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CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN C
2.1. La demanda.
El doce (12) de noviembre de dos mil cuatro (2004) 1, Joel Andrés Sánchez
Arango y su núcleo familiar conformado por María Nelcy Arango Bastidas, Joel
Sánchez Villamarín (padres), David Alexander Sánchez Arango, Claudia
Patricia Sánchez Arango, Diana Soraya Arango, Francy Liliana Sánchez
Arango (hermanos) y Luis Alfonso Arango (abuelo), presentaron demanda 2 en
ejercicio de acción de reparación directa contra el Municipio de Popayán y,
por fuero de atracción, contra la Transportadora Servitaxi S.A. y Helder Pino
Muñoz.
2.2.2.- Servitaxi S.A. llamó en garantía a Seguros Condor S.A., pero, al no haber
sido citada la aseguradora en el término previsto, el a quo ordenó dar continuidad
al trámite y declaró que la oportunidad para obtener la vinculación al proceso
había precluido5.
1
Folio 60 del cuaderno 1.
2
Folios 36 a 50 del cuaderno 1.
3
Folio 62 del cuaderno 1.
4
Folios 71 a 73 del cuaderno 1.
5
Auto del 28 de marzo de 2007, obrante a folios 101 y 102 del cuaderno 1.
6
Folios 84 a 89 del cuaderno 1.
repentino en los semáforos, entraban a regir las demás normas de tránsito, por lo
que el conductor del taxi debió esperar a que la motocicleta pasara antes de
proceder a girar, según los artículos 66 y 70.4 del Código Nacional de Tránsito.
2.2.4.- El señor Helder Pino Muñoz nombró apoderado para que lo representara
en este proceso7, mas no contestó la demanda.
2.2.5.- El Tribunal dio apertura a la fase probatoria 8 y, cuando ésta concluyó, corrió
traslado a las partes para que alegaran de conclusión y al Ministerio Público para
que se pronunciara9.
2.2.8.- Helder Pino Muñoz formuló alegaciones12 en las que adujo que: (i) el
fuero de atracción no operaba en el sub lite, ya que se había declarado, con
sentencia penal en firme, la responsabilidad exclusiva de Giovanni Alvear Chávez
en el accidente del que fue víctima el señor Sánchez Arango; (ii) el señor Pino
Muñoz no tenía el control de la actividad riesgosa que representa la conducción
del taxi de su propiedad, ya que había transferido la tenencia del mismo mediante
contrato verbal de arrendamiento; (iii) el señor Giovanni Alvear Sánchez, a quien
se debía imputar la responsabilidad total como conductor del taxi, no fue vinculado
al proceso; (iv) con la sentencia del Juzgado Primero Municipal de Popayán,
proferida el 10 de marzo de 2006, y la sentencia del Juzgado Cuarto Penal del
Circuito de Popayán del 2 mayo del mismo año, se produjo un pronunciamiento
previo sobre los perjuicios morales pretendidos en el sub judice, por lo que no
cabe una condena por tal concepto en sede contencioso-administrativa; (v) no se
habían acreditado los perjuicios morales reclamados por los hermanos y abuelos
de la víctima del accidente, debido a que en los testimonios no se individualizó tal
afectación; (vi) no fueron acreditados los gastos hospitalarios reclamados, ni los
daños a la motocicleta del actor, de lo que sólo se aportaron fotos de una moto sin
placas, la cual no fue prestada para el peritaje decretado; (v) no se aportó prueba
de la alegada pérdida del goce fisiológico o vida de relación; y (vi) no se dio
respuesta a la solicitud de aclaración y complementación al dictamen rendido por
la Junta Regional de Calificación de Invalidez del Valle del Cauca.
7
Folio 100 del cuaderno 1.
8
Folios 106 a 109 del cuaderno 1.
9
Auto de 29 de octubre de 2008, visible a folio 186 del cuaderno 1.
10
Folio 188 del cuaderno principal.
11
Folios 200 y 201 del cuaderno principal.
12
Folios 202 a 210 del cuaderno principal.
2.2.9.- El municipio de Popayán, por último, alegó13 que en sede penal se había
acreditado la responsabilidad exclusiva del conductor del taxi en el accidente en el
que se irrogaron los daños cuya reparación reclama el demandante. Por tanto,
afirma, se configuró la culpa exclusiva de un tercero.
