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Historia de yunguyo

HISTORIA DE YUNGUYO. en el tiempo

La Historia de Yunguyo se remonta a miles de años de antiguedad desde elESTADIO

PREAGRICOLA o PRE ALFARERA, al respecto se ha descubierto las Cuevas del Monje en l997,

en el cerro Kapía, en la comunidad de Llaquepa, distrito de Pomata, de la prehistoria del hombre

primitivo de cazadores, recolectores y pescadores, que ocuparon como vivienda las cuevas y

abrigos de las rocas, sus armas y herramientas eran de piedras; estos pobladores primitivos

llegaron en sucesivas oleadas de la parte del norte de América hacia el sur, hace unos 7 a

10,000 años de antigüedad.

En el período de AGRICULTURA INCIPIENTE domesticaron los primeros camélidos y plantas

en forma de cultígenos en las riberas del Circum Titicaca, por su excelente microclima.

En el Periodo de la AGRICULTURA DESARROLLADA en esta provincia aparecen las primeras

influencias de las culturas como la Qaluyo y Pukara,que fue foco generador que originò a las

grandes culturas como Chiripa y Tiahuanaco,de los cuales tenemos claras evidencias de los

restos arqueológicos que nos han dejado en estas tierras.

El sitio donde está ubicado la ciudad Yunguyo actual, fue ocupado desde la cultura Tiahuanaco y

principalmente por los Incas cuyo nombre proviene de Yunka Uyo o sea canchòn de Yungas; en

el INCARIO era lugar de residencia de los sacerdotes Aucachik o Ichris que eran los confesores

y puruficadores de la gente que venìan en peregrinaciòn desde sitios mas lejanos del

Tahuantinsuyo al Sagrado Templo del Sol ubicado en el Titicaca.

Los PRIMEROS INCAS que pasaron por esta ciudad fue Pachacutec, Tupac Inca Yupanqui y

Huayna Capas, el Curaca Apuchalco capitaneando contingentes de tropas de esta parte de

Yunguyo y Copacabana a Favor del Inca Huascar en la Guerra Civil con su hermano Atahualpa.

En la CONQUISTA los primeros Españoles que incursionaron la meseta del Collao en 1533 a la

Isla del Sol noticiados por las inmensas riquezas de Oro y Plata y piedras preciosas; enviados

por Francisco Pizarro a Pedro Mogùer y Pedro Martinez de Agùero dede el Cusco. En la rebeliòn

de Manco Inca en 1535 fueron enviados el Willac Humo (Sumo Sacerdote)y el Inca Paullo por su

hermano Manco Inca desde el Cusco, con el fin de sublevar la regiòn del Collao, pasando por

Yunguyo Paullo sacò a su hermana del Acllahuasi(Templo del Sol) para casarse, llamada màs
tarde Marìa Esquivel hija de Huayna Capac que habìa dejado como Aclla (Vìrgen del Sol) en la

Isla.

En el COLONIAJE Yunguyo era una ciudad importante conservando la divisiòn de los ayllus

Masaya o parte alta donde vivìan los gobernantes Incas los Mitmas y los sacerdotes donde se

construyò la Iglesia mayor de nuestra señora de la asuncion sobre las ruinas del Templo del Sol

y Arasaya o parte baja donde vivian los naturales o autoctonos, donde se construyo la Iglesia

menor de Nuestra señora de la Magdalena, ambos de arquitectura colonial.

En la REBELION DE TUPAC AMARU en 1780 Yunguyo participò activamente con contingenetes

de tropas a favor de la rebeliòn, encabezado por el Inca Diego Cristobal Tùpac Amaru, como

ejemplo tenemos una pequeña escaramuza en la comunidad de Aychuyo entre las tropas de

Tupac Amaru y de Miguel Huamansonco que habia abrazado el partido de los Españoles; de la

parroquia de la asuncion fue tomado prisionero el Dr. Atanasio Loza por su participacion en la

rebeliòn y conducido a la ciudad de la Paz siendo absuelto despuès.

En La REPUBLICA a partir del gobierno del Mariscal Castilla en 1856 en la demarcacion de Puno

con 7 provincias y 71 distritos, ya se contaba Yunguyo como distrito.

En la GUERRA con CHILE en 1879 participaron dos grandes hèroes Yunguyeños el Coronel

Rafael de Loza (El Zorro) y el coronel Manuel Chamorro Cortes que peleò en el batallòn Nº06

logrando el triùnfo de Tarapacà.

Yunguyo fue elevado a la categorìa de VILLA por ley Nº81 del 30 de septiembre de 1905 con el

presidente Josè Pardo y Barreda; màs tarde fue elevado a la categorìa de CIUDAD por Ley

Nº5515 del 26 de Octubre de 1926 siendo presidente de la repùblica Augusto B. Leguia.

Los años de 1920 al 30 la ciudad de Yunguyo fue la màs importante comercialmente en el Sur

del Peru instalandose casas de fama internacional emprendidos por ciudadanos Italianos,

Arequipeños, como Nicolàs Audibert, Juan Pasano, Mario Mindani, Augusto Mogni, Augusto

Chàvez, Carlos Velarde, Ruben Loza etc.en estos establecimiento se vendian Autos, Motocicletas,

Bicicletas, casimir Ingles, etc.


Pasano poseìa una lancha “Italia” que hacìa travesìas de Puno Yunguyo y visciversa, ademàs del

puerto, Yunguyo contaba con Aduana, Cuartel de Infanteria Nº13 acantonado en el Antiguo

Municipio, servicios de agua potable, alumbrado electrico, centros escolares, etc.

El 18 de Octubre de 1941 se firmò con la hermana repùblica de Bolivia el TRATADO DE

COMPENSACIONES TERRITORIALES en los sectores de Tapoje, Ollaraya, Unicachi y Tinicachi.

Yunguyo fue elevado a la categoria de PROVINCIA por ley Nº24042 del 28 de Diciembre de 1984

con 7 distritos, siendo presidente de la Republica el Arquitecto Fernado Belaude Terry y siendo

inagurado en marzo de 1985 junto con la carretera asfaltada de Pomata a Kasani.

Geografia
UBICACIÓN GEOGRAFICA

La ciudad de Yunguyo se encuentra ubicado en el Istmo de Yunguyo, entre los lagos TITICACA Y

WIÑAYMARCA, frontera con la provincia de Manco Capac de la república de Bolivia; comprensión

del distrito y provincia de Yunguyo, región Puno, república del Perú.

l. ALTITUD.- Se encuentra a una altura de 3,826 m. s. n. m.

2. LATITUD SUR.- 16° 14´ 12.

3. LONGITUD OESTE.- 69° 05´ 27.

4. POBLACION.- 52,149 habitantes (PNUN-PERU-2002) cuya densidad es de 187.50 habitantes

por kilómetro cuadrado.

5. SUPERFICIE.- Tiene 288.31 kilómetros cuadrados.

6. IDIOMA.- En la provincia de Yunguyo desde tiempos remotos se hablaba y se habla el idioma

AYMARA, declarado hoy como idioma oficial, junto con el idioma Kechua.

OROGRAFIA.- La provincia de Yunguyo, está ubicado en la región de la sierra o región SUNI (P.

Vidal, ocho regiones). Su morfología es poco accidentado por encontrarse en la meseta del

Collao o Altiplano del Titicaca. Entre las elevaciones más sobresalientes en esta parte, podemos
mencionar el cerro KAPIA de una altitud de 4,960, m. s. n. m. a su vez es un volcán apagado

que pertenece a la estructura del período tectónico y plutónico; cuyo cráter es el asiento de la

laguna de Warawarani y el cerro Juana de menor altura que divide Perú y Bolivia.

HIDR0GRAFIA

La hidrografía de Yunguyo está constituìdo por el lago Mayor Titicaca y el Lago Menor

Wiñaymarca que bañan las riberas de la provincia, cuyos suelos son muy aptos para la

agricultura por la calidad de tierras y el micro clima por la influencia de la gran masa del agua

del lago. Se puede mencionar la pequeña laguna de Wuarawuarani (Laguna de Estrellas), que se

encuentra en la cima del volcán Kapía y ocupa el cráter de dicho volcán, tiene desague que va

hacia el distrito de Pomata, de aguas cristalinas y termales. En las partes altas de cerro Kapía

hay varios ojos de agua o puquiales de donde nacen los pequeños ríos que desembocan en el

Lago Titicaca son: río Cuturapi, Queñuani, Akari y Pichipa y los ríos y riachuelos que

desembocan en el Lago Wiñaymarca que bajan de los ojos de agua del cerro Kapía son: Río

Sinani, el riachuelo de Inajahuira que nace en el lugar de Sanquira, juntándose con el río Sinani,

río Qalaqoto, río Takapisi, y río Copani. Los ríos que nacen en los manantiales del cerro Juana

son: El riachuelo Poqona y Tapoje y los ríos de Aychuyo y Unicach. Merece mencionar grandes

manantiales de Chinumani, Copapujo Santa Rosa de Pichicho, Sanquira, Wallakeri, etc. Además

es muy importante conocer el histórico manantial denominado Suchipukio, que está entre el

Lago Titicaca y la ciudad de Yunguyo, fuente que mantenía de agua en los comienzos de la

formación de una aldea perteneciente a las culturas de Chiripa y Tiahuanaco; posteriormente

con el asentamiento de los Incas en Yunguyo, venía el agua desde el cerro Juana, de Wiluyo, la

parte alta de Loka (hoy Bolivia), que lo han cerrado y desviado solo para sus pobladores.
Cultura y tradiciones
*MITO DE LA LAGUNA WARAWARANI:

Existen muchos mitos que se han suscitado en este misterioso lugar, dicen que sus aguas

cambian de color paulatinamente en el día, de color azul oscuro a azul claro, de blanco claro a

blanco oscuro, y muchas veces de amarillos tornasoles, sus heladas aguas brotan las

profundidades del cráter, dicen que es una laguna encantada y sagrada, muchas gente ha

desaparecido en diferentes épocas del año, desde

tiempos atrás, ya sean pastores, personas que

van por diferentes motivos; por eso es muy

temido, respetado yreverenciado; es una laguna

maldita y también benéfica, por que concede los

pedidos de los pobladores cuando se le ofrenda

con fervor y respeto.

Los distintos testimonios de la gente del lugar nos

afirman que las personas que al transitar por las cercanías de la laguna, en pleno día, puede

observar nadar diferentes aves, generalmente patitos, dicen que en determinadas horas en el

día, al atardecer, al anochecer, aparecen unos hermosos patitos de oro que atraen a cualquiera;

pero es muy peligroso ya que otras personas ajenas a estas leyendas se han atrevido a coger los

patos de oro y desaparecieron entre la profundidad de las aguas y de sus cuerpos y alma jamás

se supo nada. Hoy las personas que conocen sobre esta laguna lo temen, recelan y respetan ya

que es imposible acercarse solo, siempre en pareja o en grupo, los mismos pastores de ganado

siempre pastan en pareja en las cercanías de la laguna.


