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PARTE 2. DESARROLLO DE LA VELOCIDAD

CAPÍTULO 1.- CONCEPTO DE VELOCIDAD

La manifestación de la velocidad es una consecuencia de la fuerza aplicada. Se


cuestiona si la velocidad debe considerarse como una cualidad, pero su importancia en
la valoración del rendimiento es incuestionable. La distinción entre "velocidad" y
"rapidez" puede no tener relevancia en algunos casos, pero sí es cierto que el
rendimiento depende en algunos casos de la "rapidez" y no de la "velocidad" máxima.
Cuando el resultado depende de la" velocidad" máxima, la "rapidez" sí tiene que estar
presente en alguna fase del movimiento. El grado de influencia de la fuerza máxima
sobre la velocidad es determinante para la organización del entrenamiento.

1.1. Definición

Se considera que la velocidad no es una cualidad en sí misma, sino el resultado de la


aplicación de una fuerza y el resultado de la capacidad para mantener la aplicación de
esa fuerza durante un tiempo determinado. Incluso en aciones en las que la resistencia
externa (oposición en forma de peso, viento, gravedad, inclinación del terreno...) es muy
pequeña, es necesario aplicar un mínimo de fuerza, pues de lo contrario no existiría
movimiento. Por tanto, en todas las acciones en las que se pueda medir una velocidad
hay una fuerza, y en la mayoría de ellas también influye una resistencia o capacidad
para mantener la máxima velocidad o para reducir las pérdidas de la misma. Sin
embargo, por otra parte, también es cierto que el resultado de la mayoría de las
competiciones o de los gestos deportivos se miden por la velocidad a la que se realizan.
Por ejemplo, la distancia a la que se lanza un peso con un mismo ángulo de salida
depende directamente de la velocidad a la que se libera éste de la mano. Por tanto,
aunque se pueda discutir si la velocidad es o no una cualidad, lo cierto es que debe ser
siempre objeto de estudio, ya que sus valores determinan el rendimiento del deportista
en una gran mayoría de las especialidades deportivas. No obstante, su estudio siempre
estará basado en los mecanismos que determinan la producción y aplicación de la
fuerza, así como en aquellos que permiten mejorar la resistencia.

1.1.1. Rapidez y velocidad

Aunque los términos rapidez y velocidad se emplean indistintamente en la vida diaria,


en la Física se hace una distinción entre ellos. En Física, la rapidez (rapidez media) de
un objeto se define por la relación entre la distancia recorrida y el tiempo que se tarda
en recorrer esa distancia (Giancoli, 1997). La velocidad se usa para representar tanto la

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magnitud o valor numérico de la rapidez de un objeto como la dirección en la que se
mueve dicho objeto. Por tanto, la rapidez es sólo una magnitud, mientras que la
velocidad es un vector.

La velocidad media se define en términos de "desplazamiento" o cambio de posición, y


no como distancia total recorrida. Si un objeto se desplaza 100 metros en una dirección
y sentido durante 10 segundos, y después recorre 60 metros en la misma dirección y en
sentido contrario durante 5 segundos, la distancia total recorrida es de 160 metros, pero
el desplazamiento habrá sido sólo de 40 metros (100m de ida menos 60m de vuelta), y
el tiempo total ha sido de 15 segundos. En este caso, la rapidez será igual a 160m/15s,
es decir, 10,67 m · s-1 , pero la velocidad sólo será de 2,67 m · s-1 (40m/15s).

Se puede deducir que si el desplazamiento se hace en línea recta y sin retorno (en una
sola dirección y sentido), la rapidez y la velocidad son la misma cosa. Si los
desplazamientos se hacen en ida y vuelta, teóricamente, según la definición de la Física,
el valor de la velocidad será muy distinto al de la rapidez. Esta distinción, según los
casos, puede no tener importancia en el deporte o tener un significado práctico: un
jugador puede ser muy rápido moviéndose (cambios de dirección, aceleraciones,
paradas, fintas...) pero no avanzar en la dirección de la puerta contraria, es decir, su
rapidez es muy alta pero su velocidad muy baja, pues tarda mucho tiempo en llegar a su
destino, en desplazarse (cambiar de posición) a la puerta contraria. Sin embargo, no
tendrá mucho significado en el caso de que un nadador recorra dos veces una piscina de
50m en muy poco tiempo: en la práctica será lo mismo decir que es muy rápido que
decir que es muy veloz, aunque su desplazamiento haya sido cero.

Estas definiciones de rapidez y velocidad tienen relación con la forma de interpretarlas


en el ámbito del deporte, como veremos a continuación.

Verkhoshansky (2002), en una de sus últimas traducciones al castellano, vuelve a


presentar una vez más las distinciones entre ambos conceptos en el ámbito del
entrenamiento. La rapidez la relacionada con el periodo o tiempo de reacción previo a
los movimientos, con la capacidad de ejecución de movimientos locales aislados sin
carga, con movimientos más complejos relacionados con el cambio de posición del
cuerpo en el espacio o con el paso de una acción a otra siempre que se produzca en
ausencia de resistencia externa significativa y con la frecuencia de movimientos sin
carga. Según este autor, estas formas de manifestación de la rapidez dependen poco o
están poco relacionadas con el nivel de preparación física y no presentan una
correspondencia sustancial con la velocidad de los movimientos o desplazamientos del
deportista en condiciones que exigen del sujeto esfuerzos musculares significativos.

Dentro del tiempo de reacción (tiempo desde que se produce el estímulo hasta que se
inicia el movimiento) se distingue el tiempo de reacción ante estímulos y decisiones
simples y ante estímulos y decisiones complejos. El primero es poco o nada modificable
y presenta poca o nula relación con el rendimiento, pero el segundo tiene un margen de
mejora mayor y sí es objeto de entrenamiento, por lo que puede influir en el resultado.

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Por tanto, la rapidez se considera como la propiedad general del sistema nervioso
central que se muestra de forma plena en el periodo latente de la reacción motora y el
tiempo de realización de las acciones más sencillas sin carga adicional (Verkhoshansky,
2002)

La rapidez también es relacionada con la capacidad para realizar movimientos


específicos en relación con el tiempo, con la habilidad del sistema nervioso central para
procesar y producir rápidas contracciones y relajaciones y con la capacidad para generar
movimientos explosivos: salidas, cortas aceleraciones, cambios de dirección, cambios
de movimientos... (Dintiman y col., 1998). En este sentido, la rapidez tiene mucha
relación con el significado que se le ha dado en el ámbito de la Física, pero en muy
cortos desplazamientos.

La velocidad en el ámbito deportivo se expresa por la relación entre el espacio y el


tiempo. En el valor de la velocidad está incluida una participación de algunos aspectos
de la rapidez, pues en el tiempo total –y, por tanto, en la velocidad– se incluye el tiempo
de reacción, aunque este tiempo no presente relación con el resultado final en reacciones
simples.

Cuando se habla de "velocidad" se suele circunscribir el concepto a las distancias cortas


de algunas pruebas o especialidades deportivas. Es evidente que esto es una restricción
del concepto, pero es necesario hacerlo así, pues, aunque sea arbitrariamente, hay que
establecer unos límites entre los distintos campos de estudio de las cualidades o
capacidades, y en este caso hay que diferenciar entre "velocidad" y "resistencia",
aunque la mayoría de las pruebas de resistencia se miden por la "velocidad" a la que se
recorre una distancia.

La velocidad se relaciona con un mayor desplazamiento que en el caso de la rapidez,


con la utilización de una proporción mayor de grandes grupos musculares y, sobre todo,
con una carga (resistencia, peso u oposición) mayor. Esto hace que la rapidez y la
velocidad dependan y estén limitadas por diferentes factores fisiológicos, y que las
posibilidades de mejora de cada una de ellas sea muy diferente. La rapidez está muy
limitada genéticamente, mientras que la velocidad tiene un mayor margen de mejora,
tanto más cuanto mayor es la distancia sobre la que se va a medir. Esto se debe a que la
"velocidad" está muy relacionada con la fuerza y la resistencia, cualidades que tienen
unos amplios márgenes de modificación.

La rapidez y la velocidad no tienen que presentar una relación importante, y, por ello, la
"rapidez" –como se está considerando en el deporte– no es un buen predictor de la
velocidad. La frecuencia de movimiento de la mano no es un predictor de la velocidad
que puede alcanzar un ciclista (Verkhoshansky, 2002), y la velocidad máxima (punta de
velocidad) no garantiza la "rapidez" y viceversa (Dintiman y col., 1998).

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1.1.2. Fases de las acciones motrices en relación con la velocidad

El resultado final de una acción motriz que se mide por la velocidad depende de los
rendimientos parciales obtenidos en las distintas fases de la manifestación de la misma.
Estas fases están en relación con las características de las condiciones en la que se
manifiesta la velocidad. Así, en la expresión más completa de la velocidad siempre se
darán cuatro fases: fases de reacción, de aceleración, de máxima velocidad y de pérdida
de velocidad. Al incluir la fase de pérdida de velocidad estamos introduciendo el factor
"resistencia" dentro de la velocidad. En algunas definiciones, la velocidad en sentido
estricto se relaciona con acciones motrices que no están limitadas por el cansancio, pero
esto sólo se daría cuando la velocidad se expresa en las "condiciones" propias de la
"rapidez". Por tanto, en las "acciones explosivas", típicas de la "rapidez", como los
lanzamientos y los golpeos, no estarían representadas todas estas fases.

Fase de reacción

La fase se reacción, llamada en algunos casos "velocidad de reacción", se refiere


realmente al tiempo de reacción. Esta fase se relaciona principalmente con el concepto
de "rapidez". El rendimiento en esta fase psicofísica se mide por el tiempo transcurrido
desde la emisión de un estímulo hasta que el sujeto inicia una acción o movimiento.
Esta fase comprende cinco etapas: aparición del estímulo externo, transmisión de la
excitación aferente al SNC, formación de la orden o señal eferente, transmisión de la
señal eferente al músculo y contracción muscular que produce el movimiento. El tiempo
de reacción tiene una gran dependencia genética, y se considera poco modificable por el
entrenamiento cuando se trata de reacciones simples: reacción permanente con la misma
acción ante el mismo estímulo, como, por ejemplo, la reacción de un velocista al
disparo. Sin embargo, cuando los estímulos y las acciones son variables, la reacción se
considera como compleja. En este caso hay más posibilidades de mejora con el
entrenamiento, y esta mejora se basa principalmente en la capacidad que adquiere el
deportista de anticipar la acción. Algunas acciones deportivas se producen en tan corto
espacio de tiempo, que no habría ninguna posibilidad de reaccionar con eficacia si no se
"adivinara" lo que va a ocurrir y se iniciara la acción antes de que se produzca el
estímulo en su totalidad. En este caso están todas las acciones de "anticipación" que se
producen en los deportes de oposición (deportes de pelota en general y los colectivos o
de colaboración-oposición) y de adversarios (deportes de combate). La experiencia del
deportista permite anticiparse a lo que va a ocurrir con sólo percibir unos "indicios"
derivados de la acción del contrario y poner en marcha los mecanismos necesarios para
contrarrestar dicha acción. Estas acciones quedarían encuadradas específicamente en el
aspecto de la velocidad que hemos considerado como "rapidez", y se entrenan dentro
del apartado de la técnica deportiva.

