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Nicolás Frías Garay

Teologia Biblica III

CONDICIONES
PARA EL
SEGUIMIENTO
Mt. 16, 24-28 Mc. 8, 34.9, 1 Lc. 9, 23-27
24 Entonces dijo Jesús a 34 Llamando a la gente a 23 Decía a todos: «Si
sus discípulos: «Si alguno la vez que a sus alguno quiere venir en
quiere venir en pos de mí, discípulos, les dijo: «Si pos de mí, niéguese a sí
niéguese a sí mismo, alguno quiere venir en mismo, tome su cruz
tome su cruz y sígame. pos de mí, niéguese a sí cada día, y sígame.
mismo, tome su cruz y
25 Porque quien quiera sígame. 24 Porque quien quiera
salvar su vida, la perderá, salvar su vida, la perderá;
pero quien pierda su vida 35 Porque quien quiera pero quien pierda su vida
por mí, la encontrará. salvar su vida, la perderá; por mí, ése la salvará.
pero quien pierda su vida
26 Pues ¿de qué le por mí y por el Evangelio, 25 Pues, ¿de qué le sirve
servirá al hombre ganar el la salvará. al hombre haber ganado
mundo entero, si arruina el mundo entero, si él
su vida? O ¿qué puede 36 Pues ¿de qué le sirve mismo se pierde o se
dar el hombre a cambio al hombre ganar el arruina?
de su vida? mundo entero si arruina
su vida? 26 Porque quien se
27 «Porque el Hijo del avergüence de mí y de
hombre ha de venir en la 37 Pues ¿qué puede dar mis palabras, de ése se
gloria de su Padre, con el hombre a cambio de su avergonzará el Hijo del
sus ángeles, y entonces vida? hombre, cuando venga
pagará a cada uno según en su gloria, en la de su
su conducta. 38 Porque quien se Padre y en la de los
avergüence de mí y de santos ángeles.
28 Yo os aseguro: entre mis palabras en esta
los aquí presentes hay generación adúltera y 27 «Pues de verdad os
algunos que no gustarán pecadora, también el Hijo digo que hay algunos,
la muerte hasta que vean del hombre se entre los aquí presentes,
al Hijo del hombre venir avergonzará de él cuando que no gustarán la
en su Reino.»” venga en la gloria de su muerte hasta que vean el
Padre con los santos Reino de Dios.»”
ángeles.»

1 Les decía también: «Yo


os aseguro que entre los
aquí presentes hay
algunos que no gustarán
la muerte hasta que vean
venir con poder el Reino
de Dios.»”
Critica textual
Marcos
El inicio de la perícopa está indicado por el cambio de auditorio de Jesus, en 8, 31-
33 se encuentra solo con sus discípulos, ahora se incorpora la gente, del mismo
modo hay un cambio de la temática, de la pregunta sobre ¿quien dice la gente que
soy? Y la reprensión de Pedro se cambia a la enseñanza sobre el discipulado. El fin
de la perícopa está dado en 9,1 por el cambio temporal, “seis días después”; el
cambio espacial, “un monte alto” y los personajes que se encuentran en la escena,
Jesus y sus tres discípulos.

En el marco del evangelio, la perícopa se encuentra en la segunda parte del


evangelio, luego del turning point, en la primera sección en la que encontramos a
Jesus recorriendo por Galilea y Judea, camino a Jerusalén, anunciando su muerte
y resurrección.

Dentro de la sección, se encuentra en el marco de una agrupación de enseñanzas


separadas, principalmente, por criterios topográficos y cronológicos, luego del
primer anuncio de su muerte y resurrección, a lo que sigue la incomprensión por
parte de Pedro; y antes del segundo anuncio de la pasión y resurrección, a lo que
seguirá la incomprensión de los discípulos.

El sentido de la sección el de mostrar su filiación divina, que lo lleve a asumir un


mesianismo de muerte y resurrección. De este modo la perícopa se enmarca en
una catequesis sobre la pasión, muerte y resurrección, en la que se distinguen tres
anuncios sobre esta temática, seguidos de la nota de incomprensión, y de alguna
enseñanza ética que muestran las condiciones necesarias para el conocimiento de
este modo de mesianismo.

Con todo esto, Marcos sugiere que solo le es posible conocer al Mesías, que muere
y resucita, aquel que acepta estos valores, siendo la perícopa elegida la primera de
esta enseñanzas, en la que Jesus invita a los discípulos y al pueblo en general a
optar radicalmente por el, negándose a sí mismo y cargando con la cruz. Si alguno
se avergüenza de él, Jesus se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su
Padre. Mc, para concretar la verdad de esta enseñanza, conecta la perícopa con la
transfiguración, en la que algunos pocos tienen la posibilidad de la experiencia del
Reino.

