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¿Qué es el calentamiento global?

Por Redacción National Geographic

5 de septiembre de 2010

Los glaciares se están derritiendo, el nivel del mar aumenta, las selvas se están
secando y la fauna y la flora lucha para seguir este ritmo. Cada vez es más evidente
que los humanos han causado la mayor parte del calentamiento del siglo
pasado,mediante la emisión de gases que retienen el calor, para potenciar
nuestra vida moderna. Llamamos gases de invernadero y sus niveles son cada
vez más altos, ahora y en los últimos 65.000 años.

Llamamos al resultado calentamiento global pero está provocando una serie de


cambios en el clima de la Tierra o patrones meteorológicos a largo plazo que varían
según el lugar. Conforme la Tierra gira cada día, este nuevo calor gira a su vez
recogiendo la humedad de los océanos, aumentando aquí y asentándose allá. Está
cambiando el ritmo del clima al que todos los seres vivos nos hemos acostumbrado.
¿Qué haremos para ralentizar este calentamiento? ¿Cómo vamos a sobrellevar los
cambios que ya hemos puesto en marcha? Mientras intentamos entenderlo, la faz
de la Tierra tal y como la conocemos, sus costas, bosques, haciendas y montañas
nevadas están en vilo.

Efecto invernadero

El “efecto invernadero” es el calentamiento que se produce cuando ciertos gases de


la atmósfera de la Tierra retienen el calor. Estos gases dejan pasar la luz pero
mantienen el calor como las paredes de cristal de un invernadero.

En primer lugar, la luz solar brilla en la superficie terrestre, donde es absorbida y, a


continuación, vuelve a la atmósfera en forma de calor. En la atmósfera, los gases
de invernadero retienen parte de este calor y el resto se escapa al espacio.
Cuantos más gases de invernadero, más calor es retenido.

Los científicos conocen el efecto invernadero desde 1824, cuando Joseph Fourier
calculó que la Tierra sería más fría si no hubiera atmósfera. Este efecto
invernadero es lo que hace que el clima en la Tierra sea apto para la
vida. Sin él, la superficie de la Tierra sería unos 60 grados Fahrenheit más fría. En
1895, el químico suizo Svante Arrhenius descubrió que los humanos podrían
aumentar el efecto invernadero produciendo dióxido de carbono, un gas de
invernadero. Inició 100 años de investigación climática que nos ha proporcionado
una sofisticada comprensión del calentamiento global.

Los niveles de gases de efecto invernadero (GEI) han aumentado y descendido


durante la historia de la Tierra pero han sido bastante constantes durante los
últimos miles de años. Las temperaturas medias globales se han mantenido
bastante constantes también durante este periodo de tiempo hasta hace poco. A
través de la combustión de combustibles fósiles y otras emisiones de
GEI, los humanos están aumentando el efecto invernadero y
calentando la Tierra.

Los científicos a menudo utilizan el término “cambio climático” en lugar de


calentamiento global. Esto es porque, dado que la temperatura media de la Tierra
aumenta, los vientos y las corrientes oceánicas mueven el calor
alrededor del globo de modo que pueden enfriar algunas zonas,
calentar otras y cambiar la cantidad de lluvia y de nieve que cae. Como
resultado, el clima cambia de manera diferente en diferentes áreas.

¿No son naturales los cambios de temperatura?


La temperatura media global y las concentraciones de dióxido de carbono (uno de
los principales gases de invernadero) han fluctuado en un ciclo de cientos de miles
de años conforme ha ido variando la posición de la Tierra respecto del sol. Como
resultado, se han producido las diferentes edades de hielo.

Sin embargo, durante miles de años, las emisiones de GEI a la atmósfera se han
compensado por los GEI que se absorben de forma natural. Por lo tanto, las
concentraciones de GEI y la temperatura han sido bastante estables. Esta
estabilidad ha permitido que la civilización humana se haya desarrollado en un
clima consistente.

