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Literatura

4
“A ti”, ecos de los Siglos de Oro en un poema de
Salvador Díaz Mirón
Lic. Violeta Itandehuitl Chávez Muñoz

Historia

11
Xavier Mina: Entre Dos Independencias y una Sola
Memoria
Mtro. Alfredo Moreno Flores

29
Belleza, Cocina y Punto de Cruz
Dra. Guadalupe Ríos de la Torre

Reseña

41 Para recuperar a Gilberto Owen

Dra. Elena Madrigal Rodríguez

44 Siglo y medio de La Bruja: legado historiográfico de

Jules Michelet
Mtro. José Serrano Jiménez

2   Tiempo y Escritura No.22 | Julio

 Teatro
49
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Tiempo y Escritura No 22
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Tiempo y Escritura No.22 | Julio   3
 Literatura

“A ti”, ecos de los Siglos de Oro en un

poema de Salvador Díaz Mirón
Lic. Violeta Itandehuitl Chávez Muñoz*

Mirón, sobre todo en su libro Lascas”

Fuente: http://papabeto.blogspot.mx/2009/01/el-
denodado-camino-del-exito-18.html
(1987, 26). Dichas modalidades
poéticas propias del modernismo, las
marcadas influencias horacianas y
ecos de los Siglos de Oro, coexisten
en el poemario mencionado con
antelación, en particular en el poema “A
ti” que apenas si ha sido mencionado
por la crítica. Esto, como indica Manuel
Sol en su rigurosa edición de Lascas,
muy probablemente tiene como causa
principal: “El contraste entre el ‘tú’
idealizado y el ‘yo’ degradado, […]

“
A ti”, poema incluido en Lascas, quizá a este contraste no preparado,
poemario que apareció en 1901, no desarrollado como ocurre en otros
pertenece a la segunda etapa en poemas se deba la escasa fortuna que
la obra poéticadiazmironiana que se ha tenido este soneto” (1987, 130).
caracteriza por un afán de perfección
y cuidado de la forma que habrá de
acrecentarse y llegar a su culminación
durante la tercera etapa, con el verso
heterotónico.1 Aunque, como ya
ha señalado Manuel Sol, sería más
adecuado hablar de modalidades
poéticas: “que coexisten en una
misma época y, a veces, en un mismo
poema; técnica que ha desconcertado
a muchos críticos y lectores de Díaz
Fuente: http://openlibrary.org/works/OL1636844W/
Lascas
* Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.
1
Acerca del término “heterotónico” (Méndez “A ti” es un soneto amoroso en el cual
Plancarte 1954, 6-10). se expresa la imposibilidad de alcanzar

4   Tiempo y Escritura No.22 | Literatura


el ideal, en este caso, la dama. Al
respecto Manuel Sol refiere que en
Lascas el amor tiene dos aspectos: “El
amor rara vez es un sentimiento noble
e ideal; es una pasión impetuosa,
febril e irracional” (1987, 33). Mientras
que Alfonso Méndez Plancarte asigna
al poema “A ti” el primer aspecto,
aunque no deja de mencionar que: “Se
ha dicho, en especial, que Díaz Mirón
apenas si concibe el amor humano
«sino en el sentido puramente físico»
[…] salvo «unas cuantas veces, quizá
una sola» (en “Nox”, y “A Tirsa”, o “A
ella” y “A ti”) […] Pero esta acusación
tampoco resiste al severo análisis”
(Méndez Plancarte 1954, 355).
El presente estudio tiene como
finalidad analizar los ecos de los
Siglos de Oro españoles que resuenan
en “A ti”. Lo anterior con el propósito
de demostrar que este soneto no ha
sido comprendido aún en su cabal
expresión.
Una interpretación a la luz de la
tradición proveniente de los Siglos
de Oro españoles nos muestran las
intenciones de Díaz Mirón en este
poema: una vez más retoma temas y
motivos tratados por grandes poetas
(tal como lo hace en “La giganta”,
emulando a Baudelaire) para salir
avante de esta difícil prueba. Visto de
esta manera, dicho soneto no resulta
“poco afortunado” sino una de la
pruebas más arduas que se impuso
Lic. Violeta Itandehuitl Chávez Muñoz
el autor de Lascas. En este poema
también existen rasgos modernistas,2
así como influencia horaciana3
pero, dado que ya han sido tratados
ampliamente, sólo nos abocaremos a
lo concerniente a los Siglos de Oro.
Fuente: Poesía completa, (Ed. de Manuel Sol),
México, Fondo de Cultura Económica, 1997, 641 pp.
Estudiaremos el fondo y la forma, sin
perder de vista que para Díaz Mirón
casi en todas sus composiciones
poéticas eran dos caras de la misma
moneda, inseparables y, por tanto,
dependientes una de la otra.
El soneto “A ti” está compuesto al estilo
diazmironiano, como señala Méndez
Plancarte, cuyos versos endecasílabos
obedecen al siguiente esquema: a b b a
/ a b b a // b a b / a b a. (1954, 231-232).
Además, los versos 7 y 8 se reproducen
exactamente en los versos 13 y 14
2
Cf. (Sol 1987, 30-31), (Castro Leal 1953, XXI-XXII),
(Monterde 1956, 59-60) y (Granados 2004, 51-56).
3
En lo que se refiere a la influencia horaciana en el
poema “A ti”, véase el comentario de Manuel So.
(1987, 130).
Tiempo y Escritura No.22 | Literatura  5
 Literatura

dando como resultado el estribillo: “y se limita a imitar. Además pretende

resulto en mi prez un vil gusano / que innovar al incluir en un tema amoroso
a un astro empina la bestial cabeza” referencias grotescas (el amante
(Díaz Mirón 1987, 131). convertido en gusano) provocando
un contraste aún más fuerte entre la
Existen varias coincidencias estilísticas
dama idealizada y el yo lírico.
entre el poema que nos atañe y los
sonetos amorosos de Luis de Góngora. Ejemplo del uso de la hipérbole es
Las principales características de los “la bestial cabeza”. Asimismo existen
sonetos gongorinos, de acuerdo con varios adjetivos y sustantivos que
Biruté Ciplijauskaité, son: subrayan la bajeza del amante ante la
dama por medio de fuertes contrastes:
técnica de contrastes, de
“mi voluntad se agita y endereza, /
claroscuros, de equívocos,
como la grama ante el pie tirano”;
[…] su obra muestra altibajos,
“y resulto en mi prez un vil gusano”
interrupciones, cambios. Es muy
(Díaz Mirón 1987, 131. El subrayado
frecuente el uso de la hipérbole
es mío). En el último ejemplo, la voz
[…] En la poesía lírica continúa
lírica paradójicamente encuentra su
una tendencia latinizante, tanto
gloria en el envilecimiento, es decir, el
en el vocabulario como en la
honor (prez) del yo lírico consiste en
sintaxis. […] se complace en
humillarse ante la dama. En apariencia
largas enumeraciones […] Rasgos
sólo hay una declaración de bajeza,
típicamente gongorinos son el uso
pero en una lectura a la luz de la
de encabalgamientos violentos, un
influencia de los Siglos de Oro expresa
hipérbaton exagerado, […] Abundan
la aceptación consciente del destino
las palabras esdrújulas; la maestría
trágico, destino que se enfrenta con
en las aliteraciones (1969, 22-23).
valentía y en el que estriba el honor
Como ya se había hecho mención, se del yo lírico.
ha considerado al soneto “A ti” como
La tendencia latinizante se halla presente
poco afortunado debido al “contraste
en el neologismo “elación”, proveniente
no preparado” entre la dama idealizada
de ēlātĭo que tiene la misma connotación:
(“astro”) y el yo lírico sumamente
elevación, grandeza, nobleza,
degradado (“un vil gusano / que a un
superioridad, orgullo y arrogancia
astro empina la bestial cabeza”). Lo
(Pimentel 2002). También se enumeran
expuesto con antelación más que un
los atributos físicos de la dama (cuello,
yerro poético debe ser visto como
mano y ojo) mediante elaboraciones
un eco de los bruscos contrastes
que exaltan su hermosura al mismo
gongorinos. Díaz Mirón, como lo hizo
tiempo que denotan los orígenes de
en otros poemas, trata de emular la
la amada –francés por el lirio y, un
tradición de los Siglos de Oro y no
origen “pagano” por su mano-, como

6   Tiempo y Escritura No.22 | Literatura


puede apreciarse en la primera estrofa:
“Portas al cuello la gentil nobleza / del
heráldico lirio; y en la mano / el puro
corte del cincel pagano; / y en los ojos
abismos de belleza” (Díaz Mirón 1987,
130).
El hipérbaton exagerado es una
característica típica del gongorismo
que se hace notoria en el verso 3:
“el puro corte del cincel pagano”.
Lo mismo sucede con el uso de la
esdrújula (heráldico) y la aliteración
de la consonante cr en los versos
5 y 6; así como un juego fónico, que
se realiza mediante la inversión de la
aliteración, en la combinación rc: “Hay
en tus rasgos acritud y alteza / orgullo
encrudecido en un arcano” (Díaz Mirón
1987, 131. El subrayado es mío).
Otro rasgo gongorino es el uso de
encabalgamientos violentos como
puede verse en los versos 2 y 3: “[…]
y en la mano / el puro corte del cincel
pagano”. De la misma forma ocurre
en los versos 9 y 10: “Quiero pugnar
con el amor; y en vano / mi voluntad se
agita y endereza”.
Fuente http://www.uv.es/ivorra/Gongora/Gongora.htm
Lic. Violeta Itandehuitl Chávez Muñoz
Por todos los rasgos en común, resulta
evidente la influencia de Góngora.
Dichos rasgos serán prácticamente
los mismos en la poesía del Conde de
Villamediana, el mejor y más célebre
discípulo del poeta cordobés, de quien
también toma algunos elementos Díaz
Mirón.
Se le ha criticado al autor de Lascas
la falta de espontaneidad y emoción
como consecuencia de su excesivo
pulimiento de la forma. Por su parte,
Méndez Plancarte defiende que sí
existe emoción en la poesía de Díaz
Mirón y para ello pone como ejemplo
(al lado de los poemas “Duelo”, “A
Tirsa” y “Excélsior”) la composición
“A ti”; como indiqué anteriormente,
resulta más plausible orientarse a favor
de lo afirmado por Méndez Plancarte,
es decir, que la emoción existe puesto
que “A ti” al parecer estaba inspirado
en circunstancias biográficas del vate
veracruzano.
Lo antes expuesto también parece
probable por la cercanía temporal de
dos sonetos amorosos de Lascas: el
poema que nos atañe, fechado el 25
de mayo de 1901, fue compuesto unos
días antes que el soneto amoroso “A
ella” (27 de mayo de 1901).
Esto parece reafirmarse con lo
propuesto por Génaro Fernández Mac
Gregor, quien sugiere que Díaz Mirón
compone los poemas “A Tirsa”, “A
ti”, “A ella” y “Ópalo” inspirado por la
misma mujer que aparece en “Nox”
(1952, 215-218). María Ramona Rey
no menciona que se trate de la misma
Tiempo y Escritura No.22 | Literatura  7
 Literatura
mujer, pero sí hace notar que: “A todo
esto hay que agregar las menudas
aventuras amorosas que corrió el
poeta. […] Con su media-discreción
habitual le dedicó a esos amoríos
sucesivos una serie de poemas,
algunos muy hermosos, entre ellos “A
Margarita”, “Engarce”, “A ti”, “A ella”
(1974, 228).
Por último, cabe señalar que, haya
existido o no un amorío que inspirará
“A ti”, es innegable la intensidad del
sentimiento pues éste es uno de los
pocos poemas en que Díaz Mirón,
poeta gallardo y orgulloso, se muestra
degradado y servil ante la dama-astro.
Pese a ello, esto no significa que el yo
lírico se halle en el nivel más bajo pues
no cejar en el intento de conquistar
el amor, aunque se sepa que éste
es imposible, constituye un acto de
orgullo y valentía.
El amor inalcanzable: ecos de El
cancionero blanco de Villamediana
y algunos sonetos amorosos de
Góngora
Fuente: http://biombohistorico.blogspot.mx/2010/11/
el-conde-de-villamediana-y-el-toreo.html
8   Tiempo y Escritura No.22 | Literatura
El amor inalcanzable es un tema muy
frecuente en las poesías amorosas de
los Siglos de Oro; en este caso nos
enfocamos en las coincidencias entre
los sonetos amorosos de Góngora y el
Conde de Villamediana por ser estos
autores los que más afinidad guardan
con “A ti” de Díaz Mirón.
“A ti” puede considerarse un poema
singular dentro de la obra diazmironiana
pues en muy contadas ocasiones
vemos a la voz lírica degradada de
esa forma. Es verdad que, en Lascas,
de acuerdo a los datos biográficos de
Díaz Mirón, el poeta acaba de sufrir
una humillación (fue encarcelado por
matar a Federico Wólter, en legítima
defensa como se probará más tarde).
Pese a esto no es una voz degradada
la que se escucha en Lascas, sino
una voz que clama la restitución de
su honor: “¡Aún se cantar; y en versos
que perduren / publicaré a los siglos
mi venganza!”.
En el estribillo del poema se nos
presenta la degradación de la voz lírica
hasta el punto de ser como un gusano.
En apariencia se podría pensar que
la voz lírica, altiva y orgullosa, por fin
ha descendido a causa del amor, y
aunque esto es cierto en parte, no se
trata de una expresión de bajeza sino
de la aceptación heroica de su destino.
Lo anterior proviene directamente
de la influencia de los Siglos de Oro,
en especial de Villamediana: “Es
máxima barroca: las cosas basta con
intentarlas. Es máxima barroca: no
discutir, mostrar. Es máxima barroca:

