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Revista Colombiana de Psicología

ISSN: 0121-5469
revpsico_fchbog@unal.edu.co
Universidad Nacional de Colombia
Colombia

Carrillo G., Jairo E.


Analogía y metáfora en el análisis organizacional. Un ejemplo: la organización como cárcel
Revista Colombiana de Psicología, núm. 12, 2003, pp. 108-113
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, Colombia

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Revista Colombiana de Psicología,
2003, No. 12, 108-113

ENSAYO

ANALOGÍA Y METÁFORA EN EL ANÁLISIS ORGANIZACIONAL


UN EJEMPLO: LA ORGANIZACIÓN COMO CÁRCEL
Analogy and metaphor in organizational analysis. An example: The organization as a jail
Jairo E. Carrillo G.
Universidad Nacional de Colombia

RESUMEN ABSTRACT

Este ensayo busca mostrar cómo la analogía y la metáfora This essay is aimed to show how analogy and metaphor
constituyen recursos metodológicos adecuados para are suitable methodological resources in order to describe
describir y comprender aspectos centrales de la dinámica and understand core aspects of the organizational
organizacional, no accesibles por otros métodos. Como dynamics, inaccessible by any other means. As an
ilustración se hará énfasis en la metáfora que asocia las illustration, emphasis will be put on that metaphor which
organizaciones con el concepto de prisión psíquica o associates organizations with the concept of psychic
cárcel virtual. prison or virtual jail.
Palabras clave: análisis organizacional, organizaciones, Key words: organizational análisis, organizations,
metáfora, analogía, psicología organizacional metaphor, analogy, organizational Psychology

S
e pretende mostrar cómo analogía y metáfora ritu humano. Para dicho autor, la ausencia de téc-
constituyen recursos metodológicos adecua nicas de razonamiento aceptables pero distintas a
dos para describir y comprender aspectos cen- las derivadas de la lógica formal dejaría sin objeto a
trales de la dinámica organizacional, no accesibles por la filosofía moral, la filosofía política y la filosofía
otros métodos. Se hará énfasis, a manera de ilustra- del derecho, puesto que los juicios de valor y los
ción, en la metáfora que asocia las organizaciones con “principios de toda conducta serían puramente
el concepto de prisión psíquica o cárcel virtual. irracionales, expresión de nuestras tradiciones, de
nuestros prejuicios y de nuestras pasiones”
LA NUEVA RETÓRICA O LA TEORÍA DE LA (Perelman, 1998, p. 10-11). En psicología ocurre
ARGUMENTACIÓN algo parecido: no siempre todas las observaciones y
La contribución más significativa a la fundamenta- planteamientos pueden extraerse de métodos incon-
ción teórica contemporánea del uso de la analogía y la trovertibles que conduzcan a teoremas demostrables
metáfora en las ciencias sociales es la del filósofo y abo- mediante una lógica operatoria, ni es posible so-
gado polaco Chaim Perelman, nacido en 1912, precur- meter la totalidad de los problemas al análisis expe-
sor indiscutible de la nouvelle rhétorique. Es ésta una ten- rimental riguroso o al registro estadístico sistemá-
dencia filosófica que en los años cincuenta del siglo tico como pre-requisito para su examen. Tanto en
XX, asumió la tarea de rehabilitar la retórica clásica en la investigación científica como en la práctica pro-
el sentido original de Platón y Aristóteles, es decir, el fesional –quizá más en esta última, desde luego- es
arte de persuadir no sólo con recursos y figuras orna- frecuente que el psicólogo se encuentre de pronto
mentales sino con la voluntad de mostrar la verdad, la en un dominio en el que se trata de establecer lo
belleza o la bondad de una postura teórica o de una que es preferible, lo que es aceptable y razonable
apreciación frente a un producto o problema del espí- sin que sea posible derivar deducciones formalmen-
Analogía y metáfora en el análisis organizacional

