden serlo de ambos pretendientes.
Sin embargo, hay un segundo criterio, contrario al anterior, en virtud del cual
algunos tratadistas consideran que la publicidad del Proyecto Matrimonial debe
ser suprimida por resultar ineficaz, porque en la práctica la colectividad no
reacciona positivamente a la publicidad y el público no colabora con la
autoridad aún en el supuesto que tuvieron conocimiento de algún impedimento,
como se demuestra en los países que lo exigen: y además, porque los
instrumentos cuya presentación exige la ley son suficientes para acreditar la
capacidad de los pretendientes y la calificación de los impedimentos que
pudieran existir.
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El aviso, llamado edicto matrimonial, consignara el nombre, nacionalidad, edad,
profesión, ocupación u oficio, domicilio de los contrayentes y la advertencia de
que todo el que conozca la existencia del algún impedimento debe denunciarlo.
En virtud de lo establecido por los artículos 253, 254 y 255, están facultados
para formular oposición las personas siguientes:
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1.5) Sustanciación de la Oposición:
La oposición debe formularse por escrito, según el artículo 253, ante cualquiera
de los alcaldes que haya hecho la publicación de los avisos o edictos
matrimoniales, o ante el Jefe del Registro Civil en el supuesto del artículo 263.
a) Fase Administrativa:
A cargo del alcalde, este, según lo establecido por el artículo 253, si considera
que la oposición no se funda en causa legal, la rechazará de plano, sin
admitir recursos alguno, aún sin la obligación de ponerla previamente
en conocimiento de los contrayentes.
b) Fase Judicial:
Vencidos los plazos citados en el párrafo anterior sin que se haya interpuesto
demanda, se archivará definitivamente lo actuado.
Para el caso que la oposición se declare infundada, como no podría ser de otra
manera, el artículo 257 condena al opositor al pago de los daños y perjuicios
que haya ocasionado no sólo al pretendiente a quien se le atribuyó el
impedimento sino también al otro, porque es evidente que ambos sufrieron los
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agravios resultantes de la tramitación y formulación de la oposición y la
injustificada postergación del matrimonio, debiéndose fijar prudencialmente la
indemnización por el Juez, teniendo en cuenta el daño moral.
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el artículo 258, que el alcalde remita los antecedentes ante el Juez competente
para que resuelva lo conveniente.
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b) Funcionario Competente
d) De los Testigos:
e) De la Ceremonia:
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Esta breve ceremonia tiene doble finalidad, dice Cornejo Chávez, de
comprobar el pleno y consciente propósito de contraer el matrimonio por parle
de ambos contrayentes, y de llamar la atención de estos hacia los deberes
y derechos que el matrimonio les impone y otorga.
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1.10) Del matrimonio en inminente peligro de muerte.
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ha desaparecido de los lugares alejados. Por lo que en todo caso, si hay
intención de conservar la institución, no hay razón para que no se conceda la
misma facultad a los funcionarios de las municipalidades o del registro civil, que
si los hay en todo rincón del territorio nacional.
Otros motivos de duda, o de discusión, a que dio lugar el artículo 120 del C.C.
de 1936, era la clase de formalidades conforme a las cuales el sacerdote debía
celebrar el matrimonio de urgencia, si las exclusivamente civiles o las
canónicas, no obstante que dicha modalidad matrimonial sólo consistía en la
exoneración de las formalidades precedentes que se establece para la
celebración del matrimonio civil, y no del matrimonio religioso, pero que
generalmente podía ocurrir que el sacerdote que acudía para consagrarlo sólo
conocía las formalidades religiosas.
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posibilidad de que el alcalde competente pueda delegar dicha facultad. La
delegación puede darse en diversos ámbitos. El artículo 260 se refiere a la
delegación en otras personas, por lo general en la misma localidad, y el artículo
261 regula la delegación en otro alcalde de localidad distinta.
