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Esa honda pena hizo que Don Amado Nervo escribiera esos
“pensamientos” –, como él los llamo- y que posteriormente los
publicara en la ciudad de París, Francia, en 1909, en su libro titulado
“En voz baja” (París. Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas.
Librería Paul Ollendorf, 1909).
“MUERTA”.
En vano entre la sombra mis brazos, siempre abiertos,
asir quieren su imagen con ilusorio afán.
¡Qué noche tan callada, qué limbos tan inciertos!
¡Oh padre de los vivos; ¿a dónde van los muertos,
a dónde van los muertos, Señor, a donde van?
El propio Amada Nervo nos señalo este éxito rotundo con las
siguientes palabras: “Por lo audaz e imprevisto de su forma y
especialmente de su desenlace, ocasionó en América tal escándalo
que me sirvió mucho para que me conocieran”. Continuara……
Nació en Tepic, en el seno de una vieja familia local que por muchos
años participó en la vida comercial y política de la ciudad. Muy
joven, estudió en Jacona y Zamora, pequeñas ciudades gemelas de
Michoacán, famosas en aquel entonces por sus buenos colegios.
Adolescente regresó a Tepic y trabajó un tiempo como empleado de
comercio, pero desde muy temprano lo había picado la araña de la
literatura y le gustaba escribir versos y cuentos. Consiguió el tiempo
para escribir en los oficios de profesor, periodista y diplomático,
desplegados en Mazatlán, México, París, Madrid y Montevideo.
Cuando murió, a los 49 años, era muy famoso en México y en todo el
mundo de habla castellana.
Hasta la fecha, algunas personas se creen muy listas al despreciar a
un poeta y escritor muy estimable. Muchachos y muchachas que no
saben de estos pleitos de escritores envidiosos siguen copiando los
versos de Amado Nervo para hacer creer a su amada o a su amado
que son de ellos. Y eso es lo más importante. De sus obras poéticas
destacan Perlas negras y místicas, Serenidad, La amada inmóvil.
Escribió cuentos, novelas, artículos, estudios literarios y un
excelente libro sobre sor Juana, en el cual dice:
En este libro, casi nada es
propio:
Con ajenos pensares pienso y
vibro
y así, por ser mío, y por
acopio.
De tantas excelencias que en
él copio
este libro es quizá mi mejor
libro.
Se le llamó pobre, pobre poeta, pobre de léxico; y no vieron que su
pobreza era simplicidad, sencillez, sobriedad.
En las ceremonias escolares, los niños de enseñanza primaria recitan
sus poemas patrióticos, como La raza de bronce y Los Niños
Héroes, pero Amado Nervo no tiene la culpa si los niños se aburren a
veces en las escuelas. Una poesía aprendida a fuerza se reza como
una tabla de multiplicación, y es lo mismo de aburrido. La culpa no
la tiene el poeta, quien se acordaba del Tepic de su niñez.
Amapolitas
doradas
de los llanos de
Tepic.
Si no están
enamoradas
enamórense de
mí.
El poeta era también buen periodista y se interesaba por la realidad:
AMLO por homenaje a Nervo: amor a las letras de la mano con
política-Martes 28 Mayo 2019 13:31