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LA TEORIA DE LAS RRII EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI – MONICA SALOMON GONZALEZ

La finalidad del articulo es pasar revista de las principales tendencias en la teorización actual en RRII en un momento que se entiende
especialmente propicio para ello.

En la teorización sobre las RRII coexisten los intentos de diálogo y aproximación entre distintos enfoques con la aparición de unas
fracturas teóricas en la disciplina a partir de enfoques distanciados de los tradicionales por el rechazo de a las bases epistemológicas
de estos. Estos ataques fueron una manifestación de otras reflexiones que se hicieron en el marco más amplio de las cs sociales y
humanas.

Dialogo, disidencia y aproximaciones son las dinámicas que nos parecen más relevantes en el momento que vive la disciplina.
Comenzaremos con el diálogo. Desde algunos años tiene lugar un fructífero intercambio entre los autores adscritos a dos corrientes
teóricas, el neorrealismo y la tradición liberal. Neorrealistas y neoliberales han descubierto muchos más puntos en común que
divergencias, especialmente desde el surgimiento de los enfoques antiracionalistas que han actuado como una especie de "federador
externo" para la teoría tradicional.

Dialogo: El debate neorrealismo-neoliberalismo

El prefijo neo presente en las denominaciones de las dos corrientes teóricas que tratamos denota que ambas son reformulaciones de
las dos tradiciones teóricas anteriores: el realismo y el liberalismo.

No cabe duda que el realismo ha sido la tradición dominante y más influyente en la disciplina.

Si tradicionalmente realismo y liberalismo se presentaban como enfoques irreconciliables, no ocurre lo mismo con los actuales
neorrealismo y neoliberalismo. De hecho, ambas corrientes comparten el mismo programa de investigación o agenda común. El
hecho que los dos enfoque no se hayan fusionado significa que sigue habiendo diferencias en las maneras en que ambos intentas
explicar la realidad internacional. Antes de considerar el dialogo en si mismo consideraremos dos de los antecedentes del dialogo
actual ( el del llamado debate realismo-idealismo y el del debate realismo-globalismo)

El debate realismo-idealismo

Tras la segunda guerra mundial la tradición realista pasó a ocupar el puesto dominante en la teorización de las RRII. La transición
entre una y otra etapa suele explicarse con la idea de que realistas e idealistas mantuvieron una confrontacion, el llamado primer
debate, que los primeros ganaron.

En realidad, casi no hubo intercambio de ideas entre ambos grupos. La única referencia de este primer debate es la obra de Carr :
Twenty year crisis de 1939. Uno de sus argumentos principales es que el pensamiento "utópico" de Angell, Zimmern, etc fue una de
las causas de que la segunda guerra mundial estuviera a punto de estallar. Carr expuso como un enfrentamiento entre la "ciencia"
(realismo) y utopía (internacionalistas liberales). Esa es una representación muy distorsionada de las posiciones de ambas partes. Por
un lado, los autores a los que Carr llama utópicos lo era en distinta medida. Además, algunas de las ideas que les atribuía
correspondían más bien a etapas anteriores del pensamiento liberal, como por ejemplo la noción de armonía de intereses.

Más que un enfrentamiento entre ciencia y utopía, el choque de Carr con los internacionalistas liberales fue un choque entre dos
visiones del mundo opuestas, o entre dos ideologías sociopolíticas. En el momento en que se desarrolló el debate, ninguna de esas
visiones del mundo estaba vinculada a una teorización lo suficientemente sistemática y articulada como para que se pudiera
considerar científica.

El dominio del realismo a partir de la segunda guerra mundial no puede interpretarse entonces como una victoria de los realistas en
el debate contra los idealistas sino que tuvo que ver con la utilidad de los enfoques realistas como guía de los decisores políticos
estadounidenses en las dimensiones militares y diplomáticas.

El debate realismo-transnacionalismo:

El segundo antecedente del diálogo actual entre neorrealistas y neoliberales tuvo lugar en la década de los setenta, en el marco del
llamado tercer debate, debate realismo-globalismo o debate interparadigmático, debate enmarcado por el contexto político de la
distensión, la crisis del sistema Breton Woods, la crisis del petróleo ,etc. Un papel protagonista tiene Robert Keohane. Junto con
Joseph Nye, son los responsables de las dos obras más significativas de la corriente transnacionalista: "Transnational relations and
world politics" y "Power and Interdependence". El cuestionamiento al "estatocentrismo" del modelo realista fue el aspecto principal
de esta crítica transnacionalista. En un mundo cada vez más interdependiente, las visiones que abogaban la preponderancia del
estado eran juzgadas insuficientes para describir y explicar la realidad internacional. La noción de interdependencia y el papel de las
fuerzas militares fueron también cuestiones centrales.

El debate realismo-transnacionalismo fue un debate real. Ambas partes discutieron los méritos respectivos del enfoque
estatocéntrico y la noción de interdependencia. En común con el primer debate se da que ambas posturas ven a su contraria como
un punto de vista más ideológico que científico. Quizás fue esta percepción lo que evitó que este debate se transformase en un
verdadero diálogo.

El Diálogo Neorrealismo-Neoliberalismo: Precondiciones, desarrollo y resultados:

Precondiciones:

Pese a que la diferenciación entre el tercer debate y el diálogo entre neorrealismo y neoliberalismo no es muy nítida en el tiempo, sí
en cambio es posible establecerla claramente a partir de otros elementos. Estos son los siguientes:

1- La renuncia del sector Transnacionalista de Keohane a crear un "paradigma alternativo": En Power and Independence Keohane y
Nye renunciaron a su propósito inicial de construir un paradigma alternativo. Ya no pretendían construir un paradigma nuevo sino
completar al realismo.

2- La propuesta de integrar distintos programas de investigación en un enfoque multidimensional amplio: Está propuesta fue
esbozada por Keohane en un artículo publicado en 1983. En este hablaba de las virtudes del "realismo estructural" que podría
convertirse en el núcleo de un "enfoque multidimensional a la política que incorporara varios marcos analíticos".

3-La reformulación del realismo en neorrealismo por parte de Kenneth Waltz en 1979 fue otra de las condiciones básicas para el
acercamiento de las posiciones de los participantes del actual diálogo. Está reformulación mantiene las premisas básicas del realismo
clásico: Los estados son los principales actores, el poder es la principal categoría analítica y la anarquía es la característica definitoria
del sistema internacional. A diferencia del realismo, el neorrealismo centra su explicación más en las características estructurales del
sistema internacional y menos en las unidades que lo componen. Otro aspecto que llama la atención es el uso de la teoría
microeconómica de las estructuras de mercado.

4- Por su parte, el "programa de investigación estructural modificado" que Keohane se diponía a construir representaba un
alejamiento significativo con respecto a sus propias posturas "transnacionalistas" anteriores. El programa asumía algunas de las
premisas del neo (realismo), aunque con ciertos matices:

A- La premisa que los estados son los principales actores internacionales, aunque no los únicos.

B- La premisa que los estados actúan racionalmente, aunque no a partir de una información completa ni con preferencias
incambiables.

C- La premisa de que los estados buscan poder e influencia, aunque no siempre en los mismos términos.

No obstante, el centro de interés del programa de investigación estructural modificado es el estudio de las reglas e instituciones
internacionales. El interés de Keohane es analizar las instituciones internacionales bajo la premisa de que la cooperación es posible y
que las instituciones modifican la percepción que los estados tienen de sus propios intereses. En los trabajos de Axelrod sobre teoría
de los juegos, Keohane encuentra la base para explicar la compatibilidad de las premisas realistas (anarquía y búsqueda de poder)
con las liberales (posibilidad de cooperación) distanciándose del optimismo del liberalismo clásico. Diferencian su noción de
cooperación con la de "armonía de intereses" del liberalismo clásico.

Cooperación no equivale armonía. La armonía exige una total identidad de intereses, pero la cooperación sólo puede tener lugar en
las que hay una mezcla de intereses conflictivos y complementarios. En estas situaciones los actores ajustan su comportamiento a las
preferencias reales o previstas de los demás.

Otra vertiente en que se apoya para explicar la compatibilidad de premisas es el concepto de fallos de mercado. Esta noción alude a
la incapacidad de un mercado perfecto (no regulado). Llevando el concepto al ámbito internacional es que se inspiran Keohane y
otros autores para defender las posibilidades de cooperación internacional.

Del énfasis de las instituciones en la cooperación internacional proviene el nombre que Keohane dio al programa: "institucionalismo
neoliberal".
El Desarrollo del Diálogo: temática y metodología:

El diálogo ha tenido dos focos temáticos principales. Uno ha sido el de la discusión de la teoría neorrealista de Waltz pero el tema
principal es el de los "efectos de las instituciones internacionales en el comportamiento de los Estados en una situación de anarquía
internacional". ¿Pueden o no compensar las instituciones internacionales los efectos de la anarquía? Los neoliberales sostienen que
sí y los neorrealistas que no. Las discusiones sobre si la anarquía es o no superable se han materializado en numerosos artículos
publicados:

Krasner es el que mejor sintetiza las divergencias entre ambas escuelas, que eran las seis siguientes:

1- La naturaleza y las consecuencias de la anarquía internacional. Para los neorrealistas, la anarquía plantea unas constricciones al
comportamiento estatal mucho más importantes que las admitidas por los neoliberales.

2- La cooperación internacional. Para los neorrealistas, la cooperación internacional es más difícil de lograrse, más difícil de
mantenerse y más dependiente de las relaciones de poder de los estados que lo que afirman los liberales.

3- Beneficios absolutos / relativos: Los neorrealistas sostenían que los estados, al iniciar la cooperación con otros, buscan ante todos
mejorar su posición relativa frente a los demás. Lo que interesa es mantener o alcanzar una posición de superioridad frente al resto.
De ahí que teman que otros estados puedan obtener ganancias superiores que ellos en la cooperación. Los neoliberales no negaban
que en determinadas condiciones la cooperación se vea impedida o dificultada por la preocupación de los estados por los beneficios
relativos, pero consideran que en general prevalecerá el deseo de obtener beneficios absolutos.

4- Las prioridades de las metas estatales. Para ambos enfoques la seguridad y el bienestar económico son metas importantes. Los
neorrealistas ponen énfasis en la seguridad. Los neoliberales consideran que las prioridades económicas son básicas para los estados.

5- Capacidades e intenciones. Los neorrealistas consideran que la distribución de recursos (capacidades) de los estados es el factor
que mejor explica su comportamiento. Los neoliberales ponen énfasis en las intenciones.

6- El papel de los regímenes y las instituciones: Para los neoliberales, los regímenes y las instituciones internacionales mitigan los
efectos constreñidores que tiene la anarquía sobre la cooperación. Los neorrealistas, sin negarlo, consideran exagerado el papel que
le otorgan.

Aunque las diferencias entre neorrealistas y neoliberales no se han resuelta, algunas de ellas se han reformulado. Es el caso de las
ganancias absolutas/relativas. Esta cuestión ha sido reformulada en la siguiente pregunta: ¿Bajo que condiciones los estados
emprenden una cooperación mutualmente beneficiosa para preservar su poder y estatus relativos?.

En cuanto a la metodología que se ha seguido, lo que más llama la atención es la influencia de la teoría económica y el uso de la
teoría de los juegos para conceptualizar las situaciones de anarquía-cooperación. Se razona en abstracto y se parte de la base que los
actores se comportan racionalmente.

Algunos resultados del diálogo:

A) El diálogo entre neoliberales y neorrealistas ha estructurado el debate del área o subdisciplina de la Economía política
internacional centrada en la "interacción recíproca y dinámica en las relaciones internacionales de la búsqueda de la riqueza y poder"
que es como la describió Gilpin.

B) El diálogo está también en la base del intento de re conceptualización de las teorías de la integración europea emprendido por
Koehane, Hoffman, etc. El institucionalismo intergubernamental es un intento de fusionar algunas ideas de la teoría neo
funcionalista y las críticas intergubernamentalalistas (realistas) de Hoffman a las teorías clásicas de la integración europea.

C) Un tercer esfuerzo que puede ser considerado producto del diálogo es el intento de construir una teoría general de las relaciones
internacionales sobre la base del neorrealismo pero también usando las aportaciones del neoliberalismo institucional.

DISIDENCIA: LA FRACTURA RACIONALISMO VERSUS REFLECTIVISMO:

La contraposición entre los nuevos enfoques "disidentes" y los viejos enfoques "hegemónicos" fue planteada por primera vez por
Keohane en 1988. Keohane identificó la nueva fractura que, a su entender, dividía el campo de las Relaciones Internacionales. A un
lado de la fractura se situó a las teorías racionalistas que consideran posible juzgar objetivamente los comportamientos
(Realismo/Neorrealismo y Liberalismo/Neoliberalismo. Del otro lado situó a lo que llamó "reflectivistas". Los autores reflectivistas
tenían en común a) su desconfianza hacia los modelos científicos para el estudio de la política mundial b) una metodología basada en
la interpretación histórica y textual y c) la insistencia en la importancia de la reflexión humana sobre la naturaleza de las instituciones
y sobre el carácter de la política mundial. Keohane sostuvo que, sin embargo, los enfoques reflectivistas eran marginales en la
disciplina y lo seguirían siendo a menos que desarrollasen programas de investigación empíricos concretos.

Aunque un elemento en común de los enfoques reflectivistas es su consideración de las RRII como un conjunto de fenómenos
"socialmente construidos", es posible que la "familia" de reflectivistas esté más unida por lo que rechaza que por lo que acepta. En
primer lugar cuestionan las bases del conocimiento que suelen denominar "positivista": la posibilidad de formular verdades objetivas
y verificables empíricamente sobre el mundo natural. En segundo lugar se cuestionan si el conocimiento puede o no fundarse en
bases reales. En tercer lugar, cuestionan la posibilidad de elaborar una ciencia "neutral".

La Teoría Crítica:

La teoría crítica en RRII es un intento de aplicar, a la teorización de la disciplina, una serie de conceptualizaciones elaboradas en el
marco de la teoría crítica sociológica de la llamada Escuela de Frankfurt, cuyo mayor exponente es Jurgen Habermas. Horkheimer
distingue dos maneras de teorizar. La primera es la teoría tradicional que establece una separación entre el sujeto cognoscente y el
objeto conocido, y por lo tanto entre conocimientos e intereses. La "teoría crítica", en cambio, no admite esa separación,
especialmente en el ámbito de las ciencias sociales. La teoría tradicional no sólo no potencia el desarrollo humano sino que lo
impide. Esto es porque al desligar conocimiento de intereses presenta los hechos como inmutables. Al describirlos contribuye a
reproducirlos, y por lo tanto a reproducir sociedades injustas. La teoría crítica no solo describe las sociedades sino que intenta
transformarlas, insistiendo en el papel que ella misma puede asumir en la configuración de los procesos sociales.

