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GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
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MAURACH, Tratado de derecho penal (traducción y notas de derecho español de
Juan Córdoba Roda, Barcelona, 1962), pp. 142 y s. (las cursivas son nuestras).
2
Así lo considera, junto con la posición doctrinal que alude a consideraciones
humanitarias, que se analiza más adelante, SILVA SÁNCHEZ, Legislación penal socioeconó-
mica..., cit., p. 699, nota 9. En contra, DE VICENTE MARTÍNEZ, El principio de legalidad
penal, cit., p. 65, y FRÍGOLS I BRINES, Fundamentos..., cit., p. 407, señalando la primera
que la mayor parte de la doctrina española se muestra partidaria de entender que
el fundamento de la retroactividad in bonam partem se halla en razones político-
criminales reconducibles a las exigencias del principio de prohibición de exceso,
y afirmando el segundo que la mayoría de los autores advierte dicho fundamento
en el principio de necesidad de las penas.
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Cfr., entre otros, GALLEGO DÍAZ, Prescripción penal..., cit., p. 28; FIORE, De la
irretroactividad e interpretación de las leyes..., cit., pp. 441 y ss.; CUELLO CONTRERAS, El
derecho penal español..., cit., pp. 246 y s.; RODRÍGUEZ MOURULLO, Derecho penal. Parte
general, cit., pp. 132 y ss. (vid., sin embargo, EL MISMO, Delito y pena..., cit., p. 47,
agregando a la idea de justicia consideraciones de proporcionalidad, y EL MISMO,
“Comentario al art. 2”, en RODRÍGUEZ MOURULLO (dir.), JORGE BARREIRO (coord.),
Comentarios al Código Penal (Madrid, 1997), p. 31, añadiendo a razones de justicia
la idea de seguridad jurídica); OCTAVIO DE TOLEDO Y UBIETO, Sobre el concepto del
derecho penal, cit., p. 325; PESSINA, Elementos de derecho penal, cit., p. 214. En la doctrina
colombiana, MEJÍA ESCOBAR, “Apunte sobre la favorabilidad”, en Temas de Derecho
Penal Colombiano, Nº 14, Medellín, 1981, p. 48. En la doctrina chilena, NOVOA
MONREAL, Curso de derecho penal chileno, cit., t. I, pp. 199 y s.
4
Así, entre otros, LUZÓN PEÑA, Curso..., cit., p. 183; ANTÓN ONECA, Derecho
penal, cit., pp. 126 y s.; SÁINZ CANTERO, Lecciones de derecho penal..., cit., pp. 398 y
s.; SERRANO BUTRAGUEÑO, Retroactividad, ultraactividad y extractividad..., cit., p. 2;
RUIZ DE ERENCHUM ARTECHE, El “sistema de sucesión de leyes”..., cit., p. 331; PUENTE
SEGURA, “Delitos contra la salud pública. Posibilidad de revisión de sentencias al
amparo del nuevo artículo 376 del Código Penal”, en La Ley 2004-5, p. 1302. En la
doctrina francesa, MATHIEU, L’application de la loi pénale dans le temps..., cit., p. 263;
THÉODOSIADÉS, Essai sur la non-rétroactivité des lois, cit., p. 199. En la doctrina brasile-
ña, LEIRIA, Teoria e aplicação da lei penal, cit., p. 79. En la doctrina chilena, LABATUT
GLENA, Derecho penal, cit., t. I, p. 51.
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Cfr. voto particular del magistrado Rafael de Mendizábal Allende a la STC
99/2000, de 10 de abril, en que se afirma que la retroactividad penal favorable no
se explica “por compasión, humanitatis causa, ni tampoco por virtud del principio
in dubio pro reo, sino por razones de justicia como valor constitucional preferente y
norte del Estado de Derecho, con la libertad por delante, que en la coyuntura aquí
contemplada juegan un papel decisivo. Non pietatis sed iustitiae causa, pues, que ya se
dijo otrora. Efectivamente, cuando el legislador promulga una ley sancionadora más
suave está reconociendo, implícitamente al menos, que la precedente más severa
no se acomoda a las exigencias de justicia de la sociedad coetánea”. Vid. también
voto particular del mismo magistrado a la STC 21/1993, de 18 de enero.
6
STS de 31 de octubre de 1997, ponente José Manuel Martínez-Pereda Rodrí-
guez, RJ 1997\7529 (f. j. 4º), aludiendo, además, a consideraciones humanitarias.
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Vid. BÉRAUD, “La non-rétroactivité des lois nouvelles plus douces”?, en Revue
de Science Criminelle et de Droit Pénal Comparé, enero-marzo 1949, Nº 1, p. 16, quien
sostiene que la idea de justicia incluso impide la aplicación retroactiva de leyes
penales favorables posteriores al hecho enjuiciado.
8
Cfr. la crítica, en el sentido indicado en el texto, de CASABÓ RUIZ, Comentario
al art. 24, cit., p. 46; CEREZO MIR, Curso de derecho penal español..., cit., t. I, p. 227;
LANDROVE DÍAZ, Introducción al derecho penal español, cit., pp. 119 y s.; LANDECHO
VELASCO / MOLINA BLÁZQUEZ, Derecho penal español..., cit., p. 153; MORILLAS CUEVA,
Derecho penal. Parte general..., cit., p. 219; MORILLAS CUEVA / RUIZ ANTÓN, Manual
de derecho penal..., cit., p. 85. Similar, en la doctrina italiana, SPASARI, Diritto penale e
Costituzione, cit., p. 42. En la doctrina francesa, ROUBIER, Le droit transitoire..., cit.,
p. 453. En la doctrina argentina, FIERRO, Legalidad y retroactividad de las normas
penales..., cit., pp. 312 y s.
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Véanse referencias a este y otros casos en capítulo II, punto II.2.2.3, párra-
fo 2, notas 57 a 60.
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RODRÍGUEZ MOURULLO, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 133 y s. En el
mismo sentido, GALLEGO DÍAZ, Prescripción penal..., cit., p. 28, nota 4.
11
CUERDA RIEZU, La aplicación retroactiva de las leyes favorables..., cit., p. 290.
12
Como lo reconocen CASABÓ RUIZ, Comentario al art. 24, cit., p. 46; SILVA
SÁNCHEZ, Legislación penal socioeconómica..., cit., p. 699, nota 9. En contra, FRÍGOLS
I BRINES, Fundamentos..., cit., p. 407; DE VICENTE MARTÍNEZ, El principio de legalidad
penal, cit., p. 65.
13
Cfr. PACHECO, El Código Penal concordado y comentado (reimpresión de la
3ª edición de 1867, Madrid, 2000), p. 303; CUELLO CALÓN, Adiciones..., cit., pp. 220
y s.; LANDROVE DÍAZ, Introducción al derecho penal español, cit., pp. 119 y s.; LANDECHO
VELASCO / MOLINA BLÁZQUEZ, Derecho penal español..., cit., p. 152; DEL ROSAL, “Con-
sumación y aplicación de ley penal en el delito continuado”, en Anuario de Derecho
Penal y Ciencias Penales, 1948, p. 286. En la doctrina italiana, PATALANO, “Reato
permanente e successione di leggi penali nel tempo”, en Giurisprudenza di merito.
Parte segunda, 1975, p. 60. En la doctrina belga, HENNAU / VERHAEGEN, Droit pénal
général, cit., p. 87. En la doctrina colombiana, VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Derecho penal.
Parte general, cit., p. 145. En la doctrina brasileña, DUARTE, A lei penal no tempo..., cit.,
p. 626. En la doctrina argentina, DRAGONETTI, “¿Irretroactividad de la ley penal
más benigna en materia de infracciones a la ley 12.830? El Código Penal como de-
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Vid. LUZÓN PEÑA, Curso..., cit., p. 183; ANTÓN ONECA, Derecho penal, cit., p. 126;
SÁINZ CANTERO, Lecciones de derecho penal..., cit., pp. 398 y s.; CEREZO MIR, Curso de
derecho penal español..., cit., t. I, p. 227; SERRANO BUTRAGUEÑO, Retroactividad, ultra-
actividad y extractividad..., cit., p. 2; PUENTE SEGURA, Delitos contra la salud pública...,
cit., p. 1302. En la doctrina francesa, THÉODOSIADÈS, Essai sur la non-rétroactivité des
lois, cit., p. 199. En la doctrina belga, RUBBRECHT / DECLERCQ, La non-rétroactivité
des lois pénales en droit belge, cit., p. 216. En la doctrina ecuatoriana, ALBÁN GÓMEZ,
Manual de derecho penal ecuatoriano (Quito, 1995), pp. 59 y s. En la doctrina brasile-
ña, LEIRIA, Teoria e aplicação da lei penal, cit., p. 79. En la doctrina chilena, LABATUT
GLENA, Derecho penal, cit., t. I, p. 51.
15
Cfr., por ejemplo, STS de 23 de febrero de 1997, ponente Luis Román Puerta
Luis, RJ 1997\1561 (f. j. 5º), aludiendo no sólo a razones humanitarias, sino también
a consideraciones de política criminal.
16
Vid. ROBERT, Droit pénal général, cit., p. 144: “La préférence donnée à l’application,
par le juge, de la loi la plus douce n’est pas le fruit d’une hypothétique clémence ou miséricorde
judiciaire”.
17
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 749, a cuyo juicio, a pesar
de que el Código Penal español ha dejado de incluir a la amnistía entre las causas
de extinción de la responsabilidad penal, es difícil negar al Parlamento la posibili-
dad de lo que puede verse como una forma de legislación derogatoria de normas
penales, con efectos retroactivos y temporales.
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Cfr., en relación con el principio de humanidad, entre otros, MIR PUIG, Dere-
cho penal. Parte general, cit., pp. 131 y s.; LUZÓN PEÑA, Curso..., cit., pp. 80 y ss.; SILVA
SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 261; COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal.
Parte general, cit., pp. 99 y s.; JESCHECK, Tratado..., cit., 4ª edición alemana, p. 23.
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ANTÓN ONECA, Derecho penal, cit., p. 126 (las cursivas son nuestras).
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En el sentido del texto, en la doctrina italiana, ya ARANGIO RUIZ, Intorno
all’efficacia delle leggi penali temporanee, cit., p. 10.
Cfr. ANTÓN ONECA, Derecho penal, cit., pp. 126 y s., quien después de señalar que
toda ley penal debería ser retroactiva, afirma que, “sin embargo, las desfavorables
no lo son, porque tropiezan con los derechos adquiridos del individuo a no ser
castigado por hechos ni con penas que no estuviesen previamente establecidos;
pero en el sector de los preceptos penales no limitado por tal principio queda libre
expansión a la retroactividad”.
21
SERRANO ALBERCA, Comentario al art. 25 de la Constitución, cit., p. 585 (las
cursivas son nuestras). En el mismo sentido, DE LUCA, La garantía constitucional de
retroactividad de ley penal más benigna y su violación en las leyes penales económicas en blanco
con el pretexto de subsistencia de la lesión al bien jurídico protegido, ponencia presentada
en la Comisión V del Congreso Internacional de Derecho Penal “75º aniversario
del Código Penal”, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires, Argentina, entre el 11 y el 14 de agosto de 1997, p. 4.