La Sala de Decisión número tres (3) del Tribunal Administrativo del Cauca profirió
sentencia de doce (12) de abril de dos mil doce (2012) 14, en la que resolvió:
2.4.2.- El recurso fue admitido16 y se corrió traslado a las partes para que
alegaran de conclusión, así como al Ministerio Público, para que emitiera
concepto17. Todos estos guardaron silencio18.
III. CONSIDERACIONES:
13
Folios 211 a 214 del cuaderno principal.
14
Folios 225 a 241 del cuaderno principal.
15
Folios 247 a 262 del cuaderno principal.
16
Auto del quince (15) de agosto de dos mil doce (2012), visible a folio 270 del cuaderno principal.
17
Auto del cinco (5) de septiembre de dos mil doce (2012), obrante a folio 272 del cuaderno principal.
18
Folio 273 del cuaderno principal.
19
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 11 de noviembre de 2009 (exp. 17380), y del 29
de agosto de 2007 (exp. 15526).
En el sub lite –añadió– la parte actora le atribuyo responsabilidad al municipio de
Popayán, por la eventual falla del servicio que –en su entender– supuso la falta de
funcionamiento de los semáforos, en el momento y lugar en el que se produjo el
accidente del que fue víctima del señor Sánchez Arango. Mientras que le atribuye
responsabilidad a Servitaxi S.A. y al señor Pino Muñoz, por la violación de las
normas de tránsito de vehículos automotores.
Así las cosas, el a quo consideró que la falla que se le atribuye al ente territorial
demandado es independiente de la imputación hecha a los particulares
demandados, “[…] puesto que la indebida operación de los semáforos que regulan
el tránsito no guarda relación alguna con la conducta que puedan llegar a
desplegar los particulares al momento de conducir cualquier tipo de automotor”.
En consecuencia, se inhibió de pronunciarse sobre la responsabilidad atribuida a
Servitaxi S.A. y a Helder Pino Muñoz.
20
Folio 243 del cuaderno principal.
21
Artículo 82 del CCA, modificado por el artículo 12 del Decreto 2304 de 1989 y el artículo 30 de la Ley 446
de 1998.
22
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 29 de agosto de 2007, exp. 15526. Reiterado en
el auto de la Sección Tercera, Subsección A, del 30 de octubre de 2018, exp. 57340, entre otros.
23
Nota original de la sentencia del 29 de agosto de 2007: Ver sentencias del 4 de febrero de 1.993, exp. 7506;
25 de marzo de 1993, exp. 7476; 12 de septiembre 1997, exp. 11224; y el 30 de abril 1997, exp. 12967.
jurisdictionis24, la cual no se extingue si las resultas de la imputación determinan
que el daño no era atribuible a la entidad pública demandada 25. En todo caso, el
juicio de responsabilidad del particular se regirá por el derecho privado 26.
24
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección B. Sentencia del 30 de noviembre de 2017, exp.
44760.
25
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 9 de julio de 2018, exp. 39532.
26
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección B. Sentencia del 30 de noviembre de 2017, exp.
44760.
27
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 29 de agosto de 2007, exp. 15526.
28
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 22 de junio de 2017, exp. 38057.
29
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 29 de agosto de 2007, exp. 15526.
30
Folio 13 del cuaderno 1.
31
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencias del 3 de septiembre de 1993, exp. 6852; 18 de
octubre de 2000, exp. 11981; y 19 de julio de 2001, exp. 11956.
32
Aptado. 2.1.
de doble instancia, lo que en ese entonces equivalía a ciento setenta y nueve
millones de pesos ($179’000.000)33.
El numeral 8º del artículo 136 del CCA dispone que el término para formular
pretensiones en reparación directa es de dos (2) años, que se cuentan a partir del
día siguiente al del acaecimiento del hecho, omisión u operación administrativa
que dio origen al daño reclamado.
3.1.4.3.- Conforme al artículo 105 del Decreto 1260 de 1970, los hechos
relacionados con el estado civil de las personas se prueban con copia de la
correspondiente partida o folio del Registro Civil, o con certificados expedidos con
base en los mismos.