La función de la teoría crítica es la de desenmascarar las ideologías que están presentes en las teorías sociales tradicionales y que
frenan el cambio social.

A principios de la década del 80, las ideas de la escuela de Frankfurt hicieron su aparición en las Relaciones Internacionales.

Para Ashley el neorrealismo de Waltz es una perspectiva ideológica que está basada en un único interés cognitivo: el del
conocimiento técnico o el de la metodología del control. Para Cox, el hecho que la teoría neorrealista considere a las variables
sociales como si se mantuvieran fijas contribuye a frenar las posibilidades de cambio del sistema y a mantener y reproducir un sitema
internacional injusto. Para Cox, una teoría crítica de las Relaciones Internacionales debería ocuparse, ante todo, del cambio en el
orden mundial.

Los Postmodernismos:

El pensamiento calificado como postmoderno tuvo una entrada tardía en las Relaciones Internacionales.

Si algo tienen en común los autores postmodernos es su rechazo a la posibilidad de conocer el mundo y por lo tanto de teorizar
sobre él. Desconfían de todos los intentos de clasificación, de todas las categorizaciones y de todos los intentos de encontrar
verdades universales. Lo que si se puede analizar son los textos o narrativas. El análisis del discurso nos permite, si no conocer,
aproximarnos al mundo, con el fin de ilustrar cómo los procesos textuales y sociales están íntimamente conectados. Se trata de
desenmascarar las premisas, presuposiciones y sesgos que subyacen a las teorías que preteden ser universalistas. El método
concebido para ello es el de la "deconstrucción". Consiste en problematizar los significados que el propio autor atribuye a su texto,
proponiendo lecturas alternativas ("doble lectura").

Otro método postmoderno adoptado por algunos autores para el análisis de las RRII es el análisis genealógico concebido por
Foucault. Este análisis no busca continuidades ni generalidades, sino que pone el énfasis en la singularidad de los acontecimientos.

En cuanto al contenido de los trabajos postmodernos , puede hacerse una distinción entre: a) reflexiones sobre la teoría de las RRII y
b) análisis sustantivos de fenómenos o instituciones internacionales.

Las críticas a la teorización en las Relaciones Internacionales son el terreno favorito por los postmodernos. Buena parte de los análisis
postmodernos a las teorías de las RRII son críticas dirigidas contra el neorrealismo de Waltz. Pero la mayoría de los análisis
deconstructivos no tienen como objeto obras concretas sino el gran "texto" de las RRII. Se suelen identificar y problematizar
dicotomías como soberanía/anarquía, dentro/fuera, etc.

Los análisis sustantivos sobre instituciones y acontecimientos internacionales son también concebidos como análisis de textos y
análisis de discursos. Muchos de los análisis cumplen con el objetivo de poner en duda la coherencia y los fundamentos de los
presupuestos de esos discursos que analizan. Permiten, por lo tanto, incrementar nuestro conocimiento sobre las RRII. El problema
es que los postmodernos no admiten que ello sea posible. Las propias interpretaciones que proponen no son más validas que las que
rechazan. Ese relativismo de los postmodernos es lo que más criticas ha suscitado por parte de la "academia convencional".
Feminismo y relaciones internacionales:

Es un proyecto político que tiene como objetivo acabar con las situaciones de desigualdad, explotación y opresión de la mujer. Los
enfoques feministas hicieron su aparición a fines de los años ochenta y de la mano de la entrada de los postmodernistas. Estos
enfoques se autodefinen bien como pertenecientes a la postura epistemológica del "feminismo de punto de vista", bien como
postmodernos. A su vez, las autoras que adscriben a esos dos grupos comparten los planeamientos políticos del feminismo radical.

El feminismo de punto de vista en Relaciones Internacionales pretende reinterpretar la teoría y la práctica de la disciplina a través de
una lente feminista.

Jo Ann Tickner cuestiona los 6 principios del realismo político de Morgenthau.

Cinthia Enloe, examina el papel de las mujeres en la política internacional desde una perspectiva feminista y a partir de la idea que lo
político es personal. Así, consideró el papel de las esposas de los líderes políticos o diplomáticos en las decisiones tomadas por estos.
En una obra posterior analizó el papel que las madres rusas tuvieron en el fin de la Guerra Fría, por ejemplo al retirar su apoyo a la
presencia de sus hijos soldados en Afganistan.

En Relaciones Internacionales, el feminismo postmoderno no se ocupa tanto de las mujeres como del concepto de género.

El Constructivismo:

El énfasis en la idea de que las estructuras sociales están socialmente construidas es un rasgo común a todos los enfoques
reflectivistas. Pero el rótulo "constructivismo" se usa en medida cada vez mayor para identificar una corriente que parece
diferenciarse cada vez más del resto de los reflectivismos.

No es una teoría de las Relaciones Internacionales, lo que plantea son hipótesis de trabajo.

El autor más representativo de esta corriente es Alexander Wendt. Para él, el diálogo entre neorrealistas y neoliberales gira en torno
a la medida en que la acción estatal está condicionada por la "estructura" (Anarquía y Poder) o por el "proceso" (interacción y
aprendizaje) e instituciones. Ese diálogo era posible a partir de la base común: el compromiso "racionalista" de ambas partes y sobre
todo, su uso de los modelos económicos y de la teoría de los juegos. El problema es que la teorización basada en la teoría de los
juegos no concede especial interés a las identidades e intereses de los participantes, sino que los trata como factores exógenos fijos.
En opinión de Wendt las posiciones neoliberales se verían reforzadas si contaran con una teoría sistemática que explicara la
transformación de las identidades e intereses de los actores por parte de los regímenes e instituciones.

Wendt se apoya en una abundante liiteratura proveniente de la sociología (Durkheim, Weber, etc). El no plantea una teoría sino un
conjunto de hipótesis que sugirió explorar empíricamente. Lo que si ha hecho es proponer una agenda de investigación cuyo objetivo
sería el de evaluar las relaciones causales entre prácticas e interacciones y las estructuras cognitivas en el nivel de los estados
individuales y los sistemas de estados.

El renovado interés por la perspectiva de la sociedad internacional:

En los últimos años hay un renovado interés por las posibilidades que ofrece para la teorización la perspectiva de la sociedad
internacional. Esa perspectiva suele relacionarse con la "escuela inglesa" pero también ha sido trabajada por la "escuela española".

La sociedad internacional como perspectiva de análisis:

Además de como objeto de estudio, la sociedad internacional puede entenderse una manera de concebir las relaciones
internacionales y su estudio, es decir, como perspectiva de análisis. Hay elementos comunes entre aquellos estudiosos que ha hecho
de la sociedad internacional su centro de gravedad teórico.

Dentro de la escuela inglesa se destacan autores como Martin Wight, Hedley Bull y John Vincent. La escuela española por su parte
tiene como núcleo la obra de Truyol, Manuel Medina y Celestino del Arenal.

Hay una diferencia importante entre ambas escuelas. La escuela inglesa ha centrado su análisis en la dimensión estatocéntrica de la
sociedad internacional. La escuela española tiene una aproximación más global a las Relaciones Internacionales, abarcándolas en
todas sus dimensiones (estatal y transnacional) y complejidad.

La actualidad de la perspectiva de la sociedad internacional:


En la actualidad se presenta a la perspectiva de la sociedad internacional como vía media entre racionalismo y reflectivismo. Lo sería
en tres sentidos diferentes:

En primer lugar en el plano metodológico: Los análisis desde esta perspectiva operan con una metodología tradicional. Interpretativa
y con un instrumental histórico-filosófico. Esto los acerca al campo reflectivista y los aleja del cuantitativismo.

En segundo lugar, en el plano epistemológico: La etiqueta de "positivismo" que los partidarios de la reestructuración en Relaciones
Internacionales han aplicado a las corrientes clásicas en general es particularmente poco adecuada para la perspectiva de la sociedad
internacional, cuyos autores suelen ser cautelosos ante las generalizaciones excesivas.

En tercer lugar, en el plano normativo: La perspectiva de la sociedad internacional tiene un fuerte componente normativo. Se lo ha
equiparado con la teoría crítica en este sentido. Pero ese componente normativo no se sitúa por encima de la voluntad de analizar la
sociedad internacional con rigor y objetividad.

Pese a sus potencialidades, la perspectiva de la sociedad internacional está todavía poco desarrollada conceptualmente. Sin
embargo, se están haciendo esfuerzos en este sentido.

Consideraciones Finales:

Elementos de continuidad: El principal elemento es la centralidad del Realismo/Neorrealismo. Todos los intentos de teorizar sobre las
relaciones internacionales se hacen desde o contra él.

Elementos de Cambio: La novedad del intento de neorrealistas/neoliberales de someter a prueba los propios supuestos político-
normativos. Un segundo elemento de cambio es la perdida progresiva de la vigencia del concepto kuhniano de paradigma como
elemento ordenador de los debates de la disciplina. El concepto como se usaba tendía a justificar la falta de diálogo.

FRED HALLIDAY: LAS RELACIONES INTERNACIONALES Y SUS DEBATES:

Introducción: La era de lo internacional:

EL comienzo del siglo XXI, y los dramáticos acontecimientos que lo precedieron han atraído la atención por el estudio académico y
teórico de "lo internacional". Esto se hace evidente teniendo en cuenta el aumento dentro del ámbito universitario del número de
cursos sobre lo que es "Relaciones Internacionales".

Este reconocimiento de la importancia de lo internacional está impulsado por el conjunto de tendencias interrelacionadas que se
subsumen bajo el término "globalización". Sin embargo, la mayor importancia de "lo internacional" conlleva cambios intelectuales y
teóricos más amplios. Implica una recuperación y reutilización de textos e ideas que están presentes en la disciplina de las Relaciones
Internacionales desde sus comienzos así como una recuperación de lo que suele denominarse "teoría clásica". Se trata de ideas sobre
lo internacional presentes en los textos de teóricos de la política, filósofos e historiadores como Maquiavelo, Kant y Rousseau.

Los cambios académicos e intelectuales han sido reforzados en gran medida por los sucesos acaecidos en el mundo. Estos sucesos
van desde el final de la guerra fría, el avance de la globalización, la oleada de "nuevas guerras" y el estallido de la ofensiva terrorista.
En la teoría política e internacional viene produciendose un notable aumento de trabajo sobre ética global, jurisdicción legal
universal, reforma de las instituciones internacionales, etc.

Las Relaciones Internacionales y las ciencias sociales:

El estudio académico de las RRII se corresponde con algo determinado, innegablemente objetivo, en el mundo "real": Las relaciones
entre Estados. Pero esta apariencia de solidez y de correspondencia con la realidad es engañosa. La materia de las RRII -Las
relaciones entre Estados, la Guerra, el poder, etc.- existe desde hace varios milenios. Las reflexiones sobre ello se agrupan bajo el
nombre de "Teoría Clásica", se remontan unos dos milenios. El surgimiento de un estudio académico definido después de la 1era
Guerra mundial refleja entonces no el descubrimiento de la materia, sino más bien una sensación de preocupación ante la quiebra
del orden internacional. El desarrollo, pasado y futuro, del estudio académico de las relaciones internacionales es, por lo tanto, parte
del desarrollo de la ciencia social, en su mismo un reflejo de desafíos y cambios más generales de la sociedad moderna y de nuestro
mundo moderno.

Las funciones de la ciencia social:


Hay que juzgar la disciplina de las Relaciones Internacionales con los mismos criterios que se aplican a otras ciencias sociales. Hay
cuatro justificaciones para la existencia de una disciplina académica de este tipo. En primer lugar, está la formación de la mente: el
estudio debe contribuir a una formación intelectual general. El segundo criterio es el de la transmisión de un cuerpo de teoría: poner
a disposición de una audiencia académica un conjunto de ideas y de textos que no encontraría de forma convencional. En tercer
lugar, el estudio académico debe conllevar la formación en un área concreta de pericia profesional, una preparación de los
estudiantes para trabajar, en este caso, en la organización internacional y la política exterior. En cuarto lugar, debe proporcionar
conocimientos que sean pertinentes a la resolución de cuestiones contemporáneas, a la discusión y la formulación de la política
pública.

Las Relaciones Internacionales se han afincado bien en el mundo anglófono y están ganando terreno en la Europa continental y en
algunas zonas del tercer mundo. Es dominada en gran parte por los debates en el mundo anglófono y especialmente en Estados
Unidos pero con escuela bien afincadas en países como Francia, Alemania y España. Las Relaciones Internacionales están dominadas
por dos escuelas generales, la del realismo y la del liberalismo. Los enfoques europeos ponen énfasis en las formas de cooperación
internacional, como la "Escuela Inglesa" neogrociana, diversos enfoques marxistas, etc. Tanto en Estados Unidos como en Europa, ha
habido un renovado interés por la Sociología Histórica (Marx, Weber, Aron). Otros enfoques derivados del feminismo, los estudios
medioambientales y la filosofía utópica, han dejado también su impronta. Igualmente, el realismo en su forma original o el
neorrealismo sigue siendo el enfoque dominante. No obstante, ya no es posible volver a un paradigma único, lo que un sentido
kuhniano sería una situación de "ciencia normal".

La teoría clásica conserva cierto predominio en el campo académico. Se están desarrollando teorías en algunas áreas nuevas y
creativas: Investigaciones de la intersección de la política con la economía, el reconocimiento de la importancia de las cuestiones
relativas al género, la investigación de cómo las formas de interacción estatal e interestatal han cambiado con el tiempo. Junto con
estas han surgido otras tendencias.

El cientificismo: Lo científico equivale a algo cuantificable, regular. La historia es irrelevante para este tipo de investigaciones, salvo
que proporcione un conjunto amplio de datos. Este cientificisno es especialmente en los Estados Unidos.