Fase de aceleración

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La fase de aceleración es la fase inicial del movimiento. La aceleración se mide y
define por los cambios de velocidad en relación con el tiempo: aceleración = ∆velocidad
/ ∆tiempo. La aceleración depende de la magnitud de la fuerza aplicada en el inicio del
movimiento, y, sobre todo, de la rapidez con la que se aplica la fuerza (fuerza
explosiva). A mayor fuerza explosiva mayor aceleración. La fuerza necesaria para
iniciar el movimiento depende de la carga o resistencia externa que haya que superar: a
mayor resistencia externa, mayor fuerza habrá que aplicar.

La velocidad y la fuerza son directamente proporcionales. De la igualdad entre el impulso


(Fmed · t) y la cantidad de movimiento lineal [m · (vt - vi)] se deduce que la ∆V = Fmed · ∆t ·
m-1 , es decir, el incremento de la velocidad es igual al producto de la fuerza media ejercida
por el tiempo que se aplica esa fuerza dividido por la masa del cuerpo o resistencia que se
desplaza. Por tanto, habría tres posibilidades de modificar la velocidad: a) aumentar el
tiempo de aplicación de la fuerza, b) reducir la masa del cuerpo y c) aumentar la fuerza. La
primera de ellas queda agotada rápidamente en cuanto se consigue una técnica correcta del
ejercicio. También podríamos pensar en hacer el movimiento más lentamente, y así
prolongar el tiempo de aplicación de la fuerza, pero esto es a todas luces negativo, ya que
con un movimiento lento nunca podríamos incrementar la velocidad. La reducción de la
masa del artefacto propio de competición no es posible por las limitaciones impuestas por
el reglamento, y la reducción del peso corporal sólo tiene un pequeño margen hasta
conseguir el peso idóneo de competición. Por tanto, la única posibilidad que nos queda es
la mejora de la fuerza aplicada.

En la eficacia de la aceleración hay que considerar dos posibilidades. En algunos casos


será deseable producir la máxima aceleración posible en el menor tiempo, de manera
que se alcance cuanto antes la velocidad máxima o la máxima velocidad posible en el
tiempo disponible. Esto sería aplicable en acciones de sprint de corta duración. Por el
contrario, en otros casos, como ocurre, por ejemplo en un lanzamiento, la máxima
velocidad ha de conseguirse al final del movimiento, y por tanto, la aceleración ha de
regularse en el tiempo, pues una máxima aceleración inicial puede suponer una
reducción de la velocidad al final del recorrido.

Fase de máxima velocidad

Una vez terminada la fase de aceleración, se alcanza la velocidad máxima, la cual se


puede mantener durante muy poco tiempo. Depende de que los movimientos sean
acíclicos o cíclicos y de que la velocidad máxima sea la máxima posible o una
velocidad submáxima sostenida.

En los movimientos acíclicos que se realizan una sola vez, con amplios intervalos de
recuperación entre ellos, la duración de la velocidad máxima se reduce a un instante. En
estos casos, la reducción de la velocidad máxima no se produce por cansancio, sino por
la desaceleración propia que caracteriza a cualquier movimiento explosivo acíclico,
debida en parte a la menor posibilidad de aplicar fuerza cuando aumenta la velocidad, y

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en parte a la inhibición que anticipa la terminación del movimiento y que se produce de
manera involuntaria para proteger las articulaciones.

En los movimientos cíclicos el pico de velocidad máxima se mantiene durante unos


pocos segundos. En estos casos, la fatiga neural y el consumo de las fuentes de energía
de tipo aláctico (principalmente fosfocreatina), unido a la relajación y la coordinación
intermuscular, determinan la pérdida de velocidad.

Hay razones para creer que la velocidad máxima de acortamiento del músculo expresa
la máxima tasa de formación de ciclos de puentes cruzados (ciclos de formación y
liberación de los puentes cruzados en la unidad de tiempo) (Edman, 1992). Si la
velocidad máxima representa la máxima velocidad a la cual pueden producirse los
ciclos de puentes cruzados, se puede sugerir que la velocidad es independiente del
número de puentes cruzados. Esta sugerencia se ha podido comp robar
experimentalmente al medir la velocidad de acortamiento de distintas fibras a diferente
longitud de las sarcómeras –y, por tanto, con distinto número de puentes cruzados
formados–, comprobándose que la velocidad con cualquiera de las fibras se mantiene
constante (cada fibra a su velocidad, según el tipo de fibra) a todas las longitudes de la
sarcómera, desde 1,7 a 2,7 µm. La capacidad para producir puentes cruzados a mayor o
menor velocidad depende, a su vez, de factores genéticos (tipo de miosina de las
sarcómeras) y de la actividad de la enzima ATPasa para hidrolizar ATP.

Por tanto, si la resistencia es muy pequeña o nula, la fuerza máxima del individuo no
tiene influencia en la velocidad, por el contrario, la velocidad dependerá en mayor
medida de la fuerza aplicada cuanto mayor sea la resistencia externa que hay que
superar. En la figura 1.1 se puede apreciar gráficamente el grado de relación
aproximada entre la velocidad absoluta (Vabs) o máxima velocidad de acortamiento en
ausencia de resistencia externa y el pico máximo de fuerza isométrica (PMFI) y la

100
Varianza explicada (r2 )

80

60

40

20

0 20 40 60 80 100
Resistencias (% del PMFI)

Figura 1.1.- Relación entre Vabs y Velocidad con resistencias (línea de puntos), y entre PMFI y
Velocidad con resistencias (línea continua). La relación entre la velocidad con resistencias del 80% y la
Vabs es nula. Con resistencias del 15% la varianza común ya es del 50% aproximadamente, y sigue
aumentando hasta que la resistencia es cero. La relación entre el PMFI y la velocidad sin resistencia es
prácticamente nula, llegando en la práctica a ser negativa pero con valores de correlación no
significativos. Con resistencias superiores al 60% el PMFI ya empieza a explicar el 50% de la velocidad

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del movimiento. A partir del 70% esta relación aumenta de manera lineal. (Adaptación del gráfico de
Verkhoshansky, 1986, 1996)

tendencia que presentan. La relación entre la Vabs y la velocidad con los distintos
porcentajes del PMFI es mayor cuanto menor es la resistencia. Sólo la velocidad con
resistencias inferiores al 20% del PMFI presenta una relación notable con la Vabs. Con
estas resistencias la velocidad depende en mayor medida de la fuerza inicial y de la
velocidad absoluta. La relación entre el PMFI y la velocidad con resistencias es mayor
cuanto mayor es la resistencia. A partir del 60% del PMFI la relación empieza a ser
importante, y a partir del 70% la relación aumenta de manera lineal. En estos casos la
velocidad depende de la fuerza de aceleración y del PMFI.

Por tanto, los valores de velocidad máxima dependen en gran medida de factores
genéticos, luego la mejora de la velocidad no se puede abordar con el objetivo de que
aumente la velocidad intrínseca de acortamiento del músculo, sino con el objetivo de
que mejoren la fuerza explosiva o producción de fuerza en la unidad de tiempo, el pico
máximo de fuerza aplicado y la coordinación intermuscular (técnica), la cual incluye la
relajación, que permite una mejor aplicación de la fue rza.

Fase de pérdida de velocidad

Cuando se trata de velocidad cíclica y la distancia es superior a los 40-60 metros y la


velocidad máxima alcanzada es la máxima posible, necesariamente ha de producirse una
fase de pérdida de velocidad. Esta pérdida es una manifestación de la fatiga que se
produce en el sistema neuromuscular. La fatiga puede definirse como la pérdida
reversible de la fuerza contráctil que ocurre después de la repetición de una actividad
muscular. La fatiga tiene un componente "central", manifestado por la limitación de las
señales que son enviadas desde el SNC al músculo para contraerse, pero también existen
factores periféricos debidos al consumo de las fuentes que proporcionan energía más
rápidamente y a la acumulación de productos de desecho derivados de la hidrólisis de
ATP.

La fatiga se manifiesta por una reducción del pico de fuerza manifestado y, sobre todo,
por la velocidad con la que se produce ese pico (fuerza explosiva), así como por un
aumento del tiempo de relajación. La fatiga no sólo afecta a la capacidad del músculo
para producir fuerza, sino que reduce la velocidad de acortamiento del mismo (Edman,
1992): cuando aumenta la fatiga no sólo se reduce el pico de fuerza, sino la máxima
velocidad de acortamiento. Esto viene a indicar que el músculo fatigado implica unos
cambios en la propiedades cinéticas de los puentes cruzados. Se ha observado que la
rigidez muscular es poco afectada por la fatiga. Este hecho, según Edman (1992),
sugiere que el déficit de fuerza producido durante la fatiga es sólo parcialmente debido a
una disminución del número de puentes cruzados, y que la mayor proporción de la
pérdida de fuerza es atribuible a una reducción de la fuerza producida por cada puente
cruzado individualmente.

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Cuando se trata de mantener una velocidad alta pero submáxima, durante un tiempo más
prolongado, se entra en el terreno de la resistencia. La capacidad para mantener esta
velocidad dependerá de los distintos sistemas metabólicos y de la capacidad para tolerar
y contrarrestar la acidez. La pérdida de velocidad se seguirá produciendo por una
reducción de la fuerza aplicada, aunque las causas de esta reducción sean, además de las
anteriormente citadas, las provocadas por la acidez acumulada y el correspondiente
descenso del pH.

1.2. Clasificación de las manifestaciones de la velocidad

Según lo que hemos expuesto, se puede hacer una clasificación de las expresiones de
velocidad que pueden ayudar a su estudio, evaluación y entrenamiento. Presentamos
una clasificación sencilla atendiendo a los siguientes criterios: según la carga externa a
superar, según el tipo de movimiento y según las fases. Las distintas expresiones de
velocidad que proponemos están relacionadas entre sí, y representan distintas formas de
expresión de la "rapidez" y la "velocidad".

§ Según la carga externa a superar:

- Velocidad en ausencia de cargas externas:


Depende de la velocidad absoluta de acortamiento muscular. No tiene
relación con la fuerza máxima. Básicamente son expresiones de "rapidez"
- Velocidad ante cargas externas: ligeras, medias y altas:
Cuanto mayor es la carga externa, mayor es la influencia de la fuerza en
la velocidad alcanzada.