Al proceso fueron aportadas copias auténticas de folios del Registro Civil que dan
cuenta de los siguientes vínculos familiares con Joel Andrés Sánchez Arango: (i)
María Nelcy Arango Bastidas, madre38; (ii) Joel Sánchez Villamarín, padre39; (iii)
David Alexander Sánchez Arango, hermano40; (iv) Francy Liliana Sánchez Arango,
33
El artículo 1º del Decreto 3770 de 2003 dispuso: “[a]coger la decisión adoptada el día 12 de diciembre del
año 2003 por la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales en el sentido de
fijar a partir del primero (1º) de enero del año dos mil cuatro (2004) el salario mínimo legal mensual de los
trabajadores de los sectores urbano y rural, en la suma de trescientos cincuenta y ocho mil pesos moneda
corriente ($358.000 moneda corriente)”.
34
Folio 13 del cuaderno 1.
35
Folio 60 del cuaderno 1.
36
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 9 de julio de 2018, exp. 39786.
37
Folios 13 y 14 del cuaderno 1.
38
Folio 9 del cuaderno 1.
39
Ibíd.
40
Folio 10 del cuaderno 1.
hermana41; (v) Claudia Patricia Sánchez Arango, hermana42; y (vi) Luis Alfonso
Arango López, abuelo43.
3.1.4.4.- Por otro lado, en el informe del accidente 44 se especificó que el siniestro
se produjo en el área urbana de Popayán y que los semáforos que se encontraban
en la intersección no funcionaban. Por lo tanto, la Sala encuentra que el
municipio de Popayán se encuentra legitimado en la causa por pasiva.
De acuerdo con la hoja de epicrisis del señor Sánchez, éste ingresó al servicio de
urgencias el cuatro (4) de febrero de dos mil tres (2003) 50, a las veintiuna horas
con cuarenta minutos (21:40), con un “TCE severo”51 presunto y un
“politraumatismo” confirmado, debido a que el paciente fue “atropellado por
automotor”.
3.2.1.6.- Por otro lado, la Sala no encuentra razones que le permitan concluir que
Joel Andrés Sánchez Arango hubiera incumplido un deber jurídico, con lo que
hubiera incrementado el riesgo jurídicamente relevante de sufrir el daño,
atribuyéndole –con ello– el deber de soportarlo 59, ni que exista un título legal,
conforme al ordenamiento constitucional, justifique o legitime la lesión al interés
jurídicamente tutelado60.
61
Folios 36, 37 178 y 179 del cuaderno 3.
62
Según lo manifestado en el oficio núm. 26649 de la Secretaría de Tránsito y Transporte de Popayán,
suscrito el 7 de junio de 2007, visible a folio 34 del cuaderno 3.
63
Ley 769 de 2002.
3.2.2.4.2.- En el proceso penal adelantado contra Giovanni Alvear Chávez con
ocasión de las lesiones personales culposas que se produjeron con el accidente
automovilístico que sucedió el 4 de febrero de 2003, en el cruce de la carrera 6
con calle 18 de Popayán, del cual fue remitida 64 copia auténtica del expediente a
este proceso, conforme a lo ordenado en el numeral 2º del auto de 18 de mayo de
200765, se practicaron los siguientes testimonios:
El señor Vélez García dijo que la motocicleta, que era plenamente visible porque
se trataba de un “sitio bien iluminado”, iba por la carrera 6ª en dirección opuesta a
la del taxi, y este último, “[…] no hizo el pare prudencialmente, sino que se metió
de una cuando el de la motocicleta bajaba, ahí fue cuando lo cogió lo cogió, y por
el impacto fue a dar contra un muro que se encontraba hay [sic] por ahí en una
esquina […]”. Agregó que el motivo o causa del accidente había sido “la
imprudencia del conductor del taxi, por no realizar bien el pare, y esperar los
vehículos de la carrera 6 que bajaran”. Aparte, puso de presente que el taxista
movió el vehículo que conducía después del choque, colocándolo en el mismo
sentido en el que se desplazaba la motocicleta, para “[…] hacerle creer a los
agentes de tránsito, que él venía como había quedado o sea por la carrera 6,
bajando, y sabiendo que no fue así, él subía por la carrera 6 e iba a coger la 18,
entonces necesariamente tenía que hacer el pare […]”. Por último, desmintió lo
dicho por Giovanni Alvear en su indagatoria, quien afirmó que el motociclista había
ocasionado el accidente.