te correctas, ni inducciones que posibiliten llegar a su- cluir que se trata de un mecanismo espontáneo de funcio-
puestos principios universales. namiento de la inteligencia humana y, a la vez, un recurso
Apoyándose en Aristóteles, Perelman recuerda que comunicacional de mucho valor.
hay dos tipos de razonamiento, el analítico y el dialéc- Según Perelman la analogía puede entenderse como
tico; el primero se estudia en la lógica formal, en tanto un símil, “... cuya fórmula más general es A es a B como
que el segundo es el objeto de la teoría de la argumen- C es a D” (Perelman, 1989, p. 570), en donde más que
tación. Para Aristóteles un razonamiento es dialéctico una relación de semejanza hay, al decir de Grenet, una
si sus premisas están constituidas por opiniones gene- semejanza de relación (citado por Perelman, 1989, p. 570).
ralmente aceptadas “por todos, por la mayoría o por La relación entre A y B es denominada por Perelman
los filósofos” (Aristóteles, Tópicos, 100ª, 22-24 y 30- el tema mientras que la existente entre C y D es el foro,
31). Su valor argumentativo no se deriva de una pro- palabra de etimología latina cuyo significado etimoló-
babilidad calculable sino de su “razonabilidad”, como gico lo acerca a nociones tales como llevar o transferir.
cuando en el mundo organizacional intentamos res- La analogía cumple su cometido gracias a que el foro
ponder preguntas tales como: ¿la gerencia participativa es mejor conocido que el tema, como ocurre en lo re-
es o no la mejor forma de gobierno corporativo?, ¿le franes arriba mencionados que sirven de foro a múlti-
conviene a esta empresa adoptar una política de ges- ples relaciones del tipo “A es a B” que el orador supone
tión del conocimiento?, ¿cuándo debemos promover pueden clarificarse con la ayuda de la semejanza de rela-
a nuestro personal a posiciones de jefatura y cuándo ción proporcionada por el foro cuya comprensión in-
resulta mejor “importarlos”?, etc. Hay, entonces, un mediata e intuitiva se da por supuesta. Es muy conoci-
vasto mundo de situaciones y problemas en donde no da en algunos países latinoamericanos la analogía con-
es posible demostrar nada, en el sentido matemático, testataria que proclama que “... la justicia militar es a la
sino solamente argumentar y hacerlo en forma tal que justicia, como la música militar a la música”, a través
se logre la aceptación (o el rechazo) de la tesis debati- de la cual se pone en duda la competencia de los mili-
da. Se hace necesario, por lo tanto, desarrollar una teo- tares para administrar justicia.
ría de la argumentación que cubra todo el campo del Perelman identifica algunos requisitos para que se
discurso no demostrativo en donde jamás se puede dé la analogía: uno es el ya nombrado de la asimetría
aportar evidencia irrefutable. de conocimiento entre tema y foro; otro el que perte-
A esa tarea se consagró el filósofo polaco en un es- nezcan a campos diferentes, puesto que si provienen
fuerzo por establecer las condiciones bajo las cuales es del mismo estaremos frente a una simple semejanza,
posible construir argumentaciones que procuren una un ejemplo o una ilustración, pero no una analogía pro-
visión de lo real aceptable a un auditorio que las en- piamente dicha.
cuentra razonables o plausibles. Un elemento central Pero la analogía no siempre presenta cuatro térmi-
en esa teoría argumentativa lo constituye el uso de la nos, como puede suponerse al decir que “A es a B como
analogía y la metáfora, tal como lo presenta en L’Empire C es a D”. En no pocas ocasiones se reduce a tres por-
Rhétorique et Argumentation, su última obra, publicada que uno de ellos figura dos veces en el esquema, como
en París en 1977 (Perelman, 1998). cuando Heráclito exclama “El hombre, respecto a la
divinidad, es tan pueril como el niño respecto al hom-
1
ANALOGÍA bre” (citado por Perelman, 1989, p. 575) . Puede ob-
El razonamiento analógico ha sido ampliamente servarse aquí que, no obstante el uso común en tema y
utilizado en filosofía, en ciencias sociales y también foro del término “hombre”, los campos de aplicación
en las naturales, como un valioso recurso que permi- de ambos son bien distintos, lo cual posibilita el razo-
te expresar mejor el sentido de una afirmación, con namiento analógico. También la analogía de tres tér-
propósitos tanto persuasivos como pedagógicos. Del minos se construye en ocasiones sobre un esquema “A
mismo modo, en el lenguaje corriente es frecuente es a B como A es a C”. Perelman ilustra este caso con
su empleo como ocurre con los refranes. “Tanto da el un ejemplo extraído de Demóstenes: “Pero cuando se
cántaro al agua que al fin se rompe”; “eso es llover echa dinero al otro lado, como en un platillo de la ba-
sobre mojado”; “en el país de los ciegos el tuerto es
1
rey”, etc. En estos casos el enlace analógico va implí- Obsérvese que aquí la analogía toma la forma A es a B como C
cito, pero su generalizada comprensión permite con- es A.

