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EL PROCESO DE EJECUCION
EDITORIAL RODHAS
Eugenia Ariano Deho
EL PROCESO DE EJECUCION
LA TUTELA EJECUTIVA EN EL CODIGO PROCESAL CIVIL
PERUANO
Lima 1996
EDITORIAL RODHAS
ÍNDICE
INTRODUCCION
PRIMERA PARTE
ORIGEN Y DESENVOLVIMIENTO HISTORICO DEL PROCESO DE
EJECUCION
CAPÍTULO I
LA EJECUCION FORZADA EN EL DERECHO ROMANO
PROCESOS DE EJECUCION EN EL PERU
SEGUNDA PARTE
LA TUTELA EJECUTIVA EN GENERAL
EL TÍTULO EJECUTIVO
TERCERA PARTE
DINAMICA DEL PROCESO DE EJECUCION
CAPITULO I
DIVERSOS TIPOS DE EJECUCION
CAPÍTULO II
LAS FASES DEL PROCESO DE EJECUCION
CAPÍTULO III
PROCESO DE EJECUCION DE OBLIGACIONES DE DAR SUMAS DE
DINERO
CAPÍTULO IV
PROCESO DE EJECUCION DE DAR BIENES DETERMINADOS
CAPÍTULO V
PROCESO DE EJECUCION DE OBLIGACIONES DE HACER Y DE NO
HACER
El mandato ejecutivo
La ejecución forzada: ejecución por tercero
ULTIMA PARTE
CAPÍTULO I
CLASIFICACION DE LAS CUESTIONES COGNITORIAS
RELACIONADAS CON EL PROCESO DE EJECUCION
CAPÍTULO II
OPOSICION DEL EJECUTADO
CAPÍTULO III
OPOSICION DE TERCERO
INTRODUCCION
1. La obra que hoy sometemos al juicio del público tiene como principal
objetivo que el lector revalore la función que el proceso de ejecución
tiene en el sistema de tutela jurisdiccional de los derechos. Bueno es
señalar que este no es ni un manual de procedimiento, ni un tratado
sobre el tema, sino una simple monografía que pretende resaltar los
principales problemas, que plantea estaforma de tutela jurisdiccional.
Este libro nace como una necesidad personal de encontrar las razones
por las cuales existen en nuestro sistema tres procesos de ejecución:
encontrar las razones por las cuales existe, un proceso denominado
ejecutivo que se inicia con una demanda y concluye con una sentencia
(que debe dictarse haya o no ese incidente cognitorio que nuestro
legislador procesal ha llamado contradicción, como si
fuera un normal proceso de cognición: encontrar las razones por las
cuales ese incidente cognitorio se encuentra incrustado dentro de la
estructura misma del proceso denominado ejecutivo: encontrar las
razones por las cuales existe un proceso denominado de ejecución de
resoluciones judiciales distinto del ejecutivo. y finalmente las razones por
las cuales el legislador optó por crear un tercer proceso al que denominó
de "ejecución de garantías",
Si hay una idea fundamental que se puede extraer de todas nuestras
páginas es que la opción seguida por nuestro legislador de consagrar
tres procesos de ejecución que tienen una misma función cual es la de
satisfacer materialmente un derecho insatisfecho (por seguir a
CARNELUITI quien sostenía que en el proceso de ejecución
estamos en presencia de una litis de pretensión insatisfecha) no es la
más idónea, pues era perfectamente posible consagrar un único proceso
de ejecución fundado en una noción unitaria del título ejecutivo,
englobante tanto de los títulos deformación judicial. Como aquellos
deformación extrajudicial, equiparados en su eficacia de ser condición
necesaria y suficiente para iniciar y proseguir con el proceso de
ejecución. Idea esta incomprendida e inactuada.
La estructura de nuestro proceso ejecutivo, lamentablemente, resiente
aún de la influencia de la tradición hispánica, presentándose como un
proceso anómalo, cuya naturaleza juridica es aún hoy objeto de viva
polémica que se sintetiza en la pregunta ¿es el proceso ejecutivo un
proceso de cognición o es un proceso de ejecución? ,cuya respuesta ha
polarizado a la doctrina española de nuestro siglo entre aquellos que
consideran que el proceso ejecutivo es un proceso sumario de cognición
(DE LA PLAZA. ALCALA ZAMORA. PRiETO CASTRO, HERCE
QUEMADA. GOMEZ ORBANEJA. FAIREN GUILLEN, MONTERO
AROCA) y quienes lo conciben como auténtico proceso de ejecución
(FENECH, CARRERAS, SERRA DOMINGUEZ, GUTIERREZ DE
CABIEDES), polémica cuyos ecos ha provocado en el área
latinoamericana, que Códigos recientes como los de Costa Rica y de
Uruguay ubiquen al proceso ejecutivo entre los procesos de cognición.
Por ello, para encontrar las razones por las cuales se presentan estas
paradojales soluciones, hemos dedicado la primera parte del presente
trabajo a tratar de encontrar los orígenes históricos del proceso ejecutivo,
que resulta ser creación medieval, sin descuidar los orígenes del proceso
de ejecución como forma de actuación práctica del principio de
responsabilidad patrimonial y su evolución desde el derecho romano, y
del proceso de ejecución moderno
basado en una noción unitaria del título ejecutivo de origen francés.
A destacar la importancia del proceso de ejecución y su distinción de las
demás formas de tutela jurisdiccional de los derechos, así como sus
presupuestos especificas y entre ellos, especialmente, el título ejecutivo,
hemos dedicado la segunda parte de este trabajo, siempre en clave
polémica con nuestras actuales soluciones normativas .
El que sostengamos que -es pe¡rfectamente posible y auspiciable la
existencia de un Único proceso de ejecución ( en el sentido que no
deberían existir tres estructuras procedimentales para hacer satisfacer un
idéntico derecho] no significa que exista un único proceso de ejecución:
podemos afirmar que existen tantos procesos de ejecución como tipos de
prestaciones, porque, siguiendo la enseñanza chiovendiana, cada
ejecución se identifica caso por caso con una determinada medida
ejecutiva que tiende a satisfacer en concreto una determinada pretensión
insatisfecha. Por ello, en la tercera parte, la más extensa, hemos puesto
la atención en las diversas clasificaciones que se pueden hacer del
proceso de ejecución, y en especial, la clasificación, en buena medida
legal, que atiende a los tipos de prestaciones (dar sumas de dinero, dar
bienes determinados, hacer y no hacer] y a las concretas medidas
ejecutivas propias de cada proceso.
Si el proceso de ejecución constituye el instrumento para hacer efectivos
materialmente los derechos, transformando lo qU6 debe ser en ser, como
dice CARNELUTTI, ello' no sign'ijlca que una vez iniciado el proceso de
ejecución, ,éste deba inevitablemente proseguir hasta la efectiva
satisfacción del derechohabiente, sino 9ue es necesario dotar a quien
debe soportar la ejecución de un medio, para poder destruir la aparente
certeza de la existencia del derecho que da el titulo ejeCutivo. Ese medio
es la oposición a la ejecución, oposición que existe en toda la legislación
comparada, pues lo contrario implicaría por usar la expresión de
UEBMANI "transformar la ejecución en injusta y ciega violencia". Pero, el
conceder el derecho a oponerse a la ejecución en. curso no significa que
el proceso de ejecución por efecto de la oposición se transforme de
proceso de ejecución en proceso de cognición, sino que significa que es
posible desde fuera cuestionar esa aparente certeza de la existencia del
derecho que da el titulo ejecutivo para que la verdad vuelva a la luz, via
precisamente la oposición del ejecutado a' la ejecución. Igual derecho
deben tener los terceros que podrían ver afectados sus derechos en una
ejecución iIller alios. El que la oposición sea un acto del proceso
ejecutivo o bien sea un proceso paralelo y autónomo, es lo que distingue
a un proceso ejecutivo de origen medieval de un proceso de ejecución
moderno. Pero, aun en los procesos ejecutivos de derivación medieval.
como el nuestro, es posible ver que esa oposición del ejecutado (que hoy
se le ha dado entre nosotros el nombre de contradicción] constituye una
cuestión cognitoria incllLStada artijlcialmente en la estructura del proceso
ejecutivo, y corno tal, es posible, para estudiarla, aislarla, extirparla, para
poder ver su verdadera naturaleza cognitoría. Es por ello que recién en la
cuarta parte nos hemos ocupado de este tema y de las demás
cuestiones cognitorías que podrían presentarse, estando
una adecución pendiente, pues si de algo estamos convencidos es que la
oposición no debería formar parte de la estructura del proceso de
ejecución, sino que debería constituir, como por su esencia y naturaleza
lo constituye, un proceso paralelo de cognición que no se puede mezclar.
sino conectar, con el proceso de ejecución, pues ambos son como diría
MANDRIOLI: "como dos escaleras paralelas, una para subir y otra para
bajar, cuyos usuarios se pueden encontrar cara a cara y saludarse y
hasta detenerse, pero siguen siendo como el aceite y el agua qUl!! nunca
se mezclan". .
Por último, publicamos, sin modificación alguna, un proyecto sobre el
proceso de ejecución que la Comisión Revisora tuvo a la vista, cuyo eje
fundamental era la eliminación del proceso ejecutivo histórico
sustituyéndolo por un proceso de ejecución pura, en base a la unificación
de los títulos ejecutivos y en la consagración de las diversas oposiciones
como procesos de cognición paralelos y autónomos del proceso de
ejecución mismo.
Cuando hoy escuchamos hablar del valor eficacia del proceso como si
fuera una novedad, no podemos dejar de pensar en CHIOVENDA
cuando ya en 1915 en una frase célebre que hemos citado en repetidas
veces en nuestro trabajo, dijera que el proceso debe dar en cuanto es
posible prácticamente a quien tiene un derecho todo aquéllo y
precisamente aquéllo que él tiene derecho a conseguir, exaltando el
máximo valor instrumental del proceso, y no podemos dejar de pensar
que afin de cuentas la más de las veces cuando para conseguir lo que se
tiene derecho no basta el proceso de cognición, no quedará otra salida
que el proceso de ejecución, por lo cual, creemos sin duda que la
eficacia de un sistema procesal bien se puede medir por la eficacia de la
tutela ejecutiva de los derechos.
CAPITULO I
Así pues. iudicatus y con Jessus quedaba equiparados para los efectos
del ejercicio de la r;hanus iniectio. itsto es fundamental, puesto que nos
muestra que en esta etapa aún incipiente del derecho procesal, sólo se
podía llegar a una acción ejecutiva. cuando ya se tenía la suficiente
certeza de la existencia de la deuda y de su incumplimiento y. en virtud
de ello poder proceder a esa grave forma de ejecución corporal que
implicaba la manus iniectio.
Producido el iudicato o la conJessio. no se podía sin más, proceder al
ejercicio de la manus iniectio; era necesario el transcurso del tempus
iudicati, especie de compás de espera de treinta días, otorgado al deudor
iudicatus o conJessus. para que pudiera pagar su deuda (o como dice
WENGER "para que el deudor pueda conseguir dinero"3, aquel dies iusn
como lo definían los decemvin).
Vencido el tempus iudicati, sin que se hubiera pagado la deuda. el
acreedor podía ejercitar su manus iniectio. Para tal'efecto, llevaba a su
deudor ante el magistrado pronunciando las palabras sacramentales, que
a modo de ejemplo nos son recordadas por GAJO: "Como has sido
condenado a darme diez mil sextercios, y por dolo malo no me los
pagaste, por la misma cosa de los diez mil sexten;;ios. te pongo la
mano". y al mismo tiempo que las pronunciaba debía asir, bajo sanción
de nulidad diríamos hoy, una parte del cuerpo del deudor. al cual no le
era permitido ni repeler de sí la mano. ni defenderse por sí mismo. El
deudor en ese acto. podía. alternativamente, o pagar, con lo cual evitaba
los efectos de la manus iniectio, o presentar a un tercero que pagara por
éL o presentar a un vindex liara que lo defendiera:. a mano depellere y
lege agere. La intervención de este tercero. el úindex, :daba lugar a
que, como señala GIOVANNI ELlo LoNGO. "el procedimiento de
ejecutivo que era. se conviruera en declarativo. ya que evidentemente
tendía a declarar la certeza de la legalidad de la ejecución y del título
sdbre la que se fundaba"4. El proceso que se instauraba por la
intervención del vindex, era probablemente. en este período histórico.
casi todas conjeturas una legis actio per sacramentum. pero para evitar
contestaciones temerarias. es probable. que si el vindexera vencido se le
impusiera a él la pena del liup 1 um/d e lo que debía pagar el propio
deudor originariamente. estando él mismo sujeto a una ulterior manus
iniectio.
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1. Cito por ALBERTO En~JN: Juicio ejecutivo. en la Enciclopedia Jurídica Omeba. Tomo XVII. pág. 358.
Editorial Bibliográfica Argentina S.R.L.. Buenos Aires, 1963.
2. crr. el estudio de HERNAN GIMÉNEZ ANZOLA: Notas sobre los orígenes históríco~de Ja. ejecución
singulnr y de la quiebra. en la Revista de la Facultad de Derecho. Caracas, 1965. W 31, pág. 123 Y sigs.
3. WENGER: Actio ludicali, pág. 221. Ejea. Buenos Aires, 1959.
4. GIOVANNI ELlo ,I-ON<é: ¡E;sfcuzione foríjata JDiritto Romano), en el Novis
si/no Digesto Italiano. Tomo VI. pág. 714, UTET. Torino. 1960.
5. ALFHEDO Rocco: Ilfallimento, Fró.telli Bocca, Torino 1917, pág. ] 39. cit. por ETKIN. ob. cit., pág. 363.
6. WENGER, ob. cit., pág. 15-16.
7. La [ónnula era: ~Si resulta que NN ha sido condenado a pagar aAA diez mil sextercios y hasta este
momento no los hubiere pagado. lo que NN ha negado ante el tribunal. usted, Juez, condena a NN a
pagar a AA el . doble de lo debido: si no resulta así, absuelve".
8. \ ENRlCO Tuwo L,IEBMAN: La $entenzQ. come ti1o1o esecutivo. en problemi del processo civile, pág.
363 Morano, Napoli, sir.
9. LONGO, ob. cit.. pág. 720.
10. LONGO, ob. cit., pág. 720.
11. CARNEwrn: Derecho y proceso en la leona de las obligaciones, en
Estudios de Derecho Procesal, Volumen 1, pág. 397, Ejea. Buenos Aires, 1952.
12. VICTOR FAlREN GUILLEN: Eljuicio ordinario y los plenarios rápidos, pág. 138, Bosch, Casa Editorial,
Barcelona. 1953.
13. WENGER. ob. cit., pág. 205.
14. ,He. A-WRlo: Esecuzionejorzata (dirítto processuale civile). en el Novissimo
Digesto Italiano, Tomo VI. pág. 730. UTET, Torino, 1960
CAPITULO: II
Esa era la opinión casi unánime de la doctrina. Así. sólo por citar algunos
ejemplos. ABBAS PANORMITANUS (+ 1453) decía: Mpropter illam
iustifkalionem ut compareat, resolvitur praeceptum in simplicem
citationem, si (reus) vult comparere; o BALDO (1327 -1400): MqUae
clausula iustificat mandatum et si venit resolvitur in simplicem
citatione117?5.
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1. CHIOVENDA: Instituciones de Derecho Procesal Civil, Tomo I. pág. 126. Ed. Revista de Derecho
Prtvado. MadIid. 1954.
2. SILVA VALLEJO: El derecho procesal en la Edad Media cap. III. N° 4: igualmente, ScovAZZ1: Le origini
del diritto germanico, pág. 276 Y sigs.. Giuifré, Milano. 1957.
3. Sobre la ejecución forzada gennánica del periodo gennánico. BRUNNER-v. SCHWERIN: Historia del
derecho germánico, pág. 27. Ed. Labor. Barcelona, 1936.
4. SALVIOLI: Storia della procedura civiIe e crimina1e, en el Volumen III de la Storia del diritto üaliano de
Del Giudice, pág. 626. Uhico Hoepli. Milano, 1927. 5. Sobre la evolución de la ejecución forzada
germánica en el período franco, véase BRUNNER- v. SCHWERlN, ob. cit. pág., 82.
6. HUGO ALSINA: Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial Tomo V. pág. 29, Ediar
S.A. Editores, Buenos Aires. 1962.
7. LIEBMAN: La sentenza co,!!e titqlo esec;utivo. cito pág. 338-339.
8. SERRA DOMINGUEZ: Jui.ci1J Edeculivo, en Estudios de Derecho Procesal, pág. 517, Ed. Arie!.
Barcelona. 1969.
9. CHlOVENDA nos recuerda las fases del proceso ordinario del derecho común según la Summa
Notariae de JUAN DE BOLONIA (a. 1281):
"A Antes de la contestación de la litis:
1. Demanda de citación del demandado;
2. comparecencia de las partes y sus procuradores; exhibición de poderes;
3. terminus (utrinqúe partis datus) ad dicendurn et dandum inscriptistam contra mandata quam contra
personas procuratorum, nec non ipsi reo contra cornrnisionem impenetram;
4. terminus ad dandum et recipiendurn libellum;
5. terminus (reo d.) ad deliberandum utrurn velit cedere ve! contendere; 6. peremptorius terminus (reo d.)
ad omnes dilatOlias vel declinatorias
proponendas (si habet et nominet aliquam efficacen);
7. terminus (actori d.) ad replicandurn;
8. terminus ad audiendurn interloque super ipsi e.xcepcionibus et allegationibus.
B. Reus litem contestan compellitur et iuráre de calumnia Oa contestación de la litis no es necesaria si el
demandado declaró no tener excepciones dilatorias; se entra sin más al fondo).
C. Después de la contestación de la litis (tratamiento de fondo, excluidas las excepciones dilatorias de
fondo ya examinadas anteriormente a la la. contest., y comprendidas las excepciones de forma
descubiertas después de la contestación):
9. terminus ad ponendum;
10. terminus peremptorius ad proponendum (si magnuol sit negotiun:¡);
11. terminus ad respondendurn ad positiones; ,
12. terminus ad dandum articulos (para el examen de los testigos); 13. terminus ad probandum (práctica
de las pruebas);
14. terminus (partibus d.) ad dandurn interrO!1:atoria (si los testigos se encuentran lejos)
15. terminus ad recipienm.un (attestationurn) copiam et dicendum contra personas et dicta ipsorurn
testiurn:
16.lerminus peremptorius ad producem orruua instrurnenta acta et munimenta;
17. conclusio in causa (renuncia a alegaciones ulteriores);
18. terminus ad sententiam audiendam.
Estos términos podían ser más o menos numerosos. según las excepciones presentadas o las pruebas
requeridas". Insti.Lucion.es, cit.. Tomo 1, pág.. 163-164.
10. FAlREN GUIU.EN: El Juicio ordinario y los plenarios rápidos. cit.. pág. 41. 42. 11. CHIOVENDA:
Principios de Derecho Procesal Civil. tomo I. pág. 13-14.
Instituto.Edltorial Reus. Madrid. sir.