Vid. también ALBÁN GÓMEZ, Manual de derecho penal ecuatoriano, cit., pp. 59 y s.
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PÉREZ ROYO, “La aplicación retroactiva de la ley penal más favorable en los
casos de modificaciones en la normativa tributaria”, en Revista Técnica Tributaria
Nº 43, octubre-diciembre 1998, pp. 78 y s. (las cursivas son nuestras), aludiendo
también, como fundamento de la retroactividad de las leyes penales más favorables,
a los principios de intervención mínima y de prohibición de exceso. Cfr. también
GONZÁLEZ TAPIA, Determinación del tiempo..., cit., pp. 223 y ss., considerando el prin-
cipio de igualdad como un argumento “mediato” para justificar la retroactividad
penal favorable. Las argumentaciones que giran en torno a la igualdad ante la ley
para fundamentar la retroactividad in bonam partem, han tenido gran acogida en la
doctrina en Italia. Lo reconoce FRÍGOLS I BRINES, El principio de irretroactividad..., cit.,
p. 201, quien sostiene que se trata de la tesis dominante en dicho país. Cfr., entre
otros, CARNELUTTI, “Riflessioni sulla successione di leggi penali processuali”, en
EL MISMO, Questioni sul processo penale (Bolonia, 1950), p. 191; MANTOVANI, Diritto
penale. Parte generale, cit., pp. 118 y s.; FIANDACA / MUSCO, Diritto penale. Parte generale,
cit., p. 79; PALAZZO, Introduzione ai principi del diritto penale, cit., p. 296; PADOVANI,
“Decreto-legge non convertito e norme penali di favore, in bilico tra opposte esi-
genze costituzionali”, en Rivista Italiana di Diritto e Procedura Penale, 1985, pp. 826
y s.; EL MISMO, Tipicità e successione di leggi penali..., cit., pp. 1378 y s.; CARACCIOLI,
Manuale di diritto penale..., cit., p. 90; PULITANÒ, Commentario al articolo 2, cit., p. 17;
VASSALLI, Abolitio criminis e principii costituzionali”, en Rivista Italiana di Diritto e
Procedura Penale, 1983, p. 408.
23
Cfr. COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 196,
nota 13, considerando más que discutible la derivación de la retroactividad de la
ley penal más favorable, directamente del principio de igualdad ante la ley. Vid.
también FRÍGOLS I BRINES, Fundamentos..., cit., pp. 417 y ss.
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En este sentido, véanse las argumentaciones de CADOPPI, Il principio di irre-
troattività, cit., p. 171; TAIPA DE CARVALHO, Sucessão de leis penais, cit., p. 195.
25
Otro tanto ocurre en Chile, cuyo Código Penal, en su art. 18, extiende la
retroactividad favorable incluso a los casos en que ya se ha cumplido la pena im-
puesta (véase su texto en anexo de disposiciones chilenas incorporado al final de
este trabajo). No sucede lo mismo en Alemania, país en cuyo Código Penal se fija
como límite para la aplicación retroactiva de las leyes penales más favorables, el
momento en que se dicta la sentencia (parágrafo 2).
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Cfr. una crítica a similar argumentación de Klaus Tiedemann, en SILVA
SÁNCHEZ, Legislación penal socioeconómica..., cit., p. 697, nota 1.
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HUERTA TOCILDO, Principio de legalidad..., cit., p. 35 (el destacado en cursiva
es nuestro y se explica por consideraciones que efectuamos más abajo). También
LA MISMA, El derecho fundamental..., cit., p. 97.
28
Similar, ARROYO ZAPATERO, Principio de legalidad..., cit., p. 18; RUIZ ROBLEDO,
El derecho fundamental a la legalidad punitiva (Valencia, 2003), p. 198. En contra,
LASCURAÍN SÁNCHEZ, Sobre la retroactividad penal favorable (Madrid, 2000), pp. 25 y 28.
En la doctrina italiana, en contra de sostener que la retroactividad in bonam partem
se deduzca del principio de legalidad penal, CADOPPI, Il principio di irretroattività,
cit., pp. 169 y ss. En igual sentido, en la doctrina chilena, BASCUÑÁN RODRÍGUEZ,
La aplicación de la ley penal derogada, cit., p. 11; EL MISMO, La aplicación de la ley penal
más favorable, cit., p. 39.
29
Cfr. la Declaración francesa de Derechos del Hombre y del Ciudadano,
de 1789: “La ley no debe establecer otras penas que las estricta y evidentemente
necesarias, y nadie puede ser castigado más que en virtud de una ley establecida y
promulgada anteriormente al delito y legalmente aplicada” (art. 8). Vid. también
el texto del art. 11.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948,
supra, capítulo II, nota 62.
30
Cfr. el texto del art. 7 del Convenio Europeo para la protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales, de 1950, supra, capítulo II, nota 62.
31
Cfr., entre otras, la Constitución de México, de 1917: “A ninguna ley se dará
efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna” (art. 14.1); la Constitución de
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la República Italiana, de 1947: “Nadie puede ser castigado sino en virtud de una
ley que haya entrado en vigor antes de que haya sido cometido el hecho que se
pretende castigar” (art. 25.2); la Ley Fundamental de Bonn, de 1949: “Un hecho
sólo se puede castigar si la punibilidad estuviera legalmente determinada antes
de que se cometiera el hecho” (art. 103.2); la Constitución de Bulgaria, de 1971:
“La ley que incrimina un acto determinado o que eleva la responsabilidad penal,
no tiene efecto retroactivo” (art. 136.2); la Constitución española, de 1978: “La
Constitución garantiza [...] la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras
no favorables o restrictivas de derechos individuales” (art. 9.3); “Nadie puede ser
condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de produ-
cirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación
vigente en aquel momento” (art. 25.1).
32
Cfr. el texto de la parte final del art. 15.1 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, de 1966, y del art. 9 de la Convención Americana de Derechos
Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, de 1969, supra, capítulo II, nota 62.
33
Vid., entre otras, la Constitución de Portugal, de 1976: “Nadie podrá sufrir
pena o medida de seguridad privativa de libertad más grave de la que está prevista
en el momento de la conducta que la motive, aplicándose retroactivamente las leyes
penales de contenido más favorable al imputado” (art. 29.4); la Constitución de
Cuba, de 1976: “Las leyes penales tienen efecto retroactivo cuando sean favorables
al encausado o sancionado” (art. 60); la Constitución de Perú, de 1993: “Ninguna
ley tiene fuerza ni efecto retroactivo, salvo en materia penal, cuando favorece al reo”
(art. 103); “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: La aplicación de
la ley más favorable al procesado en caso de duda o conflicto entre leyes penales”
(art. 139 Nº 11). Vid. también, más recientemente, la Constitución europea: “Nadie
podrá ser condenado por una acción o una omisión que, en el momento en que
haya sido cometida, no constituya una infracción según el derecho interno o el
derecho internacional. Del mismo modo, no podrá imponerse una pena más grave
que la aplicable en el momento en que la infracción haya sido cometida. Si con
posterioridad a esta infracción la ley dispone una pena más leve, deberá aplicarse
ésta” (art. 109.1).
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Cfr. la argumentación, en el sentido del texto, de CUERDA RIEZU, La aplicación
retroactiva de las leyes favorables..., cit., p. 290. Parecido, SINISCALCO, Irretroattività delle
leggi in materia penale..., cit., p. 149.
35
Así, ROXIN, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 144 y ss. Similar, BACIGALUPO,
Principios de derecho penal..., cit., pp. 55 y ss.
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Cfr. JAKOBS, Derecho penal. Parte general..., cit.: “Los problemas de la retroactivi-
dad de la ley [...] no son algo específico de la democracia” (p. 80); “en relación con
la prohibición de retroactividad la división de poderes no indica nada” (p. 81).
37
La propia autora que criticamos en el texto no puede evitar aludir a consi-
deraciones de necesidad de pena en su argumentación. Vid. el destacado en cursiva
de su opinión transcrita en el presente capítulo, supra, punto IV.2.6, párrafo 1.
38
Cfr., en relación con el principio de protección exclusiva de bienes jurídicos,
entre otros, SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., pp. 267 y ss.; MIR PUIG, Derecho penal.
Parte general, cit., pp. 128 y ss.; ZUGALDÍA ESPINAR, Fundamentos..., cit., pp. 233 y ss.;
BUSTOS RAMÍREZ, Manual de derecho penal. Parte general, cit., pp. 107 y s.
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39
STS de 11 de noviembre de 1997, ponente Enrique Bacigalupo Zapater, RJ
1997\7854 (f. j. 1º).
40
BACIGALUPO, Principios de derecho penal..., cit., p. 57.
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41
ZUGALDÍA ESPINAR, Fundamentos..., cit., p. 320.
42
Con todo, reconocemos que es posible pensar que Zugaldía Espinar, al
aludir a los preceptos constitucionales que menciona, sólo haya querido buscar
disposiciones de la Carta Fundamental que sirvieran de anclaje a la retroactividad
in bonam partem, sin pretender que el fundamento de ésta fuera la existencia de
aquellos preceptos, contentándose con señalar las distintas posiciones doctrinales
sobre el tema y sin tomar partido por ninguna de ellas ni proponer otra.
43
Así, pero desde la perspectiva de las disposiciones administrativas, NIETO
GARCÍA, Derecho administrativo sancionador (4ª edición, Madrid, 2005), pp. 243 y s.
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44
En el caso de Italia, el art. 25.2 de la Constitución de dicho país establece
que “Nessuno può essere punito se non in forza di una legge che sia entrata in vigore prima
del fatto commesso”. La doctrina italiana sostiene que la citada prohibición sólo tiene
sentido ante leyes penales desfavorables, permitiéndose –no imponiéndose– la re-
troactividad de las favorables. Por todos, cfr. MELCHIONDA, “Norme penali favorevoli
al reo e mancata conversione del decreto-legge”, en Indice Penale, 1984, p. 184.
En el caso de Francia, a pesar de que la retroactividad in bonam partem no goza
de reconocimiento explícito en la Carta Fundamental, el Conseil Constitutionnel le
ha reconocido el valor de principio de orden constitucional. Cfr. CONTE / MAISTRE
DU CHAMBON, Droit pénal général (3ª edición, París, 1998), p. 80; SOYER, Droit pénal
et procédure pénale (11ª edición, París, 1994), p. 68; PRADEL, Droit pénal général, cit.,
p. 224; DEBOVE / FALLETTI, Précis de droit pénal et de procédure pénale, cit., p. 54; LAR-
GUIER, Droit pénal général, cit., p. 271; LEVASSEUR / CHAVANNE / MONTREUIL, Droit
pénal général..., cit., p. 39; STEFANI / LEVASSEUR / BOULOC, Droit pénal général, cit.,
pp. 134 y s.; RASSAT, Droit pénal, cit., p. 187.
45
En el caso de Chile, cuya Constitución Política establece en su art. 19 Nº 3,
párrafo 7º, que “ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una
ley promulgada con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley
favorezca al afectado”, BASCUÑÁN RODRÍGUEZ, La ley penal, cit., p. 210, afirma, a
nuestro juicio, con razón, que el texto constitucional permite la retroactividad de
la ley penal más favorable, pero no la impone, afirmación que se opone a la tesis
dominante en doctrina y jurisprudencia, según la cual la citada disposición con-
sagraría un deber de aplicar retroactivamente la ley penal más benigna. En igual
sentido, EL MISMO, La aplicación de la ley penal derogada, cit., p. 11.