La señora Tintinago Muñoz declaró que: (i) el taxista “se comió el pare” e impactó
contra la moto, lanzando a su conductor fuera de la misma, el cual “llevaba la vía”;
(ii) el taxista había sido el causante del accidente, porque “debió haber realizado
el pare y no lo hizo”; (iii) el motociclista llevaba casco y las luces encendidas, pero
no recordaba si portaba chaleco reflectivo o no; y (iv) las condiciones de visibilidad
eran muy buenas. Desmintió asimismo, de forma categórica, lo manifestado por
Giovanni Alvear en su indagatoria.
En línea con lo anterior, la Sala de Casación Civil aclara que “la causalidad
adecuada que ha sido adoptada por nuestra jurisprudencia como explicación para
72
Folios 15 y 16 del cuaderno 1.
73
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil. Sentencia del 30 de septiembre de 2016,
radicación núm. 05001-31-03-003-2005-00174-01.
la atribución de un daño a la conducta de un agente, debe ser entendida en
términos de ‘causa jurídica’ o imputación, y no simplemente como un nexo de
causalidad natural”.
Más recientemente precisó la Corte Suprema de Justicia 76 que, bajo la teoría del
riesgo, el daño es atribuible a un sujeto determinado en atención a la posibilidad
de evitar el riesgo de realización del perjuicio, lo que a su vez conlleva el deber
jurídico de evitarlo. Bajo esta perspectiva –aclaró la Corte– “[el]l juicio de desvalor
no radica en la antijuridicidad de la conducta per se, sino en que suceda o no un
daño a partir de la creación del riesgo (per accidens)”. En este orden de ideas, “la
conducta es jurídicamente reprobable sólo cuando se analiza en retrospectiva […]
a la luz de las posibilidades que tuvo el agente de evitar generar el daño […] y
sólo en caso de que ocasionen daños a bienes jurídicos ajenos se valorará el
comportamiento del agente, no porque el riesgo haya estado prohibido o no
permitido (antijuridicidad prospectiva o lineal), sino a la luz del análisis
retrospectivo (circular o feed-back) de las reglas que adjudican deberes generales
de evitación de riesgos en los casos de responsabilidad por culpa presunta, y de
acuerdo a las reglas de prudencia (que establecen deberes de actuar con
diligencia y cuidado, o con previsibilidad de las consecuencias) en los casos en
que se requiere probar la culpa77”.
3.2.2.6.- Pasando ahora al caso bajo examen, esta Subsección observa que el
CNTT establece el deber de los conductores de conocer y cumplir las normas de
tránsito, así como de comportarse de forma tal que no ponga en riesgo a los
demás (art. 55) y abstenerse realizar de acciones que afecten la seguridad en la
conducción del vehículo automotor, mientras este se encuentre en movimiento
(art. 61).
“Si dos (2) o más vehículos que transitan en sentido opuesto llegan a una
intersección y uno de ellos va a girar a la izquierda, tiene prelación el vehículo que
va a seguir derecho”.
74
Gaceta Judicial, Tomo XLVI, núm. 1934, pág. 211 – 223.
75
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 26 de mayo de 2010, exp. 17635. Reiterada en la
sentencia del a Subsección B del 14 de diciembre de 2018, exp. 42220, entre otras.
76
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil. Sentencia del 12 de febrero de 2018, radicación
número 11001-31-03-027-2010-00578-01.
77
« Las normas que imponen deberes de comportamiento –que prescriben un “tener que” coercitivo dentro de
cada ámbito social, profesional o técnico–, no son reglas de acción en sentido clásico para el derecho de la
responsabilidad civil extracontractual, pues en esta área del derecho sólo cumplen una función como
presupuesto de adecuación de sentido (clave operacional) para asignarle al agente la autoría de sus actos
dentro de un campo de significación coherente».
De esta forma, al tener prelación el vehículo que vaya a seguir derecho, el
conductor que vaya a girar a la izquierda “deberá detener completamente su
vehículo al llegar a un cruce y donde no haya semáforo tomará las precauciones
debidas e iniciará la marcha cuando le corresponda”, como lo ordena el artículo 66
del CNTT.