Foto via satelite Googlemaps

WIÑAY MARKA

UNA LEYENDA DEL LAGO TITICACA

Siempre se ha oído hablar sobre Wiñay Marka, pero pocos

acertaron en su mitología. Esta es una leyenda que nace a

orillas del Lago Sagrado de Los Incas (Titicaca), leyenda que

relata sobre la creación del mundo la que duró muchos siglos

y, durante este tiempo, Apu Qullana Awki (Dios Andino), creó

el Universo: la tierra, el cielo, los mares, ríos, lagos,

animales, las plantas, la gente, las estrellas, etc. Cuando

terminó de crear el mundo Qullana Awki se fue a vivir a una

de las montañas más grandes del altiplano puneño, que se

ubica cerca del lago;

Pero dejó un mandamiento para la gente.

En aquellos tiempos, todo lo que hoy ocupa el lago Titicaca era un paraíso llamado Wiñay Marka

(Ciudad Eterna), donde no había odio, envidia, ni riñas entre los hombres. Era un valle hermoso.

Lo único que tenía que cumplir la gente era el mandamiento del Apu, que era no subir ni escalar

la montaña sagrada, donde moraba el Apu, y que se identificaba por las llamas que ardían en la

cima de aquella montaña.

La desobediencia:

Sin embargo, un día la gente, itentados por el Awqa (ser maléfico) ya la curiosidad, escalaron la

montaña que protegía a todo el Valle Sagrado. El Awqa convencio a la gente y le hizo creer que,

llegando a la cima de aquella montaña, iban a convertirse en seres superiores, tan igual y aún

más que el Apu Oullana Awki.

Entonces por esta desobediencia Apu hizo salir de las cuevas muchos pumas que devoraron a la

gente. Todo fue una carnicería que hizo correr lagunas de sangre.
Ante esta situación, el padre Sol lloró inconsolablemente durante cuarenta días y cuarenta

noches; las lágrimas del Sol habían formado una inmensa laguna, que ahogó a todos los pumas

que han matado a la gente.

De esta destrucción se salvó poca gente, que dijeron: Qaqa titinakawa (son pumas grises). Así

nació el lago y su nombre Legendario TITICACA.

EL SACRIFICIO EN EL CERRO KAPIA

Kapia es un cerro hermoso, se encuentra entre Pomata, Yunguyo y Zepita, los relatos sobre este

cerro hacen tener miedo a los pobladores y que estos relatos se encuentran entre la fantasía y la

realidad , los comuneros que viven por esta zona en ciertas fechas del año realizan misas

acompañados de sahumerios de inciencio, Aotus de coca mezclado con unta de llama, kowa,

llevan dulces y beben licor , esto es realizado por el yatiri y su yanatiri que es su asistente.

Las personas o comuneros que desean ser ricos de la noche a la mañana contratan al Yatiri para

que ofrezca al cerro Kapía sangre humana y ha cambio el cerro les da por medio de los Yatiris ,

camiones, camionetas , ganado asciendas, dinero, etc. según a la cantidad de personas que

ofrezcan los yatiris, a estos yatiris son muy difícil de ubicarlos pues los persiguen la policía los

yatiris son ancianos muy viejitos y quien quiere que le haga este trabajo maléfico y satánico

deberá pasar por distintas pruebas que los yatiris le pondrán.

Las personas comentan que los comuneros que tienen carros, bastante ganado, etc; es por que

recurrieron al yatiri para enriquecerse.


Historia del pueblo aymara
Por J. P. ARPASI | Publicado: 01 dutc enero dutc 1995

Por “pueblo aymara” entendemos al conjunto de individuos que


tienen como lengua materna al aymara y también a las personas y grupos que claman
para sí su identificación como aymaras. No existe un subgrupo étnico exclusivo del
aymara y recíprocamente el lenguaje aymara no puede ser considerado una
exclusividad de ningún subgrupo étnico. Esto porque diferentes subgrupos étnicos
tales como los Qullas, Lupaqas, Qanchis, Carangas, Lucanas, Chocorvos,
Chichas, etc. hablaron aymara desde tiempos pre-incaicos hasta siglos post-incaicos.
Geográficamente estos grupos estaban asentados en diferentes lugares de los actuales
departamentos de Lima, Ica, Huancavelica, Ayacucho, Arequipa, Apurimac, Cuzco y
norte de Puno, zonas de Cochabamba y Potosí localidades, hoy, de habla quechua. Los
apellidos Mamani y Quispe, linguísticamente son de indiscutido orígen aymara y son
de los más numerosos en diferentes regiones andinas e inclusive urbes del Perú,
Bolivia, y Chile. Sin embargo por el proceso histórico de avance del quechua y
castellano sobre el aymara muchas personas con estos apellidos claman por una
identidad quechua antes que aymara. Otros ni siquiera eso, planean, si no lo han hecho
antes, cambiar Mamani ó Quispe por un apellido europeo.
Básicamente, existen tres corrientes teóricas
explicando el origen geográfico de la lengua aymara; a) en el altiplano del Titicaca
(teoría localista del aymara altiplánico), b) en los andes centrales del actual Perú, c) en
el norte del actual Chile. La versión localista es conexa con el
estadoTiwanaku sosteniendo que el aymara convivía con las
lenguas pukina y uru/chipaya, siendo el pukina la lengua de mayor prestigio
hablada por la clase gobernante. El principal exponente de esta teoría es el arqueólogo
norteamericano Alan Kolata. Cualquiera que sea la veradad sobre la lengua de
Tiwanaku, un recuento de la discusión sobre el origen lingüístico, étnico e histórico de
los constructores de la ciudad de Tiwanaku comienza con Cieza de Leon, el primer
europeo a documentar sus observaciones de esta región, en el siglo XVI. Cieza de Leon
recoge versiones de los aymaristas pobladores de la época señalando que Tiwanaku fue
una modelo y las ruinas de Tiwanaku fueron siempre un lugar sacro dentro del estado
Inca. En el siglo XVII Bernabé Cobo observa, y luego publica, que el nombre aymara
de Tiwanaku es Taypi Qala (La piedra central). Despues de esto Tiwanaku fue
olvidado por los estudiosos y cronistas, posiblemente solo saqueadores lo tengan
frecuentado. Con el adviento de las repúblicas la destrucción y abandono de Tiwanaku
por parte del estado e iglesia bolivianas se dió hasta los primeros decenios del siglo XX.
Miles de piedras de Tiwanaku fueron usadas para construir edificios y templos de las
localidades próximas. En esas circunstancias llega a Bolivia A. Posnansky a quien se
debe mucho de la fama de Tiwanaku. De manera radical, Posnansky lanza su teoría de
Tiwanaku como siendo la cuna de todas las culturas de la América pre-colombina. Sin
embargo según esta teoría los actuales indios aymaras no pueden ser descendientes de
los constructores de Tiwanaku una actitud preconceptuosa, muy del agrado de las
autoridades y élite bolivianas. Como resultado de esto en los textos escolares no se
menciona ni siquiera como remota posibilidad que la inmensa mayoría de amerindios
bolivianos sean los orgullosos descendientes de los constructores de Tiwanaku cuyas
ruinas son reconstruidas en nombre de una discutible restauración.
Kolata sostiene que la razón fundamental del fin del estado Tiwanaku fueron las
variaciones climáticas relacionadas con el recientemente estudiado fenómeno “El
Niño”. Posibles sequías de varios años de duración podrían haber destruido a este
estado altiplánico cuya economía, como de todos los pueblos andinos antiguos, estaba
basada en la agricultura.

Después de la decadencia de Tiwanaku


surgieron otras sociedades aymaras, políticamente organizadas, siendo los más
importantes los reynos Lupaqa, y Qulla. LosIncas sin ninguna distinción
denominaron por Qullas a todos los aymaristas y también todo este territorio junto con
las tierras mas australes pasó a ser el Qullasuyo. Pedro Cieza de Leon acentúa estas
denominaciones denotando por meseta del Collao a la meseta del Titicaca y, también,
denotando por Collas a todos los aymaristas (Cap. XCIX de Crónica del Perú). No hay
consenso sobre la manera en que habría sido la conquista de los territorios aymaras
por el imperio Incaico. Unos sostienen que los incas anexaron pacífica y
respetuosamente a los aymaras para luego asimilar su cultura, una analogía de lo que
los griegos fueron para los romanos. Sin embargo, otros sostienen que hubo cruentas
guerras para la conquista del territorio y estados aymara, y que durante el dominio
inca hubo bastantes rebeliones. Cualquiera que sea la verdad, los incas no consiguieron
imponer el quechua sobre el aymara, por lo menos nó en la meseta del Titicaca. Cerron
Palomino sostiene que en realidad la lengua de los gobernantes Incas era el
Aymara. La expansión del quechua en el Qullasuyu es post-conquista española.
La conquista española del imperio de los Incas se inicia cuando 150 aventureros
españoles supuestamente invitados del Inca Atawallpa lo engañan y lo toman rehén.
Como la sociedad teocrática de los incas atribuía a su gobernante poderes divinos, los
otros líderes del imperio tardaron a comprender la crítica situación de su monarca.
Esta inconsciencia es la única causa que puede explicar razonablemente el porque no
fue movilizado de manera rápida, como correspondía, el poderoso y numeroso ejército
imperial en aras del rescate de Atawallpa. En ese entretiempo de varios meses, entre la
captura y la muerte del Inca, estos pocos españoles fueron capaces de comprender las
pugnas entre la diversidad de pueblos que estaban bajo el dominio incaico y de esa
manera ganar aliados entre éstas naciones que veían a los españoles como sus
liberadores del imperio. Después de matar al Inca, los españoles contando con el
respaldo militar y logístico de millares de nativos, rebeldes al dominio inca, fueron
practicamente invencibles en los momentos decisivos de esta guerra de la conquista.
Bastarían pocos años para que éstos aliados nativos se arrepientan de su fatal error.
Pero ya era muy tarde, el imperio estaba destruido y todos sus pobladores, inclusive
estos aliados, reducidos a condiciones subhumanas. Durante la colonia el status de los
aymaristas y todos los otros nativos fue peor, inclusive, a la de los esclavos africanos
pues éstos últimos tenían algún valor en dinero mientras que la “indiada” se podía
obtener gratis. Millones de aymaristas y otros indígenas murieron, forzados por los
encomenderos que contaban con el consentimiento de las autoridades políticas y
eclesiásticas españolas. Esta matanza alcanzó las mayores cifras en las minas
de Potosí cuya riqueza de plata fue despilfarrada, entre otras cosas, en la llamada
“armada invencible”. Este fue un verdadero genocidio por el que hasta ahora los
descendientes de los antiguos nativos andinos claman una declaración formal de
arrepentimiento y disculpas, tal como aconteció en Brasil en abril del 2000.
Después de la batalla de Ayacucho en 1824, que fue la última de la guerra de
independencia, todos los territorios habitados por los aymaras estaban en el seno del
territorio peruano. Pero un año después, en 1825, líderes de la región del Alto Perú,
motivados por intereses personales y el centralismo limeño, deciden que esta ex-
audiencia se convierta en la nueva república de Bolivia. El lago Titicaca y los
aymaristas fueron separados en dos partes perteneciendo cada una a diferentes países.
Años más tarde estalla la guerra del Pacífico que enfrentó Chile contra Perú y
Bolivia. Como las batallas decisivas de esta guerra estuvieron geográficamente
enmarcadas en los antiguos territorios de los Lupaqas y Qollas se puede deducir la alta
cuota de sangre aymara derramada en esta guerra que ha carecido de cualquier sentido
para el pueblo aymara. Chile ganó esta guerra y con eso conquistó importantes
territorios salitrero/cupríferos de Bolivia y Perú que mayoritariamente eran
poblados por aymaristas. De esta manera intereses ajenos fueron los que los separaron
a los aymaristas en los senos de tres repúblicas diferentes.
La independencia de España, de los países sudamericanos, en poco o nada mejoraron
la condición de los aymaristas y otros nativos. Es más, algunos historiadores sostienen
que su situación empeoró. Hasta recientemente la práctica del pongaje era una forma
sutil de esclavitud en las casas de los ricos gamonales de Bolivia y Perú. Estimativas
actuales sostienen que el 80% de los 1.6 millones de aymaristas estén viviendo en las
ciudades desempeñando actividades económicas informales y periféricas. El 20%
restante vivirían en el medio rural laborando en la pequeña agricultura y pastoreo en
las peores condiciones de miseria. Como los castellano hablantes de las urbes son
intolerantes con las lenguas nativas, un aymarista es forzado a aprender el español y
consecuentemente ocultar su idioma materno hasta a sus propios hijos que por lo
general solo hablan español. Esto resulta en la alta tasa de decrecimiento de los aymara
hablantes que amenaza con la extinción del aymara como lengua viva.
Durante casi todos los años del siglo XX siempre existieron personajes y
organizaciones que se decían representativas de los aymaras. La poca
confianza/entusiasmo que consiguieron despertar es porque los líderes de estas
organizaciones casi siempre abandonaron a sus representados una vez que ellos
obtuvieron beneficios para sí propios. Pese a todo esto, debemos reconocer a algunos
líderes aymara que han realizado un trabajo honesto y entusiasta por la causa aymara.
Las voces de ellos demandando el reconocimiento de la los valores del pueblo aymara,
el respeto por la identidad y lengua, hacen que el “PachaKuti” (tiempo de vuelta) se
transforme de una lejana esperanza en algo factible. Este movimiento que se nota en
muchos documentos y sitios esparcidos por Internet, nos permite afirmar que el
revigoramiento de la lengua y cultura aymara parece tornarse una bella realidad.
Puede ser que esté comenzando un nuevo capítulo en el libro de la historia del pueblo
aymara.

