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EN EL SISTEMA VENEZOLANO:
El sistema venezolano de actos de comercio fue incorporado por el legislador del 15
de febrero de 1862, tomándolo del Código de comercio francés. El acto de comercio
objetivo fue ubicado en el Libro Quinto (de la administración judicial en materias de
comercio), Título I (De los Tribunales de comercio), Ley IV (De la competencia de los
tribunales de comercio), artículo 1º. con el propósito de delimitar la competencia de los
tribunales de comercio. En el artículo 2º. Fueron colocados los actos subjetivos de
comercio, a los cuales se identificó como “las obligaciones y contratos entre comerciantes,
mientras no se pruebe que tienen un objeto ajeno del comercio”. A partir de 1873 la
enumeración de actos fue trasladad a los títulos preliminares del Código, en donde ha
permanecido desde entonces. El elenco de actos objetivos se amplió sensiblemente en esa
oportunidad (artículo 3º.). El Código de Comercio de 1904 traslado la materia al articulo2o.
E incorporo algunos actos objetivos más. Por último, el Código de Comercio de 1919 hizo
ajustes de redacción en los ordinales 1º y 2º y en el numeral 19 del artículo 2º.
1. Las Leyes mercantiles que determinan los actos de comercio no son ni leyes penales, ni
leyes de excepción, ni leyes que restrinjan el libre ejercicio de los derechos, por lo cual son
susceptibles de interpretación por analogía (Vivante)
2. En general, por analogía pueden ampliarse los preceptos que determinan actividades de
las que se derivan relaciones regidas por el Derecho Mercantil; únicamente en algunos
casos, y por virtud de la especial naturaleza de una disposición o de un precepto, podrá
negarse la extensión integra del mismo a casos análogos no previstos, como ocurre, por
ejemplo, con las presunciones (Rocco)
3. Como consecuencia del sentido amplio que utiliza el legislador para identificar al acto de
comercio (identificación generalizadora), hay que concluir que la enumeración es
ejemplificadora; ordinales 6, 7, 18 y 20 del artículo 2 (Mármol Marquis).
La presunción tiene carácter iuris tuntún, es decir, puede ser desvirtuada por el
comerciante o por la otra parte en la relación, pero las posibilidades de destruir la
presunción tienen que circunscribirse a dos supuestos: que resulte lo contrario del acto
mismo o que el contrato o la obligación sean esencialmente civiles.
5.2.1.- Concepto:
La palabra sociedad del latín societas (de secius) que significa reunión, comunidad,
compañía, se puede definir como la unión moral de seres inteligentes de acuerdo, estable y
eficaz para conseguir un fin conocido y querido por todos. Se dice que la sociedad es unión
moral porque requiere del acuerdo libre e inteligente de varios hombres para conseguir un
fin común. El fin puede ser de muy diversa naturaleza: mercantil política, educativa,
cultural, recreativa, etc., pero en todo caso se exige para la existencia de la sociedad, que se
dé el consentimiento de alcanzar entre todos los socios ese fin.
Para la creación de una sociedad es necesario que exista la unión entre personas, las
cuales hayan decidido unirse con el fin de obte-ner mayores beneficios en cuanto a sus
intereses.
Esto es lo que se conoce como "fenómeno asociativo", el cual consiste en la unión
de voluntades y de esfuerzos para la obtención de fines difíciles de alcanzar por el
individuo, por lo cual surge la tendencia de agruparse con otras personas para realizar
actividades comerciales y alcanzar los objetivos o beneficios económicos.
Algunas sociedades de comercio pueden tener un fin único que al ser cumplido
quedaría disuelta la sociedad, otras son creadas con di-versos fines, y con una duración
indeterminada.
“Las compañías o sociedades de comercio son aquellas que tienen por objeto uno o
más actos de comercio”. (Art. 200 del Código de Comercio.)
Como todo contrato, debe reunir los elementos esenciales previstos en el Art. 1.141
del C.C.V., es decir, el consentimiento de las partes, objeto que pueda ser materia de
contrato y causa lícita.
CLASIFICACIÓN
Las sociedades mercantiles, tradicionalmente, se han clasificado en tres grupos,
atendiendo a la importancia que en las mismas se atribuya a la persona del socio o al capital
de la sociedad; estas son las sociedades de personas, de capital y mixtas. Según en el
Artículo 201 del Código de Comercio las podemos clasificar de la siguiente manera:
Las Sociedades pueden ser entonces mercantiles, por el objeto o la forma. Según el Art. 201
del C. Co., son las siguientes:
- Comandita por acciones: En las cuales el capital de los socios comanditarios está
representado por acciones y el capital de los socios comanditantes sigue representado por
títulos de participación.
