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SUMARIO
Introducción
Eticidad de la anticoncepción
Eticidad de la proconcepción
El diagnóstico prenatal
Diagnóstico y terapia génica pre-implantación
El aborto provocado
Aborto piadoso
Bibliografía
Introducción
La ética, como defensora y divulgadora de los valores y principios morales que deben
servir de guía al actuar del individuo, es reclamada en todas las actividades que
comprometen los mejores intereses del hombre y la comunidad. La medicina ha
alcanzado una extensión y una profundidad técnica y científica imposible de haber sido
imaginadas siquiera 50 años atrás. Sin embargo, ese progreso ha contribuido a su
deshumanización y ha sido necesario emprender una cruzada para ponerle freno. Lo
confirma el auge mundial de la Bioética. El medico se encuentra abrumado anímicamente
por tanto progreso y navega en el ancho mar de conocimientos. En este caso, la brújula
es la conciencia. No basta saber, sino además, hacer el bien lo que se sabe. En el “hacer
bien” radica lo técnico y también lo ético.
La palabra “ética “ deriva del griego ethos, y tiene una antigüedad de 25 siglos. Quiere
decir costumbre y se acepta que la ética es la disciplina que se ocupa de la moral, de algo
que compete a los actos humanos y los califica como buenos o malos siempre que estos
sean libres y conscientes. También puede entenderse como el cumplimiento del deber.
Es indudable que las grandes catástrofes que la humanidad ha padecido han servido para
que se reflexione acerca de los valores morales. Ejemplo: la explosión atómica de
Hiroshima y Nagasaki dio pie para cuestionar éticamente a la ciencia. Ante semejante
tragedia, producto de las conquistas científicas, quedó al descubierto que éstas podrían
traer beneficio y destrucción a la par a la humanidad.
El afán de progreso y la ciencia amenazaban destruir al hombre y a la naturaleza y para
neutralizar este peligro era necesario que se interpusiera una buena dosis de conciencia.
El doctor Van Rensselaer Potter, propuso en EUA en 1971, crear una nueva disciplina
ética que sirviera de puente entre la ciencia y la conciencia.a esa disciplina se le dio el
nombre de Bioética y se le dio entonces un nuevo rostro a la ética científica poniéndose
en circulación hace poco mas de 20 años (1). Esta ética novedosa gira alrededor de la
vida, no solo de la humana, sino también de las demás formas conocidas del planeta, la
animal y la vegetal. Por supuesto que ese cambio radical en la concepción de la ética
medica ha traído conflictos de diferente orden. Es por eso que se ha demostrado sumo
interés por el estudio de los problemas biológicos, en especial de los que tienen que ver
con la reproducción humana y sumo interés también si se tiene en consideración que la
Bioética acepta que el ser humano es un agente moral autónomo y que deberá ser
aceptado por todos los que mantienen principios morales diferentes (2).
Sumario
Eticidad de la anticoncepción.
Sumario
Eticidad de la proconcepción.
Antes de practicar cualquier procedimiento médico el paciente debe ser informado acerca
del con el fin de obtener su consentimiento. Este requisito adquiere especial vigencia en
los procedimientos de reproducción asistida. Con la pareja deben comentarse y discutirse
asuntos tales como los riesgos físicos de la inducción hormonal para producir
pluriovulacion, los de la laparoscopia para captar los óvulos, el número de óvulos que
irán a extraerse, el destino de los óvulos residuales, las posibilidades de éxito. La
utilización de gametos extraconyugales obliga con mayor razón al consentimiento
informado de la pareja. Si se trata de una pareja de inteligencia madura, estable
emocionalmente, que considera que la llegada de un hijo va a proporcionarles felicidad,
no obstante sea parcial su autoría genética, el médico puede sugerir el procedimiento.
Puede deducirse de lo anterior que es grande el afán por perfeccionar las técnicas que
permitan combatir la esterilidad y la infertilidad en la especie humana. Precisamente esa
preocupación es un afán que en aras de la técnica, sustrae al científico del análisis de las
consecuencias sociales y morales de su investigación. Piénsese que no es ficción sino
posibilidad real la ectogénesis completa, la clonación, la autoprocreación femenina, el
embarazo masculino, el banco de tejidos de recambio. Sería, sin duda, la perversión de la
FIVTE.
Una de las cuestiones mas polémicas desde el punto de vista ético es la de los embriones
sobrantes. En el proceso de FIV se induce la superovulación de la mujer estimulando la
maduración simultánea de varios ovocitos que son fecundados in vitro a la vez, pudiendo
obtenerse un cierto número de embriones que podrán ser transferidos al útero de la mujer.
El limite superior es tres, lo que significa que si se ha obtenido un mayor número habrá
unos embriones sobrantes cuyo destino puede ser: la eliminación, la donación, la
congelación para ulterior transferencia o experimentación.
