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Universidad de Antioquia
Medellín, Colombia
2003
Derechos de autor
Este documento es una recopilación de textos e imágenes referentes a la Biomecánica del Cuerpo
Humano y constituye el texto guía de dicho curso del programa de Bioingeniería de la Universidad de
Antioquia.
Dado a que se trata de un libro de apoyo a la enseñanza y sin fines de publicación, las diferentes fuentes
bibliográficas no son citadas de manera rigurosa. Sin embargo, las referencias bibliográficas más
relevantes son mencionadas al final de cada capítulo.
Se aclara por tanto que se respetan los derechos de autor de las diversas fuentes. Sin embargo, los
ejercicios propuestos y los ejemplos presentados son, en su mayoría, propiedad del profesor.
Presentación
La Biomecánica es una rama de la bioingeniería en la cual se aplican los principios de la
ingeniería a los sistemas biológicos. ¿Cómo “saben” los huesos que tan fuertes deben
ser para soportar el peso y las cargas que se le imponen? Esto se da porque el
crecimiento del hueso es dirigido por los estímulos mecánicos. ¿Cómo “saben” las
arterias que tan grandes deben ser para poder llevar toda la sangre a los capilares? La
respuesta está dada por los esfuerzos mecánicos que ejerce el flujo sanguíneo en las
paredes arteriales.
Debido a que se trata de un campo de estudio muy amplio, en este texto solo se
presentarán algunas bases que permiten comprender mejor de qué se trata. Así, en el
Capítulo 1 se estudian los conceptos básicos de la mecánica de materiales y el tipo de
comportamiento que puede presentar un material específico en función de su
composición. Una vez comprendidos estos conceptos, se podrá estudiar en el Capítulo 2
el comportamiento mecánico de los tejidos vivos, específicamente de aquellos que
componen el sistema músculo-esquelético: huesos, músculos, ligamentos y tendones.
Estos elementos componen las palancas óseas que permiten el movimiento articular y la
locomoción humana. En el Capítulo 3 se estudiará la biomecánica de las principales
articulaciones del cuerpo: su anatomía, el tipo de movimiento que realizan y las prótesis
con las que se sustituye. Luego de haber estudiado las articulaciones, en el Capítulo 4,
se verá como los parámetros antropométricos del cuerpo (masa, longitud, ubicación del
centro de gravedad) influyen en la inercia y en los movimientos de rotación. Finalmente
el Capítulo 5, se centra en la biomecánica de uno de los procesos evolutivos más
importantes del hombre: la marcha humana.
Índice general
1 Mecánica de materiales 11
1.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2 Deformación normal bajo carga axial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3 Diagrama esfuerzo-deformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.3.1 Propiedades fundamentales a partir de un ensayo simple . . . . . . . . . . . 15
1.3.2 Deformación por tensión axial (tracción) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.4 Deformación elástica lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.4.1 Régimen elástico - Ley de Hooke . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.4.2 Relación de Poisson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.5 Carga multiaxial. Ley de Hooke generalizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.6 Deformación unitaria cortante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.7 Tensor de esfuerzos y deformaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
1.8 Otros tipos de deformaciones posibles ante una carga . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.8.1 Deformación elástica no lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.8.2 Deformación plástica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.8.3 Deformación viscoelástica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
1.8.4 Comportamiento elástico vs plástico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.9 Ductilidad y Fragilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
1.10 Cargas repetidas: Fatiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
1.11 Mecánica de la fractura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
1.12 Preguntas del capítulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
1.13 Bibliografía del capítulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
5
6 ÍNDICE GENERAL
3 Biomecánica articular 75
3.1 Cartílago articular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
3.1.1 Propiedades mecánicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
3.1.2 Degeneración del cartílago articular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
3.2 Lubricación articular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
3.3 Movimientos articulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
3.3.1 Planos y ejes anatómicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
3.3.2 Centros de rotación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
3.3.3 Clasificación de las articulaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
3.4 Columna vertebral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
3.4.1 Unidad funcional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
3.4.1.1 Disco intervertebral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
3.4.1.2 Articulaciones interapofisarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
3.4.2 Articulaciones de las vértebras entre sí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
3.4.2.1 Articulaciones de los cuerpos vertebrales. . . . . . . . . . . . . . . 89
1.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2 Deformación normal bajo carga axial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3 Diagrama esfuerzo-deformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.4 Deformación elástica lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.5 Carga multiaxial. Ley de Hooke generalizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.6 Deformación unitaria cortante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.7 Tensor de esfuerzos y deformaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
1.8 Otros tipos de deformaciones posibles ante una carga . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.9 Ductilidad y Fragilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
1.10 Cargas repetidas: Fatiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
1.11 Mecánica de la fractura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
1.12 Preguntas del capítulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
1.13 Bibliografía del capítulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
11
12 CAPÍTULO 1. MECÁNICA DE MATERIALES
Introducción
Considere una varilla BC de longitud L y con un área uniforme de sección transversal A que
está suspendida en B (Figura 1.1a). Si se aplica una carga P al extremo C, la varilla se alargará. Al
graficar la magnitud de la carga, P, contra la deformación total δ (delta), se obtiene un determinado
diagrama de carga-elongación. Si bien este diagrama contiene información útil para el análisis de la
varilla considerada, no puede emplearse directamente para predecir la deformación de una varilla del
mismo material pero de diferentes dimensiones. De hecho, se observa que, si una deformación δ se
produce en la varilla BC por una carga P, se requiere una carga 2P para causar la misma deformación
en una varilla B’C’ de la misma longitud L, pero con un área de sección transversal 2A (Figura 1.1b).
Se nota que, en ambos casos, el valor del esfuerzo σ (sigma) es el mismo:
P
σ= (1.1)
A
Donde P es la carga o fuerza aplicada y A es la sección transversal a dicha carga. Las unidades
de σ son unidades de [Fuerza/Área]=[N/m2 ]=Pa (Pascales).
Por otra parte, una carga P aplicada a la varilla B”C”, con la misma área de sección transversal
A, pero de longitud 2L, produce una deformación 2δ en dicha varilla (Figura 1.1c), es decir, una
deformación que es el doble de la producida en la varilla BC. No obstante, en ambos casos, la razón
de la deformación por la longitud de la varilla es la misma e igual a Lδ . Esta observación nos lleva a
introducir el concepto de deformación unitaria: definimos le deformación unitaria en una varilla bajo
carga axial como la deformación por unidad de longitud de dicha varilla. Si la deformación unitaria
se representa por ε (épsilon), se tiene:
L0 2L0
L0
C
C'
C''
A C C'
2A A 2
C''
P 2P P
a b c
Figura 1.1 a) Deformación experimentada por una varilla durante la aplicación de una carga P al extremo C.
b) Una carga 2P es necesaria para generar la misma deformación que en una varilla de la misma
longitud L0 pero con el doble de área transversal. c) Una carga P aplicada en una varilla de sección
transversal A, de doble longitud 2L0 , produce una deformación 2δ en dicha varilla.
δ L − L0
ε= = (1.2)
L L0
Donde L es la longitud final de la varilla y L0 la longitud inicial. Por ende, ε es una variable
adimensional.
Elaborando la gráfica σ vs ε, se obtiene una curva que es característica de las propiedades del
material y no depende de las dimensiones de la muestra particular utilizada. Esta curva se denomi-
na diagrama de esfuerzo-deformación, que se explicará con más detalle más adelante. Puesto que
la varilla BC considerada en el anterior análisis tenía una sección transversal uniforme con área A,
puede suponerse que el esfuerzo normal σ tiene una valor constante P/A a lo largo de toda la varilla.
Así, fue apropiado definir la deformación unitaria ε como la razón de la deformación total δ sobre el
largo total L de la varilla. Como la deformación y la longitud se expresan en las mismas unidades, la
deformación normal ε obtenida de dividir δ entre L, es una cantidad adimensional. Por lo tanto, se
obtiene el mismo valor numérico de la deformación normal en un elemento dado, sea que se empleen
unidades métricas SI o unidades americanas.
L0 L
P
Figura 1.2 Probeta típica usada en los ensayos de tracción, de longitud inicial L0 . Al aplicar una tensión de
tracción P, la probeta se deforma y puede medirse su longitud final L.
Ejemplo: Considere una barra con una longitud L=0.6 m y sección transversal
uniforme, que sufre una deformación total δ = 150x10−6 m. La deformación
unitaria correspondiente es:
δ 150x10−6
ε= = = 250x10−6
L 0,6
Diagrama esfuerzo-deformación
a b
Figura 1.4 a) Curva de carga vs elongación, de la cual se deduce la curva b) de esfuerzo vs deformación.
Dicha curva posee diferentes regiones y puntos importantes: una región elástica, seguida por una
región plástica y finalmente la fractura de la probeta.
entre las dos marcas base de la probeta. Se obtienen entonces la curva de carga vs elongación (Figura
1.4a) Puede ahora obtenerse el diagrama de esfuerzo-deformación graficando ε como la abscisa y σ
como la ordenada (Figura 1.4b). A partir de un ensayo de tracción se elabora la curva de la Figura
1.5 que sirve para determinar las propiedades mecánicas del material estudiado.
Resistencia a la
LE tracción
Límite elástico
en 0.2%
0.2%
=( L-L0)/L0
Luego de aplicar una carga o tensión a la probeta, la respuesta de un material bajo una carga
aplicada puede ser de tres formas: elástica (lineal o no lineal), plástica o viscoelástica. En cada tipo
de comportamiento se pueden determinar algunos parámetros como:
Rigidez (k): pendiente de la zona lineal de la curva carga vs elongación (P vs.δ).
Módulo de Young (E): pendiente de la zona lineal de la curva esfuerzo vs deformación (σ vs.ε).
Límite de proporcionalidad σy : corresponde a la zona proporcional o lineal.
Límite elástico (LE): valor de esfuerzo máximo antes de presentar comportamiento plástico.
Resistencia la fractura: valor máximo de esfuerzo antes de la fractura.
Resiliencia: se llama resiliencia de un material a la energía de deformación (por unidad de
volumen) que puede ser recuperada de un cuerpo deformado cuando cesa el esfuerzo que causa
la deformación. La resiliencia es igual al trabajo externo realizado para deformar un material
hasta su límite elástico, y corresponde al área bajo la curva de esfuerzo vs deformación en la
zona elástica (región azul de la Figura 1.4b).
Tenacidad: es la energía total que absorbe un material antes de romperse. Se calcula como el
área bajo toda la curva de esfuerzo vs deformación (suma de áreas bajo la curva de la zona
azul y verde de la Figura 1.4b).
Ductilidad: propiedad de un material a deformarse fácilmente con pequeñas cargas y fluir antes
de fracturarse.
Fragilidad: un material es frágil si no absorbe mucha energía de deformación antes de fractu-
rarse. No presenta comportamiento plástico (detallado más adelante).
Figura 1.6 Deformación axial en dos dimensiones: en x se alarga y en z se vuelve más pequeño, para conservar
el volumen.
elongación zf − z0 ∆z
εz = = = (1.3)
longitud.inicial z0 z0
cambio.anchura xf − x0 ∆x
εx = = = (1.4)
ancho.inicial x0 x0
σ = Eε (1.5)
Esta relación se conoce como Ley de Hooke, llamada así en honor del matemático inglés Robert
Hooke (1635-1703). El coeficiente E se denomina módulo de elasticidad del material involucrado
o, también, módulo de Young, en honor del científico inglés Thomas Young (1773-1928). Como la
deformación ε es una cantidad adimensional, el módulo E se expresa en las mismas unidades que
el esfuerzo σ, es decir, en pascales (Pa) o en uno de sus múltiples (MPa, GPa. . . ) si se emplean
unidades del SI, y en psi o ksi si se emplean unidades americanas.
El máximo valor de esfuerzo para el que puede emplearse la ley de Hooke en un material dado
se conoce como límite de proporcionalidad de ese material. En el caso de los materiales dúctiles que
poseen un punto de cedencia bien definido, el límite de proporcionalidad casi coincide con el punto de
cedencia. Para otros materiales, el límite de proporcionalidad no puede definirse con tanta facilidad,
ya que es difícil determinar con exactitud el valor del esfuerzo para el que la relación entre σ y ε
deja de ser lineal.
La ley de Hooke para la elasticidad lineal, se ha descrito hasta ahora como σ = Eε, una ecuación
independiente de la dirección de aplicación de la carga. Esto se debe a que las propiedades mecá-
nicas del material son independientes de la dirección considerada. Se dice que tales materiales son
isotrópicos. Los materiales cuyas propiedades dependen de la dirección considerada, se conocen co-
mo anisotrópicos. Una clase importante de materiales anisotrópicos está formada por los materiales
compuestos reforzados con fibra.
Capas de material
Estos materiales compuestos reforzados con fibras se obtienen encapsulando fibras de un material
resistente y rígido en un material más débil y blando, que se conoce corno matriz. La Figura 1.7
muestra una capa o lámina de un material compuesto que consiste en un gran número de fibras
paralelas encapsuladas en una matriz. Una carga aplicada a la lámina a lo largo del eje x, es decir,
en la dirección paralela a las fibras, creará un esfuerzo normal σx en la lámina y su correspondiente
deformación unitaria εx que satisfará la ley de Hooke al aumentarse la carga y en tanto no se alcance
el límite elástico de la lámina. De manera similar, una carga axial aplicada a lo largo del eje y, esto
es, de manera perpendicular a la lámina, creará un esfuerzo normal σy y una deformación unitaria
normal εy que satisfacen la ley de Hooke, y una carga axial a lo largo del eje z creará un esfuerzo
normal σz y una deformación normal εz que nuevamente satisfarán la ley de Hooke. No obstante, los
módulos de elasticidad Ex , Ey y Ez correspondientes, respectivamente, a cada una de las anteriores
situaciones de carga, serán diferentes. Debido a que las fibras están paralelas al eje x, la lámina
ofrecerá una resistencia mucho mayor a la carga dirigida a lo largo del eje x que a la dirigida a lo
largo de los ejes y o z, y Ex será mucho mayor que Ey o que Ez .
Hasta le momento se habían considerado cargas en una sola dirección. Ahora se consideran
elementos sometidos a cargas que actúan en las direcciones de los tres ejes coordenados y que
producen esfuerzos normales σx , σy y σz , todos distintos de cero. Esta condición se conoce como
carga multiaxial (Figura 1.8).
Sea un elemento de un material isotrópico con forma cúbica. Puede suponerse que el lado del
cubo sea igual a la unidad, ya que siempre es posible seleccionar el lado del cubo como una unidad
de longitud. Bajo la carga multiaxial determinada, el elemento se deformará hasta constituir un
paralelepípedo rectangular de lados iguales 1 + εx , 1 + εy y 1 + εz , donde εx , εy y εz son los valores
de la deformación normal en las direcciones de los tres ejes coordenados (Figura 1.9).
Para expresar las componentes de la deformación εx , εy y εz en términos de las componentes
del esfuerzo σx , σy y σz , se considerará por separado el efecto de cada componente de esfuerzo
y se combinarán los resultados obtenidos. Esto es válido siempre que se cumplan las siguientes
condiciones:
En el caso de una carga multiaxial, la primera condición será satisfecha si los esfuerzos no exceden
el límite de proporcionalidad del material, y la segunda condición también se cumplirá si eI esfuerzo
en cualquier cara dada no causa deformaciones en las otras que sean lo suficientemente grandes para
afectar el cálculo de los esfuerzos en esas caras.
Considerando primero el efecto de la componente de esfuerzo σx , dicha componente causa una
deformación igual a σx /E en la dirección de x y deformaciones iguales a −νσx /E en las direcciones
y y z. De manera similar, si la componente σy se aplica por separado, causará una deformación σy /E
en la dirección y y deformaciones −νσy /E en las otras dos direcciones. Finalmente la componente
σx νσy νσz 1
εx = − − = (σx − ν(σy + σz )) (1.9)
E E E E
σy νσz νσx 1
εy = − − = (σy − ν(σz + σx )) (1.10)
E E E E
σz νσx νσy 1
εz = − − = (σz − ν(σx + σy )) (1.11)
E E E E
Las ecuaciones anteriores se conocen como la ley de Hooke generalizada para la carga multiaxial
de un material isotrópico homogéneo. Los resultados obtenidos son válidos sólo si los esfuerzos no
exceden el límite de proporcionalidad, y en tanto las deformaciones involucradas sean pequeñas.
Además, un valor positivo para una componente de esfuerzo significa tracción, y un valor negativo
significa compresión. De igual manera, un valor positivo para una componente de deformación indica
expansión en la dirección correspondiente y, un valor negativo indica contracción.
Cuando la fuerza F que actúa sobre el cuerpo es paralela a una de las caras mientras que la otra
cara permanece fija, se presenta otro tipo de deformación denominada de cizallamiento en el que
no hay cambio de volumen pero sí de forma. Si originalmente la sección transversal del cuerpo tiene
forma rectangular, bajo un esfuerzo cortante se convierte en un paralelogramo (Figura 1.10).
Definimos el esfuerzo cortante τ como la razón entre la fuerza tangencial F y el área A de la cara
sobre la que se aplica, FA . La deformación por cizalla γ, se define como la razón ∆x
l , donde ∆x es la
distancia horizontal que se desplaza la cara sobre la que se aplica la fuerza y l la altura del cuerpo,
tal como se ve en la Figura 1.10.
Siendo pequeños los ángulos de desplazamiento podemos escribir:
∆x
γ∼
= tan γ = (1.12)
L
y
>
Graficando los valores sucesivos de τxy contra los valores correspondientes de γxy , se obtiene
el diagrama correspondiente esfuerzo-deformación a cortante para el material considerado. Esto
puede llevarse a cabo realizando un ensayo de torsión. El diagrama obtenido es similar al diagrama
esfuerzo-deformación normal obtenido para el mismo material a partir del ensayo de tracción descrito
previamente.
Como en el caso de los esfuerzos y deformaciones normales, la porción inicial del diagrama
esfuerzo-deformación a corte es una línea recta. Para valores del esfuerzo cortante que no sobrepasan
el límite de proporcionalidad a corte, se puede escribir para cualquier material isotrópico homogéneo:
Esta relación se conoce como la ley de Hooke para esfuerzo y deformación cortante, y la constante
G es el módulo de rigidez o módulo de cortante del material. Como la deformación γxy consiste en
un ángulo en radianes, es adimensional, y el módulo G se expresa en las mismas unidades que τxy ,
es decir, en pascales o en psi.
El módulo de elasticidad transversal, también llamado módulo de cizalladura, es una constante
elástica que caracteriza el cambio de forma que experimenta un material elástico (lineal e isótropo)
cuando se aplican esfuerzos cortantes. Este módulo recibe una gran variedad de nombres, entre
los que cabe destacar los siguientes: módulo de rigidez transversal, módulo de corte, módulo de
cortadura, módulo elástico tangencial, módulo de elasticidad transversal, y segunda constante de
Lamé.
Para un material elástico lineal e isótropo, el módulo de elasticidad transversal tiene el mismo valor
para todas las direcciones del espacio. En materiales anisótropos se pueden definir varios módulos de
de elasticidad transversal, y en los materiales elásticos no lineales dicho módulo no es una constante
sino que es una función dependiente del grado de deformación.
El módulo de cizalla G es una propiedad mecánica de cada material. Para un material dado, G
varía entre 0.3 y 0.5 veces el módulo de Young del mismo material.
Para un material isótropo elástico lineal el módulo de elasticidad transversal está relacionado con
el módulo de Young y el coeficiente de Poisson mediante la relación:
E
G= (1.15)
2(1 + ν)
ĞĨŽƌŵĂĐŝſŶƉĞƌŵĂŶĞŶƚĞ
Figura 1.13 Curva de esfuerzo y deformación para un material con comportamiento plástico.
En los metales deformados plásticamente, a diferencia de lo que sucede en régimen elástico, los
átomos se desplazan permanentemente desde sus posiciones iniciales hasta nuevas posiciones. La
deformación permanente en los tejidos como el hueso obedece a mecanismos más complejos que el
movimiento atómico debido a defectos en la estructura del material.
ĂƌŐĂĂƉůŝĐĂĚĂƌĄƉŝĚĂŵĞŶƚĞ
ĂƌŐĂĂƉůŝĐĂĚĂůĞŶƚĂŵĞŶƚĞ
Figura 1.14 Curva de esfuerzo vs deformación para un material con comportamiento viscoelástico. La res-
puesta varía en función de la velocidad de aplicación de la carga.
en la Figura 1.15. Un ejemplo de tejido que presenta este comportamiento son los ligamentos y
tendones.
a b
c d
Figura 1.15 La viscoelasticidad se caracteriza por tres fenómenos: a) “creep”, fluencia o cedencia, b) relajación
de tensiones y c) ciclo de histéresis. d) En el caso de los ligamentos y tendones, se observa un
pérdida de las propiedades mecánicas con al aplicar ciclos repetidos de carga.
