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El caos reina en el apeiron de la existencia de Yave. Nace el universo cuando en una gran explosión el
orden se impone a la
oscuridad infinita. Dios ve perfección en las galaxias, en las realidades y ve posibilidades fundamentales
en la luz. Dios ve que esto es bueno; Dios siente soledad y crea de la luz los tronos de su reino divino.
El núcleo de su bondad abraza a Ganila, el trono del espíritu de los seres y junto a ella crea a Gabel,
Dios crea la vida en su reino y proclama el orden, crea la guardia de la luz angelical; cuatro serafines
imponentes acompañan los tronos de Dios en el palacio de la luz donde la vida es el sosiego de Dios.
Febiaz, quien es el faro del cielo y quien ilumina el universo siendo también el gobernador de Mizar, el
reino de la luz. Dael,
gobernador de Galgas, el reino del agua. Eliniaz, quien aclara al universo la realidad en palabras y la
reflexión divina a los ángeles y seres celestiales siendo también el gobernador de Safir el reino del aire.
Serguiel,
quien aplica la amistad y el amor en el corazón de los ángeles, es el gobernador de tenedifal el reino de
oro.
Dios crea la jerarquía celestial y nace la palabra del cielo; querubines imponentes en el aura del
mañana. Ambilaz, querubín que con orgullo lleva en sus alas el honor de Dios. Gael, querubín que
impone el orden en las legiones de ángeles, conocido como el dictador del cielo. Valen, querubín que
lleva inherente la lealtad de Dios. Nesgael, querubín que enseña el libre albedrío y la libertad en el reino
Dios crea las legiones de ángeles que son dirigidas por Gael, la primera legión esta compuesta por
denominaciones, ángeles guerreros que están a favor de la voluntad de Dios. La segunda legión esta
compuesta por virtudes, esta legiones esta compuesta por ángeles conspicuos y veraces, es conocida
como el escuadrón mayor. La tercera legión esta compuesta por potestades, ángeles sigilosos ante las
ordenes de Gael, conocidos como la orden del silencio.
Las siete deidades mas perfectas están sentadas en el palacio de cristal. El príncipe Mael, quien predica
la bondad de Dios en los templos de la eterna juventud de los ángeles del reino. El príncipe Asmael,
quien predica la fraternidad de Dios en los campos santos. El príncipe Baliel, quien predica la paciencia y
la constancia en las esferas de Dios. El príncipe Leidel quien predica la amistad entre los ángeles en el
reino de los cielos. El príncipe Darkimel, quien predica la fuerza, el coraje y la valentía a los ángeles de
Dios. El príncipe Anael, quien predica el perdón y la misericordia de Dios y el príncipe Luzbel, quien es
la belleza y luz existente en el reino de los cielos; el querubín mas radiante y divino. Son Hijos de la
omnipotencia divina así considerados los redentores del cielo; hermanos de la luz y querubines del la
pureza celestial.
Luzbel se encontraba caminando por los senderos celestiales, y por donde Luzbel pasaba era alabado
por los ángeles menores que lo consideraban un icono, idolatrándolo como el mas bello entre los seres
divinos creados por Dios ya que en el se reflejaba la perfección del universo. La belleza pura en el brillo
de sus ojos azules como perlas, su cabello negro que brillaba junto con la aurora del firmamento
celestial. Los ángeles lo adoraban y algunos se inclinaban ante sus grandes y majestuosas alas blancas
que adornaban su laurel de oro, no lo miraban directamente a los ojos porque según los ángeles el
Luzbel tenia ciertos seguidores que lo acompañaban a los senderos de luz donde la paz se expandía
sobre los cuerpos celestiales, haciendo sentir placidez y amor. Se reunían los ángeles a adorarlo y hacían
círculos donde el espíritu de Luzbel brillaba con plenitud mientras volaba al ocaso. Entre los ángeles
estaba uno muy pequeño y muy peculiar que consideraba a Luzbel un ejemplo de superación, ya que
este ángel era considerado como débil y dócil entre las legiones divinas. El ángel miraba sin miedo los
ojos de Luzbel, era como un niño asombrado y entusiasmado por ver a su ídolo caminando por los
senderos, quien en su cabeza sentía y quería algún día llegar a ser como el.
Luzbel prefería caminar y estar solo para poder meditar aunque sentía la gracia de recibir elogios y
cumplidos, esto lo hacia sentir relevante y orgulloso. Luzbel con un leve impulso vuela lejos de los
senderos celestiales y se dirige al jardín de la esperanza, se postra sobre una nube y decide meditar. El
silencio es tan ligero que entre sus pensamientos siente una presencia familiar.
