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Guragata Carla-Bianca

Lengua y literatura rumana-lengua española (II)

La música del Siglo de Oro

Durante el Siglo de Oro español, periodo que comprende desde el descubrimiento de América en
1492, hasta la aproximádamente la muerte de Calderón de la Barca en 1681, la producción musical de
España tuvo un crecimiento exponencial, debido en gran medida a la unificación territorial del reino que
habian llevado a cabo los Reyes Católicos a finales del siglo XV, del descubrimiento de América y todo
lo que ello supuso para España, y de la consolidación de España como el Imperio de la época.

Por todas estas razones, hubo grandes avances en todos los horizontes incluidos todos los campos
artísticos. Centrándonos en la música del Siglo de Oro, podemos destacar la existencia de gran cantidad
de músicos de prestígio cuyas producciones musicales gozan de una gran calidad.

Entre ellos destacan Juan del Encina, importantísimo músico cortesano, Luís de Narvaez, gran
compositor que compuso destacadas obras como la "canción del emperador" llamada así por ser la
favorita del emperador Carlos V y que fue posteriórmente, como tantas obras de este periodo, transcrita a
la guitarra, ya que en su origen la mayoria de estas obras eran compuestas para instrumentos como la
vihuela (1) o el laúd (2). Cabe señalar que este compositor creó gran cantidad de temas sobre los que
hizo variaciones, y que son muy interpretados en la guitarra clásica en nuestro país. Además de estos
citados, destacan también otros compositores como Diego Pisador, Luys de Milan.

Además de la música cortesana, durante el siglo de oro tuvo también significativa importancia la
música religiosa, ya que en buena parte de la música cantada se incluía el tema religioso. Los temas de la
música cantada cortesana, eran sobre todo el carpe diem, relatos bélicos, la fama, la muerte, el
amor,etc. Dentro de la música de este periodo, podemos señalar la importancia de la música popular,
tocada en calles y plazas publicas, y que carecia de soporte escrito.

La música y en general todas las artes, tuvieron en España durante este periodo, una gran
variedad de influencias, pero sobre todo influencia humanista.

Entre los instrumentos musicales más destacados eran la vihuela y el laúd, instrumentos de
cuerda, cuya música ha sido transcrita a la guitarra en gran medida. También cabe destacar la utilización
de diversos instrumentos de viento.

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Lengua y literatura rumana-lengua española (II)

La música española siguió un camino singular en el Barroco respecto al resto de Europa. En un


contexto de decadencia intelectual y económica pero de altos logros artísticos en otros campos, el
conservadurismo y el rechazo de las influencias extranjeras dieron lugar durante todo el siglo XVII a la
persistencia de formas y rasgos de estilo del siglo anterior y, en cambio, al influjo de la música popular en
la culta, con sus peculiaridades rítmicas, armónicas e instrumentales. La música española del seiscientos
es por ello muy singular y reconocible en estilo, formas musicales, rítmica y armonía.

El paso al siglo XVIII y la llegada con él de la dinastía borbónica a la corte de Madrid introdujo
abruptamente en España el estilo italiano, entonces en plena difusión por toda Europa, que inundó la
música religiosa y escénica.

 Música religiosa en el siglo XVII

Ajena al estilo concertado italiano, la música litúrgica en latín continuó utilizando la escritura de
finales del XVI. Se alternaba polifonía imitativa con homofonía, pero con un gran uso de la policoralidad.
Se siguieron cultivando las viejas formas:

 La misa, incluyendo las antiquísimas de cantus firmus y las misas parodia, más otros tipos como
la misa de batalla, de moda en la segunda mitad del XVII como demuestran –entre muchos
otros– los dos ejemplos de Carlos Patiño.

 El motete, con autores aún en la tradición clásica de Victoria como Sebastián de Vivanco o más
atraídos por la policoralidad como el segoviano Sebastián López de Velasco.

 Otras como el Magnificat o las Lamentaciones de Semana Santa.

El orgánico de las capillas se mantuvo intacto: cantantes masculinos (niños, falsetistas y voces graves),
más instrumentos ya en uso un siglo antes, como la chirimía, el bajón, el violón, el arpa y, por supuesto,
el órgano.

Sin embargo el gran protagonista de la música vocal religiosa fue el villancico. Habitual ya en el
XVI, era música paralitúrgica (se ejecutaba en lengua vernácula al final de la liturgia latina convencional
de la mañana), y su composición nueva y ejecución se convirtió en obligación para los maestros de capilla
de las catedrales españolas en las fiestas solemnes, como el Corpus Christi y la Navidad. Especie de
válvula de escape popular de la solemnidad de los oficios, su lenguaje llano (incluso era frecuente imitar
dialectos regionales y de negros), la introducción de danzas y su carácter teatral provocaron intentos
sucesivos de prohibirlos, frenados por su popularidad. Era típica la forma Tonada (a solo o pocas
voces), Responsión o estribillo (todos), Coplas (a solo).

Se conserva un enorme número de villancicos, de maestros de capilla como Joan Baptista


Comes, Jerónimo de Carrión, Cristóbal Galán o Mateo Romero, entre otros muchos.

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Lengua y literatura rumana-lengua española (II)

 Música profana de cámara en el siglo XVII: los tonos humanos.