Para todos los casos mencionados son aplicables las siguientes opiniones
finales:
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. Finalmente, la norma solo exige que la delegación sea por escrito, sin
necesidad de formalidad adicional alguna como sería la legalización de la firma
del alcalde u otra seguridad. En todo caso, si faltare el escrito de delegación el
matrimonio celebrado sería nulo (artículo 274 inc. 9) o anulable (artículo 277
inc. 8), por incompetencia del funcionario y según haya mediado mala o buena
fe de los contrayentes.
1.12). Facultad del jefe del registro civil para celebrar el matrimonio
Al tratar los artículos 260 y 261 del Código Civil se pudo apreciar que aquellos
se ocultan de supuestos de delegación para la celebración del matrimonio, que
el alcalde puede realizar en otras personas. Así, el artículo 260 se refiere a la
delegación en regidores, funcionarios municipales, directores y jefes de
hospitales o establecimientos análogos, y en párrocos o autoridades religiosas.
El artículo 261 se refiere a la delegación de un alcalde en otro alcalde de
localidad distinta.
El artículo 263, que tiene su fuente en el artículo 123 del Código anterior, se
ocupa de un supuesto diferente, pero que podría generar confusión respecto de
las normas contenidas en los artículos 260 y 261. En efecto, el artículo 263
establece más que todo una excepción a la competencia y facultad que tienen
los alcaldes de llevar a cabo la tramitación y la propia ceremonia del
matrimonio civil.
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las capitales de provincia donde dicho Registro está a cargo de funcionarios
especiales. Nada de eso, sino que lo que ocurre en el caso regulado por el
artículo 263, es que la propia ley le asigna competencia directa al funcionario
antes mencionado, otorgándole las atribuciones que les corresponden en estos
casos a los alcaldes.
En otras palabras, si bien, como se dijo en los comentarios a los artículos 260 y
261 , la regla general es que la competencia para llevar a cabo la ceremonia
del matrimonio civil corresponde al alcalde de la localidad donde se efectuó la
declaración de la intención matrimonial, de modo que el supuesto del artículo
263 es una excepción a esta regla, como lo es también la disposición del
artículo 262, referida a la autoridad pertinente para celebrar matrimonios en las
comunidades campesinas y nativas.
Por supuesto que se trata de una forma de descargar las funciones municipales
del alcalde que, por su alta investidura, le es imposible atender todos los
asuntos de la comunidad. En el caso particular de las capitales de provincia, la
recarga laboral es mayor aún, por tal motivo, para efectos de la tramitación,
declaración y celebración del matrimonio, esta responsabilidad es asumida por
el jefe del Registro de Estado Civil. Del texto del artículo 263 se aprecia que
las atribuciones que la ley le confiere al jefe del Registro Civil son
absolutas. De esta manera, además de la responsabilidad que le compete
para la tramitación y celebración del acto matrimonial, el mencionado
funcionario tiene también la atribución de recibir y canalizar las eventuales
oposiciones o denuncias de impedimento que se formulen para impedir
la celebración del matrimonio; Estando facultado igualmente para autorizar
la celebración de dicho acto en municipio distinto o fuera del local de la
municipalidad.
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actuación de las personas (que no pueden o no quieren intervenir en los
negocios jurídicos por sí mismas) dando lugar al milagro jurídico de la
bilocación, con lo que se evita que la exigencia de la intervención personal
de los propios y directos interesados limite sensiblemente el movimiento
patrimonial (LOHMANN). Empero, la figura de la representación también ha
invadido el campo de los actos extramatrimoniales, prueba de ello es que se
admita la actuación por terceros en el ámbito del Derecho de Familia. Así, el
artículo 264 del Código Civil autoriza a los contrayentes del acto matrimonial
que comparezcan a la ceremonia a I través de apoderado especialmente
autorizado por escritura pública, con identificación de la persona con
quién ha de celebrarse, bajo sanción de nulidad. La norma ha considerado
la posibilidad de que, por diversos motivos de índole personal o de fuerza
mayor, los contrayentes no puedan asistir a la ceremonia del matrimonio civil,
en cuyo caso podrán ser representados por un tercero.