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Cultura aymara
Por J. P. ARPASI | Publicado: 01 dutc enero dutc 1995

Posiblemente el principal aporte cultural de la antigua cultura aymara, a la


humanidad, sea la domesticación de la papa(patata). Cuando los españoles
conquistaron al imperio Inca encontraron a la papa cultivada y consumida en todo el
territorio Inca. Sin embargo, en la meseta del Titicaca, como en ningún otro lugar,
encontraron mas de 200 variedades. Los antiguos aymaras también fueron pioneros en
inventar la técnica de deshidratación de la papa, con fines de almacenaje. Esta papa
deshidratada es obtenida y consumida masivamente hasta los días de hoy y es conocida
como ch’uñu(chuño). Dependiendo del procedimiento particular usado puede tener
otros nombre, tunta, muraya, etc. Esta técnica de deshidratación de la papa es basada
en el aprovechamiento de las condiciones climáticas de los 4000 metros de altura de la
meseta del Titicaca. La papa es expuesta alternada y constantemente, durante 2
semanas, a los quemantes rayos solares diurnos y a los congelantes fríos nocturnos.
Después de la conquista española del imperio incaico, la papa fue rechazada como
alimento por los españoles, por aproximadamente 2 siglos. En algunas partes de
Europa era una planta decorativa. Fue en Irlanda, que no tenía otras alternativas
alimenticias, donde la papa se convierte rápidamente, en alimento exclusivo. Esta
dependencia se manifiesta dramáticamente cuando aparece una plaga que acaba con
cosechas enteras de los Irlandeses. Hasta ahora ellos recuerdan esa calamidad como
la Irish Famine. A partir de la aceptación de los irlandeses, después de los ingleses
(patata inglesa), la papa es aceptada en todo el mundo como un alimento de primer
orden. El término potato, y sus derivados como patata, batata, etc; es de origen
caribeño y fueron los ingleses quienes lo acuñaron.
Las antiguas sociedades aymaras eran necroteístas, es decir cada muerto se convertía
en un Dios que tenía que tener su chullpa. El acabamiento de la chullpa era conforme
la jerarquía del difunto, a mayor jerarquía mejor elaborada la chullpa. Los conjunto de
Sillustani y Cutimbo son ejemplos de sepulcros de la antigua élite de los Collas y los
Lupaqas. Estos vestigios de Sillustani y Cutimbo permiten establecer que los antiguos
aymaras desarrollaron de manera independiente la gran arquitectura de la piedra, con
finos acabamientos y tamaños colosales. Como la construcción de la chullpas, de la
élite, exigía gran precisión, es fácil deducir que instrumentos de metales mezclados
como el bronce eran del dominio pleno de los antiguos Collas y Lupaqas. Además, claro
está, de otros puros como el cobre, oro, etc.
Obviamente en los andes siempre se ha cultivado la música. Pero recientemente se
conoce como música andina a la música cuyo núcleo ejecutor es compuesto por 4
instrumentos: siqu(siku), charango, bombo y quena. El siqu es de origen aymara y
al grupo de músicos que lo tocan/danzan se les conoce como siquris. Esto porque en
aymara -iri es un sufijo quedenota actor/ejecutor, de manera que siquri, en aymara,
significa el tocador/ejecutor de siqu. El charango es de creación posterior a la
conquista española, pues originalmente los instrumentos de cuerda fueron
desconocidos en los andes. Antiguamente eran hechos con la caparazón del armadillo
que en aymara es conocido como khirkhinchu. la mayoría de historiadores sostienen
que el khirkhinchu fue creado en la zona aymara en el siglo XVII.
Hasta los años 60 estos instrumentos fueron rechazados por los pobladores de la urbes
y solo eran tocados por los indígenas en zonas rurales y remotas. A partir de la segunda
mitad de los años 60 la juventud chilena inicia un movimiento político-cultural de
carácter contestatario. Esta actitud toma como símbolo un movimiento musical
denominado de nueva canción o también canción protesta que es exclusivamente
ejecutado por los 4 instrumentos musicales indígenas. Los primeros exponentes de
estanueva canción son Victor Jara, Inti Illimani, Kollawara e Quilapayun.
Posteriormente esta música es difundida y aceptado por estudiantes de los otros países
andinos, especialmente de Bolivia y Perú, que en la época estaban bajo gobiernos
militar/dictatoriales. A comienzos de los años 80 la nueva canción deja a un lado su
mensaje político y es aceptada comercialmente transformándose en música andina.
Ahora existen cientos de grupos practicantes de esta música tratando de alcanzar algún
éxito comercial. En este empeño, es muy frecuente verlos actuando en las plazas y
estaciones de los metros de ciudades europeas y de EEUU. Solo pocos de ellos ven
estos esfuerzos coronados.
Existen muchas danzas de origen aymara. Están clasificadas en dos grupos: danzas
nativas y danzas mestizas. Los orígenes de las danzas nativas se remontan a épocas
anteriores a la conquista española, por lo tanto tienen pocos elementos de origen
europeo. Infelizmente, estas danzas son escazamente aceptadas en las urbes siendo
únicamente practicadas por los aymaras rurales. Ejemplos de éstas danzas: Sikuris,
Pinkillus, Chaqallus, Lawa K’umus, Chuqilas, K’usillos, etc.
Por otro lado las danzas mestizas son las danzas con origen posterior a la conquista
española. Así, poseen elementos aymaras y europeos de manera equilibrada. La mas
conocidas de estas danzas, como la diablada, la tuntuna(tundiqui) y la morenada,
etc.tienen su orígen en Oruro, son ampliamente aceptadas y ejecutadas en los centros
urbanos de la meseta del Titicaca. Su vestimenta, llamada traje de luces, a semejanza
de los trajes de los toreros españoles esta riquísimamente ornamentada por fantasías
haciendo que su adquisición/flete sea a un costo elevado. Una curiosidad es que hasta
la década 50 del siglo XX estas danzas de trajes de luces eran desconocidos en Puno.
Hasta entonces, la fiesta de la candelaria puneña era únicamente celebrada con danzas
nativas.

El idioma de los aymaras


Por J. P. ARPASI | Publicado: 01 dutc enero dutc 1995
El aymara altiplánico, ó simplemente aymara, es un lenguaje andino
hablado por un millón y seiscientos mil personas, en las proximidades del
lago Titicaca. Más precisamente, según los últimos censos de Bolivia y Chile (1992) y
del Perú (1993) existen 1.237.658 aymaristas bolivianos, 296.465 aymaristas peruanos
y 48.477 aymaristas chilenos. También existen varias comunidades de las provincias
argentinas de Salta y Jujuy que se autoproclaman aymaristas aunque no hablen esta
lengua. El aymara altiplánico tiene dos lenguas hermanas: el Kawki y el Jaqaru,
ambos hablados, todavía, en algunas provincias serranas de Lima. Desde el siglo XIX
algunos estudiosos como Antonio Raymondi, Sebastian Barranca y Julio C.
Tellosospecharon de un parentesco entre estas tres lenguas. Fueron los trabajos
lingüísticos deMarta J. Hardman, durante los años 60 del siglo XX, que
confirmaron plenamente esta conjetura. Hardman mostró que el aymara altiplánico, el
jaqaru y el kawki son miembros de una misma familia lingüística a la que ella
denomina de familia jaqi. Por otro lado,Alfredo Torero denomina a esta familia
de aru. Recientemente, Rodolfo Cerron-Palomino propone que la denominación
de esta familia sea aimara. El argumento de Cerrón-Palomino es la necesidad de
nomenclatura simétrica con respecto a la familia lingüística quechua, donde nombres
como simi no fueron aceptados. En estos primeros años del siglo XXI, de acuerdo a la
información que poseemos y con mucha aflicción, podemos decir que el kawki puede
estar extinto; mientras que el jaqaru, con base en Tupe(Yauyos), se debate en la
lastimante agonía de ser hablado por unas pocas millares de personas tupinas, casi
todos ellos viviendo en la ciudad de Lima. Esto hace prever que en una o dos
generaciones el jaqaru, segundo miembro de la familia aymara, también pase a
pertenecer a la clase de las lenguas extintas.
Por otro lado, la teoría de un posible origen común, una
misma lengua madre, del aymara y el quechua parece estar quedando sin validez. R.
Cerrón-Palomino, M. J. Hardman, entre otros, señalan que el error fundamental de los
partidarios del quechumara (Orr y Longacre), como es denominada esa supuesta
lengua madre común, es que sus argumentos están basados solamente en la
comparación del aymara altiplánico y la variedad del quechua cuzqueño-boliviano y no
de todas las familias de ambos lenguajes. Es plausible que conjeturar alguna teoría a
este respecto tiene que ser un resultado de considerar las familias lingüísticas, con la
mayor completitud posible, de ambos lenguajes como son el Quechua I (Huayhuash) y
Quechua II(Huampuy) y todas sus sub-familias diseminadas en Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia y Argentina así como a la familia jaqi ó aru ó aimara y sus
lenguajes/dialectos aymara(altiplánico), kawki y jaqaru. Esto llevaría a la
reconstrucción hipotética del proto-quechua y del proto-aymara que, según parece,
están a buena distancia de un origen común.

