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Santo Tomás de Aquino

Tomás, es uno de los más notables pensadores de la historia; hijo de Landulfo y Teodora, condes de Aquino,
nació en el castillo de Rocasecca -Aquino -, cerca de Nápoles. A los 5 años fue entregado al monasterio
benedictino de Monte Casino. Allí permaneció hasta los 14 años, cuando pasó a estudiar en Nápoles las artes
liberales. Vinculado a la Orden de los Predicadores, sintió por ella tal atractivo que, a pesar de la oposición de
su familia que aspiraba a que fuese abad de Monte Casino, vistió su hábito en 1244. Muerto su padre, fue la
condesa Teodora la encargada de poner toda clase de trabas para impedir que profesara como dominico,
llegando, incluso, a hacerlo secuestrar y encerrar en la torre del castillo de San Juan, donde permaneció
prácticamente incomunicado durante un año y medio aproximadamente. Nada pudo hacerlo desistir de ser
dominico y no benedictino, y finalmente, rescatado por varios miembros de la Orden, se reintegró a ella.
Un año después fue a París, donde oyó a Alberto Magno, con quien pasó luego a Colonia, y a quien
consideró siempre su verdadero maestro. En 1256 se graduó, parece que a la vez convertida en el centro más
importante de la filosofía y la teología de la época. En 1260 volvió a Italia para asesorar al Papa Urbano IV y
ahí le encargo al dominico Guillermo de Moebeke, la traducción directa del griego de los libros de Aristóteles.
Ya gozaba de enorme autoridad y apoyo de Roma, por lo que, se le ofreció la dirección de la abadía de
Monte Casino, viejo sueño familiar (sin dejar el hábito dominico, con dispensa pontificia) pero no aceptó.
Volvió a París, donde retomó la cátedra, en tanto ilustraba al rey San Luis, polemizaba por un lado con los
averroístas y, por el otro, con los agustinistas, sostenía los derechos a la cátedra de las órdenes mendicantes
frente al implacable ataque de Guillermo de Saint Amour y del clero secular.
Vuelto a Italia, organizó el studium generale de su orden y murió poco después en el monasterio cisterciense de
Fossanuova, cuando se dirigía a participar en el Concilio a reunirse en esa ciudad. No habría cumplido 50 años.
En una oportunidad, al final de su vida, declaró que se le “habían revelado cosas tan sublimes que todo lo que
he escrito me parece paja”. Fue canonizado en 1323 y nombrado doctor de la Iglesia en 1567.