—Luzbel, creación divina de Dios, perfección de Dios. Que gusto es verte de nuevo príncipe angelical. —
Respondió Adram.
—Sabes Adram, es maravilloso sentir paz y tranquilidad en tan bella obra hecha por mi padre. Este
jardín es mi favorito, es cómodo y solo vengo aquí a estar solo y pensar en lo imprescindible y absoluto.
—Adram con disgusto a sus palabras indiferentes contesto —Y de ser tanto y tan hermoso, tan radiante
y majestuoso, y solo conformarse con eso. Simplemente eres luz y nada mas... Aunque tu belleza es pura
—Soy único, amado, adorado, alabado y digno de ser lo que soy— Respondió Luzbel con orgullo.
—Si, eres digno pero no digno de sentarte en el trono de Dios —Respondió Adram con seguridad.
Adrammelech que era un querubín conspicuo y sabio entre los seres celestiales, entre sus conclusiones y
posibilidades creía que todo ser tenia una razón, un principio y un final. Creía que la grandeza podía
descender y la valentía sobrepasar para así ascender a un poder conmensurable. Adram era tan sabio
que los mismos serafines movían sus alas de su rostro para apreciar su presencia. Adram sabia que
Luzbel escondía un poder y que era mucho mas fuerte que el y que si lograba despertarlo podría sacudir
el cielo. Adram vivía vagando en sus pensamientos y sentía confusión en sus recónditas ideas que
pasaban de ser espirituales a ser materia. Pensaba y no dejaba de pensar buscando una respuesta a sus
preguntas pero ni la sabiduría divina lo dejaba plasmarse en ella. El veía en la perfección un millón de
posibilidades pero lo primero que debía hacer era convencerlo y darle a conocer su verdadero existir.
—Eres un ignorante y mediocre, como te atreves a subestimar mi poder y las capacidades de mi padre.
Yo soy lo que soy porque eso esta escrito en el libro de Dios, yo soy lo que soy porque nadie puede ser
como yo, yo soy perfecto y tu solo eres un querubín sobre-valorado, tu sabiduría es pobre e
insignificante. Sabra mi padre porque eres el ser mas sabio entre los seres, porque en ti solo veo
—Yo solo dije lo que tenia que decir, si eres lo que eres, pues yo soy lo que soy por una razón y un
propósito. —Exclamo Adram con sensatez y una mirada precisa a los ojos azules de Luzbel.—Adram
ascendió al firmamento y termino diciendo.—Te dejo en soledad haber si así piensas con claridad y
Mientras tanto en la mesa de la justicia y el orden se encontraban los cuatro serafines de Dios quienes
—Creo que la inferioridad no debería de ser una elección, para eso están los ángeles quienes obedecen
nuestras ordenes. —Se expreso Eliniaz con certeza, asegurando que Dios no debería de crear seres sin
poder espiritual.
—La sabiduría de Dios es indescriptible, no somos exactos, si su voluntad es dar vida, dará vida porque
así lo desea y su creación siempre alcanza la perfección. —asegura Serguiel que Dios es perfecto y que
—No opinare, simplemente no estaré ni en contra, ni a favor de la nueva creación. —Hablo Dael luego
—Febiaz pensaba en su cabeza. —Es absurdo esta reunión sin importancia, me iré y dejare que mi
Febiaz se levanta de su silla y un destello de luz radiante se aparece en la puerta del salón donde
estaban dialogando. Era Ganila quien fue enviada por Dios a dirigirse ante ellos.
—Hijos de Dios, que pena siento por ustedes. Acaso temen de que Dios pierda en su juicio, que infama
su poder espiritual, llevan en su espíritu la esencia de Dios. ¿Que deseais vosotros? aprenderos de sus
dudas y poner a prueba su misión como jerarcas de Dios. —Exclamo Ganila con seriedad.
Luego sintieron un temblor en la puerta después de que Ganila hablara. Era una luz resplandeciente que
por inercia sintieron una presencia omnipotente.
—¡Padre! —Exclamaron sorprendidos los serafines y con velocidad cubrieron su rostro y sus pies con
dos de sus tres pares de alas. Al igual que ellos Ganila también cubrió su rostro y sus pies ante la
presencia de Dios.
—Con una voz celestial, noble y suave Dios se dirigió a ellos.—Son parte de mi creación, son mi esencia.