El primer estudio gramatical y lexical del lenguaje aymara fue


hecho por el jesuita italiano Ludovico Bertonio, a finales del siglo XVI, mientras
cumplía su misión en Juli(Chucuito, Puno).Bertonio estudió al aymara usando
como referencia a la gramática latina. Durante los cuatro siglos siguientes a Bertonio
los otros estudios del aymara continuaron a tener como marco de referencia a los
modelos gramaticales indoeuropeos. Se considera al trabajo deEllen Ross, en 1963,
como el primer estudio del aymara usando conceptos de la lingüística moderna,
sacudida de los defectos de los anteriores estudios. Posterior a Ross aparece el equipo
de lingüistas de la escuela de Floridabajo la dirección de M. J. Hardman. Todos los
estudiosos de la lengua aymara reconocen que los resultados de esta escuela son de los
más importantes hasta ahora conocidos.
La representación alfabética del lenguaje aymara ha merecido más de 30 propuestas
diferentes, a comenzar con la del propio Bertonio. Buena parte de estos sistemas
fueron inadecuados para la realidad fonémica del aymara. En los años 60′s el profesor
bolivianoJuan de Dios Yapita, un aymara hablante miembro de la escuela de
Florida propone el alfabeto sobre el cual está basado el actual alfabeto unificado
ó único. Este alfabeto tiene carácter oficial, reconocido por Decreto Supremo DS-
20227 del 9 de mayo de 1984 por el gobierno boliviano y también por Resolución
Ministerial RM-1218 del 18 de Noviembre de 1985 por el gobierno peruano. En Chile es
reconocido como el grafemario aymara. Este es un alfabeto fonémico con 26
consonantes y 3 vocales (Figura izquierda).
De acuerdo a la categorización clásica de las lenguas; inflexivas,
aglutinantes yaisladoras, el aymara es una lengua aglutinante. Mientras que de
acuerdo a la clasificación moderna que tiene una escala contínua desde
lenguajes analíticos hasta los lenguajes sintéticos, el aymara está en la zona de los
lenguajes sintéticos. Una otra característica del aymara es su sistema de cuatro
personas gramaticales. El carácter aglutinante aymara se debe a las propiedades de sus
dos clases morfológicas fundamentales: raíces (verbos, sustantivos, adjetivos)
y sufijos. Las raíces verbales y los sufijos son elementos morfológicos sin ningún
significado por si mismos. Mientras que combinando adecuadamente estos elementos
morfológicos se puede expresar cualquier tipo de ideas. Para el profesor
boliviano Iván Guzmán de Rojas, atrás de las reglas de esta combinación de sufijos
existe dos estructuras independientes; una estructura lógica y una estructura
algebraica. La estructura lógica sería la trivalente propuesta por J.
Lukasiewicz durante las primeras décadas del siglo XX. Mientras que la estructura
algebraica sería específicamente la de los anillos de enteros módulo-3 (Z3).
Comprobadamente el aymara posee más de 200 sufijos propios y prestados. M. J.
Hardman calcula que combinando adecuadamente sufijos y raíces verbales se puede
alcanzar hasta 363.394.720 formas verbales diferentes.
Como la educación oficial en Bolivia, Perú y Chile es en español y considerando que
esta educación monolingüe no es de las mejores, mal se puede esperar una educación
bilingüe castellano/aymara ó castellano/quechua. Sin embargo existen instituciones y
ONGs que vienen difundiendo el lenguaje aymara oral y escrito por fuera de medios
oficiales. En ésta labor se destaca radio San Gabriel de La Paz perteneciente del
arzobispado de Bolivia y que cuenta con apoyo financiero español. Su programación
diaria de 15 horas es integralmente en aymara y contiene programas de alfabetización y
difusión de la cultura aymara. Todo esto junto con la edición y publicación de textos
básicos escritos en aymara. Otro centro destacado, y con mayor rigor académico, es el
Instituto de la Lengua y Cultura Aymara (ILCA), también ubicado en La Paz, es
dirigido por el renombrado profesor y lingüista aymara Juan de Dios Yapita. Posee
importantes publicaciones sobre gramática y sociología aymara. Finalmente debemos
mencionar el brote de diccionarios aymara en Internet, siendo el mas importante la
publicación del Vocabulario completo de Bertonio en lenguandina.org.

Qullasuyu por siempre


Por ADMINISTRADOR | Publicado: 01 dutc agosto dutc 2002

Carlos Mamani Condori


Para los pueblos indígenas, sometidos a dominación colonial, fue muy difícil guardar
memoria de su pasado, estigmatizados como neófitos por la ideología colonialista, ¿qué
valor podrían tener sus conocimientos? La memoria, el conocimiento fueron
desvalorizados como superstición, materia prima para la hechicería y por tanto objeto
de extirpación; todo recuerdo de libertad debía ser extirpado en beneficio de la
colonización.Así hoy el estudio del pasado indígena, durante su era de libertad y
soberanía, está sometido a la re lectura de crónicas escritas por los mismos
conquistadores; sin embargo en la oscuridad del tiempo pasado es posible vislumbrar
algo de luz, los pocos indios que aprendieron la escritura dejaron testimonio de una
memoria guardada y cultivada en función de la vida social y política de los Andes.
Don Joan Santa Cruz Pachacuti S. nativo del Qullasuyu, en su Relación de
antiguedades deste reyno del Piru., refiere cinco edades, de las cuales las primeras
pueden ser consideradas míticas y las tres históricas:
1. Ccallac pacha (qallaq pacha). El tiempo del principio, del empiezo, comienzo, el
orígen.
2. Tutay pacha. El tiempo de la oscuridad, del que no existe memoria.
3. Purun pacha “y como cada uno cogieron lugares baldíos para sus beviendas y
moradas”, es el tiempo de la inocencia, de la pureza, el primero que corresponde a la
cultura, de apropiación de los espacios territoriales, la industria.
Juan Santa Cruz Pachakuti, el cronista del Qullasuyu, a quien debemos esta
periodización, rememora como las naciones que posteriormente conformaron el
Tawantinsuyu “benieron de hazia arriba de Potosí” en un estado de guerra tribal
“tomando los lugares, quitándose cada uno de las compañías en los lugares baldíos”
(Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui 1993:f3, p187).

4. Awqa pacha. “cadal día abía gran falta de tierras y lugares, y como no abían, cadal
día abian guerras y discordias que todos en general se ocupavan hazer fortalezas y assi
cadal día an abido encuentros y batallas sin aber la paz en este tiempo combates y
guerras injustos, que los unos y los otros estavan jamás seguros, sin alcansar quietud”
(Pachacuti Yamqui 1993:f3, p187-188).
5. Inka pacha. Durante el tiempo de guerras apareció Tunupa, que favoreció a un
cacique llamado Apo Tampo, del que fue descendiente Manco Capac, el primer inka
(Pachacuti Yamqui 1993:f6, p193-194). En la relación del cronista la identificación de
Tunupa con Santo Tomás no importa mucho, sino la periodización y la significación
que tiene en ella la formación del Tawantinsuyu. Fue Manco Capac, casado con su
hermana Ypa Mama Uaco que “assi comensó poner leyes morales para el buen
gobierno de su gente, conquistándoles a los ynobedientes muchas provincias y
naciones del Tawantinsuyus”, no todos fueron absorbidos con violencia sino que
también “Benieron ellos mismos de sus bellas gracias con presente ricas” (Pachacuti
Yamqui 1993:f9, p197).
El tiempo histórico, de los inkas además de caracterizarse por la Ley y el órden,
también lo fue por la pluralidad étnica “Y assi que los bestidos y traxes de cada pueblo
fuesen deferente, como en hablar, para conocer porque en este tiempo no echavan de
ver y conocer a los yndios qué nación o que pueblo eran y para que más sean conocidos
los mandó que cada provincia y cada pueblo se escogiese o hiziesen de donde
descienden o de donde vinieron” (Pachacuti Yamqui 1993:f8v, p.198). Esta es la
memoria del pasado libre que, durante los tempranos años coloniales, quedó
testimoniada por los pocos indígenas que lograron algún dominio sobre la escritura.
Sin embargo, ¿qué ocurrió despues? Y ése después es un largo período que se extiende
en el país desde el año de 1538 hasta 1952, 414 años de existencia colectiva bajo una
abyecta condición de servidumbre, donde la luz del conocimiento a través de la lectura
de textos, obviamente en idioma español, estaban penados con la extirpación de ojos, y
la libertad de movimiento con la cortadura de tendones. El año de 1538 es el año de la
invasión y conquista española del Qullasuyu y 1952, es la revuelta indígena que socaba
profundamente las bases de un Estado asentado en el pongueaje y lo obliga a su vez a
conceder una ciudadanía formal a los indios, que poco antes eran considerados poco
menos que bestias. La concesión de la ciudadanía supuso la puesta en marcha de una
política de asimilación, cuyo principal instrumento debía ser la escuela, a través,
primero de la alfabetización y luego de la aculturación. La asimilación pasaba y pasa
por el aprendizaje de la historia de la Gesta Colonizadora, la admiración al heroísmo de
los Pizzarro, Valverde y Almagro, la universalización de la religión crisitiana, la
civilización occidental, etc.; y todo en idioma español. Así el retroceso a un estado de
obscuridad fue más que real “Tutay pacha”. Sin embargo, la necesidad de natividad que
requería el “proyecto de construcción nacional”, pasaba por la adopción de la historia
indígena de resistencia, especialmente de los movimientos anticoloniales de 1780-1781,
historia que no tiene relación con la realidad política y social actuales. Con esta
invasión de “conocimiento” prestado qué quedaba, ¿qué podía quedar en la memoria
colectiva indígena?, otra vez se patentizaba el acto de extirpación, esta vez a través de
la ilustración y la modernidad contra lo indio, calificado como tradicional e incluso
retrográdo, entonces la palabra cultura se convirtió en sinónimo de español y
costumbres criollo mestizas.

En la perspectiva indígena el colonialismo fue el retorno forzado al tutay pacha, al


tiempo de la oscuridad.

Sin embargo, el colonizador en su obra de destrucción y barbarie no pudo percatarse


de las formas y técnicas de recopilación y conservación de la memoria, hasta ahora se
ha sostenido que fueron los kipu, un registro mnemotécnico contable y se creía que era
la única forma de registro. Gracias a la perspicacia de Pedro Cieza de Léon, sabemos
que los inka.