las obras al servicio de la fe. Hasta el
fracaso si es necesario” (Rozas 2001,
39). Tal como escribe Villamediana
en el tercer soneto de su Cancionero
blanco: “Mas si a la pena, Amor, el gusto
igualas || derrita el sol las atrevidas alas,
/ que no podrá quitar al pensamiento
/ la gloria, con caer, de haber subido”
(2001, 79). De igual manera el gusano
que contempla al astro, puede no llegar
a alcanzarlo nunca, pero su actitud se
torna heroica, puesto que cual Ícaro
ha alzado la mirada y anhela elevarse
por encima de su condición.
La concepción de que la voluntad se
anula cuando está bajo los influjos
tiránicos del amor también es parecida
a la que propone Villamediana.
Compárese el primer terceto de “A ti”
(“Quiero pugnar con el amor; y en vano
/ mi voluntad se agita y endereza, /
como la grama tras el pie tirano”) con
el siguiente fragmento del segundo
soneto del Cancionero blanco: “Amor
no guarda ley, que la hermosura / es
lícita violencia y tiranía / que obliga con
lo mismo que maltrata” (Villamediana
2001, 78. El subrayado es mío).
La dama que se nos muestra como un
astro (en particular el Sol) en el soneto
que nos ocupa, tiene claro referente en
Góngora –y también en Villamediana-:
“igual de fuerzas tenías siendo
aurora, / que ya como sol tienes bien
nacido” (Góngora 1969, 146). En otro
de los sonetos amorosos del poeta
cordobés también podemos notar que
el amante se humilla ante la dama, al
igual que ocurre en “A ti”, actitud que
Lic. Violeta Itandehuitl Chávez Muñoz
muy probablemente se remonta a la
tradición medieval del amor cortés:
“ídolo bello, a quien humilde adoro,
/ oye piadoso al que por ti suspira”
(Góngora 1969, 111).
Son notorias las influencias de los
Siglos de Oro en el soneto “A ti”.
Díaz Mirón reproduce en su poema el
tratamiento del amor inalcanzable de
Villamediana y Góngora; convirtiendo
este rasgo, que ha sido considerado
como un contraste poco afortunado
en una prueba de heroísmo. De igual
forma, se propone emular los rasgos
estilísticos gongorinos; muestra de
ello son aciertos como el juego de
aliteraciones, los encabalgamientos o
el fuerte contraste del estribillo que da
sentido a todo el poema.
Otro ejemplo de la grandeza de Díaz
Mirón es que no sólo retoma la tradición
de los Siglos de Oro, sino que agrega
una innovación al incluir junto a un tema
amoroso alusiones grotescas como “la
bestial cabeza del gusano”.
Méndez Plancarte ya había señalado la
influencia de los poetas de los Siglos
de Oro en la poesía diazmironiana.4
Sin embargo, no menciona nada en
este sentido respecto al poema “A
ti”, ni tampoco indica la influencia
de Villamediana que, como ya
se mencionó, es notoria en esta
composición poética.
4
Para ahondar en la influencia de los Siglos de Oro
en la poesía de Díaz Mirón (Méndez Plancarte
1954, 70-75).
Tiempo y Escritura No.22 | Literatura  9
 Literatura
Con “A ti” Díaz Mirón se reafirma
como poeta excepcional, pertenece
a esa especie selecta de escritores
cuyos versos engalanan la lengua
española; como ya antes había hecho
notar Méndez Plancarte: “Salvador
Díaz Mirón, es grande Lírico y máximo
Artífice del Verso, que como tal
descuella en todo el Parnaso Hispano,
si es que no en el del orbe entero”
(1954, 355).
Fuente: http://www.diarioimagen.net/?p=44283
Bibliografía
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1953 “Estudio preliminar” en Salvador
Díaz Mirón. Antología poética. México:
UNAM.
CIPLIJAUSKAITÉ, BIRUTÉ
1969 “Introducción” en Luis de Góngora.
Sonetos completos. Madrid: Castalia.
DÍAZ MIRÓN, SALVADOR
1987 Lascas. (Edición, introducción
y notas de Manuel Sol T.) Xalapa:
Universidad Veracruzana.
10   Tiempo y Escritura No.22 | Literatura
FERNÁNDEZ MAC GREGOR, GÉNARO,
1952 “Díaz Mirón” en Carátulas. México:
Botas.
GÓNGORA, LUIS DE
1969 Sonetos completos. (Edición,
introducción y notas de Biruté
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2004 “Estudio preliminar” en Salvador
Díaz Mirón. Antología poética. México:
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1954 Díaz Mirón: Poeta y artífice. México,
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1956 Salvador Díaz Mirón: Documentos,
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2002 Breve Diccionario Latín-Español.
Español-Latín. (2ª ed.) México: Porrúa.
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1974 Díaz Mirón o la exploración de la
rebeldía. México: Rueca.
ROZAS, JUAN MANUEL
2001 “Introducción” en Villamediana.
Obras. Madrid: Castalia.
SOL T., MANUEL
1987 “Introducción” en Salvador Díaz
Mirón. Lascas. Xalapa: Universidad
Veracruzana.
VILLAMEDIANA
2001 Obras. (Edición, introducción y
notas de Juan Manuel Rozas). Madrid:
Castalia.
Xavier Mina: Entre Dos
Independencias y una Sola Memoria1
Mtro. Alfredo Moreno Flores*
Fuente: http://t1.gstatic.com/
images?q=tbn:ANd9GcS_
lcQBA6IR2ZSGbVN3vVCFuFLz
XLov5RN8yEN5Gmrz635nyh4OvQ
Su corta pero brillante carrera
lo hace acreedor a un lugar
distinguido en la lista de aquellos
héroes que han derramado su
sangre en esfuerzos atrevidos y
1
Se considera el nombre que la historia
especializada sostiene como correcto: Martín
Xavier Mina Larrea (Ortuño 2003, 4).
*
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.
generosos por romper el cetro de la
tiranía y propagar las bendiciones
de la libertad en la raza humana.
Memoirs of de Mexican Revolution,
William Robinson.
El 11 de noviembre, día de San
Martín, una escolta condujo a
Mina desde el cuartel general del
ejército hasta el crestón del cerro
del Bellaco. Eran las cuatro de la
tarde. Los dos campos enemigos,
suspendidas como de común
acuerdo las hostilidades, guardaban
silencio profundo. Acompañado
por el capellán del 1er Batallón de
Zaragoza, Mina apareció mostrando
gran tranquilidad y compostura.
“No me hagáis sufrir”, dijo a
los soldados escogidos para el
fusilamiento. Cayó herido por la
espalda, tras proferir la queja de
que se le diese la muerte de un
traidor.
Javier Mina, héroe de España y de
México, Martín Luis Guzmán.
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   11
 Historia
En la memoria del centenario
Fuente: http://farm4.static.flickr.com/3581/3432771505_2604f2d286.jpg
E
n el marco de las celebraciones
del primer centenario de la
independencia de México, Por-
firio Díaz inauguraba, en 1910, una
columna en el Paseo de la Reforma
que entre sus diferentes elementos
arquitectónicos presentaba varias
estatuas de los considerados héroes
de la guerra. Una de las cuatro que
sirven de custodia a la principal -la de
Miguel Hidalgo de pie y enarbolando
un estandarte y rodeado por dos
figuras femeninas que representan a la
12   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
Historia y a la Patria- es la del español
Xavier Mina; la cual está en la base
de la columna, en su parte posterior,
al lado de la que representa a Nicolás
Bravo y en oposición a las de José
María Morelos y Vicente Guerrero. Los
méritos de los considerados héroes
que rodean al Padre de la patria, eran
tanto históricos como simbólicos.
Es decir, el sacrificio personal, la
importancia de su accionar para
alcanzar la independencia o sus
cualidades, fueron sin duda algunos

de los criterios para distinguirlos en
el conjunto escultórico. De Morelos,
destacaba su liderazgo y genio
militar; de Guerrero su tozudez para
no claudicar la causa; de Bravo su
patriotismo sacrificado y manifiesto;
y de Mina su juventud, carisma e
idealismo. De igual forma, puede ser
considerado un gesto simbólico que
reconocía las diversas identidades que
conformaban lo mexicano: la criolla, la
mestiza, la relativa a las denominadas
“castas” y la española. Sin dejar de
señalar que faltaría expresamente la
indígena. Por cierto, si no fuera por
la escultura de Mina poco quedaría
para la remembranza del guerrillero e
insurgente ya que la imagen que abre
este trabajo es la que mayormente
aparece, en los textos que, en distintos
géneros, se han publicado, entre otras
representaciones conmemorativas.2
La rotonda, además de fungir como
síntesis y alegoría histórica, parece
conciliar la memoria y visión que sobre
la historia imperaba en ese periodo,
2
La imagen aparece tanto en textos históricos de la
época, como los aquí analizados. Se conoce otra
del tiempo en que se volvió famoso por sus triunfos
contra las fuerzas napoleónicas (1814) elaborada
ex profeso para una colección de estampas de
héroes de la independencia española. La imagen
es muy lejana y rústica en comparación con la que
ha recogido la historia (Ortuño 2003, 357). Otra
imagen que más que representarlo semeja la figura
“genérica” de un militar mexicano de época aparece
en la portada del texto, El rayo de la guerra,
Don Francisco Javier Mina, correspondiente a la
colección “Biblioteca del niño mexicano”, publicado
en 1900 y escrita por Heriberto Frías.
Mtro. Alfredo Moreno Flores
ya que el acento está en las figuras
heroicas, incluyendo a muchos de los
líderes que lucharon en esa gesta. En
consonancia con lo anterior, estaría el
programa de mano que se publicara
para acompañar la celebración. Ahí
se observan las imágenes de tres
personajes que representaban, según
el mismo horizonte heroico y liberal,
los mayores logros de la patria en
su devenir como nación: el inicio de
la emancipación, la Constitución de
1857 y la anhelada Paz. Haciendo un
paréntesis, es pertinente enfatizar
que la rotonda y el programa de mano
pueden ser consideradas formas de
apropiación del pasado, además de
ser ejemplos historiografiables en
su calidad de representaciones de la
realidad y no de ésta, en sintonía con
perspectivas de análisis como el “giro
lingüístico” (Palti 2002, 50).
Fuente:http://wikimexico.com/wp-content/
uploads/2010/02/1111314_2_programa-de-mano-del-
centenario-de-la-independencia.jpg
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   13
 Historia
Desde luego, y retomando la lectura
a la imagen del programa, sobresale
el elogio -nada sutil a Díaz- al unir en
una misma senda a la Independencia
y a la Reforma con esa inusitada era
de progreso y orden. Por otro lado,
parecía que los anhelos nacionalistas
y literarios que desde 1867 impulsara,
desde diferentes foros, Ignacio Ma-
nuel Altamirano se concretaban: los
mexicanos tenían un monumento a la
altura de la emancipación. En ese mismo
periodo creció un tipo de narrativa
histórico-literaria, de sesgos patrios
e identitarios que simbólicamente co-
mienza con la publicación de novelas
históricas que narraban el pasado
inmediato (1868), 3 la inauguración
del periódico El Renacimiento (1869),
pasando por la publicación de El Libro
Rojo (1871),4 y hasta la primera síntesis
3
De Juan A. Mateos, El cerro de las campanas y El
Sol de Mayo y de Vicente Riva Palacio: Calvario y
Tabor, entre otras.
4
El Libro Rojo se publicó bajo los auspicios de
Manuel Payno y Vicente Riva Palacio, y otros
autores, con un formato de breves semblanzas
biográficas de los personajes -y algunos sucesos-
que en su consideración fueron antecedentes
del proceso de emancipación nacional que
comenzaba en 1521 para culminar en 1867. La
datación por sí misma es llamativa y tiene que
ver con el sustentar que la derrota a las fuerzas
monárquicas en Querétaro fue el punto final de
lo que Benito Juárez llamó “nuestra segunda
independencia”. El recorrido por la vida de los
personajes considerados parte de un devenir
que ineludiblemente llevó a la nación de un
14   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
histórica de pretensión nacional,
México a través de los siglos, (1884-
89), destacando que en ese periodo el
género literario e histórico eran muy
cercanos en sus pretensiones y forma
narrativa: la historia era considerada
parte de la literatura; el estatuto
cientificista de la labor histórica no se
imponía como modelo en México.
Atrás parecían quedar las quejas
en diversos foros, al señalar que
era urgente la rememoración de la
gesta fundacional de la patria ya
que eran más conocidos los santos
que los héroes de la independencia.
(Altamirano 1986, 289-290). La paz
que se tambaleaba en 1910 era el fin
de un larguísimo e inusitado periodo
de pacificación, prosperidad y moder-
nización basado en un control férreo
(político y económico) y con episo-
dios de simulación democrática,
represión y desigual desarrollo
social.5 No obstante las festividades,
los sucesos pronto derrumbarían el
edificio porfiriano de dominación y en
estado colonial a otro como ente soberano, y
del sistema monárquico al republicano, En el
ánimo de festividad por el triunfo político y militar
cabían, incluso, los gestos para conciliar al mundo
prehispánico en las biografías de Moctezuma II,
Xicoténcatl y Cuauhtémoc. El afán reconciliador
alcanzaría el pasado reciente con la inclusión, al
final de libro, de la biografía en tono positivo del
malogrado Emperador de México, Maximiliano de
Habsburgo.
5
Ver de Paul Garner, Porfirio Díaz, del Héroe al
dictador, 2003.

el amanecer del siglo XX mexicano se
tendría una nueva época de guerra e
inestabilidad.
Las posibilidades hermenéuticas que
ofrecen tanto el monumento más fa-
moso de México como el programa
son varias -además de ser ejemplos
de constitución/apropiación de una
memoria que se pretende nacional- si
consideramos a esta perspectiva no
sólo como transmisora de un mensaje
sino como reconfiguradora del mismo
y por ende de sus capacidades de
apropiación del signo. Es decir: una
forma crítica de interpretación del
pasado y no como forma meramente
contemplativa (Ferraris 2007, 11-26).
Aunque, en este trabajo se pone énfasis
en el análisis de paradigmáticos textos
de la historiografía decimonónica,
incluyendo algunas obras literarias,
principalmente las escritas en México,
que re-construyeron la gesta del héroe
de dos guerras independentistas:
Xavier Mina. La elección tiene que ver
con privilegiar las fuentes desde un
horizonte culturalmente cercano al
periodo histórico que se narra y develar
algunas de las causas para que esas
versiones sigan estando vigentes en
estudios históricos actuales.6 Además,
6
Es necesario señalar que son incluidas sólo
algunas de las representativas como la de William
Robinson (la primera obra propiamente histórica
de la gesta de Mina), las de los mexicanos Carlos
María de Bustamante (una visión insurgente),
Lucas Alamán (una visión conservadora) y la de
Julio Zárate (una visión desde la perspectiva del
liberalismo pragmático del porfiriato).
Mtro. Alfredo Moreno Flores
se trata de abonar en una relectura de
las fuentes originarias para evitar caer
en su sobreinterpretación, al igual que
de los propios sucesos de los que
da cuenta (Ankersmith 2005, 48), así
como redimir el carácter de historia
en construcción que mantienen. Este
sesgo nos permite apreciar cómo fue el
proceso de conformación/apropiación
de la historia nacional, de tipo patrio,
especialmente la jornada libertaria del
español hoy considerado héroe de la
insurgencia mexicana. No se incluyen
obras de publicación ibérica ya que la
expedición de Mina quedó fuera de la
historiografía nacionalista española
de la época. Para los historiadores
de aquel lado del océano, el que éste
haya luchado contra el absolutismo
de Fernando VII fue un suceso que
lo dejó fuera del panteón heroico
español; olvido que parece persistir
salvo contadas excepciones.7
Sin duda, la vida y obras del llamado
Estudiante se prestan para la reme-
moración heroica y para la narración
7
Manuel Ortuño señala incluso en la actualidad
el desinterés en España es similar al que ocurrió
en el siglo XIX y puntualiza que la excepción “es
el trabajo de Angels Solà” el cual apareció en la
Revista Mexicana de Sociología en 1989. En:
Xavier Mina, Ensayo bio-bibliográfico, 2000, 285.
Sin embargo, en 2010 se publica otra biografía de
Mina de visión española escrita por María de las
Nieves Pinillos Navarro: Xavier Mina, Guerrillero e
Insurgente, aunque bajo sello editorial mexicano
(UNAM-CIALC) y en el marco de la celebración del
bicentenario de la independencia nacional.
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   15
 Historia
literaria, sin dejar de resaltar el
olvido, y por ende desconocimiento,
que de él persiste, hoy en día, en su
natal España.8 Incluso, el héroe de
Navarra fue negado y condenado por
el que fuera su tío -Francisco Espoz
y Mina, y que previamente en su
honor apostillara su apellido al de él.
Para el general Espoz el destino y la
memoria serían diferentes: además
de ser nombrado Virrey de Navarra,
en 1834, formaría parte de los héroes
de la independencia ibérica como lo
muestra su sepulcro en la catedral
de Pamplona.9 Para uno, la gloria en
España, para el otro, la memoria en
México.10
Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/
commons/thumb/3/3b/Francisco_Espoz_y_Mina_
by_Francisco_Goya.jpg/220px-Francisco_Espoz_y_
Mina_by_Francisco_Goya.jpg
8
Manuel Ortuño devela las principales fuentes
historiográficas para el estudio de Mina. Destaca,
en las decimonónicas, que salvo la versión del
norteamericano Robinson, la mayor parte de
los análisis de la gesta del navarro en territorio
novohispano sea de manufactura mexicana y
16   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
Fuente: http://www.enciclopedianavarra.biz/imgs/
imgsReal/reducidas/5272.gen07193002.jpg
explica las líneas generales de cada una de
ellas. Por otro lado, sobresale por parte de los
historiadores españoles la de Mariano Torrente,
Historia de la Revolución Hispano-Americana,
publicada en Madrid entre 1829 y 1830 en la que
así se calificaba a Mina: “…Hablamos de un genio
maligno y arrojado emprendedor, del rebelde Javier
Mina, quien iba surcando los mares en busca de
fortuna…”. Es más que obvia la idea negativa
que de Mina había en su patria en aquella época
(Ortuño 2003, 294).
9
Una de las explicaciones al error en el nombre
de Xavier Mina fue la confusión que en
diferentes obras históricas, panfletos e imágenes
iconográficas de la época que agregaron el Javier
sin considerar que correspondía al tío y no al
sobrino. Por cierto, sólo le llevaba siete años el
primero al segundo.
10
Aunque desde cada remembranza de la
independencia nacional hay trabajos y diferentes
formas de homenaje que incluyen nombres
de calles, exposiciones, esculturas, monedas
conmemorativas, dos versiones cinematográficas
sobre su vida, novelas y trabajos propiamente
históricos, lo cierto es que tampoco son muchos los
trabajos que sobre Mina hay en la actualidad.

