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Según las estadísticas, en el 2007, de las 251 adopciones otorgadas en Perú, 144 fueron
hechas a personas residentes en el extranjero. El proceso de adopción en Perú, que es
gratuito y no requiere de un abogado, tiene un tiempo de espera promedio de 4 años
luego de haber sido declarado “apto” el adoptante. La razón de ello es que si bien
sabemos que en Perú hay muchos niños sin hogar o que viven en hogares inadecuados,
la declaración de Niño o adolescente en condición o estado de abandono corresponde al
Poder Judicial, que como se sabe tiene una abundante carga judicial.
A esta etapa se conoce también como la etapa de la empatía, tiene una duración mínima
de tres días y máxima de siete, si la profesional lo considera necesario. Tiempo en el
que la familia comparte con el niño a adoptar momentos especiales, hábitos y rutinas de
su vida en el albergue. Luego de emitirse el informe favorable, los padres firman la
Resolución de Adopción y el compromiso post adoptivo. Con esta Resolución, recién
pueden los padres adoptivos otorgarle sus apellidos a su hijo.
La tercera etapa es la de supervisión y control post adoptivo, dura tres años en el caso de
parejas nacionales y 4 en el caso de parejas extranjeras. Tiene como fin verificar el
bienestar del niño mediante visitas semestrales a la familia y concluye con la emisión
del acta o informe final.
Cabe aclarar que sólo pueden adoptar en el Perú los ciudadanos extranjeros cuyo país de
residencia o cuyos organismos acreditados y autorizados hayan suscrito un tratado o
convenio en la materia con el Perú o con la Secretaría Nacional de Adopciones que este
vigente. Ademas de lo mencionado, la edad de los padres adoptantes debe oscilar entre
los 25 y 55 años, aunque hay excepciones según la edad del niño o su condición de niño
con necesidades especiales.
La Dirección General de Adopciones (DGA) del Perú no hizo ningún esfuerzo por
conocer la situación de tres niños peruanos que fueron entregados a Jim y Paige
Nachtigal, una pareja de esposos del estado de Kansas (Estados Unidos) que lejos de
brindarles amor y protección, les propinaron maltratos físicos y psicológicos. El
hecho fue descubierto por la policía de ese país en febrero último.
“La pareja estuvo representada por la agencia privada Villa Hope. Esta entidad emitió
tres primeros informes donde todo figuraba bien, pero en el cuarto señala que uno de los
niños estaba en tratamiento en un centro psiquiátrico por problemas de conductas
agresivas. ¿Cómo pudo ocurrir eso de un momento a otro?”, se pregunta Mario Ríos
Espinoza, el nuevo viceministro de Poblaciones Vulnerables del Ministerio de la Mujer,
en diálogo con La República.
Ríos agrega que la DGA respondió con un oficio pidiendo mayor información, pero
no tuvo respuesta de la agencia y, ante ello, “no hizo más”.
De acuerdo con el protocolo peruano, luego de lograrse una adopción en favor de
personas extranjeras, la DGA realiza un seguimiento posadoptivo de 4 años para
garantizar que existe química entre la nueva familia y el menor.
Según el viceministro, hubo un quinto informe de Villa Hope en el 2015 que indicaba
que el menor se encontraba en un centro de recuperación residencial porque “ya había
pasado la etapa crítica”.
“Eso quería decir que el niño seguía estando fuera del poder de la familia y nadie, una
vez más, hizo nada”, sostiene Ríos Espinoza.
Más irregularidades
“Descubrimos que el propio Departamento de Estado de los EEUU nos debe informes
de otros 10 casos de niños que han sido adoptados. Tenemos la gran interrogante de
conocer cómo se encuentran”, reveló el viceministro.
Y para corroborar esto se sabe también que en los últimos cinco años Italia, con 285
menores, ha sido el país con mayor número de adopciones logradas, pero sus 8 agencias
acreditadas tampoco cumplieron con ofrecer información completa de los menores
adoptados. Igual situación ocurre con las adopciones de España (64 desde el 2011).
Se descubrió que hubo convenios entre la DGA y algunas agencias para realizar
controles posadopción de hasta por solo un año.
Al débil control se suma la detección de la demora excesiva para los procesos seguidos
por peruanos que también deseaban adoptar.
“Nuestra política será priorizar a los connacionales. No es posible que peruanos con
todas las condiciones queden relegados por sistemas de calificación que no son los más
correctos y transparentes”, aseguró Ríos.
Ejemplo de ello es el trámite de una peruana que quiso adoptar a dos hermanitos, uno de
ellos con una discapacidad. Todo se frustró porque una trabajadora de la DGA le
informó que “había prioridad con una pareja italiana que ya costeaba el tratamiento
médico del niño”, acción que deja mucho que desear.
Medidas tomadas
El MIMP removió del cargo de directora de la DGA a Milagros Monge Gómez, y en su
lugar estará Mayerlin Pacheco Abarca. La DGA entró en un proceso de reorganización
total y serán investigados todos los funcionarios a cargo.
Asimismo, han quedado restringidas las adopciones para los Estados Unidos hasta que
este país, a través de su canciller, demuestre que su sistema de adopciones reúne las
garantías para recibir a niños del Perú. A su vez, se realizan investigaciones para
determinar las responsabilidades en todas las irregularidades halladas.