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legitimada y creadora, no puede optar y no le está permitido determinar el
contenido de ninguna voluntad, ni de amoldarla a circunstancias
sobrevinientes, ni posee otra capacidad de decisión vinculante que no sea la de
transmitir o no la voluntad de quien representa. En ese sentido, la participación
del nuncio en el negocio jurídico vendría a ser puramente instrumental, por lo
que se ha dicho que es la figura más modesta de la representación. Por estas
consideraciones, el autor citado se inclina por sostener que en el matrimonio,
particularmente en el acto de la ceremonia en que los contrayentes actúan a
través de terceros, no cabe hablar de representante sino de nuncio, toda vez
que en dicha hipótesis el apoderado actúa como portavoz del contrayente, sin
posibilidad alguna de decisión, iniciativa, opción o interpretación de la voluntad
ajena (LOHMANN). De otro lado, en lo que concierne a la formalidad, para que
el poder a que se contrae el artículo 264 surta efecto, deberá elevarse a
escritura pública (no requiere inscripción) e identificar en el mismo documento
a la persona con quien el poderdante contraerá matrimonio. Asimismo, el
otorgante deberá ceñirse en lo que fuere aplicable a lo estipulado por
los artículos 145 y siguientes del Código Civil referidos a la representación, a
fin de que ésta goce de validez absoluta. Del texto del artículo 264 se aprecia
que al menos uno de los contrayentes debe encontrarse presente en la
ceremonia de celebración del matrimonio. Sin embargo, la percepción de la
doctrina es completamente opuesta. Al entender de Héctor Cornejo "esta
limitación propia del contrato matrimonial, se debe al propósito de actualizar
siquiera en parte el consenso personal de los contrayentes; pero carece
de fundamento jurídico suficiente, pues, desde que el mandatario no expresa
su voluntad sino la del poderdante, no existe inconveniente teórico ni
práctico para que ambos pretendientes se hagan representar debidamente
en la ceremonia" (CORNEJO CHÁ VEZ). La misma posición es asumida por
Max Arias Schneider, quien estima que la razón de la leyes "propiciar el
matrimonio y no ponerle obstáculos; facilitar la unión marital"
(ARIAS-SCHREIBER).
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no se permita que el otro contrayente se encuentre también representado,
siempre que ambos cumplan con los todos requisitos exigidos en la ley en lo
que respecta a la formalidad de la representación. Este planteamiento fue
aprobado por la Comisión Reformadora del Código Civil, sin embargo, la
Comisión Revisora mantuvo la posición que fluye del texto vigente.
El segundo párrafo del artículo bajo comentario "tiene que ver con un posible
error de redacción o simplemente una falta de coherencia" (TUESTA SILVA).
Su primer parágrafo expresa que "el matrimonio es nulo si el poderdante
revoca el poder o deviene en incapaz antes de la celebración del matrimonio,
aun cuando el apoderado ignore tales hechos", sin embargo, a continuación
expresa: "para que surta efecto la revocatoria debe notificarse al apoderado y
al otro contrayente':
El autor referido se pregunta con toda razón "si para que tenga efecto la
revocación, es necesario que dicha voluntad sea comunicada tanto al
apoderado como al otro contrayente, entonces ¿cómo se explica que se
sancione con nulidad el acto matrimonial celebrado por el apoderado que
ignora tal revocación?".
Cornejo Chávez alude a un caso particular, con lo cual pone en tela de juicio la
complejidad en la comprensión del discutido segundo párrafo del artículo 264
del Código Civil. Al respecto expresa que esta fórmula significaría que si un
varón otorga poder para que un amigo suyo lo represente en la ceremonia de
su casamiento con determinada mujer; luego revoca el poder, sin comunicar
este hecho al apoderado y a la mujer; acto seguido se traslada al lugar del
matrimonio e inicia vida marital con dicha persona, no se sabe, en definitiva, si
ese matrimonio es válido o no. Él podría invocar el artículo 264 en la parte que
preceptúa que el matrimonio es nulo si el poderdante revoca el poder aun
cuando el apoderado ignore tal hecho; y la mujer podría sostener que es válido,
por cuanto el mismo artículo establece que para que surta efecto, la revocatoria
debe notificarse al apoderado y al otro contrayente (CORNEJO CHÁ VEZ). La
posición de la doctrina italiana es más coherente al exponer que "si el poder ha
sido revocado, pero, si ello no obstante se celebró el matrimonio, éste es
válido si el otro contrayente, en el momento de la celebración, ignoraba su
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revocación y ha habido, después del matrimonio, cohabitación (aunque sea
temporal) entre los contrayentes" (MESSINEO).