Ductilidad y Fragilidad
Los diagramas esfuerzo-deformación de los materiales varían en forma considerable, por lo que
diferentes ensayos de tensión llevados a cabo sobre el mismo material pueden arrojar diferentes re-
sultados, dependiendo de la temperatura de la probeta y de la velocidad de aplicación de la carga.
Sin embargo, es posible distinguir algunas características comunes entre los diagramas esfuerzo-
deformación de distintos grupos de materiales, y dividir los materiales en dos amplias categorías con
base en estas características: materiales dúctiles y materiales frágiles.
Los materiales dúctiles, como el acero estructural, así como muchas aleaciones de otros metales,
se caracterizan por su capacidad de fluir a temperaturas normales. Al someterse la probeta a una
carga que aumenta, su longitud se incrementa primero linealmente con la carga y a una tasa muy
lenta. Así, la porción inicial del diagrama esfuerzo-deformación es una línea recta con una pendiente
pronunciada (Figura 1.16). No obstante, después de alcanzar un valor crítico σy del esfuerzo (en el
punto Y , por “yield” en inglés), la probeta experimenta una gran deformación con un incremento
relativamente pequeño de la carga aplicada.
(Mpa)
&
&ƌĄŐŝů
z
z &
ƷĐƚŝů
Ϭ͕Ϯй (%)
Figura 1.16 Curva de esfuerzo y deformación para un material frágil y uno dúctil
Después de haber alcanzado un cierto valor máximo de carga, el diámetro de una porción de
la probeta comienza a disminuir y la probeta continúa alargándose aún más, hasta su fractura. El
esfuerzo σy en el que comienza la fluencia se llama resistencia o punto de fluencia o cedencia del
materia, el esfuerzo σU (en el punto U) que corresponde a la máxima carga aplicada al material
se conoce como la resistencia última y el esfuerzo σf correspondiente a la fractura, se denomina
resistencia a la fractura.
Los materiales frágiles se caracterizan por el fenómeno de que la fractura ocurre sin un cambio
notable previo de la tasa de alargamiento. Así, para los materiales frágiles no hay diferencia entre la
Suponga que se tiene una probeta sometida a una carga axial. Si el esfuerzo máximo de la probeta
no excede el límite elástico del material, la probeta regresa a sus condiciones iniciales cuando se retira
la carga. Podría concluirse que una carga dada puede repetirse muchas veces, siempre y cuando los
esfuerzos permanezcan dentro del rango elástico. Tal conclusión es correcta para cargas que se repiten
unas cuantas docenas o aún centenares de veces. Sin embargo, no es cierto cuando las cargas se
repiten millares o millones de veces. En tales casos, la fractura ocurrirá aun cuando el esfuerzo sea
mucho más bajo que la resistencia estática a la fractura. Este fenómeno se conoce como fatiga.
La falla por fatiga puede suceder bajo elevado o reducido número de ciclos. Cuando el número
de carga necesario para causar daño por fatiga es menor que 104 ciclos, la fatiga es denominada de
bajo ciclo. Cuando el número de ciclos supera esta franja, la fatiga se denomina de alto ciclo.
En el estudio de la fatiga de alto ciclo, se utiliza la curva S-N del material, o curva de Wohler
como también es conocida, que correlaciona la amplitud de tensión que es la mitad de la diferencia
algebraica entre las tensiones máxima y mínima, con número de ciclos asociado a la falla (Figura
1.17).
;<ƐŝͿ
ϰϬ
ϯϬ
ϮϬ
ZĞƐŝƐƚĞŶĐŝĂĂ
ϭϬ ůĂĨĂƚŝŐĂĞŶ
ϭϬϲ ĐŝĐůŽƐ
ϭϬϰ EƷŵĞƌŽĚĞĐŝĐůŽƐ
ϭϬϱ ϭϬϲ ϭϬϳ
ĚĞƌƵƉƚƵƌĂ
Figura 1.17 La resistencia a la fatiga se obtiene graficando la amplitud de los esfuerzos en función del número
de ciclos en los que se da la ruptura. De esta manera se obtiene la curva S-N (stress vs number of
cycles) en la que se puede determinar el valor máximo de ciclos que soporta una pieza sometida
esfuerzos cíclicos con determinada magnitud.
En la fatiga de bajo ciclo, situación en que el material puede soportar elevadas deformaciones, en
general superiores aquellas asociadas al régimen elástico, se correlaciona la amplitud de la deformación
con el número de ciclos a través de la curva ε − N .
El número de ciclos que define la vida total de un componente sometido a cargas cíclicas es la
combinación entre el número de ciclos necesario a la iniciación de la grieta y lo que corresponde a
su propagación hasta la falla final.
Mecánica de la fractura
La mecánica de la fractura es el análisis que intenta descubrir cuáles fallas son seguras (si eso es
así, no crecerán) y cuál es el nivel de servicio máximo que se puede exigir a la estructura.
Cuando un material presenta una fisura, se puede determinar si ésta crecerá hasta la ruptura del
material, o si por el contrario, permanecerá del mismo tamaño sin afectar la pieza. Cuando se somete
un material con una fisura a esfuerzos de tracción, se puede determinar el factor de intensidad de
tensiones K en dicha situación:
√
KI = ψσ πa (1.18)
Donde ψ es un factor adimensional que depende de la geometría de la fisura, σ es la magnitud
del esfuerzo de tracción al que es sometida la pieza y que es perpendicular al plano de la fisura y a
es el tamaño de la fisura.
Se definen los parámetros KI : intensidad de tensiones, y KC : tenacidad a la fractura, que sería
el máximo a alcanzar para llegar a rotura. La fractura ocurre cuando KI > KC . Para el caso especial
de deformación plana, KC se convierte en KIC y es considerado una propiedad del material. El
subíndice "1" es debido a que existen distintos modos de fractura, estos son (Figura 1.18).:
Fractura Modo II – Modo de cizallamiento: esfuerzos tangenciales actúan paralelos a las caras
en la grieta pero en direcciones opuestas
Fractura Modo III – Modo de rasgado: esfuerzos tangenciales que actúan paralelos pero per-
pendiculares a la cara de la placa y opuestos entre sí
al desgaste, pero muy frágiles, o poco tenaces, comparados con otros materiales como los metales
o los polímeros. La Figura 1.19, muestra las curvas de KI para tres materiales cerámicos. El valor
KI0 corresponde al valor umbral. Un valor de KI < KI0 no tendrá ningún efecto y no hará crecer
la fisura. Un valor KI > KI0 hará que la fisura comience a crecer a una velocidad específica para
cada material. Finalmente, un valor de KI = KIC significa la rotura o falla inevitable de la pieza.
De acuerdo a esto, se puede concluir que le mejor biomaterial es el compuesto de matriz de alúmina
reforzado con 10 % de zirconia.
Figura 1.19 Velocidad de propagación de fisuras en función del valor de intensidad de tensiones K para tres
biomateriales usados en las prótesis totales de cadera.
a) Efecto Poisson
b) Módulo de Hooke
c) Elasticidad
d) Módulo de Poisson
e) Coeficiente de rigidez
3. Si un material es sometido a una fuerza de deformación y cuando cesa de actuar recupera parte
de su forma original pero no por completo, decimos que se produjo una deformación:
a) Viscoelástica
b) Plástica
c) Elástica
d) Funcional
e) Termoelástica
a) Representación gráfica del comportamiento mecánico del material y tipo de fractura que
experimenta.
b) Calcular la tensión de compresión en rotura
c) Calcular la deformación unitaria en rotura
d) Calcular el módulo de elasticidad del material
e) Sabiendo que el coeficiente de Poisson del material es 0.3, calcular la deformación trans-
versal de la probeta en rotura.
f ) Calcular el área que deberá tener la probeta para que con la misma carga del ensayo la
tensión de trabajo del material se reduzca a la mitad y acortamiento de la probeta.
5. Comparar el comportamiento mecánico del material estudiado con el de una probeta de plás-
tico de metacrilato de 10x50mm de sección y 15cm de longitud que se ensaya a tracción a
temperatura ambiente según las siguientes cargas e incrementos de longitud:
7. Se aplica una carga de tracción en rango elástico sobre una barra de acero de 6cm2 de sección
transversal. Se aplica la misma carga sobre una barra de aluminio de la misma longitud y
en rango elástico se obtiene el mismo alargamiento que en el caso de la barra de acero.
Sabiendo que el módulo de Young del acero Eacero = 210000M P a y que el del aluminio
Ealuminio = 70300M P a. Se pide:
8. Se ensaya a tracción una barra de sección circular de 2cm de diámetro y 10cm de longitud cons-
truida con un material con un comportamiento elasto-plástico caracterizado por una primera
fase elástica lineal con módulo de Young E = 2x106 kg/cm2 y máxima deformación elástica
del 0.2 % y, previamente a la rotura, un segundo periodo plástico en el cual, sin aumento de
carga respecto al periodo anterior, el material alcanza una deformación de 8 veces el valor de
la deformación elástica. Se pide:
a) Representación gráfica del comportamiento mecánico del material y tipo de fractura que
presenta
b) Límite elástico del material
c) Carga máxima de tracción a la que se puede ensayar la barra para que trabaje en régimen
elástico
d) Longitud de la barra bajo una carga de tracción de 100000N
e) Si tras alcanzar en el ensayo una deformación del 0.3 % dejamos de aplicar la carga,
calcular la longitud de la barra tras la descarga. Representar gráficamente el proceso de
carga-descarga.
f ) ¿Se puede volver a ensayar la barra de nuevo?. Justificar la respuesta.
9. Durante el ensayo de tracción de una probeta de acero de diámetro 13m y longitud 5cm se
obtuvieron los siguientes datos:
10. Determinar:
11. Un material tiene módulo de elasticidad E = 120 × 109 N/m2 y un límite elástico de 250 ×
106 N/m2 . Si se tiene una varilla de dicho material, con un área de sección transversal de
10mm2 y 100mm de longitud, de la que ses suspende verticalmente una carga en su extremo
de 1500N, se pide:
12. Una pieza de 300mm de longitud tiene que soportar una carga de 5000N sin experimentar
deformación plástica. Elija el material adecuado entre los tres propuestos para que las piezas
tengan un peso mínimo.
13. Una barra cilíndrica de acero con un límite elástico de 325MPa y con módulo de elasticidad de
20,7 × 104 M P a se somete a la acción de una carga de 2500N. Si la barra tiene una longitud
inicial de 700mm, se pide:
14. Una aleación de cobre tiene un módulo de elasticidad E = 12600Kgf /mm2 y un límite elástico
de 26Kgf /mm2 . Se pide:
15. La tibia es el hueso que mayor carga soporta en el cuerpo. Si en la parte proximal de la tibia,
se concentra el 88 % de la masa corporal, para una persona que pesa 75 kg:
a) ¿Cuánta fuerza de compresión (Fc) actúa en cada tibia cuando la persona está parada en
posición normal?
b) Asumiendo el diámetro externo de la tibia De=2.5cm y el interno Di=1.3cm y la resis-
tencia a la compresión de 190 MPa, ¿cuál es el peso máximo que puede cargar la persona
sin sufrir una fractura por compresión?
16. Considere una probeta rectangular de dimensiones a=2cm, b=3cm y c=20cm. El módulo
eslástico del material es E=100GPa y el coeficiente de Poisson es ν=0.3. La barra es sometida
a fuerzas de magnitud Fx = 4x106 N y Fz = 2,5x106 N. Si Fx es de compresión y Fz es de
tracción:
Kelc Robi, Naranda Jakob, Kuhta Matevz y Vogrin Matjaz. Current Issues in Sports and
Exercise Medicine. Capítulo 2 The Physiology of Sports Injuries and Repair Processes. Editores:
Michael Hamlin, Nick Draper and Yaso Kathiravel. ISBN 978-953-51-1031-6. Mayo 2013. DOI:
10.5772/54234. Disponible en: http://www.intechopen.com/books
35
36 CAPÍTULO 2. BIOMECÁNICA DEL SISTEMA MÚSCULO-ESQUELÉTICO
Biomecánica ósea
2. Formar un sistema de palancas que junto con los músculos para producir movimiento
Los materiales que constituyen los huesos determinan su respuesta a las cargas mecánicas.
A simple vista se puede observar dos tipos diferentes de hueso, el compacto o cortical y el
esponjoso o hueso trabecular. Estos dos tipos de huesos se continúan entre sí sin un límite bien
definido. La disposición del hueso esponjoso y el compacto es común en todos los huesos puesto que
el hueso compacto forma una envoltura externa o capa superficial fina. Esta capa de hueso compacto
rodea a la masa central formada por el hueso esponjoso. Este hueso esponjoso está constituido por
trabéculas que forman un espacio tridimensional que semeja a un laberinto. La morfología del hueso
se encuentra adaptada a la función del mismo y a las agresiones continuadas que sobre el mismo
ejercen diferentes factores externos aunque, la morfología de los huesos también depende de los
factores genéticos inherentes a cada individuo. Externamente los huesos se encuentran recubiertos
por un tejido conjuntivo con capacidad osteogénica, el periostio, salvo en: los extremos de los huesos
largos que están cubiertas por el cartílago articular, las zonas de inserción de ligamentos y tendones,
sobre la superficie de los huesos sesamoideos y, en las áreas subcapsulares del cuello del fémur y
astrágalo. La cavidad medular y las trabéculas de hueso esponjoso están cubiertas por otra capa
celular con capacidad osteogénica, el endostio.
Mientras más porosos sea un hueso, menor es la proporción de fosfato y carbonato de calcio y
mayor será la proporción de tejido no mineralizado. El tejido óseo se clasifica en dos categorías de
acuerdo con su porosidad:
Huesos largos: se llaman así porque la longitud prevalece sobre las otras dimensiones. Están
formados por hueso cortical (en la diáfisis), hueso esponjoso (metáfisis y epífisis) y una cavidad
medular. Están implicados en la locomoción y conforman las palancas óseas, permitiendo
movimientos amplios y rápidos. Soportan cargan axiales principalmente. La tibia y el fémur
son largos y pesados para soportar el peso del cuerpo. Los huesos de los miembros superiores,
son más pequeños y livianos para facilitar los movimientos. Ejemplos: clavícula, húmero, cúbito,
radio, fémur, tibia, fíbula, metatarso, metacarpo, falanges (Figura 2.3a).
Huesos cortos: poseen una estructura cuboidal y están constituidos por hueso esponjoso prin-
cipalmente. Están implicados en la absorción de choques y soportan cargas compresivas. Ejem-
plos: carpo y tarso (Figura 2.3b).
Huesos irregulares: tiene diferentes formas y cumplen funciones específicas. Por ejemplo, las
vértebras constituyen un túnel de protección para la médula espinal, permiten la inserción de
muchos músculos y ligamentos y soportan el peso del tronco superior del cuerpo, al mismo
tiempo que permiten el movimiento del tronco en los tres planos cardinales. El coxis, el sacro
y el maxilar son otros ejemplos de huesos irregulares.
a b
Figura 2.3 Huesos a) largos y b) cortos. La rótula puede ser considerada como hueso corto o irregular. A
veces se le llama también sesamoideo.
Los huesos también pueden fallar con esfuerzos muy inferiores al esfuerzo máximo el el caso en
el que fisuras preexistentes comienzan a crecer. Esto puede darse ya que el hueso presenta una gran
cantidad de microfisuras. En huesos normales y sanos, esas microfisuras son reparadas por las células
óseas (osteocitos, osteoblastos, osteoclastos). Sin embargo, con la edad y algunas enfermedades
relativas a los huesos, los mecanismos de reparación pueden verse afectados, aumentando de manera
importante el riesgo de fracturas óseas.
Existen dos modos en los que una fisura puede crecer, llevando a una falla catastrófica. La primera
es la fractura rápida en la que una fisura se propaga rápidamente a través del material. En el caso
de hueso, este tipo de fracturas se asocian con choques o impactos, pudiendo incluso ocurrir con
esfuerzos menores a los límites de resistencia del hueso. El segundo mecanismo es la fatiga, causada
por la aplicación cíclica de esfuerzos.
Los huesos cortical y esponjoso son anisotrópicos: sus propiedades mecánicas (resistencia y rigi-
dez) varían dependiendo de la dirección de aplicación de la carga siendo más resistente bajo com-
presión que bajo tensión o cizalladura. Las cargas a las que es sometido el hueso son: compresión:
por la acción de los músculos, la gravedad y cargas externas, necesarias para el crecimiento óseo y el
depósito de material óseo; tracción: debida a la acción de los tendones en la contracción muscular;
flexión: generalmente falla el lado convexo por aumento de fuerzas de tracción; cizallamiento y tor-
sión. Las fracturas en los huesos pueden suceder por cualquiera de estos mecanismos o combinaciones
de estos (Figura 2.4). Las fracturas pueden variar en niños y en adultos, ya que los niños tienen el
hueso menos mineralizado y por ende más flexible. Un bueno ejemplo de ello, son las fracturas por
flexión en el lado cóncavo, que en los niños se da como la fractura de un tallo verde (Figura 2.5a).
a b c d
Figura 2.5 Radiografías de cuatro tipo de fracturas: a) por compresión, b) fractura por avulsión o arranca-
miento, en la cual hay desgarre del tendón cerca de su punto de inserción, c) fractura por fatiga
y d) fractura patológica por compresión del disco vertebral debido a la osteoporosis.
Figura 2.6 El fémur presenta una estructura ordenada de las trabéculas de la epífisis en el extremo proximal.
Radiografía AP de la cadera derecha de un sujeto de 30 años, Recuadro 1a: Radiografía en positivo.
Recuadro 1b: Representación esquemática de los grupos trabeculares de tensión y compresión.
GTM (grupo del trocánter mayor), GPT (grupo principal de tensión), GPC (grupo principal de
compresión), GST (grupo secundario de tensión) y GSC (grupo secundario de compresión).
La estructura trabecular interna del fémur proximal fue descrita por primera vez en 1838. Las
trabeculaciones surgen sobre las líneas de fuerza a las que el hueso está expuesto. En el cuello femoral
y en la región intertrocantérica, la trabeculación presenta una transición desde la corteza ósea hacia
la metáfisis. Además, se menciona que existen a nivel del fémur proximal cinco sistemas de trabéculas
que corresponden a las líneas de fuerza mecánicas, siendo estos sistemas los del trocánter mayor,
dos principales (uno de tensión y otro de compresión) y dos secundarios (uno de tensión y otro de
compresión). Otro de los ejemplos más evidentes en el cuerpo humano, son las vértebras lumbares
con mayor área y volumen que las demás vértebras, debido a que deben soportar todo el peso del
tronco y de las extremidades (Figura 2.7).
Figura 2.7 Las vértebras inferiores soportan más peso y poseen mayor tamaño (volumen y área).
Figura 2.8 En la osteoporosis, se pierde densidad ósea. La estructura trabecular del hueso trabecular se
adelgaza y pierde su conectividad, fragilizando el hueso y aumentando el riesgo de fractura.
huesos. Las cargas mecánicas, producen deformaciones en el hueso que generan cambios en la forma
y resistencia del hueso. Este mecanismo se conoce como remodelación ósea.
La remodelación incluye resorción del hueso viejo dañado por fatiga y la formación de hueso
nuevo. Los huesos adultos ganan o pierden masa de acuerdo con la ley de Wolff. Cuando el estímulo
(ψ) que recibe el hueso excede cierto umbral, la densidad y la masa del hueso incrementan. Cuando
el estímulo está por debajo del umbral inferior, la remodelación ósea ocurre, removiendo hueso cerca
de la médula. Los estímulos entre estos dos umbrales no producen ningún cambio en el hueso. Así, la
remodelación puede ocurrir en un modo de conservación sin cambio en la masa ósea, en un modo de
desuso con una pérdida de masa ósea caracterizada por un ensanchamiento de la cavidad medular o
en un modo de formación con una aumento de la masa ósea (Figura 2.9).
El proceso en el cual nuevo hueso es creado sin resorción ósea, se conoce como modelado óseo.
Este mecanismo permite el crecimiento del hueso inmaduro.