CONTRATO DE OBRA
ANTECEDENTES:
Locatio Conductio
Este contrato era de carácter muy especial entre los romanos ya que en él un locator
llamado así porque el era quien se encargaba de conducir la obra. La locatio-conductio
operis, era la locación por la que una persona se comprometía a realizar una obra o un
trabajo determinado mediante el pago de un precio. Esto recae sobre el resultado de un
trabajo, sobre el producto del mismo, ya acabado. Por ejemplo, cuando se conviene el
transporte de cosas o personas, la confección de un traje o la construcción de una casa. En
este contrato la persona que contrata la obra es el locador y quien la ejecuta es el locatario.
En esta clase de locación no esta obligado el empresario a realizar personalmente los
trabajos encomendados.
En este contrato de obra el conductor se compromete a realizar una cierta obra a favor de
un luchador a cambio de un determinado precio es decir este contrato tiene como objeto la
realización de una cierta obra y a diferencia de la lucatio conductio operarum en la cual hay
una prestación de energía humana a cambio de un salario y en el contrato operis tiene que
haber la realización y culminación de una determinada obra. En el contrato operis la
diferencia del operarum es el locutor quien se encarga de colocar mercancía a un conductor
quien recibe la mercancía y no el locutor como en los otros dos contratos, por otra parte el
conductor se hacía responsable de las personas que trabajaban para el ya sea en el caso de
daños y perjuicios como lo señala el digesto 19.2.25.7.
II. CONCEPTO:
Artículo 1.630 del Código Civil Venezolano Vigente: El contrato de obras es aquel
mediante el cual una parte se compromete a ejecutar determinado trabajo por sí o bajo su
dirección, mediante un precio que la otra se obliga a satisfacerle.
El contrato de obra, es aquel mediante el cual una parte se compromete a ejecutar
determinado trabajo, por si solo o bajo su dirección, mediante un precio que la otra se
obliga a satisfacerle. De acuerdo a esta definición legal, se puede entender que el contrato
de obras es aquel mediante el cual una persona se obliga a ejecutar un determinado trabajo
de orden cualquiera, con vistas a un resultado final y en razón de una contraprestación o
precio, que la otra se obliga a satisfacerle.
Por lo tanto el sello característico del contrato de obras, reside en que el objetivo final esta
dirigido a una ejecución material del más diverso genero o categoría. En este orden de
ideas, ese trabajo o actividad puede estar dirigido a la producción de bienes o cosas, como
seria el caso de la persona que mediante un encargo se obliga a construir una casa o a
ejecutar un mueble determinado; puede consistir también, en la prestación de servicios
personales, como seria el caso del médico que atiende al paciente o el abogado que realiza
una consulta.
Pero esta ejecución material, no implica necesariamente el que los bienes producidos o los
servicios prestados tengan un carácter simplemente material, ya que puede radicar también
en una labor de carácter intelectual. Este seria el caso de una persona que encargue a un
economista la elaboración de un estudio de factibilidades sobre un área determinada que se
pretende explotar o puede abrazar incluso la actividad artística, como cuando se
encomienda a un pintor la elaboración de una obra de arte.
Existen pues, multiplicidad de formas o maneras bajo las cuales se puede presentar el
contrato de obras, tan disímiles en su finalidad u objeto como la mente humana pueda crear,
pues todo dependerá de la habilidad que se pueda poner en la ejecución del trabajo.
Por esta circunstancia, un autor tan reputado como Luis Josserand indica que el contrato de
obras se presenta “bajo los mas variables aspectos, más variados aún de los que convendría
en buena lógica”.
Artículo 1.631 del Código Civil Venezolano Vigente: Puede contratarse la ejecución de una
obra, conviniéndose en que quien la haya de ejecutar ponga solamente su trabajo o su
industria, o que también provea el material.
Cuando el contratista pone los materiales, caso en el cual el contrato se rige por las reglas
de la compra-venta, porque se trata de la venta de una cosa futura que ha de ser hecha,
construida o elaborada. La propiedad del bien se transmite al comitente cuando la obra ha
sido concluida conforme a las especificaciones del contrato y luego entregada; y
Cuando solo suministra la mano de obra, poniendo los materiales el dueño. Es obligación
fundamental del contratista ejecutar la obra y entregarla dentro del plazo o plazos
convenidos.
