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Alumno: Brayans Robert Lizano Castillo – FII

LA IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA
C.WRIGHT MILLS
Ideas y puntos clave:

 Hoy en día los hombres advierten que sus vidas privadas son una serie de
añagazas. Se dan cuenta de que en sus mundos cotidianos no pueden vencer
sus dificultades. Lo que hombres corrientes saben directamente y lo que tratan
de hacer está limitado por las órbitas privadas en que viven; sus visiones y sus
facultades se limitan al habitual escenario del trabajo, de la familia, de la
vecindad; en otros medios, se mueven por sustitución y son espectadores.
 La historia que afecta a todos los hombres es la historia del mundo. Ni la vida de
un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender
ambas cosas.
 No es sólo información lo que necesitan los hombres, no son sólo destrezas
intelectuales. Lo que necesitan, es una cualidad mental que les ayude a usar la
información y a desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidas de
lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo dentro de ellos. La
imaginación sociológica, es esa cualidad.
 La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario
histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la
trayectoria exterior de diversidad de individuos. Es la capacidad de pasar de una
perspectiva a otra
 El principal enemigo del hombre no es su misma indócil naturaleza y las fuerzas
ocultas reprimidas dentro de él; por el contrario, la principal amenaza son las
fuerzas ingobernables de la sociedad contemporánea con sus métodos
impersonales, penetrantes que transforman la naturaleza misma del hombre y
las condiciones y finalidades de su vida
 La principal tarea política e intelectual del científico social consiste en poner en
claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporánea.
 Los papeles que forman una institución no suelen ser precisamente sólo una
gran “complementariedad” de “expectaciones compartidas”, pues una institución
es una serie de papeles graduados en autoridad.
 No hay "gran teoría”, ningún sistema universal de acuerdo con el cual podamos
entender la unidad de la estructura social. Ninguna respuesta al viejo y cansado
problema del orden social, tomado en general.
Palabras clave

 Añagazas: Medio que se emplea con habilidad y astucia para engañar o


conseguir algo
 Absorta: Que dirige toda su atención a una actividad o pensamiento, aislándose
de lo que lo rodea.
 Relatividad: No hay un punto de referencia absoluto
 Indócil: Que no tiene docilidad.
 Trivialidades: Cualidad de lo que no tiene mucho interés o importancia
 Adeptos: Que es partidario de una persona, una cosa o una idea
 Inteligibilidad: Que puede ser comprendido o entendido.
 Abdicación: Traspaso o renuncia voluntarios de una dignidad, un cargo o un
derecho, en especial de la dignidad de soberano.
 Anuencia: Consentimiento o aprobación.
Punto de vista del lector
Dese lo expuesto en la obra de Mills, y con lo que concuerdo, se desprende la idea, y más
aún aseveración, de que la imaginación sociológica es una cualidad mental que nos ayuda
a usar la información y a desarrollar una habilidad plausible para conseguir recapitulaciones
lúcidas de lo que ocurre en el mundo y permitiéndonos así, quizás, entender lo que está
ocurriendo dentro de la intimidad del yo propio. La imaginación sociológica, entonces,
posibilitaría a quienes la ejercitan comprender el panorama histórico contemporáneo con
respecto a su significación y relevancia, referidas tanto a la carrera profesional como a la
propia vida privada de numerosas y heterogéneas personas, permitiéndoles evaluar de qué
manera los individuos, a través de su accionar cotidiano y consuetudinario, se ven atrapados
frecuentemente por una falsa conciencia acerca de sus respectivas posiciones sociales.

Entonces, el individuo solo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio


destino localizándose a si mismo en su época, y solo puede conocer sus propias
posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se hayan en las mismas
circunstancias. En las sociedades existen las inquietudes que afectan a los seres
individuales del órgano, atentando o amenazando sus valores. También en estas existen los
problemas estructurales que salen del entorno cercano o próximo de los seres y se
convierten en vertientes públicas, pues afectan a cantidades enormes de las masas. En
consecuencia, para entender a estos problemas estructurales, nos vemos obligados a mirar
más allá de ellos. En suma, el número de las variables de tales cambios estructurales
aumentan a medida que las instituciones dentro de las cuales vivimos se extienden y se
relacionan más intrincadamente entre sí.