Los procesos de modelación y remodelación ósea son llevados a cabo por los osteocitos. Las cargas
dinámicas de alto impacto producen una gran deformación que empuja el fluido a través de la matriz
ósea. Es por eso, que las actividades con grandes niveles de impacto son mejores para la estimulación
de la formación del hueso. En respuesta al movimiento del fluido al interior de la matriz ósea, los
osteocitos activan la acción de los osteoblastos y osteoclastos, las células responsables de crear y
resorber el hueso. Si predomina la acción de los osteoblastos, habrá modelación con un incremento
de la masa ósea. La remodelación ósea es el resultado de la acción conjunta de osteoblastos y
osteoclastos, siendo predominante la acción de los osteoclastos, asociado a una pérdida de masa
ósea. Aproximadamente el 25 % del hueso esponjoso del cuerpo es remodelado cada año gracias a
este proceso.
Es importante tener en cuenta que durante el crecimiento y maduración del hueso, los mecanismos
de solicitación pueden llevar a atrofias tempranas y problemas de crecimiento. Se pueden mencionar
las siguientes puntos:
Debido a la inmadurez del tejido óseo, las cargas compresivas que excedan su resistencia,
Umbral de formación
Figura 2.9 Ante un estímulo (ψ), el hueso se remodela aumentando o disminuyendo su densidad ósea. Así,
si el hueso percibe un estímulo inferior al umbral de resorción, habrá resorción ósea y si recibe
un estímulo mayor a su umbral de formación, habrá formación ósea. Un estímulo entre los dos
umbrales, ubica al hueso en un modo de conservación, en el cual no hay cambios de masa ósea.
Debido a la gran cantidad de fibras colágenas entrelazadas con laminillas pobremente minera-
lizadas, se puede presentar agrietamiento de los osteones.
La aplicación de cargas compresivas intensas con pocas repeticiones, o de cargas poco intensas
con muchas repeticiones, pueden precipitar el cierre óseo y/o producir fatiga y fractura.
De acuerdo a la Ley de Wolff, las trayectorias trabeculares son más vulnerables a las compre-
siones, determinando condiciones de atrofia.
2.1.4.1. Hipertrofia
Las personas que practican actividades físicas regulares, tienen huesos más densos y mineralizados
que las personas sedentarias de la misma edad y género. Los deportes y actividades que solicitan
más ciertas partes del cuerpo, producirán una hipertrofia ósea en esos lugares. Las grandes cargas
también generan una mayor mineralización en el hueso.
Ejemplo: En una radiografía realizada a un tenista, se pudo medir el diámetro de sus dos húmeros,
de su brazo dominante y no dominante. Se tienen los siguientes datos:
Cuando el tenista golpea la pelota con su raqueta, su hueso se ve sometido a un esfuerzo de flexión,
generado por un momento M. La deformación que sufrirá el hueso es función de su momento
cuadrático de área, que caracteriza su geometría. Este momento de inercia de área se puede hallar
con la ecuación: Iz = π4 (R4 − r4 ), donde R y r son los radios externo e interno respectivamente.
También se puede utilizar la expresión σx = MIzzY . Como σx = Eεx , tenemos que εx = M zY
EIz . Al ser
flexionado, el húmero tiene una parte sometida a tracción (la parte convexa), otra a flexión (parte
cóncava) y una línea neutra (en y = Dext /2) donde no hay ni tracción ni flexión.
Para ambos huesos, no dominante y dominante, se tendrá la misma deformación εx = M zY
EIz . en
y = Dext /2. Se tiene entonces:
Mdominante = 1,43Mno.dominante
o en otras palabras, el momento M que debe hacerse para obtener la misma deformación en el
lado dominante debe ser un 43 % más grande que para el brazo no dominante. El brazo dominante,
modificó su geometría en respuesta a las mayores cargas que soporta al golpear la pelota.
2.1.4.2. Atrofia
Así como la hipertrofia es la respuesta a una alta solicitación del hueso, el efecto contrario se
obtiene como respuesta a una baja solicitación del hueso. Cuando se reducen los esfuerzos en el hueso
debidos a la contracción muscular, al peso o las fuerzas de impacto, el tejido óseo se atrofia mediante
la remodelación ósea. Cuando esto ocurre, la cantidad de calcio en los huesos disminuye, provocando
que la resistencia y el peso del hueso también disminuyan. La pérdida de masa ósea debido a cargas
pequeñas se presenta en personas ancianas sedentarias y astronautas. Estar en una cama durante 6
a 8 semanas es suficiente para inducir una disminución de densidad ósea y se recupera después de 6
meses de actividad normal.
El cambio en la forma de una trabécula se realiza mediante dos procesos coordinados que ocurren
en zonas precisas de la trabécula a remodelar:
Crecimiento por aposición de la trabécula por acción de los osteoblastos los que depositan
laminillas sucesivas de tejido óseo en la zona en que existe una requerimiento mecánico, y
Remoción del tejido óseo de la trabécula por acción de los osteoclastos en los sitios en que no
está sometido a tracción ni compresión
Uno de los casos más típicos de atrofia ósea debido a una disminución en la solicitación del hueso se da
en los implantes metálicos. En acoplamientos hueso-implante metálico, las cargas serán absorbidas
principalmente por el material más rígido. En el caso de una prótesis de cadera por ejemplo, se
implanta un vástago metálico en el canal medular del fémur. Al ser este material mucho más rígido
que el hueso que lo rodea, absorberá mayormente las cargas, dejando al hueso en un estado de menor
solicitación, por lo cual, el hueso se remodelará en función a estas cargas inferiores, disminuyendo su
densidad y por ende, fragilizándose en la zona del vástago (Figura 2.10). Este fenómeno es lo que
se conoce como apantallamiento de tensiones o Stress shielding.
Figura 2.11 Variación de las propiedades mecánicas del hueso con la edad.
Debido a los componentes del hueso cortical, dispuestos en osteonas, el hueso cortical presenta
mayor resistencia en la dirección longitudinal que transversal. El hueso trabecular por su parte, al
ser muy poroso, es menos rígido, con un modulo de Young muchísimo menor al del hueso cortical,
y resistencias a la tracción y a la compresión mucho menores. Las propiedades de ambos tipos de
huesos, se presenta en la Tabla 2.1.
Hueso cortical
Propiedad Hueso esponjoso
Longitudinal Transversal
Resistencia a la tracción (MPa) 78-150 51-56 8
Resistencia a la compresión (MPa) 131-224 106-133 50
Módulo de Young (GPa) 17-20 6-13 0.05-0.4
Biomecánica muscular
Existen tres tipos de músculos en el cuerpo, según el tipo de fibras: músculo cardíaco (propio del
corazón), músculo liso (órganos) y músculo estriado o esquelético (Figura 2.12). Los músculos cardía-
co y liso son de tipo involuntario, mientras que el músculo esquelético es controlado voluntariamente
desde el sistema nervioso central. En esta sección, solo se va a estudiar el músculo estriado o esque-
lético, debido a que es el único que participa de manera voluntaria en los movimientos articulares del
cuerpo.
El músculo esquelético es capaz de producir dos tipos básicos de contracción. Un músculo pue-
de desarrollar tensión, pero estar sometido a una fuerza externa que le impide el desplazamiento
(contracción isométrica o estática) o, además de generar tensión, puede desplazarse (acortándose
o alargándose) de forma que modifica su longitud y diámetro (contracción isotónica). En ellas la
tensión muscular se mantiene constante a lo largo del todo el rango de movimiento. Dentro de las
contracciones isotónicas se encuentran las concéntricas, donde el músculo se acorta al desplazar una
resistencia, y las excéntricas, donde el músculo se alarga. La combinación de ambos tipos de trabajo
(concéntrico y excéntrico) sumado a la variación del rango de movimiento o ROM (Range of Mo-
tion) de la articulación va a derivar en una serie de cambios morfológicos. La fisiología de un músculo
está influida exclusivamente por el sistema neuromotor pero su morfología puede ser influida por las
condiciones mecánicas que lo hacen contraerse.
La tensión que genera un músculo está determinada por dos tipos de estructuras: elementos
contráctiles y elementos pasivos.
La masa muscular se continúa en sus extremos por una parte fibrosa o tendinosa, exclusivamente
pasiva que, fijada a los huesos, transmite la tensión contráctil y suaviza sus variedades bruscas. Los
tendones y expansiones aponeuróticas constituyen el elemento elástico en serie. Los tendones han sido
considerados durante mucho tiempo como los principales elementos responsables del comportamiento
elástico del músculo. No obstante, en ensayos in vitro se ha podido comprobar que sólo admiten
Figura 2.15 Modelo de Hill del músculo compuesto por un elemento elástico paralelo (PE), un elemento
contráctil (CE) y un elemento en serie (SE).
Cuando los componentes elásticos paralelos y en serie se estiran durante la contracción activa o
el alargamiento pasivo del músculo, se produce la tensión y se almacena la energía, cuando se retraen
con la relajación muscular, esta energía se libera. La series de fibras elásticas son más importantes
en la producción de tensión que las fibras elásticas paralelas. Muchos investigadores han sugerido
que los puentes cruzados de los filamentos de miosina tienen una propiedad de tipo muelle, lo cual
contribuye a las propiedades elásticas del músculo.
dĞŶƐŝſŶ
dĞŶƐŝſŶƚŽƚĂů
dĞŶƐŝſŶƉĂƐŝǀĂ
dĞŶƐŝſŶĚĞ
dĞŶƐŝſŶĂĐƚŝǀĂ
ƌĞƉŽƐŽ
>ŽŶŐŝƚƵĚ
Figura 2.17 La tensión total producida en el vientre muscular es la suma de la tensión activa generada por
la miosina y actina y la tensión pasiva producida en el tejido conectivo elástico.
Un músculo mueve todas las articulaciones sobre las cuales pasa. Así, existen músculos cortos,
monoarticulares que mueven sólo una articulación, y músculos largos, poliarticulares que movilizan
varias articulaciones.
La mayoría de los músculo que cruzan solamente una articulación, no suelen estirarse lo bastante
como para que la tensión pasiva ejerza un papel importante, pero el caso es diferente para los
músculos biarticulares, en los que pueden intervenir los extremos de la relación de tensión – longitud.
Por ejemplo los isquiotibiales se acortan tanto cuando la rodilla está completamente flexionada que la
tensión que pueden ejercer decrece considerablemente. Inversamente, cuando se flexiona la cadera y
se extiende la rodilla, los músculos están tan estirados que la magnitud de su tensión pasiva previene
más elongación y esto causa que la rodilla se flexione si se aumenta la flexión de la cadera.
La longitud de equilibrio muscular, implica que las fuerzas elásticas del músculo son iguales a
cero. En el organismo vivo, la longitud del músculo siempre es algo mayor que la longitud de equilibrio
y por eso incluso el músculo relajado conserva cierta tensión. Cuando el músculo se distiende más allá
de la longitud de equilibrio, comienzan a aparecer las fuerzas elásticas en los componentes elásticos
paralelos.
Figura 2.18 Mecanismo de la contracción muscular: impulso nervios, excitación de la fibra muscular, periodo
de latencia y contracción muscular.
Figura 2.19 Tres estímulos en el músculo producen tres veces la contracción y relajación del mismo.
Figura 2.20 Estímulos repetidos rápidamente en el músculo, antes de que éste se haya relajado completa-
mente, producen un fenómeno de sumación. b) Si se dan de manera más rápida, los estímulos
llevan a una tetanización del músculo.
dĞŶƐŝſŶĚĞƐĂƌƌŽůůĂĚĂ
ƉŽƌĞůŵƷƐĐƵůŽ
ĂĐŽƌƚĂŵŝĞŶƚŽ ĂůĂƌŐĂŵŝĞŶƚŽ
Figura 2.23 Relación entre la fuerza ejercida por el músculo y el tiempo de contracción.
Consideremos un músculo formado por tres fibras musculares. Las tres fibras se pueden disponer
una después de la otra (en serie) o una junto a la otra (en paralelo). Cuando las fibras musculares se
organizan en serie, esto favorece un mayor rango de movimiento y una mayor velocidad de acorta-
miento. En contraposición, una disposición en paralelo optimiza la máxima tensión que un músculo
puede generar. Cuando el músculo es activado por el sistema nervioso, en el modelo de fibras en serie,
cada fibra muscular experimenta un cambio de longitud (∆l) en respuesta a la activación. En este
tipo músculo, el cambio total de la longitud ∆L será igual a la suma de las longitudes individuales,
4L = 34l (Figura 2.24a). Consecuentemente, el rango de movimiento del músculo depende del
número de fibras en serie. Asimismo, la máxima velocidad en una contracción muscular depende del
número de fibras musculares organizadas en serie. En un músculo con tres fibras en serie, la que
tensión que puede llegar a desarrollar es igual a la media de las tensiones generadas por las tres
fibras.
Cuando las fibras están organizadas en paralelo, la tensión es igual a la suma de las tensiones
individuales de cada fibra (Figura 2.24b). Esto se debe al supuesto que afirma que el área de la
sección transversal de un músculo es un índice de la máxima fuerza que el músculo puede desarrollar.
Sin embargo, la longitud y velocidad de acortamiento del músculo en esta disposición, es igual al
promedio del acortamiento de cada una de sus fibras.
Figura 2.24 Influencia de la disposición de las fibras musculares en el rango de movimiento (∆L) y en la
máxima tensión que se puede generar. a) disposición en serie, b) disposición en paralelo.
En función del la inclinación de las fibras musculares, existen dos tipos de músculos: longitudinal
o fusiforme y la penniforme u oblicuos (Figura 2.25).
Para comprender mejor sus diferencias, es necesario introducir los términos de área de sección
transversal anatómica (ASTF) y área de sección transversal anatómica (ASTA). La ASTF se define
como el área de la sección transversal que es perpendicular a la dirección de las fibras musculares,
mientras que la ASTA corresponde al área de sección transversal perpendicular a la línea de acción
del músculo (Figura 2.26).
Se ha demostrado que entre dos músculos de igual volumen y cuyas fibras actúan con la misma
tensión (fuerza/superficie), el penniforme con un ángulo relativamente pequeño (como es lo usual),
puede ejercer más fuerza que el de fibras paralelas debido a su mayor ASTF. Así, se concluye que
los músculos de fibras paralelas son músculos más rápidos, mientras que aquellos de fibras oblicuas
son músculos más fuertes. La Tabla 2.2 resume las características de ambos tipos de arquitectura
muscular.
Figura 2.26 Ejemplo de las áreas de sección transversal fisiológica o ASTF (verde) y anatómica o ASTA
(azul) en músculos penniformes.
un 7 % a expensas del componente elástico en serie del tendón que cede al comienzo de la
contracción.
Figura 2.29 Durante una flexión de codo, el músculo que realiza la acción (protagonista o agonista) es el
bíceps, y el músculo que debe relajarse para que esto suceda (antagonista), es el tríceps.
2.3.1. Generalidades
Ambos están constituidos por fibras de colágeno, orientadas principalmente a lo largo del eje
longitudinal. Las fibras del tendón se encuentran altamente alineadas y orientadas en una sola direc-
ción, mientras que en los ligamentos, las fibras tienen una organización un poco menos ordenada.
Esto es debido a que los ligamentos están sometidos a fuerzas en varias direcciones mientras que los
tendones transmiten la fuerza en una sola dirección (línea de acción del músculo). Las semejanzas y
diferencias entre ambos tejidos se presentan en la Tabla 2.3 y la Figura 2.30.
Tendón Ligamento
Unión músculo-hueso Unión hueso-hueso
Transmisión de cargas de tensión Estabiliza articulaciones
Solicitado en tracción principalmente Cargas de flexión, torsión, tracción
Fibras muy ordenadas en una dirección Fibras ordenadas en una dirección
Estructuras muy susceptibles de lesionarse
Funciones en dinámica (movimiento) y estática (postura)
entre la región cóncava a la región lineal de la curva), esta porción muestra el comportamiento
elástico inicial del ligamento y se encuentra dentro del rango fisiológico. Cuando el tejido ya no
puede resistir la carga impuesta, es decir la carga se aleja del rango fisiológico, se produce una falla
microscópica hasta ocasionar falla macroscópica y por ende, ruptura de las fibras del ligamento. Esto
sucede frecuentemente en movimientos extremos como en accidentes automovilísticos o en deportes
de alto contacto.
Otro comportamiento propio de los ligamentos es el fenómeno de histéresis (ver sub-sección
1.8.3 en el Capítulo 1). Cuando el ligamento es estimulado repetidamente con una carga constante,
se desarrolla este comportamiento a lo largo del eje longitudinal en una curva de carga versus
desplazamiento. El desplazamiento del ligamento incrementa con cada ciclo de carga y no-carga.
Esto refleja la asociación de histéresis con el desarrollo de creep.
2.3.3. Tendones
Los tendones, al igual que el músculo, presenta una arquitectura jerárquica bien definida; el
tendón envuelve grupos de fascículos quienes a su vez están compuestos por paquetes de fibras de
colágeno, que a su vez están formados por miofibrillas de colágeno en la escala nanométrica (Figura
2.32).
Clásicamente el tendón viene definido como tejido conjuntivo denso modelado, caracterizado por
tener células y fibras conjuntivas ordenadas en haces paralelos y muy juntas al objeto de proveer
la máxima resistencia. A pesar de tratarse de estructuras duras e inextensibles, los tendones son
flexibles. En general se presentan como bandas o cordones conjuntivos que unen el músculo al hueso.
Su relación con ambos se establece en dos regiones especializadas: la unión miotendinosa y la unión
osteotendinosa (Figura 2.33) que concentran la mayoría de las lesiones deportivas.
2.3.4. Ligamentos
Macroscópicamente, los ligamentos se evidencian como bandas densas de tejido conectivo, pa-
quetes de fibras de colágeno orientados de forma paralela, que conectan hueso con hueso. Su inserción
en el hueso se conoce como entesis y ocurre de forma directa o indirecta. Las fibras de colágeno del
ligamento se conectan a una zona de fibrocartílago no mineralizado, esta continúa con fibrocartílago
mineralizado hasta llegar al hueso. La transición del ligamento a través de diferentes zonas ofrece
una ventaja mecánica durante el proceso de carga al minimizar la concentración del esfuerzo, esto
ocurre en la zona fibrocartilaginosa mineralizada de la entesis, a través de su interdigitación con el
hueso adyacente lo cual aumenta el área seccional de la interfaz entre las dos estructuras.
Los ligamentos varían en tamaño, forma y orientación de acuerdo a su localización articular, de
esta manera, se pueden clasificar como:
Extra-articulares: rodeados por una membrana superficial conocida como epiligamento, extre-
madamente celular, vascular y nerviosa. Ejemplo: ligamento colateral medial).
Intra-articulares: rodeados por sinovia. Son menos celulares, vasculares y nerviosos que los
extra-articulares, lo cual es una desventaja en procesos de cicatrización. Ejemplo: el ligamento
cruzado anterior.
Palancas óseas
Desde el punto de vista técnico, una palanca es una barra rígida que oscila sobre un punto de
apoyo (fulcro) debido a la acción de dos fuerzas contrapuestas (potencia y resistencia).
Figura 2.34 Una lesión de ligamento se conoce como esguince, y según su severidad, éste puede ser de grado
I, II o III.
1. Fulcro centrado, lo que implicaría que los brazos de potencia y resistencia fueran iguales
(BP=BR). Este montaje hace que el esfuerzo y la carga sean iguales (P=R), como tam-
bién lo serán los desplazamientos de la potencia y de la resistencia (DP=DR). Es una solución
que solamente aporta comodidad, pero no ganancia mecánica.
2. Fulcro cercano a la resistencia, con lo que el brazo de potencia sería mayor que el de resistencia
(BP>BR). Esta solución hace que se necesite un menor esfuerzo (potencia) para compensar la
resistencia (P<R), al mismo tiempo que se produce aun mayor desplazamiento de la potencia
que de la resistencia (DP>DR). Este sistema aporta ganancia mecánica y es el empleado
cuando necesitamos vencer grandes resistencias con pequeñas potencias.
3. Fulcro cercano a la potencia, por lo que el brazo de potencia sería menor que el de la resistencia
(BP<BR). Solución que hace que sea mayor el esfuerzo que la carga (P>R) y, recíprocamente,
menor el desplazamiento de la potencia que el de la resistencia (DP<DR). Esta solución no
aporta ganancia mecánica, por lo que solamente se emplea cuando queremos amplificar el
movimiento de la potencia.
La palanca de primer grado se emplea siempre que se desee invertir el sentido del movimiento.
Además, se puede mantener la amplitud del movimiento colocando los brazos de potencia y resistencia
Figura 2.35 Mecanismos que producen esguinces de los ligamentos del tobillo.
iguales. De la misma manera, es posible reducir la amplitud del movimiento haciendo que el brazo
de potencia sea mayor que el de resistencia.