CREACIÓN: El problema del comienzo del universo es de los más oscuros. Unos pretenden demostrar que el
universo ha existido siempre; otros, por el contrario, que el universo comenzó necesariamente en el tiempo.
Los partidarios de esta hipótesis, reclaman la autoridad de Aristóteles, pero sus textos no son explícitos.
Entre los numerosos argumentos sobre los que pretenden apoyar, es la omnipotente causalidad del creador.
Poner la causa suficiente es, el mismo tiempo, poner el efecto. Ahora bien, Dios es la causa suficiente del
mundo, ya sea en tanto que causa final puesto que es el Soberano Bien, ya sea como causa ejemplar puesto que
es la suprema Sabiduría, o como causa eficiente puesto que es la Omnipotencia.
Pero, por otra parte, sabemos que Dios existe desde toda la eternidad; luego el mundo, existe también desde
toda la eternidad. por consiguiente, en el universo, existen criaturas incorruptibles, como los cuerpos celestes o
las sustancias intelectuales. Lo incorruptible aquello que es capaz de existir siempre, no puede ser considerado
unas veces existente y otras no, pues existe todo el tiempo en el que tenga la fuerza de ser.
Finalmente se puede deducir la eternidad del mundo de la eternidad del movimiento. Nada comienza a
moverse a no ser porque se encuentra en un estado diferente de aquel en el que estaba en el instante anterior.
Pero si el movimiento ha existido siempre, es preciso también que haya existido siempre un móvil, pues el
movimiento sólo existe en un móvil. Hay que conceder que lo que es naturalmente capaz de existir siempre no
puede ser considerado como unas veces existiendo y otras, no.
Dios no obra por necesidad de naturaleza, sino por libre voluntad. Pero se puede considerar contradictorio que
un Dios omnipotente, inmóvil e inmutable, haya querido conferir la existencia, en un momento determinado del
tiempo, a un universo que no existía con anterioridad. Ya se sabe que, si se trata de dar razón de la producción
de las criaturas, hay que distinguir entre la producción de una criatura particular y el universo salido de Dios.
La distancia irreductible que separa el ser de la criatura. Este análisis pone de relieve que en realidad no
hay nada semejante entre criatura y Creador, tampoco el ser. El mundo es semejanza de Dios sin que
entre ambos se dé semejanza alguna. Esto es así, porque ser creado es ser de la nada; pero como la nada no
existe, eso significa que la creación no es nunca a partir de algo… sino una elección, por ello: Dios es un ser
que subsiste perse… Esto sería más cercano al pensamiento de Tomás de Aquino.
DIOS: Para Santo Tomás de Aquino, es el tema centro y el eje de toda su investigación y de toda su doctrina.
En Aristóteles la teología era el remate de la filosofía primera; en Tomás también, desde el punto inverso.
Consideraremos en primer lugar las pruebas de la existencia de Dios. Digamos antes que Tomás rechaza
los argumentos de tipo apriorístico, como de san Anselmo. A pesar de haber afirmado que la esencia de Dios es
inseparable de su existencia, se opone a dar validez a dicha prueba, acusando de no hacer una adecuada
distinción entre: lo que es “evidente en sentido absoluto”, de lo que sólo “es evidente respecto a nosotros.
Los argumentos probatorios de la existencia de Dios son aposteriorísticos. Se trata de las famosas cinco vías:
Vía del movimiento (ex parte motus): Todo lo que se mueve es movido por otro; debe haber un ser que sea
fuente primera del movimiento, pero en sí mismo inmóvil, “un primer motor que no sea movido por otro”.
Vía de la casualidad o causa eficiente (ex ratione causae efficientis): Todo efecto tiene una causa; debe
haber una causa incausada, “una primera causa eficiente, y ésta es la que todo el mundo llama Dios”.
Vía de la necesidad o de la contingencia (ex possibili et necessario): Todos los seres son contingentes, es
decir, no tienen en sí la razón de su existencia; por lo que debe haber un ser necesario, “que sea la causa
necesaria respecto de los demás, y este ser es el que todo el mundo llama Dios”.
Vía de los grados del ser o grados de perfección (ex gradibus perfectionis): La existencia de diversos grados
de perfección, exige la existencia de un ser perfecto, como sistema de referencia de todos los grados y valores.
Vía de la finalidad o por el orden del mundo (ex gubernatione mundi) o prueba teológica: Hay un orden en el
universo que exige un ordenador; los seres desprovistos de inteligencia están ordenados a un fin; luego debe
“existir un ser inteligente, que conduce todas las cosas naturales a su fin; y a éste lo llamamos Dios”.
En lo que hace a la esencia de Dios, Tomás va mucho más allá del primer motor inmóvil de Aristóteles y
afirma que, además de acto puro, coinciden en El: la esencia y la existencia. De aqui resulta que Dios es lo que
existe de por sí, el ser mismo subsistente (Ipsum esse per se subsistens) en quien no puede haber accidentes,
quien es absolutamente simple y suma de todas las perfecciones, infinito, inmutable y eterno y creador; de todo
lo existente, en un acto libre, voluntario y amoroso, creación en –o con- el tiempo, pero esto último es cuestión
de fe y no puede ser demostrado racionalmente; es además, conservador del mundo y la providencia divina.
EL MUNDO: No es posible, demostrar racionalmente que el mundo comenzó en o con el tiempo, pero aunque
el mundo tuviera un tiempo infinito (insistimos en que ésta es la verdadera forma de expresarse y no eterno,
como suele decirse, y el mismo Tomás dice a veces, aunque prefiere, correctamente “ingénito” y no “existido
desde siempre”), sería igualmente distinto de Dios, ya que indefectiblemente sería temporal y contingente.
EL BIEN: El bien que hay en una acción humana puede ser examinado desde cuatro puntos de vista.
En primer lugar, dicha acción entra en el género acción, y como toda acción se valora por la perfección del ente
que la lleva a cabo; en la sustancia misma de cualquier acción, hay ya un valor intrínseco que corresponde a un
cierto grado de excelencia y de bondad. En segundo lugar, las acciones obtienen de su especie lo que tienen de
bueno, y como la especie de cada acción está determinada por su objeto, se sigue que toda acción se dice buena,
desde este nuevo punto de vista, según que tenga o no por punto de aplicación el objeto que conviene.
En tercer lugar, los actos son bueno o malos en razón de las circunstancias que las acompañan.
Una acción no obtiene su bondad únicamente de su especie, sino también de un gran número de accidentes.
Estos accidentes son las circunstancias debidas, cuya ausencia basta para hacer mala la acción en la que hacen
falta. En cuarto y último lugar; la acción humana obtiene su bondad de su propio fin.
FELICIDAD: Para Santo Tomás, la teoría de la felicidad constituye el fin y conclusión de la ética.
Tomás, como Aristóteles, vio la suprema felicidad del hombre en la intuición contemplativa de la verdad, en el
pensamiento del pensamiento, así declara: “La esencia de la felicidad consiste en los actos intelectuales, porque
sólo a través del entendimiento se nos hace presente el fin supremo de toda nuestra vida, y además es el
entendimiento la más noble facultad del hombre. Tenemos nuevamente el intelectualismo tomista.
El HOMBRE: La concepción tomista del hombre es también básica, aunque no aristotélica. Contra la tradición
platónica–agustiniana, Tomás afirma que el hombre no está constituido principalmente por un alma,
relacionada extrínsecamente con un cuerpo, sino que el hombre es la unión sustancial del alma con el cuerpo.

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