46
De acuerdo, RUIZ DE ERENCHUM ARTECHE, El “sistema de sucesión de leyes”...,
cit., p. 333.
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47
Cfr., entre otras, SSTC 15/1981, de 7 de mayo (f. j. 7º); 102/1997, de 20 de
mayo (f. j. 3º); 215/1998, de 11 de noviembre (f. j. 2º); 20/2003, de 10 de febrero
(f. j. 4º); y AATC 470/1984, de 24 de julio (f. j. 2º); 876/1986, de 29 de octubre
(f. j. 2º); 303/1989, de 5 de junio (f. j. 1º); 226/1990, de 4 de junio (f. j. 2º); 30/1998,
de 28 de enero (f. j. 7º). Vid. también STS de 24 de diciembre de 1998, ponente
Roberto García-Calvo y Montiel, RJ 1998\10399 (f. j. 3º). En contra, vid. ATS de
12 de septiembre de 1994, ponente Enrique Bacigalupo Zapater, RJ 1994\7385
(f. j. 2º), afirmando que el art. 9.3 de la Constitución no impone la retroactividad
penal favorable, sino que sólo la permite.
48
Cfr. HUERTA TOCILDO, Principio de legalidad..., cit., pp. 33 y ss.; LA MISMA, El
derecho fundamental..., cit., p. 98. Vid. también LASCURAÍN SÁNCHEZ, Sobre la retroacti-
vidad penal favorable, cit., pp. 55 y ss.
49
Vid. SSTC 133/1987, de 21 de julio (f. j. 4º); 150/1989, de 25 de septiembre
(f. j. 5º).
50
Cfr. los votos particulares de los magistrados Pedro Cruz Villalón y Rafael de
Mendizábal Allende a la STC 203/1994, de 11 de julio, y de este último a la STC
99/2000, de 10 de abril.
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Vid. un interesante análisis crítico de esta sentencia en HUERTA TOCILDO,
Principio de legalidad..., cit., pp. 36 y ss.
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52
LUZÓN PEÑA, Curso..., cit., p. 183 (las cursivas en el original). Cfr. también
SÁINZ CANTERO, Lecciones de derecho penal..., cit., pp. 398 y s., aludiendo a conside-
raciones humanitarias y de justicia; ANTÓN ONECA, Derecho penal, cit., pp. 126 y s.,
mencionando razones de humanidad, justicia y fines de defensa social; SERRANO
BUTRAGUEÑO, Retroactividad, ultra-actividad y extractividad..., cit., p. 2, señalando
motivos de justicia, necesidad de pena y de humanidad; PÉREZ ROYO, La aplicación
retroactiva..., cit., pp. 78 y s., invocando los principios de intervención mínima,
prohibición de exceso e igualdad ante la ley.
53
Hacemos salvedad de las consideraciones de necesidad a las que Luzón Peña
alude. Sobre la virtualidad justificadora de la retroactividad in bonam partem que en
tales consideraciones puede verse, nos pronunciaremos más abajo.
54
Cfr. RAGUÉS I VALLÈS, La prescripción penal..., cit., pp. 40 y s., cuya argumenta-
ción para oponerse a la pretensión de asignar un fundamento múltiple a la figura
de la prescripción recogemos en el texto.
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Vid. supra capítulo II, punto II.2.2.6.
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SILVA SÁNCHEZ, Legislación penal socioeconómica..., cit., p. 699 (las cursivas son
nuestras). Cfr. también COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit.,
pp. 195 y s.; LOS MISMOS, Comentario al art. 2..., cit., p. 73; LOS MISMOS, “Retroactividad
de las disposiciones favorables en materia de contrabando”, en VV.AA., Comentarios a
la legislación penal (dir. Cobo del Rosal, coord. Bajo Fernández, Madrid, 1984), t. III,
“Delitos e infracciones de contrabando”, p. 585; GÓRRIZ ROYO, “La problemática de
las remisiones normativas y de la retroactividad de las leyes penales favorables en
relación a los delitos sobre la ordenación del territorio”, en Revista de Ciencias Penales,
vol. 1, Nº 1, 1998, p. 90; PÉREZ ROYO, La aplicación retroactiva..., cit., pp. 78 y s., sin
que el principio de prohibición de exceso sea para este autor el único fundamento
de la retroactividad in bonam partem; GONZÁLEZ TAPIA, Determinación del tiempo..., cit.,
pp. 202 y ss.; FRÍGOLS I BRINES, Fundamentos..., cit., pp. 410 y ss. Similar, haciendo
referencia al principio de proporcionalidad, LASCURAÍN SÁNCHEZ, Sobre la retroactividad
penal favorable, cit., pp. 31 y ss.; EL MISMO, “Delito fiscal y retroactividad”, en VV.AA.,
Estudios de derecho penal económico (Caracas, 2002), pp. 435 y ss. Parecido, pero alu-
diendo al principio de necesidad de pena, MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit.,
p. 116; BUSTOS RAMÍREZ, Manual de derecho penal. Parte general, cit., pp. 176 y s.; BUSTOS
RAMÍREZ / HORMAZÁBAL MALARÉE, Lecciones..., cit., vol. I, p. 107; CARBONELL MATEU,
Derecho penal..., cit., pp. 140 y s.; RUIZ DE ERENCHUM ARTECHE, El “sistema de sucesión
de leyes”..., cit., pp. 331 y 384; MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, Derecho penal económico. Parte
general, cit., pp. 127 y ss.; EL MISMO, Los delitos contra la hacienda pública y la seguridad
social (Madrid, 1995), pp. 121 y ss., utilizando una argumentación en términos de
necesidad de pena, para negar retroactividad a la cláusula de regularización tributaria
de la Ley del IRPF de 1991, en el delito de defraudación tributaria. Cfr. también
FIORE, De la irretroactividad e interpretación de las leyes..., cit., p. 442, quien no obstante
sostener que el fundamento de la retroactividad de las leyes penales favorables se
encuentra en la idea de justicia, agrega un argumento de proporcionalidad “entre
la contravención realizada o la violación de la ley, con el mal que se reconozca por
el legislador como necesario y eficaz para restablecer el orden jurídico”, añadiendo
que “sería arbitrario fijar una pena exorbitante, o sea, superior a lo que pueda ser
exigido, con arreglo a la razón penal, para conseguir el fin racional de la pena, es
decir, la tutela del orden jurídico”. En la doctrina alemana, cfr. JAKOBS, Derecho penal.
Parte general, cit., p. 112, aludiendo a la evitación de penas innecesarias. En la doctri-
na peruana, alude al principio de prohibición de exceso PEÑA CABRERA, Tratado de
derecho penal. Estudio programático de la parte general (3ª edición corregida y aumentada
con la colaboración de Carlos Atocsa García, José A. Caro John, Reiner Chocano
Rodríguez y Sofía Laqui Pizarro, Lima, 1997, reimpresión de 1999), p. 236. En la
doctrina argentina, haciendo referencia a la necesidad de pena, FIERRO, “Los delitos
permanentes y la ley más benigna”, en Jurisprudencia argentina, Buenos Aires, 2000,
t. IV, p. 575; YMAZ VIDELA, La sucesión de leyes penales..., cit., p. 1006. En la doctrina
chilena, aludiendo a la prohibición de exceso, cfr. BASCUÑÁN RODRÍGUEZ, La ley penal,
cit., p. 212; EL MISMO, La aplicación de la ley penal derogada, cit., p. 11.
283
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
IV.3.1. ORIGEN
57
RJ 1997\4665.
58
PLATÓN, Las leyes, t. II (edición bilingüe, traducción, notas y estudio preli-
minar de José Manuel Pabón y Manuel Fernández-Galiano, Madrid, 1960), p. 106.
Cfr. BINDER, Introducción al Derecho penal, cit., p. 191, afirmando que uno de los
primeros principios limitadores del poder punitivo en aparecer históricamente
fue el de proporcionalidad, advirtiendo manifestaciones de ello ya en el Código
284
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
59
BECCARIA, De los delitos y de las penas (traducción de Juan Antonio de las Casas,
introducción, apéndice y notas de Juan Antonio Delval, Madrid, 1998), p. 40. Vid.
también MONTESQUIEU, El espíritu de las leyes. Libro VI, capítulo XVI (versión caste-
llana, Madrid, 1900), t. II, pp. 102 y ss.: “Es esencial que las penas tengan armonía
entre sí, porque es esencial evitar más bien un delito mayor que otro menor, lo
que más ofende a la sociedad, que lo que menos le disuena” (p. 102). “Entre no-
sotros hay un mal grande, cual es el de imponer la misma pena al que roba en los
caminos públicos y al que roba y asesina. Es patente que para la seguridad pública,
convendría que hubiese alguna diferencia en la pena” (p. 103).
60
Cfr. FERRAJOLI, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal (traducción de
Perfecto Andrés Ibáñez, Alfonso Ruiz Miguel, Juan Carlos Bayón Mohino, Juan
285
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
61
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 136; SILVA SÁNCHEZ, Aproxi-
mación..., cit., p. 260, nota 332. En contra, LUZÓN PEÑA, Curso..., cit., p. 86.
62
Llama la atención, entonces, el hecho de que, en general, los ordenamientos
de los diversos países no suelan consagrar legalmente de modo explícito la exigen-
cia de proporcionalidad de las penas, sino sólo de las medidas de seguridad. Vid.,
por ejemplo, el parágrafo 62 del Código Penal alemán: “Una medida de seguridad
no podrá ordenarse cuando no guarde relación con el significado de los hechos
cometidos por el autor y los hechos de él esperados, así como con el grado del
peligro que parte de él” (traducción extraída de EIRANOVA ENCINAS (coord.), Código
Penal alemán. StGB..., cit., p. 44). Excepcionalmente se establece en forma explícita
la exigencia de proporcionalidad de las penas. Así, verbigracia, el art. 3 del Código
Penal colombiano declara lo siguiente: “Principios de las sanciones penales. La imposi-
ción de pena o de la medida de seguridad responderá a los principios de necesidad,
proporcionalidad y razonabilidad. El principio de necesidad se entenderá en el
marco de la prevención y conforme a las instituciones que la desarrollan”.
63
Vid. VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, “El principio de prohibición de exceso en el
Código Penal colombiano”, en VV.AA., El penalista liberal..., cit., pp. 365 y s., quien
afirma que el fenómeno ocurrió al revés, es decir, que el señalado principio nació
en el derecho de policía, de donde se extendió al derecho administrativo y de ahí
al derecho penal.
64
En esto han tenido gran incidencia la doctrina y la jurisprudencia consti-
tucional alemanas. Cfr. AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad en derecho
penal (Madrid, 1999), pp. 56 y s.; SÁNCHEZ GARCÍA, “El principio constitucional de
proporcionalidad en el derecho penal”, en La Ley 1994-4, pp. 1115 y s.; FRÍGOLS I
BRINES, Fundamentos..., cit., pp. 411 y ss. En la doctrina chilena, vid. BORDALÍ SALA-
MANCA, Temas de derecho procesal constitucional (Valdivia, 2003), pp. 66 y s.