La palanca de segundo grado permite situar la carga (R, resistencia) entre el fulcro y el esfuerzo
(P, potencia) (Figura 2.37).
En este tipo de palanca, se consigue que el brazo de potencia siempre será mayor que el de
resistencia (BP>BR) y, en consecuencia, el esfuerzo menor que la carga (P<R). Este tipo de palancas
siempre tiene ganancia mecánica.
Esta disposición hace que los movimientos de la potencia y de la resistencia se realicen siempre
en el mismo sentido, pero la carga siempre se desplaza menos que la potencia (DR<DP), por tanto
es un montaje que atenúa el movimiento de la potencia.
Al ser un tipo de máquina cuya principal ventaja es su ganancia mecánica, su utilidad principal
aparece siempre que se quiera vencer grandes resistencias con pequeñas potencias.
a b c
Figura 2.36 Una palanca de primer grado puede presentar tres configuraciones: a) Los brazos de potencia y de
resistencia iguales BP=BR, b) El brazo de potencia mayor, BP>BR o c) el brazo de resistencia
mayor BR>BP.
Esta disposición hace que los movimientos de la potencia y de la resistencia se realicen siempre en
el mismo sentido, pero la carga siempre se desplaza más que la potencia (DR>DP). Es un montaje,
por tanto, que amplifica el movimiento de la potencia, lo que constituye su principal ventaja.
Al ser un tipo de máquina que no tiene ganancia mecánica, su utilidad práctica se centra úni-
camente en conseguir grandes desplazamientos de la resistencia con pequeños desplazamientos de
la potencia. En el cuerpo humano, la mayoría de las articulaciones constituyen palancas de grado 3,
Figura 2.39 El bíceps constituye un ejemplo de palanca de tercer grado o palanca de velocidad. Al estar
tan cerca del codo, una contracción de 1cm del bíceps, genera una amplitud de movimiento de
5cm en la mano. Así, si la contracción del bíceps se da en 1 segundo, la mano se mueve a una
velocidad de 5cm/s.
a b c
Figura 2.40 Ejemplo de tipos de palancas existentes en el cuerpo humano: a) palanca de primer grado, b)
segundo grado y c) tercer grado.
Ejemplo: Suponga que se desea mantener el codo flexionado sosteniendo el peso del
antebrazo con masa m=2kg. Si el bíceps se inserta a 5cm del codo sobre el antebrazo, y
el centro de gravedad del antebrazo se encuentra a 15cm del codo, calcule la fuerza que
debe generar el bíceps para mantener el equilibrio.
Solución: el peso del antebrazo genera una rotación en sentido horario alrededor del codo,
creando un momento de rotación de magnitud:
Γbı́ceps = F1 × D1
Ahora, para que haya equilibrio (contracción isométrica sin movimiento articular):
Γbı́ceps = Γantebrazo
2,94N m 2,94N m
F1 = = = 58,8N
D1 0,05m
3. Describa el comportamiento anisotrópico del hueso. ¿En cuáles huesos es más importante la
anisotropía? ¿Cuáles huesos del cuerpo son los más isotrópicos?
a) ¿Qué regiones del fémur (epífisis y diáfisis) resistirán menos esfuerzo a la tracción y por
qué?
b) ¿En qué dirección se aplicaría la carga para obtener una mayor resistencia a la tracción?
¿Qué elementos del hueso determinan esta resistencia?
a) Pre-estirado un 10 %
b) Pre-estirado un 20 %
c) Acortado 10 %
d) En longitud de reposo
e) Acortado un 20 %
a) Para la misma sección fisiológica desarrolla más tensión que los músculos fusiformes
b) Cuanto mayor ángulo de apertura menor acortamiento se produce
c) Cuanto mayor ángulo de apertura mayor acortamiento se produce
d) En ellos su área fisiológica y anatómica coincide
e) Desarrolla mayor acortamiento en los fusiforme
a) Endomisio
b) Perimisio
c) Tendón
d) Epimisio
e) Todos los anteriores
10. El cuerpo está diseñado más para producir velocidad que fuerza. Teniendo en cuenta esto, ¿qué
tipo de palancas predominan en el cuerpo?
11. El bíceps se contrae solo 90 mm, pero la mano se mueve 60 cm. Explique cómo es posible esto
basándose en el sistema de palancas músculo-hueso.
12. Suponga una situación de flexión de codo realizada por el bíceps. La distancia de inserción del
bíceps es de 12 cm y forma un ángulo de θ = 45 con el antebrazo. La longitud del antebrazo
es de 24 cm. Despreciando el peso del antebrazo:
a) Calcule la fuerza que debe ejercer el bíceps para poder sostener un peso de 30 kg
b) Asumiendo que el bíceps ejerce una fuerza máxima de 650 N, encontrar la distancia d
máxima a la cual se debe poner el objeto para sostener el objeto
Pablo Pozo Rosado. El tipo de trabajo muscular y su influencia en la función. Disponible en:
http://www.efdeportes.com/efd142/el-tipo-de-trabajo-muscular-y-su-influencia.
htm
3.5 Codo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
3.6 Hombro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
75
76 CAPÍTULO 3. BIOMECÁNICA ARTICULAR
Figura 3.1 Según el grado de movilidad, las articulaciones pueden clasificarse en: fijas, móviles y semimóviles.
Todas las diartrosis, poseen unos elementos comunes en su constitución (Figura 3.2):
Cavidad articular: situada entre los segmentos que forman la articulación y que se encuentra
recubierta de tejido fibroso, la cápsula articular, que mantiene unidos los segmentos articulares
entre sí.
Membrana sinovial : encargada de producir el líquido sinovial que actúa como lubricante arti-
cular.
Dispositivos especiales: es el único elemento que no está presente en todas las diartrosis.
Su existencia depende de las necesidades mecánicas articulares. Son estructuras dedicadas
a mejorar la congruencia y el reparto de fuerzas sobre la articulación: meniscos y rodetes
articulares . Suelen estar formados de fibrocartílago y presenta alta resistencia a la tracción y
a las fuerzas de compresión.
El diseño de los diferentes tipos de diartrosis (excepto en el caso de las artrodias o planas) hace
que los segmentos articulares no sean planos, esta característica ocasiona que la carga se acumule más
en las zonas de contacto entre las superficies, quedando las otras zonas en descarga. Esta sobrecarga
localizada en algunas regiones de la superficie articular representa una desventaja fisiológica para el
cartílago hialino. Para compensar esto, diferentes estructuras articulares (meniscos, rodetes, discos,
etc.) denominados dispositivos especiales, ayudan a homogeneizar la geometría de los elementos que
forman la unión articular, de manera que facilitan las funciones de movilidad y reparto de cargas.
Esta incongruencia fisiológica que presentan la mayoría de las superficies articulares facilita la
correcta absorción de cargas durante el apoyo (especialmente en la extremidad inferior), y una mayor
riqueza y amplitud de movimientos articulares (extremidad superior). La función mecánica de las
articulaciones, además de facilitar una mayor riqueza de movimientos al esqueleto, es la de transformar
las fuerzas de cizalla miento , fuerzas en dirección transversal lesivas para el aparato locomotor, en
fuerzas de tracción, que son soportadas por los tejidos blandos periarticulares (cápsula, ligamentos
y tendones) y en fuerzas de compresión que son absorbidas por el tejido óseo y el cartílago hialino
articular.
Cartílago articular
Histológicamente, el cartílago hialino está compuesto básicamente de agua en más del 60 % del
tejido. El 40 % restante lo constituyen las células, denominadas condrocitos, y la matriz extracelular
(condrina), formada por una sustancia amorfa y unos componentes fibrilares que se localizan en ella.
Los condrocitos, que le dan al cartílago articular las características mecánicas de la plasticidad y la
viscolelasticidad, se encuentran alojados en unas depresiones de la matriz (lagunas) en las que se
aloja normalmente más de un condrocito. La matriz extracelular o condrina, está formada por sustan-
cia fundamental, que es amorfa, contiene abundancia de ácido hialurónico, de glucoaminoglicanos
unidos a proteínas en forma de proteoglicanos, que mantienen la consistencia firme del cartílago,
glucoproteínas y abundancia de agua no libre sino unida a ellos, lo que confiere turgencia a la matriz.
Estas glicoproteinas hidratadas (en forma de gel) son el componente responsable de soportar las
fuerzas de compresión que llegan a la articulación. Los proteoglicanos unidos al ácido hialurónico y
a las fibrillas de colágeno que se encuentran en la propia matriz, forman redes tridimensionales.
Figura 3.3 El cartílago articular absorbe líquido sinovial con el fin de amortiguar las cargas. Con la compresión
del cartílago se vacía el líquido y con la descompresión, el cartílago se llena de líquido.
Figura 3.4 Expresión del agua durante los periodos iniciales de aplicación de la carga (azul) y acción de la
estructura de gel del cartílago en periodos prolongados de compresión (verde).
Figura 3.5 Variación de las propiedades mecánicas del cartílago en función de la edad.
Los cambios degenerativos del tejido hialino pueden aparecer desde que se adquiere la madurez del
esqueleto y aumentar de forma progresiva en severidad y extensión a lo largo de los años. Las fisuras
que se originan por solicitaciones excesivas únicas o repetidas pueden evolucionar a amplias heridas del
cartílago, produciendo pequeños agujeros que avanzan hasta producir fisuras. La reparación intrínseca
del cartílago puede estimularse si nuevas células o factores de crecimiento son introducidos, ya que
este tipo de sustancias son frecuentes en los tejidos hialinos jóvenes o en crecimiento pero no en los
tejidos maduros.
Lubricación articular
La fricción es a la resistencia generada entre dos cuerpos cuando uno se desliza encima del
otro se denomina fricción. Esta resistencia está generada por la adherencia que se produce entre las
superficies de los cuerpos opuestos entre sí. Debido a esta adhesión y la pequeña área de superficie
de cada pico o irregularidad que presentan las superficies, se producen unas fuerzas de cizallamiento
de gran magnitud entre los picos o irregularidades de las superficies en contacto, mientras que en las
zonas correspondientes a los "valles" de dichos "picos", la presión que se genera es mínima. Entre las
superficies articulares más o menos lisas, como es el caso del cartílago hialino, el grado de rugosidades
que presentan las carillas articulares no es el factor más importante para que se produzca esta fricción,
sino que es esencial el grado de interacción molecular o adhesión entre los "picos" (Figura 3.7).
Figura 3.7 Adherencia entre superficies: choque entre las rugosidades de los cartílagos hialinos de la articula-
ción al moverse uno sobre otro.
A muy bajas velocidades, la fricción tiende a ser relativamente más alta según los "picos" de las
superficies en contacto tiendan a adherirse más fuertemente. Según aumenta la velocidad, la resis-
tencia al movimiento (fricción) disminuye y se estabiliza. También la abrasión es una característica
de la fricción, se produce cuando una de las superficies articulares es más dura que la superficie por
la que se mueve (Figura 3.8).
Figura 3.8 Abrasión entre superficies: roce y desgaste del cartílago articular más blando.
Para evitar estas fuerzas de fricción que se crean cuando se moviliza una articulación, existe un
lubricante especial denominado líquido sinovial. El líquido sinovial es un fluido no Newtoniano1 , en el
1
Fluido cuya viscosidad varía con la temperatura y la tensión cortante que se le aplica.
que el fluido va a cambiar su viscosidad dependiendo del gradiente de velocidad. A mayor velocidad
del fluido (movimientos rápidos de la articulación) la viscosidad disminuye facilitando el movimiento
articular. Cuando los movimientos son lentos o no existen (estática articular) la viscosidad aumenta
impidiendo que las superficies articulares toquen entre sí directamente (permanece una capa de
fluido entre ambas). Existen diferentes formas de lubricación dependiendo de la forma de generarse
la misma. En el caso de las diartrosis, la articulación posee diferentes tipos de lubricación para evitar
su ausencia y por lo tanto la degeneración del cartílago:
Lubricación Límite o Frontera: el líquido sinovial recubre las superficies articulares impidiendo
la agregación o adhesión molecular de los "picos", existiendo contacto entre ambas superficies.
En el caso de las articulaciones humanas esto tiene lugar por la existencia de moléculas de
ácido hialurónico en el líquido sinovial que serían las responsables de recubrir las rugosidades
del cartílago e impedir la adhesión de las superficies.
Lubricación por Película de Fluido: no existe contacto entre las superficies articulares debido
a que se crea una capa de fluido a presión que actúa como amortiguador y separa las carillas
articulares.
Movimientos articulares
Las articulaciones se mueven de forma que los segmentos articulares no tienen ejes fijos de movimien-
to, sino trayectorias de ejes instantáneos de movimiento. El área donde se acumula mayor número
de estos ejes instantáneos de giro, es la zona donde se sitúa el supuesto eje de movimiento. Las
articulaciones se pueden clasificar teniendo en cuenta 6 tipos de movimientos: tres rotaciones sobre
los tres ejes del espacio y tres traslaciones sobre cada eje (3).
/Z
^ϭ
^Ϯ
CIR
S1=S2
CIR en infinito
Figura 3.11 Los tres tipos de movimiento de las superficies articulares humanas.
Pivote: posee 1 gdl, pronación-supinación. Ejemplo: las dos vértebras superiores y el codo
(radiocubital).
Deslizante o plana: no tiene eje de movimiento. Realiza pequeños deslizamientos limitados por
ligamentos. Ejemplo: la clavícula y algunas articulaciones del pie y la muñeca.
Además de describir el tipo de movimiento que realiza una articulación, las articulaciones se pueden
clasificar de diversas formas. En función del número de superficies articulares, se habla de simples
(dos superficies) o compuestas (más de dos).
Figura 3.12 Clasificación de las articulaciones móviles. 1: deslizante; 2: bisagra; 3: pivote; 4: en silla de montar;
5: esférica; 6: elipsoidal.
Columna vertebral
Las vértebras son huesos cortos que, unidos lo unos con lo otros forman en conjunto la columna
vertebral. La columna vertebral está situada en la línea media y en la parte posterior del cuerpo. Se
extiende desde la base de la cabeza, recorre el cuello, el tórax y el abdomen en su parte posterior y
termina en la pelvis o cadera. La columna vertebral está compuesta por 33 vértebras, agrupadas en
distintas regiones:
Lumbar: corresponde al abdomen y consta de cinco vértebras. Parte sacra que compone la
cadera y consta de cinco vértebras soladas entre sí, formado aparentemente un solo hueso
llamado el sacro.
Cóccix: es un vestigio evolutivo de cola, está formada por tres o cuatro vértebras rudimentarias.
Las vértebras protegen la médula espinal y le permiten mantenerse de pie e inclinarse. Además, es
el esqueleto axial, sosteniendo, por tanto, todo el peso corporal. Esta posible contradicción entre
la movilidad y soporte, se resuelve, si se piensa que dichos movimientos se producen por la suma
de los pequeños movimientos vertebrales. La columna presenta dos segmentos que son mucho más
movibles que los demás. El primer segmento es la columna cervical, que permite girar el cráneo para
obtener un mayor campo visual. El segundo segmento es el raquis lumbar, que acerca las manos al
suelo por ello, la flexión es el movimiento más amplio que se produce en la región lumbosacra. De
una manera global, la columna vertebral realiza movimientos de flexión, extensión, flexiones laterales
y rotaciones.
a b
Desde el punto de vista biomecánico, la columna presenta 3 curvaturas (cervical, dorsal y lumbar).
La presencia de estas curvaturas aumenta la resistencia de la columna a las fuerzas de comprensión.
La resistencia de una columna es proporcional al cuadrado del número de curvaturas más uno (R =
N 2 + 1). La curvatura sacra no parece tener una significación mecánica relevante en lo que al soporte
de cargas se refiere, por lo que R = 32 + 1 = 10 (Figura 3.14). Así, el raquis es diez veces más
resistente a una columna recta.
Figura 3.14 Relación entre las curvaturas de la columna (N) y su resistencia (R).
celular, por tanto, vivo y con su propio metabolismo. El disco intervertebral se une al cuerpo vertebral
por medio de una placa terminal (en la parte superior e inferior) formada por cartílago hialino.
El disco tiene dos funciones que pueden parecer contradictorias. Por su estructura anatómica
limita los movimientos vertebrales y a la vez los facilita. Las fibras del anillo fibroso presentan las
siguientes características: se encuentran fuertemente insertadas al cuerpo vertebral, mantienen una
continuidad con las fibras del ligamento vertebral común anterior, las láminas formados por las
propias fibras del anillo presentan una disposición en espiral con ángulos de 40 a 85o entre ellos
(Figura 3.17). Esta disposición anatómica del anillo permite limitar los movimientos vertebrales por
varios mecanismos. Las láminas actúan a modo de un muelle helicoidal, presentando un par de torsión
máximo.
a b
Figura 3.17 Composición del disco intervertebral: a) un anillo fibroso y b) núcleo pulposo.
las apófisis articulares inferiores de la vértebra superior se deslizan hacia arriba, produciéndose la
separación de las apófisis articulares de la vértebra inferior. En los movimientos de extensión las
apófisis articulares inferiores de la vértebra superior se encajan con las apófisis articulares de la
vértebra inferior, produciéndose el deslizamiento de las facetas articulares hacia abajo (Figura 3.18).
Además, estas articulaciones ayudan a soportar las tensiones de compresión, cizalladura y torsión
(Figura 3.19).
Figura 3.18 Posición de las articulaciones interapofisarias durante la flexión (izq.) y extensión (der.) de co-
lumna.
Figura 3.19 Las articulaciones interapofisarias ayudan a limitar los movimientos producidos por compresión,
cizallamiento y torsión.
Articulaciones vertebrales. Por las caras contiguas de los cuerpos vertebrales contiguos. Medios
de unión. Por ligamento interóseo y periféricos (contiene al ligamento vertebral común anterior
y posterior).
3.4.3. Cinemática
La espalda puede realizar un gran número de movimientos, debido a que está formada por multitud
de piezas rígidas superpuestas unidas por elementos elásticos, que le permiten moverse en cualquiera
de los tres ejes del espacio. Los movimientos básicos de la espalda son: flexión, extensión, inclinación
y rotación. Cada uno implica la participación de estructuras diferentes, que facilitan, controlan y
limitan el movimiento. Cada segmento vertebral posee unas cualidades biomecánicas específicas.
Los movimientos de la columna lumbar se producen por la suma de aquellos que ocurren en cada
unidad funcional. Los ligamentos tienen como misión limitarlos y los músculos efectuarlos.
La unidad funcional presenta biomecánicamente dos estructuras que actúan sinérgicamente en
todos los movimientos. Se trata de las articulaciones facetarias y del disco intervertebral. La dege-
neración de uno de ellos produce la alteración del otro.
En general, la flexión de la columna es el movimiento más amplio y el que produce un mayor
daño potencial al disco intervertebral.Se describen los movimientos, las acciones y las limitaciones
más importantes en cada uno de los segmentos: cervical, dorsal y lumbar.
Flexión: la flexión produce un empuje sobre el Núcleo Pulposo hacia atrás. Está limitada por la
tensión de los ligamentos Amarillo, Vertebral Común Posterior, Interespinoso y Supraespinoso,
además de por la apertura de los ángulos torácicos.
Extensión: desplaza el Núcleo Pulposo hacia delante. Está limitada por la tensión del Ligamento
Vertebral Común Anterior, el choque Óseo de las Apófisis Articulares y las Apófisis Espinosas
y el cierre de los ángulos torácicos.
Rotación: la rotación de este segmento es la única que se produce de manera pura. Este
movimiento se limita por la tensión de las costillas del segmento en el que se realice la rotación.
En el segmento que se acerca al esternón se produce una limitación debida a la tensión del cartílago
costal que se comprime contra el esternón en un movimiento rotatorio casi lineal. En el segmento
que se aleja del esternón, se produce la limitación por simple tensión ósea, dado que el movimiento
comprime la cabeza y el cuello de la costilla con su inserción en la vértebra dorsal, hecho que
está limitado a la tensión que pueda soportar la costilla de manera elástica. El movimiento de
rotación considerado en un solo segmento está muy limitado, pero si se tiene en cuenta que los
grados de movimiento se van sumando, al final se obtienen unas buenas amplitudes articulares en el
segmento dorsal. Esto es así porque es un segmento que soporta el peso de toda la mitad superior
del cuerpo a la vez que da soporte motor al miembro superior y tronco, por lo que necesita de
sectores superpuestos entre sí que tengan poca movilidad y elevada resistencia intrínseca con una
gran facultad para interaccionar y sumar acciones, de manera que se gana en amplitud sin merma
alguna en la movilidad y estabilidad del tronco.