Como Mina, no cualquiera fue capaz
de poner en ridículo a las fuerzas
de ocupación napoleónica durante
la guerra de intervención contra
España, ni cualquiera sería enemigo
de un emperador y un rey que
paradójicamente en primera instan-
cia había luchado por liberar; no
cualquiera pagaría el precio de su
rebelión con el encarcelamiento de
decenas de miembros de su entorno
familiar, ni dejaría inconcluso un
primer amor con su prima,11 ni libraría
batallas y reavivaría la guerrilla navarra
para caer preso en cárceles francesas,
escapando antes de una orden directa
para ejecutarlo signada por el mismo
Napoleón; no cualquiera estando pre-
so en la cárcel para opositores más
representativa de Francia, el castillo
de Vincennes -presidio para famosos
como el Marqués de Sade-, muy
enfermo y hasta con algún ataque de
alopecia, completaría su formación
militar e ideológica por vía del también
cautivo: el general francés Lahorie,
antiguo amante de la madre y padrino,
a la vez, del escritor Victor Hugo
(Domínguez 2004, 481), para salir del
presidio con formación militar, y pasar
de patriota a ferviente convencido del
liberalismo.
11
Aunque se consultó la versión de William Robinson
en inglés y publicada en Londres en 1821, para
facilitar la lectura citamos la traducción, al español,
de Virginia Guedea, Memorias de la Revolución
Mexicana…, 2003, 71.
Mtro. Alfredo Moreno Flores
Tampoco cualquiera sería cortejado
por comerciantes, aventureros y
agentes gubernamentales del Reino
Unido o Estados Unidos -como el
futuro general norteamericano y
conquistador de México en 1847:
Winfield Scott, entre otros-, o sería
animado por reconocidos liberales
españoles en el exilio inglés como
José María Blanco White o Álvaro
Florez Estrada; no cualquiera se
codearía con toda una pléyade de
hombres libertarios de América como
Simón Bolívar o Fray Servando Teresa
de Mier, aunque este último renegara
de él –para salvarse-, pese a ser
compañeros de ideas y de aventuras
amorosas Hugo (Domínguez 2004,
491); no cualquiera sería perseguido
por espías, corsarios y traidores
pagados por España durante toda
su odisea por mares y territorios que
incluía puertos llenos de rebeldes,
patriotas y aventureros como eran
Baltimore, Nueva Orleans o Haití; no
cualquiera emprendería una gesta
con tantas situaciones en contra para
liberar un país que le necesitaba,
según se entiende de su biografía
-y de lo cual estaba plenamente
convencido-, para unirse a un grupo
de insurgentes que paradójicamente
idealizaba y el cual no supo, o no
quiso, comprenderlo. Al final, pese
a que percibió a su causa como
insostenible, siguió adelante contra
lo que más odiaba: el absolutismo
encarnado en la figura de su propio
monarca: El Deseado, aquel que se
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   17
 Historia

debatió entre la traición a su linaje de obras históricas que en su tiempo

y la sumisión al Emperador francés; eran muy valoradas y esperablemente
aquel que juró y abjuró de las leyes criticadas según fueran el sesgo
surgidas de Cádiz en 1812. La juventud ideológico de su autor. Aquí sólo
y el espíritu romántico, además, de un analizamos algunas con la idea de
gran carisma y respeto por el oficio invitar a su lectura y puntualizando
militar fueron sus mejores armas que ninguna estuvo centrada en la
que no pocas veces le salvaron la hazaña de Mina sino en el proceso de
vida. Por el contrario, la historia nos la emancipación mexicana, ya que la
muestra que la traición, la envidia, primera biografía se publicaría hasta el
la adulación y el deshonor fueron siglo XX por encargo del español José
determinantes en su aciago final. Ortega y Gasset al escritor mexicano
Martín Luis Guzmán durante el exilio
Xavier Mina en la historiografía y
de éste en España (Ortuño 2003, 366).
en las visiones histórico-literarias
del siglo XIX
a) Robinson, Bustamante, Alamán y
Zárate
Al hacer una revisión por los
trabajos históricos que auspiciados
o patrocinados en México se han
publicado en los últimos años sobre la
vida y gesta del fundador del “Corzo
Navarro” sin duda la mayoría mantienen
algún grado de oportunidad. Es decir,
sin ser lo anterior un comentario crítico
sino con el afán de situar a los textos en
su horizonte enunciativo, lo cierto es
que la mayoría son de corte biográfico,
apoyados por institutos especializados
o gobiernos, incluidos algunos locales,
Fuente: http://library.sc.edu/spcoll/mexico/images/
y bajo el marco de alguna celebración.
robinson-tp.jpg
Sin embargo, lo que tienen en común
es que todos apelan a un conjunto La primera y que más ha perdurado
es la del comerciante norteamericano
William Robinson cuya profesión
3
En la novela, el término “quebrador” en
no ha demeritado su papel como
sustitución del nombre del protagonista, es escrito
historiador, especialmente de la expe-
indistintamente con minúscula o con mayúscula.

18   Tiempo y Escritura No.22 | Historia


dición de Mina. Algunos hechos que
apoyan lo anterior: el haber estado en
la Nueva España en las fechas en las
que la expedición se organizaba, el que
conociera a líderes insurgentes como
Guadalupe Victoria o Manuel Mier y
Terán; el que fuera confundido con un
homónimo que era sospechoso de ser
agente secreto al servicio del gobierno
norteamericano que lo llevaría a ser
preso en diferentes cárceles, en las
cuales conocería a varios hombres de
la columna de Mina y que sirvieron
como una fuente invaluable para su
historia, o que también departiera
con el célebre historiador insurgente
Bustamante, el cual le leería una versión
preliminar de su Cuadro Histórico y
el norteamericano, influido por ésta,
decidiría escribir su propia versión. Tan
válida es su narración histórica que
fue una de las principales fuentes que
son retomadas por historiadores tan
opuestos como el conservador Alamán,
o el liberal Zárate. La primera edición
de las “Memorias” de Robinson es de
1820 y fue publicada en Filadelfia.12
12
El título completo del texto es: Memoirs of the
Mexican revolution; including a narrative of the
expedition of General Xavier Mina. To which are
annexed some observations on the practicability
of opening a commerce between the Pacific and
Atlantic oceans, through the Mexican isthmus, in the
province of Oaxaca, and at the Lake of Nicaragua;
and the vast importance of such commerce to the
civilized world. Hay diferentes ediciones y como se
ha señalado se cita la traducción, al español, de
Virginia Guedea.
Mtro. Alfredo Moreno Flores
La calidad de su prosa, detallada
y con sustento deja entrever un
hombre preparado y con oficio a la
hora de escribir que contrasta con
un resquemor que sobresale en su
narrativa, contra de algunos españoles
por los “terribles sufrimientos que han
padecido los pacíficos aborígenes” o
los “ultrajes bajo los que han gemido
los criollos”; incluyendo en su crítica a
instituciones, como “el terrible tribunal
de la Inquisición” (Robinson 2003, 79).
Su visión estaría en consonancia con
la denominada “Leyenda Negra”. Un
ejemplo paradigmático se muestra,
en un paréntesis que hace Robinson
al referirse al castigo impuesto a
Fray Servando por haber dudado
de la veracidad de la aparición
guadalupana y califica a ésta como
“ciega superstición” de “indios y de
criollos” (Robinson 2003, 88). Sin
embargo, su versión de la jornada
de Mina, así como muchos de los
datos biográficos y del contexto que
rodeó toda la gesta perviven en la
historiografía de la época y la actual.
Su visión idealiza al guerrillero y liberal
navarro igual que a su causa. Mina sería
un hombre adelantado y convencido
de que su lucha era lo mejor tanto
para los territorios americanos
como para la España misma. Para el
historiador norteamericano falló la
columna multinacional del navarro por
la incomprensión de algunos de los
líderes insurgentes de segundo orden,
especialmente culpa a la envidia del
padre Torres. Su narración sustenta lo
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   19
 Historia
que al inicio señalara: “demostraremos
que si Mina hubiera desembarcado en
cualquier parte del reino mexicano
con mil quinientos hombres […] podría
haber marchado en derechura sobre
la ciudad de México y derrocado al
gobierno español” (Robinson 2003,
78).
Las tesis y la visión de Robinson
trascenderían ideologías y autores
que, en mayor o menor grado, estarían
de acuerdo con él, y su narración
inauguraría una serie de versiones
sobre Xavier Mina que todavía siguen
causando polémica. En la actualidad
hay dos visiones: los que creen que el
navarro quería la independencia, como
lo señalaban sus proclamas y aquellos
que consideran que “sólo” querían
instaurar una monarquía moderada. En
todo caso, lo que pervive es el accio-
nar heroico del insurgente español
que nadie lo ha podido refutar.
La versión histórica mexicana en
la que más espacio se le da a Mina
es la escrita por Carlos María de
Bustamante (1823) y paradójicamente
una de las más críticas con el texto
de Robinson. La queja derivaba
tanto en lo referente al texto como a
desasosiegos personales entre los
dos narradores. Según el historiador
mexicano la versión histórica sobre la
guerra de independencia (capítulos I y
II del primer volumen) que escribiera el
norteamericano y que antecede a los
hechos relativos a la expedición de Mina
estaba plagada de equivocaciones y
omisiones, aunque matiza al señalar
20   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
que tuvieron un carácter involuntario
(Bustamante 1985, 312). En lo que no
tiene empacho Bustamante es tomar
como buena la versión de Robinson
con respecto a la expedición del
guerrillero navarro. Mina aparece
como un hombre valiente, perspicaz,
con un liderazgo y pundonor militar,
guiado por un claro fin: luchar contra
el absolutismo de Fernando VII. La
gesta es narrada desde los inicios del
Corzo Navarro, la prisión, el exilio y la
conformación de la empresa, el arribo
a Soto la Marina, los varios triunfos
sobre las fuerzas realistas y hasta su
muerte en el Cerro del Bellaco.
Lo importante en el relato de Busta-
mante no es la minuciosidad, el apego
documental, o la crítica a algunas
acciones erradas del guerrillero insur-
gente; lo que resalta es que por un
lado se alegra que Mina sea parte del
panteón laico de héroes (desde 1823)
y que sus restos reposaran al lado de
Hidalgo o Morelos y, por otro, parece
celebrar que la expedición fracasase,
ya que, según él, el navarro venía no a
liberar a México sino a preservar una
monarquía constitucional, pese a que
Mina expresamente en su proclama
de Galveston (febrero de 1817)
puntualizara que venía a luchar por
la independencia y contra el monarca
“opresor” e “ingrato” que con apoyo
de la “infernal inquisición” abjuraba de
los principios de Cádiz (Bustamante
1985, 319). El historiador insurgente
da como válidas las ideas que Mina
expuso en varias oportunidades, en

las cuales aclaraba que el principal
abastecedor de la Corona era el
territorio novohispano, por lo cual
la lucha debería de comenzar en
este territorio para terminar con
la esclavitud de los “americanos”
por vía de los “monopolistas”. Más
puntualmente en la de Río Bravo (abril
de 1817) en la cual sin cortapisas
señalaba que lo principal era “trabajar
por la libertad e independencia de
México” (Bustamante 1985, 333). En
contraste, su argumento en contra de
Mina será una carta del guerrillero,
ya preso y condenado a muerte, en
la cual supuestamente abjura de la
causa que encabezaba. Se le olvida-
ba a Bustamante que el propio Hidalgo
fue obligado a abjurar de su causa y no
por ello su gloria fue menor. Al final, el
balance para el insurgente español fue
más positivo que negativo, y entre los
motivos para el final trágico señala-
ba el comportamiento del “indecente”
padre Torres (Bustamante 1985, 357), y
reconocía el mérito del héroe español
en el proceso de emancipación
mexicano.
Años después de la versión favorable
a los insurgentes que escribiera
Bustamante, se publicaría otra de
concepción conservadora por la
pluma de Lucas Alamán (1849), la cual
por cierto intenta señalar los yerros
del historiador insurgente, en cuanta
oportunidad se le presenta. En lo que
refiere a la campaña de Mina, lo primero
que sorprende es la admiración y
simpatía que el conservador tiene por el
Mtro. Alfredo Moreno Flores
navarro. El espacio que le otorga es un
poco menor al de Bustamante, pero es
mucho más organizado y con un estilo
que hoy se puede disfrutar e incluye
una litografía de Mina a página entera.
Al igual que su contraparte ideológica
la versión de Robinson es citada de
forma recurrente por Alamán. Se nota
una cierta intención por mostrar la
expedición del guerrillero hispano
más como una aventura que como
una expedición bien organizada y se
subraya que tenía una doble finalidad:
“vengarse del rey Fernando” y dar
“vuelo á sus ideas liberales” (Alamán
1985, 550). Llama la atención que no
son incluidas las proclamas de Mina en
el texto y sólo se señala que se incluyen
en un apéndice al final del mismo.
De forma positiva son descritas las
diferentes acciones del héroe navarro
al cual se le trata de forma diferente
que a los insurgentes mexicanos.
Se da por hecho que pertenecía a la
masonería, se remarca su gentileza,
compañerismo, intrepidez, liderazgo,
y se señala con claridad que sus
triunfos militares fueron exitosos pese
a que en varias ocasiones sus fuerzas
eran inferiores en número a las de
sus oponentes realistas. Asimismo,
son destacados el buen trato que
tenía con los vencidos y los heridos,
sin importar de cual bando fuesen,
la prohibición expresa de robar o
saquear, bajo pena de muerte –que
por obligación en algún caso ejecutó-
a los pueblos o localidades por donde
la columna pasaba. El balance final
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   21
 Historia
es favorecedor y destaca que Alamán
tan crítico con el desempeño de los
insurgentes, a los cuales tácitamente
culpa del fracaso de la expedición
y señala como cobardes, expresara
que ese fue un breve episodio, pero
“el más brillante” de “la historia de la
revolución mejicana” (Alamán 1985,
628). Mina en la versión de Alamán
es considerado un liberal adelantado
a su tiempo que fue incomprendido
por los insurgentes mexicanos y si
en vez de haber llegado a costas
mexicanas con dos mil hombres, en
lugar de trescientos: “habría cambiado
enteramente el aspecto de las cosas;
habría decidido á muchos á declararse
por su causa y habría sido acaso el
que hubiese hecho la independencia
de Méjico” (Alamán 1985, 628).
Décadas después de la historia de
Alamán, que causara revuelo, críticas
y versiones que “corregían” los su-
puestos errores del conservador,13
comenzaba la publicación (1884) de la
primera síntesis histórica que intenta-
ba unir el pasado prehispánico, la
Colonia y la época independiente
en una sola visión con aspiraciones
nacionalistas: México a través de los
13
En el periódico El Renacimiento se anunciaba el
valor de los “Apuntes y rectificaciones a la Historia
de México que escribió don Lucas Alamán” escrita
por José María Liceaga [1868] (Altamirano 1993,
88).
22   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
siglos. El tomo que narra la guerra
independentista estuvo a cargo de
Julio Zárate. El espacio otorgado a la
gesta de Mina es de dos capítulos que
siguen una exposición cronológica
parecida a las anteriores versiones
analizadas, y basa la mayor parte de
los datos biográficos del insurgente
navarro en la historia de Robinson.14
Zárate relata con cierto arrobamiento
la expedición desde los antecedentes,
su paso por varias ciudades y puertos
del alto Caribe para entregar una
narración pormenorizada a la vez
que crítica en varias oportunidades
a los juicios de Alamán. Da cuenta
de algunos datos relevantes como la
filiación masona de Mina, la biografía
más detallada de insurgentes que
pelearon y murieron con el navarro
como el coronel estadounidense
Young o el insurgente mexicano Pedro
Moreno. Incluso se integran dos
imágenes que le brinda un homenaje a
Mina: una que muestra la provincia de
Navarra y otra que yuxtapone al rebelde
español con otros dos destacados
insurgentes: Ignacio Allende y Mariano
Matamoros. Lo anterior es clara
muestra de asimilación, y apropiación,
del personaje en la memoria histórica
mexicana.
14
Incluye otras visiones, como las de Alamán y
Bustamante, que apoyan su narración o en
algunos casos corrige y adiciona nuevas fuentes
como la de Juan E. Hernández y Dávalos.

