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CLUB DE ROMA

Por: Karen Nathalie Hernández Moreno

“Abusamos de la tierra porque la tratamos como si fuese nuestra. Cuando la veamos


como una oportunidad a la que pertenecemos, puede que la tratemos con amor y
respeto.” Aldo Leopold.

A diario escuchamos o leemos las noticias acerca de la creciente problemática en


términos de lo que sucede con el “medio” -ya desarrollaré el porqué de las comillas-
ambiente, siendo usuales las alarmantes revelaciones con respecto al
descongelamiento de los polos, la desaparición de la selva en el Amazonas, el
aumento de los incendios forestales y demás problemas que constantemente nos
aquejan, debido a la forma como interpretamos y nos comportamos frente a
nosotros mismos, nuestros congéneres y las demás especies con las cuales
cohabitamos este planeta azul, nuestro único hogar.

Aunque lo anterior no es un comportamiento que se escape de nuestro


entendimiento, siendo más común de lo que imaginamos, procedemos frente a los
demás como nos tratamos, en este caso especial, manipulamos a la tierra como los
hacemos con nosotros mismos; a diario nos ultrajamos y explotamos de forma
inimaginable, nos lastimamos y atacamos en un intento por ser o encajar en el
arquetipo que hemos generado o nos han impuesto acerca del “ser” o “estar” en un
contexto económico-social, -nada más que ilusiones-, pero esto tiene que ver con
una realidad y el drama de lo humano, factores psicológicos que nos han llevado
hasta el actual predicamento en el cual nos encontramos, derivado en gran medida
por nuestra autoestima, es bien sabido entre los peritos en el tema, que entre mayor
amor –saludablemente estructurado- al “yo”, menor será el grado que concedamos
que nos violenten y menos violencia generaremos, no obstante el problema continua
sin solución posible, ya que solo es “la punta del iceberg”, una pequeña parte de lo
que nos podría acercar a un mejor comportamiento frente a nuestro espacio vital.

Precedentemente escribí medio ambiente entre comillas, y es precisamente porque


hemos generado una palabra inadecuada que nos aleja de un comportamiento
ético-ecológico, el humanista español Juan Luis Vives decía: “No hay espejo que
mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras”, esto nos acerca a la conocida
expresión acerca del poder de la palabra, en el uso adecuado que hacemos de las
mismas se desprenden otra serie de factores psicológicos que nos muestran como
nos comportamos frente al “yo”, este espejo nos muestra nuestras tóxicas posturas,
cometemos el funesto error, ya que nuestro ambiente no es un medio, es nuestro
entorno de preservación vital; hemos querido creer que medio y hábitat están en la
misma categoría, pero la verdad es que un medio hace más referencia a un
procedimiento, a un mecanismo o recurso del cual nos valemos para alcanzar un
fin determinado, una vez realizada la tarea sencillamente lo desechamos y
seguimos adelante; precisamente el mismo comportamiento que mostramos frente
al planeta y las otras especies, las interpretamos son un medio para alcanzar el fin
deseado, que para nuestra contemporaneidad van íntimamente ligados con factores
económicos.

Así como interpretamos, nos comportamos y seguimos en este sentido actuando de


una manera artificial, imaginando y creando supuestos, postulando para tratar de
identificar y comprender el planeta que nos rodea, pero la verdad es que el ser
humano no entiende acerca de la integralidad, se nos escapan partes del sistema
complejo que nos rodea, siendo esto una dificultad para desarrollar soluciones a los
problemas que nosotros mismos hemos creado -en cuestiones ambientales- sin que
de este no se desprenda una serie ilimitada de nuevos problemas de difícil
resolución; diseñamos utensilios para poder sobrellevar la vida dentro de los
habitáculos que hemos creado para protegernos de la naturaleza y de nuestra
propia naturaleza, para refugiarnos de nosotros mismos.

En esta serie de intentos, estudiosos de diversas disciplinas han encaminado sus


esfuerzos a dilucidar los problemas más grandes que aquejan a la humanidad,
basando sus vidas en el ideal de encontrar alternativas viables para preservarnos
como especie. Así fue como diversos científicos preocupados por el futuro de la
raza humana y del planeta que habitamos, fundaron el Club de Roma, una iniciativa
para proponer un informe de crecimiento demográfico y sus límites, así como sugerir
posibles conclusiones ante el comportamiento básico del sistema mundial y su tasa
de crecimiento hasta límites de insostenibilidad. De esta forma el objetivo del
siguiente ensayo se verá encaminado hacia la observación de las soluciones
propuestas por el Club de Roma, defendiendo tres de sus postulados en una
primera instancia para luego realizar una crítica hacia tres subsecuentes
postulados.