La extensión es un movimiento bastante limitado, habida cuenta de que nos hayamos en un nivel
bastante bajo de la columna y es preciso una resistencia y limitación a los movimientos mayor que
en segmentos superiores. La columna lumbar es básicamente una estructura de carga y reparto de
presiones con una serie de características importantes, resumidas a continuación.
Flexión: limitada por la tensión de los Ligamentos Vertebral Común Posterior, Ligamento
Amarillo y el Ligamento Interespinoso, que al ser el que más se estira, es el principal limitador
de este movimiento. Este movimiento desplaza el Núcleo Pulposo hacia atrás.
Extensión: movimiento bastante limitado en este nivel del raquis, debido a la tensión del
Ligamento Vertebral Común Anterior, Choque de apófisis articulares y apófisis espinosas. El
núcleo pulposo se desplaza hacia delante.
Inclinación: se limita por la tensión de los ligamentos de la convexidad, sobre todo los ligamentos
amarillos e intertransversos.
Durante la flexo-extensión, cada vértebra sufre un movimiento giratorio con respecto a la vértebra
inferior. Al no ser un movimiento puro, no existe un único centro de rotación, por lo que se habla de
centros instantáneos de rotación, CIR (Figura 3.20).
3.4.4. Cinética
La estructura del cuerpo vertebral se encuentra constituida de tal forma que con la menor masa
ósea posible tiene la mayor resistencia a las fuerzas de compresión. La rotura o aplastamiento se
producen con fuerzas de 153 a 300kPa para algunos autores, mientras que para otros estas cifras
son mucho más altas (400 a 918 kPa). Estos datos tienen dos lecturas. La estructura fisiológica
más preparada para soportar fuerzas de compresión es sin duda el disco intervertebral. En muchas
fracturas por aplastamiento del cuerpo vertebral no hay lesión evidente del disco intervertebral, al
resistir la fuerza compresiva.
Las presiones intradiscales son la respuesta parcial a las fuerzas de compresión que inciden sobre
el disco intervertebral. Los estudios realizados en voluntarios resultan diferentes a los efectuados en
cadáveres. En estos últimos, toda la magnitud de la fuerza de compresión se transmite íntegramente
al disco, produciéndose una relación directamente proporcional con la presión intradiscal. En el ser
vivo no ocurre de esta forma, ya que existen estructuras que absorben parcialmente la fuerza de
compresión que se ejerce sobre el disco: como se puede suponer, son los ligamentos, articulaciones
interapofisarias y músculos.
La presión intradiscal varía con la posición de la columna, siendo mucho más importante a nivel
de la región lumbar, ya que soporta parte del peso corporal. En un estudio experimental, se efectuó
su medición consideran do dos variables. La situación del individuo, si se encontraba en bipedestación
o sentado, y la posición de la columna lumbar. Estas mediciones se llevaron a cabo en el tercer disco
lumbar, por lo cual la presión a nivel del cuarto y quinto discos tiene que ser ligeramente superior.
Se comprobó que la posición en bipedestación y relajado es la que presenta una presión menor,
de unos 270 kPa. Por su puesto, la menor presión se produce en el decúbito, pero no es una situación
normal si exceptuamos algunas horas de descanso nocturno. Esta presión ascendía hasta seis veces
este valor cuando desde la bipedestación se flexiona la columna y se alza un peso de 8 kg, llegando
entonces hasta los 1620 kPa.
En el caso del disco degenerativo, el material gelatinoso interno puede protruir hacia afuera y
ejercer presión contra el anillo fibroso. Esto puede estimular a los receptores del dolor, lo que, a
su vez, ocasiona dolor. Las grietas o desgarros que se desarrollan dentro del anillo fibroso también
pueden ser causa de dolor. El dolor de espalda ocasionado por el disco intervertebral muchas veces
se conoce como dolor de tipo discogénico. El propósito y la ventaja del remplazo de disco artificial
es remplazar el disco desgastado y, al mismo tiempo, preservar el movimiento del segmento vertebral
operado. Esto tiene el potencial no sólo de tratar el dolor de espalda subyacente, sino también de
proteger a los pacientes del desarrollo de problemas en los niveles vertebrales adyacentes.
El disco artificial es un dispositivo mecánico (Figura 3.22) que se implanta entre dos vértebras
para substituir el disco normal e imitar las funciones del mismo (soportar la carga y permitir el
movimiento). Hay varios tipos de prótesis de disco intervertebral, pero se clasifican en dos tipos: la
prótesis total de disco y la prótesis de núcleo pulposo. El primero supone la substitución de todos
los componentes del disco, mientras que en el segundo sólo se re-emplaza el núcleo pulposo, pero el
anillo se conserva.
La prótesis total de disco está formada por acero al cromo-cobalto y en algunos de ellos existe
una pieza intermedia de plástico (Figura 3.23). Estos materiales han sido implantados en otras
articulaciones desde hace más de 80 años y no existen dudas respecto a que el organismo los tolere.
Constan de una pieza que se agarra a la vértebra superior y otra que lo hace a la vértebra inferior.
Algunos dispositivos disponen de una tercera pieza, generalmente de un plástico duro, que queda
interpuesta entre las otras dos anteriores. El movimiento de unas piezas sobre las otras intenta
remedar el movimiento permitido por el disco intervertebral normal.
Las prótesis del núcleo pulposo están hechas de diversos materiales plásticos capaces de retener
agua, tales como el hidrogel (Figura 3.24). Este material posee la capacidad de hincharse al absorber
agua, con lo cual remeda la función del disco intervertebral normal.
Codo
El codo es una articulación en bisagra/pivote formada por el extremo proximal del cúbito (o ulna)
y del radio y el extremo distal del húmero. El codo, al igual que la rodilla, no es una sola articulación.
En realidad el complejo del codo está formado por tres articulaciones (Figura 3.25):
Cubito-humeral (o cubitohumeral)
Radio-humeral
Funcionalmente el codo es una sola articulación, ya que todo esta envuelto por una capsula
articular (Figura 3.26).
Los ejes longitudinales del humero y el antebrazo, en extensión, forman un ángulo llamado ángulo
de carga que varía de 0-20o . Este ángulo se considera como un valgo fisiológico.
3.5.1. Cinemática
El codo posee una compleja anatomía ósea que permite movimientos en dos planos (Figura 3.27):
a b c
Figura 3.25 a) El codo está formado por el extremo proximal del del radio y el cúbito (o ulna) y el extremo
distal del húmero. b) La tróclea del húmero está cubierta de cartílago hialino (300o ) para articular
con el cubito (150o ). c) El cóndilo humeral recubierto de cartílago hialino articulando con el radio.
La mayoría de las actividades de la vida diaria son realizadas a través de un arco funcional de 100o
de flexión y 50o de prono-supinación.
Los CIR del codo se encuentran en la tróclea humeral, recorriendo un área de 2.5mm x 7.8mm
(Figura 3.28).
3.5.2. Cinética
El codo es una articulación inherentemente estable debido a la forma congruente de las superficies
articulares. Para estabilizarla, existen estabilizadores estáticos y dinámicos.
Ligamentos :
Figura 3.26 El codo está recubierto por una cápsula articular. Vista anterior (izq.) y posterior (der.).
a b
Figura 3.27 El codo puede realizar movimientos en dos planos. a) Flexión-extensión en el plano sagital y b)
pronación-supinación en un plano perpendicular al eje longitudinal del radio y del cúbito.
Figura 3.28 Durante la flexo-extensión de codo, el CIR varía, abarcando un área de 2.5mm x 7.8mm.
Hombro
El complejo del hombro está compuesto de la escápula, clavícula, humero y las articulaciones que
unen estos huesos a una identidad funcional. Estos componentes constituyen 1/2 de la masa corporal
de los miembros superiores. El complejo del hombro esta conectado al esqueleto axial por una sola
articulación anatómica (la esterno-clavicular, EC) y está suspendido por músculos que sirven como
el mecanismo primario para asegurar la faja del hombro al resto del cuerpo.
Figura 3.29 La prótesis de codo remplaza el extremo proximal del cúbito (o ulna) y el extremo distal del
húmero. La articulación entre estos dos huesos sigue siendo de tipo pivote.
Las dos superficies articulares tienen tendencia esférica con pequeñas desviaciones (1 % de la
curva de su superficie o su radio de curvatura). Las superficies de encaje son bastante congruentes
con un radio de 3 mm de diferencia permitiendo una gran movilidad sin proveer una estabilidad real.
Además, las áreas de las superficies articulares son bastante diferentes la una de la otra: mientras que
la cabeza de húmero es aproximadamente la mitad de una esfera, la superficie de la fosa glenoidea
es menor de 1/2 de aquella de la cabeza humeral. Entonces, la estabilidad de esta articulación está
dada por las estructuras no óseas y debido a lo anterior sus movimientos articulares son básicamente
rotacionales y en sus movimientos de superficie sobre superficie son de deslizamiento.
Figura 3.33 La articulación esternoclavicular está estabilizada por los ligamentos interclavicular, esternocla-
vicular y costoclavicular.
y la diversidad de movimientos entre el brazo y el tronco. Además, esta articulación EC cumple una
función de absorción de choque protegiendo el hombro en caídas y posturas del brazo.
Figura 3.34 La articulación escapulotorácica es una seudo-articulación ya que es una unión hueso-músculo-
hueso.
3.6.5. Cinemática
3.6.5.1. Ritmo escápulo-humeral
Mantener la fosa glenoidea en una posición óptima para recibir la cabeza del húmero incre-
mentando la congruencia articular mientras de disminuye las fuerzas de cizallamiento
Permitir que los músculos actúen sobre el húmero para mantener una buena longitud de tensión
y prevenir una insuficiencia de los músculos GH
Durante el movimiento, sin importar el plano, se presentan diferentes centros de rotación. Durante
la abducción del hombro, la articulación glenohumeral presenta rotación, rodamiento y traslación. Es
posible determinar la trayectoria de los CIR tomando radiografías en diferentes grados de abducción
(Figura 3.36a).
El procedimiento de determinación de los CIR consiste en: tomar las imágenes 1 y 2 y determinar
el primer CIR (Figura 3.36b). Luego, tomar las imágenes 2 y 3 y encontrar el nuevo CIR. Se continúa
el proceso con los pares de imágenes sucesivos, hasta tener una imagen con la trayectoria de todos
los CIR (Figura 3.37).
Figura 3.36 a) Radiografías en el plano sagital durante la abducción de hombro sobre las cuales se determinan
los centros instantáneos de rotación, tal como se muestra en b).
Figura 3.37 Posición de los centros instantáneos de rotación en el hombro durante una abducción.
3.6.5.2. Estabilidad
La estabilidad del complejo el hombro está dada por diferentes estructuras que garantizan su
estabilidad:
a b
Figura 3.38 Limitantes estáticos del hombro: a) cápsula articular y b) ligamentos glenohumerales.
3.6.6. Cinética
Las fuerzas que soporta el hombro, específicamente en la articulación GH, se pueden descomponer
en dos: fuerza de compresión y fuerza de cizallamiento (Figura 3.39).
Figura 3.39 La fuerza estabilizadora en el hombro puede descomponerse en una componente horizontal de
compresión y una componente vertical de cizallamiento.
Además, el manguito rotador o de los rotadores, ejerce una importante acción de estabilización
de la cabeza humeral (Figura 3.40): en la abducción del hombro, la tracción del deltoides se aproxima
a la del supraespinoso, sumando sus acciones (Figura 3.41) para elevar el brazo y produciendo como
resultado una fuerza de reacción articular.
Si se pierde la acción del manguito de los rotadores, predominaría la fuerza cizallante sobre la de
compresión, desestabilizando así la articulación (Figura 3.42).
Figura 3.41 La abducción de hombro es realizada por el deltoides (D) en los primeros 30o , luego comienza a
intervenir el músculo supraespinoso (S) sumando sus acciones y aumentando la fuerza de reacción
articular (JRF).
Un modelo idéntico al anterior, pero con soporte metálico, que se utiliza en sujetos jóvenes o
cuando la cavidad glenoidea está muy destruida.
Un tercer modelo, en el que son mayores las dimensiones, para los casos en los que existe una
importante destrucción del manguito de los rotadores
a b c
Figura 3.43 La prótesis de hombro puede ser a) parcial, b) total o c) total invertida. La prótesis invertida
tiene la concavidad en el componente del húmero y la convexidad en la cavidad glenoidea.
Dentro de las prótesis totales de hombro se pueden establecer diferentes tipos según el grado
de congruencia entre la cabeza humeral y la cavidad glenoidea: Congruentes, semicongruentes e
incongruentes:
Los modelos semicongruentes presentan un mayor recubrimiento del componente humeral con
el fin de aumentar la estabilidad articular, y evitar la migración superior del componente hu-
meral por lo que se reserva principalmente para pacientes con disfunción del manguito de los
rotadores. Siguen presentando grandes solicitaciones sobre el componente glenoideo, por lo que
son frecuentes los aflojamientos.
Además, las prótesis totales pueden ser invertidas: el componente convexo se encuentra en la cavidad
glenoidea y el componente cóncavo en la cabeza del húmero. Estas prótesis invertidas, presentan la
ventaja de ubicar el centro de rotación de la articulación más lejos del músculo comparado a la
articulación sana o con prótesis normal. De esta manera, el brazo de palanca del deltoides se ve
aumentado y, por ende, también aumentará el torque generado por este músculo (Figura 3.44).
Figura 3.44 La prótesis de hombro invertida aleja el centro de rotación de la línea de acción del músculo,
favoreciendo el torque ejercido por el músculo.
La rodilla, está compuesta por el extremo distal del fémur, el extremo proximal de la tibia y la
rótula (Figura 3.45). Esta articulación se puede dividir en dos: femorotibial y patelofemoral. Además,
existen dos estructuras llamadas meniscos, formadas por cartílago fibroso, las cuales absorben las
cargas de compresión axial en la rodilla. Son dos: uno medial y otro lateral, y se sitúan en el meseta
o platillo tibia (Figura 3.46).
La articulación de femorotibial, compuesta por dos cóndilos asimétricos que articulan sobre dos
superficies tibiales también asimétricas, tiene un funcionamiento particular y propio difícil de en-
tender. Sin embargo, es posible describir los puntos de contactos durante la flexión. En ambos
compartimientos, medial y lateral, el cóndilo femoral rueda hacia atrás sobre el platillo tibial desde
0 hasta 30o . Entre 30 y 90o , el cóndilo lateral se desplaza significativamente al punto más posterior
del menisco lateral, mientras el cóndilo medial se mueve muy poco, alcanzando un poco más de la
mitad del platillo tibial en la dirección antero-posterior (Figura 3.47).
3.7.1. Cinemática
En el movimiento de flexión y extensión, se acompaña de un movimiento de deslizamiento del
fémur sobre la tibia. Debido a esto, el eje de rotación cambia constantemente, con lo que se presentan
varios CIR que describen una trayectoria semicircular sobre el cóndilo femoral (Figura 3.48).
Figura 3.45 Articulación de la rodilla compuesta por los huesos tibia, fémur y rótula (o patela). Además,
posee un par de meniscos sobre la tibia que articulan con el cartílago articular de los cóndilos
femorales.
a b
Figura 3.46 a) Los meniscos son dos estructuras semilunares que se encuentran el meseta tibial. b) Sobre
estas estructuras, se encuentran adheridos los ligamentos cruzados anterior y posterior.
A lo largo del tiempo se han presentando distintos modelos de cinemática de la rodilla basándose
en la premisa de la descripción de la movilidad articular relativa entre dos cuerpos rígidos unidos por
la articulación a estudiar. Estos modelos han ido evolucionando desde el movimiento en dos planos
(o dos grados de libertad) hasta los más recientes en seis planos (o seis grados de libertad).
Modelo de bisagra
La movilidad se caracteriza por la rotación sobre un eje único situado entre el miembro fijo; esta
rotación es la flexión de la rodilla. El modelo se basa en sólo dos planos (Figura 3.49).
Figura 3.47 Diagrama del platillo tibial en el cual se observa el patrón de contacto desde 0 hasta 90o de
flexión.
Figura 3.48 El centro instantáneo de rotación de la rodilla varía de manera circular sobre el cóndilo femoral,
debido a los movimientos combinados de rodamiento, deslizamiento y rotación.
Figura 3.49 Modelo en bisagra: la articulación se desplaza en torno a un ángulo desde el punto de referencia.
Figura 3.50 Modelo esquemático de la teoría de las cuatro barras en donde se puede observar el desplaza-
miento posterior del fémur con la flexión.
uno en relación del otro, o la traslación de puntos específicos de dos miembros uno en relación
del otro. No se asumen limitaciones entre la movilidad de los dos cuerpos. Se pueden diferenciar 3
desplazamientos rotacionales:
Y 3 traslaciones:
Medio-lateral sobre un eje medio lateral que conecta los puntos más distales de los cóndilos
femorales.
Antero-posterior sobre un eje antero-posterior con respecto a la tibia. Este movimiento ocurre
cuando el fémur se traslada anteroposteriormente sobre las superficies articulares de la tibia
durante la flexo-extensión. Este eje rota con la flexión de la tibia para mantenerse perpendicular
al eje longitudinal de la misma, o sea, paralelo a la superficie articular.
Figura 3.51 Representación del modelo de rodilla de 6 grados de libertad mostrando los ejes que sirven como
centros de rotación.
3.7.2. Cinética
Se estudian los ejes tanto anatómicos como mecánicos, relacionándolos con los ángulos y fuerzas
que actúan en reposo sobre la rodilla. La rodilla sin movimiento está sometida a una serie de fuerzas
resultado del mismo peso del cuerpo y de la gravedad:
Desviaciones varizantes: distancia existente entre el eje de gravedad del miembro inferior y
el centro de la rodilla medida en milímetros y suele oscilar alrededor de los 45 mm. El des-
plazamiento en varo de la rodilla de aproximadamente 170o al relacionar los ejes anatómicos
femoro-tibiales en apoyo bipodal.
Compresión frontal: se presenta una resultante (R) de dos fuerzas; el peso corporal y la acción
muscular.
Cizallamiento articular: corresponde a la fuerza que se produce a través del apoyo de los cóndilos
femorales sobre los platillos tibiales. El sobrepasar sus límites provoca lesiones cartilaginosas y
meniscales.
Cizallamiento frontal: corresponde a la carga de los cóndilos femorales por la morfología diafi-
saria del mismo fémur.
3. Permite la transmisión, sin pérdida por fricción de la fuerza del cuádriceps en flexión.
a b
Figura 3.52 La rótula provee una ventaja mecánica al tendón del cuádriceps al aumentar el brazo de palanca
del mismo. b) En ausencia de la rótula, la fuerza que debe ejercer el músculo cuádriceps sería
mucho mayor.
3.8.1. Cinemática
Durante la flexión, la rótula hace un movimiento de rodamiento/deslizamiento. El movimiento
de deslizamiento es horario, mientras que el movimiento de rodamiento es anti-horario entre 0-90o y
horario entre 90o -120o .
Diversos métodos han sido utilizados para explicar el movimiento patelar.
Rótula como polea: considera la tensión del tendón cuadricipital igual a la del rotuliano.
Rótula como leva: las dos tensiones son distintas siendo mayor la del cuadriceps. Se ajusta más
a la realidad.
Modelo triplanar
Basado en 3 planos del espacio (3 grados de libertad) es uno de los más difundidos. Durante la
flexo-extensión la rótula recorre una distancia de 7 cm. En la extensión completa la carga rotuliana
es nula y aumenta progresivamente con la flexión. Su fundamento radica en los estudios cinéticos, es
decir, se da una medialización acompañada de una báscula interna entre 0 y 45o de la rótula durante
la flexión.
a b
Figura 3.53 a) El ángulo Q se define como el ángulo formado por el eje del fémur y la línea que une el centro
de la rótula con la tuberosidad tibial. Este ángulo es de gran importancia en la comprensión de
la biomecánica de la rodilla. b) Debido al ancho de la pelvis, en las mujeres este ángulo es mayor
que en los hombre.
Figura 3.55 Representación de la variación de las zonas de contacto de la patela con el fémur en función del
ángulo de flexión de la rodilla.
El tendón rotuliano presenta una inclinación hacia delante con respecto al eje tibial. Disminuye
con la flexión y a 75o se hace posterior.
El tendón del cuadriceps con respecto al eje femoral disminuye ligeramente de 0 a 65o , pero
entorno a estos 65o inicia un giro en torno a los cóndilos femorales dejando el ángulo Q a 0o .
