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Amado Nervo, amadísimo poeta del amor

Este gran poeta, de nacimiento mexicano pero con permanente


transcendencia universal (consultar de Marín Alonso, Historia de la
literatura mundial, editorial EDAF, dos tomos), llevó por nombre
Amado Ruiz de Nervo (1870-1919) y dejó el seminario para
dedicarse primeramente al periodismo. Después inaugura en poesía
la corriente modernista, dedicándose de lleno a la literatura; a tejer
hermosos versos como en su primer libro Perlas negras (que la
editorial Milenio publicó como uno de sus 25 clásicos en miniatura).
Enamorado del amor en todo su erotismo, poéticamente ideal y
materializado en su único amor-mujer, Cecilia, la retrata con
pinceladas de versos en su libro La amada inmóvil. Amado Nervo
fue un versificador del más logrado romanticismo, seducido por sus
ansias celestiales (desertó de sus estudios de seminarista), atraído y
vencido por el eterno femenino: “Pasó con su madre, qué rara
belleza/qué rubios cabellos de trigo garzul […] y no obstante toda mi
sed de ternura,/ cerrando los ojos la dejé pasar”.
Así, este poeta, gozando la femineidad, se arrepiente: “¡Oh, Señor
Jesucristo, guíame por los rectos/derroteros de lo justo; ya no
turben con locas/avideces la calma de mis puros afectos/ni el
caliente alabastro de los senos erectos,/ni el marfil de los hombros,
ni el coral de las bocas!”. Las obras sueltas y las Obras completas de
Amado Nervo se reeditan constantemente, motivadas porque hay
lectores que demandan beberse los poemas del nacido en Nayarit,
trotamundos y amigo del nicaragüense universal Rubén Darío; y de
todos quienes entonces, de Latinoamérica a España, fueron poetas
para siempre. Y a las obras de quienes debe acudirse para enriquecer
el sentimiento, al recorrer las páginas de libros como Lira heroica,
donde Nervo incluyó su memorable leyenda heroica La raza de
bronce: “Señor, deja que diga la gloria de tu raza,/la gloria de los
hombres de bronce, cuya maza/melló de tantos yelmos y escudos la
osadía:/¡oh caballeros tigres!, ¡oh caballeros leones!,/!oh! caballeros
águilas!, os traigo mis canciones;/¡oh enorme raza muerta!, te traigo
mi elegía.”
Otros de los libros de Nervo son: Perlas negras, Místicas, Poemas,
Policromías, Lubricidades tristes, De aquellos tiempos, La raza
muerta, Las voces, El éxodo y las flores del camino, Los jardines
interiores, En voz baja, Serenidad, Amor, sus rimas, La amada
inmóvil, con el vibrante prólogo a estos versos a una muerta… De
esos versos, el ofertorio: “Dios mío, yo te ofrezco mi dolor:/¡Es todo
lo que puedo ya ofrecerte!/Tú me diste un amor, un sólo amor/ ¡Un
gran amor!/Me lo robó la muerte/…y no me queda más que mi
dolor./Acéptalo, Señor/¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!”. La
amada inmóvil es el libro de Nervo que más reúne su violenta
ternura por su amadísima, a la que le dedica versos insuperables
donde se consumió su amor-mujer, para dejarnos encendidas
palabras de poesía que, al leerlas, doblegan al sentir, al sentimiento,
para con él amar al amor que siempre, siempre, es efímero, fugaz…
como un verso.

EL TESTAMENTO DE DON AMADO NERVO.


la copia que posee del importante documento, expedido para las
herederas Ángela, Elvira y Concepción Nervo Ordaz. Su contenido es
exacto, según lo comunicaron a Don Rogelio López Ordaz, los
familiares del bardo; como lo afirma este último en su libro arriba
señalado.

Lega a su citada pupila señorita Margarita Elisa Dailliez, nacida en


París el siete de septiembre de mil novecientos,
“Lega también en pleno dominio a la misma señorita Margarita Elisa
Dailliez, todos los muebles, ropas, alhajas y demás efectos que
existan al fallecimiento del otorgante en la casa que éste habite,
rogándola distribuya entre los hermanos del testador y por vía de
recuerdo del mismo, las alhajas de uso personal y los libros y objetos
que dicha legataria elija al efecto”.