286
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
65
Así, entre otros, MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 136 y s.; GARCÍA-
PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., pp. 398 y ss.; BUSTOS RAMÍREZ, Manual de
derecho penal. Parte general, cit., pp. 104 y s., concibiendo la exigencia de proporciona-
lidad como un aspecto del principio de necesidad de la intervención penal; MUÑOZ
CONDE / GARCÍA ARÁN, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 84 y s., considerando al
principio de proporcionalidad como una consecuencia del principio de interven-
ción mínima; ZUGALDÍA ESPINAR, Fundamentos..., cit., pp. 263 y ss., concibiendo al
principio de proporcionalidad como una derivación de la prohibición de penas
inhumanas y degradantes. En la doctrina argentina, cfr. ZAFFARONI / ALAGIA /
SLOKAR, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 130 y s.
66
Entre otros, cfr. COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general,
cit., pp. 84 y ss.; AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., pp. 149 y
ss.; CUERDA ARNAU, “Aproximación al principio de proporcionalidad en derecho
penal”, en VV.AA., Estudios jurídicos en memoria del profesor Dr. D. José Ramón Casabó
Ruiz (Valencia, 1997), vol. I, pp. 468 y ss.; GÓMEZ PAVÓN, “Comentario a la sen-
tencia del Tribunal Constitucional de 2 de octubre de 1997, sobre la cuestión de
constitucionalidad en relación con el artículo 380 del Código Penal”, en Cuadernos
de Política Criminal, Nº 64, año 1998, p. 109. En el ámbito procesal penal, cfr. GON-
ZÁLEZ-CUÉLLAR SERRANO, Proporcionalidad y derechos fundamentales en el proceso penal
(Madrid, 1990), pp. 151 y ss.
67
Así, COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 84
y ss.; AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., pp. 149 y ss.; CUERDA
ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., pp. 468 y ss. En la doctrina
argentina, desde un punto de vista filosófico jurídico, cfr. CIANCIARDO, El principio
de razonabilidad. Del debido proceso sustantivo al moderno juicio de proporcionalidad (Bue-
nos Aires, 2004), pp. 61 y ss. En la doctrina colombiana, VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, El
principio de prohibición de exceso..., cit., pp. 371 y ss. En la doctrina chilena, cfr. BOR-
DALÍ SALAMANCA, Temas..., cit., pp. 68 y ss.; BASCUÑÁN RODRÍGUEZ, “Delitos contra
intereses instrumentales”, en VV.AA., Comentario de la jurisprudencia del año 2003 de
287
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
adelante–, y por otro, hay quienes afirman que las exigencias son
sólo dos: necesidad y proporcionalidad en sentido estricto.68 Por las
razones que explicaremos luego,69 adherimos al sector que asigna
al principio de proporcionalidad un contenido amplio y pensamos
que las exigencias que del mismo emanan son tres.70
IV.3.3. DENOMINACIÓN
68
Así, RODRÍGUEZ MOURULLO, Delito y pena..., cit., pp. 74 y s.; SÁNCHEZ GARCÍA,
El principio constitucional de proporcionalidad..., cit., p. 1117; LASCURAÍN SÁNCHEZ,
“La proporcionalidad de la norma penal”, en Cuadernos de Derecho Público, Nº 5,
septiembre-diciembre 1998, p. 163. En la doctrina alemana, cfr. ZIPF, Introducción...,
cit., p. 56.
69
Vid. infra, punto IV.3.3, párrafo 2, nota 79.
70
En la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, por su parte, se observa
una evolución sobre el punto. En un comienzo, el principio de proporcionalidad
era concebido por este tribunal sólo como una exigencia de relación armónica
entre la gravedad del delito y la de la pena. Vid., por ejemplo, STC 65/1986, de
22 de mayo (f. j. 3º). Con el correr del tiempo, fue asignando al mencionado
principio un contenido más amplio, hasta llegar a declarar que forman parte de
él las exigencias de idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto.
Cfr. SSTC 55/1996, de 28 de marzo (f. j. 7º, 8º y 9º); 161/1997, de 2 de octubre
(f. j. 12º); 136/1999, de 20 de julio (f. j. 23º).
71
Así, HASSEMER, Fundamentos..., cit., p. 279.
72
Así, MUÑOZ CONDE / GARCÍA ARÁN, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 72 y ss.
73
Así, CIANCIARDO, El principio de razonabilidad..., cit., p. 31. Esta denominación
es de uso frecuente en el ámbito jurídico anglosajón. Cfr. SÁNCHEZ GARCÍA, El
principio constitucional de proporcionalidad..., cit., p. 1116, nota 14.
74
Así, AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., pp. 149 y ss.
75
Así, COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 81;
CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., p. 452; SÁNCHEZ
288
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
76
Cfr. la crítica, en el sentido indicado en el texto, de LASCURAÍN SÁNCHEZ, La
proporcionalidad de la norma penal, cit., p. 163.
77
Vid. una crítica en dicho sentido en LASCURAÍN SÁNCHEZ, La proporcionalidad
de la norma penal, cit., p. 163.
289
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
78
El origen de la denominación “prohibición de exceso” se suele atribuir al
profesor alemán LERCHE, Übermass und Verfassungrecht. Zur Bindung des Gesetzgebers
an die Grundsätze der Verhälnismässigkeit und der Erforderlichkeit (Köln, 1961), p. 19.
Citado por LARENZ, Metodología de la ciencia del derecho, cit., p. 472.
79
Lo dicho no sólo sirve para sostener la mayor corrección de la expresión
“prohibición de exceso” frente a las demás analizadas, sino también para explicar
por qué somos partidarios de asignar al principio en análisis un contenido más
amplio que el que la mayoría de la doctrina le reconoce. Para que la intervención
penal no sea considerada excesiva, no sólo se requiere que guarde relación con
el delito cometido, sino también que sea útil en la prevención de delitos y que no
existan otros medios menos gravosos igualmente eficaces en dicha tarea.
290
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
80
En el caso de los Estados Unidos, la octava enmienda de su Constitución
señala que “no se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas,
ni se infligirán castigos crueles e inusuales”. La Corte Suprema norteamericana
ha expresado que dicho texto contiene una prohibición de penas desproporcio-
nadas, aplicable no sólo a la multa, sino también a la pena de muerte y, después
de algunas sentencias contradictorias, pronunciadas en casos en los que se hizo
aplicación de las llamadas leyes three strikes, ha reconocido que alcanza a la pena de
prisión, pero restringiendo demasiado su operatividad y prácticamente vaciando
su contenido. Sobre el tema, con detalle, CASTIÑEIRA PALOU / RAGUÉS I VALLÈS,
“Three strikes. El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del Tribunal
Supremo de los Estados Unidos”, en Revista de Derecho Penal y Criminología, Nº 14,
año 2004, pp. 59 y ss.
81
BACIGALUPO, “¿Tienen rango constitucional las consecuencias del principio
de culpabilidad?”, en La Ley 1982-2, p. 941. Vid. también, en el mismo sentido,
ZUGALDÍA ESPINAR, Fundamentos..., cit., p. 263; SÁNCHEZ GARCÍA, El principio cons-
titucional de proporcionalidad..., cit., p. 1118, aludiendo, además, a los arts. 1.1 y 10
del texto constitucional.
82
COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 82,
invocando también, como fuente indirecta del principio de proporcionalidad, los
arts. 15, 17.2, 17.4 y 55.2 párrafo 2º de la Constitución. Cfr. también LOS MISMOS,
Retroactividad de las disposiciones favorables..., cit., p. 585, nota 7, expresando que tam-
poco cabe descartar que el art. 25.1 de la Carta Fundamental implique la exigencia
de proporcionalidad entre la infracción y la pena; CUERDA ARNAU, Aproximación
al principio de proporcionalidad..., cit., p. 455, mencionando, además del art. 1, los
arts. 9.3, 10.1 y 10.2 de la Constitución.
83
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 260, nota 335.
291
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
84
FRÍGOLS I BRINES, Fundamentos..., cit., pp. 424 y ss.
85
Cfr., entre otras, SSTC 65/1986, de 22 de mayo (f. j. 2º); 150/1991, de 4
de julio (f. j. 4º); 111/1993, de 25 de marzo (f. j. 9º) y 55/1996, de 28 de marzo
(f. j. 3º). Vid., sin embargo, STC 136/1999, de 20 de julio (f. j. 30º), en la que se
vincula la proporcionalidad de las penas con el principio de legalidad penal del
art. 25.1 de la Constitución.
86
Vid. nota 81 de este capítulo.
292
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
87
STC 65/1986, de 22 de mayo (f. j. 4º). Vid. también SSTC 120/1990, de 27
de junio (f. j. 9º) y 150/1991, de 4 de julio (f. j. 7º).
88
JAREÑO LEAL, La pena privativa de libertad por impago de multa (Madrid, 1994),
p. 182.
89
Cfr. ATC 419/1990, de 28 de noviembre (f. j. 5º). Sin embargo, resulta
plausible sostener que cualquier medida que vulnere la prohibición de exceso
importará una infracción del precepto constitucional que reconozca el derecho
fundamental afectado por dicha medida, lo que autorizaría para interponer un
recurso de amparo. En este sentido, vid. CUERDA ARNAU, Aproximación al principio
de proporcionalidad..., cit., pp. 457 y s. De hecho, a nuestro juicio es este camino el
que siguió el Tribunal Constitucional en su STC 136/1999, de 20 de julio (f. j. 22º
a 30º) (caso de la Mesa Nacional de Herri Batasuna), que acogió un amparo sobre
la base de considerar que las penas impuestas a los recurrentes por un delito de
colaboración con banda armada, de siete años de prisión, eran desproporcionadas
con la gravedad del hecho, lo que importaba una vulneración de los derechos fun-
damentales a la libertad personal, a las libertades de expresión e información y a la
libertad de participación en los asuntos públicos (reconocidas en los arts. 17, 20 y 23
de la Constitución, respectivamente), además del derecho a la legalidad penal.
90
En el caso de Chile, en cuya Constitución, al igual que en la española, no
se contempla un reconocimiento explícito de la prohibición de exceso, BASCUÑÁN
RODRÍGUEZ, Delitos contra intereses instrumentales, cit., pp. 323 y s., sostiene que, lejos de
resultar incompatible con dicho principio, el texto constitucional lo presupone en,
293
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
IV.3.5. CONTENIDO
91
Cfr. DÍEZ RIPOLLÉS, La racionalidad de las leyes penales. Práctica y teoría (Madrid,
2003), pp. 127 y ss., a juicio de quien existiría una superposición de contenidos
y una vaguedad conceptual en las distintas posturas doctrinales que asignan un
contenido amplio al principio de prohibición de exceso.