Las partes en el contrato de obra se denominan:
Una comitente o dueño de la obra y otra contratista, operario, obrero y artesano. En realidad
los términos mas aceptados son comitente y contratista. A su vez el precio se denomina
compensación, honorario o retribución.
Los efectos que emergen del contrato de obra, para las partes que integran dicha relación
negocial son:
Obligaciones del Contratista: Son dos: Ejecutar la obra y entregarla. Al lado de ellas puede
existir otras accesorias o secundarias en el sentido de que tienden a hacer posible la
actuación de las esenciales en mayor o menor grado. Entre estas últimas pueden
mencionarse la obligación de suministrar los materiales de la obra o de ejecutar trabajos
previos, como las llamadas “obras provisionales” en los contratos de construcción.
Naturaleza:
La obligación de ejecutar la obra es una obligación de hacer que pesa sobre el contratista,
sin que ello implique que éste debe realizar siempre en forma personal la prestación
prometida (aunque a veces si debe hacerlo).
Objeto:
A veces se estipula en el contrato que la obra debe ejecutarse a satisfacción del comitente o
de otra persona. En tal caso, si hubiere desacuerdo, se entenderá que la aprobación quedará
reservada a juicio de peritos.
Artículo 1.645 del Código Civil Venezolano Vigente: Cuando se conviniere en que la obra
haya de hacerse a satisfacción del propietario o de otra persona, se entenderá reservada la
aprobación al juicio de peritos, si hubiere desacuerdo entre los interesados.
Las normas técnicas generalmente aceptadas deben ser observadas en la medida en que el
contrato no disponga expresamente lo contrario. Esas normas no son solo las concernientes
a la seguridad, estabilidad y utilidad de la obra, sino también las relativas a su forma y
aspecto estético, cuando de acuerdo con las circunstancias esos factores sean relevantes.
Las normas técnicas que obligan al contratista, son desde luego las existentes para el
momento de la ejecución de la obra; no se exonera alegando que ha cumplido normas para
entonces superadas ni es responsable si la técnica a la que se conformó fue ulteriormente
superada.
Fuera de los límites fijados por las estipulaciones contractuales y las normas técnicas, el
contratista es, en principio, libre de ejecutar la obra como mejor le parezca. Pero es
frecuente que se pacte una intervención del propio comitente o de persona designada por él,
no solo para controlar y verificar si el contratista ejecuta la obra conforme a las
estipulaciones del contrato y las normas de la técnica, sino para darle instrucciones sobre la
ejecución de la obra en una esfera mas o menos amplia.
En el caso de bienes muebles, rara vez tiene importancia el lugar de ejecución de la obra, de
modo que, por lo general ni siquiera es mencionado en el contrato y queda a discreción del
contratista. Incluso cuando se menciona dicho lugar puede resultar que en intención las
partes, la mención no tenga efectos vinculantes.
Pueden establecerse términos sucesivos para la ejecución de cada una de las partes de la
obra contratada a fin de asegurar el ritmo de los trabajos. Los efectos de los
correspondientes retardos se rigen por el derecho común, salvo pacto en contrario. De
ordinario el propio contrato regula las consecuencias de esos retardos.
El término original puede ser prorrogado, de acuerdo con la doctrina italiana se distingue
entre prorroga y término supletivo con la advertencia de que para la interpretación de los
contratos que se presenten debe tenerse en cuenta que la expresión prorroga se suele
emplear para designar ambas figuras. La prorroga propiamente dicha es una ampliación del
plazo fijado originalmente al contratista, por voluntad del comitente, o de ambas partes. De
ordinario la prorroga es solicitada por el contratista. El comitente puede concederla o no a
su arbitrio. Si la concede puede determinar su duración o no determinarla. La prorroga
solicitada con posterioridad al vencimiento del término, salvo pacto en contrario, no exime
al contratista de las sanciones a que se haya hecho merecedor por su retardo hasta el
momento de la prorroga.
El termino supletivo es una ampliación del término a la cual tiene derecho el contratista.
Existe cuando la necesidad de prolongar el plazo se debe a una causa extraña no imputable
al contratista: caso fortuito o fuerza mayor o hecho del comitente, sea ilícito (por ejemplo
en la demora en el suministro de materiales prometidos) o licito (por ejemplo en la
hipótesis más frecuente si el comitente exige variaciones a la obra, tales como aumentos o
modificaciones que requieran mayores trabajos).
El contrato puede ser de ejecución periódica, que sucede cuando se trata de contratos de
obras que tienen por objeto servicios- no bienes o el mantenimiento de bienes.
http://derechoyetica2010.blogspot.com/2010/05/unidad-ii-contrato-de-obra-segunda.html