§ Según el tipo de movimiento:

- Velocidad acíclica:
Engloba principalmente gestos que expresan "rapidez". La "rapidez" de
ejecución está en función de la resistencia externa a vencer
- Velocidad cíclica:
Está relacionada con la frecuencia de movimientos. En ella influyen de
manera especial la coordinación/relajación en la ejecución de los
movimientos
- Velocidad combinada:
En ella se dan fases de gestos acíclicos y cíclicos. Expresa claramente
acciones de "rapidez" y de "velocidad". Se puede dar en especialidades
con técnica cerrada como los saltos y con técnica abierta como los
deportes colectivos.

§ Según las fases:

- Tiempo de reacción (llamada a veces impropiamente velocidad de reacción):

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Es la fase inicial de cualquier movimiento. No es propiamente una
expresión de velocidad, pues no hay desplazamiento ni espacio recorrido.
El tiempo de reacción puede tener alguna influencia en algunas acciones,
pero es de una gran dependencia genética, sobre todo en las reacciones
simples. En las reacciones complejas interviene mucho la experiencia del
sujeto, y la anticipación es la que marca las diferencias en el rendimiento
- Velocidad de aceleración:
Depende de la fuerza aplicada en la unidad de tiempo. Se puede
manifestar en el menor tiempo posible o se puede regular para alcanzar la
máxima velocidad al final del movimiento o del recorrido
- Velocidad máxima:
Puede ser de mayor o menor duración según el tipo de movimiento y
distancia recorrida. Puede tratarse de la máxima velocidad posible o de
una velocidad submáxima sostenida. La velocidad submáxima mantenida
entra dentro del concepto de resistencia
- Pérdida de velocidad:
Hace referencia a la capacidad para mantener un determinado valor de
velocidad. Se produce por causas mecánicas: desaceleración en gestos
acíclicos, o por fatiga: velocidad cíclica o gestos repetidos. En los
movimientos cíclicos prolongados es propiamente una expresión de
resistencia.

La dependencia de la velocidad de la fuerza ha quedado claramente puesta de


manifiesto. Por ello, en algunos casos nos podemos encontrar con expresiones que
pretenden aportar algo más al conocimiento de los tipos de velocidad, como, por
ejemplo, el término fuerza-velocidad, que realmente no explica nada: podría ser un
efecto de un entrenamiento, que tiene influencia sobre la fuerza máxima y la velocidad,
o un entrenamiento que pretende mejorar ambas expresiones medidas en unas
condiciones determinadas. Lo mismo puede ocurrir al relacionarla con la resistencia: la
pérdida de velocidad se puede expresar como resistencia a la velocidad o como
resistencia-velocidad o velocidad-resistencia.

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PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN CAPITULO 1

1. Indica las diferencias entre velocidad y rapidez.


2. Indica, por orden de aparición, las cuatro fases que se pueden dar en una acción de
desplazamiento de máxima intensidad y de corta duración.
3. ¿De qué depende el éxito en el tiempo de reacción en acciones simples y complejas?
4. ¿Cómo explicarías, matemáticamente, que en una acción deportiva la causa final y
definitiva de la mejora de la velocidad es la fuerza aplicada?
Completa estas frases: La relación entre la velocidad absoluta (Vabs) y la velocidad con
los distintos porcentajes del PMFI es mayor....... Sólo la velocidad con resistencias
inferiores al 20% del PMFI presenta una relación notable con....... La relación entre el
PMFI y la velocidad con resistencias es mayor cuanto....... A partir del 70% la relación
entre el PMFI y la velocidad aumenta.......

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respuestas

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PARTE 2. DESARROLLO DE LA VELOCIDAD
CAPÍTULO 2.- FACTORES DETERMINANTES DE LA
VELOCIDAD

En las páginas anteriores hemos ido comentando algunos de los factores que están
relacionados con la velocidad y que determinan sus características y, por tanto, el tipo
de entrenamiento que se deba utilizarse para su desarrollo. En este capítulo
comentamos tanto los factores determinantes como los efectos de tipo fisiológico que
están en la base de la manifestación de la velocidad.

2.1 Factores generales de los que depende la velocidad

La constitución

Poseer "talento" deportivo para destacar en un deporte siempre es necesario, pero


cuando hablamos de velocidad, este factor es quizás más determinante que en cualquier
otra especialidad. El talento se expresa por la adecuada proporción de los miembros, por
la composición muscular, en la que debe predominar una alta proporción de fibras de
tipo II (a y b o x, ya que las fibras de tipo IIb no parecen expresarse en el ser humano),
la capacidad psíquica de soportar situaciones muy estresantes de competición con la
aplicación continuada y frecuente de los máximos niveles de fuerza para la resistencia
externa que hay que vencer, y, por supuesto, la capacidad competitiva, que es especial
en los deportes que exigen un alto nivel de velocidad y concentración.

La técnica

Sólo se puede obtener el máximo rendimiento de la fuerza desarrollada si ésta se aplica


con una adecuada técnica. Por tanto, la máxima expresión de velocidad sólo se puede
conseguir a través de una técnica óptima. La precisión, el ritmo del movimiento, la
coordinación, que caracterizan a una buena técnica, no son más que una adecuada y
racional aplicación de la fuerza y el aprovechamiento de la elasticidad y la reactividad
de los distintos grupos musculares. La velocidad se entrena a través de la técnica, y la
mejor ejecución técnica necesita de la aplicación racional de la fuerza. La concentración
y la coordinación son elementos básicos de la técnica. Si hablamos de especia lidades de
máxima velocidad, la técnica deberá entrenarse también a máxima velocidad. Un
entrenamiento de la técnica realizado "lentamente" no creará las condiciones específicas
necesarias para que sean aplicables a la competición. El cerebro "no aprende" a hacer
rápidamente lo que ha practicado lentamente, aparte de los efectos que pueda tener
sobre la transformación de fibras rápidas en lentas. En algunas especialidades de

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velocidad, la capacidad de anticipación, como elemento decisivo en el tiempo de
reacción y en las decisiones inmediatas, es un factor determinante tanto de la técnica
como del rendimiento. La economía del esfuerzo también puede contemplarse como un
elemento determinante en el mantenimiento de la velocidad y como un componente
esencial de la técnica. No se trata sólo de ahorrar energía, sino de obtener el máximo
rendimiento del potencial motor desarrollado.

Factores musculares

La velocidad está determinada por la aplicación de la fuerza, como hemos indicado en


páginas anteriores. Fundamentalmente depende de la producción de fuerza en la unidad
de tiempo o fuerza explosiva. Pero el objetivo no es desarrollar el máximo valor de
fuerza máxima, sino la fuerza óptima que mejor se adapte a las necesidades de la
especialidad concreta. Y esto viene determinado por la resistencia que haya que vencer
al realizar el gesto específico. En la "Parte 1" de este módulo, dedicada a la fuerza,
hemos explicado todo lo relacionado con la fuerza y su relación con la velocidad, por lo
que no vamos a insistir aquí en ello. Sólo queremos resaltar que la fuerza explosiva o
capacidad de expresar rápidamente una fuerza está en relación con:

• La composición muscular, sobre todo con el porcentaje de fibras rápidas


• La frecuencia de impulso
• La sincronización
• La coordinación intermuscular (técnica)
• Las capacidades de fuerza máxima
• La producción rápida de la fuerza en la fase estática y en el inicio del movimiento
• La velocidad de acortamiento del músculo

Y, por tanto, la velocidad está determinada por todos estos factores de tipo estructural y
neural, que, como condicionantes previos, unos deben estar presentes cuando el sujeto
decide dedicarse a la velocidad y otros habrá que estimularlos para alcanzar el
desarrollo óptimo de los mismos antes de obtener los máximos resultados en velocidad.

Otros condicionantes

Todos los condicionantes descritos hasta ahora adquieren mayor o menor relevancia en
función de algunas característica o situaciones externas, que hemos descrito al hacer la
clasificación de las expresiones de velocidad. Estas situaciones pueden ser:

§ La magnitud de la resistencia externa a vencer. Cuanto mayor sea la resistencia


externa, mayor será la necesidad de aplicación de fuerza para alcanzar la máxima
velocidad. Recordamos que la velocidad alcanzada al aplicar una fuerza contra una
resistencia depende del porcentaje en que la fuerza aplicada supere a la fuerza que
representa la propia resistencia a vencer (ver la "Parte 1ª" de este módulo).

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§ La duración de la aplicación de la fuerza o tiempo durante el que hay que mantener
la velocidad. En este caso nos encontraremos desde factores relacionados muy
directamente con la producción rápida de la fuerza hasta los relacionados con la
resistencia a la velocidad. El enfoque del entrenamiento será diferente en funció n de
la duración de la prueba. Dentro del ámbito de la velocidad se pueden encontrar
manifestaciones de la misma que duren desde menos de un segundo hasta cerca de
un minuto, sin tener en cuenta las aplicaciones intermitentes, que comentamos a
continuación.

§ Características del esfuerzo realizado. Los factores determinantes del rendimiento en


velocidad se pueden centran en esfuerzos aislados, con grandes pausas de
recuperación (máxima aplicación de fuerza en la unidad de tiempo ante cargas de
diferente magnitud), en acciones repetidas con mucha frecuencia pero de carácter
acíclico (aplicación media de fuerza, anticipación, cierta resistencia a la velocidad o
a la fuerza), en acciones repetidas de carácter cíclico de distinta duración (tiempo de
reacción, aplicación rápida de la fuerza, cierta resistencia a la velocidad/fuerza) y en
acciones de tipo intermitente (combinación de todos los factores anteriores, con un
énfasis especial en la anticipación ante situaciones complejas).

2.2 Respuestas biológicas a esfuerzos típicos de velocidad

En este apartado vamos a tratar de resumir lo que ocurre en el organismo desde el punto
de vista cardiorrespiratorio, metabólico, hormonal y mecánico en esfuerzos que
consideramos como de velocidad de desplazamiento. En todos ellos hay también un
componente de resistencia, pero sus características determinantes y sus adaptaciones
funcionales dependen fundamentalmente de mecanismos relacionados con la velocidad.
También se indicarán los principales factores limitantes en cada uno de estos esfuerzos.

No existe probablemente hoy día ningún estudio más completo y exhaustivo de


recopilación y organización de datos sobre el efecto de los esfuerzos de distinta
duración que el que han realizado E. Gorostiaga y J. Ibáñez en el módulo Fisiología
aplicada al Alto Rendimiento Deportivo, perteneciente al Máster en Alto Rendimiento
Deportivo del COE y la UAM. Disponiendo de un material de estas características y
valía, y contando con el beneplácito de los autores, consideramos que la mejor manera
de exponer esta problemática es hacer un resumen de los principales aspectos
desarrollados en este trabajo. Por ello, salvo que se indique lo contrario, lo que
exponemos a continuación está extraído de este texto, en el que todo, si se quiere
consultar, está mucho más desarrollado y con una amplia bibliografía en el texto
original. En algunos casos incluiremos algunos comentarios o aplicaciones que
consideremos oportunas.