Postmodernismo: Lo que hay que cuestionar es la razón en si, pues afirma la existencia de una "gran narración" única. Acoge una
multiplicidad de puntos de vista, niega las afirmaciones de la razón y celebra el relativismo en la ética. Algunos argumentos son
valiosos. Es correcto indicar que los lazos que unen lo que se dice y los intereses de la persona que lo dice. Pero eso lleva con
demasiada frecuencia a la confusión y a un relativismo a menudo paralítico. El postmodernismo es, al final, un callejón sin salida.

El Final de la Guerra Fría:

A estos desafíos de la teoría se han sumado, en los últimos años, los del propio mundo real y en concreto tres: El hundimiento del
comunismo; La convicción cada vez mayor que el Estado-Nación se esta debilitando o superando; El aumento del terrorismo
internacional.

El repentino hundimiento del comunismo ha planteado diversas cuestiones prácticas, entre ellas el nacionalismo, la migración, la
proliferación de armas, la secesión. Pero hay otros desafíos también más teóricos. Uno de ellos es la predicción. Muchos autores han
fallado en predecir los sucesos que acontecieron en 1989. El argumento que las ciencias sociales deben predecir, porque si no lo
hacen lo cumplen con el criterio de "ciencia" es infundado por partida doble. Por un lado, no hay ninguna razón por la que las
ciencias sociales deban imitar a las ciencias naturales en todos sus aspectos. El argumento de que la ciencia debe explicar, no
predecir, es pertinente a gran parte de las ciencias sociales y naturales.

Si la meta adecuada es la explicación y no la predicción, entonces surge otro desafío más pertinente: el de explicar por qué el sistema
soviético cayó cuando lo hizo.

El fracaso del comunismo fue en diversos aspectos un fracaso internacional. Primero, al no lograr difundirlo en todo el mundo.
Segundo, por no poder crear un sistema de alianzas efectivo para rivalizar con el de Occidente. Después la erosión gradual de la
competitividad civil y militar con occidente. Al final, el comunismo se hundió por la percepción de que no competía, y de que no
tenía ninguna perspectiva a largo plazo de competir con éxito con Occidente.

Algunos afirmarían ahora que con el hundimiento del comunismo el mundo está volviendo a una preguerra fría cuando no a la
situación anterior a 1914.

El hundimiento del comunismo ha suscitado de forma muy imperiosa varias cuestiones clásicas en las RRII como por ejemplo el
derecho de las naciones a la autodeterminación y las condiciones en las que la comunidad internacional reconoce este derecho.
Debates sobre el Estado: Globalización y derechos individuales:

Frente a las afirmaciones de que estamos regresando al pasado, otros dicen que estamos ya en un sistema internacional claramente
nuevo, sobre todo debido a lo que se denomina "globalización". Esto coincide con un mayor interés por la economía política y la
sociología de las relaciones internacionales: por cómo el Estado interactúa con las estructuras de poder económico y con las
tendencias sociales. Los medios de comunicación mundiales hacen que el Estado haya perdido su poder de gestionar, y para aislar, a
sus propias sociedades, al mismo que erosionan viejas identidades basadas en estos Estados-nación separados. Parte de esto podría
ser benigno (el mercado del euro) y parte no tanto (narcotráfico).

Estas ideas no son producto del final de la guerra fría aunque su terminación las haya favorecido: desde la década del 70 se debate
mucho el tema de la interdependencia, con la sugerencia que el creciente contacto entre países desarrollados reduce a menos el
riesgo de la guerra.

Los argumentos en contra siguen teniendo fuerza:

Se exagera la novedad histórica de esto, pues los estados comercializaban mayores porcentajes del PBI antes de la 1era Guerra
Mundial. La inmigración era también mayor hace un siglo. Los estados siguen conservando poderes considerables y están
desarrollando otros nuevos, y no hay que confundir un cambio hacia coaliciones de Estados con la disolución de los Estados.

El 11 de Septiembre y la reconfiguración del orden mundial:

La tercera crisis importante de la política mundial es el terrorismo fundamentalista personificado por el atentado en Manhattan.

Los realistas proclamaron que este ataque y la respuesta estadounidense personificaban la supremacía del Estado en las relaciones
internacionales y de las cuestiones de seguridad como se entendían tradicionalmente.

Los liberales alegarían, por el contrario, que estos sucesos demostraban aún más la necesidad de respetar la ONU, las normas de
intervención internacionales , el trato de civiles por ambos bandos.

Quienes habían promulgado teorías de la globalización se apresuraron a atribuir el terrorismo a las desigualdades, la riqueza, poder y
respeto humano inherentes al sistema. Para los marxistas, reflejaban otro capítulo de la contradicción existente en el capitalismo
avanzado. Para las feministas la violencia de los islamitas suicidas reflejaba la educación machista recibida en las escuelas coránicas
solo para varones.

Temas viejos y nuevos:

Si hasta la fecha el estudio de las RRII ha tenido una trayectoria desigual, parece probable que en el futuro siga exhibiendo puntos
fuertes y débiles comparables. Así, en el ámbito de materias que son objeto de la disciplina seguirá siendo probablemente más
amplio y quizás aumente incluso más. La economía política internacional, los estudios de seguridad, el nacionalismo, etc. Seguirán
siendo importantes dentro y fuera de la Universidad.

En un contexto de post-guerra fría hay razones para reexaminar el "utopismo". Si se ha abandonado la creencia ingenua de que el
derecho internacional puede prevenir la guerra, otros dos aspectos de esa visión wilsoniana tienen una considerable relevancia
contemporánea: La creación de instituciones de gobernanza global y la relación de la democracia con la paz. Las cuestiones
protagonistas actualmente son: La ecología, la migración y las comunicaciones por un lado, y por el otro, el terrorismo nuclear y de
baja intensidad, las guerras entre democracias , la fragmentación y ruptura de bloques comerciales, etc.

El futuro: Perspectivas teóricas:

El realismo no puede recuperar el monopolio que tuvo una vez, pero tampoco va a desaparecer.

Cualquier previsión sobre a dónde va la disciplina en el próximo cuarto de siglo debe formularse con gran cautela y debe reconocer el
papel de las tres dimensiones formativas sobre el tema: La evolución de la propia disciplina, los cambios en las demás ciencias
sociales y la trayectoria de la historia mundial.

La disciplina de las RRII para hacer frente a los desafíos académicos e históricos que tiene ante sí, ha de producir un trabajo que
cumpa con los criterios de la teoría de las ciencias sociales, y al mismo tiempo ayude en la doble tarea de cualquier ciencia social que
se enfrente: La de explicar sucesos y procesos y la de aclarar debates normativos.
La disciplina no puede ser herramienta de políticos, periodistas, analistas de mercado, etc. Tampoco es en apéndice de las ciencias
sociales. Esta autonomía disciplinaria debe ser reconocida, respetada y preservada.

UNIDAD 2:

Torbjorn Knusten; A lost Generation?

Introducción:

Carr estaba en lo correcto al afirmar que la primera Guerra mundial marca un gran cambio en el estudio de las RRII. ¿Es correcto
cuando dice también que los primeros de estos estudios estaban marcados por una perspectiva idealista que luego con la segunda
guerra mundial el predominio pasa a ser la mirada realista? Muchos autores piensan que no y algunos dudan que una escuela
idealista hasta haya existido como tal. Otros a su vez dudan que un primer debate haya existido siquiera.

Knusten busca hacer un estudio histórico del surgimiento de las RRII. El argumento es que Carr pinta un panorama demasiado amplio
en términos hegelianos. Lo que él ve como el Gran Debate de las RRI no fue así. La escuela británica idealista no fue más que la cresta
de una ola más grande. También Carr es sorprendentemente vago en su análisis, cuando nombra autores particulares los encasilla en
Realistas o utópicos.

El objetivo del estudio de Knusten no es mostrar la falsedad de lo que escribe Carr, sino reemplazar la visión que el propone por una
con una base histórica.

Método Regresivo:

El método propuesto es el de encontrar libros comúnmente aceptados como clásicos en el estudio de las RRII. Luego buscar sus
referencias bibliográficas y en ellas buscar a su vez sus referencias bibliográficas. De esta forma, nos remontamos cada vez más en el
pasado de la disciplina.

El problema que nos encontramos es con la regresión infinita. Parece no haber ningún fin natural a un sendero bibliográfico. Es
necesario encontrar un punto y ponerlo como el final.

La literatura temprana:

Los primeros escritos reflejan el origen de la disciplina de las RRII. Han sido explorados hasta un punto pero no en profundidad.

Los primeros autores:

Utilizando el método regresivo antes nombrado podemos encontrar muchos autores rápidamente:

Grant: Introducción al Estudio de las RRII (1916), Este libro referencia a trabajos anteriores como a Bloch (1898); Reinsch (1900);
Hobson (1902) Angell (1908); y al analizar a estos encontramos referenciados autores como Novicow (1886), Mahan (1889), etc.
Todos estos autores escribían en las grandes potencias occidentales (G.B; Francia; Alemania). Muchos de estos autores además eran
académicos de distintas ramas como Historia, Derecho y otras ciencias sociales. Otros muchos escribían desde fuera de la academia.
Eran periodistas, diplomáticos, activistas, etc.

Una gran mayoría de estos primeros autores escribían sobre lo que hoy llamaríamos “temas relativos a la seguridad”. Temas de
conflictos y guerras. Muchos textos se referían a la situación en Europa o el cercano oriente. Otros muchos se referían a temas de
guerra y conflicto en las colonias.

Guerra, riqueza, paz y poder:

Estos cuatro temas son los que marcan la literatura de esta primera época. Estos eran generalmente discutidos como temas
actuales. Seguido eran debatidos dentro de un polémico cuadro normativo – por ejemplo en términos de honor nacional por parte
de los imperialistas; en términos de igualdad, leyes y justicia por parte de los antiimperialistas. Estas discusiones eran difícilmente
analíticas o científicas. La mayoría eran encarados en términos del método histórico y dentro de las convenciones de la historiografía.
Esto es ya que la mayoría de estos primeros autores de las RRII eran historiadores. Estos autores abogaban por el estudio de una
historia contemporánea, diferente de la historia moderna que es la más distante.

Tiempos cambiantes:

Los historiadores estaban de repente interesados en los eventos contemporáneos ya que veían que el mundo cambiaba frente a sus
ojos. Notaban nuevos y preocupantes aspectos de la escena internacional. El sistema interestatal había estado calmado por mucho
tiempo .Salvo algunos conflictos como la guerra de Crimea (1853-56) y la Franco Prusiana (1871), el siglo 19 había sido una época de
relativa paz interestatal. El final de siglo fue, en cambio, una época de turbulencia. El ascenso de Alemania y los EEUU. No solo los
historiadores notaban estos cambios. Hombres de estado, soldados y académicos los observaban. Algunos de ellos escribieron
artículos y libros sobre estos temas.

5 Factores ayudan a profundizar en la apreciación de la conexión de los cambios en los asuntos mundiales y el crecimiento de la
disciplina de las RRII: La creciente interconexión del mundo, el cambio en el balance de poder, el ascenso del conflicto y la lucha, la
revolución de los medios y la profesionalización de la sociedad.

La creciente interconexión del mundo:

Los académicos de la época comúnmente atribuyen los cambios a las fuerzas económicas. Se focalizan en 2 cambios: En la
producción y en el intercambio.

En esta época tanto la producción como el intercambio crecieron inmensamente. Este incremento ocurrió principalmente en el Oeste
y en el atlántico norte particularmente. Esto conllevo una ampliación importante de la brecha existente entre el hemisferio Norte y
Sur del globo. Creo una mayor interdependencia entre los países ricos e industrializados del Norte y una mayor dependencia de estos
de las materias primas generadas en los países del Sur.

Cambio en el balance de poder:

Gran Bretaña había sido claramente el hegemon de la época. Ningún otro país podía proyectar sus capacidades tan amplia y
masivamente. En 1850 Gran Bretaña era el único poder industrial de relevancia. Francia era el único poder continental donde la
industria había empezado a contar. Esta situación cambió drásticamente en la segunda mitad del siglo. Para 1890, Alemania había
tomado el lugar de Gran Bretaña como el mayor productor de acero de Europa. Solo EEUU tuvo una expansión mayor a la de
Alemania. Para 1900, los EEUU rivalizaban con las potencias europeos y para 1914 rivalizaban con la totalidad del continente (Su
producción de carbón era igual que la de Alemania y G. Bretaña juntas y la producción de acero superaba la de toda Europa).

Los diferentes ritmos de desarrollo de las grandes potencias afectaron a los asuntos internacionales en los finales del siglo 19.

Estados, naciones y nacionalismo:

Los efectos de la industrialización se notaron más aparentemente en las naciones que crecieron más rápidamente, Alemania y
Estados Unidos. La expansión en la producción y el comercio removieron barreras comerciales y discontinuidades en transporte con
el objetivo de una mayor eficiencia comunicacional y unidad nacional. Mientras que en la mayoría de los países esta construcción
nacional en un periodo extenso, Alemania y los EEUU llevaron a cabo este proceso rápidamente, en unas cuantas décadas.

Si bien algunos observadores extendieron esta tendencia nacionalista e imaginaron una integración de estados más estable (W. Stead
habló de los Estados Unidos de Europa) otros abogaban por naciones con claros límites entre estados, doctrinas de autosuficiencia
estatal y en el principio de autodeterminación.

Los argumentos nacionalistas estaban en alza. Este nuevo nacionalismo arraigo especialmente en las instituciones militares
establecidas durante el siglo XIX y en las escuelas. También este nuevo nacionalismo se reflejó en los nuevos medios.

Revolución de los medios:

El auge de los medios modernos es una de las más importantes condiciones de la emergencia de la disciplina de las RRII. Diarios,
revistas, libros, etc. Discuten temas de guerra, riqueza, paz y poder y diseminan los argumentos al público en general.

Estos nuevos medios informan al público sobre el mundo y sus cambios. Un creciente interés en el distante mundo y en los asuntos
internacionales evolucionaron mano a mano de un nuevo tipo de periodista: el corresponsal en el extranjero. Este proveía a los
diarios con reportes desde locaciones extranjeras. El nuevo interés en los asuntos internacionales se nota también con el cambio del
interés de los gustos literarios. Se dan cambios hacia novelas de acción y aventura en el extranjero. Hubo una explosión de las
memorias y libros sobre la experiencia colonial.