En el remanente de su pequeña fortuna o en el de todos los bienes y


derechos que deje a su fallecimiento, instituye por únicos herederos
en pleno dominio, por partes iguales, a sus hermanos, doña Angela,
D. Rodolfo, doña Elvira y doña Concepción Nervo y Ordaz, que viven
en México, tercera de la colonia cuarenta y ocho Santa María,
rogándoles el legado que deja a la señorita Margarita Elisa Dailliez,

EN VOZ BAJA Y MUERTA. LOS SENTIMIENTOS PLASMADOS EN


LETRA, POR AMADO NERVO, A RAIZ DE LA MUERTE DE SU
MADRE.

La lamentable muerte de la Señora Doña Juana Ordaz Núñez viuda


de Nervo –Noviembre de 1905-, madre del poeta, hizo que Don
Amado Nervo sufriera esta pena desde la lejana España; muy lejos
del lecho de su madre.

“…Ya comprenderás todo lo que sufro, todo lo que he sufrido, y la


incapacidad de consuelo en que me encuentro. Nunca en mi vida
había sufrido tanto; y eso que no ha sido precisamente una vida de
regalo. No creo tampoco, sean cuales fueren las circunstancias
futuras en que pueda encontrarme, que nada me haga sufrir más”.
Fueron las palabras que le escribió Amado Nervo a su amigo Don
Perfecto Méndez Padilla, en Madrid, España, el día 19 de Enero de
1906, expresándole su dolor.

Esa honda pena hizo que Don Amado Nervo escribiera esos
“pensamientos” –, como él los llamo- y que posteriormente los
publicara en la ciudad de París, Francia, en 1909, en su libro titulado
“En voz baja” (París. Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas.
Librería Paul Ollendorf, 1909).

“Recordando esa etapa de indefección y dolor posteriormente di a


luz algunos pensamientos que me produjo su muerte”; escribió
Nervo… (Mayra Elena Fonseca Avalos. “Asómate a mi cristal.
Recreación de la vida y obra de Amado Nervo”. CECAN-Gobierno
Federal-Festival Cultural Amado Nervo y Fundación Alí Chumacero,
Primera Edición Octubre 2011, Secretaria de Cultura de Nayarit,
Página 128).

A continuación sus dos pensamientos:

“EN VOZ BAJA”.


Madre, los muertos oyen mejor;
¡sonoridad celeste hay en su caja!
A ti, pues, este libro de intimidad, de amor,
de angustia y de misterio, murmurado en voz baja…”

“MUERTA”.
En vano entre la sombra mis brazos, siempre abiertos,
asir quieren su imagen con ilusorio afán.
¡Qué noche tan callada, qué limbos tan inciertos!
¡Oh padre de los vivos; ¿a dónde van los muertos,
a dónde van los muertos, Señor, a donde van?

Quizá me grita: “¡Hijo!”, buscando en mí un escudo


(¡mi celo tantas veces envida la amparó!),
y advierte con espanto que todo se halla mudo,
que hay algo en las tinieblas fatídico y sañudo,
que nadie la protege ni le respondo yo.

¡Oh Dios! ¡Me quiso mucho, sus brazos siempre abiertos


como un gran nido, tuvo para mi loco afán!
Guiad hacia la Vida sus pobres pies inciertos…
¡Piedad para mi muerta! ¡Piedad para los muertos!
¿A dónde van los muertos, Señor, a dónde van?
(Enrique S. De Aguinaga Cortés. Historiador-Investigador,
encargado de la Coordinación de Investigación Histórica del XL
Ayuntamiento de Tepic-SUTSEM).
LAS NOVELAS “EL BACHILLER” Y “PASCUAL AGUILERA”, DE
AMADO NERVO ¿FUERON ESCRITAS BASADAS EN LA
HISTORIA REAL DE DON PEDRO RODRIGUEZ Y DOÑA MARIA
RITA CECEÑA? VECINOS DE TEPIC Y DE LA HACIENDA DEL
MORTERO, RESPECTIVAMENTE?
Primera Parte.

El erotismo, el crecimiento personal, el amor, la religión y la


perfección son cuestiones que encontramos en una antigua historia
muy poco conocida en Nayarit y que la vivieron dos personas muy
conocidas socialmente en aquellos remotos años: Don Pedro
Rodríguez –hijo del Alcalde Mayor de Tepic, Don Pedro Rodríguez
Vidal- y la señorita Doña María Rita Ceceña, probable hija de los
propietarios de la antigua Hacienda Del Mortero, misma que existía
muy cerca de la Hacienda de Mora y que pertenecía al destacado
capitán de milicias Don José González de Cienfuegos (1734) y que
según cuenta la historia, es esta señorita, uno de los antepasados
más antiguos de los “Ceceña” del Tepic actual.