La eliminación:
Según el “Proyecto de Declaración” elaborado por la Asociación Medica Mundial en
septiembre de 1993 la aplicación de técnicas de reproducción asistida tiene como
resultado un gran aumento de los embarazos múltiples, a veces con muchos embriones.
Esta comprobado que en los embarazos de más de tres fetos, los problemas de
mortalidad fetal y retardo del desarrollo relacionados con enfermedad cerebral, se
presentan en mas del 50% de los casos; además de los efectos altamente dañinos para la
salud física de la madre y las repercusiones económicas y sociológicas para los padres.
Cuál es entonces el procedimiento? En algunos casos es posible la reducción del numero
de ovocitos y en los que no, se realizan el aborto selectivo de embriones que consiste en
la introducción de una aguja dentro del saco amniótico a través del cuello uterino o la
pared abdominal; escogido el embrión o el feto que va a ser sacrificado, se inyecta en el
tórax cloruro de potasio para suprimir la actividad cardíaca (5).
La donación.
La técnica de FIV y TE posibilita la donación de óvulos, semen, y embriones, de manera
que los donantes biológicos pueden no ser los padres de la criatura producto de este
procedimiento. De aquí surge el concepto de “gravidez subrogada” para gestar el embrión
genético de otro y no hay duda que es un proceso atípico. La gestación sustituta con
aporte de gametos isoconyugales puede estar motivada por razones médicas y sociales.
Entre las primeras se cuentan la ausencia de útero o el padecimiento de una enfermedad
que no haga recomendable su asociación con el embarazo (por ejemplo, una cardiopatía,
una nefropatía); entre las segundas, las atletas, bailarinas, modelos, ejecutivas, es decir,
profesionales no estériles físicamente pero para quienes un embarazo significaría el fin de
su carrera o un contratiempo impertinente (6).
El alquiler o préstamo del útero ha dado lugar también a rechazo ya que además del
ingrediente negativo y desfavorablemente moral que tiene como comercialización y
mercantilismo hay que evaluar que este tipo de situación contiene todos los elementos
que configuran una clara explotación de la mujer como ser humano y como madre. Puede
darse también la circunstancia de que la subrogación carezca del componente lucrativo y
solo se haga por altruismo donde el afecto familiar es el único incentivo.
La congelación.
Inicialmente existió temor de que el embrión congelado o criopreservado pudiera sufrir
daño. Sin embargo, después de varios años de experiencia se ha comprobado que el
almacenamiento de los embriones por algún tiempo no afecta su viabilidad ni sus
potencialidades fenotípicas y genotípicas (7).
En Francia, en un censo en 1992, se descubrió que en bancos de embriones se
encontraban sin futuro definido 1800 de ellos y en la actualidad reposan cerca de 4000
sin que se sepa cual va a ser su destino (8). Su suerte depende de varias situaciones
imprevistas (9): muerte o incapacitación de uno de los esperados padres; divorcio o
separación de los mismos; desinterés de los padres por lograr el embarazo; pérdida de
contacto con ellos por los responsables de su custodia; almacenamiento por tiempo
indefinido.
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El diagnóstico prenatal.
“Un hecho incontestable es que una gran parte de las p+erdidas fetales, especialmente en
el primer trimestre del embarazo, pero también en el resto de la gestación, son atribuibles
a defectos congénitos. Un 40% de los embriones correspondientes abortos a
espontáneos del primer trimestre presentan una anomalía cromósomica y en 84% la
necropsia muestra evidentes anomalías estructurales. Quiere decir, que aproximadamente
el 80% de los embriones abortados son portadores de anomalías graves del desarrollo
que explican la interrupción de la gestación. En el segundo trimestre este porcentaje
disminuye, pero aun así, entre el 23 y 35% de los casos existen anomalías morfológicas
o citogenéticas. Alrededor del 25-30% de los fetos o neonatos muertos en el periodo
perinatal presentan una malformación letal (10)”.
Al analizar estos datos se piensa que razón tienen quienes se empeñan en descubrir de
manera temprana los defectos del embrión y del feto.
Los recursos tecnológicos, unidos a lo que pueda aportar la ciencia, han permitido poner
al descubierto en la etapa gestacional un porcentaje alto de alteraciones morfológicas y
citogenéticas. Estos recursos son:
Clínica: Los antecedentes clínicos de la pareja son de suma importancia para predecir
la eventual aparición de alteraciones congénitas.
Amniocentesis: Se trata de un método invasivo encaminado a obtener líquido
amniótico para su estudio citológico y bioquímico y establecer con ellos defectos
cromosómicos.
Alfa-feto-proteina: Se trata de una sustancia que se produce en el hígado fetal y que
puede detectarse en el líquido amniótico y en el suero sanguíneo materno.
