Sei sulla pagina 1di 3

LA RELACION EL LLAMADO A LA SANTIDAD

SANTIDAD ALABANZA
I. En 2 P. 3:18 el inspirado apóstol sella el mensaje de su segunda carta con las
IGLESIA DE CRISTO CIUDAD BOLIVA R siguientes palabras: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro
BOGOTA, COLOMBIA Señor y Salvador Jesucristo...”
Tel. 2654097
II. Estas palabras hacen parte de la conclusión final de toda la epístola, la cual inicia
Cel. 3143108950
en el verso 14 y se extiende hasta el versículo 18. Para entender la exhortación;
Web. www.solol asangre.bl ogspot.com debemos entender toda la conclusión, cf. 2 P. 3:14-18.

III. En esta conclusión el apóstol Pedro nos hace un fuerte llamado a la santidad:
ANOTACIONES “…procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles…”
(3:14).

COMO LOGRAMOS LA SANTIDAD

El apóstol nos llama de nuevo a la santidad (1 P. 1); pero en esta segunda oportunidad,
nos dice como lograrla...

I. “Entendiendo” RV (“considerando” BTX, BLA; o “recordando” NTV), la


“longanimidad del Señor”; cf. 3:15-16.

II. “Guardándonos” del error de los falsos maestros; cf. 3:17.

III.“Creciendo” en la verdad; cf. 3:18.

La forma como se presenta la narración, deja evidencia de algunos aspectos relacionados


con lo mismo…

A. El “procurar” (3:14), “entender” (3:15), “guardar” (3:17), y “crecer”


(3:18), son primeramente mandamientos del Señor. Estos elementos no son
opcionales para el cristiano; sino más bien, imperativos en su vida.

B. Como consecuencia de lo anterior; tales elementos son necesarios o


inevitables en el contexto espiritual. La ausencia o privación de al menos una
de estas cosas, constituye un riesgo enorme para la salud espiritual del creyente.

C. Tales cosas interactúan entre sí, son codependientes, o están


interrelacionadas. Esto implica que una cosa, necesariamente conduce a la
otra; o que sin uno de estos elementos, es difícil concebir el otro.

1. Cuando “procuramos” la santidad, podemos “entender” mejor la


paciencia del Señor; cf. 3:14-15.

2. Cuando “entendemos” la paciencia de Dios, estamos más “alertas” de los


falsos maestros; cf. 3:15-17.

3. Nos “protegemos” mejor de los falsos maestros, gracias al “crecimiento”


en la verdad; cf. 3:17-18.
1
EL CRECIMIENTO
ANOTACIONES
POR QUÉ DEBEMOS SER SANTOS

El apóstol Pedro no solo nos dice qué necitamos; tambipen nos dice cómo lo alcanzamos,
y sobre todo para qué lograrlo: Para la “gloria de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”,
cf. 3:18b.

I. La madurez del cristiano tiene como fin glorificar al Señor.

A. Ningún cristiano podrá glorificar al Señor debidamente, si no está comprometido


de forma seria con la santidad.

B. La adoración es un estado del adorador, caracterizado por la pureza espiritual


del mismo.

C. Adorar significa ser alguien y no solo estar en adoración. La alabanza tiene que
ver con la naturaleza del adorador, debido a la naturaleza del ser adorado.

II. El tema más importante en todo el universo es que cada ser, de manera personal y
espontánea, pueda ofrecer al Señor la gloria que merece.

A. Los animales glorifican al Señor; cf. Is. 43:20.


B. Los ángeles glorifican al Señor; cf. Lc. 2:13-14.
C. Los hombres somos llamados a glorificarle; cf. Sal. 29:2.

a. Obesrvamos en el AT que santidad y adoración están intimamente ligados ;


cf. Sal. 29:2.

b. Pero también en el NT la santidad y la alabanza están correlacionados; cf.


2 P. 3:14-18.

c. La condenación resulta por no dar al Señor la alabanza que este mecere...

III. Desde siempre la historia del hombre ha estado sujeta a la adoración divina; cf. Gn.
3:8 (presencia – shekinah – gloria); Ap. 19:1, 6-7.

A. Para dar al Señor la gloria debida en el cielo; es necesario que primero la demos
en la tierra.

B. Para dar al Señor la gloria debida en el tierra; debemos santificarnos.

C. La santidad integral nos asegura una alabanza correcta.

1. A nivel individual; cf. 1 Ti. 1:17.

2. A nivel congregacional; cf. Ef. 3:21.

CONCLUSIONES

2 I. ¿Deseamos darle la gloria al Señor?


EL CRECIMIENTO

A. No siempre el ser humano ha querido darle a Dios la gloria que merece; cf. Ro.
1:21-23.

B. Pero lo más lamentable es que no pocas veces, quienes se supone y espera que den
la gloria a Dios, no lo hacen debidamente; cf. Ez. 8:12, 14, 16.

C. Lo que hacen los gentiles es lo mismo que en dado momento hacemos muchos
cristianos: Desechar la gloria del Señor; cf. Ro. 2:17-24.

II. Podemos darle la gloria al Señor

A. Al convertirnos en sus discípulos; cf. Jn 3:3-5.

B. Al procurar con diligencia la santidad personal; cf. 2 P. 3:14.

C. Al lograr la madurez espiritual necesaria; cf. 2 P. 3:15-18.

1. Todos comenzamos siendo niños ; cf. 1 Jn. 2:12.

2. Todos crecemos hasta convertinos en jóvenes; cf. 2 Jn. 2:13b.-14b.

3. Todos debemos procurar la adultez; cf. 2 Jn. 13a.-14a.

III. ¿Le estámos dando la gloria al Señor?

A. No son suficientes la asistencia, alabanza, ofrenda y parcipación en los actos de


adoración.

B. Sólo a través de la santidad pasamos de ofrecer adoración a convertirnos en


adoradores del Señor.

C. Nuestro compromiso más importante es con la santidad, pues solo por ella
logramos alabar al Señor debidamente.

Potrebbero piacerti anche