Posiblemente con el triplanar sea el modelo más difundido. Determina las áreas de contacto femo-
ropatelares por los siguientes factores: la geometría de las superficies articulares, la cinemática de las
mismas (congruencia articular en este caso), las cargas aplicadas, y el comportamiento viscoelástico
de los materiales sometidos. Aunque la superficie no articular de la rótula sea tan sólo del 25 % (zona
por donde recibe el aporte sanguíneo), la rótula no contacta por completo con el fémur nunca.De 0
a 90o el contacto articular se realiza con el polo inferior de la rótula en base fundamental al margen
externo patelar sin contacto interno; esto provoca que este momento de flexión se denomine “faceta
impar”. A partir de 90o el tendón cuadricipital inicia su contacto con la tróclea femoral, pasando el
contacto patelar a un apoyo superior. En 135o de flexión la rótula abandona las facetas articulares y
se desplaza hacia los cóndilos femorales quedando el contacto a expensas del tendón del cuadriceps.
Al mismo tiempo se produce un fenómeno de báscula por el cual la “faceta impar” pasa a ser la cara
interna y toma contacto con el cóndilo femoral interno (Figura 3.55).
Se basan en la movilidad patelar respecto a un eje sobre un cuerpo fijo. Se usa la referencia de
la patela, sobre un eje en un cuerpo fijo (Figura 3.56). A su vez este eje es el principal problema de
aplicación de este método. Lo podemos considerar respecto a la rótula o sobre el fémur.
Otro modelo define el movimiento patelar en términos de ejes fijos sobre fémur y rótula. Establece
una representación sobre tres cilindros con los ejes de traslación y rotación coincidentes. El primer
cilindro o eje lo determina entre la línea epicondilar, el segundo alrededor del eje largo de la rótula
Figura 3.56 Movilidad rotuliana con el sistema de 6 grados de libertad centrado en la rótula. Movilidad
rotuliana con el sistema de 6 grados de libertad centrado en el fémur.
y el tercero es un eje flotante perpendicular al femoral y al rotuliano y del cual depende la rotación.
Como conclusión, se redefinen los movimientos patelares como sigue:
Traslación (“shift”): movimiento medial o lateral del centro de la rótula sobre un eje medio-
lateral sobre el fémur.
Rotación: es la posición angular de la rótula sobre un eje paralelo a su propio eje antero-
posterior, unido al eje femoral y al patelar por el sistema de los tres cilindros. La rotación
lateral de la sensación de abducción en la movilidad femoro-tibial.
3.8.2. Cinética
La patela es sometida a una serie de fuerzas que actúan principalmente en la flexo-extensión de
la rodilla y que tienen implicación en las alteraciones degenerativas de la rodilla. Estas fuerzas son:
Fuerzas de compresión en el plano sagital: son fuerzas que sujetan la rótula contra el fémur
resultantes de las fuerzas del tendón rotuliano y del cuadriceps, mayores en flexión (Figura
3.57)
Figura 3.57 Con la flexión de rodilla aumenta la fuerza necesaria para mantener la posición balanceada y la
fuerza de compresión (FC). La fuerza de contacto puede ser de 1500N con un ángulo de flexión
de 20o , y pasa a 4600N en 90o .
Cadera
a b
Figura 3.58 La prótesis de rodilla puede ser a) total o b) parcial. La prótesis total remplaza ambos cóndilos
femorales mientras que la parcial o monocompartimental, remplaza únicamente uno de los lados,
medial o lateral.
a b
es más corto, se aumenta la efectividad del abductor, se reduce la carga en la cabeza femoral y se
incrementa la carga en el cuello femoral (Figura 3.60a). El caso contrario, cuando el ángulo es mayor
a 125o , se llama coxa valga. En este caso el miembro es más largo, se disminuye la efectividad del
abductor, aumenta la carga en la cabeza femoral y se reduce la carga en el cuello femoral (Figura
3.60b).
3.9.1. Cinemática
La articulación coxofemoral es una enartrosis de coaptación muy firme. Posee una menor amplitud
de movimientos en relación con la articulación escapulohumeral, pero posee una estabilidad mayor.
a b
Figura 3.60 Ángulos modificados en el cuello del fémur con respecto a un ángulo normal de 125o : a) coxa
vara y b) coxa valga.
Flexión: la flexión de la cadera es el movimiento que lleva la cara anterior del muslo al encuentro
del tronco. La flexión de la rodilla, al relajar los músculos isquiotibiales, permite una flexión
mayor de la cadera. La flexión pocas veces es pura, ya que siempre va unida a una rotación
externa o interna o abducción- aducción.
Extensión: la extensión conduce al miembro inferior por detrás del plano frontal. La amplitud
de la extensión de la cadera es mucho mas reducida que la de la flexión ya que se halla limitada
por la tensión que desarrolla el ligamento iliofemoral.
Figura 3.62 Al ser una articulación esférica sin grados de libertad traslacionales, la cadera presenta un único
centro de rotación, ubicado aproximadamente en el centro de la cabeza femoral.
3.9.2. Cinética
Los músculos que realizan la fuerza de contracción para generar los movimientos se presentan a
continuación. Es importante mencionar que en la cara anterior de la articulación, los músculos son
poco numerosos, pero los ligamentos son muy potentes, por el contrario, en la cara posterior hay un
predominio muscular notable.
Músculos flexores de la cadera: psoas ilíaco (es el mas importante), sartorio, recto anterior y
tensor de la fascia lata.
Músculos extensores de la cadera: glúteo mayor (es el mas importante) y los músculos isquioti-
biales (grupo accesorio). En la marcha normal, la extensión corre a cargo de los isquiotibiales.
Esto no sucede al correr, saltar, caminar cuesta arriba, movimientos donde el glúteo mayor es
indispensable y desempeña un papel fundamental.
Músculos rotadores internos de la cadera: no existe ninguno como tal. Esta función la desem-
peñan el tensor de la fascia lata glúteo menos (rotador interno en casi su totalidad) y el glúteo
mediano.
La cadera soporta aproximadamente el 70 % peso del cuerpo (peso del tronco, la cabeza y las
extremidades superiores). El 30 % restante corresponde al peso de las extremidades inferiores. En
1980, el alemán Frederick Pauwels mostró a través de la Balanza de Pauwels, cómo se calculan
las fuerzas que actúan sobre la cabeza femoral. Cuando una persona se apoya sobre un solo pie,
todo el peso del cuerpo se va a transmitir a través de la articulación coxo-femoral de ese lado. Esta
articulación constituirá por lo tanto el punto de apoyo de una balanza imaginaria en la que por una
parte la resistencia la constituye el peso del cuerpo, y por la otra, la potencia necesaria para evitar
que ese peso caiga, realizada por el glúteo mediano. Si queremos calcular la carga que soporta ese
punto de apoyo, se debe usar la formula:
X
F = P otencia + Resistencia − Reacción.articular (3.1)
La resistencia es el peso del cuerpo (P). La potencia se calcula por la ley de la palanca: "la
potencia por su brazo es igual a la resistencia por el suyo". La resistencia debida al peso (P) se
efectúa a partir del centro de gravedad, que está desplazado hacia la línea media, el punto de apoyo
es la articulación, y la potencia (M) se efectúa a partir del trocánter mayor. Midiendo las distancias,
se ve que el brazo de la resistencia (BR) es 3 veces más largo que el de la potencia (BP) (Figura
3.63). Luego, se tiene que:
P × BR P × 3BP
M= = = 3P (3.2)
BP BP
Sustituyendo en la Ecuación 3.1:
Reacción.articular = P + 3P = 4P (3.3)
Es decir que la articulación soporta una carga que en sujetos anatómicamente normales es apro-
ximadamente de 4 veces el propio peso. Por ejemplo, una persona de 80 Kg soportaría unos 320 Kg
en el apoyo monopodal en reposo.
A pesar de ser una teoría muy difundida en el medio científico, algunos autores critican su validez.
Sin embargo, esta teoría clásica es muy útil como aproximación de la cinética de la articulación de
la cadera.
a b
Debido a que la cavidad cotiloidea es una hemiesfera, la unión con la cabeza femoral no será
suficientemente congruente, para que el acoplamiento sea perfecto, no existe pues lo que se deno-
mina en mecánica un par de acoplamiento. Esto se soluciona mediante el reborde cotiloideo, que
proporciona mayor profundidad al cotilo y la zona orbicular de la capsula, que ciñe el cuello. Estas
dos formaciones van a crear el par de acoplamiento.
Figura 3.65 El voladizo femoral se representa por la distancia perpendicular "A" del centro de la cabeza
femoral al eje largo del fémur. El ángulo cérvico-diafisario se representa por el ángulo "B" que
forman el eje largo del cuello femoral y el eje largo de la diáfisis femoral.
a b
Figura 3.66 a) Radiografía de un hombre 67 años con artrosis severa de la cadera derecha y b ) seguimiento
de una prótesis total de cadera con un componente femoral de voladizo alto, el centro de la
articulación ha sido desplazado medialmente coincidente con un aumento en el brazo de palanca
del abductor (A *) y una reducción de la carga (fuerza reactiva) en la articulación.
Aflojamiento de la prótesis.
Figura 3.67 Comparación entre una prótesis total de cadera normal (izq.) y una de doble movilidad (der.).
el sistema debe recorrer para luxarse, no es como en los sistemas clásicos, el radio de la cabeza, sino
el radio del inserto. De la misma manera la amplitud de movimientos es máxima (Figura 3.67), pues
su funcionamiento no está limitado por restricciones geométricas y es por tanto el más parecido al
natural.
a) Anterior y posterior
b) Derecha e izquierda
c) Lateral y medial
d) Superior o inferior
e) Ninguna de las anteriores
a) Anterior y posterior
b) Lateral y medial
c) Superior e inferior
d) Ninguna de las anteriores
5. Cuáles son los movimientos que realiza la articulación de la cadera. Dibújelos en un plano y
dibuje el eje de referencia para los movimientos.
8. ¿Qué son los meniscos y qué función cumplen? ¿Cómo se comportan en los movimientos de la
rodilla?
10. ¿Cuáles son los movimientos de la articulación escápulo-humeral? ¿En qué plano ocurre el
movimiento?
11. Describa los extremos óseos que se ponen en relación en la articulación del codo.
12. Señale cuál de los siguientes tipos de movimiento articular corresponde a la situación en que
puntos contiguos del primer cuerpo se sitúan frente a puntos contiguos situados a la misma
distancia, de un segundo cuerpo:
a) Rotación
b) Rodamiento
c) Deslizamiento
d) Giro
e) Flexión
a) 1
b) 2
c) 3
d) 4
e) 5
a) 1
b) 2
c) 3
d) 4
e) 5
15. Los elementos óseos que conforman la articulación del codo son:
a) Extremos proximal del húmero, proximal del radio y proximal del cúbito
b) Extremos proximal del húmero, distal del radio y distal del cúbito
c) Extremos distal del húmero, proximal del radio y proximal del cúbito
d) Extremos proximal del húmero, distal del radio y distal del cúbito
e) Extremos distal del húmero, distal del radio y distal del cúbito
17. Con respecto a los movimientos que puede realizar el codo, esta articulación posee:
19. La articulación glenohumeral es la más importante del hombro. Se dice que ésta:
a) Los músculos
b) La cápsula y los ligamentos
c) El líquido articular
d) El sistema nervioso
e) La presión intra-articular negativa
a) Los músculos
b) La cápsula y los ligamentos
c) El líquido articular
d) El sistema nervioso
e) La presión intra-articular negativa
23. Las vértebras poseen un mecanismo de adaptación. Debido a esto, las vértebras que poseen
mayor volumen y área son:
24. El núcleo pulposo del disco intervertebral permite una distribución y transformación de esfuer-
zos. Este permite:
26. Ante un esfuerzo muy grande en la columna que pueda causar daño de las estructuras:
29. El patrón trabecular del cuerpo de una vértebra que soporta cargas principalmente axiales,
será:
30. Si en lugar de tener tres curvas mayores, la columna vertebral tuviera cuatro curvas, su resis-
tencia a la compresión sería mayor que si fuera recta:
a) 4 veces
b) 10 veces
c) 17 veces
d) 20 veces
e) 16 veces
31. El conjunto vértebra - disco – vértebra, se comporta mecánicamente como una palanca de:
a) Primer Género
b) Segundo Género
c) Tercer Género
d) Cuarto Género
e) No se comporta como una palanca
Reduca (Enfermería, Fisioterapia y Podología) Serie Biomecánica clínica. 2 (3): 14 - 31, 2010
ISSN: 1989 - 5305
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Prótesis discales, cervicales y lumbares. clínica Neuros. Neurocirugía. Disponible en: http:
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135
136 CAPÍTULO 4. MOVIMIENTOS ROTACIONALES Y EQUILIBRIO
Antropometría
Consiste en la medición de longitudes, diámetros, masas, posición del CG del cuerpo humano.
Figura 4.1 El centro de gravedad es el punto medio del peso. Desplazando los segmentos corporales se puede
arrastrar la posición del centro de gravedad e incluso sacarlo del cuerpo.
Relacionado con el CG está lo que se llama “línea de gravedad” que es la línea vertical que pasa
por el CG. Es útil porque determina dónde se encuentra la proyección del CG sobre el suelo. Si esta
proyección está dentro de la BS o se queda fuera, se puede determinar si el cuerpo equilibrado o
desequilibrado y también si es más o menos estable.
El CG se utiliza para simplificar el análisis de movimiento y de las fuerzas que se aplican sobre
un cuerpo. Conocer dónde se encuentra el CG permite:
Describir la trayectoria en saltos, ya que su trayectoria no puede ser modificada una vez que
se pierde contacto con el suelo aunque se muevan los segmentos.
Conocer el lugar en torno al que se producen los giros en el aire, ya que cualquier cuerpo en el
aire gira en torno a su CG.
Conocer la posición del CG en porcentaje respecto a la talla puede resultar útil a la hora de orientar
sobre la predisposición de un deportista para realizar un tipo de deporte u otro, aunque éste no es
un dato excluyente. Por otro lado, determinados deportes pueden modelar el cuerpo produciendo
adaptaciones que desplacen el CG hacia la parte superior o inferior del cuerpo.
En deportes en los que interesa aumentar la estabilidad, como el judo o la gimnasia, será favorable
tener el CG por debajo de los valores medios, mientras que en deportes como el salto alto o salto
largo, interesa ponerlo por encima.
xcm,1 ∗ m1 + xcm,2 ∗ m2
xcm = (4.1)
m1 + m2
donde xCM ,1 y xCM ,2 corresponden a las posiciones del centro de masa de la partícula 1 y 2
respectivamente en el sistema de coordenadas escogido. Las masas m1 y m2 son las masas de las
partículas 1 y 2.
De manera general, para un sistema de partículas se puede establecer la ecuación para la posición
del CM como:
P−
→ P
mi −
→
−→ = Pmi ri =
rcm
ri
(4.2)
mi M
donde M es la masa total del sistema. La anterior ecuación, es una ecuación vectorial. Cada una
de las componentes de la posición − → del CM vendrá dada por:
rcm
P P P
m i xi mi yi mi zi
xcm = ; ycm = ; zcm = (4.3)
M M M
Ejemplo: Se tienen 5 partículas de igual masa m=1kg, igualmente espaciadas de 0.25m, ubicadas
en: (0,0,0), (0.25,0,0), (0.5,0,0), (0.75,0,0), (1,0,0).
Esta ecuación permite estimar la altura del CG con un error estándar de 2.5cm.
Para calcular con más precisión el CG, los métodos existentes se pueden clasificar en dos cate-
gorías: directos o indirectos.
Figura 4.3 Método de la tabla de Reynolds y Lovett para calcular el centro de gravedad. El sistema forma
una palanca en equilibrio a partir de la cual se puede calcular la distancia desde el apoyo alejado
de la báscula hasta el centro de gravedad.
En este caso, el análisis no se hace sobre le cuerpo, sino sobre una imagen del mismo obtenida con
anterioridad. La principal ventaja de estos métodos, es que permiten conocer la posición del CG en
cualquier posición a partir de una fotografía o un video tomado durante la ejecución del movimiento.
El inconveniente es que requieren procesos más largos y además se basan en cálculos indirectos que
pueden inducir errores mayores que con los cálculos que con los métodos directos.
El principio en el que se basan es el de considerar el objeto global como una unión de segmentos
rígidos independientes más sencillos. Cada uno tiene su propio peso y su CG. El proceso que hay que
seguir se describe a continuación.
División del cuerpo en segmentos: digitalización El primer paso consiste en dividir el cuerpo
humano en segmentos articulados, para ello debemos crear un modelo mecánico del cuerpo. Los
modelos más sencillos se componen de un mínimo de 14 segmentos. Cada segmento queda delimitado
por dos puntos, que pueden ser articulaciones o puntos extremos finales del segmento (como la punta
de los dedos). Los puntos de las articulaciones son comunes a dos segmentos. Por ejemplo, el punto
del codo es el final del segmento brazo y el principio del segmento antebrazo, de manera que un
modelo de 14 segmentos tiene 22 puntos (Figura 4.4). De los dos puntos de cada segmento, el punto
más proximal en posición anatómica se considera el de referencia, el número 1, y el otro es el número
2. La excepción la constituyen los segmentos de la cabeza y el del tronco, en los que los dos puntos
son igual de proximales. En este caso el criterio es que le punto de referencia es el más superior en
posición anatómica.
En determinados estudios en los que se busca mayor precisión, el modelo necesitaría más segmen-
Figura 4.4 Modelo mecánico del cuerpo humano compuesto por 14 segmentos y 22 puntos. Este modelo
sirve para representar la figura humana de forma global y es suficiente para calcular el centro de
gravedad.
Parámetros inerciales de los segmentos Una vez que se tiene el cuerpo dividido en segmentos, se
plantea el problema de conocer sus parámetros inerciales, concretamente, cuánto pesa cada segmento
y donde se sitúa su CG parcial. Para esto existen estrategias que permiten conocerlos con mayor o
menor grado de error. Idealmente, de deberían calcular los parámetros sobre el propio sujeto; sin
embargo esto supondría un gasto de tiempo muy elevado. Lo que se hace generalmente es adaptar
los datos obtenidos en otros sobre determinadas poblaciones.
Los primeros estudios de este tipo fueron realizados por militares norteamericanos con cadáveres
congelados seccionados en segmentos. Esto permitió calcular el peso de cada parte del cuerpo respecto
del peso total y también usar métodos directos para localizar el CG en cada uno.
En sujetos vivos son escasos los estudios que se han realizado. Se ha utilizado métodos como
el escáner de rayos gamma o la resonancia magnética, técnicas de imagen que permiten calcular
volúmenes y densidades dentro de los segmentos.
Existen otras técnicas aplicables a los sujetos vivos; por ejemplo, con la inmersión en tanques de
agua se puede calcular el volumen de cada segmento. Sin embargo es necesario conocer la densidad
Tabla 4.1 Valores de referencia de la localización del centro de gravedad de cada segmento en el eje longitu-
dinal y del porcentaje de peso respecto al peso total en hombres y mujeres.
Figura 4.5 Ejemplo de localización del centro de gravedad en el segmento pierna usando tablas antropomé-
tricas. Si la distancia entre la rodilla y el tobillo es la unidad, el centro de gravedad se encuentra
a 0.4459 unidades de la rodilla.
de los tejidos y no siempre es uniforme, con lo que el CG puede no coincidir con el centro de volumen.
Cada método puede tener sus ventajas e inconvenientes, siendo su aplicación más o menos
adecuada en cada caso. La Tabla 4.1 presenta el porcentaje de peso de cada segmento y el porcentaje
de distancia del CG del segmento respecto del punto de referencia (punto proximal o superior en la
cabeza). Estos datos corresponde a un estudio de 1996 de un modelo de 14 segmentos. En dicho
modelo, se asume una distribución simétrica de la masa (la parte izquierda es igual a la derecha).
Ejemplo: Calcular el tensor de inercia I(G) de una lámina de dimensiones a×b (z=0),
cuando rota alrededor del punto G situado en su CG
Solución:
Se utilizan las ecuaciones 4.15 para calcular las nueve componentes del tensor I(G)
Z Z ZZ
Ixx = (y 2 + z 2 )dm = λ (y 2 + z 2 )dA = λ (y 2 + z 2 )dx dy
M A A
Como se trata de una lámina en 2D sin masa en z, entonces z=0, por tanto:
Za/2 Zb/2
M b2
ZZ
2
Ixx = λ y dx dy = λ dx y 2 dy =
A 12
−a/2 −b/2
De manera análoga:
Za/2 Zb/2
M a2
Z
2 2 2
Iyy = (x + z )dm = λ x dx dy =
M 12
−a/2 −b/2
M (a2 + b2 )
Z Z Z
Izz = (x2 + y 2 )dm = x2 dx dy + y 2 dx dy = Iyy + Ixx =
M A A 12
Finalmente, se encuentran los productos de inercia:
Z Za/2 Zb/2
Ixy = Iyx − xydm = −λ x dx y dy = 0
M
−a/2 −b/2
Z
Ixz = Izx − xzdm = 0
ZM
Iyz = Izy − yzdm = 0
M
Rotación angular
Los parámetros antropométricos son útiles en el momento de realizar modelos del movimiento
humano. Al estar compuesto por articulaciones, el cuerpo realiza movimientos rotacionales princi-
palmente, gracias a las palancas óseas. Estos movimientos rotacionales están caracterizados por la
masa del segmento, la forma, la posición del centro de gravedad y el momento de inercia.