92
Las siguientes palabras de LASCURAÍN SÁNCHEZ, Sobre la retroactividad penal
favorable, cit., pp. 33 y s., constituyen una buena síntesis del contenido amplio que
se suele asignar al principio de proporcionalidad: “Haremos un mal negocio en
términos de libertad –generaremos una norma desproporcionada– si la norma en
cuestión persigue un bien democráticamente legítimo pero de un modo ineficaz
en cuanto cualitativamente inidóneo, o lo hace a pesar de que podría ser sustituida
eficazmente con una medida menos coactiva, o protege un ámbito de libertad de
menor extensión que el que anegan la prohibición o la sanción. Dicho a la inversa:
una norma penal resulta proporcionada si protege un bien legítimo, si tiene la
capacidad instrumental como para conseguir el efecto protector que pretende, si
no puede ser eficazmente sustituida por una norma sancionadora más leve o por
una medida no sancionadora, y si además la sanción que incorpora no es más grave
que la conducta que castiga, con toda la vaguedad y las dificultades que comporta
realizar esta medición”. Cfr. EL MISMO, Delito fiscal y retroactividad, cit., pp. 435 y s.
294
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
estatal. Esto, que en general significa que los medios de que se vale
el Estado deben ser eficaces para el logro del resultado deseado,93
en materia penal importa la exigencia de que la intervención penal
sirva para la protección de bienes jurídicos a través de la prevención
de delitos. Si esta intervención se revela inútil en dicha tarea, debe
prescindirse de ella.94
2. No todos los autores que asignan al principio de proporcio-
nalidad en materia penal un contenido amplio están de acuerdo
en que la idoneidad sea el primer subprincipio que se derive de
aquél. Algunos plantean que esta exigencia es sólo un presupuesto
necesario de los únicos y verdaderos subprincipios: el de necesidad
y el de proporcionalidad en sentido estricto.95 Por nuestra parte,
creemos que resulta conveniente, por las razones que más adelante se
dirán,96 separar de las exigencias de necesidad y de proporcionalidad
en sentido estricto, la de idoneidad.97 En todo caso, cualquiera sea
la forma de entender el requisito de idoneidad de la intervención
penal, lo cierto es que tan pronto se demuestre la falta de utilidad
de ésta, debe prescindirse de ella.
3. Como se comprenderá, la determinación de la idoneidad de
la intervención penal presenta grandes dificultades.98 No resulta en
absoluto sencillo concluir si la amenaza y la posterior imposición de
pena por la comisión de un delito sirven o no para proteger bienes
jurídicos a través de la prevención general y la prevención especial.
Eso explica lo extremadamente cauteloso que ha sido el Tribunal
Constitucional al evaluar el cumplimiento de esta exigencia.99 Sin
embargo, ello no debe llevar a prescindir de la misma, porque a pe-
sar de que es difícil determinar su grado de satisfacción, no resulta
imposible. Estamos de acuerdo en que es muy complejo evaluar en
un pronóstico ex ante la idoneidad del recurso a la pena. Pero no lo es
93
Cfr. BORDALÍ SALAMANCA, Temas..., cit., p. 68.
94
Cfr. AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., pp. 151 y s. MIR
PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 125 y s., habla del principio de utilidad de
la intervención penal como una exigencia propia de un Estado social.
95
Así, LASCURAÍN SÁNCHEZ, La proporcionalidad de la norma penal, cit., pp. 165
y s.; RODRÍGUEZ MOURULLO, Delito y pena..., cit., pp. 74 y s.
96
Vid. infra, punto IV.4, párrafos 2 y 3, y nota 213.
97
Cfr. STC 55/1996, de 28 de marzo (f. j. 8º), en la que se menciona la exigencia
de idoneidad como algo distinto de la necesidad de la intervención penal.
98
Vid. COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 84.
99
Cfr. CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit.,
p. 469.
295
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
100
Vid. CIANCIARDO, El principio de razonabilidad..., cit., pp. 71 y ss., señalando
que la medida debe ser adecuada en el momento en que se examina su constitu-
cionalidad, de lo que concluye que sólo resultaría procedente un análisis ex post.
101
El Tribunal Constitucional alemán ha afirmado que cuando las medidas se
transforman con el tiempo en inidóneas para la consecución del fin, el legislador
está obligado a modificar la ley, pero no procede la declaración de su inconstitu-
cionalidad. Cfr. GONZÁLEZ-CUÉLLAR SERRANO, Proporcionalidad y derechos fundamen-
tales..., cit., p. 326.
102
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 126; SILVA SÁNCHEZ, Aproxi-
mación..., cit., p. 217, afirmando que la eficacia intimidatoria del derecho penal no
se mide por la erradicación del delito, sino por la contribución a su contención.
103
Cfr. GONZÁLEZ-CUÉLLAR SERRANO, Proporcionalidad y derechos fundamentales...,
cit., pp. 156 y s. Vid. también FRÍGOLS I BRINES, Fundamentos..., cit., pp. 413 y s.;
VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, El principio de prohibición de exceso..., cit., p. 373.
296
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
104
Vid. CIANCIARDO, El principio de razonabilidad..., cit., p. 75, afirmando que no
cabe exigir la realización total del fin buscado y que basta una aptitud o posibilidad
de cumplimiento parciales.
105
Así, CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., p. 470;
COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 85.
106
Vid., entre otras, SSTC 18/1988, de 16 de febrero (f. j. 9º); 150/1991, de
4 de julio (f. j. 4º).
297
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
107
AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 154.
108
Véase el texto de este precepto en anexo de disposiciones chilenas citadas,
al final de este trabajo.
109
Así, AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 151.
110
Así, CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., p. 471.
Con todo, esta autora reconoce que si bien el lugar apropiado para analizar la
exigencia de susceptibilidad de protección penal del bien de que se trate es el
subprincipio de idoneidad, las otras dos exigencias –merecimiento y necesidad de
protección penal– podrían ser reconducidas a otros subprincipios del principio
de proporcionalidad.
298
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
111
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 289, nota 451, quien afirma que
la exigencia de susceptibilidad de la protección penal podría entenderse incluida
en la de necesidad de la misma, porque si el bien jurídico no es apto para la pro-
tección penal, se podría sostener que no necesita esa protección.
112
Vid. AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., pp. 157 y ss.
113
Cfr. BECK, La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad (traducción de
Jorge Navarro, Daniel Jiménez y María Rosa Borrás, Barcelona, 1998), especialmente
pp. 25 y ss., quien califica la sociedad actual, sucesora de la sociedad industrial, como
“sociedad del riesgo” y le atribuye como una de sus características más significativas
la de que los nuevos riesgos no se deben a la naturaleza, sino al propio desarrollo
social. Vid., sin embargo, GIL CALVO, Epidemiología del alarmismo, opinión publicada
en El País, domingo 4 de marzo de 2001, p. 15, señalando que el hecho de que
la sociedad se enfrente a riesgos nuevos no naturales, sino artificiales, no es algo
inédito en la historia humana, mencionando algunos ejemplos de ello.
114
Cfr., en relación con este punto, GALLEGO SOLER, “Algunas cuestiones po-
lítico-criminales sobre la eficacia de la protección penal de los consumidores”, en
MIR PUIG / CORCOY BIDASOLO (dirs.), GÓMEZ MARTÍN (coord.), La política criminal
en Europa (Barcelona, 2004), pp. 217 y ss.
115
Vid., sobre este tema, FERNÁNDEZ BAUTISTA, Las biotecnologías: alcance, efica-
cia y legitimación del derecho penal, en MIR PUIG / CORCOY BIDASOLO (dirs.), GÓMEZ
MARTÍN (coord.), La política criminal en Europa, cit., pp. 201 y ss.
116
Cfr. HORTAL IBARRA, “Legitimación y eficacia de la intervención penal en
el ámbito de la prevención de riesgos laborales”, en MIR PUIG / CORCOY BIDASOLO
(dirs.), GÓMEZ MARTÍN (coord.), La política criminal en Europa, cit., pp. 237 y ss.
117
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, La expansión del derecho penal..., cit., p. 27. Vid. tam-
bién MENDOZA BUERGO, El derecho penal en la sociedad del riesgo (Madrid, 2001),
pp. 41 y s.
299
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
118
SILVA SÁNCHEZ, La expansión del derecho penal..., cit., p. 25.
119
Tales como la presencia de una evidente política de criminalización antes
que de descriminalización, con ampliación y creación de nuevos tipos penales,
preferencia por la protección de bienes jurídicos supraindividuales, proliferación
de delitos de peligro abstracto, incumplimiento del mandato de determinación,
perversión de los principios clásicos del derecho procesal penal, etc.. Cfr. HASSE-
MER, “Viejo y nuevo derecho penal” (traducción de Francisco Muñoz Conde), en
EL MISMO, Persona, mundo y responsabilidad. Bases para una teoría de la imputación en
derecho penal (traducción de Francisco Muñoz Conde y María del Mar Díaz Pita,
Valencia, 1999), pp. 39 y ss.
120
Para un análisis crítico de la intervención penal, específicamente en materia
de medio ambiente, puede verse SILVA SÁNCHEZ, “¿Protección penal del medio am-
biente? Texto y contexto del artículo 325” I), en La Ley, Nº 4285, lunes 12 de mayo
de 1997, pp. 1 y ss., y II), en La Ley, Nº 4286, martes 13 de mayo de 1997, pp. 1 y
ss., especialmente p. 1 del primer número: “Tras doce años de existencia del delito
contra el medio ambiente en el derecho español y una más dilatada experiencia
sobre el particular en el ámbito del derecho comparado, pocos se atreven a discutir
la corrección del siguiente enunciado: el derecho penal del medio ambiente no
cumple las funciones que en su día le fueron encomendadas, adolece por tanto
de una más que significativa ineficacia”. Para la situación del derecho penal del
medio ambiente en Alemania, véase MÜLLER-TUCKFELD, “Ensayo para la abolición
del derecho penal del medio ambiente”, traducción de Elena Íñigo Corroza, Nuria
Pastor Muñoz y Ramon Ragués i Vallès, en INSTITUTO DE CIENCIAS CRIMINALES DE
FRANKFURT (ed.), ÁREA DE DERECHO PENAL DE LA UNIVERSIDAD POMPEU FABRA (ed.
española), La insostenible situación del derecho penal, cit., pp. 507 y ss.
121
Para una panorámica de las principales opiniones de quienes critican la
pretendida falta de idoneidad del derecho penal para hacer frente a los nuevos
riesgos de la sociedad moderna, cfr. MENDOZA BUERGO, El derecho penal en la sociedad
del riesgo, cit., pp. 51 y ss.
122
En rigor, no se trata de una verdadera “escuela”, dado que entre los profesores
de Frankfurt existen diferencias metodológicas e ideológicas. Vid. SILVA SÁNCHEZ,
Prólogo a la edición española, en INSTITUTO DE CIENCIAS CRIMINALES DE FRANKFURT
(ed.), ÁREA DE DERECHO PENAL DE LA UNIVERSIDAD POMPEU FABRA (ed. española),
La insostenible situación del derecho penal, cit., p. XII.
300
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
123
HASSEMER, “El destino de los derechos del ciudadano en un derecho penal
‘eficaz’” (traducción de Francisco Muñoz Conde), en EL MISMO, Persona, mundo y
responsabilidad..., cit., p. 90. “Las experiencias habidas con los ‘déficit de funciona-
miento’ del moderno derecho penal y con el llamado ‘derecho penal simbólico’
enseñan que una mayor contundencia de los instrumentos jurídico-penales (more
of the same) no siempre ha mejorado su idoneidad en la solución de los problemas.