Los hombres, habitualmente, no definen las inquietudes que sufren en relación con los
cambios históricos y las contradicciones institucionales. Por lo común, no imputan el
bienestar de que gozan a los grandes vaivenes de la sociedad en que viven. Los hombres
corrientes suelen ignorar lo que esa conexión significa para el tipo de hombres en que se
van convirtiendo y para la clase de actividad histórica en que pueden tener parte. Sin
embargo, las interrogantes y frente a la necesidad de ser seres racionales, buscan entender
lo que pasa, y es aquí donde no es sólo información lo que necesitan, no son sólo destrezas
intelectuales. Lo que necesitan, y lo que ellos sienten que necesitan, es una cualidad mental
que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para ver en retrospectiva y poder
situar su situación como un desenvolvimiento de actos de la historia sociológica misma. La
imaginación sociológica, es esa cualidad.

Conclusiones

 La imaginación sociológica es una cualidad mental que nos ayuda a usar la


información y a desarrollar una habilidad plausible para conseguir recapitulaciones
lúcidas de lo que ocurre en el mundo y permitiéndonos así, quizás, entender lo que
está ocurriendo dentro de la intimidad del yo propio.
 La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico
más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria
exterior de diversidad de individuos.
 La imaginación sociológica nos permite captar la historia y la biografía y la relación
entre ambas dentro de la sociedad. Esa es su tarea y promesa. Reconocer esa tarea
y promesa es la señal del analista social clásico.
 Ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin
entender ambas cosas. Pues la historia que afecta a todos los hombres es la
historia del mundo.
 La imaginación sociológica es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra.
Es la capacidad de pasar de las transformaciones más impersonales y remotas
a las características más íntimas del yo propio, y de ver las relaciones entre
ambas cosas.
 Los papeles que forman una institución no suelen ser precisamente sólo una
gran “complementariedad” de “expectaciones compartidas”, pues una
institución es una serie de papeles graduados en autoridad.
 No hay "gran teoría”, ningún sistema universal de acuerdo con el cual podamos
entender la unidad de la estructura social. Ninguna respuesta al viejo y cansado
problema del orden social, tomado en general.
Resumen
Ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender
ambas cosas. Pues la historia que afecta a todos los hombres es la historia del mundo.
Hoy en día los hombres advierten que sus vidas privadas son una serie de añagazas.
Se dan cuenta de que en sus mundos cotidianos no pueden vencer sus dificultades. Las
gentes saben directamente que lo que tratan de hacer está limitado por las órbitas
privadas en que viven; sus visiones y sus facultades se limitan al habitual escenario del
trabajo, de la familia, de la vecindad; en otros medios, se mueven por sustitución y son
espectadores. Frente a la necesidad de entender lo que pasa se acentúa la idea de que
el individuo solo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino
localizándose a si mismo en su época, y solo puede conocer sus propias posibilidades
en la vida si conoce las de todos los individuos que se hayan en las mismas
circunstancias.
Entonces, no es sólo información lo que necesitan los hombres, no son sólo destrezas
intelectuales, lo que necesitan, y lo que ellos sienten que necesitan, es una cualidad
mental que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir
recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo
dentro de ellos. La imaginación sociológica se convierte en esa cualidad que permite a
su poseedor comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado
para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos, siendo el
uno de estos.
Todo ser social, desde lo individual, contribuye a dar forma a la sociedad y al curso de
su historia, aun cuando él está formado por la sociedad y su impulso histórico. Desde
esta idea, es la imaginación sociológica la herramienta que les permite a estas gentes
captar la historia, la biografía y la relación de ambas dentro de la sociedad, y como es
que ellos, como parte del organismo social, participan activamente dentro de estas
interacciones.
La imaginación sociológica es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra. Es la
capacidad de pasar de las transformaciones más impersonales y remotas a las
características más íntimas del yo propio, y de ver las relaciones entre ambas cosas.
Siempre tiene la necesidad de saber el significado social e histórico del individuo en la
sociedad y el periodo en el que tiene su cualidad y su ser. La imaginación sociológica
es la forma de la conciencia de si mismo.
La distinción más fructuosa con que opera la imaginación sociológica es quizás la que
hace entre “las inquietudes personales del medio” y “los problemas públicos de la
estructura social”. Pues los individuos que la poseen adquieren un modo nuevo de
pensar, experimenta un trastrueque de valores. El individuo, dentro de la sociedad,
presenta inquietudes en el carácter individual y en el ámbito de sus relaciones con otros.