12. SALVlOLI, ob. cit., pág. 333.
13. Cfr. FAIREN GUILLEN: El juicio ordinario y los plenarios rápidos. cit. es
pecialmente, pág. 55 Y sigs.; además en resumen: Eljui.cio ordinario, los plenarios rápidos y los sumarios.
en Estudios de Derecho Procesal, pág. 373 Y sigs.. Ed. Revista de Derecho Privado. Madrid. 1955.
14. Es ya casi pacifico en la historiografia del instituto de la guarentigia que su origen es toscano. Desde
los más antiguos escritores. el término guarentare es atribuido al toscano vulgar: "Guarentare est vulgare
tuscorum qui appeUant instrumentam guarentigie. id est. jirmitatis. et precisum cui est omnino standum.
Hec est intentio litere... " decía BALDO,
Super Jeudis, Lugduni. 1536. Cap. 1.
El primer documento conocido que contiene una cláusula guarentigia es una donatio propter nuptias,
estipulada en Serre de Rapolano. pequeña comunidad en el territorio de Siena. en el año 1202.
15. F;n Umbria los documentos guarentigios se denominaron instrumenta con Jessionata.
16. Así. según el Formularium Florentinum artis notariae. la fórmula del manda to de guaren tigia c::ra la
sigu ien te: "Ego taliiude.x el notarius. sicut possum et mihi licitum est per capitulum constituti et
guarentiscie comunis Florentie precepi predicto tali debUoris confitettdi. ut solvat et observet ut promisit",
17, ADRlANA CAMPITTELLI: Precelto di guartigia e le formule di esecuzione parata nei documenti italiani
del secolo XIll. pág. 63. Giuffré, Milano. 1970.
18. ADRlANA CAMPITELLI, ob. cit., pág. 102.
19. SALVlOLI, ob. cit., pág. 661.
20. En el mismo siglo XIII en otras regiones italianas se fonnaron otros documentos que llevaban la
ejecución aparejada. que presentaban ciertas características propias que las distinguían de los
documentos guarentigios. y que son principalmente: a) Las litterae et instrumi:mta cum sigillo y b) la
obligatio informa Camerae Apostolicae. Los primeros, que se desarrollaron en Piemonte. eran
documentos privados. fmnados por Notario. que se presentaban ante el Tribunal, a fin de que se les
pusiera un sello (sigillo), garantizándose con ello la autenticidad del acto. La consecuencia del sellado era
que en caso de incumplimiento el juez podía ordenar al deudor que cumpla la obligación asumida sin
necesidad de un proceso previo. Los segundos, desarrollados en la Curia romana, se caracterizaban por
contener una particular fónnula notarial sobre la base del reconocimiento de la deuda efectuada por el
deudor ante un órgano calificado, un Auditor de la Cámara Apostólica, con la que se autorizaba al
acreedor a solicitar la ejecución, en caso de incumplimiento, según un procedimiento más rápido y con la
inmediata sancion de la excomulgación. Cfr. ADRlANA CAMPITELLI, ob. cit., pág. 126 Y sigs.; además
SALVIOL!, ob. cit.. pág. 663 Y sigs.
21. Según BRJEGLEB, en su clásica obra Geschichte des Executiv-processes (Stuttgart. 1845), la
evolución de los instrumentos cumexecutione parata pasó por cuatro eta,pas:
1. En el siglo XI, (os instrumenta confessionata, entepdiéndose por corifessionata. la confesión hecha
por el deudor ante el juez, en virtud de la cual se di€~ba el praeceptum de sol vendo:
2. En el siglo XIII, los instrumentaguarentigiata. o corifessionata. en sentido amplio.
3. En el siglo XIV. los instrumenta publica paratam executionem ex nuda dispositione statutonnn, en
los cuales no era necesaria la cláusula guarentigia PWa su ejecutividad; y
4. En el siglo XY (fm de la evolución), las Scripturae privatae paratam executionemhabentes. Cfr. en
FNREN GUIUEN: Un nuevo descubrimiento sobre la Historia del Juicio EJecutivo en España: El
ordenamiento sevillano de 1360, en Estudios de Derecho Procesal, cit. pág. 564.
22. Los términos variaban de ciudad en ciudad. generalmente oscilaban entre los diez y quince días. Así.
en Firenze. Todi. Pistola, eran de diez dias. En Siena eran de 15 dias, que luego se ampliaron a treinta.
Cfr. ADRlANA CAMPITEW. ob. cit., pág. 63. 64 Y 67.
23. LIEBMAN: ,Sobre eljuicio ejecutivo, en Estudios de Derecho Procesal en, honor de Hugo Alslna, pág.
'391. Edlar S.A. Editores, Buenos Aires, 1946
24. SCACCIA: De commercio el cambio, 1619, §7, glosa 5a., número 52.
25. LIEBMAN: Sobre eljuicio fdecutivo, cit., pág. 400-401.
26. LIEBMAN: 1 presupposti del!' esecuzione Jorzata. en Problemi del processo
civüe, cit., pág. 345.
27. La palabra bando (bannwnJ tiene un sinnúmero de significados. que van desde la publicación
-pregones- de las órdenes de los soberanos. hasta la sanción de exilio -missio in bando-. o la publicación
-pregonesde las condiciones de los bienes a subastarse públicamente. Sobre el término véase CARLO
GUlOO MOR. voz Bando (Banno), en el Novissimo Digesto Italiano. Vol!. pag. 269-270. UTET. Torino.
1958.
28. Sobre las formas, de ejecución patrimonial y personal en el Medioevo.
véase SAL,,?Op..o~. cit. Pag. ~!.l y sigs.. y pág. 703 Y sigs.
29. BALDO. Comentario a las Decretales. ad. c. la. X.!. 2. n. 18.
30. Cfr. CHIOVENDA. Instituciones. cit. Tomo 1. pág. 296.
31. A esta cláusula juslificativa se le llamó también clausula salutaris.
praeceptum nudwn. y también ex abrupto. sobre todo por sus contradictores. Cfr. SALVlOLl. ob. cit.. pág.
656 Y sigs.
32. Cfr. CaloVENDA. ob. y tomo cit., pág. 296.
33. Cfr. SALVlOLl. ob. cit., pág. 657.
34. SEGNI. Opposizioni del convenuto nel processo monüorio, en Scritti giuridi.ci, VollI. pág. 978. UTET.
Torino. 1965.
35. Cfr. las citas de SEGNI, ob. cit.. pág. 979.
36. SEGNI. ob. cit:; pág. 989
CAPITULO III
Por último, para completar este recuento histórico. por "ley de Felipe II
del año 1566 se' perfila más claramente el proceso ejecutivo. La. ley dice
así:
"Porque por no estar declarado por leyes de estos rey nos la
fonna que se ha de tener en las execuciones que se hacen d~ los
contratos públicos, y de otras escrituras que traen aparejada ejecución,
ha habido y hay diferentes estilos; ordenamos y mandamos, que cuando
se pidiere alguna execucion, aljuez le paresciere, que la escritura, ó
recaudo porque se pide, debe ser executada, dé su mandamiento de
execucion en bienes muebles. y afalta dellos en bienes raices confianza
de saneamiento, y que en defecto de las dichas fianzas sea preso el
deudor, no siendo tal. que corifonne a las leyes de estos reynos no pueda
ser preso por deuda; y por estaforma se haga la execucion... y
haciéndose en bienes muebles. que se den los pregones por nueve días,
de tres en tres cada uno, y siendo en bienes raices se den tres
pregones en 27 días, de nueve en nueve días cada pregon; y dados
dichos pregones, sea citado el deudor para el remate en su persona, si
pudiese ser habido, y si no, en su casa, haciendo lo saber a su TT1l1ger,
y hijos ó criados. silos tuviere, y si no, á los vecinos más cercanos; y
hecha la dícha citación, si dentro de tres días se opusiere, y alegare
excepción legítima conforme a la ley 1 y 3 de este título, corran los diez
días desde la oposición, haciéndose como dicho es dentro del tercero
día; y no haciéndola la oposición dentro de los tres díaS mande eljuez
hacer remate y pago a la parte, dando las fianzas, la parte que pide
execucion, que la ley de Toledo. y las otras leyes destos rey nos
disponen; y haga el remate y pago sin embargo de qudlquiera apelación
"27.
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la confesión judicial de deuda; "e) ia lÚluidación o instrumento ~
simple líquido en cantidad, daño,s e intereses, siendo consentidos
por layarte con juramento.
El juicio ejecutivo se estructuró siguiendo las pautas traqicionales:
demanda con recaudo del titulo que apareja ejecución; examen del título
por el juez y mandato de pago; embargo en caso que no se pague en el
acto la deuda; hecho el embargo, se citaba "de remate"; dentro de los
tres días de citado el deudor podía oponerse, sin expresar razones;
dentro del cuarto día de opuesto debía presentar su oposición formal.
alegando sus excepciones y ofrecer pruebas, las cuales debían actuarse
dentro de los diez días sucesivos, vencidos los cuales, se ponía el
expediente a disposición de las partes por tres días, vencidos los cuales
se señalaba día para
la "vista"; dentro de los tres días de efectuada la vista se debía emitir la
sentencia de remate. Luego venía el "procedimiento de apremio" que
como señala CARAVANTES "comprende las breves y rápidas diligencias
que tienen por objeto ejecutar la sentencia de remate, ó cualquier otra
definitiva consentida ó ejecutoriada"82.
La sumariedad de la cognición quedó consagrada en su articulo 963 al
establecer taxativamente las excepciones oponibles. Estas eran: a)
Falsedad del titulo ejecutivo; b) Prescripción; c) Fuerza o miedo de los
que con arreglo a ley hacen nulo el consentimiento; d) Pago, o
compensación de crédito líquido, que resulte de documento, que tenga
fuerza ejecutiva; f) Falta de personalidad en el ejecutante; g) Quita
espera, y pacto ó promesa de no pedir; h) Novación: i) Transacción o
compromiso; no podía alegarse ninguna otra excepción.
Pero, sin duda alguna, la norma que consagra la sumariedad
y provisionalidad de la cognición es el artículo ~72 que establece:
"Cualquiera que sea la séñtencia que pusiere término á este juicio
que da lo mismo al actor que al reo su derecho, salvo para promover el
ordinario",
Es necesario señalar que el juicio ejecutivo procedía sólo para deudas en
dinero o en especie. líquidas y exigibles. no pudiendo utilizarse la vía
ejecutiva para ejecutar obligaciones de hacer y de no hacer, cuya forma
de ejecución estaba regulada en el titulo referente a la ejecución de
sentencia. por lo que ello suponía un proceso previo terminado con
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.
La Ley de eryuiciamiento civil de 1881 siguió la ruta trazada por su
predecesora, como no podía ser de otra forma. puesto que la LEC de
1881 no es sino su versión revisada. ya que como señala MOI'ITERO
MOCA. wno se trataba de hacer una ley nueva. sino ir mejorando la
existente"83.
Es así, que se regula por separado la ejecución de sentencia y el juicio
ejecutivo. La primera dentro del Título VIII. y el segundo en el Título XV,
ambos del Libro Segundo.
El juicio ejecutivo procede sólo para el cobro de deudas en dinero o en
especie. pero "computándolas en metálico" (art. 1435), y se estructuró en
el molde de su predecesora, dividido en sus dos momentos: el juicio
ejecutivo y el procedimiento de apremio. Esto último duramente criticado
por la casi unanimidad de la doctrina procesal española, puesto que el
apremio. que es el elemento común entre el juicio ejecutivo y la ejecución
de sentencia, se regula en el primero. lo que da lugar a que como señala
MOI'ITERO MOCA se tenga que explicar el proceso de ejecución "a
saltos"84.
La sumariedad del juicio se consagró en sus articulos 1464 y
1479; el primero sobre las excepciones oponibles. el segundo sobre la
provisionalidad de la cognición:
"Las sentencias dictadas en los juicios ejecutivos no producirán la
excepción de cosa juzgada. quedando a salvo su derecho a las partes
para promover el ordinario sobre la misma cuestión".
Son muchas las críticas que se pueden hacer a la LEC.. la primera de
orden sistemático. al haber bifurcado el proceso de ejecución, en
ejecución de sentencia y juicio ejecutivo. La segunda de orden interno.
que a modo de ejemplo, ya que no son las únicas nos las enumera
MONTERa AROCA: "La ineficacia del proceso civil español se debe sí al
proceso de declaración. pero aún más al de ejecución. El justiciable ni
siquiera tiene el consuelo de que su pretensión de justicia se vea
satisfecha. aunque sea después de una declaración lentay cara; por el
contrario. en muchas ocasiones después de dedicar trabajo. tiempo y
dinero se encuentra ante...la nada. ¿De qué han servido todos sus
esfuerzos?85, agregando más adelante "los defectos de la regulación
son tantos y tan graves que es dificil hacer una relación completa.
Destaquemos los más sobresalientes. La ejecución de obligaciones de
hacer y de no hacer y de dar cosas determinadas. parece preordenada a
la ineficacia. pues la coacción es absolutamente insuficiente, dada la
tendencia a transformar la obligación específica en la genérica de daños
y perjuicios; falta totalmente un sistema de astricciones y constricciones
que es imprescindible introducir. Ante la ocultación de bienes por el
deudor. el ejecutante está totalmente indefenso, siendo necesario el
juramento de manifestación de bienes. o institución análoga,
constituyendo delito la negativa a prestarlo y
la ocultación, y el que el juzgador disponga de todos los medios
coactivos del Estado para el descubrimiento de bienes. El orden de
prelación de bienes en el embargo responde a criterios económicos del
siglo XIX. Conocer la relación de bienes inembargables requiere hoy un
esfuerzo ímprobo. Los embargos están deficientes y arcaicamente
regulados; el de sueldos carece de elementales garantías de eficacia; el
d.e muebles reduce la garantía al depósito, que suele ser perjudicial\
para el bien, etc.; la realización de valores de comercio puede originar
perjuicios gravísimos al ejecutado sin beneficio para el ejecutante. La
subasta es hoy un medio de malvender bienes con la consiguiente ruina
del deudor, perjuicio de los acreedores y enriquecimiento de
desaprensivos que han hecho de ella un medio de vida nada honrado,
por lo que necesita una reforma completa. Realizada la subasta, la LEC
no se preocupa de los obstáculos que puedan surgir para la entrega de
los bienes al mejor postor. tanto por parte del ejecutado como por
terceros a la ejecución" 86.
A la lista de defectos. el profesor MONTERO MOCA agrega la lista de
lagunas, sos,teniendo: "La laguna fundamental es la de la oposición a la
ejecución. En la LEC está tan arraigada la consideración de que el
proceso de ejecución no rige con claridad los principios de contradicción
e igualdad de las partes, que no existe regulación de la resistencia u
oposición del ejecutado. En la LEC
. encontramos un epígrafe destinado a la regulación de la oposición de
terceros (tercerías, arts. 1532 a 1543), pero no sucede lo mismo con la
del ejecutado"87.88, agregando: "Dentro de la ejecución está totalmente
huérfano de regulación en la LEC el reembargo o concurrencia de
embargos sobre un mismo bien. figura que debe distinguirse del embargo
de sobrante. Dado que la pretensión ejecutiva no tiene carácter
exclusivo, sobre un mismo bien del deudor, pueden desarrollarse al
mismo tiempo varias ejecuciones~ El que el bien esté embargado
anteriormente, no repercutirá sobre el acto de afección. que siendo una
declaración de voluntad del órgano jurisdiccional no debe plantear
problemas... En este momento puede destacarse también, la falta de
regulación legal de la administración judiciaL.. En la realización forzosa,
mientras que la enajenación está regulada. aunque con gravísimos
defectos. la adjudicación y la administración forzosas 10 están muy
insuficientemente" S9. Finalizando "por último una referencia a la
ejecución provisional. Es cierto que la LEC. en ocasiones. alude a este
tema, pero se trata simplemente de alusiones, faltando una regulación
sistemática... No cabe esperar que la ley nos resuelva. el grave problema
de la naturaleza jurídica de la ejecución provisional. pero sí es necesaria
una regulación sistemática y completa, de sus presupuestos
(competencia, titulos, caución), del procedimiento, de su contenido
(normalmente por remisión a la ejecución. ordinaria) y sobre todo de los
efectos de la revocación de la. sentencia sobre los actos de ejecución
realizados"90.
__________________________________________________________
______________
1. El maestro JACOBO DE LAS LEYES, principal autor de la Partida Tercera en su Summa de los noue
tienpos de los pieytos, nos describe el proceso ordinario así: "todos los pleytos puedense partir en noue
tienpos. El primero tienpo es quando el home faz charnar a olro quele faga derecho.
2. El segundo tienpo es quando uines las partes antel iuyz. El tercero tienpo es quando ellamado dize
algunas excepciones o defensiones por que se deloga el pleyto. El quarto tienpo es quando se comienca
el p1eyto. El quinto tienpo es quando deuen las partes aiurar de calunpnia. o de dizer uerdad. El sexto
tienpo es quando las partes o la parte aduzen pronas. El septimo tienpo es cuano las partes rrazonan
sobres las prouas e sobre todo el pleyto. El ochauo tienpo es quando las partes cierran el pleyto e pieden
sentencia. El nono tienpo es el tienpo de la sentencia" (pág. 379-380. cit. por MONTERa MOCA: Análisis
critico de la Ley de Eryuiciamiento Civil en su centenario. pág. 24, Editorial Civitas, Madrtd. 1982).
2. Cfr. FAlREN GUILLEN: Eljuicio ordinario y los plenarios rápidos, cit., pág. 79 Y sigs.
3. MONTERO AROCA, ob. cit., pág. 27.
4. Cfr. FAlREN GUILLEN, ob. ult. cit., y MONTERa MOCA, ob. cit., pág. 30-31.
5. Es ya pacífico en la doctrtna española moderna que el proceso monitorio tuvo aplicación práctica en
España. Así lo ha demostrado TOMAS VALIENTE: Estudio históricojurídico del proceso monitorio, en la
Revista de Derecho Procesal. 1960. l. pág. 39 Y sigs.; dr. igualmente. EDUARDO GlJTIERREZ DE
CABIEDES: Aspectos Históricos y Dogmáticos del juicio ejecutivo y del proceso monitorio en España, en
Estudios de Derecho Procesal pág. 413 ysigs.. especialmente, pág. 424 a 426. Ediciones Universidad de
Navarra, S.A., Pamplona. 1974; la práctica del proceso m.onitorio en España con anterioridad a la
promulgación de lá LEC de 185~ se infiere también de las palabras de CARAVANTES: "Anteriormente,
cuando el juez, después de examinado el título
6. El Fuero Real es la primera obra legislativa del Rey Alfonso X. que precede a! Espéculo y a las
Partidas, y condensa la tradición de la legislación fora! española.