Además, ha de tenerse en cuenta que el texto del artículo 152 del Código Civil
enuncia que "la revocación debe comunicarse también a cuantos intervengan o
sean interesados en el acto jurídico. La revocación comunicada sólo al
representante no puede ser opuesta a terceros que han contratado ignorando
esa revocación, a menos que ésta haya sido inscrita (...)". Como consecuencia
de lo expuesto se puede concluir que efectivamente se ha producido un error
al momento de redactar la norma, pues no de otro modo se entendería
tremenda contradicción legal.
Un intento por modificar la parte pertinente del artículo bajo comentario, a modo
de sugerencia, podría ser la siguiente expresión: "El matrimonio es nulo si el
poderdante revoca el poder o de viene en incapaz antes de la celebración del
matrimonio, siempre que haya sido notificado el apoderado y el otro
contrayente". De esta manera se despejan todas las dudas y se mantiene una
norma legal de estricto cumplimiento. Cabe agregar que la posibilidad de
celebrar el matrimonio a través de representante estuvo regulada en los
artículos 118 y 119 del Código Civil de 1936. El artículo 118 recogía en
términos similares lo dispuesto en el primer párrafo del actual artículo 264; y el
artículo 119 recogía lo normado en el segundo párrafo de la norma actual. Se
aprecia una diferencia importante en esta segunda regla, pues el artículo 119
antecedente no se pronunciaba sobre la validez o invalidez del acto celebrado
ya revocado el poder o producida la incapacidad, limitándose a señalar que las
facultades otorgadas se terminaban por esos hechos; en cambio el artículo
264, segundo párrafo, se pronuncia por la nulidad del acto celebrado en esas
circunstancias. Finalmente, respecto a la caducidad del poder, ésta se produce
a los seis meses de otorgado. Esta disposición es nueva, no estaba
contemplada en el Código de 1936. Se entiende que el plazo establecido es
suficiente y que el poderdante puede haber cambiado su decisión de contraer
matrimonio o de hacerlo a través de tercero. En este punto cabría preguntarse
qué sucede si el matrimonio se lleva a cabo luego de vencida la vigencia del
poder. El segundo párrafo del artículo 264 solo sanciona con nulidad el acto
matrimonial si se ha celebrado con poder revocado o por incapacidad
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posterior, pero no cuando el poder ha caducado. De esta manera, a la luz de lo
dispuesto por los artículos 161 y 162 del Código Civil, podría afirmarse que el
acto es válido pero ineficaz, quedando sujeto a la eventual ratificación del
poderdante.
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En este punto cabe señalar que la norma del artículo 265 bajo comentario,
tiene su fuente en el artículo 117 del Código Civil de 1936, sin embargo difiere
sustancialmente de dicho antecedente, pues el artículo 117 mencionado
establecía que el alcalde podía, excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera
de la municipalidad, pero únicamente "si alguno de los contrayentes estuviere
Puede apreciarse, pues, que bajo la vigencia del Código anterior, la posibilidad
de celebrar la ceremonia matrimonial fuera del local de la municipalidad estaba
supeditada a la previa demostración a la autoridad edilicia de que alguno de los
contrayentes tenía una razón justificada para su pedido, lo que evitaba el uso
indiscriminado de lo dispuesto en la norma citada.
Claro está, que lo regulado por el artículo 117 del Código de 1936 era un
supuesto diferente a la ,necesidad de celebrar el matrimonio fuera de la
municipalidad por inminente peligro de muerte (matrimonio in extremis o de
urgencia), debido a que éste se encontraba contemplado en el artículo 120 y
por consiguiente constituía un caso distinto. En ese sentido, en el contexto de
la legislación anterior, el artículo 117 exigía la acreditación de causas de otro
tipo, como por ejemplo la invalidez física, una enfermedad sin riesgo de muerte,
el estar uno de los contrayentes recluido en prisión o realizando servicio en un
cuartel militar, u otro hecho que justifique tal medida.