Y el auge se proclama y Dios empieza su creación. —El hombre pondrá sus pies en la tierra y la tierra
sera fértil, de ella nacerán frutos. Febiaz iluminara cada paso que de el hombre y llevara el sol en su
cetro y cuando Febiaz alumbre en el mañana nacerán los días, cuando Febiaz no encienda el fuego
reinara la noche. Junto a la tierra estarán los mares donde el hombre no reinara. El hombre se inclinara
al firmamento para dar sus plegarias y agradecerá su existencia cada vez que la luz toque su rostro. Las
tinieblas dejaran de reinar y Febiaz guiara al hombre. Dael llevara en su cetro la luna y cuando llegue la
noche alumbrara al hombre y regara el sosiego en su cuerpo para que el hombre pueda descansar. Los
astros surgirán del silencio infinito y Febiaz multiplicara el sol e iluminara el universo. Serguiel llevara en
su cetro la flora y la fauna, y de el nacerán los seres; enseñara al hombre a domar, cuidar y respetar las
bestias. En el firmamento reinaran las aves, en las aguas los peces y en la tierra mamíferos, insectos y
reptiles. Eliniaz llevara en su cetro el tiempo, y cubrirá al hombre de sabiduría, predicando la justicia, la
humildad, la razón y la verdad. El hombre sera a mi imagen y semejanza; llevara la esencia de Ganila y
sera poseedor de espíritu, y llevara la esencia de Gabel y sera poseedor de alma. Tendrá dominio sobre
los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre toda la tierra y sobre todo
animal que se arrastra sobre el suelo. El hombre llevara en su gloria el nombre de Adán y esto sera
bueno...
En siete días Dios concluyo su creación y designo a los serafines su labor de guiar a el hombre en su
apogeo.
En el gran firmamento se encontraban dos de los príncipes celestiales volando y cazando dragones;
Asmael y Anael quienes eran inseparables.
—Mientras volaban con gran velocidad Asmael se dirigió a su hermano. —Anael hermano, ese de ahí es
—Asmael con un sonrisa en su rostro y una risa desafiante exclamo.—Eres muy lento, apuesto que lo
Anael aceptando el reto y dijo.—No creo que tu fraternidad te pueda servir contra mi fuerza y velocidad,
Volaron tan rápido que las nubes se desaparecían por donde pasaban, eran seres muy poderosos y eso
se notaba en su majestuoso vuelo. De repente sintieron una fuerza espiritual muy fuerte y que se dirigía
hacia ellos y Asmael se detuvo, luego cuando Anael estaba apunto de atrapar el dragón se detuvo
—¡AHHHHHHHHHHH! —Grito con rabia Anael por no atrapar el dragón y con enfado se dirigió a su
hermano que estaba mas atrás con una mirada perdida. —¿Que pasa hermano, porque te detuviste?
Estuve a punto de atraparlo y te quedaste ahí, ¿Que te ocurre? —Y de repente las alas de Anael se
agacharon y sintió una presencia extraña. —¿Sentiste eso Asmael? —Hablo Anael con una voz
asombrada.
—Si hermano, lo sentí y por eso me detuve, nunca me había sentido así. ¿Que podrá ser eso? Mis alas
empezaron a temblar y no entiendo porque. —Respondio Asmael con una voz pensativa.
—No me da una buena espina esa sensación, no creo que sea nada bueno. —Hablo Anael con
inseguridad
ante lo sucedido.
Luego de un tiempo estando en una postura de vuelo y pensando en lo sucedido los príncipes se
—¡Con que eras tu! ¡Como te atreves a intimidar a los principados con tu presencia! —Hablo Asmael con
una voz grave y seria viendo el rostro de quien seguramente estaba de detrás de lo sucedido.
—No fue mi intención asustarlo su majestad Asmael, príncipe de la fraternidad, ni a ti Anael, príncipe de
la misericordia. Solo quería sorprenderlos con mi poder y quería comentarles un par de cosas.
Respondió Adram, el querubín de la sabiduría, con una risa burlona ante los príncipes.
—No tenemos tiempo para perder lo con un querubín mediocre. —Hablo Anael con indiferencia ante las
palabras de Adram.
—¡He dicho que no, y no cambiare mis palabras! —Con una mirada de enojo y desencanto Asmael se
dirigió a Adram.
—Y vuelvo a insistir, y no me iré hasta no darles mis razones de haberlos intimidado. ¿Quien diria que
unos principes tan poderosos sintieran miedo? HAJAJAJAJA. —Adram se reía de los príncipes.
