El termino especie, es un concepto que aún no ha sido completamente aceptado en el campo
de la microbiología, esencialmente en cuanto a procariotas se refiere. La taxonomía permite separar las bacterias por especies en base a su información fenotípica, genotípica y de filogenia basada en secuencia, estos términos permiten una descripción e identificación del microorganismo en cuestión, pero no resuelve completamente lo que constituye una especie procariota. Por lo tanto, la definición del termino especie en microbiología determinará el cómo se diferencian y constituyen las variedades que conforman dicho mundo. En la actualidad, el termino especie en microbiología se refiere a una colección de cepas que presentan un alto grado de similaridad respecto a unos rasgos independientes. Dentro de los rasgos fundamentales considerados para agrupar dichas cepas está la hibridación DNA-DNA de al menos un 70% y un parecido del 97% en el gen del 16S rRNA. El concepto de especie utilizado en biología no se considera efectivo para referirse a procariotas, esto en gran parte debido a la forma de reproducción (asexual) que permite la recombinación y transferencia vertical, y la transferencia horizontal de genes. Teniendo esto en cuenta, un concepto de especie apropiado es el filogenético, que indica la agrupación de cepas que comparten múltiples genes entre si y se diferencian claramente de otras (es decir, cada grupo es monofilético). Definido el concepto de especie en procariotas, ahora se plantea la interrogante ¿Cómo surgieron nuevas especies de microorganismos?, una forma de explicar este suceso es la especiación, que es un proceso mediante el cual una población de una determinada especie da lugar a otra u otras especies. Dado que las especies evolucionan a partir de ancestros comunes (una definición de especies evolutivas y filogenéticas), por ejemplo, la gran pregunta no es tanto qué especies son, sino qué fuerzas evolutivas las diferencian (y las mantienen). Darwin, como uno de los primeros en hablar del termino evolución, enfatizó el papel de la selección natural y la competencia para dar forma a las especies y mantenerlas en nichos ecológicos separados. Dobzhansky y Mayr destacaron la importancia del aislamiento reproductivo para mantener la distinción genética de las especies; este "concepto de especie biológica" (BSC) basado en el aislamiento sexual no se aplica fácilmente a los organismos que se reproducen asexualmente, incluidas la mayoría de las bacterias y las arqueas (como ya se había mencionado anteriormente). Simpson sugirió de manera más general que las distintas especies deben tener una evolución separada, y Van Valen sostuvo que esta separación se debe principalmente a la distinción ecológica, no al aislamiento reproductivo. Para saber si se puede identificar unidades genéticamente y ecológicamente congruentes, se debe tener en cuenta las peculiaridades de la evolución bacteriana y arqueal, es decir, los distintos modos y tasas de intercambio genético. En estos organismos, la incorporación de nuevo material genético es siempre unidireccional y conduce a la conversión de genes por recombinación homóloga o a la adición de genes por recombinación no homóloga. De hecho, esta distinción podría no ser tan clara, ya que se ha encontrado evidencia creciente de que la recombinación homóloga a menudo está involucrada en la adición y pérdida de genes. Es importante destacar que las tasas y los límites de esta transferencia de genes pueden variar considerablemente. Una posibilidad para la especiación son los procesos de selección periódica, esto se refiere a la capacidad que desarrolla un microorganismo en algún tipo de nicho específico dentro un hábitat, que le permite un mejor desarrollo. Estas capacidades, pueden obtenerse mediante mutaciones beneficiosas que incrementan la eficiencia de la célula, lo cual a su vez, incrementa su reproducción, esto conlleva a que la progenie portadora de dicha mutación termine siendo la especie predominante. Sucesivos procesos de mutación en un microorganismo dentro de un nicho específico terminará distinguiéndolo genéticamente de los otros, y así todas las células de este linaje serán identificadas como una nueva especie. Cabe resaltar que todas estas variaciones pueden darse de forma gradual con el transcurrir del tiempo o por cambios bruscos en el medio del nicho que induzcan cambios en la célula. En algunos casos, la transferencia horizontal de genes (HGT) entre organismos relacionados a distancia puede crear genotipos que varían en propiedades de relevancia ecológica mediante la adquisición de funciones, como la resistencia a los antibióticos o la fijación de nitrógeno, que los distinguen de genotipos estrechamente relacionados. Al mismo tiempo, el genotipo del receptor también se ha vuelto ecológicamente similar, en al menos una dimensión de nicho, al organismo del cual adquirió la nueva vía. De hecho, tal diferenciación funcional se observa entre aislamientos ambientales estrechamente relacionados y, en combinación con una alta rotación de genes, se ha tomado como evidencia de que la adquisición y pérdida de genes es tan alta que erosiona rápidamente cualquier asociación de nichos de linajes. Por extensión, la misma noción de un linaje ha sido cuestionada por los mismos motivos, con la consecuencia de que casi cada genotipo podría representar su propia unidad ecológica independiente que solo puede ser reconocida por los genes funcionales que porta. Aunque actualmente, se ha demostrado una mayor participación de los mecanismos de transferencia horizontal en algunas especies, la especiación se debe fundamentalmente a la selección periódica y la mutación (dada por la transferencia vertical de genes) ya que, es muy poca la probabilidad de intercambio genético de este tipo, y también en su mayoría los cambios son transitorios, y las características obtenidas se pierden con el tiempo. Ahora el desafío es entonces desarrollar una comprensión de cómo se originan y mantienen los grupos genotípicos, y si están optimizados de forma selectiva para ocupar nichos suficientemente diferentes para coexistir con otros grupos. Es importante destacar que cualquier intento de este tipo debe tener en cuenta la considerable diversidad genotípica que se encuentra en las poblaciones ambientales, que a menudo consisten en genomas que difieren en una fracción considerable de su contenido genético y muestran una gran diversidad alélica, incluso si la mayoría de sus genes sugieren relaciones cercanas. En conclusión, el desarrollo de diferentes microbianas se debe a distintos factores que han jugado un papel importante a lo largo del tiempo, y puede que aun con los cambios que se están dando debido a la influencia del hombre en muchos ecosistemas la velocidad de diversificación de especies aumente. El desarrollo de técnicas moleculares más complejas que permitan obtener información de manera más eficiente y confiable, así como la constante evolución de los microorganismos, conllevara a la realización de cambios en la taxonomía y la clasificación de muchas especies conocidas, y ampliará el conocimiento sobre este particular mundo. BIBLIOGRAFIA Madigan, M., Martinko, J., Dunlap, P., & Clark, D. (2009). Brock, Biología de los Microorganismos (Duodécima ed.). Madrid: Pearson Educación S.A. Shapiro, J., & Polz, M. (Octubre de 2015). Microbial Speciation. Cold Spring Harbor Perspectives in Biology, 7(10). Obtenido de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4588065/ Shapiro, J., Leducq, J.-B., & Mallet, J. (31 de Marzo de 2016). What Is Speciation? PLOS GENETICS. Obtenido de https://journals.plos.org/plosgenetics/article?id=10.1371/journal.pgen.1005860