Nuevas tecnologías asistieron este desarrollo. El advenimiento de la prensa rotativa y el papel más barato redujeron
considerablemente el precio del papel impreso. Esto ocasionó el crecimiento de revistas y diarios populares y baratos. También es en
el momento de la guerra de Crimea en que se va generando una nueva forma de reportajes de investigación. Los periodistas
empezaban a reportar desde áreas de conflicto y hasta de campos de batalla. Se crea el tipo de periodista llamado corresponsal de
guerra.

Profesionalización y el alza de las ciencias sociales:

En esta época hay una tendencia a una especialización y profesionalización de la sociedad. Este desarrollo fue característico de las
sociedades occidentales. Este desarrollo conllevó a su vez el desarrollo de las ciencias sociales. Estimulo el estudio de Economía,
Sociología, Ciencias políticas y, en los EEUU, Administración y negocios.

Francia tenía una ventaja, ya que grandes profesionales escuelas habían sido establecidas por Napoleón en el siglo anterior. En la
Ecole Libre des Sciences Politiques en París ya se exploraban cuestiones macro políticas (nacionalismo, patrones de guerra y las
fuerzas que empujaban el colonialismo). Este interés en las cuestiones de RRII fue decreciendo junto con la fortuna y preponderancia
de la nación francesa a finales de Siglo (Pierde la guerra Franco-Prusiana).

En Alemania, los cientistas sociales no estaban particularmente interesados en las relaciones entre estados. Estaban más bien
obsesionados con la nueva unidad Germana e investigaban el proceso de construcción del estado y de la administración. Las
cuestiones de los asuntos internacionales fueron dejadas para los historiadores. Heinrich Von Treitschke, que dictaba un curso de
política en la universidad de Berlín, se centraba en la naturaleza y la evolución del estado. Sin embargo, terminaba todas sus clases
con una discusión sobre la interacción de los Estados. Su influencia fue enorme en Alemania. Tuvo también seguidores en los EEUU,
pero allí no dominaron.

Los Estados Unidos eran un suelo muy fértil para el crecimiento de una variedad de miradas de las RRII. Una razón para esto era la
mera cantidad de universidades que existían. Para 1914 EEUU tenía 531 Universidades. Otra razón era que su extensa esfera pública
permitía una discusión libre de los asuntos políticos. Esto se ve claramente en la cantidad de revistas políticas que existían. En el
comienzo del siglo ya empezaron a surgir revistas especializadas en ciencias políticas. A su vez las escuelas militares estadounidenses
a principio de siglo cambiaron su programa de estudios para incluir menor cantidad de ingeniería y mayor estudio de asuntos sociales
e históricos.

En Gran Bretaña, el estudio de las ciencias políticas no era ni tan organizado ni tan profesional como en los Estados Unidos. Las RRII
no eran definidas como un tema separado. Había mucha discusión de los asuntos internacionales pero no eran particularmente
científicas en forma no teóricas en contenido. Había igualmente una conexión entre las RRII y asociaciones voluntarias como las
había en los EEUU.

Enfoques cambiantes de los Asuntos Internacionales

El primer estudio de los asuntos internacionales emerge en el cuarto de siglo final del XIX como respuesta al endurecimiento del
clima internacional de la época. La primera escuela estaba formada por la tradición de la realpolitik. Esto se notaba más en Alemania,
donde fue representada políticamente por Bismark y académicamente por Von treitschke.

Sin embargo, ha existido otra forma de encarar los asuntos internacionales. Desde que Hugo Grocio (1625) había criticado el
relativismo centrado en el poder de Carneades había evolucionado un enfoque alternativo in contradicción a la política de poder: un
enfoque que advocaba por el ordenamiento de las relaciones interestatales en las bases de la ley. Fue luego reforzado por los
argumentos económicos de racionalistas liberales como Bentham. Von treitschke criticaba estos argumentos liberales en sus clases.
Los veía como justificaciones del movimiento de libre comercio de Inglaterra y los catalogaba como moralismo. Como conclusión,
traza una distinción entre los enfoques de naturalistas y los moralistas de las relaciones interestatales.

Treitschke veía al mundo como un campo de batalla y a la historia como la interminable lucha de las naciones. El poder era la única
garantía para la supervivencia de una nación y la moral nacional y las virtudes militares eran su fundamento.

El movimiento expansionista:

Treishcke era ideológico, patriótico y nacionalista. En Francia, Inglaterra y EEUU también había académicos de las RRII con estas
características. Había, sin embargo, argumentos fundados en teorías más generales.

Una de la más prevalentes era la de Darwin. Sus argumentos fueron tomados por autores políticos y como resultado se generó la
teoría del darwinismo social.
Un enfoque más económico fue el de Paul Leroy-BEaulieu en el segundo cuarto del siglo XIX. Él toma prestado el concepto de exceso
de capital y los aplica a la economía industrial occidental a fin de elucidar el fenómeno del colonialismo europeo. Este argumento fue
levantado por el economista norteamericano Charles Conant. Para el, el capitalismo estaba amenazado por la acumulación de capital
y encontraría prontamente un estancamiento y crisis a menos que el capital fuese removido a través de la inversión en el extranjero.

El movimiento anti imperialista:

Wilshire sugiere que el exceso de capital debería ser canalizado a través de reformas sociales en el interior del país y no en
especulación en el exterior. Una teoría del imperialismo fue desarrollada alrededor de esta idea.

En los EEUU el argumento de Wilshire tuvo gran influencia en los movimientos anti imperialistas que surgieron en el comienzo de la
guerra Hispano- americana y las ocupaciones de los EEUU en Filipinas y Cuba. En G. Bretaña, influencio el creciente partido laborista
y sus medios.

El movimiento pacifista:

Sociedades pacifistas habían existido en el mundo angloparlante. Eran pequeñas, pacifistas y generalmente movidas por motivos
religiosos. Cuando reemergen alrededor de 1890, eran fuertes, militantes y seculares. Protestaban contra la creciente militarización
de las grandes potencias, el crecimiento de las fuerzas armadas y condenaban el advenimiento de nuevos sistemas de armas.

Para el 1900, nuevos tipos de grupos existían por todo occidente. Sus líderes estaban educados en Historia y leyes. Abogaban por el
uso del arbitraje y el establecimiento de una corte internacional de leyes. Algunos de sus autores incluso proponían una liga de
naciones.

Nuevos movimientos imperiales

A medida que el siglo XIX se terminaba la hegemonía británica decaía. Desde 1899 en adelante, la guerra en Sudáfrica fue muy
taxativa para el orgullo imperial británico. Se ponderaban varias estrategias para la contención del expansionismo ruso y alemán por
parte de académicos y hombres de Estado. Una de ella era la posibilidad de unión más cercana entre Gran Bretaña y los EEUU. Cecil
Rhodes había desarrollado la idea de un imperio anglosajón mediante la unión de ambos países.

Norman Angell y la fundación Garton

La noción que el público necesitaba ser educado sobre los asuntos mundiales fue también una fuerza movilizadora en el activismo
político de Norman Angell. Tenía una visión horrible de las guerras futuras. Resumía su argumento en que la Guerra no paga. Por esto
quería decir que incluso aunque se salga victorioso no se ganaba nada, más bien traería gran destrucción y conllevaría gastos
exorbitantes. Advertía que la guerra era inevitable salvo que los políticos y el público en general cambien su visión de las RRII. Sus
ideas tuvieron repercusión tanto en Gran Bretaña como en los EEUU.

Richard Garton, financista acomodado, acepta financiar una fundación para promover la discusión de las ideas de Angell. Así fue
creada la fundación Garton, una organización sin fines de lucro dedicada a promover y desarrollar la ciencia de la política
internacional y económica.

Angell, apoyado por la fundación Garton, le dio relevancia a un movimiento creciente antibélico que en 1913 comenzó a publicar una
revista mensual llamada Paz y Guerra. Para 1914 el movimiento contaba con alrededor de 100 organizaciones de diferentes tipos.

Conclusiones:

En historia, lo que parece nacido repentinamente es usualmente producto de un proceso largo. LA primera guerra mundial significa
un cambio para la academia de las RRII. Sin embargo, los argumentos que se presentaron en la academia de las RRII luego de la
guerra habían sido presentados anteriormente en papers, revistas, etc.

Los autores fueron diversos, algunos “idealistas” y otros “realistas”. Estos escribieron desde todos las grandes potencias occidentales.
Algunos desde Gran Bretaña, paro los más antiguos académicos de la preguerra son de Alemania (Von Treitschke), Francia (LEroy-
Beaulieu) y los EEUU (Mahan, Conant, etc.)

Por último, los temas que versaban sus trabajos eran diversos.

Podemos llegar entonces a una triple conclusión:


Primero, los orígenes de la academia de RRII fueron menos una reacción a la primera guerra mundial y más una reacción a la
expansión económica y la competencia interestatal del siglo XIX.

Segundo, esta reacción fue particularmente fuerte en los EEUU. En particular nació como una reacción norteamericana al
imperialismo europeo y el nacionalismo reaccionario que ganaba fuerza para el final del siglo.

Tercero, la literatura que emergió antes de la primera guerra reflejó una más amplia y más rica academia que la que siguió a ella.
Antes de la guerra se debatían 4 temas principales: Guerra, riqueza, paz y poder. Después de la guerra la academia que surgió estaba
preocupada principalmente por la paz y una perspectiva liberal en asuntos internacionales influenciada por la retórica del presidente
estadounidense Wilson y por el establecimiento de la Liga de las Naciones, y que en el lenguaje de las RRII se conoce comúnmente
como idealismo.

PETER WILSON: EL MITO DEL PRIMER DEBATE

La historia de las RRII es comúnmente contada en términos de una serie de debates. El primer “gran debate” fue el llamado debate
idealismo-realismo que tomó lugar a fines de 1930 y principios de 1940. Fue desencadenado principalmente por el libro de Carr “La
crisis de los 20 años”. Este libro, se dice, tuvo un impacto devastador en la disciplina. El idealismo, principal modo de pensamiento
sobre RRII, era revelado como en bancarrota, esteril, infantil. Tanto fue así que algunos autores sugieren que tuvo consecuencia un
cambio de paradigma al estilo kuhniano. El idealismo fue arrojado a un estado de crisis científica, particularmente por la anomalía de
la segunda guerra mundial, cuya ocurrencia es incapaz de explicar. La alternativa propuesta por Carr, el realismo, no solo ofrece una
explicación, sino que ofrece el prospecto de una predicción precisa y una prescripción efectiva de políticas.

El argumento de este trabajo es doble. Por un lado sostiene que, en el sentido de una serie de intercambio entre interlocutores que
sostenían posturas distintas (idealista – realista), el primer debate nunca existió como tal. En segundo lugar, en un sentido cohesivo,
con auto conocimiento de escuela de pensamiento, el paradigma idealista o utópico, nunca existió realmente. El idealismo /
utopismo, es la forma de Carr de desacreditar una gran variedad de cosas con las que estaba en desacuerdo.

Respuestas a Carr:

La publicación del libro de Carr fue un acontecimiento literario de importancia. Recibió criticas en todos los diarios y revistas más
importantes. Hasta provocó que se escribieran libros sobre eso. Hubo muchas referencias al ingenio de Carr, su brillante logro, etc.
Desde economistas, políticos, y otros intelectuales se elogió a Carr.

Pero tantas alabanzas, fueron el preludio de las criticas, dudas y desacuerdos que siguieron. Angell llamó al libro una completa pieza
de sofisticado nihilismo moral. Su postura que la ley, el orden y la paz no eran intereses generales sino intereses de los ricos y
poderosos dio confort de igual manera a tanto seguidores de Marx como de Hitler.

Zimmern le critica que si los valores morales son una mera construcción efímera, el estudiante de las RRII es dejado en un estado de
frustración y sin motivaciones. Como puede encontrar la fuerza y convicción para construir algo si solo va a ser conclusión plausible
temporal. Para Zimmern no es cuestión de que los valores no existen, sino que son mal aplicados.

Toynbee llama a Carr un desmitificador consumado, pero en su opinión si eso no se sigue de una construcción no tiene utilidad. Carr
deja al lector en un vacío de moralidad y en un punto muerto político. Desmitificar es esteril si no lleva a una vista más clara de los
que es moralmente correcto e incorrecto y lo que es políticamente destructivo o desastroso.

Para Seton- Watson, es increíble que en toda la larga y brillantemente razonado capitulo de Carr de moralidad no hay una sola
mención de la Iglesia y la religión.

Woolf arguye que los principales conceptos de Carr son ambiguos, y ningún cuestionamiento puede ser considerado científico si
descansa sobre fundamentos conceptuales inseguros. Todo su argumento esta basado en la distinción de utopía y realidad. Pero Carr
falla en hacer esa distinción clara. Utiliza constantemente el término utopía en 2 sentidos distintos. Por un lado, lo usa en oposición al
término realismo para describir una esperanza, un ideal o una política de imposible realización. Por otro lado, lo usa en oposición a
realidad, para describir ideal y creencias que eran irreales o falsas. Es por esto que cuando Carr describe a los liberales del siglo XIX y
a los que apoyan a la Liga de las Naciones como utópicos, no es claro si se refiere a que sus creencias son falsas o que son imposibles
de conseguir.

Susan Stebing critica también su uso de las palabras. La palabra moralidad por ejemplo es una de las que más usa, sin embargo,
nunca estipula precisamente a que se refiere por ella. La opone fuertemente a Poder. A veces significa un “sistema de reglas
morales”, a veces “conciencia”, a veces “altruismo” y otras “benevolencia”. Pero el significado nunca es definitivo. }
Para Hayek, Carr era un totalitario. Benigno y bienintencionado por fuera, pero totalitario en su núcleo. La moralidad para Carr es
funcional a la política, y los únicos estándares de valor eran los hechos y que la fe individualista en la conciencia humana como corte
de apelaciones final era utópica. Para Carr lo único que importaba era la conveniencia. Inclusive el principio de “pacta sunt servanda”
no era un asunto de principios sino de conveniencia.

¿Un primer gran Debate?

Esta breve descripción de las muchas respuestas de la publicación de “La crisis de los 20 años” de Carr muestra que aunque se
considera generalmente que este trabajo tuvo un efecto devastador en el pensamiento “utópico” del periodo entreguerras, los
“utópicos” en si no se sintieron particularmente devastados por él. La visión general era que Carr era una persona brillante, pero
había usado su brillante con motivos cuestionables.