En el proceso se acreditó78 que el conductor del taxi con placas UQG-107, quien
se desplazaba por la carrera 6ª en sentido Sur-Norte, giró de forma intempestiva
hacia la izquierda, para tomar la calle 18 N, invadiendo el carril Norte-Sur de la
carrera 6ª, por la que transitaba en línea recta el señor Sánchez Arango, en una
motocicleta con placas LCW-11. Así que, el conductor del taxi no se detuvo y
esperó prudentemente, antes de girar hacia la izquierda, conforme a lo ordenado
en los artículos 66 y 70 del CNTT, con lo que –encuentra la Sala– resulta claro que
el conductor del taxi con placas UQG-107 incumplió dichas disposiciones de
tránsito terrestre.
Tampoco se acreditó que el accidente hubiera sido el resultado del mal estado del
automotor con placas UQG-107. Por el contrario, en el proceso penal adelantado
por las lesiones sufridas por el señor Sánchez Arango se practicó experticia
técnica84 –de la que se remitió copia auténtica a este proceso 85 conforme al
numeral 2º del auto de 18 de mayo de 2007 86– con la que se estableció que: dicho
vehículo se encontraba en un estado normal de conservación, salvo por el
deterioro ocasionado con el accidente. Adicionalmente, en el expediente obra
copia auténtica de la certificación allegada al mencionado expediente penal, en la
que consta que Giovanni Alvear Chávez no contaba con antecedentes penales 87.
Por lo tanto, esta Subsección considera que tampoco cabe imputarle la obligación
de reparar el daño a Helder Pino Muñoz ni a la Sociedad Transportadora Servitaxi
S.A. con fundamento en el artículo 2341 del Código Civil.
emitida por el Juzgado Primero Penal Municipal de Popayán remitida al expediente (f. 576, c. 2) .
83
Interpretado conforme a la sentencia C-1235 de 2005.
84
Folio 187 a 194 del cuaderno 3.
85
Folio 173 del cuaderno 3.
86
Folio 106 del cuaderno 1.
87
Folio 226 del cuaderno 2.
88
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección C. Sentencias del 29 de octubre de 2018, exp.
40618; del 29 de octubre de 2018, exp. 41306; del 26 de noviembre de 2018, exp. 41111; del 14 de diciembre
de 2018, exp. 42220.
89
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 12 de julio de 1993, exp. 7622.
90
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 1º de octubre de 2018, exp. 46787.
criterios de imputación, bien para corregir o complementar los resultados del juicio
de causalidad, o bien para sustituir a ese criterio”.
Bajo la vigencia del anterior CNTT92, dicha falla era atribuida a las autoridades
municipales, en cuanto –según el artículo 113 93– a éstas les competía la
colocación de marcas y señales para estacionamiento, paraderos, cruces de
peatones, zonas escolares, zonas de taxis, zonas de cargue y descargue y demás
a que haya lugar en las vías urbanas, de acuerdo con las orientaciones del
Ministerio de Obras Públicas y Transporte 94. No obstante, en los asuntos en los
que se acreditó que el servicio de semáforos era prestado por entidades de otro
nivel, con personería jurídica autónoma, la falla era atribuida a las mismas 95.
Con la modificación que el artículo 101 del Decreto 1809 de 1990 le introdujo al
artículo 133 del anterior CNTT 96, la atribución de la falla pasó a verificares con
base en la norma que definía las competencias del ente territorial demandado 97 o
una prueba que demostrara que el ente demandado tenía la responsabilidad de
velar por el mantenimiento de la red de semáforos 98, ya que con la nueva
disposición no se especificaba que la labor de señalización le correspondiera a los
municipios, de la forma en que lo hacía la primera versión del referido artículo.
91
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección C. Sentencias del 29 de octubre de 2018, exp.
40618; del 29 de octubre de 2018, exp. 41306; del 26 de noviembre de 2018, exp. 41111; del 14 de diciembre
de 2018, exp. 42220.
92
Decreto 1344 de 1970, modificado por la Ley 33 de 1986.
93
“Artículo 113. Las autoridades municipales de tránsito colocarán en las vías urbanas las marcas y señales
para estacionamiento, paraderos, cruce de peatones, zonas escolares, zonas de taxis, zonas de cargue y
descargue, y demás a que haya lugar, de acuerdo con las pautas del Ministerio de Obras Públicas, quien
tendrá a su cargo la colocación de las señales en las autopistas y carreteras”.