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2.2.1. Características del ejercicio de tipo continuo cuya duración
sea menor de 15”

En el músculo hay solamente tres sustratos que producen energía rápidamente sin
necesidad de utilizar el oxígeno: el ATP, la CP (fosfocreatina) y el glucógeno. Por tanto,
desde un punto de vista teórico, los sustratos que se deberían utilizar durante un
ejercicio realizado a la máxima intensidad posible durante menos de 15 segundos de
duración son el ATP, que se hidroliza casi instantáneamente, y que puede proporcionar
energía durante 1-3 segundos, la CP, que se utiliza especialmente en los primeros
segundos de ejercicio, y puede proporcionar energía durante unos 5 segundos cuando el
esfuerzo es de máxima intensidad, y la glucólisis anaeróbica.

Respuestas cardiorrespiratorias y metabólicas en el deportista de alto rendimiento.

En un trabajo realizado con siete atletas de la selección finlandesa de alto nivel que
corren 100 metros lisos (rango de marca:10.68-10.94), se estudió cuál era la evolución
de las concentraciones musculares de ATP y CP y de las concentraciones musculares y
sanguíneas de lactato cuando corrían en días distintos, en pista cubierta y a máxima
velocidad, distancias de 40, 60, 80 y 100 metros. Antes de cada carrera los atletas
realizaban su calentamiento habitual previo a la competición. Además, se midió con
células fotoeléctricas el tiempo realizado cada 10 metros de carrera.

En la figura 2.1 se muestra la evolución de las variables estudiadas en carreras de 40-60-


80 y 100 metros. Se observa que la mayor velocidad de desplazamiento se alcanzó entre
los 40 y los 60 metros (hacia los cinco segundos de ejercicio) y que a partir de esa
distancia la velocidad disminuyó. También se observa que la concentración de CP
muscular disminuyó significativamente durante el calentamiento (warm- up en la figura)
en un 50% respecto a los valores iniciales de reposo, y también disminuyó rápidamente
en los primeros 40 metros de carrera (un 75% respecto a las reservas iniciales en
reposo). Sin embargo, entre los 40 y los 100 metros, no se observó una disminución de
la concentración musculares de CP, aunque al final de los 100 metros dicha
concentración muscular de CP era un 80% inferior a la de reposo. La concentración de
ATP no varió significativamente a lo largo de la carrera aunque presentó una tendencia
a disminuir ligeramente (disminución cercana al 25% de las reservas iniciales). Por
último, se observa que la concentración sanguínea de lactato comenzó a aumentar de
modo significativo respecto a los valores de reposo ya desde los 40 metros. Dicho
aumento, que se acompañó de una disminución paralela del pH sanguíneo (valores
medios al final del ejercicio cercanos a 7.25), fue lineal desde el comienzo hasta el final
de los 100 metros. Los valores máximos de recuperación de la concentración venosa de
lactato fueron cercanos a 4.4 ± 0.3 mmol/l tras correr 40 metros, 5.7 ± 0.6 mmol/l tras
correr 60 metros, 7.3 ± 0.6 mmol/l tras correr 80 metros y 8.1 ± 0.7 tras correr 100
metros. El valor máximo de lactato sanguíneo se obtuvo hacia el minuto 2-6 de
recuperación.

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Figura 2.1. Evolución de la velocidad de carrera (speed), concentración de lactato en sangre
capilar, pH sanguíneo y concentraciones musculares de ATP y CP en función de la
distancia recorrida (20 a 100 metros) (n=7) (Hirvonen y col. 1987, en Gorostiaga e Ibáñez,
1997)

Un hecho que llama la atención en este trabajo es que a los cinco minutos de terminar el
calentamiento e inmediatamente antes de comenzar la carrera a máxima velocidad, la
concentración muscular de CP había disminuido a la mitad respecto a los valores que
presentaba en reposo antes de comenzar el calentamiento. Esta situación de bajas
reservas musculares de CP inmediatamente antes de comenzar una carrera de 100
metros no parece que sea muy positiva para la marca deportiva si tenemos en cuenta que
durante la carrera de 100 metros se utilizan con prioridad las reservas de CP y que la
disminución de su utilización se acompaña de una disminución en la velocidad de
desplazamiento. En este sentido, sería razonable plantearse una adecuada dosificación
del calentamiento antes de esfuerzos de estas características.

En este mismo estudio, los investigadores dividieron a los siete atletas en dos grupos,
los tres más rápidos y los cuatro más lentos, para ver si existía una diferencia en la
utilización de substratos energéticos durante la carrera de 100 metros entre los dos
grupos. Los autores encontraron que los velocistas más rápidos utilizaban de manera
significativa más reservas de CP y de ATP durante la carrera. Estos resultados sugieren
que los velocistas más rápidos tuvieron mayor capacidad para utilizar rápida e
intensamente sus reservas de CP y de ATP, es decir, que presentaron una mayor
capacidad para producir energía rápidamente.

La contribución relativa de los procesos anaeróbicos a la producción de energía durante


ejercicios de uno s diez segundos de duración se ha estimado que es cercana al 80-85%.
La intensidad relativa, medida en relación con el consumo máximo de oxígeno (VO 2
máx.) se estima que es del 169 ± 6.4% de VO 2 máx.

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Factores limitantes de este tipo de esfuerzos

Tanto en la carrera de 60 metros como en la de 100 metros, el factor limitante del


ejercicio no parece estar ligado a la acidosis provocada por los iones hidrógeno, porque
los valores de lactato sanguíneo y muscular que se encuentran al finalizar estas pruebas
son muy inferiores a los que se observan cuando se realizan ejercicios de mayor
duración. Se considera que el factor limitante de este tipo de ejercicio pudiera estar
relacionado con la disponibilidad de las reservas de CP muscular y sobre todo con la
capacidad para producir una gran cantidad de energía en la unidad de tiempo. Para ello
se necesita disponer de reservas suficientes de CP y de ser capaz de producir una gran
cantidad de fuerza en la unidad de tiempo.

En estudios en los que se estimularon eléctricamente a intensidad máxima músculos de


rata, y se pudo congelar el músculo inmediatamente después de haberse producido la
última contracción, se ha encontrado que a partir de los cuatro segundos de haber
comenzado la contracción muscular, y coincidiendo con una disminución del 60% de
las reservas de PC, comienza a disminuir significativamente la concentración muscular
de ATP y que esta disminución de las reservas musculares de ATP puede suponer hasta
un 80% de las reservas iniciales. La magnitud de la disminución de las reservas de ATP
está directamente relacionada con la disminución de tensión muscular que se observa a
partir del cuarto segundo de haber comenzado el ejercicio. Sin embargo, teniendo en
cuenta que estos estudios se han realizado en ratas, no se podrán generalizar a los
humanos hasta que no se realicen los estudios correspondientes.

En este tipo de esfuerzos, a partir de los 40-60 metros hay una pérdida de velocidad, y,
por tanto, una manifestación de resistencia a la velocidad que tiene lugar por la pérdida
de la capacidad (reserva) de CP y por la capacidad (posibilidad) de producir
determinados valores de fuerza en la unidad de tiempo, lo cual es común y determinante
en la expresión de la velocidad en esfuerzos cíclicos en los que la prueba se prolonga de
manera continua después de alcanzar el pico máximo de velocidad del sujeto.

2.2.2. Características del ejercicio de tipo continuo cuya duración esté comprendida
entre 16” y 39”

El ejercicio más estudiado en la literatura científica de una duración comprendida entre


16 segundos y 39 segundos es la prueba que consiste en producir la mayor parte de
energía posible en 30 segundos.

Respuestas cardiorrespiratorias y metabólicas en el deportista de alto rendimiento.

En un trabajo se estudió la evolución de las concentraciones musculares (vasto lateral)


de ATP, CP y glucógeno y las concentraciones musculares y sanguíneas (sangre venosa

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total) de lactato en seis sujetos, la mayoría de los cuales eran ciclistas australianos de
competición, altamente entrenados en largas distancias, mientras realizaban un ejercicio
sobre bicicleta ergométrica durante 30 segundos a la máxima intensidad posible. Los
autores encontraron que durante el ejercicio las concentraciones musculares de ATP, CP
y glucógeno disminuyeron significativamente en un 36, 67 y 16% respectivamente.
Además, la concentración muscular de lactato aumentó de 1.9 ± 0.3 mmol/Kg de
músculo húmedo en reposo hasta 19.0 ± 3.0 mmol/Kg de músculo húmedo al final del
ejercicio. El pico de lactato sanguíneo de recuperación se alcanzó hacia los siete
minutos y fue cercano a 12.6 mmol/l.

Si comparamos los resultados de este estudio realizado con ciclistas de alto nivel con
estudios realizados con universitarios de bajo nivel deportivo, se observa que la
potencia media desarrollada durante los 30 segundos por los ciclistas (694 watios) fue
sólo ligeramente superior a la desarrollada por los universitarios (660). Sin embargo, la
utilización de los substratos musculares fue distinta porque en los universitarios se
encontró una mayor depleción de CP y de glucógeno y una mayor concentración de
lactato muscular que en los ciclistas. La razón de estas diferencias puede estar en que la
participación relativa del metabolismo aeróbico en la producción de energía en este
ejercicio es superior en los ciclistas de alto nivel (sobre todo en pruebas de larga
duración) que en los universitarios practicantes de deporte de modo lúdico. Ello se debe
a que los ciclistas de alto nivel tienen valores muy elevados de VO2 máx.. Por dicho
motivo los ciclistas utilizarían menos sustratos como la CP y producirían menos lactato
que los universitarios.

Cuando estas respuestas metabólicas se analizan en deportistas de velocidad o pruebas


de corta duración, se observa que presentan valores de pico de lactato sanguíneo de
recuperación superiores a los que presentan los deportistas de elite que practican
disciplinas de larga duración o los sedentarios cuando se les hace realizar un ejercicio de
20-39 segundos de duración a la máxima intensidad posible. También hay que
considerar que a igualdad de intensidad y duración, los valores de lactato producidos en
carrera serán más altos que si se hace, por ejemplo, bicicleta.

En el estudio realizado con ciclistas de alto nivel, la intensidad relativa del ejercicio de
30 segundos en bicicleta fue cercana al 196% de VO 2 max., mientras que la
participación del metabolismo aeróbico en la producción total de energía fue del 28%.

Se ha encontrado que la participación del metabolismo aeróbico durante una prueba de


30 segundos en bicicleta ergométrica en siete atletas velocistas (100 metros en 11.0 ±
0.11 s) y en siete atletas mediofondistas (800 metros en 119.4 ± 0.6 s) fue del 28% y del
45% respectivamente. Esto sugiere que los mediofondistas, incluso durante una prueba
de 30 segundos, tienen una mayor participación absoluta y relativa del metabolismo
aeróbico que los velocistas.

En otro estudio se observó que la contribución relativa de los procesos aeróbicos y


anaeróbicos en atletas de alto nivel de 400 y 800 metros, cuando realizan carreras a pie

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que llevan al agotamiento en 30 segundos, se estima que está próxima al 25 y al 75%,
respectivamente.