—¡CON QUE DERECHO TE RÍES DE NOSOTROS QUERUBÍN! —Explotando en ira Anael saco una espada de
fuego e intento atacar a Adram. Adram lo esquivo, y con un golpe suave y sin gesto alguno Adram
detuvo a Anael.
—El principe de la misericordia es un débil, HAJAJAJA. —Adram volvió a reírse de Anael, mientras que
—Enfréntate a mi y no correrás con la misma suerte Adram. Hablo Asmael con una voz intimidan te.
—Sera un placer pero... Si logro vencerte me regalan de su tiempo, si me derrotas me iré y olvidaremos
Asmael saco su espada de plata y se dirigió con velocidad hacia Adram, dando golpes y golpes pero
Adram era mas rápido y listo. Adram saco su espada, y espada contra espada lucharon sin piedad.
Asmael se sentía ofendido y quería que Adram se arrepintiera de sus actos, sin embargo adram solo
queria que los príncipes sacaran su poder y así convencerlos de que en ellos habitaba un poder dormido.
—¡Te vas a arrepentir querubín! ¡TE DERROTAREEEEEEEEEEEE! —Se dirigió Asmael con rabia.
—Aun estas dormido. —Hablo Adram. —Tienes mas poder del que crees, solo que aun no lo sabes.
—¿¡A que te refieres!? ¡Respondeme! —Hablo Asmael desconcertado y también se preguntaba como es
que Adram era tan poderoso.
—Es simple, cada ser lleva en su espíritu una esencia, una fuerza y una virtud. Dios los mantiene
dormidos por que el sabe lo que sus poderes pueden llegar a alcanzar. —Hablo Adram con certeza.
—¿Es decir que Dios nos teme? ¿Como te atreves a decir eso? Dios es perfecto y nos ama. ¿Porque Dios
ocultaría algo así? Si el determino a cada ser su labor y razón. —Asmael se sentía confundido y no
entendía si era verdad lo que Adram decía pero sabia que si Adram era poderoso y si había logrado ser
—Dios solo quiere reprimirlos y no los deja ser libres, por mi parte soy sabio y poderoso, mas que
ustedes, porque logre despertar. —Adram se sentía seguro de si mismo y sabia que los príncipes
menores eran mas fáciles de despertar que los otros mas fuertes. —Me iré, ustedes no podrán
despertar y seguirán siendo débiles, si me necesitan solo digan mi nombre y estaré en seguida. —Adram
—¿Crees en lo que dijo hermano? —Hablo Anael con una voz sorprendida.
—No lo se, quisiera saberlo pero no comprendo, es mejor olvidar lo que paso. —En el fondo Asmael
sabia que en si mismo se escondía algo y que si tuviera la oportunidad de despertar lo haria, sin
embargo lo ocultaba porque amaba a Dios. —Vamonos al templo hermano.—Hablo Asmael con la
mirada intrigada.
Mael, Darkimel, Leidel y baliel estaban reunidos con los angeles menores En Mizar, el cuarto reino de los
cielos donde gobernaba Febiaz. Cantaron, bailaron, contaron historia y pasaron un momento único
predicando el significado de Dios. los príncipes eran muy fraternos y disfrutaban estar acompañados de
seguidores. Luego de haber terminado la tertulia con los angeles se dirigieron a reflexionar en una nube
cerca a Mizar. Sin sospecha alguna no sabian que alguien los esperaria en la nube.
—Principes de Dios, que felicidad encontrarlos y que casualidad; soy afortunado de tenerlos enfrente.—
—No incomodas para nada, puedes acompañarnos si quieres pero solo ten absoluto silencio. —Hablo
—No creo que sea posible, me gustaria hablar. —Hablo Adram con una voz grabe.
—Quiero que derroquen a Dios. —Hablo Adram con voz intimidante. Adram sabia que los principes
mayores eran mas listos y pensaba que siendo concreto lograria que ellos despertaran.
—Eres un insolente ¿crees que podriamos derrocar a Dios? Pues te equivocas. —Hablo Darkimel con
rabia,y con gran velocidad puso su espada en el cuello de Adram. —Quien eres para proponer
semejante desonrra. —Darkimel estaba molesto y pensaba que Adram estaba confundido.
—Eres muy fuerte y te respeto Darkimel pero eres invidente, Dios los reprime, son esclavos de sus leyes.