Fuente:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/
thumb/c/cf/Allende,_Matamoros_y_Mina.png/337px-
Allende,_Matamoros_y_Mina.png
Asimismo, es relevante el énfasis en lo
heroico que pone Zárate al presentar
los hechos, en consonancia con la
visión de toda la obra histórica, y califica
como acertadas prácticamente todas
la acciones del héroe navarro; hay
elogios a su valentía, magnanimidad,
honor, compromiso con la causa y,
sobre todo, se muestra el pensamiento
del insurgente español al explicar y
poner en contexto cada una de las
proclamas en su recorrido por el país.
Mina no sólo es presentado como
un libertador sino como un liberal
Mtro. Alfredo Moreno Flores
convencido. Los juicios eran de este
tipo: “un guerrero, cuyas proezas
llegan a lo fabuloso, y que en una
campaña de siete meses hizo temblar
a los dominadores y estuvo a punto
de apresurar cuatro años el término
de la ensangrentada contienda que se
abrió en 1810” (Zárate 2007). Además,
justifica lo que otros historiadores le
recriminaran al navarro –como el asalto
a la Hacienda el Jaral o el fusilamiento
de 31 realistas en la del Bizcocho- y
niega que la posible envidia o recelos
de independentistas, como el padre
Torres, hayan sido determinantes para
el fracaso de la expedición, aunque
sí considera que no hubo buena
comunicación entre Mina y algunos
jefes menores de la insurgencia. En
uno de sus juicios finales señalaba: “el
nombre y la memoria de Mina lucirán
siempre en la historia de nuestra patria
con vívido fulgor, porque su aparición
en suelo mexicano y su sorprendente
campaña de siete meses reanimaron
las esperanzas de los defensores de la
libertad…” (Zárate 2007, 53).
b) Mateos, Payno y Olavarría
Durante la guerra de Reforma la
publicación de obras literarias casi
se paralizó por el conflicto armado
entre liberales y conservadores y
sería hasta el triunfo militar y político
de 1867 que volviera el auge de la
producción literaria, especialmente
de novelas. En lo que corresponde a
la histórica los temas fueron variados.
Las que se centraron en la historia
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   23
 Historia
independiente de la nación fueron
escasas, la temática giró más en torno
a la guerra contra Estados Unidos,
la de Reforma o la Intervención y el
Segundo Imperio. Los novelistas de
ese periodo privilegiaron el pasado
reciente sobre el inicio emancipador.15
Un ejemplo de lo anterior fueron
las dos primeras novelas de Juan A.
Mateos El cerro de las campanas y El
sol de mayo publicadas en 1868 como
remembranza a los héroes y a la causa
liberal-republicana y que aprovechan-
do las ventajas de su género discur-
sivo no sólo rellenaban los huecos de
la historia sino que incluso competían
con el relato propiamente histórico
en la construcción de imaginarios.
Otras dos novelas de este mismo
autor, centradas en la guerra de
independencia, se publicarían en 1869:
Sacerdote y Caudillo, en homenaje
a Hidalgo, y su continuación, Los
Insurgentes, en la cual se narran los
hechos que corresponde a la segunda
época y desenlace de la guerra,
glorificando la figura de Morelos. Pese
a la amplitud de esa novela llama la
atención que al narrar un lapso entre
1811 y 1821 al héroe navarro se le
dediquen sólo unas pocas líneas. El
autor-narrador ingresa en la diégesis,16
15
Ver de J.S. Brushwood, México en la Novela, 1973,
171-219.
16
Esta categoría tomada de la teoría literaria
considera que el autor “ingresa” a la diégesis a
través de diferentes estratagemas, un personaje
principal, algunos secundarios o incidentales e
24   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
al final de la novela para señalar que
sería injusto dejar de lado a Mina:
“español distinguido, hombre de alta
reputación en su país, que formó
atrevido una escuadra para venir al gol-
fo mexicano como La Fayette, a traba-
jar por la independencia de América
[…] vencedor de cien combates, y
que ofrecía su existencia en bien de la
humanidad, porque peleaba por una
patria que no era la suya…” (Mateos
1988, 297). Hay una intención de no
tocar al personaje que difiere con el
trato dado a los líderes insurgentes que
son descritos con base en las fuentes
históricas del momento y sin problema
se les hace ingresar a la diégesis.
Mateos no se mete en dificultades y
obvia la etapa guerrillera del navarro
para concentrarse, después de narrar
la muerte de Morelos, en los grupos de
insurgentes comandados por Vicente
Guerrero y el todavía realista Agustín
de Iturbide.
Un año después, en 1870, se publicaría
un texto de compleja clasificación
genérica,17 El libro Rojo, que recogía
incluso poniendo en boca de algunos personajes
históricos frases que lejos de mantener una
intención únicamente literaria, son juicios críticos
sobre los sucesos, los personajes o las situaciones
puramente históricas. El autor-narrador es diferente
del narrador, ya que éste adquiere protagonismo
y puede juzgar a los personajes y a los hechos
(Spang 1998, 66).
17
Siguiendo el criterio de Carlos Montemayor,
consideramos al texto como literario antes que
histórico. Ver “Prólogo” a El Libro Rojo, 1989, 9-18.

semblanzas de algunos sucesos y
de casi dos docenas de personajes
que formaban un largo devenir que
tenían como hilo conductor un afán
de independencia o rebeldía para con
la Metrópoli. De los varios autores
sobresale Manuel Payno que escribiría
varias biografías de personajes como
Moctezuma, Alonso de Ávila y Martín
Cortés, entre otros. Al inicio de la
correspondiente a Mina, señalaba:
“En este libro hemos consignado el
fin trágico que la suerte reservó a los
primeros caudillos de la Independencia
mexicana” refiriéndose a Hidalgo y
Morelos y remarca que su gesta, como
la del guerrillero navarro, tenían su
mérito y gloria por la “abnegación” y
“amor a la libertad” (Payno 1989, 352).
Lo señalado por Payno se cumple, y
le sirve para ligar la muerte del Siervo
de la nación con los primeros datos
sobre Mina. Se enfatiza sobre el origen
navarro y montañés, su transformación
en guerrillero, su apresamiento y el
profundo cambio ideológico que lo
enfrentaría contra “otro enemigo,
el despotismo”, enfatizando Payno
que Fernando VII fue “un soberano
repugnante que ni aun ha tenido la
consideración para los españoles
más sumisos”. En general, los datos
asentados son los que estaban a la
mano en ese tiempo y no menciona sus
fuentes. Lo destacable es señalar que
el héroe de dos independencias fue
presentado como un hombre de valor
y genio militar que con 170 hombres
enfrentaba a mil y que conseguía
Mtro. Alfredo Moreno Flores
victorias en “menos de ocho minutos”.
Payno (1989, 352) lo describió como un
“relámpago que iluminó el horizonte
de la revolución” que puso a temblar al
antiguo virreinato de la Nueva España.
En resumen, la suya una semblanza
totalmente heroica y con saldo a
favor.
Será hasta 1880 que el liberal espa-
ñol, y posteriormente nacionalizado
mexicano, Enrique de Olavarría pu-
siera otra vez la atención, desde un
particular tipo de novela histórica:
el episodio nacional, en Mina. En su
primera serie de novelas sobre la
independencia le dedica uno de sus
episodios, el quinceavo: El Conde
del Venadito, al navarro. Aunque el
espacio no es comparable con el
otorgado a personajes como Hidal-
go o Morelos, hay una tesis que
está presente: la columna de los
“trescientos de Mina” falló no por
falta de hombres o de valor por parte
de los advenedizos insurgentes, o
por su variada conformación ética
sino por la incomprensión y la envidia
que encontró en tierras americanas,
particularmente del malquerido pa-
dre Torres. Postura que estaba en
consonancia con lo sostenido por
Robinson, y en algún grado por Ala-
mán, fuentes que señalaba conocer o
que incluso cita en todo el episodio,
junto a la de Bustamante.
El lector se entera, por vía de la voz
narrativa, que reinaba la desunión, “la
envidia y la intriga” entre los principa-
les jefes insurgentes (Olavarría 1987,
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   25
 Historia

1583), que derivó en derrotas, como la sorprenden las coincidencias en la

de Guadalupe Victoria en Puente del
Rey, y desavenencias como las dadas
entre fuerzas de Manuel Mier y Terán
y las de Nicolás Bravo, que incluso
pudo haber llevado al enfrentamiento
con las armas a los dos grupos
de insurgentes. Asimismo, está al
corriente de las intrigas entre los
líderes del Congreso de Chilpancingo,
destacando las ambiciones y la lucha
por el poder de éstos: “En cuanto á
unión, ninguna existía entre ellos, antes
bien, odiábanse los unos á los otros”
((Olavarría 1987, 1584). El panorama de
los insurgentes mexicanos presentado
por Olavarría, sobre la posibilidad de
éxito en 1817, era francamente crítico
y desolador. En su visión, la gesta del
guerrillero navarro fue el detonante
que revitalizó la causa y que a la
postre coadyuvaría la independencia
mexicana.
Para finalizar
El recorrido aquí presentado es una
muestra de las posibilidades de
análisis a los textos que sobre Mina
se escribieron en siglo XIX y cómo
las visiones presentes en los del
tipo literario e histórico analizados,
en muchos sentidos, y pese a las
esperables diferencias genéricas
(la historia se concebía un discurso
verdadero, frente al literario que se
concebía verosímil) se acercaban en
la forma heroica de presentar a Mina
y a su gesta al lector decimonónico;
además, de ser ejemplos de apropiación
histórica del personaje. Asimismo,
forma de juzgar tanto al guerrillero
como a los insurgentes mexicanos de
la mayor parte de los historiadores y
literatos.
Algo que no puede soslayarse es que
todavía no era posible saber el desen-
lace o el éxito de la independencia
mexicana, en 1820, y Robinson ya
había escrito una narración que se
percibe como inconclusa ya que los
hechos seguían desarrollándose y
nos muestra el oficio de historiar casi
sobre los sucesos, y que de forma
sorprendente ha sido la base de la
mayoría de las historias y biografías
sobre el héroe navarro. Algo que
no se destacó en el análisis, pero
que sí está presente en la narración
del norteamericano es considerar
a la expedición como un esfuerzo
multinacional, con apoyos por simpatía
ideológica, y por interés comercial
dentro del marco de la competencia
y guerra entre las denominadas
potencias europeas y Estados Unidos
que se daba justo en el periodo de
mayor esplendor napoleónico y la
consiguiente rebelión de las naciones
americanas que a la postre coadyuvaría
a su emancipación.
Resta señalar que pese a los diversos
esfuerzos actuales, y a que el lugar
de Xavier Mina parecía destinado a
integrarse a la memoria e imaginario
social nacional, y aunque se le ha
hecho justicia a su biografía, falta
una investigación seria que arroje luz
sobre el conocimiento actual que el

26   Tiempo y Escritura No.22 | Historia


común de los mexicanos tienen sobre
su expedición. Por la experiencia
en la práctica docente universitaria,
se percibe que ese episodio ha sido
relegado del imaginario de la historia
nacional de forma similar a como lo es
el denominado Segundo Imperio.
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Lib. 3ro, Caps. V-VI, p. 2, versión
electrónica en CD.
Belleza, Cocina y Punto de Cruz
Dra. Guadalupe Ríos de la Torre1
No sé si la modernidad es una bendición,
una maldición o las dos cosas.
Sé que es un destino: si México quiere ser
tendrá que ser moderno.
Octavio Paz
La unidad nacional y el civilismo
D
esde 1920 y hasta 1940 se
alcanzó la consolidación de
un nuevo sistema político y
se reforzó el papel del Estado como
árbitro y promotor del desarrollo
nacional.
Fuente: Toma de posesión de Manuel Ávila
Camacho. (Dominio popular)
1
Profesora-investigadora del Departamento de
Humanidades UAM-Azcapotzalco
La dura campaña política que se em-
prendió para alcanzar la Presidencia,
por parte de los candidatos Manuel
Ávila Camacho y Juan Andrew Almazán,
llevaría al país al borde de una guerra
civil. Al final ganó el primero y gobernó
durante el periodo 1940-1946.
La administración anterior, la del pre-
sidente Lázaro Cárdenas, concluyó
de una manera caótica debido a las
acusaciones de fraude argumentadas
por los almazanistas y también porque
la derecha se oponía con fuerza a la
política social del cardenismo. Por
ello fue necesario hacer un alto en el
camino y buscar la conciliación de los
intereses que defendían las diversas
clases sociales, con el propósito de
crear las condiciones favorables para
el desarrollo industrial del país. (Bo-
lívar 1996, 56-57)
Fuente: Revista de
Revista.
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   29
 Historia
La situación económica que trajo
consigo la Segunda Guerra Mundial
impulsó a la industria mexicana a
producir mercancías necesarias para
el abastecimiento de las potencias
en guerra. En consecuencia, las ex-
portaciones se duplicaron y el país
registró el crecimiento económico
más importante que jamás haya
tenido. Y aunque México era predo-
minantemente una nación agrícola, se
abrió paso hacia la industrialización;
además, debido a la situación inter-
nacional, el gobierno de Manuel Ávila
Camacho (1940-1946) creó una política
de unidad nacional que en el aspecto
financiero consistió en:
• Industrializar al país a través de la
sustitución de importaciones.
• Unificar a los obreros y a los
empresarios nacionales, y tratar de
salvar las diferencias.
• Buscar la colaboración de la
población para producir lo que
el país necesitaba mientras se
mantenía en guerra.
Fuente: Folleto de propaganda turística México
Estados Unidos.
30   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
En especial la década de 1940 estuvo
marcada por dos procesos: por una
parte, el grupo gobernante optó por
una política moderada y de concordia,
y por otra, la Guerra Mundial incidió
favorablemente en la economía del
país y en sus relaciones con Estados
Unidos. Al finalizar la contienda:
México se descubrió más
integrado a la zona de influencia
norteamericana. Había
desaparecido la posibilidad de que
los países europeos sirvieran de
contrapeso a esa influencia. (De la
Torre 1988, 123-124)
Una ciudad cosmopolita
Y mientras en Europa ardía la guerra
y millones de personas morían en los
frentes de batalla y en los campos de
concentración, las personalidades y
los ricos que habían huido del Viejo
Continente se establecían en nuestro
país, convirtiendo a la capital mexica-
na en un centro cosmopolita. Enton-
ces restaurantes y clubes nocturnos
abrieron sus puertas a hombres y
mujeres “ebrios de perfumes”, co-
mo afirmaba Salvador Novo, que
disfrutaban de excelentes comidas,
bebidas, espectáculos, fiestas, bailes
y desveladas, vestidos a la última
moda por diseñadores como Chatillon
y Valdés y Peza, quienes le dieron
sentido a la palabra chic, un término
que denotaba elegancia y estilo. Co-
mo muestra, las mujeres se cubrían de
pieles y joyas, se envolvían en sedas,
encajes, chifones, gasas, tafetas,

