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Encuentro con Adela Cortina: “Se es más

feliz haciendo cosas por los demás”


Publicado el marzo 20, 2014 por lecturarteazuqueca

¿Qué es la ética? ¿Para qué sirve? ¿Qué supone actuar cada día en todas las parcelas de tu vida
de una forma ética? ¿Es mejor ser libre o esclavo? ¿Realmente lo más importante en la vida es
el amor, el dinero y la salud? ¿Qué es más deseable: el egoísmo o la solidaridad? ¿La
convivencia o la competencia? ¿La soledad o la compañía? Y si las respuestas a todas esas
preguntas están tan claras… ¿por qué no acomodamos nuestras vidas a esas respuestas? Esta
fue la lección fundamental que aprendimos quienes asistimos a los dos encuentros que
mantuvo la filósofa y catedrática de ética Adela Cortina en Azuqueca el pasado martes, 18 de
marzo. Al modo socrático, Cortina fue lanzando preguntas de este tipo a los asistentes,
promoviendo el debate, mostrando la diferencia entre lo que pensamos y lo que hacemos y
conduciéndonos a la conclusión de que toda acción empieza por uno mismo y que hay que
responsabilizarse de todo lo que uno hace, sea grande o pequeño, en casa o en el trabajo.
Porque todo lo que hacemos repercute en los demás, lo bueno y lo malo. Y un comportamiento
ético generará más felicidad que uno que no lo sea.

En el primero de los encuentros, celebrado por la mañana, participaron casi un centenar de


alumnos de Secundaria y Bachillerato de los institutos azudenses, alumnos que habían leído
y trabajado el libro en clase y que mantuvieron un fructífero diálogo con una catedrática que
supo meterse a los jóvenes en el bolsillo.
Por la tarde, en el acto abierto al público en general, lectores de todas las edades (con un
nutrido grupo de jóvenes y adolescentes) se dieron cita en la Sala de Conferencias del Centro
Cultural para escuchar a Adela Cortina y, gracias a su maestría a la hora de conducir la sesión,
para debatir sobre el pasado más reciente, el presente de nuestra sociedad y el posible futuro.

Cortina llevó a la práctica algunos de los puntos tratados de forma teórica en ¿Para qué sirve
realmente…? La ética, el ensayo que la trajo hasta Azuqueca. Un libro “sencillo, accesible
pero que abre caminos y hace pensar”, tal y como destacó la directora de la Biblioteca
Almudena Grandes, Eva Ortiz, en la presentación del acto. “La sociedad en la que vivimos nos
hace pensar que el mundo no vale la pena, que todo está corrupto, pero este libro nos muestra
que no todo está perdido. Formamos parte de una sociedad y todos tenemos que poner nuestro
granito de arena para mejorarla”, añadió Ortiz.

Y es que la sociedad actual, el capitalismo y la crisis fueron algunos de los temas que más
juego dieron en un encuentro muy participativo, tal y como destacó la concejala de Cultura del
Ayuntamiento de Azuqueca, Sandra Yagüe. Esos tres fueron los temas que más comentarios
suscitaron y los que más encendieron los ánimos.”Hoy en día, el consumo se ha convertido en
el motor de la producción: no se consume, por lo que se deja de producir, y como se deja de
producir, hay que despedir gente, y como se despide gente, no hay dinero para consumir. Ese
es el problema actual. ¿Queremos salir de la crisis o queremos volver a lo que teníamos antes?
Si la respuesta es lo segundo, entonces no hemos aprendido nada de esta crisis, que tiene parte
de su culpa en la falta de ética”, explicó Cortina, quien hizo pensar a los presentes sobre si la
situación actual ha sido provocada o sobrevenida: “esta crisis no nos ha caído encima, la
hemos provocado muchos con nuestras responsabilidades y nuestras decisiones”, adujo la
catedrática señalando todas las decisiones que se han tomado sin medir las consecuencias, sin
pensar en lo que podrían producir.

“La prudencia es una virtud, es el arte de lo suficiente; buscar el máximo conduce a


situaciones como esta”, señaló la filósofa, añadiendo que “debemos intentar cambiar y ser
prudentes, pensar en las consecuencias de las decisiones que tomamos”.” Se ha perdido una
actitud muy importante: la responsabilidad”, lamentó Cortina, al tiempo que hablaba de la
falta de ejemplaridad que padece la sociedad actual.

Y, entonces, ¿qué hay que hacer? “Lo primero, demostrarnos que somos seres humanos:
debemos utilizar nuestra inteligencia y nuestra experiencia para valorar las encrucijadas en las
que nos hallamos y tomar las decisiones de forma meditada, calibrando sus consecuencias.
Hay que tomar decisiones atendiendo a la prudencia y a la justicia, hay que pensar las cosas y
pensarlas muy bien. En este crisis hemos jugado todos, cada uno desde su lado, y hemos
cometido errores que ahora son difíciles de solucionar”, argumentó Cortina.