Figura 4.6 Diferentes posiciones que adopta un gimnasta realizando ejercicios en la barra fija y su relación
con las modificaciones producidas al momento de inercia.
que componen el cuerpo humano. Por lo tanto, para determinar el momento de inercia del cuerpo
humano surgen cuatro problemas asociados:
Analizando la composición de materia que tiene un segmento corporal cualquiera (hueso, grasa,
músculo, etc.), su distribución y las diferencias existentes entre las personas, es lógico pensar que
un cálculo matemático genérico sería muy complejo. Por esta razón se ha tenido que abordar su
determinación mediante técnicas experimentales o modelos matemáticos individualizados basados en
aproximaciones geométricas. Los datos que han tenido mayor relevancia en el cálculo del momento
de inercia proceden de trabajos experimentales realizados con cadáveres.
En la Tabla 4.2 se presentan los momentos de inercia propuestos por Zatsiorsky y Seluyanov
(1985) y adaptados por de Leva (1996) para los ejes anteroposterior, transversal y longitudinal de
cada segmento. En dicha tabla se expresa el radio de giro del momento de inercia propio (rCG ) en
porcentaje a la longitud de los segmentos. Al hacer referencia a estos datos, es necesario considerar
que para obtener el cálculo del momento de inercia referido se requiere, además, el porcentaje de
masa de cada segmento. La Tabla 4.3 presenta otros datos antropométricos necesarios para el análisis
biomecánico del movimiento humano.
De manera general, se tienen las siguientes consideraciones importantes:
El momento de inercia nos dice que tan lejos o cerca están las masas del cuerpo con respecto
al CG. Así, la masa más cercana al centro de rotación tiene la menor influencia en el momento
de rotación I y es mínimo si la rotación es con respecto al CM.
Entre mas pequeño sea I más juntas están las masas al CG y por consiguiente el movimiento
es mas rápido
Entre más grande es I más alejadas están las masas del CG y por consiguiente el movimiento
es más lento
Tabla 4.2 Radios de giro a través de los ejes anteroposterior, transversal y longitudinal de los segmentos
corporales, para el cálculo de los momentos de inercia.
Para medir el momento de inercia del cuerpo, es necesario hallar el CG de cada segmento o se usan
tablas antropométricas.
Ejemplo: suponga una persona de 70kg, con un muslo 44cm de longitud. Calcule
el momento de inercia para el muslo rotando alrededor del eje transversal, cuando
gira:
1. Alrededor de la cadera
2. Alrededor del CM
3. Alrededor de la rodilla
Para el cálculo del momento de inercia que posee un segmento corporal cualquiera alrededor de
un eje que pasa por su CG (ICG ), se recurre a las técnicas experimentales expuestas. Conocido éste,
el cálculo del momento de inercia que tiene cada segmento corporal alrededor de otro eje paralelo al
anterior (I) se determina mediante el teorema de los ejes paralelos de Steiner.
Figura 4.7 Proyección de los segmentos en el plano transversal para determinar el momento de inercia que
posee en ese instante el cuerpo a través del eje vertical.
de rotación. Dicha ecuación expresa la segunda ley de Newton para el movimiento de rotación en
los siguientes términos: la aceleración angular (α) que se produce en un objeto es directamente
proporcional al momento de fuerza resultante (ΓR ) e inversamente proporcional al momento de
inercia (I):
ΓR
α= (4.13)
I
o lo que es equivalente:
ΓR = Iα (4.14)
A partir de la segunda ley de Newton para los movimientos de rotación se puede dar explicación al
comportamiento que posee un objeto en función de su masa y la distribución de ésta respecto al eje de
giro ante la aplicación de un momento de fuerza. Se puede entonces comprender la importancia que
tienen el tamaño y la forma de los segmentos corporales en relación con las aceleraciones angulares
que producen el movimiento humano. La relación de la Ecuación 4.14 cuando el momento de inercia
no varía. Por tanto, en el cuerpo humano, considerado como un sistema compuesto por un número
determinado de segmentos articulados entre sí, donde las masas segmentarias pueden cambiar de
posición respecto al eje de giro y hacer variar, consecuentemente, el momento de inercia, la aplicación
de la ecuación fundamental de la dinámica para los movimientos en giro debe estar condicionada a
los posibles cambios de posición de las masas de los segmentos que constituyen el sistema.
Figura 4.8 Secuencia de un salto mortal hacia adelante y gráfica de la función del momento de inercia respecto
al tiempo.
Ixx Ixy Ixz Z y2 + z2 −xy −xz
I = Iyx Iyy Iyz = ρ(x, y, z) −xy z 2 + x2 −yz dx dy dx (4.15)
V
Izx Izy Izz −xz −yz x2 + y 2
Equilibrio y estabilidad
En muchas ocasiones se usan los términos equilibrio y estabilidad indiferentemente. Sin embargo,
a pesar de mantener una evidente relación, hacen referencia a conceptos distintos. A continuación
se definen sus significados.
Para analizar el estado de equilibrio de un cuerpo, es necesario conocer la relación que se produce
entre dos variables: la base de sustentación (BS) y el centro de gravedad CG. De esta relación surge
otra variable llamada “ángulo de caída”.
Figura 4.9 En el cuerpo humano en bipedestación la base de sustentación está formada por el área que queda
entre el perímetro del apoyo de los pies. Modificando la posición de los pies se puede cambiar la
forma y el tamaño de la base de sustentación. Al apoyarse en objetos externos, como las muletas,
se incrementa la base de sustentación.
Figura 4.10 Los ángulos de caída quedan formados por un plano vertical que pasa por la arista de caída y
otro plano que pasa por la misma arista y por el centro de gravedad. Hay un ángulo de caída
por cada arista de caída.
ángulo de caída es negativo, significa que la proyección del CG se ha salido de la BS por ese lado,
con lo cual el cuerpo está desequilibrado.
Ep = m · g · h (4.16)
Equilibrio neutro: este equilibrio corresponde a situaciones en las que la energía potencial es
constante: una fuerza perturbadora no conduce a un cambio en el equilibrio.
Un cuerpo se encuentra en equilibrio más estable cuando al intentar desplazarlo hay que incre-
mentar más su energía potencial o, lo que es lo mismo, hay que elevar más su CG para desequilibrarlo.
Los cuerpos en equilibrio inestable con el CG alejado del suelo tienden a alejarse de su posición inicial
buscando otra en la que el CG esté más cercano al suelo, o sea, con menor energía potencial. Por el
contrario, los cuerpos en equilibrio estable tienden a volver a su posición inicial, en la que la energía
es mínima (Figura 4.12).
Al mismo tiempo, la energía potencial se relaciona con los ángulos de caída, ya que al empujar
un cuerpo (sin que se deslice) se va inclinando y acercando la proyección del CG a la arista de caída,
con lo que disminuye el ángulo de caída a la vez que aumenta la energía potencial. Si al desplazarlo
no bascula sino que se desliza, manteniendo su CG a la misma altura, se tratará de un equilibrio
neutro.
Pero estos estados no son comportamientos permanentes, sino que la estabilidad es un estado
transitorio. Un mismo objeto puede estar en cualquier estado de estabilidad según la situación.
Figura 4.11 Según la situación del objeto, mantiene su equilibrio más estable cuanto más difícil sea desequi-
librarlo y más inestable cuanto más fácil se desequilibre.
Figura 4.12 Para desequilibrar un objeto con mayor estabilidad, es necesario incrementar la altura de su centro
de gravedad en mayor medida, lo que supone tener que aplicarle mayor cantidad de energía.
Figura 4.13 Cuando el centro de gravedad permanece por debajo de la base de sustentación, se produce una
situación muy estable de desequilibrar: es el equilibrio hiperestable.
Figura 4.14 La relación entre la base de sustentación y la proyección vertical del centro de gravedad indica si
el cuerpo está equilibrado o desequilibrado. Una vez que el centro de gravedad se sale de la base
de sustentación, el cuerpo se desequilibra y, si no se hace nada para evitarlo, caerá.
señal de salida, la posición adoptada debe mantener el CG lo más cerca posible de la arista de caída
anterior (Figura 4.16).
Figura 4.15 Una misma base de sustentación puede ser más o menos estable en función de la dirección de la
fuerza perturbadora. Cuanto mayor sea la distancia desde le centro de gravedad hasta la arista
de caída opuesta, habrá mayor estabilidad. Este principio es muy utilizado en los deportes de
combate.
Figura 4.16 En una salida de atletismo se busca reaccionar lo más pronto posible lanzando el cuerpo hacia
adelante a la mayor velocidad. Al mantener el centro de gravedad pegado a la parte anterior de
la base de sustentación se mantiene un equilibrio inestable que favorece la salida.
5. Explique en qué consiste el teorema de los ejes paralelos y qué utilidad presenta.
6. Explique cómo se calcularía el CG instantáneo del cuerpo durante la realización de la siguiente
figura:
a) Demuestre que su tensor de inercia alrededor del centro de gravedad está dado por:
13. Con base en la siguiente figura (escala 1:20), determine el momento de inercia total del cuerpo
rotando alrededor de su centro de masa. Las extremidades se consideran cilindros delgados
con momento de inercia I = mL2 /12, la cabeza como una esfera con momento de inercia
I = 2mr2 /5 y el tronco como un cilindro macizo con momento I = mr2 /2.
14. El torque M producido por el muslo rotando alrededor de la cadera está dado por (escoja UNA
sola respuesta):
15. El momento de inercia de un segmento rotando alrededor del punto proximal es (escoja UNA
sola respuesta):
16. El momento de inercia de un cuerpo que experimenta un movimiento lineal es igual al producto
de multiplicar:
17. En que posición será menor el momento de inercia del cuerpo humano si gira con los brazos
pegados al cuerpo:
19. ¿Qué ocurrirá en un cuerpo si se cumple que la suma vectorial de las fuerzas que actúan sobre
el eje es igual a cero?
Freivalds, Andris. Biomechanics of the upper limbs: mechanics, modeling, and musculoskeletal
injuries. Publicación Nueva York: CRC Press, 2004. 605 p. ISBN: 0748409262
Biomechanics of Sport and Exercise, Human Kinetics. Second Edition. Peter Merton McGinnis.
2005 - 411 páginas
163
164 CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA DE LA MARCHA
Velocidad de marcha: distancia que recorre el cuerpo hacia delante en la unidad de tiempo
(por ejemplo, 1.5 m/s)
Cadencia de marcha: ciclos o pasos por unidad de tiempo (120 pasos/min o 1 ciclo/s)
Longitud de ciclo: distancia entre dos choques consecutivos de talón de un mismo pie
Longitud de paso: distancia entre ambos pies cuando contactan con el suelo
Ángulo interpodal: formado por el eje longitudinal del pie y la línea media de la progresión de
la marcha
Los investigadores de la locomoción humana han estudiado dos métodos de investigación. Uno
es la cinemática que describe los movimientos del cuerpo en conjunto y los movimientos relativos de
las partes del cuerpo durante las diferentes fases de la marcha. Un ejemplo de esto es el estudio de
las relaciones angulares de los segmentos de la extremidad inferior durante el ciclo de la marcha. El
otro es del área de la cinética, que se refiere a las fuerzas que producen el movimiento. Las fuerzas
de mayor influencia en los movimientos del cuerpo en la marcha normal, son aquellas debidas a:
Gravedad
Contracción muscular
Inercia
Reacciones del suelo (resultantes de las fuerzas que ejerce el suelo en el pie)
Goniometría digital
Electromiografía
Figura 5.1 Sistemas usados en el análisis de la marcha y de los apoyos del pie.
Figura 5.2 Laboratorio de análisis de marcha compuesto por marcadores reflectivos, electrodos de EMG,
cámaras de movimiento y de video y plataformas de fuerza.
Ciclo de marcha
Como se mencionó anteriormente, el ciclo de marcha comienza cuando el pie contacta con el
suelo y termina con el siguiente contacto con el suelo del mismo pie. Los dos mayores componentes
del ciclo de la marcha son: la fase de apoyo y la fase de balanceo (Figura 5.3). Una pierna está en
fase de apoyo cuando está en contacto con el suelo y está en fase de balanceo cuando no contacta
con el suelo.
Apoyo sencillo, se refiere al periodo cuando sólo una pierna está en contacto con el suelo. El
periodo de doble apoyo ocurre cuando ambos pies están en contacto con el suelo simultáneamente
(Figura 5.4). La ausencia de un período de doble apoyo es lo que diferencia correr de caminar.
Figura 5.3 Ciclo de marcha: desde el apoyo de un talón, hasta que esa misma extremidad vuelve a hacer
contacto con el suelo.
La cantidad relativa de tiempo de cada fase del ciclo de la marcha, a una velocidad normal, es:
Con el aumento de la velocidad de la marcha hay un aumento relativo en el tiempo gastado en la fase
de balanceo, y con la disminución de la velocidad una relativa disminución. La duración del doble
apoyo disminuye conforme aumenta la velocidad de la marcha.
5.3.1. Apoyo
Hay cinco momentos que son útiles al subdividir la fase de apoyo: Contacto del talón, apoyo
plantar, apoyo medio, elevación del talón y despegue del pie. El contacto del talón se refiere al
instante en que el talón de la pierna de referencia toca el suelo. El apoyo plantar se refiere al
contacto de la parte anterior del pie con el suelo. El apoyo medio ocurre cuando el trocánter mayor
está alineado verticalmente con el centro del pie, visto desde un plano sagital. La elevación del talón
ocurre cuando el talón se eleva del suelo, y el despegue del pie ocurre cuando los dedos se elevan
del suelo. La fase de apoyo puede también dividirse en intervalos con los términos de aceptación del
peso, apoyo medio y despegue. El intervalo de aceptación del peso empieza en el contacto del talón
y termina con el apoyo plantar. El intervalo de apoyo medio empieza con el apoyo plantar y termina
con la elevación del talón al despegue del talón. El despegue se extiende desde la elevación de los
dedos (Figura 5.5).
5.3.2. Balanceo
La fase de balanceo puede dividirse en tres intervalos designados con los términos de aceleración,
balanceo medio y desaceleración. Cada una de estas subdivisiones constituyen aproximadamente un
tercio de la fase de balanceo. El primer tercio, referido como periodo de aceleración, se caracteriza
por la rápida aceleración del extremo de la pierna inmediatamente después de que los dedos dejan
el suelo. Durante el tercio medio de la fase de balanceo, el intervalo del balanceo medio, la pierna
balanceada pasa a la otra pierna, moviéndose hacia delante de la misma, ya que está en fase de
apoyo. El tercio final de la fase de balanceo está caracterizado por la desaceleración de la pierna que
se mueve rápidamente cuando se acerca al final del intervalo (Figura 5.6).
1. Plantiflexión: el contacto con el suelo es abrupto porque el cuerpo va en caída libre desde una
altura de 1cm (distancia entre el talón y el suelo al final del balanceo). Para contrarrestar esto,
se produce una plantiflexión.
2. Contracción excéntrica del cuádriceps: durante la aceptación del peso, la pierna de apoyo tiene
a flexionarse debido al propio peso del cuerpo. Para contrarrestado, el cuádriceps realiza una
contracción excéntrica resistiendo el movimiento y evitando que el peso del cuerpo produzca
una caída en el sujeto.
Figura 5.5 La fase de apoyo del ciclo de marcha puede dividirse en cinco subfases: contacto inicial, respuesta
a la carga, apoyo medio, apoyo terminal y pre-balanceo.
Figura 5.6 La fase de balanceo del ciclo de marcha se divide en tres subfases: inicio del balanceo, aceleración
o balanceo medio y balanceo final o desaceleración.
3. Desplazamiento lateral del CG: la caída de la pelvis del lado opuesto al pie de apoyo, es
controlada por los abductores de cadera. Esto ocurre cuando el peso es rápidamente transferido
a la pierna de apoyo mientras la otra pierna es levantada (flechas negra y gris respectivamente
de la Figura 5.7c).
Las leyes de la mecánica dicen claramente que el mínimo gasto de energía se consigue cuando un
cuerpo se mueve en línea recta, sin que el centro de gravedad se desvíe, tanto para arriba como para
abajo, como de un lado a otro. Esta línea recta sería posible en la marcha normal si las extremidades
inferiores terminaran en ruedas. Como no es esto lo que ocurre, el centro de gravedad del cuerpo se
desvía de una línea recta, pero para la conservación de la energía, la desviación o desplazamiento
debe ser lo más suave posible.
a b c
Figura 5.7 Durante la fase de apoyo, se producen tres mecanismos de absorción de choques: a) plantiflexión,
b) contracción excéntrica del cuádriceps y c) desplazamiento lateral del CG.
doble, cuando ambos pies están en contacto con el suelo. El punto medio de este desplazamiento
vertical en el adulto masculino es aproximadamente de 5 cm. La línea seguida por el centro de
gravedad es muy suave sin cambios bruscos de desviación.
Figura 5.8 Durante la marcha, el centro de gravedad (CG) se desplaza lateralmente y verticalmente, alcan-
zando su máximo de altura en las fases de apoyo monopodal y el mínimo en apoyo bipodal.
Figura 5.9 Progreso de la proyección del centro de gravedad sobre el pie de apoyo durante el ciclo de marcha.
la línea del centro de gravedad y reduce su desplazamiento hacia arriba cuando el cuerpo se
mueve apoyado sobre el pie en que se apoya.
Rotación de la pelvis. Además del descenso horizontal, la pelvis rota hacia adelante en el plano
horizontal, aproximadamente 8o en el lado de la fase de balanceo (4o a cada lado de la línea
central). Esta característica de la marcha normal permite un paso ligeramente más largo, sin
bajar el centro de gravedad y reduciendo, por tanto, el desplazamiento vertical total.
Cuando el peso del cuerpo recae y progresa sobre el pie de apoyo, se generan fuerzas verticales,
horizontales y de rotación en el piso, las cuales pueden ser medidas con la apropiada instrumentación.
Estas fuerzas de reacción del suelo o GRF (ground reaction forces) son iguales en intensidad y
opuestas en dirección a las que experimenta la pierna que está soportando el peso. A partir de esta
información, se pueden identificar el esfuerzo impuesto a las articulaciones y el control muscular
necesario. La medición de las GRF se lleva a cabo con una plataforma de fuerza ubicada en el centro
de la pista de marcha. Consiste en una plataforma rígida suspendida en transductores piezoeléctricos.
Cada plataforma posee tres sensores dispuestos en ángulos rectos (ortogonales) a los otros, lo cual
permite medir la fuerza vertical, medial-lateral y antero-posterior. Estos datos de fuerza, pueden ser
procesados con el fin de determinar los centros de presión, los momentos de rotación y los vectores de
fuerza de reacción. Además, es posible calcular los torques o momentos de la GRF en una articulación.
Para ello es necesario conocer primero la ubicación exacta del centro de la articulación.
Fuerza vertical
En la fase de apoyo, las fuerzas verticales generadas a una velocidad de marcha normal de
aproximadamente 82m/min, posee dos picos (F1 y F3) separados por un valle (F2). A esta velocidad
de marcha el valor de los picos es de aproximadamente 110 % el peso del cuerpo o BW (body weight).
El primer pico (F1) ocurre al comienzo del apoyo medio en respuesta a la aceptación del peso. En ese
instante, el CG del cuerpo está cayendo drásticamente, lo cual se suma al efecto de aceleración del
peso corporal. Al final del apoyo medio, el valle (F2) se crea por la elevación del CG a medida que
el cuerpo avanza sobre el pie que está apoyado. Este valle se acentúa por el momento de balanceo
contralateral, lo cual tiende a disminuir la carga en la plataforma de fuerza. El segundo pico (F3)
ocurre al final de la fase de apoyo indicando aceleración hacia abajo a medida que el cuerpo cae hacia
adelante sobre el antepié. La fuerza vertical arriba de la línea del peso corporal representa aceleración
de la caída en el miembro apoyado y luego cayendo sobre la parte anterior del pie en la fase terminal
del apoyo.