brocados, satines, terciopelos y se
adornaban con lentejuelas, alforzas,
holanes, flecos y pliegues, además
llevaban faldas por debajo de la rodilla,
sombreros y corsés que crecían, se
achicaban o de plano desaparecían,
mientras sus cinturas se ajustaban,
sus bustos se ocultaban, sus mangas
se ampliaban o se encogían, sus hom-
breras las hacían parecer boxeadoras,
y recogían o dejaban caer sus ca-
belleras con suavidad, en tanto por-
taban tacones altos, y pintaban sus
uñas y labios de color rojo intenso.
El año de1940 fue cuando la fábrica
DuPont anunció:
Que habían descubierto un hilo
sintético de carbón, piedra, agua
y aire llamado nylon, con el que se
fabricaban medias que no se corrían
ni necesitaban zurcirse, sutiles
como telaraña. Flexibles, ajustables
a las formas de las piernas y que
costaban diez veces menos que las
medias de seda. (Excélsior 1941, 1)
Ésta era la ciudad de México en la
cuarta década del siglo XX, un rincón
de paz en medio de la tormenta que
asolaba al mundo, un lugar que se
encontraba en todo su apogeo y donde
el capricho, la fantasía y la vanidad
existían en cantidades ilimitadas.
En aquellos años, la capital empezaba
a crecer en serio y a convertirse en
una metrópoli moderna. En ella vivían
entonces poco más de tres millones
de habitantes de los veintitrés que
tenía el país. Además se abrían nuevas
Dra. Guadalupe Ríos de la Torre
calles y avenidas, 20 de noviembre era
una de ellas, mientras en las colonias
nacían los llamados multifamiliares,
enormes edificios de departamentos,1
y el gobierno mandaba construir
importantes obras, algunas de adorno,
como el monumento a la expropiación
petrolera, y otras de trabajo, como el
centro hospitalario La Raza, el edificio
de la Secretaría de Salubridad y
Asistencia, el de Recursos Hidráulicos,
el Conservatorio Nacional de Música
y una serie de escuelas. (Monsiváis
1992, 11-46)
Fuente: propaganda
de los Almacenes
La Gran Sedería
1
Conforme se industrializaba el país fue
necesario la realización de grandes proyectos
arquitectónicos para albergar a una población
en rápido crecimiento, entre ellos los llamados
“multifamiliares”. El multifamiliar Miguel alemán
en la ciudad de México, realizado en 1949, fue el
primero en América Latina con 100 departamentos.
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   31
 Historia
Fuente: Panorámica de la ciudad de México. Col.
Familia Posada
Fuente: Flores Rivera, Salvador. El cancionero de
Chava Flores. Cronista musical de la ciudad de
México, México, Angeleste, 2001.
32   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
Al mismo tiempo, también se desa-
rrollaban las barriadas:
…con sus vecindades degeneradas,
que representaban un cuadro
sombrío de promiscuidad y vicio y
ocupaban la quinta parte del área
de la ciudad y albergaban a más de
medio millón de habitantes.2
Se calcula que durante esta década
la ciudad creció 50% o hasta más del
100%. Cualquiera que sea la cifra,
era, como mencionaba Efraín Huerta,
una ciudad que podía “ser negra o
colérica, mansa o cruel”, y en donde
se encontraba de todo: melancolía de
los poetas, miseria, prostitutas, ho-
mosexuales, perros callejeros, rezos y
oraciones.3
En relación con la situación de la mujer,
franqueado el conflicto mundial hubo
nuevas demandas de que ésta regre-
sara a sus funciones tradicionales,
pues a pesar de los cambios tolerados
por la sociedad, al final las costumbres
eran inalterables. Durante la posgue-
rra tuvo lugar el llamado baby boom,
en el cual la tasa de natalidad se acre-
2
Gustavo Garza, “Superconcentración, crisis y
globalización del sector industrial, 1930-1998” en
La ciudad de México en el fin del milenio, México,
Gobierno del Distrito Federal-El Colegio de México,
2000, 171.
3
Efraín Huerta, “Declaración de odio”, en Octavio
Paz, Alí Chumacero y José Emilio Pacheco, Poesía
en movimiento 1915-1966, México, siglo XXI, 1970,
241.

centó en forma insólita. Sin embargo,
este crecimiento poblacional no afectó
la participación económica de la mujer,
de hecho, en la década de 1950 la tasa
de ocupación femenil creció cuatro
veces más que la masculina.
Fuente: Portada de la Revista La Familia.
Hemeroteca Nacional.
La Familia, Revista de Labores para el
Hogar
Este trabajo se basa en el análisis de
una revista femenina, considerando a
ésta como el tipo de publicación que
dirige su discurso a posibles lectoras,
Dra. Guadalupe Ríos de la Torre
más que a lectores, debido a que sus
contenidos, en un porcentaje bastante
elevado, son de carácter propiamente
femenino.
De acuerdo con este tipo de revistas4
que circularon durante la década
analizada, la esposa y madre tenía
ante sí una gran responsabilidad:
saber encauzar rectamente su hogar,
honrarlo, dignificarlo, ser para su
esposo e hijos la compañera o la madre
ideal, afectuosa, sencilla y abnegada.
La Familia, Revista de Labores para el
Hogar era quincenal, tenía un costo de
$ 5.00 y su director se llamaba Francis-
co Sayrols, de Libros y Revistas Edi-
tores. Cabe decir que esta revista
influyó en forma importante en el
ideal femenino que debía prevalecer
entonces. Su contenido tenía básica-
mente apartados como:
• Consejos para el buen
funcionamiento del hogar.
• Sugerencias para la salud y el
bienestar de la familia.
• El cuidado de la moda.
• Acertijos.
• Novelas más o menos largas y
románticas en su mayoría.
4
Circularon durante la década de los años cuarenta
y cincuenta, varias revistas femeninas como El
Hogar, La Revista de las Familias, La Familia,
Revista de Labores para el Hogar; Crinolina,
Paquita, Nosotras, entre otras.
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   33
 Historia
Fuente: Revista La Familia. Hemeroteca Nacional.
También contenía secciones con re-
comendaciones para la belleza de
la mujer, para la decoración de sus
hogares, horóscopos y, en algunos
casos, cápsulas como correos sen-
timentales, consejos para saber com-
portarse y hablar bien en los diferentes
grupos sociales, para educar bien a
los hijos, recetas médicas y publicidad
de electrodomésticos, anuncios de
pastas de dientes, pomadas, jarabes,
etcétera.
Fuente: Revista La Familia. Hemeroteca Nacional.
34   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
Se puede afirmar que esta publicación
presentaba el modelo de cómo debía
comportarse la mujer en su papel de
madre y esposa:
Ella no necesita que le comuniques
tus dolores, ella los adivina en tus
ojos, no necesita que le digas que
tienes hambre, pues conoce tus
necesidades, la madre es capaz
de levantarse de la tumba para
protegerte con su sombra. (La
Familia, 1940)
Al analizar la revista debemos tener
en cuenta que si bien hay un discurso
que parece prolongarse desde el si-
glo XIX hasta el periodo de 1940, se
inscribe en momentos determinados,
y precisamente es el juego entre el
discurso y el tiempo que analizo. (Cano
2001, passim)
Tales ideas marcan la línea de
continuidad respecto al estereotipo que
la mujer debía caracterizar, impuesto
por la Iglesia Católica desde la época
colonial, acorde con su perspectiva
tradicional. (Rodríguez 1987, passim)
No hay que perder de vista que dicha
revista, y otras del mismo tipo, se
diseñaron para la sociedad mexicana
urbana y se destinaron principalmente a
mujeres de la clase media mexicana.

Fuente: Portada de los patrones Simplicity
Mediante la publicación mencionada se
prueba que durante los años cuarenta
las distracciones más importantes
de las mujeres eran las labores de
todo tipo: bordados, tejidos, corte,
confección y mil manualidades más.
Fuente: Colección Ríos de la Torre
Dra. Guadalupe Ríos de la Torre
Incluso para promoverse, la revista
ofrecía a sus lectoras, de un número
a otro, materiales e instrucciones
para elaborar piezas diversas co-
mo manteles y servilletas, de tal
suerte que para concluir su tarea
las lectoras debían adquirir varias
entregas de la publicación, y el
trabajo sólo se coronaba cuando la
revista proporcionaba la última parte
de la manualidad. De esta manera se
enganchaba a las compradoras de la
publicación para que la consiguieran
regularmente. Otro pasatiempo impor-
tante de la época fue sin duda el cine;
por ello, la revista incluía una sección
sobre el tema.
Otro aspecto que podemos observar en
este tipo de impresos era el avance de
la producción industrial que traía sus
consecuencias en la tecnificación del
hogar. De esta manera, en sus páginas
se presentaba una serie de anuncios
dirigidos a la madre de familia urbana,
en donde los productos publicitados
le proporcionarían gran ayuda en sus
labores domésticas. La forma en que
los artículos eran comercializados en
el país se transformó radicalmente a
partir de las décadas siguientes.
Lo anterior queda ilustrado:
México también produce artículos
de lujo…pero al alcance de todos.
Por su parte, IEM (Industria Eléctrica
de México) proponía una vida mejor
en los hogares mexicanos. (Ramírez
y Ríos 2007, 113)
Tiempo y Escritura No.22 | Historia   35
 Historia
Fuente: La Familia, Hemeroteca Nacional.
Fuente: Anuncios, Hemeroteca Nacional.
En muchos casos se trataba de
empresas subsidiarias de las centrales
norteamericanas, que fabricaban en
36   Tiempo y Escritura No.22 | Historia
México refrigeradores, estufas de gas
y otros productos.
Era sumamente común ver anuncios
que vendían la imagen de una fami-
lia ideal reunida en su sala junto al
televisor y a la consola de radio y el
tocadiscos. Y pese a que la ven-ta
a plazos era ya una actividad gene-
ralizada, los electrodomésticos más
importantes requerían el pago de
cuotas superiores a los 100 pesos.5
Fuente: colección Ramírez Estrada.
Fuente: La Familia, Hemeroteca Nacional.
En aquella época ya existía una gran
competencia económica, pero más allá
de saber en dónde se fabricaban los
productos, es importante comprender
que detrás de tal o cual adquisición
estaba el símbolo de la “forma ame-
ricana de vivir”.
Así, la mujer se convirtió en el centro
de apelaciones de la publicidad, ya que
la venta dependía en gran parte de su
5
Véanse las revistas Crinolina, Nosotras y, por
supuesto, La Familia…
 Dra. Guadalupe Ríos de la Torre

elección. El argumento que se esgrimía Buzones sentimentales

en favor de tales adquisiciones era
la reducción del trabajo doméstico,
que en forma directa beneficiaba a la
mujer, y que a la larga conllevó a la
tecnificación del hogar y, por lo tanto,
de la madre.
Fuente: Anuncio, El Universal.
Crisis emocional
La publicación manifestaba sus artí-
culos de tema sentimental con reservas
y en tono inseguro de solteras mayo-
res. El amor en aquella época quedaba
restringido a la esfera sexual y la mujer
que se veía privada de este amor era
considerada de forma desfavorable,
lo que causaba en ella sentimientos
de inferioridad. La señorita de más de
treinta años no tomaba su situación
como un cumplido, por el contrario,
se avergonzaba de su soltería. Por
otra parte, el trabajo profesional no
reemplazaba al matrimonio, como
tampoco lo hacían los sacrificios y los
servicios sociales o caritativos a los
que con frecuencia se invitaba a las
solteras. Asimismo, la soltera sufría
de crisis dependiendo de la edad. En
general sentía que había vivido en
vano, que su vida había florecido en
forma infructuosa.

Fuente: Elaboración propia

6
Véase el texto “Las emociones de las mujeres solteras” en La Familia…, marzo, 1945, 65.

Tiempo y Escritura No.22 | Historia   37

 Historia

Así, al percatarse del alejamiento A esto se sumaba que el 6 de

de la plenitud de la vida, comenzaba abril de 1952, las páginas de la
a pensar en la muerte. Era también revista La Familia… publicaran los
la época en que la propia madre acontecimientos:
fallecía y, entonces sí, de pronto se
Al grito “¡Que lo repita! ¡Que lo repita!”,
encontraba totalmente sola. Este
más de veinte mil mujeres se con-
cambio podía vivirse de dos diferentes
gregaron en el Parque 18 de marzo en
formas: como una liberación de una
la ciudad de México para demandar
tiranía prolongada durante años o
al candidato presidencial Adolfo Ruiz
como la pérdida de su compañera de
Cortines que cumpliera su promesa de
vida. Una gran mayoría se aislaba de
plasmar en la Constitución mexicana
la sociedad, o bien entraba a formar
el derecho a votar y ser electas. (La
parte de instituciones de servicio
Familia 1945, 54)
social; sin embargo, a la larga nada
era capaz de satisfacer los deseos
íntimos y personales, nada podía darle
“paz al corazón”.
El discurso que la revista plasmaba a
través de sus páginas también trataba
el tema de las “emancipadas las
consideró como mujeres que adop-
taban actitudes erróneas, no eran
receptivas ni del tipo de las que sabían
esperar, más bien, eran rebeldes,
Fuente: Colección Carmen Zapián
reclamaban. Eran aquellas que aspi-
raban a conquistar el mundo en
Un año después, ya como presidente,
todos los aspectos y esto les restaba
Adolfo Ruiz Cortines cumplió su
feminidad.” (La Familia, 1945, 68)
palabra y, a partir de entonces, hubo
Sin embargo, durante la década un antes y un después para la mujer
siguiente, los cincuenta, se generó mexicana en relación con el voto
el boom entre la población y el em- femenino.
puje de los gobiernos para que
algunas mujeres tuvieran acceso a la
educación superior. No obstante, tan
sólo la quinta parte de los inscritos en en Comercio y Administración, 12% en Derecho,
la universidad fueron mujeres.7 9.2% en Odontología, y 2% en Arquitectura. Véase:
Sara Brigas “La mujer ideal en los años 50”, en
7
En la Facultad de Filosofía y Letras Relatos e Historias en México, núm. 33, mayo 211,
aproximadamente un 20%, 12% en Medicina, 13% 26.