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lanza, se va éste llevándose consigo y arrastrando con pectos contenidos en el foro; lo que en ella interesa como
él el razonamiento, y el que tal ha hecho ya no podría recurso argumental es “suscribir una cierta escogencia
hacer cálculo de nada en forma correcta y sana” (p. 577). de aspectos que importa poner en evidencia en la des-
Para refutar la argumentación analógica se debe cripción de un fenómeno” (Perelman, 1998, p. 159).
comenzar por desvirtuar la semejanza de asociación a
la que hicimos referencia. En el ejemplo sobre la jus- METÁFORA
ticia militar y la música militar, quien se proponga La metáfora es, en general, “un acertado cambio de
defender la primera puede intentar desvirtuar el ar- significación de una palabra o de una locución”
gumento de que la segunda, es decir, la música mili- (Quintiliano, citado por Perelman, 1989, p. 610), pero,
tar, sea en realidad tan defectuosa como se insinúa. en el contexto de la teoría argumentativa, Perelman la
Tal objeción puede difícilmente prosperar, sin em- concibe como “una analogía condensada, resultante de
bargo, cuando el orador logra mostrar que tanto el la fusión de un elemento del foro con uno del tema” (p.
tema como el foro dependen de un principio común. 611). Esta capacidad de fusión es la causa de que la me-
En psicología social y organizacional, por ejemplo, se táfora sea escogida muy frecuentemente en la creación
acostumbra a definir la cohesión de un grupo por literaria y filosófica e, incluso, parezca imprescindible.
analogía con la de un cuerpo físico, aduciendo que, Perelman ilustra este aserto con la expresión de Pascal
así como la cohesión de éste depende de la fuerza de “... el hombre sólo es una caña, la más débil de la natu-
atracción entre sus moléculas, del mismo modo la de raleza; pero es una caña que piensa” (p. 617). De igual
un cuerpo social está constituida por la atracción modo, cuando Hobbes exclama que “el hombre es lobo
interpersonal o la que ejercen ciertas características para el hombre”, hace uso de una metáfora que pone en
del grupo sobre sus integrantes. Ello podría signifi- evidencia muy contundentemente las dificultades que
car, de paso, que algunas propiedades de la cohesión para una pacífica convivencia han experimentado siem-
física se encontrarían, supuestamente, en la social o pre los seres humanos en todas las épocas. En el arte, la
grupal. metáfora es insustituíble para describir algunas caracte-
Cuando una analogía es aceptada por un auditorio rísticas de las obras; por ello podemos decir que una
amplio, tal analogía triunfante guarda el potencial para escultura, que normalmente es inerte, tenga “movimien-
producir una ampliación del campo de aplicación de las to propio” o que una obra musical, que sólo puede es-
nociones incluidas en su tema y, simultáneamente, co- cucharse, presente cambios de “color” en su “textura”
rre el riesgo de que se exagere la relación y se traslade armónica.
ilegítimamente el razonamiento al terreno de la identi- Muchas metáforas, a fuerza de ser repetidas, se con-
dad. En la conocida comparación entre el fenómeno eléc- vierten en expresiones coloquiales o lugares comunes
trico de la atracción de los polos opuestos y la supuesta en los que la función metafórica deviene implícita. El
afinidad de temperamentos disímiles es claro el abuso, “brazo” de la silla, o “encontrarse en un callejón sin sa-
dado que en la realidad psicológica hay múltiples mane- lida”, son ejemplos claros; Perelman (1998) llama
ras de ser “opuestos” y aunque algunas pueden condu- catacresis al primero (p. 162)y metáfora adormecida al se-
cir a acercar a las personas, la mayoría de ellas impiden gundo (p. 619). En ambos, el orador y el auditorio pue-
una buena comunicación, a diferencia de las dos únicas, den no darse cuenta del carácter analógico involucrado
involuntarias y estables polaridades electromagnéticas y la expresión se torna natural y directa en sus conse-
contrapuestas de la naturaleza física. En el campo cuencias.
organizacional se puede encontrar también esta dificul-
tad, como cuando se compara al gerente con un direc- El uso de la metáfora en el análisis organizacional
tor de orquesta para exigirle conducir su empresa con la El análisis de la realidad organizacional ha sido
sincronización y armonía que el segundo obtiene de sus siempre una tarea que presenta enormes retos y difi-
músicos, lo cual es claramente imposible. Más adelante cultades. Intenta escudriñar la naturaleza, la estructu-
veremos el caso en el que se pretende asimilar el fun- ra y el funcionamiento de las organizaciones como sis-
cionamiento de la organización al de una máquina. temas distintos de las comunidades, las tribus, las etnias,
Anotemos, además, que una tal identidad es no sólo los grupos informales y otras formas de agrupación
indeseable sino poco posible toda vez que la analogía, social. La teoría organizacional se esfuerza por cons-
como observa el retórico belga, no recoge todos los as- truir conceptos, categorías e hipótesis destinadas a des-