En ocasiones, otros factores tienen una influencia breve sobre la temperatura


global. Las erupciones volcánicas, por ejemplo, emiten partículas que enfrían
temporalmente la superficie de la Tierra. No obstante, éstas no tienen un efecto que
dure más de unos cuantos años. Otros ciclos, como El Niño, también se producen
de manera breve y en ciclos predecibles.

Ahora los humanos han aumentado la cantidad de dióxido de carbono en la


atmósfera más de un tercio desde la revolución industrial. Estos cambios tan
significativos se han producido históricamente en el trascurso de miles de años
pero ahora se producen en tan solo unas décadas.

¿Por qué es preocupante?

El rápido aumento de los gases de invernadero es un problema porque está


cambiando el clima tan rápido que algunos seres vivos no pueden adaptarse.
Igualmente, un clima nuevo y más impredecible impone desafíos únicos para todo
tipo de vida.

Históricamente, el clima de la Tierra ha oscilado entre temperaturas


como las que tenemos en la actualidad y temperaturas tan frías que
grandes capas de hielo cubrían la mayor parte de Norteamérica y
Europa. La diferencia entre las temperaturas globales medias y durante las edades
de hielo tan solo es de 9 grados Fahrenheit y estas oscilaciones se produjeron
lentamente, durante el trascurso de cientos de miles de años.

En la actualidad, con las concentraciones de gases de invernadero


aumentando, las capas de hielo que permanecen en la Tierra (como
Groenlandia y la Antártida) también comienzan a derretirse. Esta agua
sobrante podría hacer que aumente considerablemente el nivel del mar.
Conforme sube el mercurio, el clima puede cambiar de forma inesperada. Además
del aumento del nivel del mar, las condiciones meteorológicas pueden pasar
a ser más extremas. Esto implica tormentas mayores y más intensas, más
lluvia seguida de sequías más prolongadas e intensas (un desafío para los
cultivos), cambios en los ámbitos en los que pueden vivir los animales y pérdida
del suministro de agua que históricamente provenía de los glaciares.

Los científicos ya están observando que algunos de estos cambios ocurren más
rápido de lo que esperaban. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos
para el Cambio Climático, once de los doce años más calurosos desde que se tienen
registros se produjeron entre 1995 y 2006.

De hecho, el año 2015 fue el año más cálido desde que existen registros,
que arrancaron en 1880. Así lo corroboró la Administración Nacional Oceánica
y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y la NASA en su informe anual. Además,
el mes de diciembre de 2015 fue el más cálido de los últimos 136 años.

Durante el pasado año la "temperatura promedio global" de las superficies terrestre


y oceánica estuvo 0,9 grados Celsius por encima del promedio del siglo XX,
alcanzando los 13,9 grados centígrados. Aún más, diez de los doce meses de 2015
registraron temperaturas récord.

La mayor parte del calentamiento global se ha dado en los últimos 35 años,


coincidiendo con el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero por parte
del hombre, según ha señalado la NASA.
¿Por qué se produce el
calentamiento global?
Índice de contenidos [Ocultar]
 1 Calentamiento global: conoce las 5 principales causas
o 1.1 1. Aumento de los gases de efecto invernadero
o 1.2 2. Quema de combustibles fósiles
o 1.3 3. Deforestación de selvas y bosques
o 1.4 4. Excesivo uso de fertilizantes
o 1.5 5. Alta producción de residuos
 2 ¿Qué puedes hacer tú para frenar el calentamiento global?
o 2.1 Reciclar diariamente
o 2.2 Cambiar a un modelo de consumo responsable
o 2.3 Participar en iniciativas de ciudadanía global
o 2.4 Adquirir productos de Comercio Justo
 3 Material relacionado
o 3.1 Artículos
o 3.2 Guías
Tiempo de lectura: 4 minutos

El calentamiento global es el mayor desafío medioambiental al que se enfrenta la


Tierra en la actualidad. Tanto es así, que de no tomar medidas preventivas para
frenar sus efectos negativos, a largo plazo estaría en peligro la supervivencia de las
especies animales que la habitan, entre ellas, el género humano. Cuesta creerlo
¿verdad?