38   Tiempo y Escritura No.22 | Historia

 Dra. Guadalupe Ríos de la Torre

Consideraciones
En cuanto al contenido de la revista,
puede apreciarse un discurso muy
conservador y patriarcal que confiere
a la mujer una función sumamente pa-
siva en las relaciones, reduce al míni-
mo su esfera de acción y realización,
pues le asigna el papel de ama de
casa, que la obliga dedicar su vida
entera al marido y los hijos. Además,
la condena a sacrificarse totalmente
por éstos, sin dudarlo siquiera, aunque
sus relaciones conyugales sean un Fuente: Colección Cristina Olivo.
fracaso. Todo lo cual conformaba
el estereotipo de mujer que privaba
desde la sociedad colonial, cuando BIBLIOGRAFÍA
la Iglesia Católica lo instauró como
AGUILAR CAMÍN, HÉCTOR Y
parte de las ideas implantadas en la
LORENZO MEYER.
naciente colonia, y que perduraron
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Tiempo y Escritura No.22 | Historia   39

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1915-1966. México: Siglo XXI.
MONSIVÁIS, CARLOS
1992 “Sobre tu capital cada hora
vuela,” en Asamblea de ciudades.
México: CONACULTA.
PACHECO, JOSÉ EMILIO.
1970 Poesía en movimiento 1915-1966.
México: Siglo XX.
RODRÍGUEZ, MARÍA LUISA.
1987 El estereotipo de la mujer
mexicana. México: UNAM.

40   Tiempo y Escritura No.22 | Historia

Para recuperar a Gilberto Owen
Antonio Cajero Vázquez, Gilberto Owen en Estampa. Textos
olvidados y otros testimonios, San Luis Potosí, S.L.P., México, El
Colegio de San Luis, 2011.
Dra. Elena Madrigal Rodríguez*

al alimón con Celene García dio a

conocer Antonio Cajero en 2009. El
estudio recién publicado termina de
satisfacer un vacío en el conocimiento
del poeta rosarino: su quehacer en
Colombia. Antonio Cajero enuncia así
el contenido de su nuevo estudio, al
que da cabal cumplimiento:
Este libro reúne una serie de textos
más o menos heterogéneos en cuyo
núcleo figura el autor de Sindbad
el varado. En el primer apartado,
presento un estudio sobre Gilberto
Owen y su paso por el periódico
El Tiempo (1932-1936) y Estampa.
Revista Semanal de Actualidad
Gráfica (1938-1942), así como los
textos que publicó en esta última
Fuente: http://libreria.colsan.edu.mx/ProductImages/ con su firma (ya con la abreviatura
investigaciones/gilbertoowen.jpg G. O., ya con su nombre extendido)
y otros más que he considerado
Gilberto Owen en Estampa. Textos
atribuirle. En el segundo, comento y
olvidados y otros testimonios es el
reproduzco algunos textos de Owen
seguimiento esperado a Gilberto
que permanecieron soterrados
Owen en El Tiempo de Bogotá.
por descuidos de sus editores en
Prosas recuperadas (1933-1935) que
publicaciones como Ulises o en
archivos privados. Finalmente, en
1
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.
el tercero, estudio e incluyo varios

Tiempo y Escritura No.22 | Reseña   41

 Reseña
testimonios sobre Owen que he
coleccionado a lo largo de casi diez
años en que la curiosidad me ha
llevado a este emblema de las letras
mexicanas. (13)
En conjunto, Gilberto Owen en Estam-
pa… deja entrever al hombre y al
pensador que dieron origen a una
poesía fascinante aunque tenida por
hermética. La investigación revela
datos para una biografía apuntada
apenas en los trabajos de los críticos
que se han dedicado al rescate de
Owen y a quienes Cajero señala
aciertos e insuficiencias con elegancia
y respeto. El investigador nos
muestra las “admirables condiciones
de intelectual y caballero” (18) de un
Owen delicado, simpático, valeroso e
incluso comprometido en andanzas
políticas en Perú o en Ecuador.
Fuente: http://www.azc.uam.mx/privado/difusion/
imagenes/Libro_Gilberto_Owen.jpg
Cajero además subraya una clave
para ponderar la percepción que
Owen tenía de sí y de sus colegas de
42   Tiempo y Escritura No.22 | Reseña
Contemporáneos y que contrasta con
la de detractores pasados y presentes.
Para ello, cita al Owen de la etapa
bogotana: “Intenté mostrar a los
lectores de El Tiempo cuán injusto y
ligero el cargo de evasión que se hacía
a la generación de poetas y escritores
que nació a la vida mexicana en
aquellos días” (15, n. 3). Igualmente
interesante es la documentación
sobre la tirantez entre la naturalidad
del prosista y periodista y la abstracta
exquisitez del poeta. Si bien Owen
disfrutaba de su trabajo periodístico
—nos hace ver Cajero—, en el fondo
lamentaba la “contaminación” de su
estilo (77). Pese a la opinión del autor
de “Madrigal por Medusa”, resultan
deliciosos los textos críticos que
muestran al ironista tras la máscara
de “El curioso impertinente”. Tomo un
ejemplo de los incluidos en Gilberto
Owen en Estampa…:
Poemas interdictos de Manuel
Maples Arce [,] como su nombre
lo indica aproximadamente,
son poemas en entredicho. Lo
advierte honradamente el autor
desde la primera página: «Estoy
a la intemperie de todas las
estéticas…». Seguramente
por esto tiene que guarecerse
frecuentemente a la sombra de
Carlos Pellicer. (82)
El estudio de Cajero, entonces, se
presenta como una fuente confiable de
acercamiento a un escritor complejo
en toda su vitalidad y, como estudio
 Dra. Elena Madrigal Rodríguez

literario filológico, lo considero modé- el periodo estudiado o los avatares

lico. Son de reconocerse el tesón del del traductor y sus traducciones que
investigador por rescatar documentos —nos comenta Cajero— serán materia
e indicios durante una década y de una detallada publicación próxima.
presentarlos ya decantados, de manera
Gilberto Owen en Estampa. Textos
sistemática, comentada y hasta algo
olvidados y otros testimonios nos
novelada, por ejemplo cuando Cajero
deja, en resumen, con una certeza
especula: “Resulta admirable cómo
de suficiencia para emprender una y
la modestia oweniana llega hasta la
muchas relecturas del Owen poeta,
contrición, probablemente en una
prosista y ser humano.
de las muchas noches en vela que le
imponía el oficio” (31). Tampoco falta
la intención de tender puentes entre
las facetas hoy reveladas del Owen
prosista y la obra poética. Así sucede
en la nota explicativa a “Este gesto
de algodón que acabo de deshilachar
contra la seca, dura costa peruana”,
declaración que hace Owen a Benja-
mín Carrión, y que Cajero relaciona
“con la búsqueda incesante de un
nombre inasequible” (73-4). Es de
agradecer su curiosidad contagiosa Fuente: http://www.criticapolitica.mx/sites/default/files/
que nos deja con deseos de conocer imagecache/w300/n377/images_52.jpg
el resto de las fotografías de Owen en

Tiempo y Escritura No.22 | Reseña   43

 Reseña

Siglo y medio de La Bruja: legado

historiográfico de Jules Michelet
Mtro. José Serrano Jiménez*

influenciado, el contexto social en el

que vivió y sobre todo, una propuesta
que sirvió como legado directo a la
escuela de Los Annales y de manera
indirecta al estudio de la historia
económica.
A partir de la segunda mitad del siglo
XX, la escuela historiográfica de los
Annales adquirió relevancia en cuanto
al estudio del pasado ya que su peculiar
método distó de los demás puesto que
propuso, además de un carácter crítico,
una visión multidisciplinaria para el
análisis de los hechos históricos.

Fuente: http://www.akal.com/foto/muestraPortada.
php?id=11252

El presente trabajo tiene el objetivo de

evidenciar la propuesta historiográfica
de Jules Michelet a través de La Bruja.
Un estudio de las supersticiones en la
Edad Media, escrito en 1862. Un libro
que plasma la ideología del autor, los
personajes literarios de los que se vio

1
Universidad Tecnológica de México-Ecatepec.

44   Tiempo y Escritura No.22 | Reseña

 Mtro. José Serrano Jiménez

Jules Michelet, es el autor en cuestión

que terminó de editar en 1862 La
Bruja y que hoy conviene rescatar. El
objetivo de estas líneas es hacer una
reseña de tan importante libro no sin
antes contextualizar las influencias in-
telectuales e ideológicas, además
del marco histórico-social que dieron
como resultado que Michelet se
convirtiera en un referente obligado
para Fernand Braudel y algunos
otros seguidores de la disciplina
historiográfica a la que se ha hecho
mención.

Marc Bloch y Lucien Febvre

Fuente: http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT
OLlivZ8BH46BiZegoz_12ldb8SXj2
LmHNv859hco6PBO0MjrBGUCQTUxnsQ

Factores como la ubicación geográfi-

ca, la alimentación, las costumbres,
las creencias y algunos otros ele-
mentos de no menor importancia, difí-
cilmente se incluirían como elementos
condicionantes, más no determinan-
tes, en el estudio histórico hasta antes
de la incursión de la metodología
recomendada por Marc Bloch y Lucien
Febvre. No obstante, para el año de
1862 se publicó una obra que combinó
tales características al indagar sobre
la hechicería y las supersticiones en
la Edad Media partiendo de la deses- Fuente: http://ivresdelivres.files.wordpress.
peración social en Europa, la cual se com/2012/05/michelet.jpg
encontraba sometida a los rígidos
principios eclesiásticos propios de los Michelet nació en París a finales del
siglos XIV y XV. siglo XVIII y murió en el año de 1874
a la edad de setenta y seis años. Por

Tiempo y Escritura No.22 | Reseña   45

 Reseña
la época, el lugar donde creció y sus
constantes viajes, al autor de La Bruja
le correspondió presenciar el esplen-
dor del positivismo, de igual manera es
en aquel periodo en que se intensificó
la difusión de la Revolución Industrial;
ambos acontecimientos, sumados
a la influencia de pensadores de la
Ilustración como Voltaire y Rousseau,
anti-clero y deísmo respectivamente,
transmitidos por su padre (Barthes,
2004) modelaron, en principio, el
pensamiento y la manera de escribir
historia por parte de Michelet.
Fuente: http://www.iwise.com/authorIcons/5588/
Jules%20Michelet_128x128.png
En cuanto al método de cómo escribir
y estudiar la historia, Michelet, en la
mayoría de sus libros, dedica especial
énfasis en las fuentes primarias, en em-
plear material inédito, contrario a los
demás historiadores que canalizaban
sus esfuerzos a problemas concretos
sin la labor de archivo; para redactar
La Bruja, aseguró haber agotado los
manuales de la Inquisición del siglo XV
y varios casos documentados sobre
brujería por los jueces laicos en tiempos
de Enrique IV y Luis XIII (Michelet
46   Tiempo y Escritura No.22 | Reseña
[1862] 2009). Criticó también que los
historiadores sólo trabajaran sobre
leyes y acciones políticas sin incluir
las costumbres y las tradiciones. Lo
anterior, según Michelet, descuidaba
las bases materiales de la vida, ya
que se tomaba en cuenta a las razas,
pero no el terreno, el clima ni los
alimentos, sin mencionar otras tantas
circunstancias de carácter físicas y
fisiológicas, refutando así que “la vida
de los hombres no puede separarse
de la influencia del medio ambiente”
(Corcuera de Mancera 1997, 260).
Siendo profesor de la Escuela Normal
Superior de París, Michelet descubrió
que Vico postuló el estudio de las
tradiciones y que para descubrir el
sentido de aquellas, el historiador
debía investigar sobre qué tipo de
gente las creó y cuál sería el significado
al ponerlas en marcha (Collingwood,
2010), de modo tal que, como explica
White (1992, 157)
[…] la teoría de Vico permitió
a Michelet disolver todas
las aparentes colectividades
formales en particularidades, y
con ello caracterizar en términos
metafóricos la naturaleza esencial
de las particularidades como el
proceso mayor en que ocupan un
lugar […]
Por lo anterior, el lector de La Bruja
se dará cuenta del pensamiento e
ideología de Michelet plasmados en
veinticuatro capítulos divididos en