Los estudiosos de Amado Nervo siempre nos platican sobre lo


maravillosas de sus poesías y hasta últimamente nos están
descubriendo al Nervo “periodista”, pero jamás nos han mencionado
sobre dos temas muy importantes para nosotros: Primero, sobre su
trilogía de novelas cortas: “El Bachiller”, “Pascual Aguilera” y “El
Domador de Almas”; obras completas ordenadas por el escritor y
humanista Don Alfonso Reyes, mismo que se encargó de la edición
en España que apareció de 1920 a 1928; y segundo, sobre el gusto de
Amado Nervo por escribir sobre su origen, su vida y sus vivencias.
¿De su conocimiento de esta historia de amor, lujuria y pleito,
Amado Nervo escribió sus dos primeras novelas?

“Nací en Tepic, pequeña ciudad de la costa del Pacífico, el 27 de


agosto de 1870. Mi apellido es Ruiz de Nervo; mi padre lo modifico,
escogiéndolo. Se llamaba Amado y me dio su nombre. Resulté, pues,
Amado Nervo, y, esto que parecía seudónimo –así lo creyeron
muchos en América- y que en todo caso era raro, me valió quizá un
poco para mi fortuna literaria. ¡Quién sabe cuál habría sido mi
suerte con el Ruiz de Nervo ancestral, o si me hubiera llamado Pérez
y Pérez”.

“Soy descendiente de una vieja familia española que se estableció en


San Blas a principios del siglo pasado. Hice mí instrucción primaria
en las modestas escuelas de mi ciudad natal; muerto mí padre
cuando yo tenía nueve años, mi madre me envió a un Colegio de
Padres Romanos, al de Jacona, en Michoacán, que entonces gozaba
de cierta fama. En este colegio y después en el seminario de Zamora,
Michoacán, hice mis estudios preparatorios, empezando,
naturalmente, por el latín. Quise seguir la carrera de abogado, y
estudié dos años, pero el quebrantamiento rápido de la herencia
paterna me obligó a volver a Tepic a ponerme al frente de lo poco
que nos quedaba y a trabajar para ayudar a mi familia, que era
numerosa. Después, buscando mejor destino, marché a Mazatlán,
donde escribí en el Correo de la Tarde mis primeros artículos. Más
tarde me dirigí a la Capital (en 1894) y ahí con los esfuerzos y
penalidades consiguientes, logré abrirme camino”.

En sus “Apuntes para un libro que no escribiré nunca”, Amado


Nervo escribe y relata brevemente la historia de su hermano Luis,
que era “comerciante ocasional y poeta” y que no había tenido las
mismas fuerzas de Amado: “Yo he visto el rayo verde, que trae
ventura. Lo vimos en una playa mazatleca mi hermano y yo, una
tarde de julio. Mi hermano se suicidó y yo….”

Amado Nervo fue un extraordinario poeta y muy buen periodista


que con sus crónicas atraía a sus lectores, pero, en realidad, su
nombre comenzó a ser muy conocido y a difundirse a partir del año
de 1895, cuando publica su primer libro, mismo que no fue una
“Colección poética”, sino una novela corta: “El Bachiller”.

El propio Amada Nervo nos señalo este éxito rotundo con las
siguientes palabras: “Por lo audaz e imprevisto de su forma y
especialmente de su desenlace, ocasionó en América tal escándalo
que me sirvió mucho para que me conocieran”. Continuara……

Amado Ruiz de Nervo y Maldonado-n. aproximadamente 1831 – 18


de julio de 1883 -Matrimonio: 31 marzo 1867El Sagrario, Tepic,
Nayarit, México con Juana Ordaz Núñez 1837–1905
Hijosde Juana Ordaz Núñez y Amado Ruiz de Nervo y
Maldonado (7)

José Amado Ruiz de Nervo y Ordaz 1870-1919


Angela Nervo y Ordaz 1873-1947
Juan Francisco Nervo y Ordaz-n. 1874
Luis Enrique Nervo y Ordaz-n. 1875
Concepción Nervo y Ordaz 1876-1950
Rodolfo Arturo Nervo y Ordaz 1876-1962
Elvira Nervo y Ordaz 1878-1964

José Amado Ruíz de Nervo y Ordáz


1870–1919
Matrimonio: 1900Paris, Ville-de-Paris, Francia

con Ana Cecilia Luisa Dailliez


1880–1912
Hijosde Ana Cecilia Luisa Dailliez y José Amado Ruíz de Nervo y
Ordáz (1)

Margarita Elisa Dailliez 1900-1974

DEBUT Y DESPEDIDA DE QUIRINO.