7. Ley 1, Título XXVII. Partida Tercera.
8. Ley m, Titulo XXVIII, Partida Tercera.
9. ' f.-eY V, Título XXVIII, Parti~a- '.ferce~a
10. Ley VI, Titulo XXVIII, Partida Tercera.
7. Ley 1, Título XXVII. Partida Tercera.
8. Ley m, Titulo XXVIII, Partida Tercera.
9. ' f.-eY V, Título XXVIII, Parti~a- '.ferce~a
10. Ley VI, Titulo XXVIII, Partida Tercera.
11. Ley 1, Título XVII. Libro XI de la Novisima Recopilación.
12. Ley III, Título XVII. Libro XI de la Novisima Recopilación.
13. LIEBMAN, Sobre eLjuicio ejecutivo, cit. pág. 396 Y sigs. MANRESA: Pro ogo a la obra Eljuicio
ejecutivo de RICARDO DOLZ y ARANGO, 2a. edición, pág. 7: ~Señalla fue la' cuna del juicio ejecutivo,
desconocido en nuestros antiguos fueros y aún en el código de las Partidas. Hallándose en aquella
población el Rey don EnriqueIll, expidió el 20 de mayo de 1396 una pragmática, en la cual hallamos los
primeros vestigios de este juicio. pero sólo en favor de los mercaderes y otras personas de la referida
ciudad" (Cit. porALsINA: Tratado, cit.. Tomo IV. pág. 30 nota 10).
14. VICTOR FAlREN GUILLEN. Un nuevo descubrimiento sobre la historia del juicio ejecutivo en España:
el ordenamiento sevillano de 1360. cit.
15. PEDRO LUMBRERAS V ALIEmE considera en su estudio Aportación a la historia del juicio ejecutivo
en el derecho patrio. publicado en la Revista de Derecho Procesal 1960. W 2. que el origen del juicio
ejecutivo español se encuentra ya en el FUero Viejo de Castilla. promulgado por el Rey Alfonso VIII en
1212. en su Libro 1Il. Título IV. que establece:
MSi algund Fijodalgo deve debda a judío. o a cristiano que la debda fuer conoscida. e juzgada. devel
entregar a aqueste que la a de auer en su os bienes del suo debdor. en muebles sil los fallere. si non en
eredat. E si fuer la entrega en mueble. devela vender a nueve días. e pagarle. si fuer rais. devela tener. y
desfrutarla fasta que sea pagado en sus debda.... (Ley 1). Su ley III establece: MQue si algund Fijodal~o.
o otro ome cualquier deve debda ajudío. e carta ovier. en que dijo que él es debdor en todo cuanto a. por
aquella debda. ansí muebles. o eredat. manguer ansí sea debdor. ptiede vender o empeñar de lo e que a
ante que el judío sea entregado en ello..:.
16. La ley a la que se hace referencia en el texto es la número XII del mismo ordenamiento. Las penas
que se imponían a los perjuros eran muy duras, asi al que Juraba mentira" por primera vez se le imponía
el pago de lo demandado más una multa de 600 maravedís .para el muro de la Villa"; por segunda vez, el
doble de la multa anterior; por tercera vez "que sea desterrado fuera de Sevilla de su termino e del
arcobispado de Sevilla por quatro annos"; a los menores de edad perjuros, por primera vez se le imponian
20 azotes, por segunda vez, el doble, y por tercera vez, 100 azotes más el destierro de Sevilla por 4 años.
Cfr. el te.\.io completo en FAlREN, Un nuevo descubrimiento..., cit., pág. 560, nota 16.
17. Considera FAlREN que la Lé!J' XVI se refiere a los instrumentos guarentigios, ya que la doctrina, ta!
1to italiana como española, equiparaban la guarentigia con la sen tencia. Además porque el mismo
ordenamiento sevillano en su ley IX regulaba la ejecución de sentencia con un esquema procedimental
muy semejante al de la Ley XVI. pero diferenciándose de aquél en cuanto a las excepciones que el
vencido podía oponer. Sólo eran admisibles la quita de la deuda u objeto, pago Y avenencia, y sólo se
podían probar por carta o escritura auténtica o por confesión. Cfr. FAlREN, ob. cit., pág. 576 a 580.
18. LIEBMAN, Sobre eljuicio Ijecutioo. cit., pág. 397.
19. Nótese que el ténnino "embargante" tiene la significación de oposicio
nista. tal como en el derecho luso-brasileño.
20. Ley III. Título XXVIII, Libro XI de la Novisima Recopilación.
21. Ley 1, Título XXVIII, Libro XI de la Novisima Recopilación, La. ley reproduce la Ley Enriqueña. pero
establece: "queremos que la diLha ley generalmente se guarde en todDs nuestros reynos...",
22. Ley II, TItulo XXVIII. Libro XI de la Novisima Recopilación.
23. Ley IV. Titulo XVII, Libro XI de la Novisima Recopilación.
24. Ley IV, TItulo XXVIII, Librq XI de la Novisima Recopil"ación.
25. Nótese que se utiliza la expresión .contratos guarentigios con referencia
a la categmía de documehtos ind!cádos en la Ley Enriqueña y la Toledana.
26. Ley V, Título XVII. Libro XI de la NoVÍsima Recopilación.
27. Ley XII, Título XXVIII. Libro XI de la NovÍsima Recopilación.
28. Las leyes recopiladas no mencionan si el acto por el cual se mandaba efectuar el remate. era una
sentencia. justamente la sentencia de remate. como se llama en España. Debemos inferir que sí. ya que
el texto dice que se hará el remate "sin embargo de cualquier apelación".
29. Llamamos a la resolución que resuelve la oposición' "sentencia de
remate", puesto que ese es el nombre que le da HEv1A BOLAÑOS. como
veremos en seguida, y es el nombre que se conserva en la actual legislación española.
30. Ley VI, Titulo XXVIII, Libro XI de la Novísima Recopilación.
31. HEVIA BOlAÑos: Curia Filípica, cit., pág. 104.
32. El propio HEVIA BolAÑos describe la sumariedad del juicio así: .Sumario
se dice cuando se procede sumaria y simplemente, de plano sin estrépito, ni figura del juicio en los casos
particulares a que ha lugar", Cwia Filípica, cit., pág. 43.
33. HEVIA BolAÑos, ob. cit., pág. 108.
34. Idem, pág. 159.
35. Idem, pág. 110.
36. Idem, pág. 108. .
37. Idem, pág. 135
38. Idem. pág. 135
39. Idem, pág. 120
40. ldem. pág. 110
41. ldem. pág. 117.
42. ldem. pág. 108.
43. Idem, pág. 113.
44. Idem pág. 113.
45. Idem pág. 114.
46. Idem pág. 114.
47. Idem pág. 115.
48. Icte.m pág. 116.
49. Idem pág. 1.18.
50. Idertq)¡'fg.~ 119:
51. Idem pág. 120.
52. Idem, pág. 12l.
53. Idem, pág. 122.
54. ldem, pág. 123.
55. ldem, pág. 124.
56. ldem, pág. 126.
57. ldem, pág. 127.
58. ldem, pág. 13l.
59. Idem, pág. 132.
60: Idem, pago 138.
61. Idem, ,pág. 138.
62. "Idem, pág. 140
63. .Idem, pág. 142
64. ' Idem, pág. 142
65. Idem, pag. 1,.55.
66. Idem, pág. 155.
67. ldem, pág. 155.
68. ldem, pág. 156.
.69. Idem. pág. 156.
70. Idem, pág. 158.
71. Idem. pág. 159.
72. Idem, pág. 160.
73. Idem, pág. 162.
74. Idem, pág. 164.
75. MONTERO AROCA, Análisis crítico de la Ley de erjuiciamiento civil en su centenCirio, cit.',pág. 49-50.
12. FAIREN GUllLEN: El proyecto de la ordenanza procesal civil austriaca visto por Franz Klein, en
Estudios de Derecho Procesal, cit., pág. 307.
13. HANs ScHlMA: Esquema del proceso civil austriaco, en el Derecho Procesal
Civil de Goldschmidt, cit., pág. 44.
14. Cfr. CALAMANDREI, ob. cit., pág. 36 a 39; ScHIMA, ob. cit., pág. 44; PRoro
PISANI: n procedimento d'ingiunzione. en la Rivista di diritto e procedura
civile. 1987, pág. 293. .
15. CALAMANDREl. ob. cit., pág. 30.
16. SEGNI: Le opposizioni del convenuto..., cit., pág. 996: véase la critica de CALAMANDRÉI a esta
denominádón en su ob. cit.. pág. 242 Y sigs.
17. SCHlMA. ob. cit.. pág. 44.
18. La configuración del morutorio-documental austríaco ha dado lugar a una serie de confusiones
inclusive en paises como Italia. cuyo proceso "d'ingitrnZione" se inspira en parte en él y en parte en el
morulorio puro alemán. dando lugar a aquella dura critica que le impartiera CIUOVE.'iDA- y que tiene aún
vigencia- de "hibridismo. producto de la falta de nociones históricas y de la confusión con instituciones del
proceso ordinario", configurando un proceso monitorio (d'ingiuzione) documental (art. 633 inc. 1°) Y puro
(art. 633 ines. 2° y 3°), en el cual el decreto ingiuntivo no pierde totalmente su eficacia una vez interpuesta
la oposición, sino que tan sólo se "suspende", e inclusive puede ejecutarse provisionalmente (art. 642 Y
648). Si no hay oposición, el decreto ingiuntivo no se convierte automáticamente en ejecutivo, sino que es
necesario una petición de parte (647), con lo cual se ba desnaturalizado totalmente el monitorio d~ico, por
lo que ha recibido la critica unánime de la doctrina. Cfr. CH!OVENDA: Insti1u.cíon.es, cit.. Tomo 1, pág.
303. Cfr. últimamente. la critica de ANDREA PROTO PlSANI. ob. cit., pág. 291 Y sigs., especialmente.
pág. 293 a 297.
CAPITULO V
Pasemos al juicio ejecutivo. Está estructurado bajo los moldes del juicio
ejecutivo hispánico. Así el proceso se inicia con una demanda con
recaudo del titulo (art. 437); mandato de solvendo que a su vez manda ya
efectuar el embargo (art. 438); el mandato de solvendo es apelable sólo
en efecto devolutivo (art. 443); pasados tres días desde la notificación del
mandato de solvendo puede el ejecutante pedir la cita de remate del
ejecutado. el cual podrá. dentro de los diez días de citado. oponer y
probar sus excepciones perentorias. siéndole permitido deducir la nulidad
o falsedad del titulo ejecutivo (art. 445). Vencido el término de diez días,
el ejecutante debe pedir que se expida sentencia de subasta y remate.
debiendo éste dar fianza que garantice los resultados del juicio (art. 449).
Es así. pues. que el Código Argentino no nos ofrece nada nuevo . bajo el
sol.
543), Y no son sino modalidades del juicio ejecutivo, con cierta reducción
de actos y mayor limitación de excepciones.
§24. El Código Procesal Civil Paraguayo de 1987
El Código paraguayo de 1987 sigue fielmente la posición adoptada por"
el Código de la Nación argentino; es más, sus disposiciones no son más
que la reproducción literal de dicho Código, por lo que no merecen- un
comentario especial.
§25. El Anteproyecto del Código Procesal Civil modelo para Iberoamérica
y el Código General del Proceso Uruguayo de 1988
El Anteproyecto del Código Procesal Civil para Iberoamérica fue
preparado por los profesores uruguayos ADOLFO GELSI BIDART Y
ENRIQUE VESCOVI por un encargo recibido del Instituto Iberoamericano
de Derecho Procesal en las N Jornadas del Instituto realizadas en
Valencia-Caracas en 1967, el cual se elaboró conforme a las Bases
aprobadas en las V Jornadas del Instituto realizadas en Bogotá y
Cartagena en 19702. Tal proyecto fue luego consagrado legislativamente
en Uruguay, previa su revisión por una Comisión conformada por los
propios VESCOVI y GELSI, Y por el profesor y magistrado LUIs
TORELLO.
Resulta de particular interés el análisis del tratamiento dado por el
Código Modelo al proceso ejecutitvo y al proceso de ejecución, por
cuanto. en opinión de sus autores, el modelo por ellos diseñado debería
aplicarse en toda el área latinoamericana. Debemos señalar que los
autores del proyecto fueron los ya nombrados VESCOVI y TORELLO Y
el profesor VIERA. Según ellos una adecuada re~ulación del proceso
ejecutivo debería proveer:
Pues bien. estas son las intenciones del legislador. pasemos al análisis
del Anteproyecto de Código Modelo. Este regula el proceso ejecutivo
dentro del capítulo que lleva el epígrafe "Procesos de estructura
monitoria". capítulo que forma parte del Título referente al Proceso de
Conocimiento. junto con el proceso ordinario y el proceso extraordinariq,
que es un ordinario abreviado. Según su
articulo 311 el procesó de estructura monitoria se aplicará en los l'
casos previstos por la.Jey. y en los procesos ejecutivos. de desahucio o
desalojo. entrega de cosas. entrega efectiva de la herencia. resolución de
contr9tQ por falta de pago o escrituraciónjudicial de promesas inscrip;las
con los respectivos registros.
. Como presupuesto !Se establece la necesidad de documento auténtico
o autenUeaero judicialmente. salvo en la entrega de cosa derivada de un
contrato que no requiera documentación. Para la resolución del contrato
o el desahucio será necesaria una intimación judicial previa por el
término de 30 días (art. 312).
A renglón seguido trata del proceso ejecutivo propiamente dicho. La
demanda deberá acompañarse con documento del cual sUlja la
obligación de pagar cantidad líquida y exigible. áuténtico o judicialmente
autenticado. Expresamente dice: "La calidad de
titulo ejecutivo emanará de la ley", con lo cual deja en libertad a
cada país para que señale cuáles son los títulos ejecutivos. Luego señala
que el proceso ejecutivo es aplicable a la sentencia pasada en autoridad
de cosa juzgada que condene al pago de cantidad líquida cuando haya
pasado más de un año de haber quedado ejecutoriada.
El Tribunal examinará el título. y de considerarlo ejecutivo decretará el
embargo. y dispondrá llevar adelante la ejecución y a la vez citará de
excep.ciones al deudor. Si el Tribunal entiende que
no procede la ejecución lo declarará así. Según el artículo 314.1 inciso 1
esta resolución es una sentencia iniciaL
El deudor tiene diez. días para oponer excepciones. las que estarán
expresamente señaladas en la ley. En el mismo escrito de excepciones
se deben ofrecer las pruebas. De las excepciones se
corre tra¡slado. al ~ctor P?~ diez días para contestarlas. En lq
contestabónse deoen ofrecer las pruebas.
Con o sin oposición. y su respectivafcontestación, el Tribun'al ¡convocará
aAudiencia, que en caso de no Baberoposición tendrá por , finalidad
conciliar a las partes. Si la conciliación fracasa se irá a la
vía de apremio. En cambio. si se opusieron' excepciones. la audiencia se
realizará confonne a lo previsto para la audiencia preliminar. La sentencia
definitiva resolverá todas las excepciones.
El articulo 315 consagra el proceso ordinario ulterior. ser).alando que
dentro de seis meses de cumplida o ejecutada la sentencia cabrá
proceso ordinario de revisiór de lo decidido en el proceso ejecutivo.
¿Es realmente un proceso de estructura monitoria el regulado por el
Anteproyecto Modelo? Sinceramente creemos que no. Es el mismo juicio
ejecutivo mixto de ejecución y cognición al que tantas veces nos hemos
referido en este trabajo. Si se quiso consagrar un monitorio documental.
ésto no se consiguió. Veamos. El proceso se inicia con una demanda que
debe estar acompañada del documento al que el Anteproyecto llama. sin
rubor alguno. título ejecutivo. En todo caso se hubiera suprimido esa
denominación. con lo cual se hubieran evitado muchas incongruencias.
Luego el Tribunal
analiza el documento. y si considera que es ejecutivo. dicta una
resolución. que es una sentencia inicial que manda trabar embargo y
llevar la ejecución adelante. y a la vez cita al deudor para que oponga
excepciones. Ni más ni menos que el clásico mandato de ejecución del
proceso ejecutivo histórico. En un proceso monitorio, aún en el
documental. lo que se dicta es un mandato de pago, pero con la
justificación de que si no paga puede oponerse (praeceptum o mandatum
de sol vendo cum clausula iustificativa). Si no paga ni se opone. el
mandato queda finne al igual que una sentencia definitiva. La
justificaciÓn del mandato está en la posibilidad de
oponerse. En ninguno de los ordenamientos en que se ha consagrado
legisbti'.'amente el pr~ceso monitorio se manda embargar. se manda
pagar u oponerse. Al disponer el embargo se está ya iniciando la
ejecución, y tal embargo no es una simple medida cautelar. sino el acto
inicial de la ejecución forzada. lo que en Italia se llama pignoramento y en
Portugal y Brasil penhora. Tal vez la fuente del error de los profesores
uruguayos está en el Mandatveifahren austriaco que suele confundirse
con nuestro juicio
ejecutivo hispánico, y que para VESCOVI "es, prácticamente, el juicio 1;
ejecutivo propuesto"4. No es así, como ya lo hemos señalado en el § 17,
en donde resaltamos las principales y sustanciales diferencias entn: el
proceso ejecutivo y el monitorio documental austríaco. í¡ Como senaIo
FRANCISCO RAMos MENDEZ en el Congreso Internacional' sobre el
Código Modelo, celebrado en Roma en setiembre de 1988 "aplicar el
ró\ulo de proceso de estructura monitoria (arts. 311 y \1ss.) al
procedimiento ejecutivo (art. 313) puede suponer una conmoción
respecto de dogmas comunes en la experiencia procesal hispánica. El
proceso monitorio clásico se distingue claramente del proceso ejecutivo,
pues este empieza donde el otro acaba. No cabe duda de que todo es
admisible en una obra de construcción dogmática, pero entonces habría
que empezar a definir los conceptos -que se pretenden instaurar"5. Así
como el hábito no hace al monje. no basta llamar al viejo juicio ejecutivo,
monitorio para que éste lo sea. Llamemos las cosas por su nombre sin
tratar de estirar los conceptos, sosteniendo lo insostenible. Resulta por
ello incomprensible que el pro~esor VESCOVI haya sostenido en el
Congreso Romano que estamos propiciando, un retorno a lo antiguo. al
proponer como sistema del proceso ejecutivo el monitorio"6. Si de un
retorno a lo antiguo hablamos, no será al monitorio, sino al más prístino
processus executivus medioevaI. con una cognición sumaria y
provisional.
En estas líneas hemos querido resaltar el sistema del Código Tipo y del
Código Uruguayo. y como éste no es sino un bis in idem del víejo
sistema de la LEC de 1855. el dualismo: proceso ejecutivoproceso de
ejecución, que en nuestro concepto no se justifica. Pero, hay que
reconocer muchas disposiciones notables del Código Uruguayo, como la
ejecución provisional (art. 260, 375, 376) Y la imposición de
conminaciones o astricciones, tanto económicas
como personales (art. 374), que encuentran una cabal aplicación
en la ejecución de obligaciones de dar cosas ciertas (art. 397), en las
obligaciones de hacer (art. 398.3) Y de no hacer (art. 399.2).
disposiciones a las que nos referiremos en el momento respectivo.
El proceso ejecutivo sólo tiene por objeto el cobro de una cantidad liquida
y exigible (art. 440 segundo párrafo).