Mateo
En relación a Mt, el texto se enmarca dentro del discurso eclesiológico.

En general Mt sigue el orden de Mc pero dandole un sentido nuevo, indicando la


separación progresiva que realiza Jesus de los Hijos del mundo para unirse a los
Hijos del Reino. Esta separación se inicia en los capítulos previos en los que la
oposición y la incredulidad hacia Jesús empiezan a endurecerse, a travez de las
distintas confrontaciones que este tiene con los responsables del judaísmo.
De este modo, su ministerio se va circunscribiendo cada vez mas a sus discípulos,
lo que lleva a Mt a explicitar el tipo de vida eclesial que antes solo dibujaba de modo
superficial y a mostrar una clara ruptura con las estructuras judías de su época.

Lucas
En relación a Lc, la perícopa se sitúa en la primera sección que corresponde a la
obra de Jesus en la Galilea, una sección kerygmática caracterizada por la
presentación de Jesús y su obra.

En relación a la sección, la perícopa se encuentra en el último de siete desarrollos,


caracterizado por ser el culmen de la presentación de Jesus, revelando su grandeza
como profeta y salvador.

Comparación sinóptica
En Mc convoca (προσκαλεσαμενος) a la gente y a sus discípulos para iniciar su
enseñanza, mientras que en Lc se lo decía (ελεγεν) abiertamente a todos, puesto
que se trata del inicio de la predicación de Jesus; en Mt solo se se las pronuncia a
sus discípulos, puesto que Jesús estaba retirándose cada vez más del circulo
público para dedicarse a ellos.

En cuanto a la negación de sí mismo los tres evangelistas mantienen la misma


construcción (απαρνησασθω εαυτον), en el mismo tiempo verbal, lo cual implica
romper la fidelidad que se profesaba a ideales o personas. Del mismo modo, la
construcción “tome su cruz” (αρατω τον σταυρον) es idéntica en los tres evangelistas,
aunque la versión lucana agrega “cada día” (καθ ημεραν); y (και) expresa relación
condicional; la expresión de seguimiento (ακολουθειτω μοι) es idéntica en los tres
evangelistas.

La construcción del v. 35 es en general homogénea a Lc y Mt salvo que estos


últimos decidieron dejar de lado la segunda condición para salvar la vida, el
evangelio (ευαγγελιου); en contraposición a la perdida de la vida, otra diferencia
notable es que Mt haya cambiado la palabra salvar (σωσει), por encontrar (ευρησει)
como resultad de la entrega de la vida.

En el versículo 36 Mc contrapone directamente el ganar el mundo con perder la


vida, mientras que Mt agrega una pregunta retórica, ¿qué puede dar el hombre a
cambio de su vida? Sabiendo que no hay nada tan valioso pero, contraponiendo de
alguna forma el ganar el mundo frente al precio por la vida; Lc, por su parte, lo
encamina de forma distinta y presupone la perdición frente a la ganancia de los
bienes. Mc lo resuelve en el v. 37 con una pregunta retórica sabiendo que el hombre
no puede dar nada a cambio de recobrar (τι γαρ δοι ανθρωπος ανταλλαγμα της ψυχης
αυτου) la vida perdida.

Sobre la vergüenza que provoca Jesús solo insisten Lc y Mc, mientras que Mt deja
de lado parte del versículo y opta por dejar solo el momento escatológico. Mc en el
v. 38 insiste en declarar adultera a la generación, más correcto sería decir idolatra
o descreída en el sentido del A.T. (μοιχαλιδι), Lc realiza algunas correcciones
estilisticas en cuanto a la gramática de la oración, pero manteniendo la idea
principal, sobre la venida gloriosa del Hijo compartida con la del Padre y con los
ángeles; Mt, siendo más fiel al texto de Mc, habla de la venida del Hijo, en la gloria
del Padre con los ángeles. Mc agrega que la vergüenza no es solo a Jesús, sino
también a sus palabras (λογους), esto Lc también lo va a seguir.

El ultimo versículo fue interpretado de forma diversa por Lc y Mt. Mc pone el acento
en el Reino de Dios, el cual va a venir con poder (εν δυναμει); Lc por su parte, al ser
mas medido en algunas de sus afirmaciones, quita el “poder” y solo afirma la venida
del Reino; Mt en cambio, al querer utilizar determinadas categorías judías resalta la
figura del Hijo del Hombre que es quien ha de venir en su Reino.

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