Ni Carr ni otros realistas han llevado a cabo una réplica. Es más, muchos de los luego asociados con el realismo político, compartían
muchas de las mismas dudas de los “idealistas” de la obra de Carr. Es cierto que Hans Morghentau consideró el trabajo de Carr como
una contribución al pensamiento político de primer orden, ha proveído una lucia y brillante exposición de las falencias del
pensamiento político contemporáneo en el mundo occidental. Pero exponiendo los defectos de este pensamiento, también expuso
los propios. El problema fundamental en el trabajo de Carr era uno filosófico. Él se embarcó en descubrir una nueva moralidad el
mundo político. Pero estaba equipado con una noción vaga de lo que significaba la moralidad. La insostenible ecuación de utopía,
teoría, y moralidad llevó a una concepción relativista e instrumentalista de la moralidad.

Martin Wight expresó preocupaciones similares. Carr había intentado crear su ciencia de las RRII alrededor de la antítesis entre lo
que llama utopía y realidad. Toda situación política, Carr sostenía, contiene elementos mutuamente incompatibles de utopía y
realidad, de moralidad y poder. Pero el balance, sentía Wight, no era mantenido.

Entonces, si Carr comenzó un debate, no fue exclusivamente idealista-realista, sino también realista-realista. La idea de un gran
debate idealista-realista no transmite la riqueza y la complejidad de las respuestas e intercambios que realmente tuvieron lugar.

Es notorio también que si bien Carr no llevó a cabo una réplica formal a sus críticos, su trabajo subsecuente, “Condiciones de Paz”,
puede verse como una respuesta a sus críticos. Se puede notar en este que Carr tuvo en cuenta las críticas recibidas. Su súbito
abandono de los conceptos pilares de utopía y realidad pueden verse como una respuesta.

La manufactura del Idealismo:

La autoconciencia disciplinaria comenzó en 1972. Hay pocas intimaciones de esa conciencia en “El hombre, el Estado y la guerra” de
Waltz o en “investigaciones diplomáticas” de Wight.

El idealismo ocupa un lugar normal junto con el realismo, behaviorismo, pluralismo y estructuralismo. El problema con esto es que el
termino idealismo conlleva una carga negativa. Sugiere impracticabilidad. Es también un término que no es aceptado por los que
integran esa categoría. Es más bien un término impuesto a un grupo de individuos supuestamente de una misma mentalidad por
oponentes que trataban de desacreditarlos.

Los idealistas, es dicho, creen el progreso, el libre albedrío, la razón, la primacía de las ideas. Creían que la moral era universal y
absoluta, y que la política podía conformar un estándar ético. Aseguraban que en la sociedad moderna la guerra había caído en
desuso, y que la creciente interdependencia terminaría convirtiéndola en obsoleta. Creían en la armonía de intereses entre las
naciones. Argüían que la guerra era producto de instituciones imperfectas, del balance de poder, la anarquía internacional, el
nacionalismo, y las maquinaciones de intereses siniestros y su eliminación era practicable y su término iba a ser acelerado por la
propagación de la democracia y el crecimiento de la ley internacional. Avocaban por el desarme, la seguridad colectiva, gobierno
global, diplomacia abierta, libertad de los mares, descolonización, auto determinación y la creación de una policía internacional. Han
sido acusados de inocentes, moralistas, legalistas, etc.

Este listado de características no es exhaustivo, pero es suficiente para mostrar que si es que existió un paradigma idealista era
extremadamente amplio. Lo que une a todos es la suposición de que el cambio consciente y progresivo es posible en las relaciones
internacionales.

Como consecuencia de poner doctrinas distintas el rótulo de idealismo surgen 2 consecuencias. Primero, el realismo, aceptado
opuesto del idealismo se convierte en una visión poca prometedora y determinista de las RRII. Se convierte en una doctrina en la cual
el progreso nunca ha ocurrido y nunca ocurrirá en el ámbito de las RRII. Se convierten en un reino de la recurrencia y repetición y la
teoría internacional se convierte en una teoría de supervivencia. En segundo lugar, por la naturaleza cargada de los términos
idealismo y realismo, el cambio progresivo automáticamente se asocia a la impracticabilidad y alejamiento del mundo por parte del
idealismo y en fatalismo, impotencia por parte del realismo.

Como se explica este aglutinamiento de una variedad de ideas en una categoría simple llamada peyorativamente idealismo? Una
gran parte de la respuesta esta en la influencia el libro de Carr y su crítica. La lista de supuestos, ideas, creencias condenados por Carr
como utópicas fueron más extensas que las nombradas anteriormente. Para Carr, los utópicos creían que el propósito del estudio de
las RRII era encontrar una cura para la guerra, que la realidad podía ser transformada por un acto de voluntad, que el progreso podía
ser obtenido a través de la razón, que la moralidad podía ser aplicada a los estados, que la guerra era producto en gran parte por la
acción de los diplomáticos, que la opinión pública es suficiente para prevenir la guerra, etc.

Conclusión:

Si el idealismo de entreguerras que Carr critica no existió como tal, ¿Qué existió? La respuesta es una gran variedad de ideas,
opiniones y teorías. Los escritos varían desde análisis de sistemas de estados basados en clases a los análisis del poder político, al
humanismo pacifista, a la idea de la paz a través de la ley, etc.

En qué manera la asociación implícita del progresismo y el utopismo inhibieron el desarrollo de la disciplina? Un número importante
de líneas de investigación fueron efectivamente abandonadas luego de la crítica de Carr. Más específicamente, Carr le dio munición a
los que querían desacreditar a toda la agenda liberal internacional.

TEXTO CARR:

La ciencia de la política internacional está dando sus primeros pasos. La política internacional era considerada algo fuera del alcance
de los partidos y los órganos representativos no se sentían competentes para ejercer un control riguroso sobre las misteriosas
operaciones de los ministerios de exteriores.

La guerra de 1914-1918 puso fin a la visión de la guerra como cuestión que afectaba únicamente a los soldados profesionales, y de
este modo , disipó la correspondiente impresión de que la política internacional podía ser dejada de forma segura en manos de los
diplomáticos profesionales. La campaña para la popularización de la política internacional empezó en Inglaterra como protesta contra
los tratados secretos, acusados de ser una de las causas de la guerra.

Propósito y Análisis en la ciencia política:

La ciencia política internacional ha surgido, entonces, como una respuesta a una demanda popular. Ha sido creada para servir a un
fin. Nuestra primera tarea, se dice, es recoger, clasificar y analizar nuestros datos y definir nuestras inferencias: en ese momento
estamos listos para examinar al objetivo al que nuestros datos se dirigen. Los procesos de la mente humana, sin embargo, no
parecen trabajar en ese orden lógico, sino al revés. El objetivo, es necesario para darle al análisis tanto su impulso inicial como su
dirección. Engels: "Si la sociedad tiene una necesidad técnica, sirve de mayor estímulo para el progreso de la ciencia que diez
universidades". Es el deseo de curar la enfermedad del cuerpo político lo que ha dado impulso e inspiración a la ciencia política. El
investigador de entre las causas del problema, diagnostica el hecho de que los seres humanos normalmente reaccionan de
determinada manera ante ciertas condiciones. Este hecho puede ser modificado con el deseo de hacerlo, y este deseo puede
extenderse, como resultado de su investigación, a un número suficiente de personas como para hacerlo efectivo. El propósito no es
irrelevante en la investigación y separable de ella. El pensamiento político es en si mismo una forma de acción política.

El papel de la Utopía:

Si el propósito precede y condiciona al pensamiento se da que cuando la mente humana empieza a funcionar en un nuevo terreno,
se da una fase inicial en la que el elemento de deseo o propósito es tremendamente fuerte y la tendencia a analizar daros y
significados es débil o inexistente. Se puede aplicar esto a la fase primitiva o utópica de las ciencias políticas. Durante esta fase los
investigadores prestarán poca atención a los hechos y se dedicarán fervientemente a la elaboración de proyectos utópicos para
conseguir los fines que tienen en mente. Solo cuando estos proyectos fracasan los investigadores solicitarán la ayuda del análisis y el
estudio. El aspecto centrado en los fines de la ciencia de la política internacional ha sido llamativo desde el principio. Aumentó con
una guerra enorme y desastroza y el objetivo mayor que dominó e inspiró a los pioneros de la nueva ciencia fue impedir la repetición
de esta enfermedad del cuerpo político internacional. Este deseo determinó todo el curso inicial y la dirección del estudio. Es en esta
etapa que el deseo ha prevalecido sobre el pensamiento, la generalización sobre la observación y se han hecho pocos intentos de
análisis crítico de los datos existentes. La atención se concentra casi exclusivamente en el fin a conseguir. El curso de los
acontecimientos después de 1931 reveló claramente la improcedencia de la mera aspiración como base de una ciencia de la política
internacional, e hizo posible embarcarse por primera vez en una crítica seria y en un pensamiento analítico sobre los problemas
internacionales.

El Impacto del Realismo:

Ninguna ciencia merece ese nombre hasta que no haya adquirido la suficiente humildad como para no considerarse a si misma
omnipotente y para distinguir entre el análisis de lo que es de la aspiración sobre lo que debería ser. Tanto en las ciencias físicas
como en las políticas, pronto llega el momento en que la fase inicial de deseo debe ser sustituida por una fase de análisis
contundente e inflexible. La diferencia está en que las ciencias sociales nunca pueden emanciparse totalmente del utopismo y en que
el científico político está preparado para mantenerse más tiempo en el período inicial que el físico.

El impacto del pensamiento sobre el deseo, que sigue a la quiebra de sus primeros proyectos utópicos y marca el fin de su período
específicamente utópico, es comúnmente denominado realismo. El realismo es capaz de adoptar un aspecto crítico y en cierto
sentido cínico. Pone el énfasis en la aceptación de los hechos y en el análisis de causas y efectos. Tiende a enfatizar el poder
irresistible de las fuerzas existentes y el carácter inevitable de las tendencias existentes. Este tipo de actitud, puede llevar a un punto
en el que dé lugar a la esteralización del pensamietno y a la negación de la acción. Pero hay una fase en la que el realismo es el
correctivo necesario para la exhuberancia del utopismo.

UTOPÍA Y REALIDAD:

Libre Albedrío y Determinismo:

La antítesis entre utopía y realidad puede ser equiparada en algunos aspectos a la antítesis entre libre albedrío y determinismo. El
utópico es necesariamente voluntarista: cree en la posibilidad de rechazar más o menos radicalmente la realidad y sustituirla por su
utopía mediante un acto de voluntad. El realista analiza un curso predeterminado de los acontecimientos que no tiene poder de
cambiar.

Teoría y práctica:

También coincide con la antítesis entre teoría y práctica. El utópico hace de la teoría política una norma a la que la práctica debe
conformarse. El realista ve la teoría política como una especie de codificación de la práctica política. El útopico trata el propósito
como si fuera el único hecho relevante. El realista ve estos propositos no como hechos sino como aspiraciones.

El intelectual y el burócrata:

El intelectual, preparado formalmente para pensar de forma apriorística y el segundo, empíricamente. El intelectual está en el bando
que intenta hacer que la práctica se adecue a la teoría, ya que a los intelectuales les gusta considerarse líderes cuyas teorías
proporcionan la fuerza motriz a los llamados hombres de acción (Woodrow Wilson).

La misma debilidad característica del utopismo es la misma de los intelectuales políticos: el no entendimiento de la realidad existente
y de la forma en la que sus propios patrones están ancladas en ella.

El enfoque burocrático de la política es, por otro lado, fundamentalmente empírico. El burócrata pretende manejar cada problema
particular "por separado", evitar la formulación de principios y guiarse por el buen camino mediante algún proceso intuitivo derivado
de una extensa experiencia y no del razonamiento conciente.

Izquierda y Derecha:

La antitesis utopía y realidad se reproduce en la de Radical y conservador, izquierda y derecha. El radical es necesariamente utópico y
el conservador, realista. El intelectual gravitará hacia la izquierda de forma tan natural como el burócrata hacia la derecha. Así, la
derecha es débil en teoría. La izquierda por su parte es incapaz de llevar su teoría a la práctica. La superioridad intelectual de la
izquierda rara vez es puesta en duda. Pero le falta la experiencia práctica que surge del contacto con la realidad.

Etica y Política:

El utópico establece un patrón ético que pretende sea independiente de la política y trata de lograr que la política se adecue a él. El
realista no puede entender de forma lógica ningún patrón valorativo salvo el de los hechos. La moralidad solo puede ser relativa, no
universal. La ética debe ser interpretada en términos de política y la búsqueda de una norma ética fuera de la política está abocada a
la frustración.

TEXTO ANGELL

Pacifismo y militarismo en la frontera entre dos siglos:

La cuestión de la guerra y la paz fue uno de los temas que concitó mayor atención entre los siglos XIX y XX.

Los más optimistas se habían apresurado a anunciar la desaparición definitiva de la gran guerra. Ese optimismo debía confrontar con
una carrera armamentista que crecía año tras año.

En rigor, un nuevo escenario mundial había ido tomando forma. En el orden de los hechos sobresalían las crecientes tensiones a las
que se vería sometido el equilibrio que se había manifestado como un concierto de potencias. La efervacencia nacional golpeaba los
cimientos del sistema internacional. La guerra franco-prusiana actvó una nueva lógica de reacomodamientos y confrontación entre
las potencias, las que comenzaron a dibujar una trama de alianzas y contra alianzas.

A la par estaba produciéndose una transformación en el escenario ecónomico mundial. Una nueva fase del desarrollo capitalista
materializado en una aceleración del impulso integrador del mercado mundial asociada a un impresionante desarrollo tecnológico.
Se da un "achicamiento del mundo". El cambio del mapa de poder y la competencia creciente entre las potencias alimentaba la
corrida imperialista. Las regiones periféricas caerían bajo el control de potencias ávidas de mercados.

Igualmente profundas eran las transformaciones en la esfera militar. Las innovaciones en el campo de armamentos, junto con la
revolución de las comunicaciones, anunciaban la transformación radical de la naturaleza de la guerra. El fúsil de carga automática, la
ametralladora, la dinamita, los submarinos y los aviones fueron algunas de ellas. La lógica de igualar fuerzas con rivales reales o
presuntos superaba cualquier prudencia presupuestaria. El aumento de la población daba pie a la formación de grandes ejércitos en
base a la instauración del servicio militar universal.