dos libros, aun cuando el objeto de
la obra sea la brujería y los actos de
represión y abusos del clero hacia las
sociedades campesinas y en especial
a los siervos y brujas, catalogadas así
por practicar la medicina ajena a Dios,
todo ello fundamentado en las actas
judiciales.
[…] la irresistible caída que hace
de un hombre libre un vasallo;
del vasallo, un servidor, y del
servidor, un siervo, es el terror de
la Edad Media y el fondo de su
desesperación. No había ninguna
posibilidad de escapar, ya que
quien daba un paso estaba perdido.
[…] O siervo o muerto […] (62)
Fuente:http://www.fondosdeescritorio10.com/wp-
content/uploads/2009/11/Bosque_Tenebroso.jpg
Emplea en todo momento un lenguaje
metafórico, ilustra, en primera instancia
y en los primeros capítulos, que una
de las perturbaciones del crecimiento
histórico y de los hombres es la
aburrición; que a falta de creatividad
Mtro. José Serrano Jiménez
y producto del hastío, la imitación es
la palabra que podría describir a la
Edad Media (Barthes, 2004), aunado al
sentimiento anti-clerical y deísta que
Michelet profesaba.
[…] ¿De dónde procede la
Bruja? […] De los tiempos de la
desesperación […] ¿Qué hizo la
Iglesia? […] La Bruja es su crimen
[…] el Satán que surge del seno
ardiente de la Bruja, vino armado
[…] Por grande que haya sido el
miedo que ha inspirado, hay que
confesar que sin él, nos habríamos
muerto de pura monotonía […]
¿Cómo nació el Renacimiento? Por
el satánico empeño de las gentes
en perforar la bóveda, por […] el
deseo desenfrenado de ver y de
saber […] (35-39)
En los primeros capítulos del Libro
Segundo de La Bruja, Michelet hace
explícita la geografía-histórica, agre-
gando así una arista más al estudio de
los hechos del hombre que involucra
el espacio físico y el clima en el que
éste se desempeña. A través de la
concepción de la bruja en distintas
latitudes de Europa como Alemania,
Inglaterra, España, Italia y Francia,
es posible identificar los contrastes
y peculiaridades de las regiones que,
a su vez, derivan en ciertas o tales
costumbres.
Tiempo y Escritura No.22 | Reseña   47
 Reseña
Fuente: http://www.lostinliege.com/uploaded/jules-
michelet.50.jpg
En los últimos capítulos de la obra,
Michelet realiza una especie de
convergencia, por llamarla de algún
modo, entre el demonio y la bruja con
la Iglesia y con la sociedad en general,
entre el Diablo y Jesús, aunque con
cierto recelo, le replica a la Iglesia si
alguna vez podrá expiar los daños
causados por siglos a quienes acu-
dieron a la medicina “desafiando” el
castigo que Dios les había mandado a
través de calamidades como la lepra,
los ataques epilépticos o la peste
([1862] 2009).
Finalmente, en La Bruja es posible
descubrir o redescubrir a un autor que
inspiró a historiadores de renombre
del siglo XX que se dieron cita en
la escuela historiográfica de los
Annales, también se pueden encontrar
diversos temas, entre ellos: la labor
del historiador de ir a los documentos
originales; la hechicería como medici-
na alterna; crítica al clero; cómo surge el
periodo denominado el Renacimiento;
48   Tiempo y Escritura No.22 | Reseña
cómo es viable introducir aspectos
geográficos y sociológicos al análisis
de la historia por sí mismo y de la
historia económica, en particular para
la doctrina institucional.
En mi opinión, nunca está de más
volver a los orígenes de lo que ahora
es ampliamente aceptado, vale la
pena rescatar a los clásicos, como
Corcuera de Macera alguna vez indicó:
“Michelet […] no tenía terror de los
muertos, sino del olvido; miedo de que
los muertos fueran olvidados; temor
de que él fuera olvidado. Corresponde
al historiador la misión […] honrosa de
evitarlo” (1997, 267).
BIBLIOGRAFÍA
BARTHES, ROLAND
2004 Michelet. 2ª Ed. México: FCE.
COLLINGWOOD, ROBIN GEORGE
2010 Idea de la historia. Edición revisada.
México: FCE.
CORCUERA DE MANCERA, SONIA
1997 Voces y silencios de la historia.
Siglos XIX y XX. México: FCE.
MICHELET, JULES
[1862] 2009 La Bruja. Una biografía de
mil años fundamentada en las actas
judiciales de la Inquisición. 4ª, Madrid:
Ed. Akal.
WHITE, HAYDEN
1992 Metahistoria: la imaginación
histórica en la Europa del siglo XIX.
México: FCE.
La marginalidad en dos piezas de
Alberto Castillo: Toda un hombre y Luna
desmembrada
Dr. Antonio Marquet Montiel*
¿ Cómo se constituye un sujeto a
contracorriente, oprimido por el ra-
cismo y sexismo en una sociedad
cerrada? Adel / Abel (Toda un hombre)
y Juan Diego Torres Tepetl (Luna des-
membrada) nadan a contracorriente
tratando vanamente de encontrar un
lugar en una sociedad que los margina
por razones sexuales y raciales. Las
estrategias para hacer frente a la
marginalidad van desde la sumisión
hasta la trasgresión, desde la confesión
obsecuente hasta callar totalmente las
intenciones. Adele termina suicidándose;
Juan Diego Torres Tepetl termina en la
cárcel después de cometer parricidio:
tras el recorrido de ambos personajes,
las estructuras sociales de poder siguen
intactas. Sin embargo, se ha puesto en
relieve tanto su carácter grotesco como
su carácter crepuscular. En mi reflexión
me ocupo primero de Toda un hombre y
en segundo lugar de Luna desmembrada
para posteriormente encontrar algunas
coincidencias en el trazo de los persona-
jes así como en las situaciones dramá-
ticas para contribuir al establecimiento
de la dramaturgia de Alberto Castillo.
*
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco
Toda un hombre
La pieza de Alberto Castillo Toda un
hombre1 explora la vida de Adele/
Abel (Pilar Cerecedo)2 quien vivió co-
mo mujer, estuvo en un convento,
fue dama de compañía antes de ser
diagnosticada/o “triunfalmente” como
hombre. La timidez y la clausura son una
1
Dirigida por Gabriela Flores Torres, Toda un hombre
fue toda un éxito, la noche de su estreno, el lunes
28 en el Teatro El Milagro (Milán 24, col Juárez), en
donde se presentó los lunes, martes y miércoles de
marzo a las 20:30 horas.
2
Detrás de Adele/Abel, está el caso de Herculine
Adele Barbin (1838-1868), cuyas memorias fueron
prologadas por Foucault y mencionadas por la
autora de Gender trouble. Las diferencias son
importantes: la protagonista de la obra teatral no
estudia para maestra ni trabaja como profesora,
no se enamora de una colega, no se ve forzada
a renunciar, Herculine se confiesa con jerarcas
católicos… no se trata de establecer un catálogo
de las diferencias entre las memorias y la obra
teatral; importa la llegada a la escena de un caso
decimonónico de esta naturaleza, su puesta en
escena en el contexto mexicano posterior a la ley
Razú, aprobada el 22 de diciembre de 2009 en la
ALDF.
Tiempo y Escritura No.22 | Teatro   49
 Teatro
marca de su vida así como el amor por
las mujeres, a quienes se apega con
ardor. En tanto que mujer, se enamora
de una monja, de su patrona (Gisel
Casas Almaraz); como hombre, de una
prostituta (representada por la misma
actriz). Es asistida espiritualmente y
atendida por un sacerdote y un médico
(Xabier Rosales) quienes la confiesan,
la espían, la vigilan, le imponen una
hombría que a la postre termina por
hacer corto circuito en quien busca
refugio en el ser mujer que había
construido biográfica, religiosa y
socialmente, independiente de las
evidencias del consultorio de último
minuto.
Alberto Castillo
Fuente: Foto tomada por Antonio Marquet
El entorno de Adele/Abel la observa
con particular atención, con marca-
da ansiedad. La severidad de la
vigilancia con el acervo de culpa
proviene del sacerdote. La coacción
científica se cierne sobre Adele/Abel
desde el consultorio quien tras una
50   Tiempo y Escritura No.22 | Teatro
auscultación, le impone el diagnóstico
inequívoco: tiene pene; por lo tanto,
es hombre. Desde la ominosidad re-
ligiosa o la miopía científica (pene =
hombre), un mundo escindido en la
polarización masculino / femenino
es sordo al deseo de seguir viviendo
como mujer, disfrutando de una
cercanía privilegiada con las mujeres.
Si ella tuviera solo vagina, un amor
lésbico se hubiera instalado en la ti-
bieza de la celda en el convento, o en
la lúdica habitación burguesa auxilia-
da por la melancolía de su patrona.
Si él tuviera un gran pene y fuera un
macho arrogante, hubiera sido feliz
con la prostituta. Pero Adele/Abel tiene
ambas genitalidades, siendo la viril y la
femenina calificadas de insuficientes:
el tamaño cuenta. En la actualidad, sin
duda, el problema hubiera sido tratado
con menos aspavientos y mayor éxito
por la cirugía. A pesar de su innegable
importancia, el bisturí no lo es todo.
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
El productor y autor de las obras Toda un hombre y
Luna desmembrada Alberto Castillo Pérez otorgó el
permiso para la reproducción de todas las imágenes
mostradas en este artículo.

Adele / Abel es mal recibida(o); es
incluso inaceptable en todos los
ámbitos, en todos los afectos, en to-
dos los espacios en donde no tiene
posibilidad de afianzar lo que siempre
comienza muy bien. El problema no es
de ella, o no sólo de ella; es de una
situación que procede con la lógica
de una relación adversativa exclusiva.
Es decir le impone la opción de lo que
en el campo de la gramática tiene una
conjunción adversativa exclusiva: ser
hombre o ser mujer, en función de
una genitalidad pretendiendo pasar
el borrador sobre una biografía y des-
conoce tanto la subjetividad como
los territorios que no se sujeten con
claridad a la heteronormatividad com-
pulsiva. Humanamente no es posible
entrar al consultorio como mujer y
salir como hombre como si nada.
Al nuevo hombre que es, le brindan
como único respaldo un discurso, en
tono bufonesco, sobre las ventajas del
varón y unas lecciones de cómo fumar
pipa.
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
Dr. Antonio Marquet Montiel
Insegura, inocente, Adele/Abel está
sometida a un otro que o bien le
impone, o bien le da lecciones. El
otro es un ser que sabe. Simétrica y
complementariamente Adele / Abel
es la pasión por la ignorancia; la
disposición por aprender cualquier
cosa desde tomar un abanico o una
pipa, gestos que son como pies de
barro que sostienen edificaciones ge-
néricas. Es decir, está más o menos
dispuesta a asimilar la madeja de
prejuicios que pasan por el ser una
mujer o por ser hombre. Pero ella
prefiere quedarse como ha vivido, ella
optaría por la educación femenina
que ha hormado su subjetividad, la ha
rodeado de muros, la ha enclaustrado
en la celda conventual o en la tibieza
de la habitación burguesa de una
melancólica. Ella prefiere la ignoran-
cia cristiana y cuidar a sus amigas-
patronas-amadas que están enfermas
o solas. Una padece cáncer; otra, lleva
la etiqueta epocal de la melancolía;
otra más, el estigma de la prostitu-
ción. Las mujeres que acuden a Toda
un hombre son asediadas por la pato-
logización ya sea física, del alma o la
marginación social. La mujer se vale de
las muletas de la sintomatización para
tramitar la colonización de ser mujer.
Su subjetividad ha de ser elaborada a
través de la enfermedad, la separación,
el encerramiento. Monja, prostituta,
mundana o intersexual, el políptico no
da cuenta sino de la insuficiencia de
los moldes en los que se quiere meter
a las mujeres.
Tiempo y Escritura No.22 | Teatro   51
 Teatro
Desde el punto de vista subjetivo de
Adele/Abel, ella se muestra reacia al
cambio. A las novedades inimagina-
bles que le aporta el presente, prefiere
el pasado reciente. Si está en la habi-
tación burguesa, preferiría la celda. Si
llega a la habitación de la prostituta,
añora la habitación burguesa. No tiene
tiempo para que ella pueda asimilar
los cambios. No hay tiempo para que
pueda sostener las implicaciones
de una mirada que le impone un gé-
nero, una conducta, una manera de
reaccionar. Dentro de las obligaciones
genéricas, el sujeto es lo que menos
importa; sus preferencias, angustias,
temores… son desconocidos.
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
De tal manera, Adele/Abel debe res-
ponder a lo que se espera de ella, a
lo que se exige de él. De entre ambos
52   Tiempo y Escritura No.22 | Teatro
modos, infeliz está. Adele/Abel ha de
vivir constantemente aprendiendo los
matices del género que impone quien
supuestamente sabe de ello, pero sabe
desde una situación marginal, desde
una zona en el que ese supuesto saber
hace crisis. Las dolencias de cada una
de ellas, son el síntoma de una socie-
dad que impone fronteras y modos
de actuación. En esas trincheras,
las actuaciones de Adele/Abel son
insuficientes en el teatro del género.
Ella no es un sujeto para interpretar
el drama de ser mujer ni la comedia
bufa de la hombría. Las deficiencias
de su actuación ponen en relieve las
insuficiencias de la construcción gé-
nero que pretende representarse co-
mo si fuera un teatro de marionetas
en donde los movimientos deben
ser comandados por los hilos de las
imposiciones discursivas.
Toda un hombre lleva a la escena el
mundo espectral de titiriteros que
desconocen su condición de títeres. Y
que hacen todo por ignorarlo, negarlo,
abolirlo. Por el contrario, lo tramitan
como si fueran leyes absolutas,
evidencias científicas, principios
inmodificables…
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.

En Toda un hombre de Alberto Casti-
llo se produce una confrontación de
dos dispositivos. Por un lado, está
el dispositivo burocrático descrito
en términos de fantasía con happy
ending. Por el otro, un dispositivo
emocional de género. Desde la pers-
pectiva del primero, todo se ha de
resolver en el ámbito de la consulta,
con la seguridad incuestionable del
diagnóstico, en el lapso del gabinete
médico, refrendado por los congresos
y las revistas científicas, escenogra-
fías del saber médico. De acuerdo
con el doctor, si los hay, los errores
se pueden corregir inmediatamente:
puesto que la naturaleza no se equi-
voca. Este dispositivo burocrático
ignora la subjetividad; procede con
la lógica del formulario. El ser es
puro soma; la subjetividad apenas
un reflejo de la anatomía. Basta con
mudarse de ropa, previo diagnóstico
(nada de travestismo), para que un
sujeto cambie de haber sido mujer a
una nueva vida en tanto que hombre.
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
Dr. Antonio Marquet Montiel
El terreno de lo legal procede con una
facilidad inédita: el acta que acredita
a Abel como hombre, se tramita por el
doctor sin dificultad.
Obviamente desde la óptica de quien
ha de pasar de una burbuja a otra, las
cosas no son sencillas ni automáticas.
En tales condiciones de presión, entra
en crisis el dispositivo de la angustia
genérica que no puede ser controlado
desde la soledad del diferente, del
rechazado, de quien no cuadra en
ningún universo encapsulado. Ella se
muestra dócil pero fracasa en todo,
quisiera ser algo, mujer, lesbiana u
hombre, pero no pasa de ser prin-
cipiante en cada terreno y de ser
rechazada de cada uno de ellos. Sin
duda, uno de los aciertos de Alberto
Castillo es llevar a escena esta angus-
tia genérica. Quien paga todo es Adele
/ Abel; quien padece el problema es la
sociedad. O mejor dicho es el poder
discursivo que impera quien trans-
forma todo en problema. Es la religión
quien enciende las llamas de su tea-
tro burdo de castigos para quien
infringe la separación de los campos
(pero Adele / Abel nace con genitales
masculinos y femeninos). Es el guiñol
de la ciencia (manipulada por los
prejuicios de los seres de carne y hueso
que no dejan de ser los científicos),
lo que se implanta con una toga
indestructible de verdad. Son esos dos
saberes fanatizados quienes empujan
al pasaje al acto. En la tragicomedia
de Adele/Abel se encuentra un sujeto
cuyos dedos han quedado atrapados
Tiempo y Escritura No.22 | Teatro   53
 Teatro
en las puertas de la inflexibilidad
religiosa y científica que venden su
ignorancia como saberes totalitarios,
creadores de guetos y de programas.
A fin de cuentas, las prescripciones
religiosas y médicas son títulos basura
que provocan burbujas genéricas que
no hacen sino estallar.
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
En este baratillo de saberes, se expo-
ne la diversidad genérica desde varios
puntos de vista. Desde el discurso
eclesiástico y médico, las cosas tie-
nen que ser claras y ajustarse a los
compartimentos que no son sino fan-
tasiosos. Para ellos no debe haber
conflicto posible. Un hombre es un
hombre y una mujer es una mujer. Sin
embargo, hay mucho más que las
categorías de hombre y mujer bajo la
luz del sol. Para el discurso religioso
todo goce, placer o similares, es peca-
do mortal. La corporeidad es recorrida
54   Tiempo y Escritura No.22 | Teatro
por una serie de prohibiciones con el
fin de hacer al sujeto un pecador que
necesita castigo, penitencia: después
de haber sido reducido a la sumisión,
al masoquista, se le ofrece solo peni-
tencias por las normas infringidas. El
cuerpo de la mujer está etiquetado
para el esposo que es su dueño. Como
estrategia de sumisión, es preciso
explorar la conciencia de quien se
confiesa para castigar cualquier des-
viación, cualquier manifestación por
menor que sea.
Siendo el catolicismo una técnica
de dominación, de inferiorizacion
y sumisión del sujeto femenino, el
confesionario es tanto el sitio de la
manipulación de la mujer como el
espacio donde se despliega el go-
ce perverso del confesor. Este se de-
tiene morosamente para escudriñar,
con la esperanza de arrancar una
confesión que le dé una justificación
para desencadenar anatemas, casti-
gos, exclusiones y echarse una impro-
visación sobre el Apocalipsis, y free of
charge (la mezquindad dando clase de
generosidad), seguir con el fin de los
tiempos y de pilón el juicio final.
Fuente: Foto del
estreno de la obra
Toda un hombre
de Alberto Castillo
en el Teatro El
Milagro.
27 de febrero de
2012. Tomada por
Antonio Marquet.
 Dr. Antonio Marquet Montiel

Para el discurso médico no hay posi-

bilidad de error: el examen de la vista
y la auscultación revelan si un sujeto
es hombre o mujer. Sin embargo, un
sujeto con genitales masculinos no es
un hombre y un sujeto con genitales
femeninos no tiene que ser mujer, y
mucho menos heterosexual. Cuenta
también cómo se construye el sujeto.
Toda un hombre explora algunas de
las complicaciones del género que
desmienten las reducciones científicas
y religiosas al mismo tiempo que analiza Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
las repercusiones de la diversidad en de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro.
el terreno de la heterosexualidad a 27 de febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
toda prueba.
Luna desmembrada
Para algunos la diversidad sexual, en
este caso la intersexualidad, les permi- En un contexto de crispación de los
te una satisfacción narcisista intensa. diálogos se dibuja el trasfondo de Luna
Desde su supuesta normalidad (y ce- desmembrada.3 Se trata del choque
rrando los ojos a su marginalidad), se de dos mundos: el mundo tradicional
proponen ayudar al sujeto diverso a y un mundo encapsulado entre
normalizarse. Ellos pretenden no solo dos; la cultura mestiza rural y la del
estar fuera de sospecha sino que margen de la sociedad metropolitana.
pueden ayudar al otro. Bastaría con El espectador se enfrenta a dos
que los imiten, basta con unas clases hermetismos: el de un mundo cerrado
para convertirlos en espejos de ellos. sobre sí mismo y el encerramiento
Sin el menor intento de comprender marginal de los descastados. Los
al intersexual, le obligan a actuar indígenas y los mestizos urbanizados
imitativamente. Para ellos, la vida no conforman dos estamentos en la
es sino materia de felicidad cuando base de una pirámide social que
se actúa como ellos se conducen: admite poca movilización. Más que
padecen de yoitis aguda. Entonces el un diálogo, se trata de intercambios
normópata se vuelve maestro que da
las claves para que el alumno actúe
como su simio. Todo es fácil, solo
que el alumno tiene que ser muy dócil
3
Obra de Alberto Castillo que se representó en el
Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico hasta
para que logre representar el papel
diciembre de 2010.
adecuado, dignamente.