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cribir, interpretar y, de ser posible, explicar la vida y conocido mito platónico expuesto en La República, que
funcionamiento de las organizaciones. Una aproxima- de por sí es ya una poderosa metáfora (Platón,1995,
ción metodológica que se ha mostrado fecunda para Libro VII), observa que las personas en su cotidianidad
adelantar este trabajo es la del autor canadiense Gareth personal y organizacional suelen permanecer atrapa-
Morgan (1991) quien propone la utilización a fondo das por ilusiones y percepciones defectuosas que no
de diferentes metáforas con el propósito de desvelar nos permiten apreciar la realidad tal como es, pero con-
aspectos hasta ahora poco o nada comprendidos en el servan, como el filósofo de la caverna, la posibilidad
micro-universo organizacional. Para este autor, “... el de zafarse de esos condicionamientos perceptivo-cul-
empleo de la metáfora implica un modo de pensar y turales para salir de la oscuridad y alcanzar la visión del
un modo de ver que traspasa el cómo comprendemos mundo que la rodea que, de este modo, queda ilumi-
nuestro mundo en general... Muchas de nuestras ideas nado por nuevos conocimientos y por otras interpre-
sobre la organización son metafóricas aunque pudié- taciones que desenmascaran las viejas formas de ver y
ramos no reconocerlas como tales. Por ejemplo, ha- estar en el mundo. En consecuencia, el autor canadiense
blamos frecuentemente de las organizaciones como si asume la tarea de emplear la metáfora de la prisión psí-
fueren máquinas diseñadas para conseguir determina- quica para examinar algunas de las maneras en las que
dos objetivos y que operen fluida y eficientemente” las organizaciones y sus miembros llegan a estar atra-
(p. 3). Pero las consecuencias de tal manera de ver la pados por construcciones de la realidad que, en el me-
organización van más allá de lo que podría ser visto jor de los casos, proporcionan un entendimiento im-
como un mero artificio del lenguaje: muy a menudo in- perfecto del mundo en el que operan. Tales construc-
tentamos conducir y gestionar las organizaciones de un modo ciones pueden corresponder bien a pautas culturales
mecanicista, resaltando las características que validan la internas o a elaboraciones mentales de origen incons-
metáfora y relegando aquéllas que no encajan. ciente. Un ejemplo muy actual de lo primero podría
Dado que, como se explicó antes, la metáfora es ser la creencia en la invulnerabilidad contra ataques
una forma especial de analogía y ésta sólo recoge as- aéreos que tenía el Pentágono estadounidense antes de
pectos parciales del foro para ponerlos en evidencia en la catástrofe del 11 de septiembre de 2001, percepción
la descripción de un fenómeno, Morgan hace interve- que les impidió imaginar y precaverse contra otras for-
nir varias metáforas en su análisis, con el objeto de que, mas de ataque enemigo por fuera de las que se tenían
en conjunto, le permitan elaborar una descripción lo previstas. Sobre las relaciones entre la organización y
más completa posible del universo de variables el inconsciente, Morgan aporta varios ejemplos que
organizacionales requeridas para una cabal compren- muestran cómo nuestros impulsos y necesidades in-
sión de este fenómeno humano de índole social y eco- conscientes pueden determinar la selección de políti-
nómica. En esta perspectiva, las imágenes metafóricas cas y estrategias de gestión; en tal sentido, es intere-
que Morgan crea presenta las organizaciones como: sante su análisis sobre la relación entre la personalidad
anal-compulsiva de Frederick Taylor, uno de los pio-
1. Máquinas neros de la moderna administración, y su teoría de la
2. Organismos biológicos dirección científica (Morgan, 1991, p. 195).
3. Cerebros A partir de la metáfora de la cárcel psíquica, Morgan
4. Culturas se pregunta: “¿Hasta qué punto es posible entender la
5. Sistemas de gobierno organización como una manifestación perceptible de
6. Prisiones psíquicas las fuerzas inconscientes? ¿Hasta dónde diseñamos
7. Sistemas dialécticos-autopoiéticos modelos organizacionales a partir de mecanismos
8. Instrumentos de dominación institucionalizados de defensa de una sexualidad re-
primida? ¿Hasta qué punto las organizaciones buro-
LA ORGANIZACIÓN: ¿CÁRCEL PSÍQUICA O cráticas atraen y fomentan las personalidades anal-
PRISIÓN VIRTUAL? compulsivas?... ¿No conocemos acaso organizaciones
Ya hicimos una breve alusión a la metáfora de la de carácter narcisista enraizado en formas sublimadas
máquina; examinemos ahora la de la “cárcel psíquica”. de erotismo oral unidas a la satisfacción de necesida-
En el Capítulo 7 de las Imágenes titulado “Examinando des individuales?” (p. 196).
la Caverna de Platón”, Morgan (1991), apoyado en el