Aunque el término aparece cada vez más en medios de comunicación y otros


escenarios de nuestro día a día, ¿aún desconoces en qué consiste dicho fenómeno y
cuáles son sus implicaciones reales? Hoy, ¡lo explicamos!
Lo cierto es que el calentamiento global ya es una realidad. Basta con echar un
vistazo a algunos puntos del planeta —como por ejemplo los polos, las zonas
desérticas, el nivel de ríos y océanos o los bosques, entre otros— para confirmar que
de alguna u otra forma ya convivimos con sus efectos más devastadores.
¡Descubramos dónde se origina!

Calentamiento global: conoce las 5


principales causas
Antes de mencionar las principales causas del calentamiento global, conviene
aclarar que las variaciones en la temperatura terrestre son un proceso natural, es
decir, se han presentado desde hace miles de años como parte de su evolución. En
este proceso se han ido alternando periodos glaciares con otros en los que la
temperatura del planeta ascendía.

La novedad en el desafío al que nos enfrentamos ahora es que la acción del género
humano durante los últimos dos siglos ha acelerado dicho calentamiento y ha
provocado un deterioro sin precedentes desde que se realizan mediciones de este
tipo.

Es en estas causas artificiales en las que vamos a poner el foco, pues son las que
mayor incidencia tienen en el aumento de las temperaturas terrestres. ¿Tienes idea
de cuáles son dichas causas? Aquí te presentamos las 5 más importantes:

1. Aumento de los gases de efecto invernadero


La excesiva actividad industrial que se ha registrado en el mundo a partir de la
Revolución Industrial es la principal causa del calentamiento global. La gran
mayoría de los procesos de este tipo liberan una enorme cantidad de gases de efecto
invernadero que, una vez en la atmósfera, deterioran la capa de ozono y, a la vez,
exponen a la Tierra de manera directa a los rayos del sol.

El dióxido de carbono o CO2 es el gas más conocido de todos por ser el principal
responsable de impedir la salida del calor en las capas bajas de la atmósfera; como
nos confirman desde National Geographic su producción ha aumentado unos 6
billones de toneladas métricas al año desde 1990, es decir, algo así como un 20%.
También están el óxido nitroso y otros tantos derivados de la producción de
electricidad. ¡Pero esta es solo la primera causa!

2. Quema de combustibles fósiles


Una buena parte de los gases de efecto invernadero se generan tras la quema de
combustibles fósiles, es decir, todos aquellos que se derivan de productos como el
carbón, el petróleo y el gas natural. Esto lo observamos, por ejemplo, en los grandes
centros urbanos con la quema masiva de combustibles por los coches y otros medios
de transporte pesado.

El efecto negativo de los combustibles fósiles es doble si tenemos en cuenta


la contaminación del aire y los problemas de salud que se pueden derivar de esta
circunstancia. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud calcula que en la
actualidad existen cerca de 300 millones de personas en el mundo enfermas de asma,
una cifra que aumentará proporcionalmente a la presencia sustancias nocivas en el
ambiente. ¡Sigamos!

3. Deforestación de selvas y bosques


Se suele pensar que la deforestación de selvas y bosques solo genera efectos en los
entornos más cercanos. Sin embargo, el daño que se genera es global. Los árboles
tienen la facultad de convertir el CO2 en oxígeno a través del proceso de la
fotosíntesis, con lo cual contribuyen a reducir la contaminación del aire. Pero si
reducimos su número, la concentración de CO2 y de otros gases será mayor y, por
tanto, aumentarán las temperaturas terrestres.

Los bosques y selvas aún cubren cerca del 30% de la superficie de la Tierra, pero
cada año se pierde una extensión similar a la de países como Panamá. ¿Te contamos
más?

4. Excesivo uso de fertilizantes


Los pesticidas, fertilizantes y demás químicos empleados en sectores como la
agricultura y la ganadería son otra causa directa del calentamiento global. Todos
poseen un alto contenido de óxido de nitrógeno, que es incluso más perjudicial que
el dióxido de carbono. De ahí la necesidad de apostar por formas de cultivo y
producción de alimentos más naturales. ¡Veamos el último!