94
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencias del 3 de septiembre de 1993, exp. 6852; y del 19 de
julio de 2001, exp. 11956.
95
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 18 de octubre de 2000, exp. 11981.
96
“El artículo 113 del Decreto-ley 1344 de 1970, quedará así: Artículo 113. Las autoridades encargadas de la
conservación y mantenimiento de las carreteras o la autoridad de tránsito competente en el perímetro urbano,
colocarán y demarcarán las señales de tránsito de acuerdo con las pautas que el Instituto Nacional de
Transporte y Tránsito determine”.
97
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección A. Sentencia del 23 de junio de 2011, exp. 20999.
98
«Se encuentra acreditado, asimismo, que la Secretaría de Tránsito y Transporte Municipal de Cali, División
de Ingeniería, era la encargada de velar por el funcionamiento de la red de semáforos instalados en la ciudad,
conforme se deduce de la respuesta a una petición formulada por el apoderado de los demandantes (folios
10, 11, cuaderno 1), de donde se infiere, igualmente, que en los casos en los que se reporta un daño dicha
situación es puesta en conocimiento, de manera inmediata, al Grupo de “Guardas Bachilleres”, para que
asuma la responsabilidad de la regulación del tráfico en la intersección afectada, al paso que se establece
simultáneamente una comunicación con los técnicos encargados del mantenimiento, para que se trasladen
hasta el sitio y procedan a la reparación». CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, Subsección A. Sentencia
del 11 de julio de 2012, exp. 24445.
Con respecto al mantenimiento de las señales de tránsito, dentro de las que se
encuentran los semáforos, el CNTT vigente establece:
Por otro lado, el artículo 3º de CNTT define las autoridades de tránsito, dentro de
las que se encuentran los “organismos de tránsito de carácter departamental,
municipal o distrital”, así como “el Ministro de Transporte”, los “Gobernadores y los
Alcaldes”, “[l]a Policía Nacional a través de la Dirección de Tránsito y Transporte”,
y “[l]os Inspectores de Policía, los Inspectores de Tránsito, Corregidores o quien
haga sus veces en cada ente territorial”, entre otros. No cabe así afirmar
directamente, a partir de la normativa vigente, que el municipio demandado en el
sub lite es el responsable de la colocación y el mantenimiento de los semáforos
que –como se acreditó– se encontraban fuera de servicio cuando se produjo el
accidente en el que resultó lesionado el señor Sánchez Arango.
3.2.2.8.- Sin embargo, la Sala considera que la referida falla del servicio atribuida
al ente territorial demando no mueve automáticamente a imputar a éste la
obligación de indemnizar el daño sufrido por Joel Andrés Sánchez Arango, ya que
con esa falla no se creó el riesgo que, en el caso concreto, se concretó los daños
irrogados a demandante. En este asunto, no se demostró que, por un déficit en el
mantenimiento de los semáforos, el conductor del taxi con placas UQG-107
hubiera creído que el mismo se encontraba en verde, llevándolo así, dicha falla, a
99
Folios 36, 37, 178 y 179 del cuaderno 3.
100
Núm. 5º del auto del 18 de mayo de 2007, obrante a folios 106 a 109 del cuaderno 1.
101
Folio 150 del cuaderno 3.
crear el riesgo que se materializó en el daño sufrido por el demandante 102.
Tampoco cabe afirmar que, por falta de visibilidad, el conductor del taxi hubiera
creído que no existía un semáforo, continuando su marcha en línea recta confiado
en tener la prelación, con lo que la falta de funcionamiento del semáforo habría
creado el riesgo que se materializó en el accidente 103. No se acreditó, finalmente,
que hubieran concurrido una serie de fallas, adicionales al no-funcionamiento de
los semáforos, que hubieran creado un riesgo que se hubiera concretado en la
colisión104.