El conflicto franco-prusiano de 1870/71 significó un paso adelante en la dirección de la guerra total. Se dio la novedad del
bombardeo a ciudades indefensas.

Se difunden las ideas del "nacional militarismo" con su exaltación del poder. Se convierte el nacionalismo de corte liberal en un
pensamiento reaccionario que oponía nación a democracia y se encargaba de auspiciar la expansión imperialista. Este nacionalismo
de tonos patrióticos encontró un aliado en la prensa de alcance masivo. Este nacionalismo comprometido con la carrera
armamentista, conjugaba con un pensamiento belicista que a su vez crecía mediante el aporte de distintas vertientes.

La guerra se defendía en nombre de las ventajas económicas que proporcionaría al vencedor. Se sostenía no solo que la paz era un
sueño, sino uno pernicioso. Se exalta el valor de la batalla y del espíritu de sacrificio. Sin la guerra el mundo se estancaría. La nación
no podía tener grandeza sino a través del campo de batalla. Este militarismo, como se ve, eleva sus apuestas teóricas y su gestión
propagandística para neutralizar a la corriente pacifista que venía creciendo.

Tal como ocurría con el militarismo, la literatura del pacifismo integraba un aspecto amplio en el que se ubicaban desde moralistas
hasta investigaciones sistematicas. Bloch, sostenía que las conflagraciones futuras absorberían todos los recursos y energías. La
interdepenencia de las naciones en el aspecto financiero, en el comercio y en las materias primas significaban que el vencedor no se
diferenciaría del vencido. La potencia destructora de las armas modernas provocarían un sensible aumento de la mortandad
humana. Ningún estado moderno lograría la victoria sin que sus recursos quedasen destruidos.

Norman Angell y la Gran Ilusión:

Tal es el estado del mundo en 1909, año en que Angell, alarmado por el curso que tomaba la carrera armamentista y el fracaso del
reciente cónclave de La Haya, publicó lo que sería su obra más importante: La gran ilusión.

Angell eligió un ángulo para el análisis de la guerra que no era el de los pacifistas, auntque inevitablemente sus argumento
contribuirían a su causa. Tampoco abogó por la no resistencia o el desarme unilateral. "Mi objetivo es probar no que la guerra es
imposible, sino que es inútil (…) Ningún Estado tiene interés en atacar a otro y la necesidad de estar permanentemente en
condiciones de defenderse se debe a la creencia de cada uno que el otro tiene ese interés".

La obra de Angell se divide en 3 partes. La primera se dedica al análisis de los aspectos económicos generales. La segunda se centra
en los argumentos de los defensores de la guerra y los de la paz. La tercera examina las conclusiones prácticas de las tesis sostenidas
por el autor.
Lejos de anunciar el fin de la guerra, Angell la veía asomar detrás de la carrera armamentista, en particular la que involucraba a
Alemania y Gran Bretaña.

Angell señala que en la tradición del pensamiento político ha predominado la idea de que el poder nacional derivaba de la riqueza y
prosperidad, de que una nación civilizada podía derivar ventajas de la conquista. Un axioma aceptado era el que la estabilidad
industrial y financiera de una nación, la seguridad en materia comercial dependen de su aptitud para defenderse contra ataques de
otras naciones. El propósito de él es demostrar que esas ideas constituían un error engañoso y peligroso. Hay una ilusión y una
falacia lógica en el pensamiento que se alimentaba en Europa de que una nación aumenta su riqueza al aumentar su territorio.

Las cuestiones referidas a la naturaleza humana y el papel del Estado constituyen dos piezas centrales de su argumentación. Sostiene
que el problema no es cambiar la condición de los hombres sino su conducta, la cual puede modificarse por nuevas apreciaciones,
nuevas ideas y nuevas instituciones. Respecto del Estado, vislumbra la transformación y una relativa erosión de sus capacidades.
Angell creía asistir a cambios en el papel del estado; a un repliegue de la nacionalidad ante tendencias cosmopolitas y la aparición de
nuevas formas de sociabilidad internacional.

Angell acude a la experiencia de los países pequeños para ejemplificar la disposición hacia la paz y mostrar que la prosperidad u el
bienestar no tenían relación con el poderío (Suiza, Holanda, Bélgica, Dinamarca, etc.)

" La gran Ilusión" se cierra con un capítulo en el que se reiteran las críticas al pacifismo tal como se manifestaba habitualmente.
Angell cuestionaba las declaraciones académicas a favor de la paz fundadas en motivos altruistas y de abnegación.

Después de la Gran Guerra:

Como él no predice la desaparición de la guerra, Angell no se ve desmentido por la tragedia que se prolongo por cuatro años. En lo
que no falló fue en sus apreciaciones respecto de lo que significarían las reparaciones impuestas en Versalles a Alemania. Respecto a
esto marcha en paralelo con las críticas que hace Keynes a la política de reparaciones.

En los años 30 se llevó a cabo una intensa producción intelectiual en paralelo con el ascenso de los regímenes fascistas. Una de las
notas características de la mayoría de los trabajos fue el énfasis puesto en la idea de seguridad colectiva, tal como había sido
contemplada en la sociedad de las naciones.

Angell admitía que la defensa era un factor predominante en el comportamiento de los Estados. Sostenía que había dos formas de
concebirla: Confiando en sus propias fuerzas, lo que acentuaba los rasgos anárquicos del sistema o descansando sobre un sistema
más eficaz de defensa mutua, cooperativo o colectivo plasmado en una combinación de estados capaces de crear un poder
abrumador capaz de fomentar la paz y contener las tendencias de algunos estados para la guerra.

En sus textos de la década de los treinta, el auspicio de la seguridad colectiva se acompaño una firme crítica a las políticas de
apaciguamiento británicos y al aislacionismo norteamericano.

La resolución del problema de la guerra entre estados soberanos no significaba la desaparición de los conflictos, desordenes e
injusticias internacionales. Las guerras civiles, entre clases sociales, religiosas persisten.

Angell siempre cuestionó el concepto y práctica del equilibrio de poder. El intento por mantener el equilibrio de poder, situación por
lo demás siempre inestable, tenía por resultado necesario una oscilación de la preeminencia de un lado y luego del otro que activaba
la conflictividad.

Otra nota singular de Angell fue la forma en que analizó la relación entre capitalismo, socialismo y paz. Opinaba que cuando los
capitalistas fomentaban la guerra, se exponían a los mismos error y pasiones que la generalidad de las gentes y pensaban como
nacionalistas y militaristas, antes que como economistas. El socialismo, a su vez, erraba al creer que podía beneficiarse del caos. El
capitalismo no la necesitaba un ganaba con la guerra, por el contrario se debilitaba. El socialismo, por su lado no surge del caos de la
guerra, sino el fascismo.

La agudeza de Angell se refleja en sus previsiones respecto de las características que habría de tener una nueva guerra. Anticipaba
que la fuerza aérea habría de ser protagonista y desaparecería la distinción entre militares y civiles. Se intentaría atacar los centros
nerviosos del oponente como estaciones de ferrocarril, depósitos de agua potable, conglomerados industriales, etc.

Angell hizo un esfuerzo por modificar el sistema de creencias imperante. El no creía imposible modificar o formar las ideas de los
hombres: semejante argumento nos condenaría al silencio universal, poniendo fin a toda producción política. Argumentaba que
como los gobiernos han sido creados para proteger, no para sacrificar los intereses puestos bajo su custodia, era prácticamente
imposible que los gobiernos fundaran sus planes políticos en conceptos que contradijeran lo que la gente pensaba, a desentenderse
de los climas de opinión. No desdeñaba la influencia sobre los gobernantes, pero más importante era educar a quienes su voto los
consagraban y les imponían sus puntos de vista.

UNIDAD 3

WALTZ: TEORÍA DE LA POLÍTICA INTERNACIONAL:

Capítulo 3: Enfoques y teorías sistémicos:

El sistema interestatal no es el único sistema internacional que podemos concebir. Wallerstein demuestra de muchas maneras de que
modo el sistema económico mundial afecta a las políticas nacionales e internacionales. Pero afirmar que la economía afecta a la
política no implica la negación de que la política afecta a la economía. Decir que una teoría de economía internacional nos dice algo
acerca de la política y que una teoría de política internacional nos dice algo acerca de la economía no significa que una teoría pueda
suplantar a la otra.

Este capítulo examina los enfoque de política internacional que son tanto políticos como sistémicos. ¿Qué es un enfoque sistémico?
Se puede responder esto comparando los enfoques analíticos con los sistémicos. El analítico exige la reducción de la entidad a sus
partes y el examen de sus propiedades y conexiones. Se comprende el todo estudiando sus elementos. Se examina la relación entre
cada par de variables separadamente. Este método funciona en los casos en que las relaciones entre diversos factores pueden
resolverse en relaciones entre pares de variables mientras "otras se mantienen iguales". Pero el análisis no siempre es suficiente.
Solo será suficiente cuando lo efectos a nivel sistémico estén ausentes o sean suficientemente débiles como para ser ignorados. Si la
organización de las unidades afecta su conducta y sus interacciones, entonces no podemos predecir los resultados o comprenderlos
por medio del simple conocimiento de sus características. Cuando prevalece la similitud de resultados a pesar de los cambios de los
agentes podemos sospechar que los enfoques analíticos han fracasado.

Un sistema, entonces, se define como un conjunto de unidades interactuantes. En un nivel, un sistema consiste en una estructura, y
la estructura es el componente de nivel sistémico que posibilita pensar en las unidades como un conjunto diferente de una mera
reunión. En otro nivel, el sistema consiste en unidades interactuantes.

El propósito de la teoría de sistemas es demostrar cómo operan e interactúan estos dos niveles. Cualquier enfoque sistémico debe
demostrar de qué modo el nivel sistémico, o estructura, es diferente del nivel de las unidades interactuantes.

Los posibles logros de las teorías sistémicas son dobles: primero, trazar las carreras esperadas de diferentes sistemas internacionales,
indicando por ejemplo su duración y grados de paz. Segundo, mostrar de qué modo la estructura del sistema afecta a las unidades
interactuantes y como éstas, a su vez, afectan la estructura.

Enfoque Sistémico de Richard Rosencrance:

Para él, el marco de referencia del sistema político internacional está compuesto por cuatro elementos: 1) La fuente disruptiva 2) un
regulador 3) Una tabla de limitaciones contextuales 4) resultados. Los Estados son los disruptores, más aún si sus élites son
revolucionarias y menos si sus élites son conservadoras. El regulador aparece en diferentes períodos históricos como una institución
como el Consejo Europeo o la Liga de las Naciones, o como un proceso informal por el cual algunos Estados se opones a la acción
perturbadora de otros Estados, a través de alianzas o equilibrio de poder. El contexto es el conjunto de limitaciones físicas que influye
sobre la política - la cantidad de tierra colonizable, por ejemplo, en una época de actividad imperialista.

En esta caracterización no hay ninguna noción de algo a nivel sistémico que condicione la conducta de los Estados. Rosencrance no
ha desarrollado una teoría, solo ha bosquejado un marco de referencia. Presenta los componentes de sus sistemas y entonces, según
sus palabras, procura demostrar "de qué modo los cambios de estos componentes producen cambios en el sistema internacional".
Llama a esto un "análisis sistemático empírico". Es sistemático en tanto sigue un método ordenado pero no en otro sentido ya que
los componentes producen todos los cambios y ninguno de ellos se halla a nivel sistémico. Los sistemas no afectan las acciones ni
interacciones de los Estados. Por esto el enfoque de Rosencrance es Reduccionista, no Sistémico.

Enfoque Sistémico de Stanley Hoffman:

Hoffman define "un sistema internacional" como "un esquema de estructuras entre las unidades básicas de la política mundial". Esa
estructura es definida de manera tan vaga que acaba por perder cualquier significado claro.

Primero, según Hoffman, "el sistema internacional es tanto un esquema analítico como un postulado". Como esquema analítico, el
sistema es una manera de organizar datos abundantes. Como postulado, el sistema es una aserción "de que hay perceptibles
esquemas de relaciones y variables claves que pueden ser discernidas sin arbitrariedad". Los sistemas entonces son también
realidades. "Una sociología histórica de la política internacional debe intentar el estudio de los sistemas internacionales que han
emergido en la historia del mismo modo que los científicos políticos estudian los sistemas políticos domésticos reales (en contraste
con los imaginarios)".

Cree certera la existencia de sistemas domésticos; la existencia de sistemas internacionales es más hipotética. Se deben investigar las
relaciones existentes entre las unidades que sean "regulares" y que "alcancen cierto nivel de intensidad", buscando unidades que
posean una módica conciencia de su interdependencia, y un componente específicamente internacional que sea distinto y separable
de los asuntos internos de las unidades. Toma como obvia la existencia de los sistemas domésticos, pero se puede pensar que si bien
los gobiernos existen, los sitemas políticos son meras concepciones intelectuales.

Para Hoffman para buscar sistemas internacionales reales se debe partir del conocimiento de las partes para inferir acerca del todo.
Solo las partes pueden observarse. Uno debe comenzar por las formas de conducta y agentes característicos.

El enfoque de Hoffman no resiste. Para sostener un enfoque sistémico, debemos estar en condiciones de decir cuáles cambios
representan el funcionamiento normal de las partes del sistema y cuáles cambios marcan el desplazamiento de un sistema a otro.
Hoffman solo puede distinguir arbitrariamente entre esas clases de cambio porque ha mezclado elementos a nivel de la con
elementos a nivel sistémico. Como las entidades que se observan y las interacciones entre ellas son el sistema, es imposible que
cualquier teoría o lógica separe los cambios dentro del sistema y los cambios entre sistemas.

Para distinguir entre un sistema y otro, Hoffman cree que por medio de las comparaciones históricas resaltan cambios importantes y
que es posible decir que cada cambio importante es un cambio de sistema. Toma por cambios de sistema los grandes cambios dentro
del sistema. Esto imposibilita el desarrollo de la noción de sistema en una teoría que posea algún poder explicativo. Y sin embargo,
Hoffman sigue precisamente ese camino. Ve la emergencia de un nuevo sistema cada vez que las unidades en potencial conflicto
cambian de forma, cada vez que una innovación fundamental de la tecnología del conflicto se produce. Los sistemas proliferarían
desenfrenadamente si se aplicaran estos criterios. Bajo este criterio, se puede crear un sistema cada vez que resulte necesario.
Cuando los fenómenos que requieren explicación parecen ser distintos, se producen diferentes sistemas con el objetivo de
explicarlos.