“Tuvieron en tanto sus memorias que muerto uno destos señores tan grandes no
aplicava su hijo para si otra cosa que el señorío, porque era Ley entre ellos que la
riqueza y aparato real del avìa sido rey del Cuzco no lo oviese otro en su poder ni se
perdiese sus memoria; para lo qual se hazía un bulto de mantas, con la figura que ellos
ponerle querían, al qual llaman el nombre del rey ya muerto y salían estos bultos a
ponerse en la plaza del Cuzco quando se hazían sus fiestas en rededor de cada bulto
destos reyes estaban sus mujeres y criados y benían todos, aparejándole allí su comida
y bevida pórque el demonio devía de hablar en aquellos bultos, pues que esto por ellos
se usva. Y cada bulto tenía sus truhanes o desidores questavan con palabras alegres
contentando al pueblo; y todo el tesoro quel señor tenia siendo bivo, se estava en poder
de sus criados y familiares/ y se sacaba a las fiestas semejantes con gran aparato; sin lo
cual no dexavan de tener sus “chacras” ques nombre de heredades, donde cojían sus
mayzes y otros mantenimientos con que se sustentavan las mugeres con toda la demás
familia destos señores que tenían bultos y memorias aunque ya eran muertos” (Cieza
de León: 1985: 28-29).

Los bultos no fueron solo privativos del inka, sino una práctica generalizada en los
pueblos de Los Andes, así hasta ahora los ayllus del Qullasuyu, los conservan, como
repositorio de conocimientos, saberes y testimonios. Son las autoridades jilaqatas y
mallkus que se ocupan de su resguardo y yatiris especializados se ocupan de su
interpretación.

¿Cuál es el peso de un pasado del que no se guarda memoria?. Expresado de otro


modo, ¿qué peso puede tener la memoria oral indígena frente a la memoria escrita? En
un país como Bolivia, donde las relaciones coloniales se mantienen intactas, la
memoria escrita autoidentificada ella misma como “historia” ha tenido un peso
opresivo, cual es el de legitimar una realidad, un órden eminentemente colonial como
normal, e incluso como nacional. Esta historia, a diferencia de su definición filosófica
como sinónimo de libertad en un proceso continuo de cambios, es en verdad una
narrativa perversa, cuyos objetivos son: el olvido de la identidad, los derechos y la
libertad por los pueblos indios.

La reconstrucción de la historia indígena, ineludiblemente pasa por la consideración


de políticas coloniales aplicadas por los reinos de España y por la república criolla. La
primera concibió un orden con pueblos nativos subordinados, en su nueva condición
de indios a la casta de colonizadores europeos y la segunda se concibió como república
libre de indios, para ello solo esperaban su desaparición lenta y gradual, incluso
fecharon el año de 1878, como el inicio defintivo de tal proceso (Censo General de la
República de Bolivia 1900: 35-36). Durante el colonialismo español, al menos en sus
años inciales, la política de aculturación de la élite indígena dió como resultado una
evidente preocupación por parte de los mismos en dejar testimonio escrito de su
pasado, ellos fueron: Garcilaso de la Vega, Felipe Guaman Poma de Ayala y Joan Santa
Cruz Pachacuti Salcamguaygua, Este destello de luz se apagó prontamente, la mayoría
indígena tendría solo noticias referenciales a fines del siglo XX

La asimilación, como política de Estado, fue iniciada recien a los 127 años de
independencia (1825) a través de la escuela cuyos programas y contenidos
adoctrinaban a los indios en una nueva identidad, que tenía la virtud retórica de
desindiar a todo un colectivo acostumbrado a fuerza de látigo a pongear(palabra
andina que refiere servilismo).

Esta situación fue inédita y llena de emociones para los indios, denominativos como
“compañero” y ciudadano resonaron en todos los rincones del país indio, entonces de
pronto los indios, en especial las comunidades cercanas a los centros urbanos tuvieron
que asumirse mistis, incluso blancos!. Sin embargo como la odiada y temida indiada,
cuya imágen fantasmagórica aún resonaba con sus japapeos(grito de guerra india) en
el imaginario criollo/mestizo, la asimilación y la concesión de la ciudadanía no pasaron
de ser una fórmula que rápidamente se convirtieron en pongueaje político prestamente
controlada y administrada por los sindicatos camapesino y el partido de gobierno, el
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).

Mientras esto ocurría desde la perspectiva del Estado boliviano, la sociedad indígena
enfrentaba una crisis de transición en su desindianización, su identidad se debatía
entre formar parte de la nación boliviana como hermano campesino y/o continuar
manteniendo su identidad. Fue en esta coyuntura que el año de 1976, el jóven Juan
Condori Uruchi escribió “Los aymaras somos todo un pueblo”, y no solo clase; fue el
comienzo de un proceso de autoidentificación y de enfrentamiento a la absorción hacia
la “nación” boliviana. Lo de Juan Condori Uruchi puede considerarse también como el
advenimiento de un nuevo ciclo que se caracterizó por el pensar propio.

De la asimilación, administrada a través de la educación, surgió una primera


generación de indios alfabetos, la mayoría en la profesión de abogados, que se animó a
pensar de manera distinta al catecismo nacionalista. La lectura de algunos textos de
épica indígena, especialmente los referidos a las rebeliones anticoloniales,
constituyeron el acelerador ideológico inicial que dieron lugar a la formacion de grupos
como 15 de Noviembre, el Movimiento Universitario Julían Apaza y el Mink’a.

El surgimiento de la historiografía india/aymara fue parte de este proceso, sus aportes


realizados tanto en forma individual como colectiva, estuvieron orientados por el
objetivo de escribir la historia de resistencia y lucha contra el colonialismo; sin
embargo, el interés no era meramente historiográfico, sino de carácter teórico, por
cuanto su comprensión no solo beneficiaba al conocimiento sino también a la
formulación de una acción política que apunte a la descolonización. Uno de los
principales iniciadores, Roberto Choque Canqui, partió básicamente de la duda
respecto a una narrativa, desde todo punto de vista extraña, incluso a nuestra
fisonomía. Existía alguna veracidad en la paternidad de la “patria boliviana”,
personificada por los generales venezolanos Simón Bolivar, José Antonio de Sucre y
toda su cohorte de mártires criollos. Para probar fue requisito desarrollar un trabajo
empírico en los archivos, el rastreo no de la historia indígena, sino de la historia criolla
de la gesta. Esta preocupación se plasmó en una obra aún inédita La situación social y
económica de los revolucionarios del 16 de julio de La Paz, (1979) . La revisión
emprendida por Choque situó en toda su magnitud colonial a los héroes del catecismo,
impuesto a los indios a través de la escuela. Retrocediendo a los primeros años de la
colonización, en su partida hacia el Antisuyu el Inka Mango dejó dicho a su pueblo: “Lo
primero que hareís, será que a estos barbudos que tantas befas a mí me an hecho, por
me fyar yo dellos tanto no les creaís cosa que os dixieres, porque mienten mucho..”
(Titu Cusi Yupanqui 1570/1992:51). Así la duda fue el principio de la reconstitución de
la memoria indígena, de la historia del Qullasuyu que ha constituido la plataforma de
un proceso que hoy se expresa en manifestaciones nacionales por la
libredeterminación: el Qullasuyu otra vez y para Siempre!

A Roberto Choque correspondió aperturar un camino y el curso hacia la reconstitución


ha correspondido a una generación de historiadores, principalmente aymaras, cuyo
esfuerzo constante se plasma en aportes fundamentales para la restauración del
Qullasuyu. Sus componentes: María Eugenia Choque, Esteban Ticona, Waskar Ari,
Germán Choque Condori conforman un colectivo de investigadores cuyo objetivo es
establecer las bases de una memoria que permita el salto al futuro, al pachacuti
(cambio de mundo), al Qullasuyu libre y re establecido.

La memoria indígena se construye con registros propios, con registros escritos por
españoles e indios ladinizados, la construcción de esta memoria es la historiografía
aymara, que siempre se orientará hacia la restitución de derechos hacia el pachakuti, el
retorno. El mismo Inga Mango, al partir hacia Willkapampa dejó dicho:

“Ya me parece se ba haziendo tienpo de partirme a la tierra de los Andes, como arriva
os dixe, y que me sera forzado detenerme allá algunos días. Mirad que os he dicho y
pienso dezir agora ques/ que mireis quanto tienpo a que mis aguelos e visaguelos e yo
os hemos sustentado y guardado, favorecido y gobernado todas vuestras casas,
probeyendolas de la manera que abeis abido menester, por lo qual teneis obligasción
de no nos olvidar en toda vuestra vida, vosotros y vuestros descendientes, ansy a mí,
como a mis aguelos y visaguelos y tener mucho respeto y hazer mucho respeto y hazer
mucho casso de my hijo y hermano Titucusy Yupangui…” (Titu Cusi Yupanqui
1570/1992: 50)

La esperanza siempre de la restitución, en la retirada del Inka hacia Willkapampa, de


los caciques y mallkus que una y otra vez enfrentaron al colonialismo, fundando,
refundando una y otra vez el Tawantinsuyu. Fue Rimimaki en el Altiplano puneño,
luego Eduardo Nina Quispe, que presidió la República de Qullasuyu? Así en toda la
primera mitad del siglo XX el sueño de la restauración fue la idea que impulsó sueños
de libertada y llevó a extremar esfuerzos en la defensa del ayllu y el territorio contra la
última ola de colonización, esta vez bajo el liderazgo gamonal peruano o boliviano.
Despuntando el siglo XXI, el camino es retomado desde el Qullasuyu hacia la
reconstitución y a la restitución, el movimiento de ayllus, de mallkus ha dado la señal
inicial, refundar el país a través de una Asamblea Nacional Constituyente. Y, en el
pensamiento refundar no es más que reconstituir el Qullasuyu otra vez y para siempre!
Chukiyawu, agosto de 2002

22 años de lingüística aymara


Por ADMINISTRADOR | Publicado: 10 dutc marzo dutc 2010

Juan de Dios Yapita *


En 1965, las doctoras Julia Elena Fortún y M.J. Hardman-de-Bautista fundaron
el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos, INEL, en La Paz, Bolivia, dependiendo
de la Dirección de Antropología del Ministerio de Educación y Cultura . El INEL
iba a hacerse cargo de la formación de recursos humanos en el campo de la lingüística,
contribuyendo así con nuevos conocimientos al sistema nacional de educación, para
poder derribar las barreras lingüísticas que existen en Bolivia.
El setenta y cinco por ciento de la población boliviana es aymara, quechua, o pertenece
a otras etnias originarias. La educación se imparte exclusivamente en español en
Bolivia, sin considerar a los idiomas indígenas y, debido a ello, existe una
discriminación social, económica y racial. El INEL trabajaría para dar solución a los
problemas de comunicación, para promover un mejor entendimiento entre las
distintas capas sociales que constituyen la población boliviana.