El artículo 46° regula con magistral precisión los títulos ejecutivos, los
cuales son:
a. Las sentencias de condena.
b. Los documentos au~nticados por notario.
c. Las letras, libranzas, cheques, extractos de factura confe
ridas y cualquier otro escrito partiéular, firmado por el deudor, en el cual
conste la obligación de pago de cuantía determinada o la entrega de
cosas fungibles.
d. Los títulos que por disposición especial, les sea atribuida fuerza
ejecutiva.
Esto no quiere decir que del material del proceso común no se pudieran
extraer estructuras procesales útiles; sino que de todo lo que ofrecía el
material histórico se optó por lo peor. En efecto pudiendo el legislador
nacional optar entre un proceso de cognición plenario rápido inspirado en
los principios de los plenarios rápidos de la Clementina saepe, del
Consulado del Mar y de los Estatutos medievales italianos y el proceso
solemne y escrito del ordo iudiciarius medieval escogió el segundo,
estructurando un proceso al que llamó ordinario con todas las taras y
defectos imputables a su predecesor histórico: un proceso escrito,
dividido en fases preclusivas, dominado por las partes, en el que el juez
era un simple espectador sin poderes de dirección sobre el proceso,
proceso en el que proliferaban los incidentes dilatorias, el desgobierno y
la mala fe(3). Proceso éste que constituía el proceso tipo" por el que se
tramitaba "todas las cuestiones litigiosas que no tengan tramitación
especial" (art. 296).
1. La confesión judicial, la que podía ser expresa o ficta (en realidad era
la absolución de posiciones prestada en diligencia preparatoria, pues la
propia ley señalaba que no constituía título ejecutivo la confesión
practicada dentro de un proceso, lo que era lógico. pues su precedente
era la confesión ante el juez. prestada sólo para crear un título ejecutivo:
los instrumental confessionata del Siglo XI).
2. Los instrumentos públicos.
3. Los instrumentos privados cuando estén judicialmente reconocidos o
mandados tener por reconocidos (en diligencia preparatoria).
4. Las letras de cambio. pagarés y vales a la orden y los cheques
debidamente protestados con arreglo a la ley o con la constancia de su
rechazo. hecha por el banco girado de conformidad con la ley de la
materia.
5. Los títulos al portador o nominativos emitidos por bancos. Sociedades
Anónimas o entidades autorizadas que representen obligaciones
vencidas, cupones vencidos de dichos títulos, contra la institución o
compañia emisora, si se protestan por falta de pago.
6. Los conocimientos de embarque, contra el capitán o el representante
legal de la nave o aeronave, y contra los endosantes, si están extendidos
a la orden. para la entrega de las mercan cias o su valor y contra el
consignatario o destinatario, para el pago de los fletes, previo el
respectivo protesto.
7. Las cartas de porte. si son protestadas.
8. Las pólizas de seguro de vida, vigentes por causa de fallecimiento del
asegurado, acompañadas de la partida de defunción.
9. La copia certificada notarial del acta de la Junta de Propietarios de
edificios sujetos al régimen de' propiedad horizontal, en la que consten
los gastos de mantenimiento y conservación acordados, con indicación
de las porciones que corresponden a cada uno de los propietarios,
acompañada de los recibos impagos y de la constancia del requerimiento
notarial al obligado para dicho pago.
10. Cualquier otro titulo al que la ley le da fuerza ejecutiva.
Pues bien, con oposición o sin ella, era necesario dictar sentencia (la
cual perdió su nombre de sentencia de remate), cuyo contenido la ley no
establecía, limitándose a establecer que se mandará adelantar la
ejecución- (rectius seguir adelante).
Como el D.L. 20236 suprimió el originario art. 734 del Cpc. referente a la
oposición del ejecutado, se planteaba el problema interpretativo de
cuándo comenzaba la ejecución forzada propiamente dicha, puesto que
el art. 58 señalaba que una vez tasados los bienes embargados, el
ejecutante podía optar entre la ejecución por tercero, a costa del
ejecutado, o por la indemnización de daños y perjuicios. ¿Ello procedía
inmediatamente de no verificado el cumplimiento ordenado en el auto de
hacer o después de dictada la sentencia? Como el art. 54 señalaba que
este proceso se regía por las normas generales del juicio ejecutivo,
entonces la sentencia era imprescindible, hubiera o no oposición,
entonces debía entenderse que una vez dictada la sentencia es que el
ejecutante podía ejercer su opción.
Señalaba el art. 1146 del Cpc que si la sentencia contiene condena por
cantidad líquida. el juez ordenará que el obligado pague en el acto de
notificación, bajo apercibimiento". Este apercibimiento no era otro que el
embargo. Esta orden equivalía al auto de pago" del juicio ejecutivo, con
la diferencia que en este último, el pago debía hacerse dentro del día
siguiente y no en el acto de notificación. Ambos eran mandatos de
solvendo y la diferencia era marginal.
La Ley Orgánica del Banco Industrial del Perú promulgada por D.Leg.
202 del 12 de junio de 1981 regulaba en su artículo 34 una forma de
ejecución extrajudicial; que nos recuerda los viejos pactum de
ingrediendo o executivus del derecho alto medioeval. La norma señalada
decía así:
La base del remate debía ser el 75% del valor de tasación del bien
indicado en el contrato, siendo potestativo del Banco solicitar una nueva
tasación (art. 47 primer párrafo). Si no se presentaban postores se
convocaba a una segunda subasta. cuya base se disminuiría en un 15%
en relación a la base de la subasta anterior. y así sucesivamente, hasta
que se presentaran postores (art. 47 segundo y tercer párrafo); sin
embargo. se prohibía que la base del
remate fuera inferior al monto adeudado al Banco (art. 47 cuarto párrafo);
si la base del remate era inferior o igual al monto de lo , adeudado, el
Banco podría solicitar que se le adjudicara la , propiedad por dicho monto
(art. 47 quinto párrafo).
Decía CHIOVENDA en frase célebre que "el proceso debe dar en cuanto
es posible prácticamente a quien tiene un derecho, todo aquello y
precisamente aquello que él tiene derecho a conseguir", resaltando de
esta forma el valor estrictamente instrumental del proceso civil en
relación a los derechos sustanciales. En efecto el proceso civil no es sino
un instrumento puesto por el legislador para la tutela de sus derechos
sustanciales, jurisdiccional y es por ello que se habla de tutela
jurisdiccional de los derechos.
En el ámbito de la tutela jurisdiccional civil la obtención de aquella
finalidad tal claramente señalada por el maestro italiano se puede
articular a través de tres formas procesales netamente distintas por sus
presupuestos y funciones: a) la tutela de cognición o de conocimiento; b)
la tutela ejecutiva; y c) la tutela cautelar.
La tutela jurisdiccional de cognición(2), que se articula en un proceso de
cognición o de conocimiento, tiende a establecer cuál sea la situación
jurídica entre las partes litigantes (en pocas palabras a establecer quién
entre los contendientes tiene la razón y quién no) vale decir que este tipo
de proceso lleva al juez a conocer una controversia entre sujetos ya
resolverla mediante una resolución (normalmente una sentencia) de
fondo imperativa e inmutable a la cual se la atribuye la denominada
eficacia de cosa juzgada(3). En cambio, la tutela jurisdiccional ejecutiva
es aquella que tiene por objeto que el titular de un derecho cuya
existencia ha sido declarada en un proceso de cognición o es
considerada cierta La tutela jurisdiccional de cognición(2), que se articula
en un proceso de cognición o de conocimiento, tiende a establecer cuál
sea la situación jurídica entre las partes litigantes (en pocas palabras a
establecer quién entre los contendientes tiene la razón y quién no) vale
decir que este tipo de proceso lleva al juez a conocer una controversia
entre sujetos ya resolverla mediante una resolución (normalmente una
sentencia) de fondo imperativa e inmutable a la cual se la atribuye la
denominada eficacia de cosa juzgada(3). En cambio, la tutela
jurisdiccional ejecutiva es aquella que tiene por objeto que el titular de un
derecho cuya existencia ha sido declarada en un proceso de cognición o
es considerada cierta por la ley, obtenga trámite la actividad del órgano
jurisdiccional su Concreta satisfacción. Por último la tutela jurisdiccional
cautelar tiene por finalidad inmediata asegurar la eficacia práctica de otro
proceso (de cognición o de ejecución) en el que en definitiva actuará - el
derecho, es por ello que por usar la expresión de CALAMANDREI, el
proceso cautelar no es sino "instrumento del instrumento",
La tutela de cognición, ejecutiva y cautelar constituyen pues tres
manifestaciones distintas y autónomas de la tutela jurisdiccional de los
derechos. cada una con una función y una forma de operar distinta al
interior del sistema del proceso civil(4).
51. Autonomía de la tutela ejecutiva.
El proceso de ejecución como conjunto de actos del órgano jurisdiccional
dirigidos a la satisfacción de los intereses del derecho habiente
constituye. como ya lo dijimos, una forma de tutela autónoma y distinta
de las demás formas de tutela jurisdiccional. Como dice CARNELUTTI
"estatuir lo que debe ser, corresponde a la cognición; convertir lo que
debe ser en ser, es el cometido de la ejecución"(5).
l. Título ejecutivo;
2. Título de ejecución".
Sin embargo, como ya lo dijimos (retro 60) se renunció a dar un
tratamiento unitario a todos los títulos a los cuales simplemente se les
debió llamar títulos ejecutivos, máxime que el propio Código les reconoce
a ambas categorías de títulos (ejecutivos y de ejecución) en su art. 689
"requisitos comunes-, sobre los cuales hablaremos más adelante.
Ugo Rocco considera que "es necesario observar que un derecho puede
ser cierto, es decir, resultante de un documento que consagre la certeza,
pero no ser líquido. La iliquidez importa que el derecho, si bien es cierto,
o presuntamente cierto, en su existencia, sea en cambio incierto en su
calidad y cantidad, y en tal sentido se debe proceder a su determinación
cualitativa y cuantitativa. El concepto de exigibilidad, importa en cambio
que el derecho, si bien siendo liquido no sea sometido en su ejercicio a
hechos, eventos o actos que impidan el ejercicio mismo".
Para SATTA "la certeza de1 derecho debe ser valorada antes que nada
en relación al objeto que resulte del título. Una sentencia que condenare
alternativamente a dos prestaciones no sería exigible antes de la
elección, o cuando el deudor está aún dentro del plazo para hacer la
elección. Igualmente, faltaría la certeza si el derecho del ejecutante fuera
condicionado al cumplimiento de su prestación y cuando ésta no resulta
cumplida. En segundo lugar, la certeza debe ser valorada en relación a
los sujetos. Un titulo del cual no resultase claramente quien sea el deudor
no sería exigible. En cuanto a la liquidez dice el maestro sardo: "la
liquidez es la valoración en dinero del titulo, mientras que la exigibilidad
debe ser entendida con referencia a la ausencia de todo plazo o
condición, en el momento en el que se ejercita la acción.
CIERTA Una obligación cierta es aquella que no ofrece dudas sobre sus
elementos objetivos y subjetivos. En tal sentido. estaremos ante una
obligación cierta cuando su objeto (prestación) esté señalado en el titulo.
No lo será cuando el titulo contenga obligaciones alternativas o cuando
estemos en presencia de obligaciones de dar bienes ciertos sólo en su
especie y cantidad. En ambos casos para que estemos ante un título
perfecto es necesario
integrarlo con el acto de elección(27). En igual sentido, la certeza
comprende también la determinación de los sujetos de la obligación,
acreedor y deudor, que deben estar perfectamente señalados en el titulo.
(27). Como veremos más adelante, el Código no ha previsto la posibilidad de integrar antes del despacho
del mandato ejecutivo los elementos faltantes del titulo ejecutivo, cuando estemos en presencia de
obligaciones alternativas o de dar bienes ciertos sólo en su especie y cantidad. Sobre el tema véase ínfra
105 Y ss.
EXPRESA. En realidad este requisito del titulo fue tomado del Código
colombiano y se incluyó para reforzar el elemento certeza. Una
obligación sería expresa cuando figura en el titulo mismo y no sea el
resultado de una presunción legal o una interpretación de algún precepto
normativo.
(30). La fuente probable de la distinción legislativa es un famoso estudio de LIEBMAN intitulado "Sobre el
juicio ejecutivo" que el desaparecido maestro publicara en los Estudios en honor a ALSINA en 1946,
estudio que tanto hemos citado en el presente trabajo. En él, LIEBMAN para clarificarnos (a nosotros
latinoamericanos) la diferencia entre el juicio ejecutivo hispánico y el proceso de ejecución europeo hace
la diferencia entre títulos ejecutivos y títulos ejecutorios. Ello no autorizaba que en una construcción ex-
navo del proceso de ejecución a la luz de la doctrina y legislación comparada moderna se reincidiera en
aquello que para nosotros es un error: el dualismo de títulos y el dualismo de procesos, cuando ambos
(titulos y procesos) cumplen la misma función dentro del sistema procesal.
(32). La tutela de condena, como ya lo expresamos en la nota 3 del capitulo anterior, cumple dentro del sistema jurídico
una función importantísima. Tradicionalmente se asignó a esta forma de tutela una función meramente represiva en
cuanto constituía el medio para eliminar los efectos de la violación de un derecho subjetivo, ofreciendo a su titular el
título idóneo (a sentencia) para obtener trámite el proceso de ejecución, la misma utilidad práctica que le era
garantizada por el derecho sustancial. Hoy la tutela de condena ha ampliado sus horizontes y no sólo cumple esta
función represiva, sino, además, una función preventiva (y por ello se habla de una tutela jurisdiccional preventiva) en
cuanto su objeto puede ser el evitar que la violación se produzca [induciendo al obligado a cumplir espontáneamente
su prestación) o bien evitar que la violación ya cumplida se repita (función que cumplen las denominadas acciones
inhibitorias). También cumple una función preventiva en sentido lato la denominada condena a futuro que tiene por
objeto anticiparle al titular del derecho el titulo ejecutivo para el supuesto en que la violación de su derecho se verifique
luego sobre todos estos aspectos de la tutela de condena, cfr. PROTO PISANI Appunti sulla tutela di condanna. cit.;
igualmente RAPISARDA CRISTINA: Premesse allo studio della tutela civile preventiva. en la Rivista di diritto
processuale. 1980. pág. 92 a 154 (más ampliamente en Profili della tutela civile inhibitoria, CEDAM, Padova, 1987).
Ello resulta evidente si tenemos en cuenta que el titulo debe contener
una obligación cierta. expresa, exigible y líquida, en los términos que
hemos visto en los parágrafos anteriores.
Dentro de este supuesto debemos incluir a las sentencias extranjeras de
condena reconocidas en el Perú (art. 719 CPC).
ab. Las sentencias en cuanto a la condena en costas y costos. Como
regla general establecida en el art. 122 inc. 6º Cpc toda sentencia debe
contener la condena en costas y costos (salvo las excepciones
establecidas en el art. 413 Cpc.). Es así que toda sentencia, sea esta
desestimatoria (o sea que declara infundada la demanda), meramente
declarativa o constitutiva, puede ser considerada titulo ejecutivo si
contiene la condena en costas y costos.
b. Los autos.
Tal como lo establece el párrafo segundo del art. 121 del Cpc, mediante
los autos el juez resuelve la admisibilidad o el rechazo de la demanda o
de la reconvención, el saneamiento, interrupción, conclusión y las formas
de conclusión especial del proceso: "el concesorio o denegatorio de los
medios impugnatorios, la admisión, improcedencia o modificación de
medidas cautelares y las demás decisiones que requieran motivación
para su pronunciamiento". De esta larga lista podemos incluir, a nuestro
parecer, los siguientes supuestos:
c. Los decretos.
71. Requisitos formales para que las resoluciones judiciales firmes sean
título ejecutivo.
(33). A modo de ejemplo nos permitimos transcribir el art. 475 del Código italiano que a la letra establece:
"Las sentencias y las otras resoluciones de la autoridad judicial y los actos recibidos por notario o por otro
oficial público, para valer como titulo para la ejecución forzada, deben estar premunidos de la fórmula
ejecutiva, salvo que la ley disponga cosa distinta. La expedición del titulo en forma ejecutiva puede
hacerse solamente a la parte a favor del cual fue pronunciada la resolución o estipulada la obligación, o a
sus sucesores, con la indicación al pie de la persona a la cual fue expedida. La expedición en forma
ejecutiva consiste en el encabezado "República Italiana - En nombre de la ley" y con la colocación por
parte del Secretario (Cancelliere) o del notario o de otro oficial público, en el original o en la copia de la
siguiente fórmula: "Mandamos a todos los oficiales judiciales que sean requeridos y a quien corresponda,
lleven a ejecución el presente título, al Ministerio Público prestar asistencia y a la fuerza pública acudir
cuando sea legalmente requerida".
No está demás decir que el origen de esta fórmula es francés, por cuanto como ya hemos visto, la
ejecución no era realizada por un juez sino por su auxiliar.
Pero, si bien no existe una formalidad específica. para que una resolución judicial pueda ser titulo
ejecutivo desde el punto de vista formal, debe reunir aquellos requisitos que la ley prescribe para la
validez de la resolución misma y que están contenidos en el art. 122 del Cpc. No debe olvidarse que una
sentencia es también un documento que necesariamente debe ser escrito (34) y que debe estar suscrito
por el Juez y el Auxiliar jurisdiccional, lo que le dala calidad de documento público (art. 235 inc. 1 Cpc.)
(34). El que la sentencia deba revestir la forma escrita es indudable. Sin embargo, hay que observar que
el Código no ha previsto expresamente la hipótesis en la cual la sentencia sea pronunciada en audiencia.
Es lógico que cuando esto ocurre (como en los procesos sumarisimos o en los no contenciosos) la
sentencia deba ser insertada en el acta de la audiencia, observándose los requisitos del art. 122 Cpc.
Hubiera sido oportuno establecerlo expresamente, tal como lo hace el art. 197 del Código uruguayo, el
que establece: "Cuando se pronuncie (la sentencia) en audiencia se insertará en el acta respectiva.
Ahora bien, para que una resolución judicial (las que hemos reseñado) pueda ser título ejecutivo, debe ser
firme, es decir, debe haber cosa juzgada en sentido formal (art. 123 primer párrafo Cpc.). y en tal sentido
debe haber una constancia de que la resolución ha quedado consentida o ejecutoriada.
Tratándose de resoluciones judiciales extranjeras. el titulo ejecutivo estará constituido por la copia
certificada del expediente, tal como lo señala el art. 840 Cpc.
El inc. 2° del art. 701 Cpc establece que son títulos de ejecución los
laudos arbitrales firmes. Dicha norma debe concordarse con la del art. 83
de la Ley General de Arbitraje que establece "El laudo arbitral consentido
o ejecutoriado tiene valor equivalente al de una sentencia y es eficaz y de
obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes", y el art. 84
que establece que -"el laudo se ejecutará como una sentencia". Teniendo
el laudo arbitral en nuestro sistema los mismos efectos que una
sentencia. y entre ellos el efecto ejecutivo, resulta indudable su
colocación entre los títulos judiciales.
En cuanto al aspecto formal. el título ejecutivo estará constituido por
copia del laudo de primera instancia arbitral, del laudo en segunda
instancia arbitral o de la sentencia judicial que resuelva la apelación o de
la sentencia judicial que resuelva la anulación (art. 85 L.G.A.).