TEPIC 16 DE SEPTIEMBRE DE 1825.
Al ilustre tepicense Amado Nervo, el talento e inspiración apunta
más a herencia de los Ordaz y no a la linea paterna. Documentos nos
informan que los Ordaz son originarios de la Barca Jalisco,
en esta pequeña población los tatarabuelos Francisco y
María Antonia Briseño en la iglesia de San Juan Bosco
juran fidelidad el 23 de Junio de 1755, ahí mismo su
bisabuelo José Francisco de la Luz un 26 de Febrero de
1781 desposa a Francisca Alvarez. Los abuelos Don Pascual
y Doña Cecilia Nuñez deciden dejar La Barca y buscar un
mejor futuro, emigran primero a Guadalajara donde nace
la que sería la madre del poeta, Doña Juana María de las
Mercedes un 25 de Junio de 1842, dos años después de esto
hacen maletas y viajan para establecerse en Tepic. Tuvo
Amado Nervo un primo de reconocido talento como poeta de
nombre Quirino Ordaz, cuyas composiciones se publicaban a finales
del siglo XIX y principios del XX en el periódico El Tepiqueño y
fuera del territorio en “La Patria”, “El Demócrata”, la revista literaria
"La Flor de Liz" entre otros de circulación nacional, el mencionado
era hijo de Quirino, un hermano de la madre, persona muy
apreciada quien atendía su barbería ubicada en el centro de la
ciudad. Pero todo indica a un hermano de su abuelo Pascual, de
nombre Quirino Ordaz Alvarez, quien quizá fue el primero en llegar
a esta región, como iniciador en la familia de la pasión por las letras
y con una alta probabilidad ser el autor de las conocidas como “Las
Memorias de Quirino” escritas el 14 de Septiembre de 1843.
En las mocedades de Quirino Tepic no contaba con escenario de
altura, fue hasta el año de 1838 según consta en protocolo notarial
fechado el 14 de Noviembre en la escribanía pública de Don Eusebio
Fernández, que ya está listo para abrir puertas un coliseo o teatro
digno en el que se invirtieron $4,690.19 para su construcción, el
lugar ubicado en lo que después sería la esquina de callejón de
Hidalgo y la Veracruz, con anterioridad era una finca y corral que el
presbítero Basilio Jordán donó para beneficio del hospital de la
ciudad y a favor de este nosocomio serían las utilidades a partir de
saldar la hipoteca contraída ante los prestamistas voluntarios para
llevar a cabo la erección de la obra, destacando entre ellos por la
cantidad aportada Don José María Castaños y Llano con $1775.19 y
Don Esteban Aréchiga con $475.00
Pasados algunos años, sobre estas mismas paredes se reedificó un
nuevo teatro bajo la dirección del ingeniero José Gabriel Dario
Castaños Retes, inaugurándose en 1866 el día 31 de Marzo a las 7:30
p.m., colocando en la parte frontal superior el nombre “Fernando
Calderón” en honor al poeta y escritor zacatecano.
En Buenos Aires dicta la conferencia «La mujer moderna y su papel
en la evolución actual del mundo». Se publica El Estanque de los
lotos (Imprenta Menéndez) y al mismo tiempo redacta Versos y
aforismos. La última luna, y El arquero divino, poemas en los que
surge un nuevo amor, Carmen Serna (Cfr. Jiménez Aguirre). Serán
recogidos y publicados póstumamente por Alfonso Méndez
Plancarte.
Regresa a Montevideo para presidir el Congreso Americano del
Niño.
En Montevideo publica la colección de cuentos Soledad, en la
editorial El sol y Las ideas y observaciones filosóficas de Tello
Téllez en la imprenta de Claudio García.
Muere el 24 de mayo en el Parque Hotel de Montevideo. El gobierno
uruguayo decretó honores de ministro, con las banderas a media
asta y salvas de cañón.
Se publican Los cien mejores poemas edición preparada por Enrique
González Martínez y en Buenos Aires, Florilegio por Ediciones
Selectas de América.
El 14 de noviembre, tras el traslado de sus restos a México, es
recibido por una gran multitud y enterrado en la Rotonda de
Hombres Ilustres del Panteón de Dolores.
La hija, Margarita Dailliez, casada con Rafael Padilla de Nervo, creó
un verdadero museo dedicado a
la memoria de su madre y del poeta
12. Amado Nervo (1870-1919)

