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o La búsqueda de significado

Se refiere al hecho de atribuir causas para comprender, predecir y controlar el

ambiente.

La búsqueda del significado de un hecho adverso es importante para mantener

un estado mental óptimo ya sea en el momento del suceso o en lo posterior. En

esta dimensión, el sujeto responde a la pregunta ¿Por qué a mí? Y darle

respuesta a esta pregunta de forma adecuada es crucial para que el individuo

pueda enfrentar de forma adecuada a las circunstancias.

o Búsqueda de control

Hace mención al intento de recuperar el control sobre la situación, lo cual implica

también prevenir que ocurra nuevamente el evento adverso.

El sujeto tiene que percibir que cuenta con la capacidad de manejar la situación.

o La recuperación de la autoestima

En esta última dimensión, el individuo que experimentó el hecho adverso,

generado por alguna causa externa, pierde el autoestima al no tener control de

la situación, en esta situación, el sujeto se verá obligado a realizar esfuerzos por

recuperar o equilibrar la autoestima perdida. Es así que pondrá en práctica los

mecanismos mencionados anteriormente como la creación o búsqueda de

beneficios que pudiera obtener del evento y las comparaciones con otras

personas en peores situaciones, minimizando asi la sensación de malestar frente

a la experiencia.
Estilos parentales

Los estilos parentales constituyen un ejemplo representativo de cómo el

comportamiento humano puede estar influenciado por sistemas externos que

están más allá de los procesos interindividuales e intrafamiliares (Baumrind,

1997, citado en Sierra y Perez, 2014).

Baumrind en 1966, menciono que existen dos dimensiones que caracterizan las

diferencias de los estilos parentales: el control parental y el apoyo de los hijos

(Becerra, Roldan y Aguirre, 2008)

En el control, se considera la dimensión de la crianza restrictiva, controladora,

que se caracteriza por un estilo autocrático y afirmación del poder. Esta

dimensión está unida al uso frecuente de técnicas de castigo y al autoritarismo

(Becker et al. 1962, citado en Becerra, Roldan y Aguirre, 2008) que los padres

utilizan en la crianza del niño.

El apoyo se identifica con bajos niveles de castigo físico, la utilización del

razonamiento por parte de ambos padres, la buena comunicación y la adecuada

expresión de las emociones durante las interacciones padres- hijo(Becker,

Peterson, Luria, Shoemaker y Hellmer, 1962; citado en Becerra, Roldan y

Aguirre, 2008).
La combinación de estas dos dimensiones da lugar a varios estilos de crianza o

estilos parentales, los más conocidos propuestos por Baumrindson: autoritario,

autorizado y permisivo (Baumrind, 1966, citado en Sierra y Pérez, 2014).

o Estilo autoritario

Bajo este estilo, los padres intentan formar, controlar y evaluar la conducta y

actitudes del niño de acuerdo a un conjunto estandarizado de conductas,

usualmente un estándar absoluto y, formados por una gran autoridad, favorecen

las medidas de castigo o de fuerza y están de acuerdo en mantener a los niños

en un papel subordinado y en restringir su autonomía.

o Estilo autorizado

Los padres autoritativos intentan dirigir la actividad del niño imponiéndole roles y

conductas maduras, pero utilizan el razonamiento y la negociación. Los padres

de este estilo educativo tienden a dirigir las actividades del niño de forma

racional. Parten de una aceptación de los derechos y deberes propios, así como

de los derechos y deberes de los niños, lo que la autora consideraba como una

“reciprocidad jerárquica”, es decir, cada miembro tiene derechos y

responsabilidades con respecto al otro.

o Estilo permisivo

Los padres permisivos proporcionan gran autonomía al hijo, siempre que no se

ponga en peligro su supervivencia física. El prototipo de adulto permisivo


requiere que se comporte de una forma afirmativa, aceptadora y benigna hacia

los impulsos y las acciones del niño. Su objetivo fundamental es liberarlo del

control y evitar el recurso a la autoridad, el uso de las restricciones y castigos.

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