El enunciado y la resolución de esas inquietudes corresponde propiamente al individuo
como entidad biográfica y dentro del ámbito de su ambiente inmediato: el ámbito social
directamente abierto a su experiencia personal y, en cierto grado, a su actividad
deliberada. Estas inquietudes son todo aquello que amanece los valores del individuo y
su yo personal. Por otro lado, existen problemas que abarcan y salen del ámbito
individual y afligen sociedades enteras, un problema, entonces, es un asunto público.
Un problema implica crisis en los dispositivos institucionales, así como también,
contradicciones o antagonismos. Enfrentar estos problemas estructurales, nos obligan
a examinar los problemas políticos y económicos que afectan a innumerables medios.
El individuo corriente será impotente para resolver las inquietudes que el sistema o falta
de este le imponen. Y para comprender los cambios de muchos medios personales,
entonces, nos vemos obligados a mirar más allá de ellos. En suma, el número de
variables de tales cambios aumenta a medida en que las instituciones se extienden y se
relacionan intrínsicamente entre sí.
Los individuos dentro del globo sociológico y en toda la historia experimentan bienestar,
crisis, pánico, indiferencia, malestar, ansiedad. El nuestro es un tiempo de malestar e
indiferencia. Pero frente a estos sentimientos vagos, no sé ha dicho cuáles son los
valores que se amenazan ni que es lo que los amenazan. En consecuencia. No se han
llevado a punto de discusión y mucho menos han sido formulados como problemas de
la ciencia social. Es el malestar lo que constituye la inquietud, la indiferencia lo que
constituye el problema. Y esta situación de malestar e indiferencia constituye el signo
distintivo de nuestro tiempo.
El principal enemigo del hombre no es su misma indócil naturaleza y las fuerzas ocultas
reprimidas dentro de él; por el contrario, la principal amenaza son las fuerzas
ingobernables de la sociedad contemporánea con sus métodos impersonales,
penetrantes que transforman la naturaleza misma del hombre y las condiciones y
finalidades de su vida La principal tarea política e intelectual del científico social consiste
en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporánea. Y, es
aquí, donde se evidencia que la imaginación sociológica es la cualidad más necesaria.
En la época moderna las ciencias físicas y biológicas no bastan, haciendo que la
imaginación sociológica se esté convirtiendo en el principal común divisor de nuestra
vida cultural. Por medio de ella se busca orientar el presente como historia. Se alza
como una cualidad mental que parece prometer de la manera más dramática la
comprensión de nuestras propias realidades íntimas en relación con las más amplias
realidades sociales.
La gran teoría
En la gran teoría el autor nos dice que las gentes admiten con frecuencia las mismas
normas y esperan que todos se atengan a ellas. En la medida en que lo hacen así, su
sociedad puede ser una sociedad ordenada. Los hombres actúan a favor y en contra
unos de otros. Cada uno tiene en cuenta lo que los demás esperan. Cuando esas
mutuas expectativas son suficientemente definidas y duraderas, las llamamos normas.
Cada individuo también espera que los demás reaccionen a lo que él hace. A esas
reacciones esperadas las llamamos sanciones. Cuando los hombres se guían por
normas y sanciones, podemos decir que están representando papeles conjuntamente.
Y en realidad, lo que llamamos una institución probablemente se define mejor como un
conjunto más o menos estable de papeles. Mills Añade que los papeles que forman una
institución no suelen ser precisamente sólo una gran “complementariedad” de
“expectaciones compartidas”, pues una institución es una serie de papeles graduados
en autoridad. En suma, entendemos que el orden social es posible por los valores
comúnmente aceptados. Hablamos de un sistema social en el que los individuos actúan
con referencia el uno del otro. El equilibrio para este sistema se logra con la socialización
y el control social.
Parsons, trata de “aquel aspecto de la teoría de los sistemas sociales relativo a los
fenómenos de la institucionalización de los tipos de valor-orientación del sistema social,
con las condiciones de esa institucionalización; y de los cambios de los tipos, con las
condiciones de conformidad con, y desviación de, una serie de dichos tipos, y de los
procesos motivacionales en cuanto están implicados en ellos’’. Este simplemente
supone que hay, probablemente en toda sociedad, la “jerarquía de valores”. La idea
expuesta del orden normativo nos lleva a suponer una especie de armonía de intereses
como característica natural de toda sociedad. La eliminación mágica del conflicto y la
maravillosa consecución de la armonía alejan de esta teoría “sistemática” y "general”
las posibilidades de tratar el cambio social, la historia. toda idea sistemática de cómo
sucede la historia, de su mecánica v procesos, son inasequibles para la gran teoría, y,
en consecuencia, cree Parsons^ para la ciencia social.
Para terminar Mills concluye que no hay "gran teoría”, o sistema universal de acuerdo
con el cual podamos entender la unidad de la estructura social. Ninguna respuesta al
viejo y cansado problema del orden social, tomado en general.

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