Progresivamente, Hoffman, se las arregla para situar todo dentro de la Estructura. Una causa estructural es inventada para cada
efecto. Como se dice que los atributos y la conducta de las unidades son elementos estructurales, las causas a nivel de la unidad se
entremezclan con las causas a nivel sistémico. Las características internas de los Estados – La ambición de los gobernantes, los
medios que emplean, el grado de integración nacional – todas ellas son parte de su definición de estructura.

En efecto, Hoffman define "estructura" como una colección de ítems que se supone ejercen una importante influencia sobre la
política exterior. Al hacerlo, produce una confusión de causas y una mezcla de causas y efectos Al incluir elementos a nivel de la
unidad en la estructura, mezcla elementos situados en distintos niveles de abstracción, haciendo imposible explicar qué les pasa a los
sistemas y que ocurre dentro de ellos y únicamente describir los sistemas internacionales o más bien, expresar la impresión que
tiene de ellos.

Hoffman demuestra ser discípulo de Aron, ya que ambos tienden a explicaciones "de adentro para afuera". Aron expresa: "los
principales actores han determinado el sistema mucho más de lo que han sido determinados por él".

El enfoque de Hoffman tiene considerable mérito, más allá de las críticas precedentes. Su concepción de sistema y estructura incluye
todos los factores que los estudiosos de la política internacional deben tener en cuenta; concibe un sistema como estructura de
relaciones, como poseedor de una estructura generalizadora y la estructura como reunión de elementos que influyen sobre la
conducta de gobernantes y las operaciones de los Estados que conforman el esquema de relaciones. Sin embargo, la incapacidad de
resistir a la tentación de poner todo dentro de la estructura imposibilita la utilización del marco de referencia de Hoffman para un
sistema como base de una teoría política internacional.

Hoffman no ha desarrollado una teoría sino que, en cambio, ha exhibido un fuerte compromiso con respecto a determinado enfoque
intelectual.

Cualquier enfoque para ser llamado sistémico debe al menos tratar de inferir algunas expectativas acerca de los resultados de la
conducta de los Estados y de sus interacciones a partir de conocimiento de los elemento a nivel sistémico. Para Hoffman, las
explicaciones se hallan a nivel de los Estados y los estadista; el nivel sistémico se convierte en producto pero no en productivo.

Enfoque Sistémico de Morton Kaplan:


Examina seis sistemas: Equilibrio de poder, bipolar laxo, bipolar severo, veto de la unidad, universal y jerárquico.

Luego identifica cinco variables: Las reglas esenciales del sistema; las reglas de transformación; las variables clasificatorias del actor;
las variables de capacidad; las variables de información. La primera es la de mayor peso.

De los seis sitemas, el equilibrio de poder recibe la mayor atención de Kaplan. Sus reglas son las siguientes:

.Actuar para incrementar las capacidad, pero negociar antes de luchar

.Luchar antes que dejar pasar la oportunidad de incrementar las capacidades.

.Dejar de luchar antes que eliminar a un actor nacional esencial

.Actuar para oponerse a cualquier coalición

.Actuar para limitar a los actores que suscriben principios organizadores supranacionales.

. Permitir que los actores nacionales esenciales derrotados se reintegren al sistema.

Estas reglas son descriptivas y prescriptivas; son esenciales, interdependientes y están en mutuo equilibrio y son, a su vez
incoherentes y contradictorias. En algún momento se debe seguir una regla u otra ya que son contradictorias.

Kaplan, como Hoffman, escribe como si los actores produjeran un determinado resultado solamente si se sienten motivados para
hacerlo.

Kaplan define un sistema de acción como "un conjunto de variables tan relacionadas que las regularidades de conducta descriptibles
caracterizan las relaciones internas de las variables individuales con las combinaciones de variables externas". A partir de esta
definición se le requiere que defina sistema, que indique el contexto del sistema y que marque los límites entre ellos y segundo, que
defina el sistema de la estructura de modo que la identidad del sistema sea discerinble de las variables internas y sus interacciones.
Esto no lo logra.

Primero, Kaplan confunde sistemas internacionales con sus contextos. Según Kaplan, todas las cosas importantes para los sistemas
internacionales se hallan dentro de ellos, y sin embargo escribe acerca de los parámetros de un sistema internacional que "es
cambiado por perturbaciones provenientes del exterior del sistema". Kaplan no describe un contexto, ni establece un límite ni indica
de qué modo se podría concebir otro sistema coordinado con un sistema internacional. Si se aceptan como coherentes las reglas
esenciales que propone, cualquier sistema permanecería en constante equilibrio mientras los Estados siguieran esas reglas. Esto es
así porque Kaplan ha igualado motivación con resultados. Para él, el cambio de los sistemas internacionales depende de que los
actores quiebren las reglas esenciales. Los Estados mismos son la fuente de las "perturbaciones exteriores del sistema". Los estados
entonces serían en uno de sus aspectos, el contexto del sistema internacional.

(INCOMPLETO)

MORGHENTAU: ESCRITOS SOBRE POLÍTICA INTERNACIONAL:

2 El Rechazo de la política:

Con el final de la primera guerra mundial, llegó el triunfo del liberalismo a la escena internacional. Este desarrollo ha sido posible
gracias a dos corrientes de pensamiento. Una se originó en la filosofia racionalista de los siglos XVII y XVIII (Grocio y el Abad Saint
Pierre). Su influencia persistió a lo largo del siglo XVIII dando lugar a sistemas abstractos de derecho internacional y a proyectos
utópicos para la perfecta sociedad internacional.

Sólo cuando la filosofía racionalista, en su manifestación liberal hubo pasado con éxito la prueba interna, la idea general de extender
esos mismos principios al campo internacional se transformó en un programa político concreto que pudiera ensayarse en la práctica.

¿Cuál es entonces la esencia de la política exterior liberal?

Política exterior sin política:

Tucídides, Maquiavelo, Richelieu concebirían la naturaleza de la política internacional como una lucha inacabada por la supervivencia
y el poder. El pensamiento moderno, no solo niega el valor moral del poder político, lo que no prueba nada en comparación con los
valores racionales de la verdad y la justicia; sino que niego, aunque no la existencia de la política de poder como una realidad, sí su
conexión orgánica e inevitable con la vida del hombre en sociedad. Las naciones, afirmaba Bentham, son socios y no rivales en la
gran empresa social. Esta concepción de las relaciones internacionales halla en la filosofía de Spencer su desarrollo sistemático y, en
la política exterior de Wilson, su realización.

Las relaciones entre naciones no son esencialmente diferentes que las de los individuos y dado que las relaciones entre individuos
son esencialmente pacíficas no hay razón para que no sean de ese modo entre Estados.

Ya que los vestigios de la época feudal todavía hacen de la política exterior su campo de juego, la política interna debería tener como
mínimo prioridad sobre los asuntos internacionales. Hay un interés dominante por la política interna y la correspondiente falta de
interés por los asuntos internacionales.

El liberalismo identificó la política aristocrática del pasado en su forma abierta y violenta, con la política como tal. Entonces, la lucha
por el poder político, tanto a nivel interno como externo, era solo un accidente histórico, coincidente con el gobierno autocrático y
destinado a desaparece al tiempo que este último.

El Liberalismo Pacifista:

El liberalismo es esencialmente pacifista y hostil con la guerra como manifestación destacada y consecuente del ansia de poder en el
marco internacional. No solo se horroriza ante el espectáculo de la guerra y la condena, sino que argumenta contra la guerra, como
contra algo irracional, un pasamiento aristocrático que no tiene sentido en el mundo racional. La guerra es una cosa del pasado. La
ocupación de las clases medias es primordialmente comercial o de naturaleza profesional mientras que su enemigo histórico, la
aristocracia, se ha educado en la tradición del uso de las armas. Para Kant, el espíritu comercial no puede coexistir con la guerra. No
hay lugar para la violencia en un sistema racional de sociedad. Es, por tanto, una preocupación vital para las clases medias el evitar
cualquier interferencia exterior, especialmente violenta.

La condena liberal a la guerra es absoluta sólo en la esfera ética y en la esfera política y respecto de objetivos políticos últimos. Así,
condena necesariamente a las guerras aristocráticas y totalistarias, pero cuando se propone el uso de las armas para llevar las
bendiciones del liberalismo a pueblos que todavía no lo disfrutan o para protegerlos de agresiones despóticas, el fin justo sirve para
justificar los medios. Así pues, las guerras de unificación nacional y las que son contra gobiernos despóticos son guerral legítimas
para el liberalismo.

Cuando todas las naciones estén unidas bajo sus propios gobiernos y estos sean democráticos la guerra habrá perdido su justificación
racional. La guerra para por la unificación nacional y para salvar al mundo para la democracia es la guerra final, la última guerra, la
guerra para acabar con la guerra. Esta misma esperanza se encuentra en la concepción marxista de la guerra contra el capitalismo
como última guerra.

Nacionalismo democrático:

Había una sincera creencia que la organización de Europa en Estados Nacionales bajo gobiernos democráticos haría desaparecer
cualquier motivo razonable de guerra. Los estadistas liberales fueron incapaces de resistir a la expansión alemana mientras parecía
justificada como en los casos de Austria y los Sudetes por los sagrados principios de unificación nacional. Hitler invocaba la
autodeterminación como principio para esto.

Los principios liberales abstractos llevados a la condición de verdades absolutas son usados como armas políticas. Por ejemplo, la
libertad de expresión desborda su origen político y pasa a pertenecer a los derecho naturales que deben ser ejercidos por todo el
mundo, incluso por el enemigo que reclama el derecho solo para monopolizarlo. La libertad de prensa, arma política contra los
poderosos, se convierte en un principio abstracto y apolítico que utilizan los poderosos contra todo control.

GUERRA:

El nacionalismo y el liberalismo han estado íntimamente asociados. Las naciones deberían estar libres de la opresión tanto interna
como la internacional. La volunrad popular debería decidir como y por quién debería ser gobernado el pueblo, al mismo tiempo que
es pueblo debería decidir sonre el Estado al cual desea pertenecer. Así podría justificarse tanto la revolución nacional como la guerra
nacional.

La justificación liberal de la guerra por la democracia y contra el despotismo proviene directamente de la experiencia interna del
liberalismo. El pensamiento liberal ha considerado la universalidad del gobierno democrático o republicano como un prerequisito
para una paz permanente. El rechazo original de la Sociedad de las Naciones y la actitud similar de la ONU tienen sus raíces en esta
misma filosofía.
Para el liberalismo, democracia es paz y autocracia es guerra. Los gobiernos autocráticos tiranizan en el ámbito interno y hacen la
guerra en la escena internacional, todo lo que se necesita es un cambio de gobierno para acabar con la tiranía y con la guerra. La
opinión pública debería ejercer su influencia pacificadora y deberían suplantarse la diplomacia secreta y los tratados secretos. La
"democratización de las relaciones internacionales" es uno de los grandes objetivos liberales.

La conexión entre democracia y paz no es tan simple y fácil como creen los liberales. Las políticas exteriores de las grandes potencias
han sobrevivido a los cambios de su forma de gobierno y en sus políticas internas (Francia, Inglaterra,Rusia, etc.) La continuidad de
en la política exterior no es una cuestión de elección, sino de necesidad, ya que deriva de la geografía, de la tradición, del carácter
nacional y de la distribución real de poder.

En consecuencia, la cuestión de la guerra y la paz se decide sobre la base de esos factores permanentes, al margen de la forma de
gobierno bajo la que vive la nación y de las políticas internas que adopta en un momento determinado de su historia.

Las victorias en las guerras liberales, lejos de satisfacer las esperanzas liberales, creaban los males que se suponía habían de conjurar.
En lugar de ser las "últimas guerras", se convertían en precursoras y pioneras de guerras más destructoras e intensas que las
anteriores.

Liberalismo Decadente:

Las guerras liberales son generalmente guerras defensivas, ya que tan solo una guerra de este tipo se justifica en virtud de la filosofía
liberal. Las dudas sistemáticas y las vacilaciones de los gobiernos liberales, enfrentados a decisiones que podrían llevar a la guerra,
son debidas a esos rasgos inherentes de la filosofía liberal.

Durante el período de la decadencia liberal la posición original de liberalismo se invirtió. Mientras que el liberalismo en su auge
hubiera intervenido e incluso entablado batalla para la promoción y protección de las posiciones liberales en otros países, el
liberalismo decadente de los años treinta ya no estaba dispuesto a entrar a la guerra por ninguna causa.

Ideología contra política:

El liberalismo tiene la concepción de la las relaciones internacionales como algo esencialmente racional, donde la política desempeña
el papel de una enfermedad que debe ser curada por la vía de la razón. Así, el liberalismo solo puede aceptar los objetivos
internacionales que pueden ser justificados a la luz de la razón. El liberalismo expresa sus objetivos en la esfera internacional no en
términos de política de poder, esto es, basándose en la realidad internacional, sino de acuerdo con las premisas racionalistas de su
propia concepción errónea.

COLIN ELMAN: REALISMO:

Las raíces del realismo:

Los realistas se piensan a si mismos como herederos de una extensa tradición intelectual. Es común rasrear el realismo hasta la
antigüedad, hasta Tucídides, pasando por Machiavello y Hobbes. La existencia prolongada del realismo le da una distintiva ventaja
sobre relativamente nuevas alternativas liberales.

Realismo Clásico:

El realismo clásico es datado generalmente de 1939 con la publicación de "La crisis de los 20 años" de Carr. Los realistas clásicos son
caracterizados como respondiendo a los entonces dominantes enfoques liberales aunque algunos cuestionan que tan generalizado
estaba el realismo en el período de entreguerras. Fue "politics among nations" de Morgenthau que se convirtió en el estándar del
realismo político.

De acuerdo al realismo clásico, como el deseo de poder es intrínseco a la naturaleza humana, los estados están continuamente en
una lucha para incrementar sus capacidades. La ausencia de un gobierno es una condición permisiva. Las estrategias estatales son
entendidas como racionales, teniendo en cuenta el costo y el beneficio de diferentes cursos de acción posibles.