5. Alta producción de residuos


La alta producción de residuos también favorece el calentamiento global. ¿De qué
manera? Cuantos más residuos produzcamos a diario, mayores serán los niveles de
gas metano en el ambiente, un elemento que se genera durante la descomposición de
materiales en los vertederos. Además, consumir de forma masiva supone una mayor
demanda, con lo cual las industrias aumentarán sus niveles de producción y, por
ende, los niveles de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera serán
mayores.
¿Qué puedes hacer tú para frenar el
calentamiento global?
Frenar el calentamiento global requiere fundamentalmente medidas promovidas por
altos organismos, gobiernos e instituciones de alcance mundial. Sin embargo, eso no
quiere decir que todos nosotros y nosotras como ciudadanos no podamos aportar a
este proceso. Todo lo contrario, existen distintas formas de hacerlo:

 Reciclar diariamente
Podemos controlar el nivel de residuos generados a diario, reciclando
plásticos, ropa y otros materiales. Además, es necesario realizar una adecuada
clasificación de los residuos para tirar cada residuo en el contenedor adecuado
y aprovechar materiales, artículos o productos que hayan cumplido su primer
ciclo de vida.

Cambiar a un modelo de consumo responsable


Es importante saber cuáles son nuestras verdaderas necesidades como
consumidores y consumidoras. No se trata de comprar porque sí, se trata de
hacerlo con responsabilidady en base a una necesidad real y no a un capricho.

Participar en iniciativas de ciudadanía global


También podemos formar parte de iniciativas locales, sectoriales o regionales
que generen sensibilidad en la población e impulsen soluciones conjuntas para
generar cambios positivos.

 Adquirir productos de Comercio Justo


En nuestro rol como personas consumidoras, podemos incidir en la
disminución de gases de efecto invernadero si apoyamos iniciativas de
consumo que no empleen productos químicos o artificiales y que, a la vez,
contribuyan al desarrollo social de sus entornos, como el Comercio Justo.
Tienda de Comercio Justo de Oxfam Intermón © Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

¿Estás preparado para implantar todas estas medidas desde hoy mismo? Como ves,
tú también eres parte de la solución para frenar el calentamiento global. Puedes
hacerlo día a día con prácticas cotidianas y generando sensibilidad hacia este tema
en quienes te rodean. ¡Que no pase un día más!
El cambio climático, la mayor
amenaza del siglo XXI
La acidez de la superficie de los océanos ha aumentado ya un 30%
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GUILLERMO DE LA DEHESA

2 ENE 2016 - 17:47 CST

RAFAEL RICOY

La NASA (National Aeronautics and Space Administration) de Estados Unidos


(2015), en un importante gráfico, que comienza hace 650.000 años y termina
en 1950, mide la evolución que ha tenido el dióxido de carbono en la atmósfera
terrestre. Este ha sufrido siete ciclos de avances y retrocesos. Según dicho
gráfico, hasta hoy, nunca se había acumulado tanto dióxido de carbono en la
atmósfera al haber alcanzado ya más de 400 partículas por millón.

Muestra que hace 450.000 años, subieron a 282 partículas por millón, cayendo
a 179 por millón hace 315.000 años; subieron a 289 partículas por millón hace
340.000 años, cayendo a 180 por millón hace 270.000 años; subieron hasta 275
por millón hace 240.000 años, cayendo hasta 179 por millón hace 170.000
años; subieron hasta 285 por millón hace 140.000 años, cayendo de hasta 178
por millón, hace 30.000 años. Hoy alcanza ya la cifra record de 402,23
partículas de dióxido de carbono por cada millón y además, esta última subida,
que comenzó hace 7.000 años, ha sido también la más rápida en los últimos
650.000 años.