De la siguiente manera se muestra entre los postulados como posibles soluciones


el hecho de reducir el agotamiento de los recursos, suprimiendo la contaminación
en un intento preferente económico de la sociedad, dirigiendo sus esfuerzos hacia
los servicios, abandonando los bienes materiales producidos por las fábricas,
constituyendo lo anterior en una solución para que el capital de las naciones siga
generándose y aumentando de manera continua sin que esto tenga repercusiones
negativas sobre el sistema global ya que no depende en su totalidad de la
explotación del planeta en busca de materias primas que ocasionan aún más
contaminación.

El anterior postulado busca posibles soluciones para que las diferentes naciones
continúen sus políticas expansionistas en términos económicos sin la generación
de productos de consumo que puedan generar una mayor contaminación durante
el proceso de producción, embalaje y transporte, y posteriormente luego de su vida
útil; constituyendo la resolución al problema de la contaminación por consumo de
una manera idónea, ofreciendo un servicio intangible, buscando satisfacer las
necesidades humanas básicas favoreciendo el bienestar de la humanidad y de la
economía sin ser este el fin último per se; aunque sería ilógico pensar que podremos
prescindir de la producción de bienes de consumo, pero se podría guiar el criterio
de manufactura con el objetivo preciso de satisfacer las necesidades del público al
cual va dirigido.

Subsecuentemente encontramos el postulado enfocado hacia eliminar la tradicional


desigualdad social en la distribución de la riqueza, procurando una forma de
producir el suficiente alimento para toda la población mundial, utilizando los
capitales en aras de generar alimentos, aunque tal inversión se considere
antieconómica, y es precisamente donde este postulado nos propone un cambio en
el paradigma, una mejora del actual sistema capitalista donde nos encontramos
inmersos, o en palabras del economista y ambientalista chileno Manfred Max Neef,
“La economía está para servir a las personas, y no las personas para servir a la
economía”, esto nos propone un singular reto bajo el cual como ya he desarrollado
antecedentemente, debemos apartarnos de nuestra forma “caníbal” de percibirnos
y consumir solo lo necesario para sostener en armonía nuestros sistemas biológicos
hasta los artificios que hemos inventado, y no sucumbir ante dichos sistemas,
encontrando que la economía pueda verse como una forma por la cual los gobiernos
y los grandes capitales invierten sistémicamente sus acciones en aras del bien
común, aunque éstas políticas deben contar con la veeduría de diversos organismos
para preservar su continuidad y sostenibilidad, custodiando que cada miembro del
sistema sea productivo.

Consecuentemente el siguiente postulado nos muestra que la anterior manera de


cambio en el modelo económico, tiene una forma negativa -ya que no entendemos
la integralidad como he mencionado- que deriva de una agricultura altamente
capitalizada, y puede resultar en la erosión del suelo y la perdida de nutrientes
esenciales, acabando con su fertilidad, destruyendo la estabilidad agrícola, y
aunque propone la reutilización de algunos materiales de desecho para generar
abonos, esto sería aún deficiente para retornar a la tierra lo que la misma ha perdido;
principio que nos propone para su realización el reto de una agricultura sostenible y
organizada, donde se sitúen de forma articulada los nuevos adelantos tecnológicos
para conservar la tierra sin necesidad de la deforestación de vastas extensiones de
tierra virgen, utilizando jardines urbanos y verticales en caso dado, haciendo uso
además de todo el material biológico a nuestra disposición, evitando desechar,
rehusando aquello el sobrante en nuevas disposiciones y reciclando como material
de compostaje para nutrir nuevamente los campos. Aun así el reto constituye que
cada persona reduzca su huella ecológica e invierta su capital en el bienestar propio
y el de sus congéneres.

La propuestas anteriores se defendieron de acuerdo a su viabilidad y coherencia


según una postura ético-ecológica, teniendo en cuenta sus falencias pero
proponiendo una mejora de la misma para ser contrastada con nuestra sociedad
actual, ahora se mostrarán tres postulados los cuales proponen predicamentos
éticos y en cierta medida van en contravía de la naturaleza del propio ser humano
y las tendencias actuales en cuanto al consumo, sin decir que se desestima su
implementación o legitima su propio modelo.

Es así que nos encontramos con el postulado que propone inventar un método de
control de natalidad con efectividad del 100% para toda la población, lo cual nos
propone un evidente dilema ético ya que constituiría coartar las libertades que las
personas tienen para la elección de su propio estilo de vida y desarrollo personal, y
solo podría ser implementado si todas las personas sin distinción de raza, sexo,
credo o nivel socio-económico-cultural estuvieran de acuerdo, de lo contrario
constituiría una nueva forma de segregación, en este caso una segregación “natal”,
así mismo técnicamente nos hemos encontrado con que los métodos técnicos en
materia de las ciencias de la salud que hasta la fecha hemos desarrollado, no han
contado con un 100% de efectividad, sin mencionar que actualmente los métodos
que se han desarrollado para aliviar o mejorar una dolencia generan un sinfín de
efectos de tipo secundario, y que cada paciente debe padecer no solo su
padecimiento, sino además el provocado por aquello que ha tomado para aliviarlo.
Los anteriores son las razones por las cuales no apoyo el método propuesto.