Ello quizá podría deberse a que la subsidiariedad del derecho penal en relación con
otras estrategias de solución jurídicas, estatales o sociales, no sólo es un principio
normativo, sino también un principio empíricamente fundado: los medios jurídico-
penales sólo son idóneos para resolver muy pocos problemas” (pp. 95 y s.).
124
HASSEMER, Viejo y nuevo derecho penal, cit., pp. 67 y ss. SILVA SÁNCHEZ, La
expansión del derecho penal..., cit., pp. 159 y ss., propone un modelo de derecho penal
“de dos velocidades” que funcionaría con dos zonas: una zona nuclear que abarca-
ría delitos sancionados con penas privativas de libertad y en la que se respetarían
los principios político-criminales clásicos, las reglas de imputación y los principios
procesales, y una zona periférica que comprendería delitos sancionados con penas
pecuniarias y privativas de derechos y en la que se flexibilizarían dichos principios
y reglas proporcionalmente a la menor intensidad de la sanción.
301
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
125
Para una panorámica de las principales opiniones manifestadas en defensa
de la aptitud del derecho penal para enfrentar de manera eficaz las nuevas realida-
des de la moderna sociedad, vid. MENDOZA BUERGO, El derecho penal en la sociedad
del riesgo, cit., pp. 125 y ss.
126
CORCOY BIDASOLO, Delitos de peligro y protección de bienes jurídico-penales supra-
individuales (Valencia, 1999), p. 188.
127
CORCOY BIDASOLO, Delitos de peligro..., cit., pp. 190 y s. Vid. LA MISMA, “Lími-
tes objetivos y subjetivos a la intervención penal en el control de riesgos”, en MIR
PUIG / CORCOY BIDASOLO (dirs.), GÓMEZ MARTÍN, (coord.), La política criminal en
Europa, cit., pp. 27 y ss.
302
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
IV.3.5.2. Necesidad
128
HASSEMER, Viejo y nuevo derecho penal, cit., pp. 57 y s.
129
Así, CORCOY BIDASOLO, Delitos de peligro..., cit., p. 200.
130
CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., p. 470.
131
COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 85.
132
SÁNCHEZ GARCÍA, El principio constitucional de proporcionalidad..., cit.,
p. 1117.
133
Así, AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 159.
303
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
134
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., p. 366; SILVA SÁNCHEZ,
Aproximación..., cit., p. 271.
135
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 129.
136
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., p. 366.
137
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 277.
138
SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 288.
139
Cfr. COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit.,
p. 325.
140
Vid. MIR PUIG, Introducción..., cit., p. 131.
141
MIR PUIG, Introducción..., cit., p. 132.
304
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
142
En la búsqueda del concepto material de bien jurídico, puede verse, re-
cientemente, FERNÁNDEZ, Bien jurídico y sistema del delito (Montevideo, 2004), espe-
cialmente, pp. 80 y ss.
143
Cfr. ROXIN, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 54 y s.
144
Cfr., por ejemplo, MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 130, afirmando
que el principio de exclusiva protección de bienes jurídicos posee un fundamento
plural que procede de los tres aspectos de la fórmula “Estado social y democrático
de Derecho”.
145
Vid. ZUGALDÍA ESPINAR, Fundamentos..., cit., p. 233.
146
Las cursivas son nuestras. Vid. también, en el mismo sentido, STC 111/1993,
de 25 de marzo (f. j. 9º).
305
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
IV.3.5.2.2. Subsidiariedad
147
STC 136/1999, de 20 de julio (f. j. 22º) (las cursivas son nuestras).
148
Similar, AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 197.
149
Por todos, COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general,
cit., p. 87.
150
Algunos autores prefieren usar la expresión última ratio, en vez de la voz
“subsidiariedad”, porque ésta sugeriría la idea de que existe un orden principal y
previo al derecho penal. Cfr. GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., p. 382,
nota 133; BUSTOS RAMÍREZ, Manual de derecho penal. Parte general, cit., p. 97; AGUADO
CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 226.
151
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 127. Vid. también SILVA
SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 247, quien agrega, incluso, medios no jurídicos
de control social, como soluciones privadas o sociales del conflicto.
306
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
152
SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 289.
153
Cfr. HASSEMER / MUÑOZ CONDE, Introducción..., cit., p. 73; SILVA SÁNCHEZ,
Aproximación..., cit., p. 289.
154
Cfr. SÁNCHEZ GARCÍA, El principio constitucional de proporcionalidad..., cit.,
p. 1118; ZUGALDÍA ESPINAR, Fundamentos..., cit., p. 241.
155
Así, AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 239; SILVA
SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 246. Cfr. GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal...,
cit., pp. 384 y s., quien da cuenta de la existencia de recientes investigaciones que
revelan que existen medios más eficaces para prevenir los delitos que las prohibi-
ciones penales.
156
Se plantea estas dudas LASCURAÍN SÁNCHEZ, La proporcionalidad de la norma
penal, cit., p. 167.
307
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
157
Cfr. AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 241.
158
La cursiva es nuestra.
159
La cursiva es nuestra.
160
Así, AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 241; CUERDA
ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., p. 472.
161
Así, GONZÁLEZ-CUÉLLAR SERRANO, Proporcionalidad y derechos fundamentales...,
cit., pp. 197 y ss. Cfr. LASCURAÍN SÁNCHEZ, La proporcionalidad de la norma penal, cit.,
p. 168: “Resulta demasiado pretencioso el situar el canon de comparación para el
juicio de necesidad en la medida hipotética que cumpla exactamente la misma
finalidad –la misma función manifiesta–, con idéntico nivel de satisfacción y con
menos costes derivados del propio carácter limitador del precepto, de la natura-
leza y las consecuencias de la sanción, y de otras funciones que pueda desplegar
la norma –por ejemplo, sobre el sistema socioeconómico–. Resulta pretencioso
porque aspira a medir exactamente lo que, por lo ya dicho, no es exactamente
308
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
162
CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., p. 472.
309
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
IV.3.5.2.3. Fragmentariedad
163
Vid. supra capítulo II, punto II.3.3.1, párrafo 3.
164
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, La expansión del derecho penal..., cit., pp. 26 y ss.
165
SILVA SÁNCHEZ, La expansión del derecho penal..., cit., p. 25.
166
Cfr. HASSEMER, Viejo y nuevo derecho penal, cit., pp. 56 y s.
167
Vid. AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., p. 243.
168
Así, ROXIN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 67.
169
Por todos, SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 290.
310
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
170
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 127 y s.
171
BINDING, Lehrbuch des Gemeinen Deutschen Strafrechts, BT, vol. I (2ª edición,
1902), p. 20. Citado por PRITTWITZ, “El derecho penal alemán: ¿fragmentario?,
¿subsidiario?, ¿última ratio ? Reflexiones sobre la razón y límites de los principios
limitadores del derecho penal”, traducción de María Teresa Castiñeira Palou, en
INSTITUTO DE CIENCIAS CRIMINALES DE FRANKFURT (ed.), ÁREA DE DERECHO PENAL
DE LA UNIVERSIDAD POMPEU FABRA (ed. española), La insostenible situación del derecho
penal, cit., pp. 428 y s.
172
Cfr. MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 128, quien considera la
fragmentariedad como un límite de la potestad penal en un Estado social. Otros
autores la conciben como una exigencia propia de un Estado de Derecho. Así,
por ejemplo, GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., pp. 386 y s.; BUSTOS
RAMÍREZ, Manual de derecho penal. Parte general, cit., p. 104; JESCHECK, Tratado..., cit.,
4ª edición alemana, p. 45.
173
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., p. 387.
311
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
174
SILVA SÁNCHEZ, La expansión del derecho penal, cit., p. 20, señalando que la
ampliación de los espacios de riesgos jurídico-penalmente relevantes es uno de los
aspectos de la tendencia penal expansiva.
175
ROXIN, “Sentido y límites de la pena estatal”, en EL MISMO, Problemas básicos
del derecho penal (traducción y notas por Diego-Manuel Luzón Peña, Madrid, 1976),
p. 22. Vid. también COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho penal. Parte general, cit.,
p. 87, nota 16: “El olvido del carácter fragmentario del derecho penal conduce a
una indeseable inflación punitiva, que degrada la función de la pena”.
176
Así, SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 290, sosteniendo que, en conse-
cuencia, no puede hablarse de ataques a los bienes jurídicos que reúnan de modo
general las características precisas para la incriminación.
177
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 292.
312
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
178
Cfr. CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit.,
p. 472.
179
Vid., por ejemplo, MIR PUIG, Introducción..., cit., p. 127.
180
Cfr. VIVES ANTÓN / BOIX REIG / ORTS BERENGUER / CARBONELL MATEU /
GONZÁLEZ CUSSAC, Derecho penal. Parte especial (3ª edición, Valencia, 1999), p. 217.
181
Además, en el fondo, con este proceder el legislador español sólo su-
peró la primera etapa de cualquier proceso de incriminación, consistente en
seleccionar un bien jurídico que se estime merecedor, necesitado y susceptible
de protección penal. Decidió brindar tal protección a la libertad sexual. Pero la
segunda etapa, consistente en describir del modo más preciso posible conductas
que lesionen o pongan en peligro dicho bien jurídico, simplemente la omitió,
dejando en manos de los tribunales la determinación de la conducta punible, con
el consiguiente riesgo para la seguridad jurídica. Sobre esto, con mayor detalle,
cfr. OLIVER CALDERÓN, “Taxatividad, fragmentariedad, prevención y constitucio-
nalidad en la regulación de los tipos básicos de agresiones y abusos sexuales en
el Código Penal español de 1995”, en Revista de Ciencias Penales, vol. 3, Nos 1 y 2,
Madrid, año 2000, pp. 155 y ss.
182
Se convierte así en realidad el pronóstico de GARCÍA-PABLOS DE MOLINA,
Derecho penal..., cit., p. 115: “De momento, sin embargo, no hay razones para el op-
timismo y todo hace temer que la actual escisión, y las directrices de los procesos
de neocriminalización, acabarán contaminando al propio núcleo duro del derecho
313
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
183
Véase su texto infra, en anexo de disposiciones chilenas citadas, incorporado
en la parte final de este trabajo.
184
Sin embargo con posterioridad, en diciembre de 2006, mediante la Ley
Nº 20.140 se modificó el texto de esta diposición, excluyendo la punición para
las hipótesis de tentativa y conservándola para las de frustración, además de la
consumación.
185
Vid. SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 291, considerando al principio
de lesividad como parte integrante del principio de protección fragmentaria.
186
Sobre todo esto, con detalle, cfr. OLIVER CALDERÓN, “Análisis crítico de las
últimas modificaciones legales en materia de hurto falta”, en Revista de Derecho de
la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, vol. XXVI, Valparaíso, 2005, pp. 295
y ss.
314
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
187
SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 260.
188
Véase punto IV.3.2, párrafo 1.
315
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
189
FERRAJOLI, Derecho y razón..., cit., p. 398. Vid. también LASCURAÍN SÁNCHEZ,
La proporcionalidad de la norma penal, cit., pp. 177 y ss.; HASSEMER / MUÑOZ CONDE,
Introducción..., cit., p. 93, nota 233.
190
FERRAJOLI, Derecho y razón..., cit., p. 402.