Señala LIEBMAN que -"la categoría de los títulos ejecutivos está formada
sobre la base de una valoración de la ley en torno a su idoneidad para
proporcionar una adecuada garantía de la existencia del crédito"; la
ejecución se ha formado por la ley como un procedimiento cerrado y
perfecto en sí del cual queda excluida toda indagación de fondo, que
camina inexorablemente por su vía, como si no existiese incertidumbre
alguna sobre su legitimidad; y al mismo tiempo queda a salvo la
posibilidad de que desde el exterior (esto es con un especial y autónomo
proceso de cognición (que se llama oposición) sobrevenga la orden de
detenerse y, eventualmente, de restablecer el estado anterior de cosas.
El modo más simple para alcanzar este resultado consistiría en
establecer que la ejecución se pudiera pedir solamente sobre la base de
una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada; la ejecución
"resultaría" fundada así sobre la plena constatación de la existencia del
derecho, y la hipótesis de que, no obstante esto, pudiera resultar
injustificada, quedaria reducida al caso marginal de una extinción del
derecho posterior a la formación de la cosa juzgada. Pero ocurre que la
Ley ha debido tener en cuenta otra exigencia, esto es, la de hacer más
rápida la tutela de los derechos del acreedor y le ha atribuido por esto la
posibilidad de pedir la ejecución también en muchos casos en los que no
hay una verdadera declaración de certeza del derecho, si bien de este
modo resulte aumentado el riesgo de emprender una ejecución
injustificada. Por estas razones es que existen títulos ejecutivos
extrajudiciales, razones, eminentemente prácticas nacidas de la
necesidad de posibilitar al acreedor ingresar a la ejecución sin una previa
cognición judicial.
Un procedimentalista español al comentar la LEC nos ofrece una
interesante definición sobre el titulo ejecutivo extra judicial: dice
VICENTE AMAT "lo que la ley llama títulos que tienen aparejada
ejecución son verdaderas sentencias firmadas por el juez menos
recusable, por el deudor mismo; el que firma una escritura o póliza
mercantil, el que escribe un pagaré o acepta una letra de cambio, el que
confiesa una deuda o emite titulos nominativos o al portador
representativos de obligaciones firma su propia sentencia: se condena a
sí mismo a pagarlos, en tal concepto, es en principio innecesaria la
sentencia del juez, y lo sería completamente, si la obligación primitiva no
pudiera ser modificada o extinguida por hechos posteriores; el hecho de
haberse emitido el documento y el obrar éste en poder del acreedor que
lo presenta ante el juzgado, le dan el carácter de verdadera sentencia,
hija de la voluntad de las partes, y ante ella el principal deber de los
tribunales es hacerla efectiva. El definir al titulo ejecutivo extrajudicial
como la sentencia firmada por el propio deudor no deja de ser más que
una metáfora y que nos revela el origen histórico de los titulos "con
ejecución aparejada, como documentos parificados en su valor a las
sentencias judiciales.
Si revisamos el art. 693 del Cpc y lo confrontamos con el art. 2° del D.L.
20236 que regulaba el juicio ejecutivo, nos daremos cuenta que no se
trata más de una versión "corregida y reducida" de la normativa anterior,
manteniendo buena parte de los errores
y defectos de dicha normativa. por los fundamentos que siguen.
La Ley de Títulos Valores anterior, señalaba lo siguiente: Para que los documentos cambiarios tengan
calidad de titulos valores deben reunir los requisitos que expresamente señala la ley, caso contrario
pierden su carácter de tal (art. 10 de LTV). Así la letra de cambio deberá reunir los requisitos indicados en
el art. 1º LTV, el pagaré y el vale a la orden los indicados en el art. 129 LTV y el cheque los señalados en
el art: 136 LTV. De no reunir el documento dichos requisitos no estaremos en presencia de un titulo valor y
en consecuencia, tampoco de un titulo ejecutivo. Pero nuestra ley procesal agrega que sólo seran titulos
ejecutivos las letras, vales a la orden o pagarés debidamente protestados, o los cheques con la
constancia de devolución por falta de fondos o por cuenta cerrada o protesto, agregados estos totalmente
innecesarios, por cuanto es la propia ley de títulos valores la que establece que para el ejercicio de las
acciones cambiarias es preciso el protesto o la comprobación puesta por el Banco (art. 124 y 174 LTV). El
requisito del protesto o la comprobación puesta por el banco constituye un presupuesto para exigir
judicialmente el cumplimiento de la obligación contenida en el Título (vía las denominadas acciones
cambiarias) exigida por la propia ley sustancial, por lo que su inclusión en la previsión legal, lo repetimos,
resulta innecesaria.
El nuevo Código en decisión acertada ha eliminado la irracional norma contenida en el inc. lº del art. 8 del
D.L. 20236 que privaba de "mérito ejecutivo" a los títulos "fundados en protesto a los seis meses de
verificada dicha diligencia." Dicha norma carecía de justificación de todo orden y conducía a resultados
absurdos; así, por ejemplo, si la acción cambiaria directa prescribía ( y prescribe) a los tres años de su
vencimiento (art. 199 LTV) el tenedor del titulo, una vez protestado éste, sólo podía ejercitar su acción
cambiaría en la vía ejecutiva dentro de los seis meses, vencidos los cuales o recurría a un reconocimiento
en diligencia preparatoria (art. 9º del D.L. 20236) o tenía que recurrir a la vía ordinaria o de menor cuantía
según el monto de la obligación. No existía ninguna razón para otorgar al titulo valor la calidad de titulo
ejecutivo y luego privársela a los seis meses del protestó. Dichas absurdas disposiciones del
ordenamiento procesal derogado establecían un plazo de prescripción de la acción ejecutiva (seis meses
para los títulos fundados en protesto y diez anos para los demás.
Art. 8º del D.L. 20236) distinto del establecido en la ley sustancial.(39) creándose sobre el particular toda
una "entelequia" en nuestra árida doctrina que creía ver en ello la consagración de la distinción entre
acción y derecho sustancial.(40)
(39). Recuérdese que cuando entró en vigencia el D.L. 20236 (por no hablar del texto original del Cpc de
1912 que contenía la misma norma) estaba vigente el Código Civil de 1936 que establecía como plazo de
prescripción de las "acciones personales", quince años.
(40). Téngase presente que en nuestra doctrina civilista se ha elevado a "dogma" el que "las acciones
prescriben, los derechos caducan" (cfr. FERNANDO VIDAL RAMIREZ: La prescripción y la caducidad en
el Código Civil Peruano, Cultural Cuzco S,A., Lima, 1985); en realidad para nosotros el objeto de la
prescripción es la situación jurídica sustancial deducida en el proceso y nunca fa relativa acción.
Tal arbitraria limitación temporal ha desaparecido y con ello todas las dudas hermenéuticas respectivas.
En conclusión, los títulos valores constituyen documentos que por su función económica merecen ser
considerados como títulos ejecutivos, permitiéndose de esta forma al titular del derecho incorporado al
documento, entrar directamente a la ejecución sin una previa cognición judicial sobre la existencia del
derecho mismo.
77. Sigue. Copia certificada de la prueba anticipada que contiene un
documento privado reconocido.
¿Esta era la única solución pensable? Consideramos que no. Otra opción
hubiera podido ser conceder eficacia ejecutiva al documento privado con
firmas legalizadas ante notario o firmada por testigos. Pero, es esta una
solución acertada? Tendrá la suficiente certeza de autenticidad ese
documento? COUTURE señalaba en relación a la certificación notarial de
un documento privado que .la sola ingerencia del escribano en un
instrumento no da por sí sola la calidad de plena fe. Por ejemplo: se
otorga un contrato de mutuo entre Ticio y Cayo; sus firmas son
certificadas al pie del
propio instrumento por el escribano. Aparentemente, todos los elementos
de la plena fe se hayan reunidos: instrumento, otorgamiento, fecha, firma
y autenticidad. Sin embargo, no ocurre tal cosa; ni el documento es
auténtico, ni tiene fecha cierta. El documento no es auténtico, porque la
autenticidad no se la da la certificación. Esa constancia, en el ejemplo,
sólo constituirá el añadido de un testigo respetable, pero no le brinda
autenticidad. Esta sólo habrá de brindársela el reconocimiento judicial del
documento. Coincidimos con el maestro uruguayo, pero, entonces ¿Qué
hacer? ¿Tendremos que seguir consagrando que la calidad de titulo
ejecutivo se la da al documento privado su reconocimiento judicial?
Creemos que no, existe otra salida: el proceso monitorio.
Al respecto se preguntaba EDUARDO GUTIERREZ DE CABIEDES:
¿Seria oportuno en España implantar el proceso monitorio?,
contestándose: "Por nuestra parte no dudamos en afirmar que seria muy
útil, por no decir, necesaria la puesta en vigor del proceso monitorio de
una manera clara y sin equívocos en nuestro ordenamiento, agregando
luego que en una construcción procesal dogmática (ex novo) de la
ejecución podria realizarse un tratamiento sistemático y unitario de la
misma, donde quizá desapareciesen algunos titulas ejecutivos y
quedase una "ejecución pura" en base a la sentencia de condena y algún
titulo privilegiado, como la letra de cambio y la escritura pública notarial.
Ello potenciaría la necesidad del proceso monitorio, que vendría exigido
en aquellos casos de pretensiones que no están incorporadas a un titulo
ejecutivo, sino que precisamente esperan a convertirse en tales,
mediante este proceso. Compartimos plenamente la inquietud del
profesor español, y esa era en nuestra opinión la dirección a seguir en la
reforma del ordenamiento procesal peruano.
El proceso monitorio se presenta como uno de los esquemas
procedimentales más idóneos para la tramitación de las pretensiones de
condena sustentadas en documentos privados, con la finalidad de que el
demandante obtenga de la forma más rápida posible un titulo ejecutivo
judicial. Este es el modelo de proceso monitorio que proponemos:
l. Todo aquel que tenga una pretensión de condena derivada de un
documento que no reúna los requisitos formales para ser un título
ejecutivo, podrá al demandar, solicitar al juez que se dicte un mandato
condicionado de pago contra el deudor demandado.
2. El objeto de la condena puede ser cualquier obligación: dar sumas de
dinero, dar bienes determinados, muebles o inmuebles, hacer o no hacer,
pero siempre y cuando esta obligación esté contenida en el documento.
La obligación contenida en el documento debe ser cierta, expresa y
exigible. Cuando se trate de obligaciones de dar sumas de dinero debe
ser además líquida. Vale decir, los mismos requisitos sustanciales del
título ejecutivo. puesto que en este caso lo que le falta al documento para
ser titulo ejecutivo no es un requisito sustancial, sino un requisito formal.
3. El juez debe analizar el documento y si reúne los requisitos
sustanciales enunciados dictará un mandato condicionado de pago,
inaudita altera parte, el cual debe contener la intimación de pago del
deudor y que en su defecto, se oponga. Vale decir, pague u opóngase.
En la posibilidad de oposición está la condición del mandato.
4. Si el intimado no se opone, el mandato adquiere inmediatamente de
vencido el plazo para oponerse, los efectos de una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada.
5. Si el intimado se opone, el proceso especial decae, teniendo el
mandato de pago los mismos efectos de un emplazamiento para
contestar la demanda, y en tal sentido, el demandado al oponerse deberá
inmediatamente contestar la demanda, conforme a las previsiones del
proceso de cognición (conocimiento abreviado o sumarísimo). Vale decir,
que si el intimado se opone, se pasa del proceso especial de cognición al
proceso "ordinario" de cognición (en donde ordinario debe entenderse
como "normal").
De esta forma combinamos la estructura del proceso monitorio
documental con la estructura del proceso monitorio puro, estableciendo
que el proceso monitorio se puede iniciar, sólo cuando se tenga un
documento. pero regulando los actos subsiguientes, conforme a las más
clásicas caracteristicas del proceso monitorio puro, o sea, que la falta de
oposición da al mandato de pago los mismos efectos que una sentencia
de condena, y en cambio, la oposición determina el paso del proceso
especial al proceso ordinario de cognición, y en tal sentido, objeto de la
cognición no serán los hechos alegados por el intimado en la oposición,
sino da los hechos en que funda el actor su pretensión de condena.
De esta forma habremos acomodado el proceso monitorio a nuestras
necesidades, y le proporcionamos al acreedor que funda su pretensión
de condena en un documento privado, una vía fulminante para obtener
un titulo ejecutivo judicial, que no es otro que el mandato condicionado
de pago consentido. Con ello nos evitamos la denominada "prueba
anticipada" cuya finalidad se reduce a autenticar el acto, y una vez
verificada, sólo otorga al acreedor un titulo ejecutivo extra judicial.
Si en cambio optamos por derivar esos documentos al proceso monitorio,
tendriamos que si el intimado no se opone al mandato, tendría la misma
eficacia que una sentencia pasada en cosa juzgada, y por lo tanto
estaríamos ante un título judicial. En cambio, si el intimado se opone, se
ingresa a un proceso de cognición amplio, que concluiría con una
sentencia que determinaría la certeza de la existencia o no de la
obligación, y, en el primer caso, la consiguiente condena.
Como nosotros consideramos que un documento privado no ofrece la
suficiente certeza de su autencidad, no lo consideramos idóneo para
tener eficacia ejecutiva, y para autorizar al acreedor el ejercicio de la
pretensión ejecutiva, la que tiene tan graves consecuencias sobre el
patrimonio del deudor. Por ello proponemos la introducción en nuestro
sistema el proceso monitorio, en el cual la apuesta es que el intimado no
se oponga, y si lo hace, pues será motivo para que luego de la cognición
el juez declare la existencia o no de la obligación en forma definitiva.
Sobre cómo operaria en la práctica de nuestro pais el proceso monitorio,
es dificil de predecir, pero lo que sí podemos decir es que ha sido exitoso
en todos los paises en los que se ha aplicado y aplica. Sobre el punto es
bueno recordar a CHIOVENDA cuando decía: "Sobre la utilidad y el
regular funcionamiento de la institución no es posible, por lo demás,
hacer indicaciones o apreciaciones de orden general, pudiendo dar
resultados bastante diversos en los distintos países. Para que una
institución sea útil es necesario que se pueda contar con la normal
escasez de pretensiones infundadas y de oposiciones dilatorias, como
esperar que el número de oposiciones sea pequeño con relación a los
mandatos de pago dictados; por lo demás, dada la libertad de provocar
órdenes de pago, por una parte, y por la otra la libertad de privarles de
valor con la simple oposición, el proceso monitorio puede ser fácil
instrumento de vejaciones, o bien causa de inútiles complicaciones
procesales. Según estadísticas austriacas, la relación entre oposiciones y
los mandatos de pago es de 13 a 100. aproximadamente, como media,
pero en los distintos países, el porcentaje oscila del 21 por 100 al 9 por
100 aproximadamente.(45)
45. CHIOVENDA. Instituciones. cit.. Tomo 1, pág. 300. De estas palabras de CHIOVENDA no debe
interpretarse que el maestro italiano fuera un escéptico del proceso monitorio. Todo lo contrario, era uno
de sus más
entusiastas sostenedores. Así véase los articulos 197 a 204 de su proyecto. y el § 155 Y ss. de la
Relación al mismo. Cfr. En Relación sobre el proyecto de reforma del procedimiento elaborado por la
Comisión Postguerra, en Ensayos de Derecho Procesal Civil, Tomo n. págs. 346347.462 a 466. Ejea.
Buenos Aires. 1949.
(47). Cabe resaltar que la "declaración de parte" consagrada por nuestro (para algunos) "modemisimo"
Código. es la declaración de parte más formalizada y ritual que hayamos visto en la legislación
comparada., con pliego interrogatorio dividido en "posiciones" presentadas por las partes. pliego con
limitación de preguntas en donde las respuestas deben ser categóricas, distando mucho de ser una
prueba flexible propia de los procesos orales en los que el juez puede interrogar libremente a las partes.
sin las ataduras de un pliego interrogatorio formal tratando de extraer de las partes mismas. la mayor
cantidad de información posible. a fin de llegar a la verdad. Como decía CAPPElLETn~ sin interrogatorio
libre de las partes a efectos probatorios no hay un verdadero proceso oral (cfr. La testimonianza deUa
parte nel sistema dell'oralítá. GiuITré. Milano. 1962).
(48). Decir que el juez puede apreciar la conducta evasiva o rebelde del declarante al momento de
resolver es no decir nada. En realidad nuestro legislador al querer suprimir todo criterio de valoración legal
de la prueba. terminó por consagrar normas vacías de contenido. Bien se pudo establecer que en estos
supuestos se presumen ciertos los hechos afirmados por la contraparte.
49. Las vacilaciones de nuestro legislador procesal sobre la transacción se hacen evidentes cuando
observamos que en el texto primigenio del Código no se regularon los requisitos para la procedencia de la
excepción de transacción. Fue sólo con el D.L. 25940 que se incluyó dentro de los supuestos del art. 453
a la transacción, pero sólo se pensó en la transacción judicial, pues expresamente dice: "Son fundadas
las excepciones de conclusión del proceso por conciliaéión o transacción, cuando se inicia un proceso
idéntico a otro en que las partes conciliaron o transigieron". Quid de la transacción extrajudicial. ¿Podrá
hacerse valer como excepción? Si pese a existir una transacción sobre un asunto dudoso o litigioso. una
de las partes decide iniciar un proceso sobre dicho "asunto" ¿podrá la otra hacer valer dicho hecho como
argumento para una excepción?
Dada la regulación taxativa de las excepciones no se podría. puesto que el inc. 10 del art. 446 del Cpc
hace referencia al supuesto de conclusión del proceso por transacción. Luego, sólo podría hacerse valer
como defensa de fondo, como hecho extintivo o modificativo del derecho del actor, que fundamenta su
pretensión. El Código derogado era más claro, pues en su art. 317 establecía que para la excepción de
transacción se requería que "las personas sean las mismas que transigieron" y que "la causa o acción y la
cosa u objeto sean Idénticos" (o sea, para decido con una terminología más adecuada, que el título y la
causa petendi sean los mismos).
Así las cosas, resulta que nuestro Código permite a quienes hayan transado un asunto dudoso o litigioso
y luego hayan incumplido los acuerdos a que hayan llegado entrar de frente al proceso ejecutivo, aunque
tal acto sólo esté contenido en un documento privado, lo que no nos parece que sea la solución más
conveniente, pues por más transacción de que se trate. y aún cuando el Código Civil sólo exija como
formalidad para su validez el que esté documentado por escrito (art. 1304), dicho documento no ofrece la
suficiente certeza de autenticidad para darle la categoría de titulo ejecutivo.