Una vez fundado, el INEL abrió sus puertas a los estudiantes. El primer grupo de 180
alumnos estaba formado totalmente por profesionales, casi todos ellos educadores. Los
cursos se dividieron en dos partes: la primera parte consistió en el estudio de la
lingüística general a nivel de graduado y la segunda parte consistió en cursos de
especialización. Los cursos fueron impartidos por la Dra. Hardman, una lingüista
antropóloga que llegó a Bolivia de la mano del programa Fulbright con la misión de
formar a recursos humanos en lingüística en Bolivia. En 1966 y 1967 por primera vez
tuvieron lugar en Bolivia estudios de lingüistica científica, inaugurándose así una
nueva etapa en el estudio de las lenguas nacionales de Bolivia.

En 1968, el autor de este texto presentó un alfabeto fonémico del idioma aymara y lo
adoptó para producir todo tipo de textos escritos en lengua vernácula. Conservando la
estructura lingüística del aymara, se utilizó la letra x para representar el fonema
postvelar fricativo, mientras que las dobles comillas (“) se añadieron detrás de ciertas
consonantes para indicar la aspiración. Inicialmente se pretendió introducir la letra z
como modo de evitar usar el digrafo ch, pero hubo que renunciar a la idea para evitar
posibles confusiones con la letra z del alfabeto español.

El alfabeto fonémico refleja el verdadero sistema fonológico del aymara. Sin embargo
encontró oposición debido a que aún no existe en Bolivia una conciencia idiomática. La
mayor oposición provino de aquellos que se dedicaban a la traducción de la biblia al
aymara, pero esta oposición ha ido cediendo gradualmente.

La mayoría de graduados del INEL salió al extranjero para completar sus estudios de
especialización. La lingüística es la ciencia que estudia el lenguaje humano. Nosotros,
los egresados del INEL nos preparamos para la enseñanza en distintas areas: algunos
en aymara, otros en quechua, algunos en español y otros en lenguas extranjeras. Los
que regresaron a Bolivia empezaron a crear cursos de lingüística básica y cursos de
quechua y aymara como segunda lengua para hablantes monolingües en español y
otros. El INEL impartió cursos de aymara en la Alianza Francesa y, bajo los auspicios
de la Casa de la Cultura, en lo que hoy es el Museo de Etnografía y Folclore (MUSEF).
Se impartieron otros cursos de fonología aymara para maestros de escuelas rurales.

En 1967, dos graduados de los cursos de lingüística del INEL, la profesora Eustaquia
Terceros y el autor, viajamos al Perú para participar en un programa de educación
bilingüe bajo el auspicio de la Universidad de San Marcos, en el pueblo de Quinua, al
pie del monte Kuntur Kunka en Ayacucho.

En 1968, en el Departamento de Lenguas de la Universidad Mayor de San Andrés


(UMSA) de La Paz, dirigido entonces por el profesor Luis Carrasco, el autor preparó
materiales de enseñanza en aymara y la profesora Terceros preparó materiales de
enseñanza en quechua, que se utilizaron para enseñar a grupos de estudiantes
universitarios y otras personas interesadas. Ese mismo año, se impartieron cursos de
aymara continuamente en la Casa de Cultura bajo la responsabilidad del INEL. Los que
somos especialistas en aymara llevamos a cabo el trabajo en esta lengua.

El año 1968 es un hito en la lingüística aymara porque en tal año el aymara empezó a
enseñarse usando métodos lingüísticos y era la primera vez que una persona de etnia
aymara enseñaba el idioma.

Hasta entonces la presencia del idioma no había sido una fuerza contra la que lidiar. El
que susbribe recuerda una época de transición: el aymara empezaba a impartirse de
forma metódica al igual que se hacía con otras lenguas en instituciones de enseñanza
superior. El primer curso impartido en la Casa de la Cultura tenía más de 30 alumnos,
hombres y mujeres de profesiones diversas. Este primer curso aymara tuvo un
comienzo de éxito y era alto el interés de los alumnos por aprender.
En una ocasión, en el momento en que yo hacía repetir a los alumnos las frases de un
diálogo, una persona, que nada tenía que ver con el curso pero que había entrado a
observar, interrumpió la clase y dijo:

A. “¡Así no se saluda en aymara!” (en ese momento yo estaba enseñando cómo


saludarse unos a otros)
B. “Bueno ¿y cómo saluda a alguien en aymara?” (respondí)
A. “En aymara se dice Dios aski ur churätam”
B. “Dios aski ur churätam – Tampoco es aymara eso. Es una traducción del español
al aymara.”
A. “Entonces debe usted estar enseñando un aymara nuevo.”
B. “Si lo prefiere así.”
El caballero salió de la clase y volvió momentos después diciendo: “lo felicito, continue
con su lección.”

Esto es lo que sucedió durante una primera clase de aymara. Al oir este tipo de
observación, el autor se dijo a sí mismo, “entro en una jungla lleva de espinos y
serpientes, pero abriré un nuevo camino.” Con esto pretendía decir que, en el futuro, la
enseñanza del aymara llegaría a ser una especialidad y los hablantes nativos de la
lengua serían los que la impartirían.

Ese mismo año varios hablantes de aymara fuimos invitados a enseñar aymara a
estudiantes norteamericanos en los Estados Unidos. Para salir de Bolivia teníamos que
demostrar que estábamos al día con nuestros impuestos. En una oficina del gobierno
tuvo lugar la siguiente conversación. Se usa invariablemente el tratamiento familiar, lo
cual muestra un tono irrespetuoso.

A. “¿A dónde vas?”


B. “Voy a los Estados Unidos”
A. “¿A qué vas a los Estados Unidos?”
B. “Voy a enseñar aymara”
A. “¿A enseñar aymara?”
B. “Así es.”
A. “Bueno. Dime cómo se dice ‘capitán’ en aymara”
B. “‘Capitán’ en aymara… no lo sé”
A. “Si no sabes decir ‘capitán’ ¿cómo vas a ir afuera a enseñar? Te enseñaré como se
dice. Se dice Kallach patar kimsa warawaran ichxatt’ata. (encima del hombro, tres
estrellas) Ahora ya sabes.”
Los ejemplos narrados muestran claramente una total falta de respeto hacia los
hablantes de aymara. Algunos hispanohablantes se toman la libertad burlarse y de
criticarlos a un nivel lingüístico. Pero al mismo tiempo está claro que las personas que
se preparan científicamente en un campo concreto tienen la confianza y la competencia
necesarias para triunfar sobre lo adverso.

Entre 1969 y 1972, la Dra. Hardman, en calidad de directora del Programa de


Materiales para el Idioma Aymara (Aymara Language Materials Programa) y como
profesora de antropología lingüística en la Universidad de Florida, invitó a dos
bolivianos, a Juana Vásquez y al que esto escribe, para que participáramos en un
equipo de especialistas con vistas a la preparación de materiales en aymara, como el
Aymar Ar Yatiqañataki, un curso de aymara; el Manual del Profesor, para explicar el
material del curso y el Aymara: Compendio de Estructura Fonológica y Gramatical,
una gramatica de referencia que complementaría a las primeras dos obras.

Mientras participaba en la preparación de los materiales, el que suscribe empezó a


publicar boletines de noticias en aymara por vez primera en en Aymara Newsletter
(boletín aymara), editado posteriormente por Juana Vásquez. El boletín fue enviado a
todas las universidades bolivianas, que respondieron con cartas de aliento y aprecio.

En 1970, también por vez primera, el Instituto Lingüístico de la Universidad de Ohio,


en los Estados Unidos, publicó otro boletín aymara que se distribuyó a todos los
miembros del instituto, que procedían de distintos países. El boletín se distribuyó
también en el Congreso de Americanistas que tuvo lugar en Lima. De este modo, el
boletín empezó a distribuirse internacionalmente.

En 1972 se implementó en Tiwanaku un curso en lectura y escritura en aymara, que fue


organizado por promotores del desarrollo rural de la región, entre los que cabría
distingur a Vitaliano Huanca Torrez. De los más de 30 hombres y mujeres que
tomaron parte en este curso, muchos continuan trabajando en favor de la promoción
del idioma y cultura aymaras, y algunos trabajan en instituciones dedicadas a la
investigación y el desarrollo en Ciencias Sociales.

Ese mismo año se fundó en La Paz el Instituto de Lenguaje y Cultura


Aymara(ILCA) mediante la Resolución Ministerial 1300/72 como institución cultural
privada, con los siguientes objetivos:
 Enseñar aymara como segunda lengua a personas no hablantes del idioma.
 Enseñar a los aymarahablantes a leer y escribir en aymara, de modo que en el
futuro escriban su propia historia, en su idioma propio, en textos para niños
aymarahablantes, jóvenes y adultos.
 Preparar profesores para la educación bilingüe, con cursos sobre las siguientes
materias:
 Lingüística general.
 Gramática aymara: fonología, morfología, sintaxis, semántica
 Sociolingüística
 Antropología cultural
 Educación bilingüe
 Preparar materiales para impartir los cursos mencionados y para enseñar
aymara a todos los niveles.
 Publicar periodicos y otros materiales en Aymara (mitos, narraciones históricas,
cuentos, poemas, etc.)
También se pensó preparar materiales en español para enseñarlo como segunda
lengua.

Los fundadores del ILCA fueron Pedro Nacho A., Pedro Copana Y. y yo mismo, su
actual director. poco después de su fundación, el ILCA organizó un breve curso en
lectoescritura aymara en el YMCA de La Paz. Los participantes eran todos
aymarahablantes. Recibieron certificados de asistencia despues de superar una severa
prueba final.

En 1973, el equipo de desarrollo de los materiales en aymara de la Universidad de


Florida junto con estudiantes de aymara de esa institución se unieron para establecer
la Aymara Foundation, Inc. (Fundación Aymara), una organización privada con fines
no lucrativos cuyo objetivo es dar cobertura a instituciones que promueven el idioma y
cultura aymaras en Sudamérica (Perú, Bolivia y Chile).

En 1979 se creó en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) un programa


importante en Lingüística y Lenguas, con un énfasis especial en quechua y aymara. En
este momento el programa tiene unos 50 alumnos y algunos estudiantes ya se han
graduado. Se espera que en años futuros los graduados en lingüística quechua y
aymara imprimiran un nuevo rumbo al sistema nacional de educación, especialmente
en lo que a educación bilingüe se refiere, ya que en Bolivia hay una gran necesidad de
estos especialistas.

Publicaciones
Durante muchos años, el ILCA ha venido publicando un boletín en aymara llamado
Yatiñasawa (“debemos saber”). Se trata de un medio de comunicación de masas en
lengua aymara. Hasta hoy es la unica publicación periódica unicamente en aymara.

El contenido del periódico es informativo y cultural, escrito para aymarahablantes que


ya saben la lengua. Su publicación en aymara es un reto para los editores aymaras dado
que, escribiendo sobre cualquier tema en aymara, los aymaristas se ven obligados a
reflejar las profundas diferencias entre las estructuras de los idiomas español y
aymara. Los responsables de la publicación son conscientes de que es necesarion
mantener altos niveles de excelencia y mejorar sus textos con cada nuevo número, de
forma que leer aymara se convierta en una experiencia agradable y edificante.