Así mismo se postula el limitar los niños en cada familia en dos personas, este
modelo así como el anteriormente propuesto, solo puede llegar a funcionar si es
ecuánime y aplicable a todos los miembros de la sociedad, en cuanto una persona
argumente ser la excepción, no consienta esta solución como la idónea y procure
por no acatarla, esto se convertiría en el retroceso total del postulado; la historia de
la humanidad nos ha mostrado un gran número de ejemplos donde se evidencia
que el restringir las libertades de los individuos ha desembocado en disputas de
toda índole; en medio de un ambiente opresor, las personas siempre buscan
reivindicar sus derechos civiles y encontrar la libertad para desarrollarse teniendo
en cuenta sus deseos.

Así también los anteriores postulados nos proponen la creación de un organismo


que custodie el acatar las normas impuestas sin ninguna excepción, alienando a las
personas, desligándolas del sentido de lo humano y su variabilidad, pero, ¿Quién
vigilaría a los vigilantes?, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche propone dentro de
su pensamiento el siguiente razonamiento: “El que lucha con monstruos debe tener
cuidado para no convertirse él en un monstruo… Aquel que por mucho tiempo mira
en el abismo, el abismo mirará dentro de él”, frase que acertada muestra que no es
posible para nosotros –hombre y mujeres por igual- el erigirse como una autoridad
superior por encima de los demás, luchando contra un sistema sin ser corrupto por
el mismo.

De esta forma he llegado al último de los postulados propuestos por el Club de


Roma, el cual de acuerdo a los principios básicos bajo los cuales se encuentra
nuestro sistema económico, constituiría en su caída y aunque el economista
Manfred Max Neef propone la abolición paulatina de dicho sistema, el hacerlo
tendría que ser coordinado por los diferentes gobiernos y muy especialmente por
los gobiernos de los países industrializados, quienes ven este cambio como el
retroceso al oscurantismo del medioevo, a sistemas de carácter feudal, y aunque
no es del todo cierto la anterior afirmación, no le compete a este ensayo el tocar ese
tema como punto de desarrollo, más bien tomarlo para evidenciar que otro de los
grandes contratiempos que tenemos como raza es la avaricia y la necesidad de
poder que tienen algunas personas; alguna vez leí la frase “El planeta puede
soportarnos a todos, pero no la avaricia de algunos”, y aunque somos muchos seres
humanos consumiendo recursos diariamente como para afirmar que es cierto lo
dicho, si es bien cierto que la avaricia de unos pocos coadyuva el conducirnos hacia
este colapso.

Es así como el postulado nos propone el uso del capital industrial aumentando la
duración de vida del capital industrial que significa diseñar bienes industriales con
una larga vida y de fácil reparación; algo de lo cual hable precedentemente como
parte de una solución, pero que ahora debo refutarlo porque las industrias que
obedecen a nuestro sistema económico, desean que todos seamos consumidores
de más bienes y servicios, haciéndonos parte de este ciclo y proponiendo la vida
del mismo ser humano como un objeto del consumo o “bótese después de usarse”,
en una forma antinatural de comportamiento que ahora se entiende como “normal”.

Después de la última recesión económica derivada de la explosión de la “burbuja”


inmobiliaria, los diversos economistas se percataron que nuestro sistema se
encuentra apoyado en el aire, que es frágil y que son solo números flotando en los
monitores de los computadores, es ahí donde se evidenció que será difícil cambiar
nuestra necesidad de consumo, porque sea dicho que todo depende de que
sigamos desando más, adquiriendo más, y de esta forma será difícil o casi imposible
el apoyo en este último postulado, sin querer demeritarlo y sin pensar que esta será
una necesidad que deberemos implementar.

Finalizando el anterior ensayo se debe aclarar que cada uno de los postulados
cuenta con puntos a favor y en contra, situaciones de análisis más extenso y
cuestiones que analizar para observar el fenómeno de lo humano y lo que significa
su naturaleza y si hace parte de la misma el ser un consumidor, un depredador del
ecosistema que lo sostiene. El astrofísico Carl Sagan al ver la fotografía enviada por
la sonda espacial Voyager 1, en donde se muestra a la tierra como un pálido punto
azul dijo: “… No hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar
para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta
ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al
cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no,
por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.”

La tierra es el único hogar que conocemos y dependerá de todo y cada uno de


nosotros el preservar la vida sobre este “Pálido punto azul”.

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