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Detectar pronto el problema, tener una idea clara de la solución y permitir a los
empleados enfrentados que se expliquen, es la clave para resolver un conflicto.
La Organización Internacional del Trabajo recomienda resolver los problemas por
vías informales, pero si no es posible tener previsto un protocolo formal de
mediación y arbitraje.
El roce no siempre hace el cariño. A veces ocurre todo lo contrario. Pasar juntos
muchas horas bajo importantes dosis de tensión y estrés esto hace surgir
situaciones puntuales de tensión y en el peor de los casos puede llegar a generar
verdaderas guerras abiertas entre compañeros.
Un reciente estudio realizado por Universidad revela que en el 88% de los casos
de las empresas no reaccionan ante este tipo de situaciones que cuando se
enquistan no sólo afectan a los trabajadores implicados sino que pueden
deteriorar ostensiblemente el ambiente de trabajo e incluso los resultados.
Por tal motivo tenemos estos 9 pasos para resolver un conflicto laboral, uno a
uno:
Ya hemos detectado que existe un obstáculo entre dos partes, pero esto incumbe
únicamente a ellos. En los problemas organizacionales por lo general suelen
producirse grupos de distintas opiniones creando una trifulca entre bandos muy
peligrosa. Trata de detectar el problema, TODOS los participantes de este y actúa
en consecuencia.
Si necesitas resolver un conflicto, debes crear las condiciones para que esto
ocurra. Por ello, es importante reunir a los implicados en privado en una sala
agradable y con luz natural a ser posible. Haz saber que el motivo de la reunión es
resolver la disputa y céntrate en los objetivos sin dar pie a disputas de carácter
personal, el único objetivo es resolver el problema profesional. Por otro lado,
muéstrate optimista e incide en los objetivos comunes donde ambos puedan estar
de acuerdo.
Ya conoces las versiones de ambas partes. Tu trabajo ahora debe ser que la
versión coincida dentro de la misma sala con todos los implicados. Encuentra un
terreno común donde ambos se sientan cómodos, debe haber un acuerdo en la
raíz del problema.
Arbitraje Voluntario
Muchas de las legislaciones que establecen sistemas de resolución de conflictos
prevén el sometimiento discrecional de las controversias al arbitraje voluntario,
que es en realidad la forma de arbitraje más ampliamente utilizada. El fomento y la
promoción del arbitraje voluntario pueden efectuarse por diversos medios, incluso:
Arbitraje Obligatorio
El arbitraje se considera obligatorio cuando un conflicto puede someterse a este
procedimiento sin el acuerdo o consentimiento de todas las partes involucradas
(ya sea a instancia de parte, del gobierno o de un organismo independiente), y la
controversia se ha de resolver mediante laudo arbitral obligatorio. El arbitraje
obligatorio de conflictos de intereses resulta controversial en la medida que, por
regla general, se relaciona con restricciones al derecho de huelga, y limita la
libertad de las partes de negociar colectivamente. A menudo se considera que el
arbitraje obligatorio tiende a socavar la negociación colectiva y a disminuir la
voluntad de las partes de aceptar llegar a establecer compromisos, cuya
realización son indispensables para la negociación colectiva eficaz.
Procedimientos arbitrales
En el caso del arbitraje voluntario, la legislación normalmente requiere el acuerdo
de las partes para someter el conflicto a arbitraje. Sin embargo, en algunos países
el funcionario a cargo de la conciliación u otra autoridad puede o debe someter el
diferendo al arbitraje, quedando a salvo la libertad de las partes de rechazar el
laudo arbitral, con la previsión de que de no mediando tal rechazo dentro de un
plazo estipulado el laudo adquiere obligatoriedad para las partes.