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Merced al recurso de esta metáfora platónico- y de dar una función punitiva a los elementos en apa-
freudiana, alcanzamos a apreciar cómo las organiza- riencia indiferentes del aparato disciplinario: en el lí-
ciones institucionalizan intereses y preocupaciones del mite, que todo pueda servir para castigar la menor cosa;
inconsciente en el diseño de la estructura y de la cultu- que cada sujeto se encuentre prendido en una univer-
ra corporativas; las vemos dominadas por valores y es- salidad castigable-castigante” (pp. 180-181).
tructuras patriarcales que son la prolongación incons- A este respecto conviene recordar cómo el filó-
ciente de las relaciones familiares con todos sus con- sofo británico J. Bentham identificó tempranamen-
flictos; podemos interpretar muchos de los gestos y te en el siglo XVIII cárcel y establecimiento de tra-
construcciones simbólicas organizacionales como es- bajo, cuando en su conocido proyecto del Panopticon,
fuerzos inconscientes de superación de nuestra deses- o casa de inspección, sostiene que es éste un con-
perada condición de seres mortales y reconocer en la cepto arquitectónico, “.... aplicable a cualquier clase
creación de sistemas simbólicos para el abordaje de de establecimiento, en el cual cualquier clase de per-
intercambios de significados una ayuda para encontrar sonas sea mantenida bajo inspección; y en particu-
el sentido de la existencia, y para disfrazar el miedo lar a penitenciarías, cárceles, casas de industria, work-
inconsciente a nuestra vulnerabilidad y transitoriedad. houses, poor-houses, manufacturas, manicomios,
Para otros autores como Deleuze (1968), Althusser lazaretos, hospitales y escuelas” (citado por Melossi
(1976), Foucault (1984), y Melossi & Pavarini (1985), & Pavarini, 1985, p. 66. La cursiva es nuestra). En el
no sólo la organización se asimila metafóricamente a Panopticon el ojo del patrón puede extenderse hasta
una cárcel sino que es la sociedad contemporánea en tal punto que garantiza una capacidad de control de
su conjunto la que puede concebirse como un gigan- los subordinados minuto a minuto restringiendo su
tesco penal en donde la familia, la escuela, los medios, libertad de movimiento a través del aparato discipli-
la iglesia y, en general todas las instituciones y organi- nar explícita o tácitamente coactivo.
zaciones, cumplen de algún modo la misión de ser apa-
ratos ideológicos del Estado que operan a través de la CONCLUSIONES
ideología como expresión de los intereses de la clase, El uso de la metáfora de la cárcel psíquica
con una función central de carácter represivo. Al res- (Morgan) o de la prisión en general (Foucault y otros),
pecto Deleuze (1968) ha hablado ya de las sociedades de proporciona una base para comprender críticamente
control y Althusser llegó a afirmar que, “... todas las ins- la organización en tanto que fenómeno social y hu-