Las diferencias encontradas por los diferentes autores pueden ser debidas a que los
sujetos evaluados practicaban diferentes deportes, tenían diferente nivel deportivo o a
que el método de medida de la participación aeróbica fue diferente entre los diferentes
laboratorios.

En el estudio realizado con seis ciclistas de alto nivel australianos –sobre bicicleta
ergométrica a la máxima intensidad posible durante 30 segundos–, los autores
encontraron que el consumo de oxígeno real medido durante los 30 segundos del
ejercicio fue del 54% del consumo máximo de oxígeno, y la frecuencia cardíaca media
al final del ejercicio fue cercana a 180 latidos por segundo. Este valor fue inferior a la
frecuencia cardíaca máxima alcanzada en una prueba progresiva para determinar el VO 2
max., que fue cercana a 200 latidos por minuto.

Factores endocrinológicos.

Se ha estudiado la evolución de las concentraciones venosas séricas (en suero) de la


hormona del crecimiento (GH), insulina y cortisol en 23 atletas (12 hombres y 11
mujeres), velocistas y fondistas de nivel regional, en reposo y durante 1 hora de
recuperación después de realizar un ejercicio sobre tapiz rodante de 30 segundos de
duración a la máxima intensidad posible.

En la figura 2.2 se muestra la evolución de las concentraciones séricas de GH de los


cuatro grupos de atletas (hombres, mujeres, velocistas y fondistas). Se observa (arriba)
que en los hombres velocistas el pico de recuperación (88 ± 20 mU/l) fue 17 veces
superior a los valores de reposo, y fue significativamente superior al pico de
recuperación obtenido por los hombres fondistas (32 ± 8 mU/l). Además, el pico de
recuperación en los hombres fondistas (minutos 1 a 10 de recuperación) se observó
antes que en los velocistas (entre los minutos 20 a 30 de recuperación). Por último, en
las mujeres (abajo) se observaron las mismas diferencias que en los hombres entre
velocistas y fondistas, y no se observaron diferencias entre hombres y mujeres.

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Figura 2.2. Evolución de las concentraciones séricas de la hormona del crecimiento, en
reposo y durante 1 hora de recuperación después de un ejercicio de 30 segundos a la
máxima intensidad, en velocistas hombres (men) y mujeres (women). Cuadrados blancos:
velocistas. Rombos negros: fondistas. n= rango 5-6 (Nevill y col. 1996, en Gorostiaga e
Ibáñez, 1997)).

Estos resultados indican que la realización de un ejercicio de 30 segundos a la máxima


intensidad posible en atletas de alto nivel se acompaña de un gran aumento de la
concentración sérica de GH. La magnitud de este aumento es mayor en velocistas que
en fondistas, y, según los autores, es mucho mayor que la observada en otros estudios
que analizaron la evolución de la GH durante la recuperación de ejercicios submáximos
de larga duración. Esto sugiere que el ejercicio de 30 segundos realizado a máxima
intensidad podría inducir una respuesta casi máxima de liberación de GH. La magnitud
de dicha respuesta de la GH podría estar relacionada con la estimulación que la
liberación de catecolaminas (norepinefrina y epinefrina) produce en la liberación de
GH. Además, se ha encontrado una relación significativa entre los cambios de dichas
hormonas (catecolaminas y GH), la potencia desarrollada y la estimación de la energía
producida por la glucólisis anaeróbica.

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Las consecuencias fisiológicas que puede tener el extraordinario aumento de la
concentración sérica de GH, reflejo probable de un aumento de su producción, durante
este tipo de ejercicio no se conocen. Se cree que dicho aumento de la concentración
sérica, que se mantiene durante por lo menos una hora de recuperación (figura 2.2),
permitiría que los velocistas estuvieran expuestos durante mucho tiempo a elevadas
concentraciones séricas de GH. Esto favorecería la síntesis de proteínas y les permitiría
mantener y desarrollar la masa muscular.

Factores mecánicos

En los estudios que han analizado la evolución de la potencia desarrollada a lo largo de


los 30 segundos de ejercicio se ha encontrado que el pico de potencia se obtiene en los
primeros segundos de ejercicio y que posteriormente se observa una disminución
significativa y progresiva de dicha potencia hasta llegar a desarrollar al final del
ejercicio valores de potencia que son sólo el 40-60% del pico de potencia alcanzado en
los primeros segundos de ejercicio. Esto sugiere que durante este tipo de ejercicio hay
una disminución muy importante de la fuerza desarrollada, la cual es responsable de la
pérdida de velocidad y potencia (pérdida que indica la capacidad de resistencia a la
velocidad/fuerza/potencia) en el transcurso del esfuerzo.

Recuperación del esfuerzo

Las reservas musculares de ATP, que habían disminuido un 30% durante el ejercicio, no
se recuperaron después de 6 minutos de recuperación. Algunos autores han encontrado
que estas reservas pueden tardar varios días en recuperarse, especialmente cuando se
realizan entrenamientos de series muy intensas con poca recuperación. Por ejemplo, se
ha encontrado que tres días después de haber acabado un período de entrenamiento de
series de alta intensidad (siete semanas de entrenamiento, tres días por semana, diez
series de 30 segundos a máxima intensidad con 3-4 minutos de reposo), la
concentración muscular de ATP en reposo había disminuido significativamente un 19%.
Estos hallazgos son muy interesantes porque permiten sospechar que los entrenamientos
que incluyen series repetidas de intensidad máxima con poca duración pueden necesitar
varios días para recuperar sus reservas de ATP.

Después de dos esfuerzos seguidos de 30 segundos a la máxima intensidad, pero con


recuperaciones entre esfuerzos de 1’30”, 3' y 6', se observó que en la segunda serie de
30” la potencia desarrollada era siempre inferior a la de la primera, y la recuperación de
la potencia era paralela a la de la concentración de CP y no a la desaparición del lactato
en el músculo. Estos resultados sugieren que la potencia desarrollada durante los
primeros minutos de recuperación de un ejercicio está muy relacionada con el grado de
restauración de las reservas musculares de CP. Sin embargo, se ha observado que las
curvas de recuperación presentan una gran variabilidad entre individuos. Estas
diferencias observadas en la recuperación entre los individuos podrían estar
relacionadas con la composición en fibras musculares (peor recuperación en las fibras

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FT), o en la densidad capilar (mejor recuperación si la densidad capilar es elevada). Esto
sugiere que el control de la recuperación entre series es un factor muy relevante en la
programación de determinados entrenamientos, y que se hace necesario individualizarla
si se quieren realizar entrenamientos de cargas equivalentes en un grupo de sujetos.

Factores limitantes del rendimiento en estos esfuerzos

La producción de lactato durante este tipo de ejercicio, aunque es muy importante,


parece que es inferior a la que se suele encontrar en ejercicios de mayor duración. Por
ello se considera que, probablemente, el principal factor limitante sea la disponibilidad
de las reservas de CP en el músculo, lo cual reduce la producción de potencia en este
tipo de ejercicio.

Como consecuencia de la depleción de las reservas musculares de CP, el ATP formado


es inferior al ATP utilizado y esto se acompaña de una disminución de las reservas
musculares de ATP, de un aumento de la concentración de ADP (adenosindifosfato) y
de Pi (fósforo inorgánico), que son agentes potencialmente causantes de la fatiga, de un
aumento de la concentraciones musculares de IMP (inosinmonofosfato) y de amonio.
La aparición de amonio o de IMP en el músculo durante el ejercicio, o el aumento de la
concentración sanguínea de amonio durante la recuperación de este tipo de ejercicio se
considera como el reflejo de que ha habido una disminución de las reservas musculares
de ATP y un déficit en la capacidad para producir energía a elevada intensidad durante
este tipo de ejercicio.

Si para una misma marca deportiva, un sujeto presenta valores más bajos de amonio de
lo que acostumbra, la interpretación que se puede dar es que no ha activado totalmente
la vía metabólica de los fosfágenos y que sus reservas musculares de CP no se han
utilizado completamente. En ese caso, es probable que el entrenamiento debería incidir
sobre la activación de esta vía metabólica y sobre la mejora de la fuerza explosiva. Si,
por el contrario, para una misma marca deportiva un sujeto presenta valores más altos
que lo que acostumbra, la interpretación sería que ha activado excesivamente esta vía
metabólica y que probablemente se ha producido una gran depleción de las reservas
musculares de CP. En ese caso, es probable que se deba incidir en intentar alcanzar
reservas elevadas de fosfocreatina antes de comenzar la competición, aumentando los
días de recuperación entre sesiones de entrenamiento muy intensas, disminuyendo la
intensidad o el número de sesiones de entrenamiento en que se produzca una gran
estimulación de esta vía metabólica o revisando el protocolo más adecuado de
calentamiento, así como mejorar aspectos relacionados con la técnica, la táctica o la
economía de la carrera.

En las tablas 2.1 y 2.2 se presenta un resumen de las principales características de los
tipos de esfuerzos estudiados.

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Tabla 2.1. Cuadro esquemático de las características de los ejercicios (Gorostiaga e Ibáñez, 1997)
Tipo de Concentración muscular Concentración sanguínea
ejercicio
ATP CP Glucógeno Lactato Lactato Amonio Hipoxantina Ácido PH CK
(mmol/Kg úrico (24 h)
(% inicial) (% inicial) (% inicial) humedo) (mmol/l) (µmol/l) (µmol/l) (µmol/l) (UI/l)
< 15” Sed (1) ↓ 25% (ns) ↓ 50% ↓ 30% (ns) 40 =
Elite ↓ 25% (ns) ↓ 80% 7 6-17 80 30 440 7.2 =
16” -39” Sed ↓ 30% ↓ 90% ↓ 30% 9-15 100 40 7.1
Elite ↓ 36% (*) ↓ 70% (*) ↓ 16% 19 15-21 250
Explicación del cuadro: (Sed: sedentario; Elite: alto nivel); % inicial (disminución en relación con las reservas iniciales); Valores normales de reposo: (Lactato
muscular: 1 mmol/Kg músculo húmedo; lactato sangre: 0.5-1.5 mmol/l; Amonio: 35-45 µmol/l; Hipoxantina: cercana a 5-10 µmol/l; Acido úrico: 300-350
µmol/l; pH: 7.36-7.42; CK: 30-200 UI/l) (Caquet, 1987).
(∗): son ciclistas de fondo en carretera.

Tabla 2.2. Cuadro esquemático de las características de los ejercicios (continuación) (Gorostiaga e Ibáñez, 1997)
Tipo de ejercicio CP muscular Glucógeno muscular (contribución) Cortis ol (nmol/l) Aeróbico (%) Anaeróbico (%) % VO2 máx.
(contribución)
Anaeróbico Aeróbico
<15” 42 42 15 700 15 85 85
16” – 39” 18 47 35 750 35 65 65
Valores normales de reposo: cortisol: 276-550 nmol/l a las 8 de la mañana, y cerca de 276 nmol/l a las 8 de la tarde).