Sin embargo, es gracias al cambio climático que los humanos vivimos en la


tierraya que el fin de la última edad de hielo, hace 7.000 años, fue la que ha
marcado el comienzo de la era climática que ha posibilitado el desarrollo de la
civilización humana. La mayoría de estos cambios climáticos ha sido debida a
variaciones de la órbita terrestre que han ido modificando la cantidad de
energía solar que recibe nuestro planeta. La mayor parte de la subida tan
rápida de la temperatura actual ha estado inducida o producida por los seres
humanos, muy especialmente a partir de 1880. Pero la mayor fase de
recalentamiento de la atmósfera comenzó en 1970, siendo sus años más cálidos
a partir de 1981 y estando los últimos 12 años entre los 10 más calurosos de la
historia. Aunque entre 2007 y 2009 disminuyó el calor de forma inusual, sin
embargo, la temperatura de la superficie de la tierra continuó aumentando.

MÁS INFORMACIÓN
 Viejas fotos muestran que el deshielo de Groenlandia se inició hace 100 años
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 El negacionismo climático se hace fuerte en Estados Unidos
La base científica que ha utilizado la NASA para explicar estos fenómenos son
los instrumentos satelitales que ha ido lanzando al espacio orbitando alrededor
de la Tierra durante muchas décadas, observando regularmente los aumentos
de los gases de efecto invernadero. En el último siglo, el nivel del mar subió 17
centímetros pero ahora sigue subiendo a velocidad creciente. Por ejemplo,
entre 2002 y 2006, Groenlandia perdió 250 kilómetros cúbicos de hielo y la
Antártida otros 152 kilómetros cúbicos y hoy continúan perdiéndolo a un ritmo
todavía superior. Los glaciares están reduciendo rápidamente su tamaño en
todo el mundo, desde los Alpes al Himalaya, desde los Andes a las Rocosas y
desde Kenia a Alaska y además, la acidez de la superficie de los océanos ha
aumentado ya un 30%, a pesar de que la superficie de los océanos está
absorbiendo hoy más de 2.000 millones de toneladas de óxido de carbono al
año.

Los países o regiones más grandes son los que más contaminan en términos de
emisión de gases invernadero. Los diez países o regiones que más emiten y que
responden del 75% del total son: China, con un 24,5% del total; EE UU, con un
14,4%; la UE con un 10,2%; India con un 10%; Rusia, con un 5,4%; Japón con
un 3,1%; Brasil, con un 2,3%; Indonesia, con un 1,8% y México e Irán con un
1,7% cada uno del total. En términos de emisiones por habitante, EE UU y la UE
son los que más emiten.

Asimismo, el creciente calentamiento de la atmósfera produce cada vez más


deforestación, degradación de los bosques e inhabilitación de los terrenos
fértiles, especialmente en aquellos países más pobres y con menores medios
para poder detenerlo, haciendo más difícil la resolución de este grave
problema. Aunque la acidificación es un fenómeno diferente del cambio
climático, está también causada por el CO2. Además, los océanos contienen más
de 50 veces más CO2 que el que contiene la atmósfera, haciendo que estén
también acidificados. Desde la Revolución Industrial los océanos han
aumentado su acidificación en un 30% y se estima que, al final de este siglo, el
CO2 de los océanos alcance 150%.

Gernot Wagner y Martin L. Weitzman (2015), dos economistas muy


importantes dedicados también al estudio de los problemas del cambio
climático, estiman que aunque los economistas no suelen tomar posiciones
morales, como hacen los filósofos, sin embargo saben hacer la distinción entre
errores de Tipo 1 y de Tipo 2. El primero es cuando se actúa, cuando no hay
necesidad de hacerlo, o cuando se actúa erróneamente. Es decir, es un error de
comisión. El segundo es cuando no se actúa siendo necesario hacerlo o se actúa
de forma incorrecta. Es decir, un error de omisión. Estos dos tipos de errores
son mucho más graves en el caso del cambio climático actual, al ser un
problema global, a largo plazo, irreversible e incierto.