Con buen criterio el inc. 7 del artículo 693 consagra como título ejecutivo
al testimonio de escritura publica a diferencia del inc. 2º del art. 2º del
D.L. 20236 (art. 591 inc. 2º del texto original del Cpc de 1912) que
otorgaba la calidad de "título que apareja ejecución", en general a los
instrumentos públicos. Ya en su tiempo, JULIAN GUILLERMO ROMERO
sostenía que "no es posible que la ley se refiera a todos los instrumentos
enumerados en el Art. 400, sino a los que contengan obligación de deber
cosa cierta, o cantidad líquida exequible y no prescrita. Los documentos
expedidos o autorizados por los funcionarios públicos en ejercicio de sus
atribuciones que no contengan esa obligación de deber, sino que se
refieran a otra clase de Actos y las partidas de nacimiento, matrimonio y
defunción extendidas en los Registros del Estado Civil o en libros
parroquiales, son instrumentos públicos que hacen fe y prueba de los
hechos a que se contraen; pero no están destinados por sí solos a
motivar ejecuciones desde que no tienen por objeto esencial declarar o
reconocer obligaciones susceptibles de hacerse efectivas en la vía
ejecutiva. Si no todos los instrumentos públicos son capaces de producir
efecto semejante, bien puede afirmarse que era vías adecuada la fórmula
del Código anterior donde se aludía, no a los instrumentos públicos en
general, como lo hace el vigente, sino a los que contuvieran obligación
cierta de deuda y fueran otorgados por persona capaz"(52)
52: JUAN GUILLERMO ROMERO, Estudios de Legislación Procesal cit. Tomo IV, pág.
455 - 456.
LA PRETENSION EJECUTIVA
Hubiera sido muy oportuno que el artículo 690 Cpc regulara este
supuesto. consagrando con precisión que también tienen legitimación
ejecutiva los causahabientes, ya sea a titulo universal o particular por
acto inier vivos o mortis causa, con la única carga de probar in limine la
causa de la traslación del derecho o de la obligación en forma fehaciente
(por ejemplo. con el testimonio del testamento, o con la sentencia de
sucesión intestada, o con el testimonio de la escritura pública de fusión
de sociedades, o copia certificada del reconocimiento de un documento
privado que contiene una cesión de derechos; en este caso sí se
justificaría la prueba anticipada. etc.)
CAPITULO IV
ORGANO DE LA EJECUCION
Decía CHIOVENDA con acierto que -La ejecución forzada fonna parte de
la jurisdicción, constituyendo el complemento necesario de la actuación
de la voluntad de la ley, finalidad de la jurisdicción y del proceso civil. l.
Por su parte, y bajo otra óptica, CARNELUTTI 1. quien inicialmente le
negaba al proceso de ejecución su jurisdiccionalidad, señalaba
bellamente en su Derecho y Proceso: -Quien contempla el símbolo de la
justicia. compuesto por la balanza y la espada. está tentado a
interpretado en el sentido de que los dos símbolos representen.
respectivamente, la convicción y la ejecución; yo mismo he dicho varias
veces que la figura típica del proceso cognitivo es el juez, y la figura
típica del proceso ejecutivo es el verdugo: el juez condena y el verdugo
ejecuta. Pero ¿por qué razón, apenas el proceso penal supera la fase
primitiva, un juez o, al menos, unmagistrado asiste a la ejecución capital?
El verdugo es el brazo que maneja el hacha. pero, en verdad, es el juez
quien. valiéndose de aquel brazo, mata. Si de este paradigma que he
sacado del derecho penal p!fra darle un carácter más categórico al
discurso. volvemos a la materia civil, basta un conocimiento superficial
del código para mostrar que es siempre "el juez la figura central del oficio
judicial, también cuando prevé a la ejecución. La verdad es que, si se
reflexiona bien, adecuación del hecho al
derecho y adecuación del derecho al hecho implican igualmente el
juicio; se trata siempre de la confrontación del hecho con la hipótesis
legal. Aun cuando con el fallo la lexgeneralis se comierta en lex specialis,
ésta seresuelve invariablemente en una hipótesis, o sea en una
representación y por eso en un empobrecimiento del hecho. Cuando el
fallo dice que Ticio es deudor de ciento frente a Cayo, aun cuando Ticio y
Cayo ocupen el lugar del -quienquiera" característico de la lex genera lis,
éstas son palabras, o sea, conceptos y no hechos, así un abstracto, y no
un concreto. El proceso de cognición reduce los hechos a palabras. Hace
falta, después de
esto. si no basta el proceso de cognición, reducir las palabras a
hechos; una vez más el mecanismo que produce este milagro es el
juicio". finalizando el maestro udinés: .No sólo opera pues en el proceso
de cognición la potestad jurisdiccional, sino que opera propiamente del
mismo modo; es necesario que el juez super partes. lo mismo que ha
dicho en el proceso de cognición: -este hecho corresponde a esta
hipótesis", diga así en el proceso de ejecución: .a esta hipótesis
corresponde este hecho". El segundo
juicio debe imponerse a las partes por la misma razón y por el mismo
modo con que se impone el primero; las partes están sujetas al uno y al
otro en el sentido de que un juicio diverso suyo no tiene eficacia
alguna"2.
Efectivamente. la ejecución forzada que se actúa en el proceso de
ejecución no es sino una de las formas de tutela jurisdiccional de los
derechos, y como tal. sólo un órgano jurisdiccional puede efectuada.
CAPITULO I
3. MOACYR AMAAAL SANtos. oh. cit.. Vol. III. pago 222 - 223.
lenta la tutela del derecho del acreedor. Se presenta, por ello, necesario
encontrar un compromiso entre estas dos exigencias contradictorias y
reconocer a la sentencia. eficacia ejecutiva también antes de su paso en
cosa juzgada. pero cuando son ya escasas las probabilidades de una
reforma de la sentencia. o cuando del retardo puedan derivar particulares
peligros para la
integridad del derecho. Para atenuar los inconvenientes que.
puedan derivar de la anticipada ejecutividad de la sentencia, puede servir
la obligación para el acreedor de ofrecer una caución, que sirva para
cubrir los daños que podrian ser causados injustamente en caso que la
sentencia, de la cual él obtiene la ejecución. sea sucesivamente
reforrltada o anulada. Viceversa. la ejecución anticipada puede ser
útilmente substituida por las. garantías ofrecidas por el deudor. o bien
obtenidas contra él por el acreedor.19.
19. UEBMAN: 1 presupposti deU' esecuzionejorzata. cit.. pág. 348.
20. CARNEL\ITIl: Instituciones del proceso civil, Tomo II. pág. 136 - 137. Ejea,
Buenos Aires. 1959.
21. FRANCO LANCELLOTI1: Esecuzione provvisoria. en el Novissimo Digesto
Italiano. Vol. VI, pág. 789. UTET. Torino, 1960.
22. LANcELLOTII.ob. cit.. pág. 790. la última reforma del Código procesal italiano operada con la Ley 353 del 26 de
noviembre de 1990 y que entró en vigencia ello de enero de 1993 ha modificado sustancialmente el régimen de la
ejecución provisional. En efecto. según el texto original del art. 282 Cpc italiano a instancia de p?Jie. la sentencia
apelable podia ser declarada provisionalmente ejecutiva. con caución o sin ella, si la demanda se fundaba en acto
público, documento privado reconocido o sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada o bien cuando habia peligro
en el retardo.Hoy el nuevo artículo 282 establece: "La sentencia de primer grado es provisionalmente ejecutiva entre
las partes", Con ello se ha pasado de un régimen d~ ejecución ope
judicis a un régimen de ejecución ope legis, en cuanto a todas las sentencias de priIbera inst~<¡:ia (~at\l.r:almente
todas las sentencias de condena)~ Ello' ha sido posible por cuanto se ha modificado
b. Es potestad 'del juez a quo o bien del juez a tIuem (cuando no se pidió
oportunamente o cuando el a quo la denegó) concederla cuando a su
criterio exista peligro que la demora del proceso en sede recursiva pueda
afectar la efectiva satisfacción del derecho del vencedor;
27. Consideran a la ejecución provisional como medida cautelar CHlOVENDA (en sus Instituciones) y
CALAMANDREI (Introducción al estudio sistemático). En esa línea GIANCARLO GIANNOZZl señala que
en el caso de la provisoria ejecución de la resolución de condena se está en el campo de la tutela
cautelar, porque .no se anticipan o posticipan los efectos sustanciales de la condena, sino solamente se
anticipa la ejecución justamente con fInes cautelares.. (Appunti perun corso di diritto processuaIe dvile,
Giuffré, Milano, 1980, pág. 22).
28. Niegan que se pueda atribuir al instituto en examen, naturaleza cautelar, entre otros, BETIl (Diri1to
processuaIe dvile italiano, Roma, 1936, 2da edición, pago 571) para quien faltaria en la ejecución
provisional el carácter de instrurnentalidad; CRlSTOFlLONI (Il procedimiento d' ingiunzione, Roma, 1931,
pago 11) porque no se limita a asegurar la posibilidad de realización, en el caso que la resolución
defmitiva tenga que sobrevenirle; ALLoRlO (Per una nozione del processo caute/are, en la Rivista di diritto
processuale cívile. 1936, pago 18) porque le falta aquella
mayor tenuidad que caracteriza la sanción cautelar, en relación a
aquella principal; Vco Rocco (Tratatto, cit., Tomo V, pág. 128-129) para quien la finalidad del
procedimiento de ejecución provisional no consiste en evitar el pretendido .peligro en el retardo de la
resolución defmitiva", en el evitar que en el espacio temporal que corre entre la declaración contenida, en
la sentencia de primera instancia y aquella contenida en la de segunda se pueda verificar un evento que
destruya o disminuya los intereses stistanciales. sobre los cuales ha sido declarada la tutela en la
sentencia de primera instancia, sino sólo en el posibilitar la realiza~ión coactiva de tales intereses,
derogando el principio general de lc\ no ejecutividad de la sentencia de primera instancia.
CAPITULO II
Sin duda alguna si hay algo que no puede faltar cuando se interpone una
demanda ejecutiva: el título ejecutivo. "Sin acompañar el título ejecutivo
-dice SERRA DOMINGUEZ- la demanda es totalmente inadmisible" 10.
Esta regla. en nuestro concepto y únicamente por razones prácticas
admite una excepción: cuando la pretensión ejecutiva tenga por causa
una resolución judicial (sentencia) por una simple razón: porque el
documento original (sentencia) consentida o ejecutoriada se encuentra
ya en el expediente. y en este caso. no nos parece errado. que la
ejecución se demande y prosiga fisicamente en el mismo expediente.
Pero ésto siempre y cuando la sentencia no contenga dos o más
condenas a prestaciones de diversa naturaleza. Así. por ejemplo. si como
consecuencia de una reivindicatoria. se condena al demandado a
entregar un determinado inmueble. a pagar una determinada suma de
dinero por conceptcvie daños y al pago de frutos. sólo podrían
demandarse dentro del expediente principal. una de las condenas..
mientras que las otras podrían demandarse separa
10. SERRA DOMINGUEZ, ob.cit.. pago 527.
Pues bien, ese juicio del juez sobre la demanda y el titulo ejecutivo se
realiza inaudita altera parte, como ya hemos señalado . Los resultados
del mismo pueden ser dos: o se deniega la ejecución o se dicta el
mandato ejecutivo, con lo cual se inicia todo el mecanismo del proceso
de ejecución.
§ 106. Liquidación.
El tema de la liquidación es muy complejo y en la legislación comparada
encuentra soluciones disímiles.
En la legislación española, la liquidación es un incidente del proceso de
ejecución de sentencia, que varía en cuanto a la liquidación se refiera a
los daños y perjuicios, frutos, intereses. rentas o utilidades. de frutos de
especie y de rendir cuentas.
Tratándose de daños y perjuicios, el acreedor al solicitar la ejecución
debe presentar una relación de los daños y perjuicios y de su importe, de
la que se COITe traslado al deudor para que dentro de seis días conteste
lo que crea conveniente (arts. 937-938 LEC). Si el deudor manifiesta su
conformidad expresa o tácitamente. la liquidación será aprobada por el
juez y el título quedará completado (art. 930 LEC). Si en cambio, el
deudor impugna la liquidación. se abre a prueba por el plazo de 20 días
(art. 937, 938 Y 939 LEC); dentro de los ocho días que siguen a la
prueba el juez cita a las partes .excitándolos> para que se pongan de
acuerdo (art. 941 LEC); dentro de 3 días el juez emite un auto que fijará
la cantidad (art. 942 LEC). Si la resolución es apelada. sólo en efecto
devolutivo, una vez vendidos los bienes, sólo se entregará al acreedor la
cantidad a cuyo pago se hubiera prestado el deudor y el importe de las
costas; la diferencia se deposita hasta qu~ el recurso sea resuelto, a no
ser que el acreedor preste fianza para responder de ella, en cuyo caso
será entregada (art. 943). .Es decir. como señala PruETO CASTRO. que
se trata
de un caso muy particular de ejecución provisional. 27.
27. PRIETO CASTRO: ManuaL cit.. n, pago 256.
CAPITULO III
§ 114. El embargo.
Dice MOACYR AMARAL SANrOS que el embargo -es el primer acto
ejecutorio y coactivo del proceso de ejecución por cuantía cierta. Sin que
se efectivice el embargo (penhora), no se prosigue la ejecución"5. Que el
embargo sea el primer acto ejecutivo del proceso de ejecución de
obligaciones dineraria ha sido legislativamente establecido por el
arto 491 del Código procesal italiano, el que señala:
-Salvo la hipótesis prevista en el articulo 502 (prenda), la expropiación
forzada se inicia con el embargo (pignoramento)..
I
Una de las mayores sorpresas que nos deparó el Código
Procesal Civil fue la supresión del embargo de la estructura del proceso
ejecutivo, para incluido dentro de la c<'j.ótica regulación de las medidas
cautelares. ffn el Código derogado dentro de su anacrónica estructura y
caducos principios. regulaba en dos secciones totalmente distintas y
separadas dos instituciones que
5. MOACYR AMARAL SANTOS: ob.cit.. Torno I1I. pago 288.
de tal manera similar que quien se pone a confrontar los efectos del
secuestro conservativo con los del embargo, aITancada del proceso
ejecutivo de que forma parte y considerada en sí como una providencia
aislada, puede llevarlo a la conclusión de que aquí, bajo la diversidad de
nombres puramente verbal, se-encuentra en realidad, más que una
semejanza, una identidad absoluta de institutos.2l, Preguntándose el
maestro f1orentino "¿Cuál es, pues, la diferencia sustancial que existe
entre el secuestro yel embargo? A esta pregunta, que plantea en relación
a dos tipos específicos de providencias, el problema más genérico de la
diferencia entre
, providencias cautelares y providencias ejecutivas con efecto
conservativo. me parece que no se puede responder poniendo de relieve
solamente la diferente colocación exterior y, casi se podria decir, ,
la diferente inserción cronológica de las dos providencias en el proceso
que respectivamente forman parte: en cuanto al secuestro sería alfmal
del proceso cautelar (el cual, con la ejecución del secuestro se extingue)
mientras que tratándose del embargo seria en el curso del proceso
ejecutivo (el cual. después del embargo, continúa). Realmente esta
dife~encia que parece a primera vista tan simple y clara. se esfuma hasta
hacerse ilusoria cuando se trata de profundizar en la sustancia que está
debajo: dado el carácter puramente instrumental del secuestro, la
ejecución del mismo, si extingue el proceso cautelar; funciona. sin
embargo, en hipótesis. como preparación. e indúso como inicio
anticipado, de un proceso ejecutivo que se prevé ha de seguir; viceversa,
el embargo, si se considera en su función inmediata de convertir en in
disponibles las cosas embargadas. agota en sí misma el propio fin
asegurativo, al cual sirve precisamente la fase procesal que concluye con
el embargo. La ejecución del secuestro. si es definitiva como ejecución
de la providencia cautelar, funciona en realidad como primera
21. CAlAMANDREI: Introducción al estudio sistemático de las
providencias cautelares. pago 111, Traducción de Sentís Me1endo.
Editorial Bibliográfica Argentina, Bs.Aires, 1945. Debemos señalar que
Sentís ha traducido "pignorarnento" como "pignoración", como tal
instituto cOITesponde a nuestro .embargo.,' donde en la traducción de
Sentís d,ecía 'pi@.lP~~C\p,~~, hemo.~ P..\les.to ~~fQbargo',
Es por ello, y con toda razón, que UGO Rocco señala que con el
embatgo " se abre lajase o momento satisjactivo de la función de
realización coactiva del derecho. de 10 que deriva el carácter
estrictamente satisjactivo y no cautelar del embarg027 agregando que
-se excluye del concepto de embargo y de su función específica.
determinada por la finalidad satisfactiva a la cual tiende. cualquier
elemento que pueda conectarlo a la existencia de un peligro que
amenace los intereses tutelados por el derecho. cuya tutela sea ya ci~rta.
Y. en efecto. no es con el fin de evitar la posibilidad del daño (peligro) que
el embargo es actuado. sino sólo con la finalidad de individualizar y
proporcionar los bienes sobre los cuales los órganos jurisdiccionales
deberán operar con el fin de la realización de los intereses ya ciertos que
aún han quedado inactuados.28.
27. Dca Rocco: Trattato. cit.. Tomo IV. pago 134-135. 28~ Idem. pag:
135-136.
-El juez a instancia del acreedor que tiene fundado temor de perder la
garantía del propio crédito. puede autQrizar el secuestro conservativo de
bienes muebles o inmuebles del deudor o de las sumas y cosas a él
debidas, en los limites en los cuales la ley permite su embargo".
-El acreedor que tiene prenda sobre bienes del deudor no puede
embargar otros bienes del mismo deudor. si no s~ta a ejecución también
los bienes gravados con prenda. No pl!ede igualmente. cuando tiene
hipoteca. embargar otros bienes inmuebles. si no sujeta a embargo
también los inmuebles gravados por la hipoteca',
Es por ello. que todo sistema procesal enuncia una lista de bienes
inembargables. cuyo fundamento es el señalado por el maestro italiano.
Pero, como señala SERRA DOMINGUEZ -el concepto de
inembargabilidad es negativo y concreto. No se pueden dar normas
generales. sino que hay que descender al examen concreto de cada
disposición legal que prohiba el embq.rgo, de un bien determinado.39,
por ello nuestro Código 648 establece cuáles son los bienes
inembargables.
Estos son: .
l. Los bienes constituidos en patrimonio familiar.
2. Las prendas de uso personal. libros y alimentos básicos del
obligado y sus parientes, con los que conforma una unidad familiar, asi
como los bienes que resultan indispensables para su subsistencia.
3. Los vehículos, máquinas, utensilios y herramientas indispensables
para el ejercicio directo de la profesión, oficio, enseñanza o aprendizaje
del obligado;
4. Las insignias, condecoraciones, los uniformes de los funcionarios y
servidores del Estado y las armas y equipos de los miembros de las
Fuerzas Annadas y la Policía Nacional; .
5. Las remuneraciones y pensiones. cuando no excedan de cinco
Unidades de Referencia Procesal. El exceso es embargable hasta una
tercera parte.