191
Cfr. BECCARIA, De los delitos y de las penas, cit., pp. 40 y s., aludiendo a la
necesidad de crear una escala de delitos, desde el mayor al más pequeño y otra de
penas, desde la mayor hasta la menos dura. Similar, VON HIRSCH, Censurar y castigar
(traducción de Elena Larrauri, Madrid, 1998), pp. 45 y ss.
192
Por todos, MUÑOZ CONDE / GARCÍA ARÁN, Derecho penal. Parte general, cit.,
p. 85: “El primer criterio que se debe utilizar para determinar la gravedad de la
pena que se debe imponer a un determinado delito es, desde luego, la importancia
316
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
del bien jurídico, dado que éste es el principal fundamento de la intervención del
derecho penal. De ahí, por ejemplo, que los delitos contra la vida sean los que se
castiguen más severamente en los códigos penales”.
193
Véase su texto más abajo, en anexo de disposiciones chilenas citadas.
194
Vid. anexo de disposiciones chilenas citadas, incluido en la parte final de
este trabajo.
195
Para una crítica a las desproporcionadas penas que el legislador chileno
contempla para el delito de robo, vid. MERA FIGUEROA, Hurto y robo (Santiago,
1995), pp. 35 y ss.
196
Cfr. GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., pp. 401 y s., con un
listado de infracciones al principio de proporcionalidad de las penas en el Código
317
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
197
Cfr. AGUADO CORREA, El principio de proporcionalidad..., cit., pp. 288 y s.
198
Vid., sin embargo, STC 161/1997, de 2 de octubre: “No siempre el legislador
considera en el Código Penal vigente de menor gravedad o merecedores de menor
sanción los comportamientos de incidencia más lejana en el bien finalmente prote-
gido que los que afectan de una manera más inmediata. El peligro abstracto o remoto
puede merecer un castigo mayor que el próximo” (f. j. 13º) (las cursivas son nuestras).
199
Entre otros, cfr. HASSEMER, Fundamentos..., cit., p. 280.
200
Véase su texto en anexo de disposiciones chilenas citadas, al final del pre-
sente trabajo.
201
Cfr. ETCHEBERRY, Derecho penal. Parte especial, t. IV (3ª edición, Santiago, 1998),
p. 221, quien destaca “lo evidentemente impropio de este tratamiento” con idéntica
penalidad para la comisión dolosa y la culposa. En el mismo sentido, RODRÍGUEZ
COLLAO / OSSANDÓN WIDOW, Delitos contra la función pública. El derecho penal frente a
la corrupción política, administrativa y judicial (1ª edición, Santiago, 2005), p. 239.
318
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
202
Véase su texto en anexo de disposiciones chilenas citadas, incorporado en
la parte final de este trabajo.
203
Vid. su texto infra, en anexo de disposiciones chilenas citadas.
204
Cfr. MERA FIGUEROA, Derechos humanos en el derecho penal chileno (Santiago,
1998), p. 100, afirmando que las reglas excepcionales sobre iter criminis contenidas
en el Código Penal chileno, conforme a las cuales se sanciona la tentativa como
delito consumado, infringen la proporcionalidad de las penas.
205
MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 137 (las negritas en el original).
Vid., asimismo, SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 260; GARCÍA-PABLOS DE MO-
LINA, Derecho penal..., cit., p. 400. Ya BECCARIA, De los delitos y de las penas, cit., p. 42,
puso de relieve esta idea al afirmar que “la única y verdadera medida de los delitos
es el daño hecho a la nación”.
319
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
206
CUERDA ARNAU, Aproximación al principio de proporcionalidad..., cit., pp. 475
y ss. Vid. también COBO DEL ROSAL / VIVES ANTÓN, Derecho Penal. Parte general, cit.,
p. 89, nota 23.
207
MIR PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 129 (el destacado en el original).
Vid. también EL MISMO, Introducción..., cit., pp. 137 y ss., especialmente p. 140.
208
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Aproximación..., cit., p. 271: “La idea clave es, pues, que
sólo pueden ser bienes jurídicos aquellos objetos que el ser humano precisa para
su libre autorrealización (que obviamente tiene lugar en la vida social); determi-
nados objetos se convierten en bienes jurídicos, por tanto, en la medida en que
están dotados de un contenido de valor para el desarrollo personal del hombre en
sociedad”; GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Derecho penal..., cit., p. 366: “Bienes jurídicos,
en definitiva, son los presupuestos existenciales e instrumentales que la persona
necesita para su autorrealización en la vida social” (las cursivas en el original).
320
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
209
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Legislación penal socioeconómica..., cit., pp. 699 y s., cuya
argumentación recogemos para el análisis que sigue en el texto.
321
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
210
Sobre la ausencia de tutela de bienes jurídicos –a través de la prevención de
delitos que los lesionen o pongan en peligro– que en este caso se produciría, llama
la atención MUSCO, La riformulazione dei reati..., cit., pp. 20 y ss. Similar, GROUBER,
Du conflit des lois d’incrimination et de pénalité dans le temps, cit., pp. 114 y s., 232.
211
Vid. CADOPPI, Il principio di irretroattività, cit., pp. 172 y s., destacando que la
inaplicación retroactiva de una ley despenalizadora no serviría para cumplir fines
de reeducación del reo.
322
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
212
Cfr. MUSCO, La riformulazione dei reati..., cit., p. 22, advirtiendo una relación
entre la aplicación retroactiva de una ley de esta clase y el principio de subsidiarie-
dad, que ve en el recurso a la sanción penal una herramienta de última ratio. Vid.
TAIPA DE CARVALHO, Sucessão de leis penais, cit., pp. 70 y s.: “se o legislador entende que
uma pena menos grave e, portanto, menos limitadora dos direitos fundamentais, máxima
da liberdade, é suficiente para realizar as funções político-criminais de prevenção geral (de
integração e de intimidação) e de prevenção especial (também de integração e de intimidação
do delinquente), então esta terá de aplicar-se retroactivamente. O contrário seria aplicar uma
pena que, no momento da aplicação (ou mesmo da execução), é tida como desnecessária e,
portanto, seria inconstitucional”.
213
Es esta diferente solución al problema (ausencia de idoneidad o de necesidad
si no se aplica retroactivamente una ley que convierte en impune un hecho antes
punible o que disminuye su penalidad, respectivamente) la que explica por qué
nos decantamos más arriba por la tesis que plantea que son tres las exigencias del
principio de proporcionalidad en sentido amplio o prohibición de exceso (ido-
neidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto) y por la conveniencia
de separar la idoneidad de la necesidad.
323
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
324
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
214
BARRIENTOS PACHO, “El Código Penal de 1995: su aplicación retroactiva”,
en Revista Jurídica de Cataluña, año 1996, Nº 4, p. 185.
215
Cfr. RUIZ DE ERENCHUM ARTECHE, El “sistema de sucesión de leyes”..., cit.,
pp. 335 y ss., quien a pesar de no advertir, desde una perspectiva formal, reparos
constitucionales en que el legislador limite el alcance de la retroactividad penal,
no estima sencillo arribar a la misma conclusión, desde una perspectiva material,
pareciéndole el tema discutible y complejo.
216
Vid. SÁNCHEZ YLLERA, “Comentario a las disposiciones adicionales, transitorias,
derogatoria única y finales del Código Penal”, en VIVES ANTÓN (coord.), Comenta-
rios al Código Penal de 1995, vol. II (Valencia, 1996), pp. 2216 y s., considerando de
dudosa constitucionalidad la disposición transitoria 5ª de la Ley Orgánica 10/1995,
en aquella parte en que impide la retroactividad de la ley penal benigna cuando
existe sentencia condenatoria firme y, de acuerdo a los Códigos Penales de 1973 y
de 1995, corresponde exclusivamente una pena de multa. Cfr. también EL MISMO,
“La aplicación retroactiva de la ley penal. La revisión de sentencias ya dictadas”, en
VIVES ANTÓN / MANZANARES SAMANIEGO (dirs.), Estudios sobre el Código Penal de 1995
(parte general), t. II (Madrid, 1995), pp. 105 y s. Cfr. IGLESIAS RÍO, Algunas reflexiones
sobre retro-irretroactividad de la ley penal..., cit., p. 22, quien afirma que si bien la pro-
hibición de revisar las sentencias en las que corresponde, con arreglo a los Códigos
de 1973 y de 1995, exclusivamente pena de multa, podría explicarse por razones
prácticas, dada la dificultad de comparar la nueva pena de multa –regulada sobre
la base de días multa– con la antigua multa proporcional, resulta inexplicable en
la reforma introducida por la ley orgánica 15/2003. En este último sentido, véase
también CEREZO MIR, Curso de derecho penal español..., cit., t. I, pp. 233 y s.
325
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
217
Cfr. MIR PUIG, ¿No siempre es aplicable..., cit., p. 167.
218
Vid. REIG REIG, Estudio sobre la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre. Su
incidencia en el Libro I del Código Penal (Madrid, 2004), p. 37.
219
Lo mismo sucedería en Chile si el legislador decidiere limitar la retroactivi-
dad de una nueva ley penal más favorable, por la vía de una disposición transitoria.
Como la retroactividad in bonam partem se funda en el principio de prohibición
de exceso y éste goza de reconocimiento constitucional implícito, tal disposición
transitoria debería ser considerada inconstitucional. A nuestro juicio, es esto lo que
ocurrió con el art. 9º transitorio de la Ley Nº 19.738, de 19 de junio de 2001, que
limitó los efectos retroactivos de dicha ley, a pesar de que podía constituir una ley
penal más favorable en ciertas hipótesis de fraude aduanero. Un análisis de algunos
problemas de aplicación en el tiempo a que tal ley dio lugar puede verse en HORVITZ
LENNON, Problemas de aplicación de ley penal..., cit., pp. 224 y ss.
326
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
220
Véase el sitio web www.unife.it/convegni/amicuscuriae, con una detallada ex-
posición de estos hechos y los documentos a que haremos alusión más adelante.
221
En Italia la regulación de los delitos societarios se encuentra en el Código
Civil.
222
Cfr., entre otros, PADOVANI, Il camello e la cruna dell’ago..., cit., pp. 1598 y ss.;
LOZZI, Successione di leggi penali e riforma dei reati societari, cit., pp. 974 y ss.
223
Cfr. FOFFANI, “‘Crónica de una muerte anunciada’: la reforma de los delitos
societarios en Italia”, traducción de María José Pifarré de Moner, en Revista Penal,
Nº 15, enero 2005, p. 57.
224
DOLCINI, “Leggi penali ‘ad personam’, riserva di legge e principio costi-
tuzionale di eguaglianza”, en Rivista Italiana di Diritto e Procedura Penale, año 2004,
p. 57.
327
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
225
Con posterioridad, la Corte Costituzionale, mediante su ordenanza 165/2004,
de 26 de mayo, reenvió al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, para
que se pronunciara sobre los aspectos ya señalados, otros antecedentes que en
tres procesos penales distintos, por delitos societarios, le hizo llegar el Tribunal de
Palermo para el control de su constitucionalidad.