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PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN CAPITULO 2

1. Indica los principales factores de tipo estructural y neural de los que depende la
velocidad.
2. ¿Si para una misma marca deportiva, un sujeto presenta valores más bajos de
amonio de lo que acostumbra, que interpretación se le puede dar y qué decisiones
tomarías?
3. ¿Si para una misma marca deportiva un sujeto presenta valores más altos de amonio
de los que acostumbra, qué interpretación se le puede dar y qué decisiones tomarías?

Ver las
respuestas

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PARTE 2. DESARROLLO DE LA VELOCIDAD

CAPÍTULO 3.- ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD

El objetivo del entrenamiento de la velocidad es poner al deportista en disposición de


conseguir la óptima manifestación de fuerza en las actividades específicas. Por ello,
cada especialista debe definir claramente sus prioridades en función de las necesidades
de su deporte. En el análisis de las necesidades hay que tener en cuenta las
características del ejercicio que definen la aplicación de la fuerza. Sobre el
entrenamiento de la velocidad ya hemos tratado muchos aspectos, ya que muchos de los
apartados de la “Parte 1ª” de este Módulo se ha dedicado al análisis de la relación
entre la fuerza y la velocidad. Todo lo que se ha dicho allí es válido en estos momentos.
Por tanto, para el desarrollo de la velocidad deberán tenerse en cuenta tanto la
metodología que se expuso en dicha primera parte más lo que añadamos aquí.

3.1 Objetivos del entrenamiento de la velocidad

Teniendo en cuenta lo que hemos considerado como elementos determinantes del


rendimiento en velocidad y las distintas fases que podemos distinguir en algunos tipos
de manifestación, los objetivos del entrenamiento podrían ser los siguientes:

§ Reducir el tiempo de reacción ante situaciones simples y, sobre todo, complejas


§ Maximizar la aceleración: alcanzar el pico máximo de velocidad reduciendo el
tiempo para conseguirlo –siempre que la velocidad máxima no se reduzca– cuando
esto sea un factor determinante del rendimiento
§ Optimizar la aceleración para alcanzar la velocidad máxima cuando dicho pico de
velocidad haya de alcanzarse al final de un gesto acíclico
§ Incrementar la velocidad máxima en gestos aislados o acíclicos
§ Incrementar la velocidad (frecuencia) en gestos cíclicos
§ Incrementar la velocidad de desplazamientos en gestos cíclicos
§ Optimizar la relación longitud- frecuencia de zancada en las especialidades cíclicas
§ Reducir las pérdidas de velocidad cuando se prolonga el esfuerzo más allá del pico
máximo de velocidad
§ Mejorar la relación velocidad-precisión en acciones combinadas en las que el
resultado es dependiente tanto de la velocidad como de la precisión. El objetivo se
puede expresar como la mejora de la precisión a la máxima velocidad o como
aumento de la velocidad para una precisión óptima. También se puede tener como
objetivo la mejora de ambas variables

El entrenamiento de la velocidad no sólo se relaciona con las típicas pruebas de


velocidad que se dan en deportes como el atletismo, la natación, el ciclismo y otros,
sino que también son objeto de entrenamiento de la velocidad otras acciones deportivas

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de técnica acíclica y combinada. También hay que considerar determinados ejercicios
que están muy relacionados con la velocidad y la potencia en muchas especialidades,
como, por ejemplo, los saltos, cuyo entrenamiento es importante en la mejora del
rendimiento en velocidad.

3.2. Entrenamiento de la velocidad en acciones acíclicas y


combinadas

En este apartado vamos a considerar el entrenamiento de la velocidad en los siguientes


casos:

§ En ejercicios de entrenamiento
§ En deportes fundamentalmente acíclicos
§ En deportes de técnica combinada
§ En deportes de combate

Entrenamiento de la velocidad en ejercicios de entrenamiento

Lógicamente, no vamos a hablar de todos los ejercicios de entrenamiento. Dentro de


ellos vamos a tratar uno de los más representativos, como es el salto. Su entrenamiento
se basa en la mejora de la fuerza máxima y la potencia de las piernas. Las cargas (pesos)
a utilizar dependen de las necesidades de fuerza de la especialidad. En la mayoría de los
reportes no será necesario trabajar con más del 90% de 1RM o carácter del esfuerzo
equivalente. En algunos deportes de máximas necesidades de fuerza se puede llegar en
algunas ocasiones al 95% o esfuerzo equivalente. La utilización de cargas que permitan
alcanzar la máxima potencia ha ofrecido muy buenos resultados en la mejora del salto,
lo que es equivalente a decir en la mejora de la velocidad: no olvidemos que la altura
alcanzada en un salto es directamente proporcional a la velocidad de despegue. Los
estudios han corroborado que la óptima combinación de ejercicios para mejorar el salto
se da cuando se realizan la sentadilla con cargas que permita mejorar la fuerza máxima
y los saltos con cargas que permitan alcanzar la máxima potencia en cada salto. A esto
habría que añadir la inclusión de saltos sin carga y, en algunos casos, los saltos con
CEA intenso (los llamados impropiamente pliométricos).

En términos generales, la utilización de las cargas adecuadas para la mejora de la fuerza


y la potencia, así como la utilización de cargas ligeramente superiores e inferiores a la
carga o resistencia propia de competición, son procedimientos que ofrecen los mejores
resultados en la mejora de la velocidad específica.

Entrenamiento de la velocidad en deportes fundamentalmente acíclicos

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Como ejemplo de deportes fundamentalmente acíclicos vamos a tratar el “voleibol”, en
el que prácticamente no se producen acciones de tipo cíclico. Su entrenamiento de
fuerza-velocidad tendría las siguientes características:

§ Fuerza máxima:
- Sentadilla:
- CE: de 8 (16) a 3 (5-6). Porcentajes de 1RM orientativos: 60-85% de
1RM
- Repeticiones por serie : 3-8
- Series con el máximo peso: 3-4
- Press de banca:
- CE: de 8 (pesos ligeros) a 4 (8). Porcentajes de 1RM orientativos: 50-
80% de 1RM
- Repeticiones por serie: 4-8
- Series con el máximo peso: 3-4

§ Potencia / fuerza explosiva / velocidad específica:


- Cargada de fuerza: máximo peso bien realizado
- 1/2 sentadilla:
- CE: carga que permite alcanzar la máxima potencia o algo menos. Carga
orientativa: -10 a +20% sobre máxima potencia en salto vertical
- Repeticiones por serie: 3-6
- Series con el máximo peso: 3-4
- Salto vertical sin carga
- Salto vertical con carga: hasta máxima potencia o algo menos
- Saltos reactivos sin flexión de rodillas con y sin cargas
- Cambios de dirección con y sin carga: 5-10 kg.
- CE: máxima intensidad (velocidad)
- Tiempo: ≅10 segundos por repetición o serie
- Series o repeticiones: 3-6
- CEA intenso (pliométricos clásicos): 3-6 series de 6-10 repeticiones. No
conviene abusar de este tipo de entrenamiento. La mejora de la fuerza debe ir
por delante
- Salidas: 3-6 series de 10-20 m, con y sin cargas adicionales (muy ligeras)
- Lanzamientos: varios, sobre todo con flexión-extensión de brazos por
encima de la cabeza, con pesos de 2-3 kg

§ Resistencia a la fuerza / velocidad gestual / potencia:


- Ejercicios específicos sin sobrecarga: series largas de bloqueos y remates
con poca recuperación

§ Fortalecimiento general:
- Ejercicios compensatorios y específicos para el fortalecimiento del resto de
grupos musculares. Se hará hincapié en ejercicios de tríceps y el gesto de
remate (pullover), pero con pesos ligeros.

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Entrenamiento de la velocidad en deportes de técnica combinada

Para presentar el entrenamiento de fuerza- velocidad en este tipo de deportes tomamos


como ejemplo el fútbol.

Las características básicas del entrenamiento son las siguientes:

§ Fuerza máxima:
- Sentadilla:
- CE: de 8 (peso muy ligero) a 4 (7-8). Porcentajes de 1RM orientativos:
50-80% de 1RM
- Repeticiones por serie : 4-8
- Series con el máximo peso: 3-4

§ Potencia / fuerza explosiva / velocidad específica:


- Cargada de fuerza: máximo peso bien realizado
- 1/2 sentadilla:
- CE: carga que permite alcanzar la máxima potencia o algo menos. Carga
orientativa: ± 10kg sobre máxima potencia en salto vertical
- Repeticiones por serie: 3-6
- Series con el máximo peso: 3-4
- Salto vertical sin carga
- Salto vertical con carga: hasta máxima potencia o algo menos
- Cambios de dirección con y sin carga: 5-10 kg
- CE: máxima intensidad (velocidad)
- Tiempo: 10-15 segundos por repetición o serie
- Series o repeticiones: 3-6
- Carrera saltada con y sin carga: 5-10 kg
- CE: máxima intensidad (velocidad)
- Distancia: 10-14 apoyos
- Series o repeticiones: 3-6
- CEA intenso (pliométricos clásicos): 3-6 series de 6-10 repeticiones. No
conviene abusar de este tipo de entrenamiento. La mejora de la fuerza debe ir
por delante
- Salidas: 3-6 series de 15-30 m, con y sin cargas adicionales
- Progresiones: 3-6 series de 20-40 m
- Lanzamientos: varios, con pesos de 2-5 kg

§ Resistencia a la fuerza / potencia / velocidad específica:


- Ejercicios específicos sin cargas adicionales

§ Fortalecimiento general:
- Ejercicios compensatorios y específicos para el fortalecimiento del resto de
grupos musculares: CE: 8 (pesos ligeros) a 4 (8). Porcentajes orientativos:
50-80% de 1RM.

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Entrenamiento de la velocidad en deportes de combate

Para presentar el entrenamiento de fuerza- velocidad en este tipo de deportes tomamos


como ejemplo la lucha.

Las características básicas del entrenamiento son las siguientes:

§ Fuerza máxima:
- Sentadilla:
- CE: de 8 (12) a 2 (3-4). Porcentajes de 1RM orientativos: 70-90% de
1RM
- Repeticiones por serie : 2-8
- Series con el máximo peso: 3-4
- Press de banca:
- CE: de 8 (12) a 2 (3-4). Porcentajes de 1RM orientativos: 70-90% de
1RM
- Repeticiones por serie : 3-8
- Series con el máximo peso: 3-4
- Remo horizontal:
- CE: de 8 (12) a 2 (3-4). Porcentajes de 1RM orientativos: 70-90% de
1RM
- Repeticiones por serie : 3-8
- Series con el máximo peso: 3-4
- Fondos a una pierna:
- 3-5 series con 10-15 kg

§ Potencia / fuerza explosiva / velocidad específica:


- Cargada de fuerza:
- CE: 5 (8) a 2 (3), siempre que la técnica sea aceptable
- Repeticiones por serie : 2-8
- Series con el máximo peso: 3-5
- 1/2 sentadilla:
- CE: carga que permite alcanzar la máxima potencia o algo menos. Carga
orientativa: ±10 kg sobre máxima potencia en salto vertical. Si la
velocidad es alta, un peso equivalente al peso corporal podría ser
adecuado (peso del adversario)
- Repeticiones por serie: 3-6
- Series con el máximo peso: 3-4
- Salto vertical sin carga
- Salto vertical con carga: hasta máxima potenc ia o algo menos
- Ejercicios específicos:
- Acciones específicas de máxima intensidad

§ Resistencia a la fuerza / potencia / velocidad específica:

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- Ejercicios específicos sin carga

§ Fortalecimiento general:
Ejercicios compensatorios y específicos para el fortale cimiento del resto de grupos
musculares: CE: 8 (16) a 3 (5-6). Porcentajes orientativos: 60-85% de 1RM.