Nació en Tepic, en el seno de una vieja familia local que por muchos
años participó en la vida comercial y política de la ciudad. Muy
joven, estudió en Jacona y Zamora, pequeñas ciudades gemelas de
Michoacán, famosas en aquel entonces por sus buenos colegios.
Adolescente regresó a Tepic y trabajó un tiempo como empleado de
comercio, pero desde muy temprano lo había picado la araña de la
literatura y le gustaba escribir versos y cuentos. Consiguió el tiempo
para escribir en los oficios de profesor, periodista y diplomático,
desplegados en Mazatlán, México, París, Madrid y Montevideo.
Cuando murió, a los 49 años, era muy famoso en México y en todo el
mundo de habla castellana.
Hasta la fecha, algunas personas se creen muy listas al despreciar a
un poeta y escritor muy estimable. Muchachos y muchachas que no
saben de estos pleitos de escritores envidiosos siguen copiando los
versos de Amado Nervo para hacer creer a su amada o a su amado
que son de ellos. Y eso es lo más importante. De sus obras poéticas
destacan Perlas negras y místicas, Serenidad, La amada inmóvil.
Escribió cuentos, novelas, artículos, estudios literarios y un
excelente libro sobre sor Juana, en el cual dice:
En este libro, casi nada es
propio:
Con ajenos pensares pienso y
vibro
y así, por ser mío, y por
acopio.
De tantas excelencias que en
él copio
este libro es quizá mi mejor
libro.
Se le llamó pobre, pobre poeta, pobre de léxico; y no vieron que su
pobreza era simplicidad, sencillez, sobriedad.
En las ceremonias escolares, los niños de enseñanza primaria recitan
sus poemas patrióticos, como La raza de bronce y Los Niños
Héroes, pero Amado Nervo no tiene la culpa si los niños se aburren a
veces en las escuelas. Una poesía aprendida a fuerza se reza como
una tabla de multiplicación, y es lo mismo de aburrido. La culpa no
la tiene el poeta, quien se acordaba del Tepic de su niñez.
Amapolitas
doradas
de los llanos de
Tepic.
Si no están
enamoradas
enamórense de
mí.
El poeta era también buen periodista y se interesaba por la realidad:
AMLO por homenaje a Nervo: amor a las letras de la mano con
política-Martes 28 Mayo 2019 13:31

El presidente Andrés Manuel López Obrador en el marco de su visita


al Congreso de Nayarit, para la ceremonia luctuosa por el centenario
del escritor y poeta mexicano Amado Nervo, señaló que el amor a las
letras y la política van relacionados.

AMLO acudió al evento “el Centenario de la Inmortalidad del Bardo


Nayarita y Poeta Universal, Amado Nervo”, acompañado de la titular
de la Coordinación Nacional de Memoria y Cultura de
México, Beatriz Gutiérrez Müller, en el lugar develaron la
placa conmemorativa y el busto del poeta.

Mientras que a través de su cuenta de Twitter en honor al poeta


compartió: "Todo yo soy un acto de fe. Todo yo soy un fuego de
amor. En mi frente espaciosa lee, mira bien en mis ojos de
azor: ¡Hallarás las dos letras de fe y las cuatro radiantes, de amor!".

“El amor a las letras considero debe de ir de la mano de la política,


no solo es el arte por el arte, quizá yo estoy equivocado pero esa es
mi postura y siempre digo lo que pienso, de loa que no hay duda, es
de que, Amado Nervo, a quien hoy recordamos en este congreso de
Nayarit fue un gigante de la escritura, y tuvo el gozo de ser
reconocida en vida, por ejemplo su amigo de años, Rubén Darío, lo
llama Fraile de los suspiros, y muchos contemporáneos siguieron su
ejemplo ala abandonar el positivismo y reconocer la espiritualidad
como parte fundamental de la vida, de nuestra vida, aunque sea más
conocido como poeta, este hijo de Tepic fue autor también de
ensayos, novelas, cuentos, también columnista de varios periódicos a
finales del siglo 19 y principios del siglo 20.

-Este día homenajeamos a un gran poeta mexicano, nos da gusto que


sus letras se sigan recordando, un mundo si poesía, es la nada,
Nervo apasionó con sus obras a muchas generaciones, y hoy que
conmemoramos los cien años de su muerte. -Señoras y señores no
me que más que decir que viva la poesía, que viva Amado Nervo, que
viva Nayarit”.

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