Cuando se trate de garantizar obligaciones alimenticias. el embargo
procederá hasta el sesenta por ciento del total de los ingresos, con la
sola deducción de los descuentos establecidos por ley;
6. Las pensiones alimenticias;
7. Los bienes muebles de los templos religiosos; y
8. Los sepulcros.
El tema del embargo inútil nos lleva a otro. La indicación de los bienes a
embargar corresponde al acreedor ejecutante4O, pero qué ocurrirá si el
acreedor, hechas las búsquedas correspondientes no logra establecer la
existencia de bien alguno del ejecutado (o también en el caso que se
haya solicitado genéricamente que se embarguen los bienes muebles
-naturalmente embargables- que se encuentren en el domicilio del
deudor o sede social, etc., y al momento de actuarse el embargo no se
encuentre bien embargable alguno). Este es el caso límite del proceso de
ejecución, pues si no hay bienes no hay ejecución posible y el Estado. a
través de sus órganos jurisdiccionales será totalmente impotente para
poder satisfacer el interés del acreedor. Como señala CARNELUTTI -se
observa una diferencia importante entre el proceso de cognición y el
proceso de ejecución. en cuanto faltan las pruebas, el juez de la
cognición tiene siempre la posibilidad de decidir, pero. si faltan los
bienes, el juez de la ejecución, desgraciadamente no tiene nada que
hacer.41.
Establecido que objeto del embargo son los bienes del deudor o,
excepcionalmente, de terceros responsables, y que función del embargo
es identificar en un bien concreto la responsabilidad ejecutiva.
vinculándolo a la ejecución, ha llegado el momento de establecer cuáles
sean los efeétos de esa vinculación.
El primer efecto que va a sufrir el ejecutado e,s que su goce sobre el bien
o va a ser notablemente disminuido 0(: simplemente, lo va a perder. Ello
dependerá de la fonna de actuaciÓn del embargo como veremos.
b. Embargo de inmuebles.
1. que objeto del embar~ sea un crédito dinerario a favor del deudor
ejecutado;
2. que objeto del embargo sea un bien del deudor ejecutado que se
encuentre en posesión de un tercero.
En el primer supuesto el embargo consiste en la orden al
debitor debitoris de "retener el pago a la orden del Juzgado. depositando
el dinero en el Banco de la Nación>. Debemos decir que la redacción es
impropia. no se trata de retener el pago. sino de efectuar el pago.
naturalmente cuando éste sea exigible. a la orden del Juzgado. el que se
materializa con el depósito de la suma debida en el Banco de la Nación,
con lo cual el debitor debitoris se liberará de su deuda, pues tal acto
tendrá efecto liberatorio.
El embargo de créditos se concreta. en sustancia, con la notificación de
la orden de no pagar al deudor. Así, en el proceso italiano, el embargo de
créditos se perfecciona con la notificación al tercero y al deudor de un
acto que contiene, entre otros extremos, la intimación al tercero de no
disponer de las sumas debidas sin la orden del juez (art. 544 inc.2); en el
Cpc portugués se dispone que -El embargo de créditos consiste en la
notificación al deudor de que el crédito lo pague a la orden del Tribunal
de la ejecución (art. 856 inc.1); en el Cpc brasilero se dispone que
"cuando el embargo recae sobre un crédito del deudor, este es efectuado
por el oficial judicial... el embargo se considera efectuado mediante
intimación hecha: 1. al tercero, para que no pague a su acreedor; II. Al
acreedor del tercero, para que no realice actos de disposición del crédito
(art. 671); en el Cpc colombiano se establece que el embargo de un
crédito "se perfeccionará con la notificación al deudor mediante la
entrega del correspondiente oficio, en el que se prevendrá que debe
hacer el pago a órdenes del Juzgado en la cuenta de depósitos
judiciales. (art. 861 inc. 4); y, finalmente, el Código uruguayo dispone que
el embargo de créditos se hace efectivo .por la notificación al deudor del
ejecutado> (art. 380.1 infine).
Pero. el crédito (en este caso dinerario) puede existir o no existir, puede
ser de monto distinto del que cree el embargante, puede estar sometido
a condición o a plazo. etc., es por ello que en la mayoría de la legislación
comparada se exige que el presunto debitor debitoris manifieste lo
pertinente sobre la deuda. Así el Código italiano tras señalar en su
artículo 543 inc. 4 que el tercero y el deudor deben ser citados para
comparecer ante el Pretor Uuez de la ejecución) a fin de prestar su
declaración, en su artículo 547 dispone que el tercero (debitordebitoris)
debe, en su declaraciój1 especificar de cuáles sumas es deudor, cuándo
debe ejecutar el pago y especificar los secuestros precedentemente
ejecutados ante él y las cesiones que le hayan sido notificadas o que
haya aceptado. agregando el artículo 550 que debe igualmente declarar
los. embargos (pignoramenti) que se hayan ejecutado ante él; por su
parte el Código portugués dispone que~corresponde al deudor declarar
si el crédito existe, cuáles son las garantías que lo acompañan, en qué
fecha vence y cualquier otra circunstancia que pueda interesar a la
ejecución. No pudiendo ser hecha en el acto de notificación. las
declaraciones serán prestadas posteriormente. (art. 856.2); el Código
colombiano señala que .Al recibir el deudor la notificación. o dentro de los
tres días siguientes. deberá informar bajo juramento que se considerará
prestado con su firma. acerca de la existencia del crédito, de cuándo se
hace exigible, de su valor. de cualquier embargo que con anterioridad se
le hubiere comunicado y si se le notificó antes alguna cesión o si la
aceptó. con indicación del nombre del cesionario y la fecha de aquélla.
(art. 681 inc. 4 segundo páITafo).
Por qué notificar a los otros copropietarios. Pues, para que estos no
efectúen la partíción del bien, por cuanto, si se debe proceder a ella, lo
detenninará el juez de la ejecución.
Sea cual fuere el bien sobre el que recae el embargo será siempre
necesario que se siente un acta del mismo. Nuestro Código lo establece
en su artículo 641 cuando tras señalar que .la ejecución de la medida
será realizada por el Secretario respectivo en el día y Q.oras hábiles o
habilitados., establece que .De esta actuación el auxiliar sentará acta
firmada por todos los interviruentes y certificada por él>. El contenido del
acta variará en función de la naturaleza del bien objeto del embargo. El
artículo 644 señala que en el acta se precisará, bajo responsabilidad y
con el auxilio de un perito si es necesario:
l. La naturaleza de los bienes;
2. Número o cantidad;
3. Marca de fábrica;
4. Año de fabIicación;
5. Estado de conservación y funcionamiento;
6. Nume!"~ciQI}_registral;
7. Demás datos necesaIios para su cabal identificación y devolución en el
mismo estado en que fueron depositados o secuestrados.
__________________________________________________________
______________
49. Cuál delito seria. En nuestro concepto el del artículo 190 C.P.
(apropiación ilicita).
50. GUEVARA MANRlQUE: Derecho registral, segunda edición, pág.
271, Lima,
1986.
51. Téngase presente que en el derecho italiano el embargo es un acto
tan importante para el proceso de ejecución que es en función del tipo de
bien sobre el que recae. que los diversos tipos de ejecución son
denominados. Así, si el embargo recae sobre bienes muebles en poder
del deudor, se llama "ejecución mobiliar" (espropriazione 17Wbiliare); si
recae sobre bienes muebles de deudor en posesión de terceros o en
créditos del deudor hacia terceros. se llama "ejecución en relación a
terceros" (espropriazione presso terzi): si recae en inmuebles se llama
"ejecución inmobiliaria" (espropriazione inmobiliare); si recae sobre
bienes indivisos se llama "ejecución de bienes indivisos" (espropriazione
di beni indiuisQ; si recae sobre bienes gravados con prenda o hipoteca
por una deuda ajena o sobre,bienes cuya enajenación ha s'ido
revocada , por fraude, se llama "ejecució'n contra 'el tercero propietario"
(espro pri.~f.~ contro ~ tef?:o p~oprietqrio)
53. Es por ello que hemos incluido las cuotas de participación en
sociedades de personas entre los bienes inembargables. No se puede
embargar lo que no se puede transferir, y si el proceso de ejecución tiene
como func~ón enajenar forzadamente bienes (o derechos) para obtener
el dinero necesario para satisfacer al acreedor ejecutante. no podria
embargarse la cuota para este fin.
54. La notificación a la sociec;lad se hace necesaria, a fin de evitar que el
s'ocio deudor pueda disponer de sus participaciones, dado que para ello
tiene la obligación de comunicar a la sociedad su voluntad de
transferirlaslliart. .286 LGS).
55) SAlTA, Uesecuzionejorzata. 'Cit, pág. 116.
56. Cfr.: CAPPONI: Interuentodelcreditoresequestrante cito, pág. 848-
849 notas 1 y 2.
57. CAPPONI, oh. cito, pág. 878, 879.
58. Idern, pág. 874 - 875. 59. Idern, pág. 879 - 880
60. GIROL'\MO BONGIORNO: La tutela espropiativa speciale del
creditore pignaratizio. en la Rivista di diritto processuale. 1990. pág.
1037.
61. GIROUIMO BONGIORNO, ob. cit., pág. 1040.
El problema no se plantea respecto de la hipoteca, pues no existe ~
proceso especial de ejecución, sino que el acreedor hipotecario hara
valer su derecho en el proceso ordinario de ejecución, que se inicia con
el embargo del bien hipotecado.
__________________________________________________________
______________
55) SATTA, Uesecuzionejorzata. 'Cit, pág. 116.
66. DE LA PLAZA. ~rccfio Procesakivil españo~ cit.. 11. 558. - 559.
56. Cfr.: CAPPONI: Interuentodelcreditoresequestrantecito, pág. 848- 849
notas 1 y 2.
57. CAPPONI, oh. cito, pág. 878, 879.
58. Idern, pág. 874 - 875. 59. Idern, pág. 879 - 880
60. GIROL'\MO BONGIORNO: La tutela espropiativa speciale del
creditore pigna
ratizio. en la Rivista di diritto processuale. 1990. pág. 1037.
61. GIROUIMO BONGIORNO, ob. cit., pág. 1040.
62. CARNEwrn: Naturalezajurídica de la hipoteca. en Estudios de
derecho
procesal. cit. Vol. I. pág. 647 - 648.
63. CARNELUTTI: D,erecho y pr~~so. cito pág. 342 - 343.
64: C~UT'I1. ob:'ult. cit..pag. 374 - 375.
65. CARNELUTTI, oh. cit.. pág. 375.
126. Intervención de los acreedores privilegiados.
Nos preguntamos si el embargo crea prelación (art. 639 Cpc) cómo podrá
no haber derecho preferente; cómo podrán existir acreedores
concurrentes con igual graduación de su derecho. La intervención de los
quirografarios debería permitirse por economía procesal. aun cuando el
embargo cree prelación, como en el sistema alemán o brasilero, y en
estos casos estos acreedores tendrían sólo derecho al remanente.
Así, pues no debemos cdhsiderar que el rem~te esté constituido sólo por
el remate propiamente dicho, en otros términos por la subasta, sino que
comprende también el acto por el cual se tasan los bienes embargados.
se detennina su valor, y además los actos por los cuales se convoca y
publica dicha convocatoria, fase procesal del proceso de ejecución que
culmina con el depósito de la suma obtenida en el remate de los bienes,
y la transferencia de los mismos al adjudicatario. De todo ello trataremos,
pero antes de entrar a la dinámica de esta fase procesal resulta de
ineludible tratación el determinar la naturaleza jurídica del remate.
.Si la venta es hecha en más reces o en más lotes, debe cesar cuando el
precio ya obtenido alcanza el importe de-I0s gastos y de los créditos...>;
por su parte el Código Brasilero ~ispone en su articulo 692: .. -
.La subasta es suspendida culando el producto de la ventá. sea
suficiente para pagar al acre~dor>98.
Por otro lado hay que agregar que para ser postor. el artículo 735 Cpc
establece que sólo se podrá admitir como postor a qüien antes del
remate haya depositado, en efectivo o cheque de gerencia girado a su
nombre. una cantidad no menor al diez por ciento del valor de tasación
del bien o bienes, salvo el ejecutante o intervinientes que pueden ser
postores sin previo depósito" El ejecutado no puede ser postor. por
obv,i~s razonesl~l.
__________________________________________________________
______________
67. Nuestro denominado "mandato ejecutivo" no tiene nada de ejecutivo. pues se ha limitado a ser lUl
simple mandato de pago. Si incluyera ya la orden de trabar embargo sobre lUl determinado bien. el
nombramiento del órgano de auxilio. etc.. sí se podria hablar de lUl mandato "ejecutivo", así como ha
quedado reducido no tiene de ejecutivo más que el nombre.
68. Cit. por NELSON MO,RA: Procesos de ejecución, cit.. Tomo n, pág. 198 - 19Q.
69. MOACYR AMARAL SANTOS, oh. cit., pág. 320.
70. MOACYRAMARALSANTOS. oh. cit., Tomo m, pág. 321.
71. Z\NWCC~(. ob. cit.. III. pág. 84.
72. MOACYR AMARA!. SANJ"OS, ob. cit., Tomo II!, pág. 318.
73. ZANZUCCHI, ob. cit., Tomo III, pág. 86.
74. ZANZUCCHI, ob. cit., Tomo II!, pág. 85.
75. CARNELurn: Instituciones, cit., Tomo III, pág. 36.
76. CARNELurn: Derecho y proceso, cit., pág. 345.
77. ZANZUCCHI, ob. cit., pág. 87.
78. ZANZUCCHI, ob. cit., pág. 87.
79. CHIOVENDA: Sobre la naturaleza de la expropiaciónJorzada, en Ensayos
de derecho procesal civil, .cit., Vol. III, pág. ;343.
80. CHlOVENDA, ob. ult. cit., pág~50.
81. Así, PRIETO CASTRO: "La venta en pública subasta es una fonna muy
especial del contrato de com praventa. El órgano jwisdiccional actúa en ella ejercitando simplemente la
facultad de disponer de que priva o expropia al deudor. El Estado actúa en lugar o en nombre del deudor,
pero no le representa" (Manual, cit., Tomo n, pág. 274 - 275).
82. ZANZUCCHI, ob. cit., Tomo IlI, pág. 90.
83. UGO Rocco: Trattato, cit.. IV. pág. 217.
84. Rocco, ob. y Vol. cit., pág. 217 -218.
85. Rocco. ob. y Vol. cit., pág. 218. j
86. Rocco, ob. y Vol. cit. pág. 220 - 221.
87. 2ANWCCHI, ob. cit., Tomo !II, pág. 82.
88. ZANWCCHI, ob. y Vol. cit., pág. 82 - 83.
89. MOACYR AMAJw. SANTOS. oh. cit.. :romo III. pág. 320.
90. Z\NzuCCHI, oh. y Vol. cit., pág. 98.
91. SATIA: La rivenditaforzata, pág. 85, cit. por 2ANWCCHI, ob. y Vol. cit., pág.
99.
92. SATIA: L'esecuzioneforzata, cit. pág. 126.
93. SATIA, ob. ult. cit., pág. 133.
94. SATTA, ob. cit., pág. 135 - 136.
95. SATTA: Manual, cit., Vol. n, pág. 64.
96. SATTA. op, ul~, cit., pág. 64,
97. MOURA RocHA, ob.cit., pag, 377.
98. Una nonna semejante está contenida en el artículo 899.1 del Código
Portugués. 99. MOURA RocHA, ob.cit.. pago 403. 100.MoURA RocHA. ob.cit.. pago 402.
134. Pago del producto y Transferencia de los bienes rematados.
y "el remate judicial. Como señala SATIA: -La posición juridica del
- adjudicatario no es derivada solamente respecto al deudor. sino
también respecto al acreedor: lo que equivale a decir que. al menos en
parte es originaria. La verdad es que estos términos se reconducen a una
encuadración sustancial que es inadecuada para expresar el fenóm~no:
más justo es decir que el adjudicatario se inserta (no ~eITándolo) en el
proceso de expropiación del bien. que tiene como uno de sus sujetos
esenciales el acreedor (y no sólo el deudor),¡lo3.
Esta es pues. una de las diferencias sustanciales entre una adquisición
de derechos producto de una compraventa y una adquisición de
derechos producto de un remate judicial; mientras que en el primer caso
el comprador adquiere los derechos que el vendedor tefúa"sobré'elbieri
véridido.y lesenan Opónibles; dentro de los límites de la ley sustancial.
las adquisiciones de terceros efectuadas con anterioridad al contrato. en
el segundo el adjudi, 'catario adquiere los derechos que tenía el
ejecutado en el momento anterior al embargo, siendo ineficaces para
éllcis actos de disposición efectuados con posterioridad.
Pues bien, lo primero que hay que observar es que el remé3;te judicial no
da lugar a ningún contrato, así que mal podría hablarse de obligación de
saneamiento. En segundo lugar, el transferente en un remate judicial es
el juez, y no el deudor. ¿Sería el juez el obligado al saneamiento? En
tercer lugar, si en el supuesto del articulo 1490 el saneamiento está
limitado a la restitución del precio pagado ¿a quién pedirá la restitución
del precio el adquirente? Nada de ello dice el Código Civil. Creemos que
la solución del problema debe descartar el recurrir a categorías
privatisticas.
Pues bien. frente a la masa pasiva está la masa activa, que está
constituida por todo el producto de la ejecución. Así. en primer lugar. por
el producto de la realización de los bienes (producto del remate o de la
realización directa en el mercado bursátil); pero. además puede también
estar constituida por los frutos o productos generados por los bienes
embargados, cuando el embargo los
comprende. desde el momento del embargo' hasta la realización.
Cuando estemos frente a una masa paSiva simple, las operaciones del
juez para cubrirla con el activo de la ejecución serán muy simples.
bastará que se entregue al acreedor ejecutante la suma a su favor
liquidada (capital e intereses, más costas a su favor)... con la sola
deducción de las costas procesales. o sea los gastos de la ejecución.
Esto es lo que técnicamente se llama atribución, en palabras más
simples, el pago al acreedor, con lo cual culmina el largo proceso de
ejecución (art. 747 Cpc).
Ahora esta situación debería ser marginal, pues, como lo dijimos, el juez
al momento de la tasación de los bienes debería tener el poder de
mandar ampliar el embargo, a fin de que la ejecución sea realmente
efectiva para la satisfacción de todos los créditos. El Código sólo se ha
ocupado de esta situación tratándose de la denominada ejecución de
garantías. al establecer en su artículo 724 que "si después del remate del
bien dado en garantía, hubiera saldo deudor, éste será exigible mediante
proceso ejecutivo-, problema que no se suscitaría si es que no se hubiera
regulado un> proceso especial para los créditos prendarios e
hipotecarios. sino un proceso de ejecución único en donde se ' podria
aplicar la disposición del artículo 692 Cpc, es decir, que cuando el valor
del bien prendado o hipotecado no supere el importe del crédito. se
puede embargar otros bienes.
Una defmición muy completa nos la da UGO Rocco. Así dice el otrora
profesor de la Universidad de Nápoli: -la asignación forzada es un acto
de derecho público (acto procesal del órgano jurisdicCIonal). con el cual
el Estado. en el ejercicio de su poder de soheranía, y. a solicitud del
acreedor ejecutante confiere al acreedor, mismo, para la satisfacción de
su crédito, hasta el límite del valor de cambio. un bien del deudor que
forma parte de la masa activa embargada. que tiene por efecto una
adquisición derivativa; me
diante la constitución del derecho de propiedad del asignatario, el ' cual.
cuando el valor sea superior al importe del crédito. debe pagar' la
diferencia a la masa. y cuando el valor sea inferior, tendrá' derecho de
concurrir, con los otros acreedores a la repartición de otras aCtividades.
con el efecto de extinguir en todo o en parte. su crédito. sin o contra la
voluntad del obligado.IO8,
Así, en concreto dispone el segundo párrafo del artículo 391 del Código
Uruguayo: .