Tiempo y Escritura No.22 | Teatro   55

 Teatro
ríspidos, marcados por el desprecio, el
odio, el desconocimiento, la negación.
Los recién llegados a la metrópoli son
utilizados, inferiorizados, escarneci-
dos: su horizonte vital y sus tradiciones
son severamente despreciados, obje-
tos de burla e ironía. Se les hace pagar
un onerosísimo derecho de peaje. Se
les desprecia para poder explotarlos
con mayor eficacia en adelante. Quien
golpea primero, golpea dos veces. En
Luna desmembrada, los golpeadores
dan el primero, el segundo, el tercero…
el engolosinamiento golpeador es
inmediato.
Fuente: Foto de la obra Luna desmembrada
presentada en el Teatro La Gruta, del Centro Cultural
Helénico el 16 de octubre de 2011. Tomada por
Antonio Marquet.
Guadalupe es una mujer en busca
de su hijo; llega a la ciudad y no en-
cuentra sino la trayectoria que dejó,
misma que al recorrerla le deparará
muchas sorpresas. Su hijo es im-
prescindible para llevar a cabo el ritual
de la mayordomía en su sociedad
pueblerina, tradicional, aislada en los
56   Tiempo y Escritura No.22 | Teatro
pliegues de la sierra oaxaqueña, San
Miguel Ixcuintla.
De hecho el espectador asiste al en-
cuentro entre dos culturas que decli-
nan. Una, la capitalina, ha perdido el
rumbo, guiada por falsos nortes. Otra,
la pueblerina, está en vías de extinción
por la hemorragia de la emigración
de varones que nunca retornan, por
la catástrofe de la agricultura, por
el abandono de altares producto de
mestizajes antiguos, que han queda-
do vacíos, ante una iglesia que modi-
ficó sus dogmas volviéndose profun-
damente ideológica, profundamente
servil a un conservadurismo lesivo
de la Guerra fría. Es la historia de la
cultura mexicana, vista desde el án-
gulo de una doble derrota, desde el
sometimiento a una doble imposición
represiva de lo autóctono: la hispana
y la norteamericana. Los signos de la
catástrofe son muchos en Luna des-
membrada: ellos están organizados
en torno a las drogas, la prostitución,
el homosexualismo, la policía, la clase
media en caída.
El indio recién llegado a la capital,
es objeto de inferiorización, explota-
ción económica y utilización sexual.
Paralelamente, la respuesta reivin-
dicativa del recién llegado se traduce
esencialmente en engañar y robar a
quienes lo han utilizado. Si unos lo
desprecian; el otro desarrolla técnicas
de sobrevivencia que consisten en
responder con un sí a todo lo que le
preguntan que es una simple cortina
de humo que le sirve para ocultar sus
intenciones.

Fuente: Foto de la obra Luna desmembrada
presentada en el Teatro La Gruta, del Centro Cultural
Helénico el 16 de octubre de 2011. Tomada por
Antonio Marquet.
Luna desmembrada aborda el racismo
como lógica generadora de violencia.
Juan Diego Torres Tepelt y luego su
madre, Guadalupe Tepelt, que llega a
la ciudad de México en su búsqueda,
padecen meticulosamente la violen-
cia racista por parte de una prostituta,
un policía, un homosexual y de una
mujer de clase media abandonada.
Cada uno de los miembros de este
cuarteto padece, a su vez, diversas
formas de marginación. Cada uno se
permitirá abusar prolijamente de dos
indígenas que transitan por el infier-
no racista que es la ciudad de Méxi-
co, en busca de dos puntos nodales
para ellos: Juan Diego soportará cual-
quier vejación con tal de cometer su
proyecto parricida; Guadalupe se en-
cuentra sometida a normas de mayor-
domía, que la excluyen en tanto que
mujer. Para cumplir con éstas, le es
preciso llevar a un varón de su familia
para que participe como mayordomo
Dr. Antonio Marquet Montiel
en las fiestas patronales: de esta ma-
nera, supone ella, se restablecerá el
ciclo agrícola que se encuentra tras-
tocado. Ella se somete a la violencia
racista con el objetivo de resolver, lo
que se llamaría con mayor precisión
cambio climatológico, la hemorragia
de varones por la emigración, la de-
sarticulación económica y social de su
mundo. En su trayectoria por la capi-
tal conoce rostros de su único hijo que
no sospechaba. Ciertamente se trata
de retratos manipulados los que le
presentan cada uno de los reacios in-
formantes que le proporcionan datos
parciales e insidiosos. Sin embargo,
esos rostros corresponden a la am-
plia disposición de su hijo para llevar
a cabo su proyecto secreto. En Luna
desmembrada confluye por un lado el
parricidio; por el otro, un proyecto de
restauración del universo (regido por
normas patriarcales). Las huellas que
rastrean madre e hijo serán develadas
a un precio muy alto. Para obtenerlas
los personajes están dispuestos a pa-
gar lo que sea: el racismo no escatima
en imaginación para injuriarlos, uti-
lizarlos, prostituirlos. Ambos persona-
jes, madre e hijo, son sometidos a un
feroz régimen. Nuevamente se trata
de una violencia que ejercen margina-
les contra otros seres también margi-
nados. El régimen de estigmatización
del otro, ofrece libertad a los margi-
nados para drenar su subalternización
sistémica. El indio aparece como chi-
vo expiatorio de quienes apenas le lle-
van una mínima ventaja en un feroz
Tiempo y Escritura No.22 | Teatro   57
 Teatro

proceso de mestizaje. En un contexto repudiado es objeto sexual, gozado y

de tensión extrema, la homosexuali-
dad contribuye a crear la atmósfera
de sordidez en donde deben buscarse
las huellas. Homosexualidad-prosti-
tución-corrupción-adicción-pobreza
y derrota forman los puntos cardina-
les en donde su ubica el parricidio y
florece el racismo en Luna desmem-
brada. Conviene tener en mente el
carácter extremo en que se coloca la
homosexualidad.
despreciado. Es fetichizado.
En su búsqueda, Guadalupe va reco-
giendo una serie de facetas de su hijo
que tiene un curriculo impresionante:
ha sido ladrón, mentiroso, adicto, bi-
sexual… La madre no se arredra ante
los detalles desagradables. Por el con-
trario, los entiende como una serie de
cualidades de su hijo que ha tenido que
desarrollar para poder sobrevivir en la
gran urbe. Luna desmembrada habla
del proceso de urbanización de los in-
dígenas, donde es preciso sobrevivir
a toda costa. Desde esta perspectiva
Luna desmembrada se articula como
una odisea por los bajos fondos de
la ciudad. La prostituta, el oficial de
policía, el pintor homosexual.

Fuente: Foto de la obra Luna desmembrada

presentada en el Teatro La Gruta, del Centro Cultural
Helénico el 16 de octubre de 2011. Tomada por
Antonio Marquet.

A pesar de los sorpresivos rostros que

va mostrando, el buscado (cuyo rostro
sólo se dibuja por los rastros que ha
dejado), logra ocultar la línea central de Fuente: Foto de la obra Luna desmembrada
su argumento de vida. Para sobrevivir, presentada en el Teatro La Gruta, del Centro Cultural
se ha liado con una prostituta, ha Helénico el 16 de octubre de 2011. Tomada por
dejado que se teja en torno a él una Antonio Marquet.
mitología (que necesita el pintor para
Los rastros que va dejando un pro-
colocarla como código de una obra que
tagonista que nunca aparece en el
no despegará en ningún momento),
escenario, giran en torno de su gran
se ha enganchado con una viuda. El
agilidad para adaptarse, para cambiar,

58   Tiempo y Escritura No.22 | Teatro


para mentir (¡es impertaivo sobrevi-
vir!). Si es preciso inventarse un cu-
rriculum, lo hará. De esta forma, será
jardinero, modelo de un pintor, aman-
te de una prostituta que busca a su
príncipe azul. El será lo que haga falta
a otro menesteroso que se ha con-
formado con vivir en los márgenes.
Se adaptará con tal de incrustarse.
El tiempo necesario para robar, para
cultivar resentimientos. Todo lo sopor-
ta en virtud del objetivo que trae, que
nunca menciona, al que siempre es fiel.
Se puede afirmar que robar y engañar
son las actividades a las que tiene que
dedicarse para sobrevivir, dado que,
obviamente, no puede manifestar su
proyecto parricida.
Es la mirada de la madre, la que per-
mite al espectador formase una idea
del perfil de un personaje particular-
mente apto para la metamorfosis.
Juan Diego tiene que mentir para so-
brevivir, inventarse profesiones, robar
dinero o un auto. No hay rastros de un
personaje que tiene que huir de uno y
otro lado. Hasta que encuentra un lu-
gar de anclaje que, por supuesto, es la
cárcel.
Una odisea de resentimiento
Juan Diego está dispuesto a padecer
todo con tal de dar con el paradero
de su padre y poder vengarse de él. A
diferencia de Pedro Páramo él llega a
tiempo. Lo encuentra vivo…
Ella tiene que encontrarlo para que
regrese a ser el mayordomo de las
fiestas dedicadas a la virgen. No se
Dr. Antonio Marquet Montiel
trata sólo salvar las tradiciones: para
Guadalupe, es una cuestión de vida o
muerte.
Esto señala la doble catástrofe que los
indios han padecido en México. Por
un lado, se produce la catástrofe de la
agricultura en México; por otro lado es
la incorporación de los indígenas a la
fuerza de trabajo con lo cual comienzan
un rápido proceso de lumpenización.
Para Guadalupe y su hijo, las firmes
creencias son marcas de un mundo
anclado en los dioses, las tradiciones.
Enn contraste, se produce la indivi-
dualización de una vida citadina soli-
taria que no cree sino en las fantasías
que produce. El sentido práctico está
ausente a favor de la cosmogonía al
príncipe azul; de la mujer que busca a
su hijo y la prostituta; de la mujer que
respeta sus tradiciones, al pintor que
deforma todo por su adhesión a fic-
ciones como la del buen salvaje.
Fuente: Foto del estreno de la obra Toda un hombre
de Alberto Castillo en el Teatro El Milagro. 27 de
febrero de 2012. Tomada por Antonio Marquet.
Luna desmembrada y Toda un hom-
bre describen dos universos que se
desmoronan. Los descalabros que
Tiempo y Escritura No.22 | Teatro   59
 Teatro

padece Adele/Abel, su convicción de El sacerdote, el doctor en Toda un

que no podrá construir una imagen hombre, así como el policía en Luna
masculina, la certidumbre de que será desmembrada, todos ellos garantes
rechazado una y otra vez, lo/la llevan del poder, todos ellos grotescos, son
al suicidio. Por su parte, en Luna des- los únicos varones heterosexuales
membrada se asiste al parricidio que admitidos en un escenario que se ar-
comete Juan Diego (cuando sintomá- ticula para asistir al fin de un orden.
timente lo buscaban para restaurar Suicida o parricida ninguno de los
simbólicamente un universo patriarcal protagonistas que animan el mundo
en declive). El personaje que es obje- emocional de Toda un hombre y Luna
to de una tenaz búsqueda no es en- desmembrada tiene lugar en la socie-
contrado. Sin embargo, el espectador dad: Alberto Castillo Pérez demuestra
conocerá el verdadero objetivo de un una gran habilidad para plantear la in-
protagonista que no pisa el escena- tensidad y los matices de complejas
rio. La carga siniestra en el entorno de problemáticas así como describir un
Juan Diego se incrementa por el hecho espacio en el que no hay esperanza
de que el espectador nunca conoce su alguna.
rostro. Los descriptores que lo identifi-
can todos son negativos. Anda a salto
de mata y la efectividad que despliega
para esconderse prueba su determi-
nación para cumplir su misión.
Adel/Abel y Juan Diego se encuentran
en un entredós. El sitio imposible del
primer personaje es entre dos géneros.
Juan Diego ha dejado vacío el espacio
al que llega su madre en su búsqueda.
La primera se suicida después de ha-
berse instalado en diferentes hogares; Fuente: Foto de la obra Luna desmembrada
el segundo mata (después de haber presentada en el Teatro La Gruta, del Centro Cultural
pasado por diversos hogares): la “so- Helénico el 16 de octubre de 2011. Tomada por
lución” de los problemas de los prota- Antonio Marquet.
gonistas, está en la (auto)aniquilación.
Sin embargo, más allá de las sangrien-
tas “soluciones” de los personajes, el
espectador observa las deficiencias
de ambos universos en que se desar-
rollan las almas de papel creadas por
la pluma de Alberto Castillo.

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 Dr. Antonio Marquet Montiel

BIBLIOGRAFÍA OTRAS FUENTES

CASTILLO PÉREZ, ALBERTO GUTIÉRREZ GARCÍA, GABRIEL
2011 Luna desmembrada: obra en 2012 Entrevista de Estela Leñero a
cuatro cuadros. México: Ediciones sin Alberto Castillo y Pauline Rousseau
nombre. sobre el trabajo de la puesta en escena
de la obra Toda un hombre.
http://www.codigoradio.cultura.
REFERENCIAS
df.gob.mx/index.php/este-lado-
TODA UN HOMBRE de Alberto Castillo del-teatro/8600-toda-un-hombre
Pérez, dir. Gabriela Flores Torres, con (consultada en marzo)
Pilar Cerecedo, Xavier Rosales, Gisel
REYES RODRÍGUEZ, FIDEL
Casas Almaraz, Asesoría corporal
Pauline Rousseau, Música de Rodrigo 2012 “Un hombre no nace, se hace:
Flores López, vestuario Fabiola performance de género en Toda un
Gitiérrez, escenografía LAB Escena. hombre de Alberto Castillo”, en http://
Teatro el Milagro, 2012. wequeer.wordpress.com/2012/03/15/
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LUNA DESMEMBRADA de Alberto
performance-de-genero-en-toda-
Castillo Pérez, dir. Abel Ignacio
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(consultada el 15 de marzo)
Guadarrama (Guadalupe), Gaby
Ornelas (Guadalupe), Noé Alvarado
(Miguel), Fermín Martínez (Alberto),
Mahalat Sánchez (Pilar), musicalización
Alberto Galindo Morales, vestuario
Alicia Lara, México, 2011. se presentó
los domingos a las 18:00 hrs.

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