3.3. Entrenamiento de la velocidad en acciones cíclicas

Para presentar el entrenamiento de fuerza- velocidad en este tipo de deportes tomamos


como ejemplo las pruebas de velocidad en atletismo.

Las características básicas del entrenamiento son las siguientes:

§ Fuerza máxima:
- Sentadilla:
- CE: de 8 (12) a 2 (3-4). Porcentajes de 1RM orientativos: 70-90% de
1RM
- Repeticiones por serie : 2-8
- Series con el máximo peso: 3-4

§ Potencia / fuerza explosiva / velocidad:


- Cargada de fuerza: máximo peso bien realizado
- 1/2 sentadilla:
- CE: carga que permite alcanzar la máxima potencia o algo menos.
Carga orientativa: -10 a +20% sobre máxima potencia en salto
vertical
- Repeticiones por serie: 3-6
- Series con el máximo peso: 3-4
- Salto vertical sin carga
- Salto vertical con carga: hasta máxima potencia o algo menos
- Saltos reactivos sin flexión de rodillas con y sin cargas
- Carrera saltada con y sin carga: 5-10 kg.
- CE: máxima intensidad (velocidad)
- Distancia: 10-14 apoyos
- Series o repeticiones: 3-6
- Cuestas
- Arrastres
- CEA intenso (pliométricos clásicos): 3-6 series de 6-10 repeticiones. La
mejora de la fuerza debe ir por delante de la práctica de este ejercicio
- Lanzamientos: varios, con pesos de 2-5 kg

§ Resistencia a la fuerza / velocidad / potencia:


- Ejercicios específicos (carreras en las que se llegue a producir una ligera
pérdida de velocidad de manera involuntaria, bien en cada repetición o entre
repeticiones o series)

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§ Fortalecimiento general:
Ejercicios compensatorios y específicos para el fortalecimiento del resto de grupos
musculares: CE: 8 (16) a 3 (5-6). Porcentajes orientativos: 60-85% de 1RM.

Dado el carácter más específico de velocidad que tienen estas especialidades, ya que se
denominan propiamente “especialidades de velocidad”, vamos a añadir algunas
consideraciones específicas relacionadas con los ejercicios más específicos (la propia
carrera) para el desarrollo de la velocidad cíclica.

Entrenamiento del tiempo de reacción

Como hemos indicado en páginas anteriores, esta fase de la velocidad es poco


modificable, sobre todo cuando es de carácter simple. Algunos de los procedimientos
que se proponen para estimularlo son los siguientes:

§ Ejecuciones de máxima velocidad sin estímulo sensorial previo


§ Repetir las puestas en acción con cambios de estímulos
§ Repetir las puestas en acción con cambios de posiciones iniciales, previas a la puesta
en marcha
§ Regulación de la atención: elevar progresivamente la concentración previa a la
emisión del estímulo de manera que la máxima concentración se produzca durante el
tiempo en el que se puede producir la señal. Si la concentración es muy intensa
desde la voz de “listos”, la concentración puede estar cayendo en el momento de la
señal
§ Salidas en condiciones semejantes a las de competición
§ Parece que es más efectivo concentrarse en la propia acción gestual de puesta en
acción (los mecanismos de la salida o en el movimiento de las piernas) que centrarse
en la percepción de la señal

Los tiempos de reacción ante estímulos complejos sólo se pueden entrenar a través de la
propia práctica de juego. Cabe la posibilidad de crear situaciones de juego de mayor
complejidad que las que se puedan presentar en la práctica: crear varios centros de
atención, acelerar los movimientos, modificar intencionadamente las acciones, intentar
introducir diferentes y nuevas formas de engaño, y, sobre todo, estudiar a los equipos y
jugadores contrarios.

Entrenamiento de la aceleración

La aceleración tiene una gran dependencia de la capacidad para aplicar fuerza en la


unidad de tiempo (fuerza explosiva) en el gesto de competición. Los factores elásticos y
reactivos no alcanza aquí su papel fundamental. Los procedimientos más recomendados
son los siguientes:

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§ Sprints de 30-40 metros, que realmente son aceleraciones. La distancia debería ser
tal que el sujeto no llegara a perder velocidad. Entre 8 y 16 repeticiones por
entrenamiento sería un volumen adecuado. Si son más de 8 repeticiones deberían
hacerse en series de varias repeticiones. Las pausas de recuperación entre
repeticiones deben permitir la suficiente recuperación de los fosfágenos (PC) como
para que la velocidad no decaiga o lo haga muy poco al final del entrenamiento. El
tiempo real puede oscilar entre 2 y 4’ entre repeticiones y de 6 a 10’ entre series.

§ Progresiones. Desde 80-100 metros. En los últimos 10-20 metros del recorrido la
velocidad debe ser máxima. Entre 4 y 6 repeticiones por entrenamiento sería un
volumen adecuado. Se siguen las mismas indicaciones que en el ejercicio anterior
con respecto a las pausas.

§ Series progresivas. Se trata de hacer una distancia fija a mayor velocidad en cada
una de las repeticiones. A las tres o cuatro repeticiones, la velocidad ha de ser la
máxima. Se puede hacer varias series. La distancia puede ser de 60m, y las
intensidades de carrera pueden oscilar entre el 80 y el 100% de la velocidad
máxima.

Entrenamiento la máxima velocidad

Para entrenar la máxima velocidad hay que alcanzar valores máximos de velocidad
durante los tiempos que se corresponden con la prueba de competición. Se suelen
utilizar los siguientes ejercicios:

§ Sprints lanzados. Se trata de recorrer una distancia de 10-20 metros a la máxima


velocidad posible después de una aceleración previa de 15-25 metros. Las distancias
concretas se determinan según la velocidad máxima del sujeto. En general, a mayor
velocidad máxima, mayor espacio necesitará para la aceleración y mayor será la
distancia recorrida a máxima velocidad. El objetivo de este tipo de entrena miento se
centra en la máxima activación del sistema nervioso y en el mayor aprovechamiento
de los factores mecánicos como la elasticidad y los procesos reflejos, por tanto, la
recuperación ha de ser completa. El objetivo es alcanzar la máxima velocidad en
cada repetición. El indicador de que la sesión debe terminarse es la imposibilidad de
mantener la velocidad en los máximos valores. Este tipo de entrenamiento se puede
hacer de una a tres veces por semana. Pero viene determinado por el grado de
recuperación en el que se encuentra el deportista. Si al iniciar la sesión el sujeto no
manifiesta un estado físico muy “fresco”, lo más aconsejable es que no se haga este
tipo de entrenamiento.

§ Entrenamientos de “dentro y fuera”. Este tipo de entrenamiento se cons idera como


una variante del anterior. Consta de una serie de aceleraciones de 15-20m (zona de
“fuera”) en la que se consigue una alta velocidad, pero no la máxima, seguida sin
interrupción de una fase o zona de máxima velocidad de10m (zona de “dentro”),
seguida de otra zona de “fuera” durante otros 15-20m y una nueva zona de “dentro”

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de 10m de máxima velocidad. El espacio total recorrido puede oscilar entre los 60 y
los 120m. La distancia de dentro se va aumentando progresivamente, hasta los 20m,
mientras que la de “fuera” se reduce

Entrenamiento la resistencia a la velocidad (fase de pérdida de velocidad)

Con este tipo de entrenamiento se pretende reducir la caída de velocidad después de


llegar al pico máximo de la misma y tener que prolongar el esfuerzo. Las limitaciones
en un solo esfuerzo de 20-30” pueden venir, como hemos indicado, por la depleción de
fosfocreatina en el músculo, pero no por la acumulación de excesiva acidez. También se
pueden dar limitaciones de tipo neuromuscular.

§ Sprints de 20-30”. Se pueden hacer entre 3 y 8 repeticiones. El máximo número de


repeticiones por serie no debería ser mayor que cuatro. La recuperación entre
repeticiones serán de 4-6’, y entre series de 10-15’. Aunque a medida que se realizan
repeticiones se acumula más fatiga, sobre todo más acidez, la recuperación debe
permitir que cada repetición se realice a una alta velocidad.

Otros ejercicios que se pueden llamar de fuerza específica, como los citados en el
ejemplo global que hemos dado para el entrenamiento de la “velocidad cíclica”: saltos
de varios tipos, los arrastres, las cuestas, los ejercicios con chalecos, y otros que
estimulan la frecuencia de movimientos (zancadas) como los ejercicios facilitadores del
desplazamiento, constituyen toda una serie de posibilidades para mejorar la fuerza
específica o fuerza útil (aplicada en el gesto de competición) y mejorar componentes de
la carrera como la longitud y frecuencia de zancada.

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PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN CAPITULO 3

1. Indica cuál es la óptima combinación de ent renamiento para mejorar la capacidad de


salto
2. Describe las características de los entrenamientos de “dentro y fuera” e indica cuál
es su principal aplicación.

Ver las
respuestas

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PARTE 2. DESARROLLO DE LA VELOCIDAD

CAPÍTULO 4.- EVALUACIÓN DE LA VELOCIDAD

La evaluación de la velocidad forma parte del control del entrenamiento. El control


tiene como objetivo proporcionar constante información acerca de los efectos del
trabajo realizado y del estado físico-técnico del deportista. A través de él se racionaliza
el proceso de entrenamiento, ya que gracias a la información vamos a poder
proporcionar el estímulo más ajustado y obtener los mejores rendimientos con el menor
esfuerzo. La evaluación de la velocidad ya se ha hecho en gran parte al hablar de la
evaluación de la fuerza. Por eso para analizar con más detalle algunas de la
mediciones que vamos a proponer a continuación debemos recurrir al apartado
correspondiente

4.1. Tipos de mediciones posibles

Las mediciones podrían hacerse sobre los siguientes ejercicios:

§ Velocidad máxima y media de acortamiento muscular ante una carga (resistencia o


peso) determinada con movimientos acíclicos
§ Estimación de la velocidad máxima absoluta de acortamiento muscular en ausencia
de carga (resistencia o peso) con movimientos acíclicos
§ Estimación de la velocidad de acortamiento muscular a través de saltos
§ Estimación de la velocidad de acortamiento muscular a través de lanzamientos
§ Capacidad de aceleración
§ Velocidad máxima de desplazamiento
§ Tiempo de reacción
§ Resistencia a la velocidad
§ Velocidad específica de distintos deportes

Velocidad máxima, media y “absoluta”

La velocidad máxima y media ante distintas cargas y la velocidad “absoluta”, estimada


a través de la realización de movimientos sin carga, nos darían una curva fuerza-
velocidad. De la cual hemos hablado en la parte de fuerza. Uno de los mejores
instrumentos de medida de estas variables es el “isocontrol”, del cual hemos hablado
también. Los cambios en la curva fuerza-velocidad nos darían información sobre los
efectos del entrenamiento. El desplazamiento de la curva a la derecha indicaría siempre
que la velocidad ha mejorado, pues esto significa que ante una misma carga siempre se
alcanza mayor velocidad.