Para tener los mimbres suficientes para tomar decisiones de forma prudente y justa, la filosofa
hizo hincapié en dos aspectos importante. El primero de ellos: el propio carácter, el factor del
que se ocupan tanto la ética como la moral. “Se puede explicar de muchas maneras pero,
simplificando, valores morales y éticos son lo mismo y tienen que ver con la forja del carácter.
Todos nacemos con una lotería social, genética, familiar… pero vamos tomando decisiones
que van forjando nuestra forma de ser. La ética se ocupa del carácter de las personas, de las
propensiones a elegir de una manera u otra, de la forja del carácter, que prepara a los hombres
para asumir los devenires de la vida. Quien se forja un buen carácter ve la botella medio llena.
El carácter es, para la persona, su destino”, explicó la catedrática de la Universidad de
Valencia, quien señaló que “no puede haber seres amorales, todos tenemos un ética en mayor
o menor medida, no podemos evitar ser morales. Lo importante es saber cómo queremos o
podemos ser morales”.
Al hablar de valores, Cortina hizo notar cómo ahora se suele hablar de valores donde antes se
hablaba de virtudes y virtud, “viene de ‘areté’, y significa excelencia, lo cual quiere decir que
se está por encima de la media en alguna habilidad”. Y con la referencia a la excelencia enlazó
con el segundo aspecto importante que quiso destacar en su encuentro: el de la vida en
sociedad, la democracia y la participación. “Una democracia no se puede hacer con mediocres,
sino con excelentes. El excelente no lo es para sí mismo sino para la sociedad en la que lo
vive. Una sociedad es mejor con estudiantes aplicados, con veraces, prudentes… Es
importante tener buenos profesionales, todos deberíamos ser excelentes en lo que hacemos.
Ser excelente es la manera de servir mejor a la sociedad, poniendo nuestra excelencia al
servicio de los demás”, señaló.

En este sentido, Cortina trajo hasta el encuentro uno de los puntos clave de su ensayo: “los
seres humanos no somos seres aislados, somos seres en relación. Una de las cosas que más nos
ha perjudicado como sociedad y como personas es creernos que somos individuos aislados. El
individualismo es falso”. Entonces, si estamos diseñados, como defiende en su obra, para
cuidarnos y para cooperar… ¿por qué no lo hacemos? Los asistentes aportaron algunos de los
motivos: por pereza, por comodidad, por ahorro de energía, porque nos quedamos en los seres
más cercanos y nos olvidamos de los demás, por la presión social, porque no nos interesa vivir
éticamente… Siendo todas ellas ciertas, Cortina fue taxativa: “en el siglo XXI hay medios
para que todos los seres humanos tengan las mínimas necesidades cubiertas y con un mínimo
de dignidad. No es así y por eso vivimos en una sociedad injusta”.

Al hablar del tema de la pobreza, la catedrática contó que ella ha propuesto una nueva palabra
a la Real Academia de la Lengua para que sea incluida en su diccionario, sin que todavía haya
recibido respuesta. Esa palabra es “aporofobia”. Como ella misma explicaba, “todo el mundo
habla de xenofobia pero a mí me llamaba la atención que cuando viene los extranjeros
cargados de dinero no parece que haya tanto problema. Y empecé a pensar que, a lo mejor, lo
que rechazamos es a los extranjeros pobres, o a los pobres solo, sean o no extranjeros. O a los
pobres que son de mi familia, o sobre todo a los familiares pobres”. Aporofobia sería, pues, el
odio a los pobres. Así de radical. Así de contundente. Así de honesta y excelente.
Cortina felicitó a los organizadores del programa LecturArte “porque estas iniciativas son la
que hacen ciudadanía. Que las cosas vayan mejor depende de lo que hagamos nosotros, cada
uno de nosotros, y estos grupos, estas reuniones, nos ayudan a intentar pensar y buscar
caminos”. La ética nos ayuda a conducir mejor nuestra vida, a tomar mejores decisiones, “a
vivir una vida en plenitud”, explicó la filósofa. “Hay una asignatura que todos tenemos que
estudiar: forjarse el propio carácter. Así que, como no nos queda más remedio que forjarnos
un carácter, forjémonos uno bueno. Y un buen carácter es el que conduce a la felicidad”. A la
felicidad individual pero también a la social: “la ética sirve para mejorar la sociedad y
conducirla hacia la felicidad. Y para conseguir la felicidad es importante vivir con los demás.
A la larga se demuestra que del egoísmo no sale gente feliz, que se es más feliz haciendo cosas
por los demás”.

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