Según ambos economistas, el impacto del cambio climático va a ser muy grave,
pero es más incierto cuándo o cómo tendrá lugar. Además, existen intereses
muy poderosos que están muy invertidos en el “status quo” que hacen todavía
más difícil formular las soluciones más adecuadas. A esto hay que añadir las
cuestiones morales en cuanto a los llamados errores de comisión frente a los
errores de omisión, con lo que aplicar la solución correcta es todavía más difícil.
El famoso “dilema ético del tranvía”, de Judith J. Thompson (1976) y Peter
Unger (1996) nos enseña que no actuar es menos grave que cometer errores al
actuar. Además, los políticos, que son los que más deciden, son muy sensibles a
que “les puedan echar la culpa”, si toman este tipo de decisiones.

Pero, para Wagner y Weitzman, los errores de comisión no pueden


considerarse mucho peores que los de omisión, dado que el tamaño del
problema es también enorme ya que, en el cambio climático, se pueden salvar
no miles, sino millones de vidas. La ciencia muestra que hay que tomar
decisiones cuanto antes. Lo que ya sabemos nos empuja incluso más lejos,
dadas las pérdidas masivas tanto de vidas como de medios de vida. Aplicar una
tasa o precio al dióxido de carbono de, al menos 50 dólares por tonelada, sería
un primer paso en la buena dirección.

No hay tiempo que perder para aplicar políticas eficaces cuanto antes para
evitar un riesgo de omisión grave. No hay que olvidar que los “efectos
invernadero” se descubrieron en 1824, se mostraron en laboratorio en 1859 y
se cuantificaron en 1896 y que el término “calentamiento global” es de 1975.
Según ambos economistas no hay tiempo que perder, ya que utilizar la
atmósfera como “alcantarilla de las emisiones de carbono” no es ni económico,
ni ético y muy peligrosos. No actuar ahora es, no sólo un error de omisión, sino
también de comisión e incluso de “ceguera voluntaria”.

Además, si no se actúa cuanto antes, se estima que los grados centígrados de la


temperatura de la tierra aumentarán en 4,5 en 2100. Si continúan las políticas
actuales aumentarán 3,6 grados, y si se actúa por lo decidido en la Cumbre de
París aumentarán en 2,7 grados. Los pronósticos de los expertos del IPCC
(2015) sobre la subida del nivel del mar en 2100, (de no tomarse medidas
inmediatas) oscilan entre un mínimo de 60 centímetros y un máximo 120.
Otros científicos han estimado 150cm e incluso 200cm, habiendo subido sólo
20cm en el siglo XX. Subidas de metro y medio o dos metros del nivel del mar
supondrían que muchas ciudades y zonas costeras pudieran llegar a
desaparecer, parcial o totalmente, en muchos países del mundo.

Marshall Burke, Salomon Hsiang y Edward Miguel en la revista Nature (2015)


han demostrado que no existe una relación lineal entre productividad y
temperatura. Los años más cálidos de lo normal benefician el mayor
crecimiento de los países, sean desarrollados o en desarrollo, y en actividades
agrícolas y no agrícolas, hasta que la temperatura anual supera los 13 grados
centígrados, tras la cual actúa en contra del crecimiento. En Brasil, por ejemplo,
un aumento de 3 grados centígrados sobre dichos 13 grados lleva a una caída
del 3% del PIB. Los países que están situados en la parte más fría del óptimo
crecen más en los años más calurosos y lo contrario ocurre en América Latina y
Australia, que viven en la parte más calurosa del óptimo, creciendo más en los
años más fríos.

Según la Environmental Protection Agency (EPA) de EE UU todo va a depender


de cómo los glaciares y las capas de hielo respondan al cambio climático. Sus
modelos predicen que dos grados más Farenheit de calentamiento reducen un
15% del hielo del Ártico y el 25% del área cubierta por el Ártico a finales del
verano, aumentando todavía más los niveles de los océanos. Cuanto antes se
actúe de forma contundente, mejor.

https://elpais.com/economia/2015/12/29/actualidad/1451382596_572425.html

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