Los principes son mas que simples angelitos predicadores de paz, los principes son poder.—Adram
exclamo con una voz irritante pero a la vez muy dispuesta a concluir lo que pensaba sobre ellos y lo que
—¿Con que eso es lo que quieres? ¿Crees que somos mas? ¿¡acaso crees que soy estúpido en atentar
contra mi creador!? ¡no deberías de existir querubin!. Con un tono fuerte Darkimel con impulso y mucha
—Con una voz fuerte Mael se expresa. —¡ESPERA HERMANO!. Y Darkimel se detiene. —¿Y si Adram
tiene razon?
—¿Porque lo defiendes Mael? Lo que dice es absurdo, va encontra de Dios, el no debe existir. —Hablo
—No estoy a su favor, pero hay cosas que Dios nunca nos ha dicho; la incógnita de la existencia no nos
define, simplemente nos ordena. —Mael se defiende con un argumento que Darkimel no se atrevió a
responder.
—El Joven principe te lo aclaro y yo simplemente guarde silencio. ¿Y ahora que haras, atentaras contra
Darkimel sin palabra alguna asciende entre los cielo y con un destello desaparece de la presencia de los
principes y Adram.
—Adram sonrie y mira directamente a los ojos de Mael y le pregunta. —¿Acaso quieres mas poder?
Pueden seguirme si quieren y dare respuesta a sus preguntas. Leidel, Mael y Baliel siguen a Adram y se
Darkimel sin embargo se sentia confundido ya que confiaba plenamente en Mael y no contar con su
su cabeza porque Mael estaria de acuerdo de derrocar a Dios, para Darkimel significaba traicion pero
aunque Mael no le apoyo aun confiaba en el, pero sin embargo no le daba la razon y seguiria en pie la
En los jardines del eden en el planeta tierra Adan surgia del barro; Adan quien era poseedor de alma y
espiritu abrio sus ojos y trato de comprender pero su sentido comun no contestaba su total
interrogante. Adan daba sus primeros pasos en la tierra y sin palabra alguna paseo por el lugar sin
entender ¿que era el? o ¿que hacia ahi?. A su cabeza llegaron sus primeros pensamientos, de su nariz las
primeras esencias y olores de una naturaleza desconocida para el primer hombre en la tierra. Por
primera vez Adan sintio hambre pero no sabia que significaba esa sensacion de agonia en su estomago.
—Sal y muestrate hijo de Dios. —Hablo una voz suave y angelical, se trataba de Eliniaz.
Adan no decia palabra alguna y preferia guardar silencio escondio detras de un arbol.
—No temas Adan, vengo a guiarte y mostrarte el mundo que Dios a creado para que vivas en el. —Hablo
Adan asustado salio y mostro su rostro a Eliniaz pero tenia los ojos cerrados porque temia de su
presencia.
—Abre los ojos Adan, confia en mi, solo vine a mostrarte el camino y a enseñarte tu destino. Yo soy
Eliniaz, Serafin de la razon, gobernador de Sefir el Reino del aire y quien lleva en su cetro el tiempo. Yo
te dare la razon y voz para que seas sabio y asertivo por toda la eternidad. Seras quien ponga nombre a
los peces del mar, a las aves del cielo, a los reptiles, abfibios, insectos y mamiferos, tambien cuidaras
ellos y comeras de los frutos del eden. Reinaras en la tierra y asi como yo te guiare tu guiaras a los
Eliniaz enfoco su poder en Adan y en un destello de luz Adan se convirtio en portador de conocimiento
—Reinare con sabiduria, cuidare, respetare y pondre nombre a los seres de la tierra. —Hablo Adan lleno
—Llevaras como virtud el libre albedrio y podras gobernar como te plasca. Hablo Eliniaz.
Eliniaz deja clara la mision de Adan y en un destello desparece entre las nubes. Adan sigue un sendero y
pone nombre a los animales que encuentra en el camino, y asi continuo todo el dia hasta que callo la
noche. Aunque Adan poseia el conocimiento no sabia que significaba la ausencia de luz.
Decidio buscar un lugar cómodo y en un suave césped se sentó a pensar. Luego de pasar tiempo sentado
de pronto otra luz igual a la de Eliniaz se manifestaba enfrente de Adan. Adan no sientio miedo porque
penso que nuevamente se trataba de Eliniaz pero esta vez se trataba de Dael.
Yo soy Dael, Serafin de la paz, gobernador de Galgas el reino del agua y soy quien lleva en su cetro la
luna, quien iluminara tu camino cuando no haya luz solar. En la noche dormiras y descansaras y tu
cuerpo se llenara de sosiego hasta que nuevamente salga la luz del sol.