Yatiñasawa fue publicada inicialmente por el autor en la Universidad de Florida,


continuandose posteriormente la publicación en Bolivia. Llega a cientos de lectores en
Bolivia y se envia a universidades de Europa, Norte y Sudamérica, asi como a
universidades bolivianas, centros de enseñanza y las bibliotecas de instituciones
culturales. Los estudiantes de aymara lo emplean como material de aprendizaje en la
UMSA y en ciertas escuelas secundarias. También lo utilizan los hablantes de aymara
para practicar la traducción aymara-español.

Existe cierto número de obras sobre lingüística aymara. Los lingüistas que más han
contribuido al respecto son la Dra. M.J. Hardman y la Dra. L.T. Briggs. También hay
que mencionar el estudio Desarrollo del Alfabeto Aymara, por Felix Layme Pairumani
(1980), una constribución muy positiva a la lingüística aymara.

Tres mujeres aymaras han aportado sus ideas a la producción literaria en aymara. Se
trata de Juana Vásquez, Bertha Villanueva y Basilia Copana Yapita. Como ya se ha
indicado previamente, la primera participó en la preparación de materiales de
enseñanza en la Universidad de Florida. Las otras han aportado sus poémas y relatos
en aymara a Yatiñasawa.

En la actualidad el ILCA trabaja incansablemente en la producción de contenidos en


aymara. Es importante resaltar que en los últimos años ha preparado a cientos de
aymarahablantes en la lectoescritura de su lengua. Desde 1965 hasta hoy, los estudios
aymaras y la producción literaria han progresado, ganando respeto para la lengua y
cultura aymaras dentro de un marco temporal de 22 años.

Sociedad República del Collasuyo


Por ADMINISTRADOR | Publicado: 10 dutc marzo dutc 2010
Roberto Choque Canqui
Antes de crear una institución propia de los aymaras quechuas, los caciques,
apoderados y otros representantes de las comunidades de toda la República de Bolivia,
desde 1912 protagonizaron una lucha incansable, tanto individual como
colectiva contra los usurpadores de tierras comunitarias, los abusos cometidos por las
autoridades locales y los vecinos de los pueblos rurales.

Los caciques principales que han destacado por su lucha, entre 1912 y 1933,
fueronSantos Marka T’ula, Faustino Llanqui,Marcelino Llanqui, Dionisio
Paxipati,Francisco Tancara, Mateo Alfaro yRufino Willka. Estos además de
defender las tierras comunitarias, buscaban la instalación de escuelas indígenas en sus
comunidades.
Entre los propugnadores de creación de escuelas se distinguió Marcelino Llanqui,
quien en 1920 en calidad de profesor ambulante había establecido escuelas en su
propia comunidad de Jesús de Machaca, lo cual posteriormente motivó a
protagonizar una sublevación de comunarios contra el corregidor y los vecinos de esa.
Más tarde aparece otra figura, se trata de Eduardo Leandro Nina Quispe y sobre
éste nos ocuparemos más adelante. En el lado peruano, el movimiento indígena
también llegaba a su auge. En 1914, Rumi Maqui Ccori Zoncco (Teodomiro
Gutiérrez Cuevas), Jefe Supremo de los Pueblos Indígenas y Generalísimo de sus
Ejércitos, tenía ya organizado su Estado Mayor, su cuartel, su Bandera y asimismo
estableció sus ramas (cuotas) de dinero seguramente para sostener la guerra indígena
contra las explotadores. Para cortar los abusos de una vez por todas, el mejor camino
propuesto para salir de esa situación fue la restauración del Tawantinsuyo (Vasallo
1979).
Entre los indígenas aymaras de La Paz no faltó la iniciativa e interés de fundar un
centro educacional a nivel nacional para todas las comunidades (ayllus) de la
República de Bolivia. Mientras las autoridades educativas se esforzaban por establecer
las escuelas normales rurales en el altiplano, los propios indígenas ya sean comunarios,
colonos de haciendas o citadinos se lanzaron a la creación de un centro educativo que
coadyuve la enseñanza y el movimiento reivindicativo de sus tierras.

En ese sentido la institución que se creó constituía de hecho un centro generador de


ideas y hombres entrenados en la lucha contra el sistema imperante. Esta institución al
principio fue denominada la “SOCIEDAD REPÚBLICA DEL COLLASUYO“.
La “Sociedad República del Collasuyo” fue fundada en la ciudad de La Paz, el 8 de
agosto de 1930 (1), por el indígena Eduardo Leandro Nina Quispe, siendo así uno de
los destacados impulsores de la educación indígena. Desde entonces la Sociedad o el
“Centro Educativo Collasuyo” tuvo múltiples actividades. A los diez días de su
fundación, el 18 de agosto de ese año, la primera impresión sobre su presidente fue
reflejada en los siguientes términos: “El esforzado indígena Nina Quispe, que en un
arranque de eclosión cívica ha resuelto iniciar la fundación de la República del
“Collasuyo” a base de su obra dinámica educacional“.
Por otra parte, el semanario “Claridad”, órgano de prensa de la ciudad de La Paz,
correspondiente a 7 de diciembre de 1931, comentaba sobre la admirable labor de Nina
Quispe, puesto que éste había estado trabajando silenciosamente “por la grandeza del
Collasuyo, dedicándole todas sus atenciones y energías, para su resurgimiento, dejando
a un lado la política y las inútiles discusiones sobre el origen de la crisis mundial”.

Ni tanto disparate que en ese momento embargaba “la atención de todos los
mandatarios del mundo”, sino que firme y convencido seguía “instruyendo a los suyos
y dotándoles del tributo del saber”. Este comentario no era exagerado. Entre los años
1928 y 1930 los fundadores de escuelas indígenas en las regiones altiplánicas,
especialmente en La Paz, fueron Eduardo Leandro Nina Quispe, Manuel Inca Lipe y
su esposa, Petrona Callisaya, quienes promocionaron numerosos alumnos. Así,
Eduardo L. Nina Quispe en la escuela de la calle Yanacocha (ciudad de La Paz), en
1928, promocionó 21 alumnos, en 1929, 2.000 alumnos y en 1930, 2.681 alumnos. Por
su parte Manuel Inca Lipe y su esposa en la comunidad de Pucuro del cantón
de Santiago de Huata de la provinciaOmasuyos, promocionó 74 alumnos, el 12 de
noviembre de 1930 y en 18 de diciembre de ese año, 51 alumnos.
El “Centro Educativo Collasuyo” era una institución comunitaria de ayllus, su
dinámica de accionar se encontraba expandida en las comunidades de la república,
cuyos linderos o mojones lo separaban con las demás de la América.
La República de Bolivia como en la actualidad hacia 1931 estaba dividida en nueve
departamentos: Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Potosí, Oruro, Santa Cruz, Tarija,
Beni y El Litoral. Esta división política ha sido mantenida y obedecida en su
ordenamiento por todos los bolivianos para conservar la libertad.
Pero la mayoría de la población boliviana históricamente ha sido siempre indígena con
raíces culturales preincaica e incaicas. Los idiomas aymara y quechua eran hablados
por la mayoría de la “raza indígena”, el castellano lo hablaban los blancos y mestizos, a
quienes los indios debían considerar como sus hermanos.

Los miembros de la nueva institución eran “todos los delegados e hilacatas de las
distintas comunidades del departamento de La Paz” situadas en las catorce provincias:
Murillo, Ingavi, Los Andes, Omasuyos, Larecaja, Muñecas, Camacho, Caupolicán,
Loayza, Sicasica, Pacajes, Nor Yungas, Sur Yungas e Inquisivi.

Desde luego, el “Centro Educativo Collasuyo” pareciera que no causaba sospecha entre
la oligarquía gamonal sino que contaba con la simpatía de algunos personajes
importantes del país y estudiosos de las culturas pretéritas del Qullasuyu.

Así el 26 de diciembre de 1931, Arthur Posnansky, estudioso de la cultura de


Tiwanaku, respondiendo al oficio de Nina Quispe le decía: “me cabe indicar que el acto
de la expresada colocación de la kantuta sobre la Wiphala, con la asistencia de los
representantes indígenas, caciques y elementos representativos”, programado para el
día domingo 27 de ese mes a horas 15:00, se llevaría a cabo en el local del Club
Bancario, donde funcionaba “la exposición indianista” y donde se esperaba para
honrar ese “solemne acto, por parte de la clase indígena en su mayor número posible”.
Seguramente para ese acto, Nina Quispe también invitó al señor Presidente de la
República con el propósito de contribuir a los festejos de la Semana Indianista. El
presidente de la República, contestando a su invitación, en fecha 28 de diciembre de
ese año, le deseó que todos los trabajos de la Sociedad presidida por Nina Quispe,
“tengan por mira la grandeza de Bolivia, que es nuestra patria común”. También el
Ejército de Bolivia a través del Estado Mayor, el 2 de enero de 1932, respondiendo a un
oficio del señor presidente del “Centro Educativo Collasuyo”, fechado el 30 de
diciembre de 1931, le expresó haber recibido los boletines en los que se hacían las
transcripciones de peticiones de varios comunarios hechas a los poderes públicos.
Resaltaba que ha sido muy plausible la actitud asumida por la “raza indígena” en todo
lo que se refería “a levantar su nivel moral y cultural”, y sobre el servicio militar le
manifestó que se ha impuesto desde hace mucho tiempo la obligación de encaminar y
encausar las actividades de los conscriptos por medio de la persuasión. El trato que se
dispensaba al soldado hasta ese momento, era en forma humanitaria y de “absoluta
igualdad”. Al mismo tiempo, al igual que el Presidente de la República, les deseó
felicitaciones y prosperidad a todos y cada uno de los miembros de la mencionada
institución indígena.
La creación de la “Sociedad República del Collasuyo” al principio no fue combatida por
sus adversarios por que sus actividades no estaban orientadas contra los intereses de
los llamados “blancos”. Pero seguramente nadie se habría preguntado cuáles eran los
objetivos que perseguía esa institución dirigida por los propios aymaras.

Claro está uno de los objetivos principales era la educación y subsidiariamente la


extensión cultural indianista. Sin embargo, entre sus actividades se incluía la
publicación de documentos relacionados al movimiento indígena, más que todo los
relacionados a la cuestión de tierras. Esta última ha de ser uno de los puntos
cuestionados por sus enemigos para ser destruida posteriormente.

Eduardo L. Nina Quispe, con el objeto de fortalecer y asegurar el funcionamiento de la


institución. Que dirigía y dadas las circunstancias desfavorables para sus buenos
propósitos, tuvo que buscar a veces el apoyo de un gobierno de turno o simpatizar con
éste.