En el artículo 265 del Código actual, que se ocupa del tema comentado, se ha
suprimido la frase final de su antecedente: "... si alguno de los contrayentes
estuviere imposibilitado para trasladarse al local de ella por causa debidamente
acreditada", quedando solo la parte inicial de la norma: “el alcalde puede,
excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera del local de la municipalidad",
que es el texto vigente. Regulado así, la norma del artículo 265 se distingue
aún más de la figura del matrimonio in extremis o de urgencia a que se contrae
el artículo 268.
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familia (Const., artículo 4), por lo que se permite flexibilizar las normas que
regulan las formalidades y demás aspectos de la celebración del matrimonio, y
en este caso concreto la autoridad local estará haciendo efectiva la labor de
incentivar la celebración de matrimonios en el país.
En todo caso no se puede negar que hay una distorsión, pudiéndose afirmar
que el artículo 265 del Código Civil o no recoge adecuadamente una realidad, o
que su cumplimiento no está siendo observado al no respetarse el carácter
excepcional de la disposición. Queda, pues, por analizar, el debate sobre el
abuso de la normativa de carácter excepcional, que ocurre también en otros
ámbitos de la legislación nacional.
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De esta manera, los funcionarios o servidores públicos que cobrasen sumas de
dinero por cualquier concepto relacionado a la celebración del matrimonio que
no estuviese contemplado en el TUPA de la municipalidad, incurrirán en el
delito de concusión (artículo 382 del Código Penal: El funcionario o servidor
público que, abusando de su cargo, obliga o induce a una persona a dar o
prometer indebidamente, para sí o para otro, un bien o un beneficio patrimonial,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de
ocho años), o exacción ilegal (artículo 383 del Código Penal: El funcionario o
servidor público que, abusando de su cargo, exige o hace pagar o entregar
contribuciones o emolumentos no debidos o en cantidad que excede a la tarifa
legal, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor
de cuatro años). De darse el caso, los contrayentes pueden interponer la
respectiva denuncia penal.
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situaciones de celebración de matrimonio (preparación y celebración
propiamente dicha) se podrían presentar ambas situaciones de concusión. La
concusión propia se presentaría, por ejemplo, en caso de que el jefe del
Registro Civil de la municipalidad competente, el alcalde o un secretario,
obligue a los contrayentes a efectuar pagos por derechos inexistentes, bajo la
amenaza de no continuar con el procedimiento. Por otro lado, la concusión
impropia o exacción ilegal se presentará en caso de I que un tercero ajeno a la
función municipal coaccione a los pretendientes o contrayentes a
proporcionarle un beneficio patrimonial, atribuyéndose cargos o facultades que
no le han sido otorgados. En este caso particular el infractor se encontrará
incurso, además del delito de concusión, en el delito de usurpación de
autoridad, títulos y honores.
En el régimen del Código Civil de 1936, la sanción de que trata la norma bajo
comentario estaba regulada en el artículo 122 y, a diferencia de la actual, no
establecía la medida de destitución del funcionario infractor, sino que solo le
imponía una sanción pecuniaria, esto es, una multa de entre cien a dos mil
soles (de ese entonces), que era determinada e impuesta por la Corte Superior
a pedido del interesado o del Ministerio Público (antes Ministerio Fiscal); sin
perjuicio, igualmente, de la responsabilidad penal.
Puede observarse, además, que el artículo 122 del Código anterior cubría un
espectro más amplio, pues no solamente preveía la sanción antes indicada
para los funcionarios que cobraran derechos ilegales a los contrayentes -que
es lo que ocurre con el actual artículo 267, ya que se refiere solo al infractor del
artículo 266-, sino que la sanción estaba dirigida al funcionario que
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contraviniera, en general, cualquiera de las disposiciones referentes a la
celebración del matrimonio o a las diligencias, trámites o etapas precedentes.
b) Principio de la libertad.
c) Principio de igualdad.