Cuando hablamos del embargo señalamos que éste tiene por objeto los
bienes del deudor y sólo analizamos el embargo de muebles en poder
del deudor (que el Código Hama -depósito" o -secuestro" en función del
sujeto en el cual re caiga la calidad de órgano de auxilio), del embargo de
inmuebles y muebles inscritos (que el Código Hama embargo en forma
de inscripción), y del embargo de créditos y bienes muebles en poder de
terceros (que el Código Hama embargo -en S;,rma de retención"). Ex
profesamente no nos ocupamos del denominado -embargo en forma de
intervención" ni del denominado "embargo en forma de administración",
pues consideramos que estas figuras escapaban del ámbito del
embargo. Primeramente nos ocuparemos del denominado embargo "en
forma> de intervención regulado por los arts. 661 a 666 del Cpc.
De la simple lectura del artículo 665 que regula el objeto del denominado
"embargo> en forma de intervención en información y del artículo 666
que regula las obligaciones del interventor, se puede inferir que no
estamos ni ante un embargo con finalidades cautelares, ni ante un
embargo, con finalidades ejecutivas. Se podría estar ante una medida
cautelar distinta, en todo caso, ante una medida preparatoria de otra,
pues sólo tiene por objeto -recabar informaCión>, sin que con ella se
esté vinculando un bien concreto
. a un determinado fin. Nos preguntamos en base a CUáljiUTUlS boni .
iwis Y ante cuál periculum in mora se podría dictar una me,dida
como la comentada. Por ello, sostenemos que la figura en comen,tarta
no tiene de embargo más que el nombre. Además la medida en sí nos
parece carente de utilidad, pues qué mejor información del movimiento
económico se puede tener que los libros contables, salvo que se dude de
la veracidad de éstos, que es cuestión del todo distinta; si así fuera se
podría ordenar una pericia contable o una auditoría, lo que revelaría que
no estamos ante un "embargo", sino ante algo totalmente distinto.
En cuanto a la segunda forma de -intervención> denominada "en
recaudación>, en el fondo se trata de un embargo de dinero. Pero, objeto
del embargo segÚn lo establece elart, 661 son los ingresos propios de
una empresa de persona natural o jurídica que según el artículo 662 inc.
3 constituye el residuo una vez proporcionados los fondos necesarios
para la actividad regular y ordinaria de "lo intervenido>.
y aún en el caso de que tal cosa fuera posible, siempre sería una
Incógnita la situación del poseedor del inmueble, cuyos derechos la ley
ampara, al extremo de que nadie puede perder la posesión sin ser citado,
oído y vencido en juicio; y el que ha poseído por más de un año y un día,
no puede responder del bien que posee, sino enjuicio ordinario.4.
Igualmente REMIGIO PINO CARPIO sostiene que -la razón para, ello
está en que en nuestra legislación, es un principio consagrado de
derecho, de que nadie está obligado a responder de la cosa en juicio
sumario, sino en la vía ordinaria. cuando lo ha poseído por más de un
año, y aún así sea que la posesión no date de este tiempo, el derecho de
propiedad sobre el Inmueble. es muy respetable para verificado en la vía
ejecutiva. Cualquier bien inmueble adquirido, debe obtenerse su entrega
y posesión mediante el correspondiente interdicto de adquirir, y si la '
posesión del que debe ser demandado data de más de un año,
necesariamente, debe recurrirse a la respectiva acción petitoria.s.
Puede ser que el inmueble esté ocupado por un tercero. en este caso,
ese tercero podrá defenderse, alegando su posesión y el titulo por el cual
posee. Pero, ese es otro problema. que es fácilmente solucionable
mediante la regulación de la oposición de tercero, de la que hablaremos
más ad4iante.
Naturalmente la raiz del problema la encontramos en que el Código no
debió reincidir en el error de consagrar el proceso ejecutivo. como
proceso mixto de ejecución y cognición. sino que debió optar por un
proceso de ejecución pura, con la sola regulación de los actos inherentes
a la ejecución forzada de la obligación incumplida. Un proceso de
ejecución que, cuando tuviera por objeto el dar un bien determinado,
estuviera dirigido únicamente a la satisfacción del derecho del ejecutante,
sea que la ejecución se
base en titulo de formación judicial o extrajudicial, pues en una ejecución
pura, ambas categorias de titulas se encuentran parificados en su
eficacia como condición necesaria y suficiente para el inicio y
prosecución de la ejecución.
l. La intimación para que entregue el bien dentro del plazo fijado por el
juez, atendiendo a la naturaleza de la obligación, bajo apercibimiento de
procederse a su entrega forzada; y
Nuestro Código en tal sentido no hace sino seguir el modelo del Código
anterior, pero en forma más drástica. pues en el Código derogado en su
articulo 968 establecía que si el bien estaba habitado u ocupado por
subarrendatarios u otras personas no demandadas. el lanzamiento de
éstas se llevaba a cabo pero con una notificación anticipada de ocho
días.
Frente a esta situación. el tercero que posee o detenta el bien. que no es
parte en el proceso de ejecución (pues las partes son el ejecutante. o sea
el acreedor del bien. y el ejecutado. el deudor del bien, el obligado). y si
el título es una sentencia, que tampoco fue parte en el proceso de
cog~ión, nada puede hacer y tendrá que sufrir la entrega forzada. y sólo
después de lanzado podrá hacer valer sus razones para poseer o
detentar el bien.
La solución no nos parece justa y rompe con el principio fundamental del
proceso de ejecución respecto de la legitimación pasiva que el propio
Código establece en su artículo 690, en virtud del cual la ejecución se
promueve contra aquel que en el título mismo .tiene la calidad de
obligado. (art. 690 Cpc). Se podrá decir que esta situación se reconduce
a lo establecido en el artículo 123 segundo párrafo que establece que la
cosa juzgada (léase los efectos de la sentencia) .se puecteextender a los
terceros, cuyos derechos dependen de los de las partes o a los' terceros
de cuyos derechos derivan los de las partes, si hubieran sido citados con
la demanda., pero, tal extensión de los efectos de la sentencia a terceros
no puede presumirse como el caso en comentario, sino que deberia ser
objeto de cognición,. o al menos permitirse al tercero, antes de la
ejecución del lanzamiento, que haga valer sus razones a fm de
determinar si le alcanzan o no los efectos de la sentencia (entre ellos el
efecto ejecutivo). En nuestro concepto. debió establecerse -'tU€-en.el
SUp1:testo que el bien inmueble estuviera ocupado por tercero no
notificado con la demanda de cognición (de desalojo,
La laguna que presenta nuestra actual regulación sólo podrá ser llenada
con la aplicación analógica de las disposiciones. las pocas disposiciones
que ha reservado la norma procesal a la ejecución de obligaciones de
hacer o de no hacer basada en titulo extra judicial.
2. Exigir que la prestación sea ejecutada por persona distinta del deudor
y por cue!1ta de éste.
Sobre esta última posibilidad. el artículo 2933 del Código Civil italiano
contiene una interesantísima disposición. en virtud de la cual:
Cabe señalar que el parágrafo único del artículo 643 del Código
brasilero contiene una disposición semejante que establece: Si no es
posible la destrucción, la obligación de no hacer se transforma en
obligación de resarcimiento de las pérdidas y de los daños".
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1. AMADEO TRAVI: Espropriazionejorzata in genere. cit.. pago 895.
2. CRlSANTO MANDRlou: Esecuzione per cOT1$egna o rilasciD. en el NovissúnO
Digesto, [~at~Od 'yoLV!, cit;,.. pgg. ?o 17;702.
3. Exposición de Motivos, cit.. pag, 145.
4. MANUEL SANCHEZ PALACIOS: Derecho Procesal Civil (Segundo Curso), pago
121. Lima, 1956.
5. REMIGI~ PINO CARPIO: Nociones de Derec/w Procesal y Co~nto del Código
YofTC?Ce~irntim~os Civiles, Tomo III, pago 204, Lima. 19640
6 . Siempre que partamos de la premisa que el artículo 593 del Cpc constituye la concreta medida
ejecutiva de ejecución forzada de obligaciones de dar bienes inmuebles, es decir, la entrega forzada, que
el Código llama .lanzamiento>.
7. LEON BARANDlARAN: Comentarios al Código Civil peruano. Obligaciones. Tomo n. pago 231-232.
Ediar Editores. Bs.Aires. 1956.
CAPITULO 1
CLASIFICACION DE LAS CUESTIONES COGNITORIAS
RELACIONADAS CON EL PROCESO DE EJECUCION
CAPITULO II
Por otro lado hay quienes coriciben qué la. fléciÓ"ñ ejercitada en. la
oposiciórl. a la ejecución tiene la naturaleza de una acción declarativa
negativa. Así señala ZAN?:UCCHI: .La. oposición a la ejecución reviste
naturaleza de acción declarativa negativa, es decir, de declarációri de la
ilegitimidad Iriátéial de lá ejecución pendiente, en relación 81 ejecutado
oponente"9; agregando .la sentencia, que se pronuncia sobre la
oposición, puede acogerla; y, entonces, ella .. pronUI.1~i?
JldopOSitivaniente sobre la oposición declara (accerta) negativamente
el.derecho (del acreedor) de proceder a la ejecución" o sea la ilegitimidad
de ésta en relación al oponente" 10.
Una posición intermedia es adoptada por CARNELlJITI, quien señala que
.el procedimiento de oposición a la ejecuciÓn tiene carácter netamente
cognitivo y contencioso"; .la impugnación promovida por una parte a un
derecho, que la otra parte hace valer, es típicamente la litis de negación
de la pretensión., que se refiere al proceso de cognición; más
exactamente, se trata de una litis
.. secundaria, en la que la ~egación se refiere no ya a la razón materiaL
sino a la razón procesal de la pretensión"; .Dentro del tipo de cognición,
el procedimiento de oposición pertenece al subtipo declarativo, puesto
que se dirige a la declar,,!-ciqn de certeza, positiva ° riégativa que el
acreedor ha ejercitado ° se propone ejercitar contra el deudor sobre
bienes determinados~; .Si la declaración de certeza es positiva, tiene el
carácter de mera declaración; en efecto, la acción corresponde al
acreedor independientemente de la declaración misma; .Si la declaración
es negativa, puede tener carácter constitutivo; tal carácter se le debe
reconocer cuando el juez niega el derecho del acreedor a la ejecución
por virtud de un hecho extintivo o impeditivo de la obligación ocurrida con
ppsterioridad a la formación del título; aun cuando el titulo ejecutivo sea
condición necesaria y suficiente a fin de que el acreedor obtenga la
ejecución, sin embargo, si l..obligación se ha eXtinguido o ha sido
impedida por un hecho posterior a la formación del título. a la ejecución,
le falta el fundamento; sin embargo, ni la alegación ni la prueba de tal
hecho bastan para exclLÚr la acción si la inexistencia o el impedimento
de la obligación, y con ello de la acción, no han sido verificados por el
Juez; en otras palabras, el deudor no puede oponer eficazmente la
inexistencia del derécho a la ejecución por causa de tal hecho, sino
mediante el procedimiento aquí considerado.ll.
Pues bien. esta es sólo una afirmación inicial. Existen casos en los
cuales estamos frente a una cosa juzgada inicua, una cosa juzgada
fOl;mada en un proceso de cognición irregular,. en <::l..cual se haya
flagrantemente violado el derecho de defensa y el pIincipio del
contradictoIio. Tal es el caso de una sentencia dictada en un proceso de
cognición a espaldas del demandado, quien en ningún momento se ha
enterado de la pendencia del proceso, y decla emanación de la sentencia
en su contra, y que sólo se entera cuando le es notificado el mandato
ejecutivo. En tales casos debería pennitirse al ejecutado alegar, en sede
de oposición la falta de emplazamiento en el proceso de cognición,
cuando éste se haya llevado a cabo en rebeldía del mismo. Tal es la
solución de la ZPO alemana, del Código portugués y del Código
brasilero.
Nace entonces una cuestión prejudicial, que puede definirse como una
cuestión controvertida, o de cualquier modo dudosa, en sí y por sí no
comprendida en el objeto del proceso, la cual es (o puede ser) objeto de
diverso y autónomo proceso"25, agregando el maestro italiano que "En
estos casos la dificultad sólo puede resolverse suspendiendo la decisión
sobre la relación dependiente, en espera de que sea pronunciada la
sentencia sobre la cuestión prejudicial. La suspensión del proceso, en
espera de la decisión sobre la relación prejudicial es, pues, un medio de
coordinación de la actividad - de los diversos órganos jurisdiccionales.
dirigida al objeto de hacer posible la armonia de los fallos, mediante la
subordinación temporal del uno al otro, según las exigencias de la
subordinación lógica de las relaciones juridicas que deben ser decididas
en los diversos procesos"26.
CAPITULO III
OPOSICION DE TERCERO
"El tercero que pretende tener la propiedad u otro derecho real sobre los
bienes embargados, puede proponer oposición con recurso al juez de la
ejecución, antes que sea dispuesta la venta o la asignación de los
bienes".
A primera vista. de la propia lectura del articulo es fácil señalar que la
oposición de terceros en el proceso italiano sólo es aplicable al proceso
de ejecución de obligaciones de dar sumas de dinero (esprotazione
forzata). Sin embargo, el punto es muy polémico en la doctrina italiana,
aunque la gran mayoría se inclina por considerar que la oposición de
tercero sólo tiene su ámbito de aplicación en relación al proceso de
expropiación, por cuanto, es el único en el que hay embargo. Por ello, la
regulación italiana no nos convence y nos parece incompleta.
-En caso que un tercero alegare le¡. pertenencia a. él de, un derecho que
se oponga a la enajenación del- objeto de la ejecución forzosa, elevará
su oposición contra la ejecución en forma de demanda, ante el Tribunal
en cuyo distrito tenga lugar la ejecución.
A. Crédito
a. Pertinencias del crédito embargado.
b. Pertinencia del crédito al precio. Supuesto que se presenta cuando
la oposición se interpone, cuando el bien afectado a la ejecución ya ha
sido realizado, caso que veremos más, adelante.
D. Derechos a la imagen.
Ahora bien, según ambos artículos citados, este tercero (al que, se le
llama tercerista) sólo podrá fundar su oposición -en la propiedad de los
bienes afectados por medida cautelar o para la ejecución, lo que
significa en primer lugar, que en concreto la demanda de tercería
encontrará su causa petendi en la 'afectación' de un bien que el tercerista
afirma que es de su propiedad, y como para el Código "afectar" es
embargar, podemos llegar a la primera conclusión que el presupuesto
fáctico para la interposición de la demanda de tercería es un embargo.
Ahora, este embargo puede ser un embargo cautelares decir, dictado
antes de la interposición de una demanda de cognición de condena al
pago de una suma de dinero. o pendiente el proceso de cognición o
antes del inicio del proceso de ejecución) o un embargo propiamente
dicho, es decir, un embargo como acto de ejecución. No pensamos que
la tercería en comentario sea aplicable al secuestro propiamente dicho,
es decir, aquella medida cautelar que tiene por objeto resguardar el bien
cuya propiedad o posesión es objeto de controversia, pues en tales
casos, si un tercero considera tener él el derecho de propiedad, podrá
hacerla valer en el proceso de cognición mismo, vía una intervención
principal ad excludendum (salvo que, la medida se haya dictado ante
causam, en cuyo caso sí procedería esta tercería, pues aún no hay un
proceso principal en el cual intervenir). En segundo lugar, se puede
apreciar que, la nueva fórmula de la tercena es más restringida que la
fórmula del art. 743 del Código derogado que establecía en su art. 743
que la tercena excluyente podía promoverse cuando el tercero alega la
propiedad o algún otro derecho sobre los bienes embargados
incompatibles con el remate".
La demanda de tercería debe reunir todos los requisitos del art. 424 del
CPC (art. 535) Y deberá acompañarse documento público o privado de
fecha cierta que contenga su derecho de propiedad, salvo que presente
garantía suficiente para responder de los daños y perjuicios que la
tercería podría irrogar (art. 535).
La tercería puede interponerse. en cualquier momento antes que se inicie
el remate del bien. (art. 534 CPC). lo que evidencia que esta oposición
de tercero sólo puede presentarse cuando estemos en un proceso de
ejecución de obligaciones de dar sumas de dinero (u otros procesos de
ejecución en donde la obligación específica se haya transformado en
genérica de daños). Sin embargo, cabe preguntamos qué entiende el
Código por inicio del remate. Parece bastante claro que con tal expresión
se refiere al acto mismo del
remate, es decir, la subasta. Pero qué ocurrirá si se interpone después
del acto de remate, acaso se declarará improcedente. No debería ser así.
en principio, porque puede darse el caso que el remate se declare nulo.
en el caso de inmuebles, por no haber depositado el adjudicatario el
producto del remate. Y en segundo lugar porque si bien ya no podrá
hacer valer su derecho sobre el bien, sí podrá hacerlo sobre el producto
del remate lo que se infiere del art. 536 del Código cuando dice que en
los supuestos en que deba necesariamente efectuarse el remate por
estar éstos sujetos a deterioro, corrupción o desaparición o que su
conservación resulte excesivamente onerosa. "el producto de la venta
queda afectaldo al resultado de la. tercería."
En consecuencia, en nuestro concepto, la tercería procede, hasta que no
se haya atribuido el producto del remate al acreedor o acreedores
ejecutantes o intervinientes. Si la tercería es anterior al remate se hará
valer sobre el bien mismo, si es posterior se hará valer sobre el
producto ,del remate. Naturalmente, atribuida la suma debida' al
ejecutante ya no procederá. y el tercero deberá, hacer valer sus
derechos contra los acreedores que se han beneficiado, es decir, han
satisfecho sus créditos. con un bien que no pertenecía al deudor.
Cuál efecto próduce la tercería. Pues suspender el proceso de ejecución,
hasta en tanto se resuelva la oposición del tercero. Se trata de una
suspensión ope legis (art. 536 CPC).
Así pues esta materia resulta bastante confusa y requeriría una total
renovación.
l. Oposiciones de fondo;
2. Oposiciones de forma.
Dentro del primer grupo se pueden ubicar las oposiciones del ejecutado a
la ejecución, las oposiciones al proyecto de distribución (cuando existan)
y las oposiciones de terceros. Dentro del segundo grupo podemos ubicar
a todas las cuestiones cognitorias que surjan dentro del proceso de
ejecución, unas oposiciones que podemos llamar incidentales, en cuanto,
no se cuestionan como decía CARNELUTTI "si la ejecución debe ser
cumplida", sino "cómo la ejecución debe ser cumplida".
La clasificación no es ninguna novedad. La doctrina italiana. sobre todo
bajo la vigencia del Código de 1865 adoptó mayoritariamente esa
clasificación denominando al primer grupo opposizioni di mento y al
segundo opposizioni dirito.
Esperamos algún día ver en nuestro derecho positivo una regulación más
científica, o al menos, más coherente tanto del proceso de ejecución
como de las oposiciones.