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Guerra Espiritual

Adela Just

No toma mucho darnos cuenta que hay enfrentamientos entre el bien y el mal sucediendo todo el
tiempo en nuestro mundo; lo que no siempre reconocemos es nuestro rol en esto o el panorama de
la situación.

Cuando Jesús murió en la cruz, rompió el poder del diablo para siempre; Pablo escribe que Dios
nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado (vea Colosenses
1:13-15). Cuando Satanás estaba determinado a separar a la creación más preciosa de Dios, a Sus
hijos, a través de destrucción y pecado, Jesús abrió el camino para redimirnos y regresarnos a
tener relación con Dios.

Pero el juicio final y el castigo para Satanás está por venir (vea Apocalipsis 20:7-10); mientras tanto,
el enemigo trabaja implacablemente para que el corazón del hombre rechace a Dios y sabotear los
planes y propósitos de Dios en la tierra.

A través de la oración y la revelación de lo profético, el Espíritu Santo nos permite ver la realidad
de esta lucha y ser parte de empujar la oscuridad. Somos capaces de reconocer que las personas
no son nuestras enemigas; hay fuerzas espirituales del mal que están trabajando en nuestro mundo
(vea Efesios 6:12).

Se nos da la metáfora de guerra para resaltar la realidad del conflicto, pero somos recordados que
nuestras “armas” no son lo que el mundo consideraría como armas (vea 2 Corintios 10:3-5).

No tenemos que temer porque cuando aceptamos lo que Jesús hizo en la cruz, Dios nos da
autoridad sobre las tinieblas. Nuestras oraciones, palabras, acciones y dones espirituales tienen el
poder para rescatar a las personas del pecado, para exponer el engaño de Satanás y para llevar la
luz del amor y la verdad de Dios a los lugares oscuros.

A veces, la guerra espiritual puede parecer dura o agresiva; el decir “guerra espiritual” tiene una
connotación negativa, especialmente en nuestro mundo moderno que está devastado por la guerra.
Las implicaciones positivas de ese término son encontradas en un entendimiento sano de lo que
es la fortaleza, unidad y estrategia. Dios desea darle a Su gente el poder, la revelación y las
herramientas para invadir la oscuridad con Su luz y traer libertad a la vida de la gente.

A través de lo profético y la guerra espiritual, nuestra relación con Dios adquiere una nueva
dimensión. Nos damos cuenta de un propósito y una historia desarrollándose que es mayor que
nosotros y se nos da la oportunidad de colaborar activamente con Dios en redimir el mundo.

Es por eso que estamos comprometidos a enseñar y equipar al cuerpo de Cristo acerca de estas
cosas ¡No queremos que usted se pierda de ello!

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