Matemáticamente se puede expresar así:
F = M × (g + a) (5.1)
donde M es la masa corporal, a la aceleración vertical hacia abajo y g la gravedad. Como M y
g son constantes, la fuerza F en la plataforma cambia con la aceleración vertical:
Si a=0, F=BW
Si a>0, F>BW
Si a<0, F<BW
Fuerza medial-lateral
La fuerza medial-lateral, también llamada horizontal, traduce las fuerzas de frenado (apoyo del
talón) y empuje (despegue del antepié). Sin un adecuada fricción en la interfase del pie y el piso,
estas fuerzas generarían deslizamiento, afectando así la estabilidad. Sin embargo, la magnitud de
dichas fuerzas comparada con la fuerza vertical, es muy pequeña (Figura 5.10). La magnitud de la
fuerza medial-lateral es menor al 10 % del peso del cuerpo. El pico de fuerza medial alcanza 5 % del
peso y ocurre durante el apoyo medio. Por su parte, la fuerza lateral alcanza 7 % del peso corporal
en el apoyo terminal.
Fuerza antero-posterior
La fuerza antero-posterior es equivalente a menos del 25 % del peso corporal. Cuando se carga
la articulación, se introduce rápidamente una fuerza en dirección anterior, la cual alcanza un pico de
13 % el peso al final de la fase de respuesta a la carga. El apoyo medio es un intervalo con mínima
fuerza sagital hasta antes del despegue del talón, cuando una fuerza posterior aparece. Esta fuerza
aumenta rápidamente a lo largo del apoyo terminal, con un pico final de 23 % el peso.
La Figura 5.11 ilustra la influencia de varias fuerzas en la marcha. La fuerza que el pie ejerce
en el suelo debido a la gravedad y a la inercia está en oposición con la reacción del suelo. Al inicio
de la fase de apoyo, los componentes vertical y horizontal (anteroposterior) de la reacción del suelo,
dan una resultante en dirección hacia arriba y hacia atrás. Por ello pasa posteriormente al eje de la
rodilla. Ello daría como resultante la flexión de la rodilla si no se aplicara ninguna restricción. Esta
fuerza se ejerce por el cuádriceps, de manera que la rodilla no se colapsa, pero se flexiona de forma
controlada.
El siguiente análisis de la marcha normal se deriva de la cinemática y la cinética, y de estudios
electromiográficos de sujetos normales andando a una cadencia normal (100 a 115 pasos por minuto).
Unas cadencias más o menos rápidas tienen un efecto muy pronunciado en los valores de los ángulos
Figura 5.10 Fuerza de reacción en Lbs. de cada una de las componentes de la fuerza de reacción resultante.
de la articulación, producido por las fuerzas generadas externamente y por la actividad muscular. Con
el propósito de analizar el plano sagital, la marcha ha sido considerada en tres intervalos seguidos:
3. Fase de balanceo.
Figura 5.11 Durante el apoyo, en el plano sagital, se puede ver cómo el vector resultante de la fuerza de
reacción del suelo pasa posterior o anterior a cada una de las articulaciones del miembro inferior.
Esto genera momentos articulares externos de flexión o extensión, contrarrestados por la acción
muscular (momentos internos).
Cinética:
• Fuerzas externas. Contacto del talón: Por un breve período de tiempo la resultante de las
fuerzas de reacción del suelo está por delante de la articulación del tobillo. De acuerdo con
ello, un momento de fuerza de pequeña magnitud (1 Kg.) tiende a mover la articulación
del tobillo en dirección a la dorsiflexión. Esta tendencia que no mueve la articulación
del tobillo, se produce por descenso del talón al suelo en el momento de apoyo del
talón. Inmediatamente después del contacto del talón, a medida que se transmite un
mayor peso del cuerpo a la extremidad, el rápido aumento de la fuerza vertical hace
que la resultante pase por detrás de la articulación, generando un momento de fuerza
en dirección a la flexión plantar. Poco después de que la planta del pie esté plana en
el suelo, se ha alcanzado el máximo momento de flexión plantar (aproximadamente 20
ft.lb.). Después la reacción resultante del suelo se mueve de nuevo hacia delante de la
articulación del tobillo y crea un momento de fuerza en la dirección de dorsiflexión. Este
momento corresponde a la fuerza generada al rotar la tibia sobre el pie fijo.
Apoyo medio: Ahora el momento de fuerza en dirección de dorsiflexión es aproximada-
mente 25 ft.lb.
• Fuerzas internas. En el instante del contacto del talón, los tres dorsiflexores primarios del
tobillo están activos, con el extensor largo de los dedos y el extensor largo del dedo gordo,
con mayor actividad que el tibial anterior. A continuación del contacto del talón, el grupo
pretibial produce una contracción excéntrica para suministrar suficiente fuerza para evitar
que el antepié golpee contra el suelo cuando las fuerzas externas, debido a la gravedad
y a la inercia, llevan el pie a flexión plantar. Después de que la planta del pie está plana
en el suelo, la tibia empieza a rotar hacia delante sobre el pie fijo, los dorsiflexores están
esencialmente inactivos y los músculos de la pantorrilla (el gemelo, soleo, tibial posterior,
flexor largo de los dedos y peroneo lateral largo) demuestran un aumento gradual de su
actividad. Para la mayor parte de ellos su actividad continúa aumentando por encima del
punto de apoyo medio y sirve para controlar la velocidad con que la tibia rota sobre el
pie fijo.
Rodilla
Cinemática. Inmediatamente antes de que el talón contacte con el suelo, la articulación de la
rodilla está en extensión completa. Simultáneamente con el contacto del talón, la articulación
empieza a flexionar y continúa flexionando hasta que la planta del pie está plana en el suelo.
Inmediatamente después de haber alcanzado la posición plana del pie, la rodilla está aproxima-
damente a 20o de flexión y empieza a moverse en dirección de extensión. En el apoyo medio,
la rodilla está aproximadamente a 10o de flexión y continúa moviéndose hacia la extensión.
Cinética:
• Fuerzas externas. Inmediatamente después del contacto del talón, este empieza a empu-
jar hacia adelante contra el suelo. El peso corporal apoyado sobre la pierna empieza a
aumentar rápidamente. La resultante de las fuerzas verticales y anteriores pasa por detrás
de la rodilla, produciendo un momento de flexión de, aproximadamente 10 ft.lb. Entre el
pie apoyado completamente y el apoyo medio: La magnitud de este momento mecánico
que flexiona la rodilla alcanza un valor máximo de, aproximadamente, 30 ft.lb.
• Fuerzas internas. Al contacto del talón, el cuádriceps se va alargando por una contracción
excéntrica para controlar la articulación de la rodilla, conforme se mueve de una extensión
completa a una posición de 15o o 20o de flexión. Inmediatamente después que el pie está
plano en el suelo, la naturaleza de la actividad del cuádriceps cambia de una contracción
excéntrica (alargamiento) a una contracción concéntrica (acortamiento). Entre el pie
plano en el suelo y el apoyo medio, el cuádriceps actúa extendiendo el muslo en la pierna,
la rodilla flexionada se mueve en la dirección de la extensión, como resultado de una
contracción concéntrica del cuádriceps y de una aceleración hacia delante del centro de
gravedad, producido por el despegue del miembro opuesto.
Cadera
Cinemática. Al contacto del talón, la cadera está aproximadamente a 30o de flexión. Inme-
diatamente después del contacto del talón, la articulación de la cadera empieza a moverse en
extensión. En la posición del pie plano en el suelo, el ángulo de flexión ha disminuido alre-
dedor de 20o . Entre el pie plano y el apoyo medio, la articulación de la cadera se mueve de,
aproximadamente 20o de flexión, a posición neutra.
Cinética:
• Fuerzas externas. Al contacto del talón, las fuerzas externas generadas mueven la cadera
en flexión. Inmediatamente después que el pie está plano en el suelo, actúa un momento
de fuerza en la articulación, en dirección de flexión. Cuando se alcanza el apoyo medio,
la resultante de la reacción del suelo pasa por detrás del centro de la cadera y la fuerza
mecánica actúa extendiendo la rodilla.
• Fuerzas internas. La acción del glúteo mayor y de los isquiotibiales resisten el movimiento
de fuerzas que tienden a flexionar la cadera después del contacto del talón. Los erectores
de la columna también están activos para resistir la tendencia del tronco hacia una flexión
hacia delante.
Cinética:
• Fuerzas externas. Después del apoyo medio, la pierna continúa rotando hacia adelante
sobre el pie fijo. Como la pierna rota hacia adelante, el momento de fuerza, actuando
en una dirección de dorsiflexión, aumenta considerablemente debido a la mudanza hacia
adelante del punto de apoyo entre el pie y el suelo, conforme el talón se eleva. Ello
aumenta la distancia perpendicular entre la articulación del tobillo y la fuerza resultante
de reacción del suelo. En el momento del despegue del talón, se alcanza el máximo
momento de dorsiflexión. En el despegue de los dedos, el momento de dorsiflexión cae
bruscamente a cero.
• Fuerzas internas. El momento de fuerza mecánica que se genera tratando de dorsiflexionar
el tobillo, encuentra resistencia desde el apoyo medio hacia adelante, por una contracción
excéntrica de los músculos de la pantorrilla. Casi al mismo tiempo que se desarrolla la
máxima reacción en dirección a la dorsiflexión, los flexores plantares del tobillo presentan
su máxima actividad eléctrica. Esta máxima actividad muscular, salvando el momento
de dorsiflexión, constituye el despegue del pie. Esto es una respuesta secuencial de los
flexores plantares durante el despegue del suelo. Los músculos que se insertan en la parte
posterior del pie muestran un aumento de la actividad eléctrica antes que los músculos
que se insertan en la parte anterior del pie. Para cuando se despegan los dedos, los flexores
plantares se inactivan.
Rodilla
Cinemática. En el apoyo medio, la articulación de la rodilla está en unos 10o de flexión,
moviéndose hacia la extensión. Inmediatamente antes de que el talón pierda contacto con el
suelo, la rodilla tiene 4o de extensión completa. Entre el despegue del talón y el de los dedos,
la articulación de la rodilla se mueve de casi una completa extensión a unos 40o de flexión.
Cinética:
• Fuerzas externas. En el apoyo medio, la resultante de las fuerzas de reacción del suelo,
pasa detrás de la articulación de la rodilla y generan un momento de flexión. Entre el
apoyo medio y el despegue del talón, como el cuerpo se mueve hacia delante sobre la
pierna en que se apoya, la fuerza resultante también se mueve hacia delante, reduciendo la
magnitud del momento de flexión. En el despegue del talón, la fuerza resultante continúa
moviéndose hacia delante de la articulación de la rodilla y actúa extendiéndola. La máxima
actividad de los flexores plantares del tobillo ocurre en el momento en que la fuerza
resultante pasa por delante de la articulación de la rodilla. Después del despegue del
talón, la resultante de la reacción del suelo, una vez más, pasa por detrás de la rodilla,
tendiendo a flexionarla de nuevo. Durante el despegue del suelo, el punto de reacción entre
el pie y el suelo pasa enfrente de las articulaciones metatarsofalángicas. En el momento en
que la reacción del suelo pasa enfrente de las articulaciones metatarsofalángicas la rodilla
empieza a flexionar y las fuerzas resultantes pasan de nuevo detrás de la articulación de la
rodilla. La magnitud del momento de flexión actuando en la rodilla, continúa aumentando
hasta alcanzar el apoyo doble, y el peso del cuerpo empieza a desplazarse a la extremidad
opuesta, reduciendo el momento de flexión de la rodilla.
• Fuerzas internas. Cuando la reacción del suelo pasa por delante de la rodilla, se genera
un momento de fuerza en extensión y no se necesita ninguna reacción de los músculos
extensores de la rodilla para controlar su estabilidad. El gemelo, además de su acción en
el tobillo, probablemente ayuda a evitar la hiperextensión de la rodilla. Entre la elevación
del talón y el despegue del pie la reacción del suelo produce un momento de flexión en
la rodilla. La acción del cuádriceps hacia el final de la fase de apoyo ayuda a controlar la
potencia y cantidad de flexión de la rodilla.
Cadera
Cinemática. En el apoyo medio, desde una posición de 0o en el apoyo medio, la cadera continúa
moviéndose hacia la extensión. Cuando el talón deja el suelo, la cadera está en una actitud de
10o a 15o de hiperextensión. Inmediatamente después del despegue del talón, la cadera alcanza
un máximo de hiperextensión de unos 20o . Cuando los dedos despegan del suelo, la cadera
está cerca de una posición neutral y se mueve en dirección de flexión.
Cinética:
• Fuerzas externas. En el apoyo medio, la resultante de las fuerzas de reacción del suelo
pasa por detrás de la articulación de la cadera, produciendo un momento de extensión.
La magnitud de este momento de extensión continúa aumentando hasta que se llega a
la fase de doble apoyo y el peso del cuerpo es trasladado, al menos parcialmente, a la
extremidad opuesta. Inmediatamente antes del doble apoyo, la magnitud del momento
de extensión actuando sobre la cadera de la extremidad que soporta el cuerpo alcanza su
máximo, y entonces disminuye rápidamente, una vez que empieza la fase de doble apoyo.
• Fuerzas internas. El psoasiliaco y el aductor largo generan un momento de fuerza de
flexión en la cadera durante el intervalo de despegue. Esta acción resiste la tendencia del
movimiento hacia delante del cuerpo para hiperextender la cadera y produce flexión de
la misma. El movimiento hacia delante del fémur inicia la flexión de la rodilla, mientras
que la rodilla es llevada hacia adelante y el pie está todavía en contacto con el suelo.
Rodilla
Entre el despegue del pie y la parte media del balanceo, la rodilla se flexiona de una posición
inicial aproximada de 40o a un ángulo de máxima flexión, de aproximadamente 65o . La acción del
cuádriceps ayuda a prevenir una elevación excesiva del tacón y también contribuye a una aceleración
hacia delante de la pierna.
Entre la fase media de balanceo y el contacto del talón, la rodilla se extiende hasta la extensión
completa en el último instante de la fase de balanceo. La acción de los músculos isquiotibiales durante
la última parte de este intervalo, ayuda a desacelerar el balanceo de la pierna hacia adelante y ayuda
a controlar la posición del pie, conforme se acerca al suelo.
Cadera
Entre el despegue del pie y la fase media de balanceo, la articulación de la cadera, partiendo
de una posición neutral, flexiona aproximadamente 30o , al alcanzar la fase media de balanceo. Los
músculos flexores de la cadera están activos durante la iniciación de ese intervalo.
Entre la fase media de balanceo y el contacto del talón, el ángulo de la cadera no cambia mucho.
Durante la última parte de este intervalo, los músculos extensores de la cadera (principalmente los
isquiotibiales) están activos para controlar el movimiento de la extremidad hacia adelante.
Los movimientos angulares de la pierna, vistos en el plano frontal, son mucho más pequeños que
los observados en el plano sagital.
Al contacto del talón, el pie está en ligera inversión. Inmediatamente después del contacto del
talón, la reacción del suelo pasa ligeramente lateral al eje subtalar y el pie rota en ligera eversión
cuando la parte anterior del pie contacta el suelo. Durante el intervalo de la fase media de apoyo,
la parte posterior del pie se mueve desde una posición de 5o de eversión a una posición de ligera
inversión, que continúa durante el despegue del suelo. La inversión de la parte posterior del pie resulta
de la acción combinada del tríceps sural y la rotación externa de la tibia con respecto al pie, durante
el intervalo de despegue.
El movimiento de la rodilla en el plano frontal es mínimo durante la fase de apoyo. Hay cierta
tendencia hacia una ligera abducción de la tibia al contacto del talón, pero inmediatamente después
la reacción del suelo tiende a producir aducción de la tibia.
Durante la primera parte de la fase de apoyo, la pelvis cae unos 5o de la horizontal en el lado
opuesto, conforme esta pierna empieza su fase de balanceo.
La caída de la pelvis está limitada por la acción de los músculos abductores de la cadera de la
pierna en fase de apoyo.
Marcha patológica
5.9.1. Contracturas
a b c
Figura 5.12 a) Contractura de los músculos flexores del tobillo. b) contractura en flexión de rodilla. c) con-
tractura en flexión de cadera.
Figura 5.13 Distancia normal de los apoyos de los arcos externo (izq) e interno (der.) del pie. Notación: cal:
calcáneo, astr: astrágalo, cub: cuboides, 5o m: quinto metatarsiano, M1: primer metatarsiano, C1:
cuneiforme medial, esc: escafoides.
a b c
Figura 5.14 Durante la fase de apoyo del ciclo de marcha, el CG se desplaza por el pie desde el talón hasta el
primer dedo. En los casos de un pie pronador y supinador esta trayectoria se ve afectada. Debido
a esta descarga de peso en el pie, el área de contacto del pie con el suelo varía y permite clasificar
el tipo de apoyo: a) pronador, b) neutro o c) supinador.
Monocéntricas: se componen básicamente de una bisagra. Este sistema es el más sencillo, más
económico y más duradero de todas las rodillas de un eje. La desventaja que presentan es la
falta de control en el apoyo, lo que implica que la persona deba usar su propia fuerza para
mantenerse estables de pie. Como compensación a esta desventaja, las rodillas de un solo eje
presentan un sistema de control de fricción y un bloqueo manual para evitar que la pierna
avance rápidamente hacia adelante en el balanceo.
Policéntricas o de cuatro barras: son más populares debido a sus múltiples ejes de rotación,
permitiendo estabilidad durante la fase de apoyo y fácil de flexionar durante la fase de balanceo.
Otra ventaja es que la longitud de la pierna se reduce en la zancada, lo cual reduce el riesgo
de tropezar. Este tipo de rodillas son ideales para muchos amputados, incluyendo amputados
bilaterales. Muchas rodillas policéntricas poseen un control de balanceo por fluido (neumático
o hidráulico), lo cual permite diferentes velocidades de marcha. Un par de desventajas de estas
rodillas es que son más pesadas y poseen más componentes que las mecánicas, lo cual puede
requerir más mantenimiento más a menudo.
a) Cinemática
b) Dinámica
c) Estática
d) Cinética
2. Cuál de los siguientes es un método directo para el estudio de parámetros cinemáticos del
movimiento humano:
a) Plataformas de fuerza
b) Fotogrametria
c) Electrogoniometría
d) Electromiografía
7. Un niño con parálisis cerebral infantil (PCI) posee una marcha caracterizada por: inclinación
anterior de la pelvis, genou varo, pie equinovaro, flexión de cadera y de rodilla.
10. Si hay contractura de los músculos que realizan la flexión plantar, ¿cómo se ve afectada la
marcha durante la fase de apoyo? ¿Qué músculos deben hacer más fuerza para poder efectuar
el balanceo correctamente?
11. Las siguientes curvas muestran el EMG del recto femoral (músculo del cuádriceps), el momento
en la rodilla y el ángulo de la rodilla para el lado derecho de una persona con parálisis cerebral
(a) y una normal (b). Describa cómo varían las gráficas entre un paciente normal y otro con
parálisis cerebral.
12. Explique el mecanismo que permite centrar el CG cuando se pasa de doble apoyo a apoyo
sencillo.
13. Las curvas de potencia de la rodilla y de la cadera se muestran en las siguientes gráficas de
una persona de 65 kg.
a) Diga a qué corresponde cada valle y cresta de la curva para la rodilla (K1, K2, K3, K4)
y la cadera (H1, H2, H3).
b) Calcule la máxima potencia de rodilla y cadera.
Jacquelin Perry. Gait Analysis. Normal and Pathological Function. SLACK Incorporated, 1992.
ISBN: 978-1-55642-192-1
Robert H. Fitzgerald, Herbert Kaufer, Arthur L. Malkani. Ortopedia, Volume 1. Ed. Médica
Panamericana. 2004, 1142 páginas
189
190 ÍNDICE ALFABÉTICO
Pronación, 181
Rótula, 114
Radio de giro, 145, 146
Relajación de tensiones, 25
Remodelado óseo, 43
Remodelado del ligamento, 66
Resiliencia, 16
Resistencia la fractura, 16
Rigidez, 16
Rodamiento, 84
Rodilla, 109
Rotación, 84, 149
Sarcómera, 50
Segmentos del cuerpo, 141, 149
Silla de montar (articulación), 84
Sobrepronación, 181
Subpronación, 181
Sumación, 54
Supinación, 181
Unión miotendinosa, 65
Unión osteotendinosa, 65
Unidad funcional (columna), 87
Yield, 27
192
Índice de figuras 193
195
196 Índice de tablas
Índice de tablas