328
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
226
Este planteamiento, que, como lo veremos, ya ha sido sostenido por el
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, choca con la posición tradicio-
nal de la Corte Costituzionale. Cfr. D’AMICO, “Ai confini (nazionali e sovranazionali)
del favor rei”, en www.unife.it/convegni/amicuscuriae. MAZZACUVA, “A proposito
di ‘interpretazione creativa’ tra diritto penale, principi costituzionali e direttive
comunitarie”, en www.giurcost.org/studi/mazzacuva.html, por esta razón, critica
las conclusiones de la Abogado General, especialmente desde consideraciones de
igualdad (a su juicio, se produciría una desigualdad de trato entre los hechos a los
que ya se les aplicó retroactivamente la ley posterior más favorable y los hechos en
que se “desaplicaría” esta ley, por ser contraria a la normativa comunitaria). Véase
también MEZZETTI, “Il falso in bilancio fra Corte di giustizia e Corte costituzionale
italiana (passando attraverso i principi supremi dell’ordinamento costituzionale)”,
en www.giurcost.org/studi/mezzetti.html.
329
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
227
En la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas
se ha producido una evolución sobre el punto. En una primera etapa, sostuvo que no
podía resolver cuestiones relativas a la compatibilidad entre las normas del derecho
interno y las del derecho comunitario. En una segunda etapa, afirmó que, pese a lo
anterior, podía suministrar a los jueces nacionales los elementos de interpretación
del derecho comunitario que les sirvieran de guía en la apreciación de las normas
internas. En una tercera etapa, declaró que no puede evitar poner de manifiesto un
incumplimiento por parte de los Estados miembros, a través de la interpretación de
la norma comunitaria aplicable y de la afirmación de su primacía y efecto directo. Cfr.
SÁENZ DE SANTA MARÍA / GONZÁLEZ VEGA / FERNÁNDEZ PÉREZ, Introducción al derecho de
la Unión Europea (Madrid, 1996), p. 379. A nuestro juicio, al hacer la declaración que
comentamos en el texto, el tribunal ha vuelto atrás en la mencionada evolución.
330
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
228
Cfr. LINDE PANIAGUA / MELLADO PRADO / MIRALLES SANGRO / BACIGALUPO
SAGGESE / FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ / FUENTETAJA PASTOR, Principios de derecho de la
Unión Europea (Madrid, 2000), pp. 395 y ss.; MANGAS MARTÍN / LIÑÁN NOGUERAS,
Instituciones y derecho de la Unión Europea (Madrid, 1996), pp. 421 y ss.; DIEZ MORENO,
Manual de derecho de la Unión Europea (Madrid, 1996), pp. 154 y ss.; SÁENZ DE SANTA
MARÍA / GONZÁLEZ VEGA / FERNÁNDEZ PÉREZ, Introducción al derecho de la Unión
Europea, cit., pp. 326 y ss.
229
Véase también la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas del 19 de junio de 1990 (caso Factortame).
230
Vid. MANGAS MARTÍN / LIÑÁN NOGUERAS, Instituciones y derecho de la Unión
Europea, cit., p. 428: “Entre otras consecuencias prácticas de la doctrina Simmenthal
debe subrayarse el hecho de que cuando se plantee en España en el curso de un
litigio la cuestión de la incompatibilidad entre una ley interna, anterior o posterior
(estatal o autonómica), el juez o tribunal competente no debe, en modo alguno,
plantear cuestión de inconstitucionalidad (el Legislativo habría violado el art. 93
y 96.1 de la Constitución) sino dejar inaplicada la ley interna y dictar sentencia
conforme a la norma comunitaria”. Véase también CARNEVALI RODRÍGUEZ, Derecho
331
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
penal y derecho sancionador de la Unión Europea (Granada, 2001), pp. 350 y s., quien
aludiendo expresamente a una hipótesis de incompatibilidad entre la normativa
comunitaria y una norma nacional posterior de naturaleza penal, señala que,
conforme al principio de primacía del derecho comunitario, el juez interno debe
inaplicar la norma nacional. En el mismo sentido, PALUMBO, Studi di diritto penale
comunitario (Milán, 1999), pp. 18 y ss., y RIZ, Diritto penale e diritto comunitario (Padova,
1984), pp. 14 y s., aunque destacando ambos la existencia de dos corrientes acerca
de quién debe “desaplicar” la norma penal contraria al derecho comunitario: para
unos, debe hacerlo siempre el juez ordinario; para otros, debe hacerlo sólo cuando
la incompatibilidad se presenta respecto de un reglamento comunitario, debiendo
enviar los antecedentes a la Corte Costituzionale para la declaración de inconstitu-
cionalidad cuando la incompatibilidad afecta a un tratado o a una directiva. Cfr.
también GRASSO, Comunità europee e diritto penale. I rapporti tra l’ordinamento comunitario
e i sistemi penali degli Stati membri (Milán, 1989), pp. 272 y ss.
231
STS de 28 de abril de 1987, Sala de lo contencioso-administrativo, ponente
Rafael de Mendizábal Allende, RJ 1987\4499: “Este planteamiento, desde la pers-
pectiva del ordenamiento jurídico español, queda reforzado por la incidencia del
derecho comunitario europeo, con eficacia directa y carácter prevalente en virtud
de la cesión parcial de soberanía que supone la adhesión a la comunidad, autori-
zada por la ley orgánica 10/1985, de 2 de agosto, en cumplimiento del art. 93 de
nuestra Constitución, hecho a la medida para esta circunstancia” (f. j. 1º). Véase un
comentario sobre esta sentencia en LINDE PANIAGUA / MELLADO PRADO / MIRALLES
SANGRO / BACIGALUPO SAGGESE / FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ / FUENTETAJA PASTOR,
Principios de derecho de la Unión Europea, cit., pp. 412 y s.
232
STS de 13 de noviembre de 1998, Sala de lo social, ponente José Antonio
Somalo Giménez, RJ 1998\9745: “Así las cosas, teniendo en cuenta el principio de
primacía del derecho comunitario, continuamente afirmado por el Tribunal Su-
perior de Justicia de la Comunidad Europea y reconocido con claridad en nuestro
ordenamiento (art. 93 de la Constitución y jurisprudencia del Tribunal Supremo
también reiterada), no ofrece dudas la prevalencia o primacía de la jurispruden-
cia comunitaria sobre la doctrina o jurisprudencia de los tribunales de los países
miembros en la interpretación o aplicación de los preceptos y disposiciones del
derecho comunitario” (f. j. 3º). Véase también STS de 7 de febrero de 1998, Sala de
lo contencioso-administrativo, ponente José Mateo Díaz, RJ 1998\1370 (f. j. 4º).
332
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
233
En este sentido, puede verse ONIDA, “Quando il giudice decide a metà”,
en Il Sole 24 ore, ejemplar del día miércoles 4 de mayo de 2005, en www.ilsole24ore.
com/fc?cmd=art&codid=20.0.1151630249.
234
Constata este inmotivado cambio jurisprudencial D’AMICO, Ai confini (na-
zionali e sovranazionali) del favor rei, cit.
333
GUILLERMO OLIVER CALDERÓN
235
Vid. RIONDATO, “Falso in bilancio e Corte di Giustizia CE (causa Berlusco-
ni). Non è un rigetto”, artículo incorporado en el sitio web www.riondato.com/
Riondato_Intervento_Ferrara_6_5_05_CGCE_Berlusconi.pdf, quien, con todo,
afirma que aún es posible “desaplicar” la ley de reforma de los delitos societarios
del 2002, invocando el art. 5 del Tratado de la Comunidad Europea. Por su parte,
COMELLINI, “Tra Consulta e Corte di Giustizia”, en www.avvocatocomellini.it/arti-
colo.asp?id_articolo=60, sostiene que todavía puede obtenerse una declaración de
inconstitucionalidad de la mencionada ley de reforma, aludiendo a la desarmonía
que ésta produjo en el régimen sancionatorio italiano. También D’AMICO, Ai confini
(nazionali e sovranazionali) del favor rei, cit., ve posible una declaración de inconsti-
tucionalidad, invocando el art. 117.1 de la Constitución italiana.
236
Véase FERRARELLA, “Falso in bilancio, premier assolto”, crónica aparecida
en el diario Corriere della Sera, el día martes 27 de septiembre de 2005, en www.co-
rriere.it/Primo_Piano/Cronache/2005/09_Settembre/26/alliberian.shtml, quien
señala que el jefe del gobierno italiano ha sido favorecido ya con seis prescripciones,
cuatro absoluciones y una amnistía. Véase también el diario La Repubblica, lunes
26 de septiembre de 2005, en www.repubblica.it/2005/i/sezioni/cronaca/allibe/
allibe/allibe.html.
237
Cfr. FOFFANI, “Crónica de una muerte anunciada”..., cit., p. 66, quien, ante la
eventualidad de que el mencionado proyecto prospere, señala: “Si verdaderamente
así fuese, al final de un íter parlamentario que se presenta de todas maneras largo
y lleno de obstáculos, quizá se podrá nutrir alguna esperanza más para el futuro.
Entonces será evidente, por otra parte, que el único interés real que el legislador
de la reforma del inicio de la legislatura persiguió fue aquél –perfectamente reali-
zado y a estas alturas ya inmodificable– de dar vida a una especie de amnistía oculta
a algunos imputados excelentes, con referencia a los procesos pendientes en el
momento de la intervención legislativa; una conclusión, ésta, que no puede más
que dejarnos desconcertados sobre las actuales condiciones de salud del Estado
de derecho en Italia”.
238
Véase, sin embargo, nuestra posición contraria a la aplicación de las leyes
penales intermedias más favorables, infra, en capítulo V, punto V.11. Si el señalado
proyecto de reforma prospera y cuando ello ocurra existen aún procesos pendientes
por delitos societarios cometidos antes de la modificación del 2002, ésta constituirá
una ley penal intermedia más benigna.
334
RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES PENALES
239
De hecho, el Tribunal Constitucional ha negado que del art. 93 de la Carta
Fundamental se desprenda que las normas comunitarias tengan rango y fuerza
constitucionales y que una violación del derecho comunitario implique una con-
culcación de la citada disposición. Véase STC 28/1991, de 14 de febrero (f. j. 4º).
240
Vid. MEZZETTI, Il falso in bilancio fra Corte di giustizia e Corte costituzionale
italiana..., cit., quien sostiene que un conflicto entre los principios de la aplicación
retroactiva de la ley penal más favorable y de la primacía del derecho comunita-
rio, principios a los que dicho autor asigna valor constitucional, debe resolverse
necesariamente a favor del primero. En contra, D’AMICO, Ai confini (nazionali e
sovranazionali) del favor rei, cit.
241
Cfr. DIEZ MORENO, Manual de derecho de la Unión Europea, cit., p. 62, quien
antes de la celebración del Tratado de Amsterdam de 1997, sostenía que “sin duda
alguna lo que en estos momentos caracteriza a la Unión Europea es el objetivo de
la Unión Económica y Monetaria, que pretende, más allá del Sistema Monetario
Europeo, alcanzar la moneda única. El Tratado de la Unión no crea sino que refuerza
este objetivo, sentando las bases generales (arts. 3.A y 4.A), modificando la política
de movimiento de capitales (arts. 73.A a 73.N), regulando la política económica
(arts. 102.A a 104.C) y la política monetaria (arts. 105 a 109)”.
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