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CONOZCA LA VERDAD
Estas son fechas para andar con cuidado. No todos los papás noeles son tan
simpáticos como parecen. Según ALGUNOS CALIFICADOS HISTORIADORES, el
símbolo que resume el espíritu navideño, es un personaje bifronte. Un perfil muestra el
abuelo perfecto. El otro, un anciano irascible cuya tupida barba blanca esconde una
sorpresa verdaderamente desagradable. Para Algunos historiadores y especializados
en religiosidad popular, los orígenes culturales de Santa Claus, un vejete generoso y
bonachón cuya fuente de ingresos es un misterio, se relaciona directamente con el
demonio.
"La figura folclórica escandinava para Santa Claus es el tomte (en Suecia)
o nisse (en Noruega y Dinamarca), especie de genio benefactor —y no tanto— de los
campesinos, que cuida sus viviendas de noche. Su apariencia física es la de un duende
con barba, vestido de gris y con un gorro rojo tejido sobre su cabeza", dicen los
historiadores.
Si bien la cultura de la época se había rendido ante este personaje por sus aspectos
benévolos (por mucho tiempo se creyó que protegía de las desgracias a la casa de los
granjero y a los niños), tan pronto entramos en confianza el tomte se ofende con
facilidad. Puede causar destrozos y hasta la muerte de animales, provocando los más
espeluznantes "poltergeist" (poner a objetos en movimiento sin que medien acciones
físicas).
Por empezar, aclaremos que no San Nicolás de Bari, obispo cristiano del siglo IV,
nunca puede ser el mismo que el Papá Noel actual, al que imaginamos viviendo en
el Polo Norte y no en Asia Menor —ni siquiera en Italia—, que entra en las casas por las
chimeneas para dejar regalos y que se transporta en un trineo tirado por renos.
Hay una serie de tradiciones folclóricas europeas vinculadas con la imagen de Santa
Claus. Una de ellas relata la existencia de un demonio que descendía con una bolsa
por las chimeneas para secuestrar a los niños, quizá para comérselos (y aquí nos
asaltan las reminiscencias infantiles del "hombre de la bolsa"). Un hombre santo, quizá
el mismo San Nicolás, consigue someter a este demonio y obligarlo a llevar regalos a
los niños en desagravio. Otras versiones dicen que el demonio se arrepintió y de ahí en
más se transformó en Santa Claus. En Gran Bretaña, existe la tradición de Father
Christmas (Padre Navidad), un personaje también anciano y de origen incierto —
aunque quizá relacionado con la religión germánica—, que viste de verde y cabalga por
el cielo en un caballo alado de ocho patas. Curiosamente, este caballo tiene la misma
cantidad de renos del trineo de Santa Claus.
Los niños norteamericanos saben que, si no se portan bien durante el año, Santa
Claus, en vez de un juguete, les dejará un trozo de carbón o unas simples ramas. Por
las tradiciones folclóricas de diversos países se sabe que las riquezas que entrega el
diablo son engañosas y, al tiempo, se transforman en carbón o excrementos. No solo
eso: el apodo del diablo es, en inglés, Old Nick (Viejo Nick).
-En Navidad un tópico inevitable es la canción "jingle bell" ¿De dónde sale?
¿Acaso no será una obra del padre de las tinieblas, remplazar el nacimiento de Jesús
por algo aparentemente bueno?
Para el verdadero cristiano, lo mas importante es el nacimiento del Niño Dios y nada,
absolutamente nada, debería desviar su atención pues como dice la frase: el diablo
anda suelto y haciendo estragos con tal que se deje de creer en el Dios verdadero, y se
inventa lo que sea para desviar la atención de la verdad. Son muchos los que se dejan
engañar en tiernas figuras que terminan siendo nefastos seres del mal.