Diversas publicaciones impresas y, sobre todo, recopilaciones manuscritas (cancioneros, como el de


la Sablonara) recogen un gran número de tonos humanos (canciones profanas) de la primera mitad del
XVII, bien en forma de villancico (con estribillo y coplas) o bien de romance, estrófico. Escritos para
entre dos y cuatro voces, dan testimonio de una tradición improvisatoria que permitía armonizar (voces y,
sobre todo, acompañamiento instrumental con guitarra o arpa) sobre melodías conocidas. El género, bajo
la denominación de tono humano o de tonada, adoptó textos de los mejores poetas del momento, y en la
segunda mitad del siglo, ya como canción a solo con acompañamiento (equiparable al bajo continuo)
desde la corte madrileña se difundió por las cortes europeas y la América española. Cabe citar a Juan
Hidalgo, José Marín y Sebastián Durón.

 Música escénica en el siglo XVII: ópera, semiópera, zarzuela.

La extraordinaria popularidad y calidad del teatro español del XVII (hablamos de la época
de Calderón de la Barca o Lope de Vega), del que la música era parte imprescindible, y los sucesivos
intentos de trasplantar a la corte española la ópera italiana, dieron como resultado una amplia variedad de
géneros músico-teatrales en los que la música tiene un papel variable.

 Ópera y semiópera: El primer intento de la corte española por montar una verdadera ópera en
castellano, incluidos recitativos, fue La selva sin amor, con texto de Lope de Vega y música
de Filippo Piccinini (1627). Encargada por un grupo de florentinos de la corte a la manera de su
ópera aristocrática (inclusive con texto mitológico), el género no cuajó y ni siquiera se conserva
la partitura.
 Zarzuela: Un paso más lejos de la ópera se encontraba la zarzuela, de mucha mayor importancia
cuantitativa e histórica para la música escénica española. También en castellano y de temática
mitológica (aunque al tiempo con personajes populares y tramas amorosas), incluía completas
escenas habladas, pero también arias a la italiana, tonadas con copla y estribillo, coros a cuatro,
dúos, danzas y, raramente, recitativos. Realizadas por músicos de la corte, las zarzuelas estaban
destinadas a un público amplio pero cortesano, e incorporaron elementos burlescos. Entre sus
autores de libretos destacados nos encontramos de nuevo a Calderón, y entre los músicos a
Hidalgo o, ya en el XVIII, a José de Nebra. Títulos tempranos son El laurel de Apolo (1657), Los
celos hacen estrellas (Juan Vélez de Guevara e Hidalgo, 1672) y Los juegos olímpicos (Salazar y
Torres e Hidalgo, 1675); para las décadas en torno a 1700 la zarzuela se había convertido en
imprescindible en toda fiesta cortesana de importancia, y su estilo musical se vería italianizado ya
en el XVIII.

También en lo instrumental presenta la música española del XVII rasgos muy peculiares. Será el
momento de la guitarra, instrumento omnipresente en lo popular y lo culto, y de sonoridad y técnica
singulares (como ejemplifica ya entonces la técnica del rasgueo). Abundan los libros de técnica y piezas
en tablatura para el instrumento, como los tres de Gaspar Sanz (1674, 1675 y 1697), el Poema
Harmónico de Francisco Guerau (1694), y el de Antonio de Santa Cruz (ca. 1700), además de los de
Amat, Briceño y Doizi de Velasco. Ya en el XVIII publicará tres más Santiago de Murcia. Entre sus
piezas abundan las danzas autóctonas: pasacalles, marionas, españoletas, jácaras... Luz y norte
musical (Lucas Ruiz de Ribayaz, 1677) incluye piezas para arpa y para guitarra.

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Lengua y literatura rumana-lengua española (II)

La llegada de los borbones al trono español en 1700 y su consolidación tras la guerra de Sucesión traería
el desembarco de músicos italianos a la corte madrileña. Sus innovaciones instrumentales y armónicas
irradiarían desde ahí a toda la producción musical del país: fórmulas tonales, escritura idiomática
instrumental, estilo concertante, formas como la cantata y el aria da capo... En prácticamente todos los
géneros musicales las formas y el estilo musical se adaptaron de un modo u otro a la italianización,
aunque conservando aún rasgos locales.

Así, las cantadas mezclan coplas y estribillo con la presencia de recitativos y arias, combinando así
elementos del villancico español y de la cantata italiana. La música litúrgica introdujo progresivamente
nuevos instrumentos, notablemente los violines y los nuevos instrumentos de madera (como oboes en
lugar de chirimías), produciéndose así nueva música concertada sin desterrar del todo las viejas formas
polifónicas ni, claro está, el canto llano: prueba de ello es la permanencia del bajón en las capillas, incluso
tras la inclusión del fagot, su versión modernizada. De modo similar la zarzuela combinaría formas y
rasgos locales con arias y escritura italianizantes. La música instrumental, huelga decirlo, adoptaría más
plenamente aún estas novedades: sería decisiva la llegada a la corte de Domenico Scarlatti.

Entre los autores destacados de la primera mitad del XVIII español cabe citar a Sebastián
Durón, José de Torres, Francisco Valls, Antonio de Literes , Pedro Rabassa, Juan Francés de
Iribarren y José de Nebra.

Bibliografía:

https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%BAsica_del_Barroco_en_Espa%C3%B1a

http://conlamusica-aotraparte.blogspot.com/2011/03/musica-del-siglo-de-oro-espanol.html

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