A pesar dela ausencia en la Constitución del Perú, el código penal (Art. 323).
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e) Derecho a la identidad.
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CAPÍTULO II
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Considerando que este trabajo busca abarcar varios ámbitos sobre la
relación que hay entre el matrimonio católico, el reconocimiento que puede
realizar el derecho civil peruano y la libertad de religión, se hace necesario
comenzar con la clasificación de las instituciones en cuestión. La extensión de
este capítulo no basta para tratar un tema tan amplio e importante como lo es
el matrimonio católico, sin embargo se busca esbozar los conceptos básicos y
necesarios, así como la importancia de esta institución fundamental del
derecho canónico.
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“la dignidad de esta institución no brilla en todas partes con el mismo
esplendor, puesto que está oscurecida por la poligamia, la epidemia del
divorcio, el llamado amor libre y otras deformaciones; es más, el amor
matrimonial queda frecuentemente profanado por el egoísmo, el
hedonismo y los usos ilícitos contra la generación.”
42
2.2. Requisitos para el matrimonio religioso.
Si existe una etapa que entusiasma a toda pareja enamorada que ha decidido
casarse por la iglesia es justamente la búsqueda y elección del templo. Como
en su momento lo será dar con la locación para su matrimonio en el campo. Si
bien es cierto, la mayoría de novios tiene más o menos clara la idea del tipo de
recinto, es importante hacerlo con tiempo. Sobre todo si están pensando
casarse en un recinto fuera de su jurisdicción. Es decir, en otro distrito o región.
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2.5. ¿Cuándo abrir el pliego matrimonial?
Existen plazos para reservar templos religiosos de alta demanda. Este puede
llegar a ser de hasta un año de antelación. Nos referimos a iglesias como San
Pedro en el Centro de Lima o la parroquia El Sagrario (al costado de La
Catedral) o la propia Santa María Magdalena de Pueblo Libre. Todos ellos,
recintos religiosos en los que toda pareja limeña ha soñado desfilar alguna vez.
Ni qué decir de las sedes del interior del país. Pero si se trata de una pequeña
capilla, gran basílica o parroquia íntima, próxima la locación de su matrimonio
en la playa, podrán hacerlo hasta con 3 meses de anticipación.
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colegas, allegados que puedan dar fe de conocerlos como mínimo cinco
años.
Acta de matrimonio civil.
Certificado de defunción de su cónyuge, si alguno de los miembros de la
pareja es viudo/a.
Documento sobre nulidad o disolución matrimonio religioso ante el caso
de que uno de los novios haya contraído nupcias con anterioridad.
2.6. ¿Qué pasa si uno de los novios no está bautizado y/o confirmado?
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hacer estas publicaciones por escrito en el boletín parroquial o a través de
su periódico mural.
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CONCLUSIONES:
"El hombre es un ser social por naturaleza". Esta frase del famoso filósofo
Aristóteles resume la necesidad del ser humano por vivir en comunidad, formar
una familia y mantener una estrecha relación con otras personas.
Ante esto, la idea del amor cobra una vital importancia, ya que es a través de él
que los ciudadanos deciden empezar una familia bajo la propuesta de pasar
una vida entera en pareja, junto a quien sería su acompañante de por vida.
Sin embargo, esta propuesta de matrimonio tiene que oficializarse frente a las
autoridades de la ley pertinentes, ya que el Gobierno del Perú promueve y
protege los derechos y deberes que esta unión crea.
Por lo tanto se debe cumplir todos los requisitos y procesos para formalizar el
matrimonio civil en el Perú.
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BIBLIOGRAFÍA:
2. https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/10/4664/2.pdf
10. Bonacci, Mary Beth (2005). Tus preguntas y las respuestas sobre el
amor y el sexo. Palabra.
13. Joan Carreras (1998). Las bodas: sexo, fiesta y derecho (2ª edición).
Ediciones Rialp. ISBN 9788432132049.
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14. «Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica». vatican.va.
Consultado el 12 de diciembre de 2016.
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