Neorrealismo: Waltz
En 1979 Waltz publica "Teoría sobre la política internacional" que reemplazó a la obra de Morgenthau. Arguye que los sistemas están
compuestos de una estructura y sus unidades interactuantes. Las estructuras políticas tienen tres elementos: Un principio ordenador
(Anárquico o Jerárquico), el carácter de las unidades (Iguales funcionalmente o diferentes) y la distribución de las capacidades.
Sostiene que dos de estos elementos son constantes: La falta de una autoridad significa que el principio ordenador es anárquico, y el
principio de autoayuda significa que todas las unidades son iguales funcionalmente. La única variable estructural entonces es la
distribución de capacidades.

En contraste con el realismo clásico, el neorrealismo deja afuera la constitución interna de los estados. La teoría de Waltz omite las
motivaciones de los líderes y las características de los estados como variables causales de consecuencias internacionales, excepto por
la mínima excepción que es que los estados buscan su supervivencia.

Mientras el realismo clásico sugiere que las estrategias estatales son seleccionadas racionalmente, Waltz es más agnóstico. Para él, el
accionar de los estados puede ser producto de la competencia entre estados, o alternativamente puede ser producto de la
sacialización: Los estados pueden decidir seguir reglas porque lo calculan en beneficio propio o porque estas son internalizadas.

El propósito de Waltz es explicar porqué sistemas internacionales similarmente estructurados parecen ser caracterizados por los
mismos resultados, incluso aunque sus unidades tengan distintas disposiciones políticas internas e historias particulares.

Al ignorar las variables a nivel de unidad, Waltz quiere identificar los efector persistentes del sistema internacional. Se trata de un
sistema cuando un conjunto de unidades o elementos está interconectado de tal manera que los cambios en algunos elementos o
sus relaciones producen cambios en otras partes del sistema; y cuando el sistema entero muestra propiedades y comportamientos
que son distintos a los de las partes. Los resultados son influenciados por algo más que el agregado de el comportamiento de los
estados individuales. Por esto es que hay una brecha entre lo que los estados quieren y lo que reciben. Consecuentemente, a
diferencia de los realistas clásicos, los neorrealistas ven a la política internacional como trágica más que guiada por el
comportamiento agresivo de estados revisionistas.

Con el paso del tiempo, detractores fueron mermando el dominio del libro de Waltz. El declive del realismo en los años noventa fue
amplificado por los eventos internacionales. El retiro de la URSS, la continuación de la integración europea, la ola de democratización
y liberalización económica y la improbabilidad de la guerra entre los poderes hicieron al realismo parecer anticuado.

Variaciones del realismo contemporáneo:

Realismo de auge y caída:

Las reglas y prácticas del sistema internacional son determinadas por los deseos de los estados líderes. Este enfoque pone el énfasis
en las guerras de poder que marcan la transición de un lider al próximo. Dada una reducción de el espacio entre el primero y el
segundo estado, el líder debe llevar a cabo una acción preventiva. Si esto no se hace, el contendiente puede optar por una guerra
para desplazar al líder.

Robert Gilpin es el exponente más importante. Para él las RRII continúan siendo una recurrente lucha por riqueza y poder entre
actores independientes en un estado de anarquía. Los Estados eligen entrar en conflicto porque calcular que los beneficios de ello
exceden los costos.

Cuando los estados están disconformes con el status quo, la guerra es probable. La paz, entonces, es más probable cuando el actual
líder del sistema tiene una amplia ventaja sobre los otros estados.

Realismo neoclásico:

Sugiere que las acciones de los Estados depende en gran parte de las preferencias domésticas. Las cosas que pasan en el mundo
internacional suceden porque algunos estados, influenciados por su estructura doméstica e instituciones, ideología y ambiciones,
practican estrategias disruptivas y predatorias.

Realismo estructural defensivo:

Comparte con el neorrealismo las mínimos supuestos sobre las motivaciones de los estados. Los estados buscan seguridad en un
sistema anárquico. La mayor amenaza para su seguridad proviene de otros estados.

El realismo defensivo añade la variable ofensiva-defensiva. Alegan que las tecnologías prevalentes o las circunstancias geográficas
usualmente favorecen la defensa. Los recursos conquistados en general no se asimilan bien a los propios de la metrópolis. También
predicen que los estados deben apoyar el status quo. La expansión es raramente un mandado estructural y el balance es la respuesta
apropiada a concentraciones de poder amenazantes. Waltz es una variante de realismo defensivo.

Para explicar como surgen los conflictos deben apelar a factores a nivel doméstico que están fuera de su teoría o argüir que la
dinámica extrema del sistema de seguridad hace que los estados se comporten como si fuesen revisionistas. Las acciones defensivas
son usualmente malinterpretadas y consideradas agresivas. Esto lleva a una espiral de mutua agresión que todos prefieren evitar. Los
estdos deberían buscar una cantidad de poder apropiada. Si buscan hegemonía, es por preferencias domésticas..

Realismo estructural ofensivo:

Para ellos, la seguridad requiere conseguir la mayor cantidad de poder en comparación con otros estados. Mearsheimer deduce que
los grandes estados se temen entre sí y que la mejor estrategia es conseguir la mayor cantidad de poder relativo a otros estados
como fuese posible. La mejora de las capacidades no conlleva obligatoriamente una respuesta de contrabalance. Los Estados pueden
racionalmente apuntar a una hegemonía regional.

DESIGUALDAD Y TEORIZACIÓN EN RRII: EL REALISMO SUBALTERNO – MOHAMMED AYOOB

Las RRII reflejan y reproducen la desigualdad presente en la disposición de la capacidad material en el sistema internacional. El poder
se traduce en dominación en la esfera de la manufactura y reproducción de el conocimiento. La dominación en la arena del
conocimiento legitimiza aún más la desigualdad en el sistema internacional. Quebrar el monopolio que controla el conocimiento
demanda que seriamente intentemos presentar alternativas conceptuales a las dominantes en las RRII.

Este ensayo no busca establecer un nuevo paradigma para explicar por entero las relaciones internacionales. Es más bien un pedido
de más perspectiva y en contra de el "cientificismo" que intenta encontrar generalizaciones de aspecto legal basándose en el modelo
de las ciencias físicas.

Simultáneamente se intenta presentar una perspectiva con capacidad de explicar la mayoría de los conflictos actuales y las variables
que determinan el comportamiento tanto interno y externo de la mayoría de los miembros de la sociedad internacional.

Esta perspectiva, llamada realismo subalterno, no pretende ser atemporal ni suplantar a otras teorías de las RRII. Pero tiene la
capacidad de llenar vacíos importantes en la literatura conceptual de las RRII.

Se costruye esta perspectiva sobre tres tradiciones. Sobre el pensamiento de los realistas clásicos como Hobbes. Sobre la literatura
sociológica histórica relativa a la formación del estado en la Europa moderna. Y por último sobre la escuela inglesa que busca proveer
un orden a una sociedad internacional basada en el frágil consenso de sus miembros (Hedley Bull).

El monopolio sobre la construcción de el conocimiento teórico muestra el problema de la desigualdad tanto en las relaciones
internacionales como en la disciplina de las RRII. Moldea los patrones de pensamiento de los creadores de políticas y analistas del
mundo. Esto lleva a un problema importante. Como mucho del análisis teórico sofisticado de las RRII está basado en las premisas que
son de relevancia limitada, no refleja muchas de las realidades del sistema internacional contemporáneo. Como resultado de esta
limitación, tanto el neorrealismo como el neoliberalismo son incapaces de explicar el tema de la guerra y la paz.

El neorrealismo y el neoliberalismo tienen dos problemas en este aspecto. Primero, ignorar una gran parte del universo político que
debería formar la base de observación para la respuesta a la cuestión de la guerra y la paz. En segundo lugar, las teorías
predominantes en RRII tratan de mostrarse a si mismas como científicas y alientan la conclusión de que son repositores de leyes
universales que trascienden el tiempo y el espacio.

En su búsqueda de cientificismo, el neorrealismo y el neoliberalismo han perdido substancialmente su sentido tanto de geografía e
historia. Este defecto le quita a mucha de la teorización hecha bajo estos dos paradigmas de profundidad histórica y comprensión
geográfica.

La perspectiva del realismo subalterno, está influenciada por las tensiones normativas creadas por dos factores. El primero es el
aumento sin precedentes de estados como resultado de las descolonización de 1950 y 1960 repetida en menor medida en 1990. El
segundo factor es el intento continuo por los nuevos miembros del sistema de replicar la trayectoria europea en la creación de
Estados y de naciones en un contexto internacional vastamente distinto.

Una de las razones más importantes de que los teóricos de las RRI de occidente y especialmente de EEUU hayan dejado de lado la
importancia del factor de los nuevos estados entre 1950 y 1990 fue su preocupación por la bipolaridad que quedó manifiesta
después de la segunda guerra mundial. Una gran cantidad de la literatura de las RRII quedó dominada por la cuestión nuclear y la
noción de destrucción asegurada mutua (MAD).
Podemos discutir que tanto la bipolaridad como las armas nucleares fueron cambios de segundo orden comparados con la expansión
sin precedentes de los miembros del sistema internacional.

Esta negligencia persistió aun cuando en el ámbito de seguridad los nuevos estados redefinieron la noción del dilema de seguridad
haciéndolo primariamente doméstico en vez de un fenómeno interestatal.

Los argumentos de Waltz y Mearsheimer a favor de la bipolaridad como superior a la multipolaridad en términos de proveer orden y
estabilidad al sistema internacional, muestran claramente la inhabilidad de los paradigmas dominantes para abordar los asuntos de
seguridad de la gran mayoría de los estados. Similarmente, las tesis neoliberales de cooperación en un estado de anarquía inclinan
los datos a favor de los países industrializados del norte. Las conclusiones no se condicen con la realidad cuando son aplicadas al
sistema internacional en su conjunto. El énfasis liberal en las ganancias absolutas como resultado de la cooperación asume una gran
interdependencia y un alto grado de identificación de uno con otro. No tienen en consideración que la mayoría de los países del
tercer mundo son dependientes económicamente y militarmente de benefactores externos para beneficiarse de relaciones basadas
en ganancias absolutas. Más aun, la gran mayoría de las interacciones económicas se llevan a cabo entre la tríada de Norte América,
Europa y Japón. El tercer mundo, se mantiene marginal tanto en inversiones y comercio. El concepto de ganancias absolutas no sirve
para explicar la realidad de los países del tercer mundo entre ellos. Muchas de las interacciones entre estados del tercer mundo está
limitada a sus vecinos inmediatos. También los conflictos interestatales e intraestatales se han mezclado en el tercer mundo por
muchas razones. Estas incluyen las fronteras creadas colonialmente, el hecho de que cortan grupos que tienen lazos antiguos entre
ellos, la naturaleza de los regímenes que en estos países promueven la exclusión más que la inclusión. Pero sobre todo la realidad es
que la violencia acompaña a las etapas tempranas de la creación de estados.

La inhabilidad de los paradigmas dominantes de responder a estas realidades resulta en su incapacidad para explicar los orígenes de
la mayoría de los conflictos en el sistema internacional. También los hace incapaces de explicar el comportamiento de la mayoría de
los estados en el sistema internacional.

La nueva perspectiva que se propone, reitera que el estado continúa siendo el actor principal del sistema internacional. Hoy, el
estado, es el único e indispensable proveedor de orden en un territorio. Más aun, solamente la efectiva creación de los estados
puede ayudar a solucionar el subdesarrollo económico y los problemas de pobreza que plagan los países del tercer mundo.

Se le llama a esta nueva perspectiva realismo subalterno ya que toma de la experiencia de los subalternos en el sistema
internacional. Estos subalternos son ignorados por la historiografía elitista popularizada tanto por los neorrealistas como por los
neoliberales.

Al mismo tiempo esta perspectiva es parte de la tradición realista porque acepta tres elementos del "realismo esencial": el estatismo,
la supervivencia y la autoayuda.

En formas excepcionales, el contexto doméstico en los cuales muchos países del tercer mundo funcionan se asemeja al de la Edad
media tardía y el comienzo de la edad moderna en Europa. Esto explica la relevancia del pensamiento de Hobbes. Hobbes sostiene
que la solución para las tensiones entre libertad y autoridad era la concentración de poder en la persona del soberano y que este sea
legítimo.

Por otro lado, la sociología histórica desmiente la teoría neorrealista que todos los estados son iguales. La característica central de la
sociología histórica ha sido el interés en como las estructuras que se toman por sentado son en verdad producto de complejos
procesos sociales. Muestra que el estado no es una organización funcional similar, sino que ha cambiado a través del tiempo. La
sociología histórica también relaciona otro aspecto fundamental del dilema que atraviesan los estados del tercer mundo. Este es que
la violencia es parte inevitable de la formación de estados y su consolidación.

En el caso de muchos estados del tercer mundo, fueron constituidos por una soberanía conferida jurídicamente por las autoridades
coloniales que partían y luego aceptados por la comunidad internacional. Esto no los hizo inmunes a los desafíos a su autoridad. En
muchos casos, establecer un estado efectivo, conlleva el ejercicio de violencia y contra violencia por parte del Estado y los que se
oponen a él.

Por otro lado, las normas internacionales que definen efectivamente y legitimizan la categoría de estado, y las que alientan cada vez
más la intervención internacional en los asuntos de los países más débiles, han influenciado crucialmente las trayectorias de la
formación de estados. Las estructuras de los estados no tienen la efectividad adecuada y la legitimidad incondicional. Sin embargo,
las normas internacionales los compelen a adquirir ambas. Piden la demostración de control efectivo del territorio y de la población
pero a su vez requieren que las elites de los estados traten a los opositores domésticos humanamente. Esto no es una condonación a
la represión estatal. La represión estatal para la consolidación del estado debe estar separada de las actividades puramente
predatorias de los líderes cuyo interés es privatizar el estado para enriquecerse a ellos mismos.

La perspectiva del realismo subalterno está basada entonces en lo que percibe son las realidades existentes del sistema
internacional. Exhibe también una clara preferencia por la estructura plural de la sociedad internacional. Su contribución al análisis
de las RRII es probable venga de su capacidad de proveer explicaciones más comprensivas de los orígenes de la mayoría de los
conflictos en el sistema internacional y de la conducta de la mayoría de los estados que lo habitan.

Aunque el realismo subalterno no aspira necesariamente a suplantar al neorrealismo o el neoliberalismo, si busca llenar vacíos
importantes en la literatura teórica. Lo hace haciendo las experiencias y preocupaciones de la mayoría de los estados el centro de la
teorización de las RRII.

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