En el presente asunto, el conductor del taxi con placas UQG-107 pudo percibir que
los semáforos ubicados en la intersección en la que ocurrió el accidente se
encontraban fuera de servicio. Esta circunstancia, sin embargo, no lo llevó a
trasgredir múltiples disposiciones de tránsito, lo que –como se determinó
previamente105– trajo consigo la creación del riesgo que materializó en el daño
sufrido por el actor. Por el contrario, al percibir con claridad que el semáforo se
encontraba fuera de servicio, el conductor del taxi estaba obligado a observar las
normas sobre prelación y cuidado establecidas en los artículos 55, 61, 66 y 70 del
CNTT, que entran a regir ante el cese de los semáforos 106 y que tenía la obligación
de conocer y atender, más aun cuando se trataba de una persona que se
dedicaba a la conducción de un automóvil de transporte público. Al no hacerlo, el
conductor del taxi frustró la expectativas que un sujeto en la posición de la víctima
tendría, produciendo así el accidente que se presentó al continuar ésta su
trayectoria, bajo la suposición de que los demás acatarían las disposiciones de
tránsito pertinentes. Fue pues con la violación de normas de tránsito en que
incurrió el taxista, con lo que resultaron frustradas las expectativas existentes en el
tráfico terrestre, ocasionando el daño y no con la falta de funcionamiento de los
semáforos, que no tuvo una incidencia determinante en el mismo.
Así pues, al ser imputable el daño únicamente del conductor de taxi con placas
UQG-107, quien actuó con negligencia e imprudencia sumas 107, sin que quepa
102
En la sentencia proferida por la Sección Tercera, Subsección A, el 11 de julio de 2012, dentro del
expediente 24445, la Sala atribuyó parcialmente la obligación de reparar el daño al municipio demandado, por
la falla en el servicio que supuso no haber mantenido en buen estado los semáforos, pese a que llevaban
varios días dañados, se habían producido otros accidentes en el mismo lugar y el daño ya había sido
reportado a las autoridades. En el caso concreto, a juicio de la Sala, la omisión del ente demandado
incrementó el riesgo de que se produjera el daño, en la medida en que el semáforo “carecía de un protector o
caperuza sobre las luminarias, [lo] que provocó un efecto lumínico que confundió al conductor del Chevrolet
Spring, quien pensó que tenía la vía porque creía que el semáforo se encontraba en verde”. De esta forma,
entendió que la falla en el mantenimiento del semáforo produjo una confusión en el conductor del Chevrolet
Spring, quien se vio a abocado a desplegar la conducta que finalmente concluyó con el accidente vehicular
que ocasionó el daño, por lo que el daño no le era imputable al conductor del referido automóvil, sino a la
Administración.
103
En el caso resuelto por la sentencia de la Sección Tercera del 19 de julio de 2001 (exp. 11956), fue
condenado el ente territorial demandado, debido a que no era visible un semáforo, lo que llevó a que el
conductor, creyendo tener prelación, continuara en marcha ocasionando con ello un daño resarcible.
Consideró la Sala, entonces, que se presentaba un fenómeno de concausalidad, ya que, al confluir dos (2)
vías principales en la intersección en la que ocurrió el accidente, ninguna de ellas tenía prelación, por lo que el
demandante debería haberse detenido y no lo hizo.
104
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 3 de septiembre de 1993, exp. 6852.
105
Apartado 3.2.2.6.
106
CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia del 18 de octubre de 2000, exp. 11981.
107
En la sentencia sentencia del 18 de octubre de 2000, proferida dentro del expediente 11981, la Sección
Tercera juzgó que, pese a que se había presentado una falla, porque no funcionaba uno de los semáforos
ubicados en la intersección en la que se produjo el accidente, el daño era imputable únicamente al conductor
que no observó el semáforo ubicado en la otra esquina y continuó en marcha. La Sala concluyó que, “no
obstante la existencia de una falla en la prestación del servicio de señalización del tráfico”, el conductor obró
con “negligencia e imprudencia sumas”, ya que “advirtiendo que el semáforo del costado derecho de la
calzada estaba apagado, estaba obligado a observar el semáforo de la izquierda, y no podía, sin más,
suponer que existía un daño en todos los semáforos de la intersección y que, en consecuencia, debían operar
las reglas de prelación previstas en el Código Nacional de Tránsito, que le daban derecho a cruzar la
intersección, sin precaución alguna”.
imputarle el mismo al municipio de Popayán, la Sala procederá a desestimar las
pretensiones de la demanda, conforme al artículo 90 constitucional.
FALLA:
NOTIFÍQUESE y CÚMPLASE.