tituciones, organizadas en torno al modelo de la pri- mano y no sólo instrumento económico, facilita el
sión, corroboran una misma estrategia: encerrar masi- diagnóstico de problemas organizacionales
vamente al proletariado y someterlo a la escala de valo- autocausados, estimula la búsqueda bajo la superficie
res del capitalismo industrial emergente” (Althusser, corporativa de procesos inconscientes relacionados
1976, p. 338). con la obsesión anal de control que atrapan a la gente
Foucault (1984) propone el concepto de tecnología en modos insatisfactorios e improductivos de
disciplinaria para referirse a la vigilancia permanente que interacción organizacional, nos desafía a detenernos
se impone tanto en la fábrica, como en la escuela, en el y a preguntar con intención crítica qué está sucedien-
ejército, etc., que se expresa no solamente mediante do realmente en nuestro micro-universo empresarial
castigos severos y ejemplares sino también a través de y en el de las relaciones con su entorno; identifica
micropenalidades que operan sobre el tiempo (retrasos, muchas barreras existentes en la ruta hacia la innova-
ausencias, interrupción del trabajo), la actividad (falta ción y el cambio, permite desentrañar los mecanis-
de atención, descuido, falta de celo), la manera de ser mos que subyacen a ciertos fenómenos de liderazgo,
(descortesía, desobediencia), la palabra (charla, inso- nos hace más conscientes de los problemas de aliena-
lencia), el cuerpo (actitudes “incorrectas”, gestos im- ción que pueden afectarnos al interior de muchas or-
pertinentes, suciedad), y la sexualidad (falta de recato, ganizaciones económicas y no económicas, desvela las
indecencia). Los castigos se administran mediante una relaciones que existen entre las organizaciones y su
serie de procedimientos sutiles, que van desde el casti- entorno político previniendo que asumamos postu-
go físico leve, a privaciones menores y a pequeñas hu- ras ingenuas y tecnocráticas asociadas frecuentemen-
millaciones. Para Foucault: “se trata a la vez de hacer te con hipervaloraciones equivocadas del rol que jue-
penalizables las fracciones más pequeñas de la conducta gan las organizaciones en nuestra sociedad. Finalmen-

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te, como afirma Morgan, la visión del cautiverio lleva Foucault, M. (1984). Vigilar y castigar: Nacimiento de la
implícita, dialécticamente, la promesa de una posibi- prisión. México: siglo XXI,
lidad de libertad y, con ella, la necesidad de, “... libe- Melossi, D. & Pavarini, M. (1985). Cárcel y fábrica, los
rar la energía atrapada de manera que pueda favore- orígenes del sistema penitenciario. México: Siglo XXI.
cer una transformación y cambio creativos y originar Morgan, G. (1991). Imágenes de la organización. México:
relaciones más integradas entre los individuos, los Alfa-omega.
grupos, las organizaciones y sus entornos” (Morgan, Perelman, Ch. (1998). El imperio retórico. Bogotá: Nor-
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