El 5 de octubre de 1932, Nina Quispe, al conocer los asechanzas de los enemigos del
gobierno, cursó una nota de protesta al Excmo. señor Presidente de la República,
Dr.Daniel Salamanca, manifestándole que estuvo “hondamente conmovido por la
incomprensible momentánea de parte de algunos elementos impresionables que han
llegado al punto de faltar a la autoridad cometiendo un desacato”, por ese motivo, la
Sociedad que presidía hizo llegar “su voz de protesta contra semejantes actitudes”, y se
congregaba “alrededor de la autoridad suprema de la nación, para que continúe su
camino”.
La respuesta del presidente de la República no se dejó esperar. De manera que, el 6 de
octubre de 1932, le respondió diciendo que “tengo grato manifestarle que quedo muy
agradecido a su voz de protesta, ya que ella está inspirada por un desinteresado
patriotismo”.

A pesar de todo ello, el presidente de esa institución indígena, fue combatido por
algunos elementos políticos, ya sea dentro o fuera del gobierno, quienes empezaron a
conspirar contra su funcionamiento.

Así el subprefecto de la provincia de Omasuyos, el 14 de noviembre de 1932,


informando sobre los sucesos de Ancoraimes al señor prefecto de La Paz, entre otras
cosas, le manifestó que era “indispensable establecer una estricta vigilancia” sobre las
actividades de los indígenas Santos Marca T’ula y Eduardo L. Nina Quispe, éste último
profesor de escuelas indígenas, quienes ejercían “una poderosa influencia sobre los
comunarios del Departamento” de La Paz.
A los diez días de esta denuncia, el 24 de noviembre de 1932, la autoridad judicial le
había decomisado todos los documentos personales de Eduardo L. Nina Quispe, todo
el archivo del “Centro Educativo Collasuyo”, y como también su correspondencia
oficial, pero no habría logrado, “con este medio, conseguir los papeles
comprometedores” con la propaganda comunista. Sindicación no comprobada. La
represión empezó no solamente decomisando la documentación de la mencionada
institución sino también con la detención de algunos de sus miembros. Más adelante,
Nina Quispe manifestó al prefecto en los siguientes términos:

“Ya que nuestra acción cultural se refleja por nuestra documentación y actuaciones
oficiales, de las que se comunica a las autoridades constituidas, probándose que no
realizamos manifestaciones ocultas, queremos poner en su conocimiento de que
nuestros arrestados han sido sometidos a torturas y vejaciones de parte de ciertos
individuos, lo que pongo en su conocimiento para que sirva disponer la libertad de
ellos”.

De ese modo la institución fue afectada con la detención de algunos de sus miembros y
cuya libertad exigía el mencionado Nina Quispe. El celo político, más que cualquier
otro factor, fue determinante para la destrucción de la “Sociedad República del
Collasuyo” (o Centro Educativo Collasuyo) que había impactado su funcionamiento en
el ámbito nacional. Después el presidente y los demás miembros de esa institución
tuvieron que buscar algún apoyo del poder político del Estado y de la iglesia para salvar
su existencia como tal, pero era muy difícil para enfrentar a sus enemigos que tenían
todo apoyo político y poder de decisión.

El 23 de enero de 1933, Eduardo L. Nina Quispe y su secretario de actas, Juan de


Dios Sirpatico, se dirigieron con mucha reverencia al Ilustrísimo señor Obispo de
la Diócesis manifestándole que la Sociedad indígena que presidían deseaba
proseguir sus labores bajo los auspicios de “Nuestra Señora Madre, la Virgen de La
Paz”, cuyo culto se celebraba el día siguiente.
Entonces como quiera que la defensa de tierras comunitarias era uno de los objetivos
de la institución, le rogaron diciendo “quiere poner bajo su generosa protección las
gestiones pendientes al reconocimiento de los títulos coloniales sobre sus pertenencias,
así como las de las tierras de Manso y Ñuflo de Chávez, que en estos momentos
detentan el pueblo de Guaraní”. En cuanto a los soldados bolivianos que se
encontraban en el Chaco, dijeron “queremos a su sagrada imagen rogar por la vida y
salud de nuestros hijos que combaten en el Sud Este defendiendo la soberanía
nacional, hollada salvájemente por el rapaz Guaraní”. Además de su adhesión y
recuerdo, ofrecieron para el día siguiente “una coronación de kantutas a la Santísima
Virgen de Nuestra Señora de La Paz”.
Siguiendo siempre a los mencionados indígenas, se puede percibir que ellos no
contaban con alguna garantía ni defensa. Sin embargo, el 25 de enero del mismo año,
Eduardo L. Nina Quispe, presidente de la Sociedad y Juan de Dios Sirpatico, secretario
de actas, solicitaron al prefecto del Departamento de La Paz su autorización para
celebrar en la Basílica una misa de acción de gracias por el país con la asistencia de la
“Sociedad República del Collasuyo”, portando su estandarte.

Además, el objeto de esa solicitud era para advertir a la autoridad prefectural que el
acto religioso no sea confundido con los actos políticos, por que como quiera que ese
sencillo acto al que debían concurrir los caciques, delegados representantes, jilaqatas y
alcaldes de las comunidades, podían ser utilizado por la policía por algunos émulos
propios para señalar como acto de indisciplina o subversión, dados los prejuicios
comunistas que dominaban al señor jefe de investigaciones, rogaron a esa autoridad
que previniera a la policía no tomar “ninguna medida de violencia”.

Pero no sabemos todavía si ese acto ha sido llevado a cabo o no, dado que el celo
político por las actividades de los miembros de esa institución indígena cesaba en
asechar su continuidad.

Después de un mes, el 28 de marzo de 1933, Eduardo L. Nina Quispe y Manuel Inca


Lipa, mediante un oficio se dirigieron al prefecto manifestando estar “profundamente
indignado por la sindicación de comunista que se ha permitido hacer el señor Jefe de
la Legión Cívica haciéndose eco de la denuncia de un individuo descalificado
llamado Nicolás Ochoa o Montes de Oca, quien ha tenido la habilidad de
sugestionarlo a aquél haciéndole creer -con versiones- absolutamente falsas,
inspiradas por un ruin y mezquino sentimiento de venganza, por las fechorías
cometidas en Santiago de Machaca“.
A pocos días de ello, efectivamente Nina Quispe y otros Indígenas son detenidos bajo el
pretexto de que ellos hacían propaganda comunista. El 5 de mayo de 1933, los
indígenas Alejandro Quispe y Manuel Inca Lipe hicieron conocer su protesta al
prefecto del departamento de La Paz manifestando de que “hace ya más de una semana
han sido sometidos a detención los indígenas Eduardo L. Nina Quispe, Mariano
Quispe, Esteban Machaca y otros” a quienes se los acusaba de realizar “propaganda
comunista”, lo que para ellos era una falsedad puesto que habían “demostrado por
innumerables pruebas y atestaciones”, siendo que sus actividades mismas no eran
“sino tendientes a la instalación de escuelas de alfabetización de los indígenas que se
encontraban “sumidos en la ignorancia mas grande”; así, como también tenían cuidado
de que sus títulos de “propiedad sean arreglados conforme a los títulos revisitarios”
que han conseguido desde el año 1884.

En ese entendido las actividades de los detenidos eran suficientemente claras y se


encontraban “a la vista de las autoridades y particulares”; par tanto, no constituían de
ninguna manera como actos delictivos, puesto que obraban con autorización de las
mismas autoridades, “quienes han autorizado los poderes que los indígenas
comunarios” en forma legal.

Entonces los mencionados indígenas peticionarios se preguntaban ¿Cuál era pues el


motivo por el cual se los perseguía y sometía a detención a los indígenas ancianos?. El
motivo era el pretexto de haber realizado la propaganda comunista (o reclamo de la
delimitación de sus tierras). Los referidos detenidos se encontraban recluidos en el
cuartel de carabineros sin proceso alguno, pues el iniciado hace algún tiempo contra
algunos representantes indígenas encontraban ante el juzgado primero de Instrucción,
donde han prestado sus declaraciones indagatorías y luego han sido puestos en
libertad, esto “seguramente por no haber suficiente prueba” en contra de ellos por los
su puestos delitos denunciados.

Sin embargo, nuevamente parece que se tratara nada más que causarles molestias con
arrestos todo hasta cierto punto, por orden del Fiscal de Distrito que no sabia por qué
motivo se ha ensañado con ellos acusándolos de comunistas, lo cual no podían
comprender y pensar en ello, ya que como indígenas eran propietarios de sus tierra,
por cuya delimitación iban reclamando y sólo este podía ser el motivo por el cual eran
detenidos.

Por consiguiente, los peticionarios, esposas e hijos de los detenidos nada tenían que
ver con esa clase de trajines que se sindicaba, esto estaba en la conciencia de los
mismos sindicados por que ellos jamás se dedicaban a otra cosa que a buscar un futuro
honorable para los indígenas a quienes representaban; todo ello realizado de acuerdo a
los sentimientos patrióticos y de acuerdo también con las autoridades, puesto que
éstos además les han autorizado para que ellos se ocupen de esa “tarea de
alfabetización”.

Entonces no habiendo otro motivo que justifique tales detenciones, suplicaron que su
autoridad se manifieste si es que no conoce el atropello que están cometiendo con
nuestros representantes, para que con su espíritu verazmente justo y patriota, se sirva
ordenar la libertad de los indígenas nombrados y que se encuentran sufriendo una
detención injusta en el cuartel de carabineros, sometidos a trabajos forzados. No se
sabe cuál fue la respuesta del prefecto y su actitud con relación a ese reclamo.

Sin embargo, el 18 de marzo de 1934, el teniente coronel Justiniano Zegarrundo,


Comandante de la Legión Cívica, dirigiéndose al señor prefecto del Departamento de
La Paz, informaba manifestando “debo dejar que la Legión Cívica que inició una
laboriosa campaña contra los comunistas, adelantándose a la última sublevación
indígena del altiplano ha tomado medidas contra uno que se titulaba nada menos que
Presidente de la República de Colllasuyo llamado Eduardo Nina Quispe, indígena que
valiéndose de su condición de fundador de escuelas rurales, consiguió imponerse sobre
la enorme raza indígena tejiendo, indudablemente, una vasta organización subversiva”.
En esos momentos, el mencionado Nina Quispe y sus compañeros ya se encontraban
presos en el Panóptico “con pruebas suficientes de cargo” según la Legión Cívica.
Posteriormente, Eduardo L. Nina Quispe, según René Arze, fue liberado, pero
seguramente ya no pudo reorganizar la Saciedad República del Collasuyo.

NOTA.- Estos datos son recogidos de las fuentes primarias, que aún falta escudriñar
mucho, sobre la “Sociedad República del Collasuyo” y sus miembros que la dirigían,
nos permite reflexionar por el momento por no ir todavía a más allá de su estudio
exhaustivo cómo una institución creada por los propios indígenas al cabo de dos años
de su funcionamiento, a pesar de ser recibida al principio con simpatía por las altas
autoridades del gobierno, los intelectuales y los mismos representantes de las
comunidades de La Paz y del interior, fue atacada abiertamente por los gamonales
através de los medios de represión y otras organizaciones, como ser la Legión Cívica,
con el pretexto de sublevación y de realizar propaganda comunista.

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