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La buena gestión de datos incluye el desarrollo de procesos efectivos para su recopilación, registro,
almacenamiento, respaldo, limpieza y modificación de manera consistente, para que puedan ser
transferidos entre diferentes tipos de software de análisis.
La buena gestión de datos está inseparablemente vinculada a la garantía de calidad de los mismos
(procesos y procedimientos que se utilizan para garantizar la calidad). El uso de datos, de baja calidad o
de origen desconocido, puede resultar erróneo en la toma de decisiones sobre políticas y programas. El
control de calidad de los datos debe integrarse en cada paso del ciclo de datos: recopilación, información,
análisis, difusión y retroalimentación.
⮚ Fiabilidad: los datos se recopilan de forma coherente; las definiciones y las metodologías son
las mismas cuando se realizan mediciones repetidas a lo largo del tiempo.
⮚ Integridad: los datos están completos (es decir, no faltan datos o elementos de datos).
⮚ Integridad: los datos están protegidos contra sesgos o manipulaciones deliberadas por razones
políticas o personales.
⮚ Disponibilidad: los datos son accesibles para que puedan validarse y utilizarse con otros fines.
Recopilación y registro de datos coherentes: procesos para garantizar que los datos se recopilan de
forma coherente en diferentes sitios y por diferentes recopiladores.
Copia de seguridad de datos: procesos internos y externos, automáticos y manuales, para evitar el
riesgo de pérdida o corrupción de datos.
Archivar datos para uso futuro: sistemas para almacenar datos no identificados de modo que se pueda
acceder a ellos con fines de verificación o para futuros análisis e investigaciones en el futuro.
Este texto fue adaptado de Betterevaluation.org por Measurement Matters en abril de 2019