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Velocidad y saltos

El estudio de los saltos también se ha realizado en la primera parte de este módulo.


Cabría la posibilidad de que en lo relacionado con la velocidad de desplazamiento se
añadieran algunas evaluaciones sobre otro tipo de saltos, como pueden ser los
multisaltos horizontales. Se pueden medir las distancias alcanzadas en determinado
número de saltos equivalentes a los “segundos de triple”, los saltos necesarios para
alcanzar una distancia determinada, como, por ejemplo, 100m, o la relación tiempo-
saltos en unas distancias concretas. La reducción del número de saltos para una misma
distancia significa que la potencia y la fuerza explosiva del sujeto ha mejorado, lo cual
es un buen indicador del efecto específico producido por el entrenamiento de la fuerza.

Velocidad y lanzamientos

A través de los lanzamientos se puede hacer una estimación de la potencia global del
sujeto. Su aplicación y significado será muy diferente según la especialidad del sujeto.
Una mejora de los lanzamientos siempre puede considerarse como positivo en la
evaluación de los sujetos que tienen que rendir en velocidad y potencia, pero su validez
como indicador de la mejora de la condición física específica hay que analizarla en cada
especialidad. Por ejemplo, un tensita puede haber mejorado su lanzamiento hacia atrás
por encima de la cabeza, lo cual se puede considerar positivo como expresión general de
su potencia, pero la influencia de esta mejora en la potencia del golpeo no se puede
asegurar. La relación entre los cambios producidos en los lanzamientos y la mejora del
rendimiento específico queda pendiente de confirmar en cada especialidad deportiva.
Por último, en la valoración del significado de los cambios en los lanzamientos habrá
que considerar siempre los cambios en el peso corporal, así como los cambios en la
estatura cuando los sujetos son jóvenes.

Velocidad y aceleración

Al hablar de la aceleración nos referimos a la carrera, aunque las mismas indicaciones


serían válidas para otras especialidades como el ciclismo. La capacidad de aceleración
se mide de manera muy simple. Sólo hay que disponer de los medios electrónicos
correspondientes para medir los tiempos desde el inicio de la carrera hasta su final.
Algunas veces a estas pruebas se les considera como tests de velocidad, lo cual es
realmente cierto, pues se trata de medir el tiempo empleado en recorrer un espacio, pero
en el ámbito del deporte tiene un significado especial el hecho de que se parta de una
velocidad cero o no. Por eso, la denominación correcta es la de test de aceleración. La
fase de aceleración tiene unos requerimientos propios, que pueden servir para la
diferenciación de los deportistas y para la distinción de los efectos del entrenamiento. El
sujeto que más acelera o más rápidamente alcanza la velocidad máxima no tiene que ser
necesariamente el que alcance una velocidad media superior al final de un recorrido
ligeramente más largo. Por otra parte, hay especialidades deportivas en las que nunca o

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casi nunca se alcanza la velocidad máxima, porque los espacios específicos recorridos
no lo permiten. En estos casos, la medición de la aceleración es el principal punto de
referencia para estimar los efectos del entrenamiento y el estado actual de la condición
física del sujeto. Es importante que cuando queramos medir aceleración, la distancia no
sea tan larga que se sobrepase el momento de velocidad máxima. La distancia, además,
debería estar en relación con la máxima distancia más frecuente que puede necesitar
recorrer el deportista en su especialidad. Se da por supuesto que la medición de los
tiempos no se puede hacer con cronómetro manual en estos casos, porque el error de la
medida podría ser muy superior al valor de los cambios que se dieran en la capacidad de
aceleración de los sujetos, por lo que nunca podríamos atribuir estos cambios al efecto
del entrenamiento, nos quedaríamos en la duda y no tendríamos una información válida.

Velocidad máxima

La velocidad máxima –en carrera– hay que medirla en espacios muy reducidos, ya que
ésta no se puede mantener durante mucho tiempo. La prueba se realiza con una fase de
aceleración previa, al final de la cual se supone que el sujeto alcanza el valor máximo de
velocidad o está muy próximo a él. A partir de ahí, se supone que se alcanza la
velocidad máxima y que se mantiene unos 10m. La distancia de aceleración es muy
importante, no debe ser necesariamente la misma para todos, se puede acoplar a las
características de los sujetos. A mayor estatura, la distancia de aceleración generalmente
deberá ser mayor. En los sujetos más explosivos y de miembros más cortos, la distancia
habría que reducirla. La medición de la máxima velocidad se puede alargar hasta los
20m, pudiéndose medir los tiempos (velocidades) parciales en diez metros o en
distancia menores, o incluso, mejor aún, se podría medir la velocidad de manera
continua a través, por ejemplo, de una medición con láser. Cuanto mayor sea la
resolución de la medida (más frecuente), más información se puede obtener. Si se mide
de manera constante, se puede determinar el pico máximo de velocidad, el tiempo que
se mantiene este pico y las pérdidas durante el tiempo de medición, si es que se han
producido. Para asegurarnos de que realmente se ha medido la velocidad máxima,
durante el tiempo de medición debería registrarse un aumento de la velocidad y una
reducción o al menos un mantenimiento de la misma.

Tiempo de reacción

El tiempo de reacción ha de medirse a través de dispositivos diseñados especialmente


para ello. Lo más habitual es medir el tiempo de respuesta a un estímulo visual, que es
el más frecuente en el deporte. El sujeto tiene que realizar un movimiento corto y con la
mayor rapidez posible después de que se produzca el estímulo. Necesariamente, a la
medición del tiempo de reacción se le añade la medición de la “rapidez” gestual, ya que
cuando se produce el estímulo siempre hay que realizar un gesto o movimiento de mano
para accionar un mecanismo que mide el tiempo. La medición se puede hacer algo más
compleja si el sujeto tiene que atender a varios estímulos y ha de tomar distintas
decisiones en función del tipo de estímulo emitido. Una medición más completa se

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podría hacer si medimos conjuntamente el tiempo de reacción y la “rapidez” de
desplazamiento en una distancia pequeña. Así, una vez conocido el tiempo de reacción,
se podría diferenciar entre tiempo de reacción y tiempo de desplazamiento.

Resistencia a la velocidad

La resistencia a la velocidad en carrera viene determinada por la pérdida de velocidad


que se produce en las diferentes distancias medidas. Al medir la resistencia a la
velocidad hay que determinar a qué porcentaje de la velocidad máxima hay que medir la
resistencia. Si se quiere medir la resistencia al 100% de la velocidad máxima, el sujeto
deberá acelerar hasta alcanzar su máxima velocidad y tratar de mantenerla durante el
mayor tiempo posible, prolongando, no obstante, el esfuerzo hasta el final del trayecto
predeterminado. La distancia total de esfuerzo en estos casos podría llegar a los 120-
150m, de manera que exista una notable pérdida de velocidad. El condicionante de esta
prueba es que el sujeto debería intentar ir siempre a la máxima velocidad posible desde
el inicio de la carrera hasta el final, sin hacer ningún tipo de dosificación. La resistencia
a la velocidad se medirá por las pérdidas de velocidad en relación con el tiempo en
distintos momentos de la prueba, incluyendo, lógicamente, el final de la misma. Si se
trata de medir la resistencia a una velocidad submáxima determinada, el sujeto
alcanzará dicha velocidad en un tiempo previamente establecido y la mantendrá durante
el mayor tiempo posible. La velocidad será controlada para que el sujeto no se desvíe de
la misma. Cuando el sujeto no pueda mantenerla, se habrá terminado la prueba. En este
caso, la única medida de la resistencia será el tiempo que haya soportado la velocidad
marcada. El sujeto tendrá una resistencia a la velocidad “x” de una duración de “y”
minutos.

Otra posibilidad de medir la resistencia a la velocidad sería realizando repetidamente


distancias cortas a la máxima velocidad, con unos intervalos de descanso determinados,
que nunca serían muy prolongados. Por ejemplo, se podrían recorrer distancias de 30
metros a la máxima velocidad posible con 30-60” de recuperación entre intentos. La
resistencia a la velocidad se mediría por las pérdidas de velocidad producidas por
carrera realizada. La elección de una forma u otra está en función de los objetivos que
se pretenden y de las características de la especialidad deportiva.

Pero la resistencia a la velocidad se puede medir también en otras actividades y gestos.


Por ejemplo, se puede medir a través de los saltos o a través de la capacidad para
mantener una velocidad determinada al levantar un peso en un ejercicio concreto, como
se ha explicado al hablar de la evaluación de la fuerza.

La velocidad específica

La evaluación de la velocidad específica debe hacerse en situaciones de competición o


al menos en entrenamiento con ejercicios específicos. Además de hacer una medición
de las capacidades generales de velocidad con las pruebas indicadas anteriormente, se

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debería hacer la medición de la velocidad en la realización de gestos técnicos. Por
ejemplo, en un jugador de hockey, de fútbol o de baloncesto conviene contrastar las
diferencias de velocidad cuando recorre la misma distancia en carrera libre y cuando lo
hace conduciendo el balón o la pelota. La aplicación de pruebas en las que se realizan
desplazamientos que tienen varios cambios de dirección, y que nunca permiten alcanzar
una alta velocidad, pero si necesitan muchas aceleraciones y desaceleraciones, es
probablemente una prueba mucho más idónea para medir la condición física en relación
con la velocidad y la resistencia a la velocidad específica que hacer un desplazamiento
en línea recta. Por último, es elemental, que si los deportistas no corren durante la
práctica de su deporte, las pruebas de velocidad siempre deberían hacerse a través de su
prueba específica: nadar, remar, pedalear, gestos específicos en esgrima, lucha, judo...

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PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN CAPITULO 4

1. Trata de explicar la validez del ejercicio de lanzamientos para la evaluación de la


mejora de la velocidad y potencia específicas en un deporte.
2. Indica cuáles serían los tests más específicos para medir la velocidad y potencia en
los siguientes deportes o especialidades deportivas: velocidad (100 metros), fútbol y
voleibol.

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respuestas

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