Biopsia de las vellosidades coriales: .El procedimiento radica en la obtención de una
muestra de las vellosidades coriales de la placenta.
Cordocentesis o funipunción: Es posible la obtención de sangre fetal a partir del
segundo trimestre del embarazo y hasta el término, puncionando el cordón umbilical
muy cerca de su inserción placentaria.
Fetoscopía: Mediante este procedimiento no solo es posible visualizar el feto, sino
también tomar muestras de sangre del cordón umbilical y biopsias de piel.
Embrioscopía: Permite visualizar al embrión o al feto en sus etapas tempranas, por
eso también se le conoce como embriofetoscopía.
Ultrasonido: Se trata del adelanto tecnológico más revolucionario en el campo de la
reproducción humana. Sin ser un método invasivo ha dejado al descubierto buena
parte de lo que sucede durante el período de gestación.
Análisis de sangre materna: La investigación de células fetales en la circulación
materna es factible mediante una modificación de la prueba de la amplificación
genética, o reacción en cadena de la polimerasa.
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El aborto provocado.
Muchas circunstancias se han invocado para explicar o justificar la práctica del aborto
(12):
Cuando la gestación haga suponer que causará la muerte materna.
Cuando se ponga en peligro la salud física o mental de la madre.
Cuando se presuma que del embarazo va a resultar un niño muy afectado, física o
mentalmente.
Cuando el embarazo es el resultado de la violación o del incesto.
Cuando la madre es soltera y la ilegitimidad pudiera ser causa de estigma social.
Cuando la llegada de un nuevo hijo se convierta en una carga económica
insoportable.
Cuando el advenimiento de un hijo pueda interferir la felicidad de la mujer, de la pareja
o de la familia.
Las circunstancias especificas que harán recomendable de manera médica inobjetable, la
terminación del embarazo para favorecer la vida o la salud de la madre son:
Hipertensión pulmonar primaria.
Lupus eritematoso sistémico con compromiso progresivo de la función cardíaca o
renal.
Diabetes asociada con miocardiopatía isquémica.
Nefropatías e hipertensión arterial.
Cáncer de mama.
Cáncer de útero.
Embarazo extrauterino.
Placenta previa.
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Aborto piadoso.
La eliminación del no nacido por daño en su conformación biológica ha sido tenida como
“aborto eugenésico”, denominación ésta que no siempre se compagina con la realidad.
Desde el punto de vista moral, el aborto por piedad tiene mucha similitud con la eutanasia,
la cual ha sido unánimemente rechazada, pues aceptarla seria conceder licencia para
eliminar los seres que pudieran ser “incómodos” a la sociedad. En el aborto por piedad,
como en cualquier otro tipo de aborto, no puede consultarse el querer del embrión o del
feto, pues estos carecen de la capacidad de comunicación y de autonomía. Es la mujer
quien toma la determinación, asumiendo ella que es su conciencia la que le otorga la
facultad de decidir por su hijo. Esa decisión de conciencia no siempre es autónoma;
muchas veces se ve influenciada por otras personas, entre estas por el médico. De ahí la
grave responsabilidad que le cabe a este cuando cumple con el deber de informar a su
paciente en el proceso previo a la toma de decisiones. De su capacidad científica, pero
sobre todo de su honestidad moral, depende la recta decisión.
Se estima que 50 millones de mujeres en el mundo solicitan el aborto cada año por
embarazo indeseado. Al respecto la Federación Internacional de Ginecología y
Obstetricia (FIGO) se pronunció al respecto en 1990 en un articulo titulado “El aborto, una
crisis del progreso”: “(...) ni la censura moral ni legal afectan la incidencia. Los que sí se
elevan son las consecuencias y los resultados”. La primera línea de acción para prevenir
estos daños debe ser la creación y puesta en práctica de servicios de Planificación
Familiar. La práctica anticonceptiva debe conformar siempre parte de estos servicios y el
aborto no debe ser promovido como método anticonceptivo. Para quienes consideramos
que el embrión y el feto son seres que poseen un valor respetable, su eliminación sin
absoluta justificación tiene que chocar con nuestra conciencia.
Por otra parte se conoce que la incidencia de trastornos psiquiátricos graves debidos a la
interrupción voluntaria del embarazo es de 2.4% (16). Esta incidencia aumenta
considerablemente en la madre y el padre si la interrupción voluntaria del embarazo tiene
lugar como consecuencia del diagnóstico prenatal de una anomalía (17). De hecho la
angustia de la embarazada es a menudo pasajera, mientras que el remordimiento de
aquella que se hizo abortar es con frecuencia imborrable. Y qué decir de la angustia de
una mujer joven, con una esterilidad consecutiva a un aborto...? Entonces, aborto no
quiere decir ausencia de peligro. Además de las complicaciones mortales (4-40 x 100
000), existen dos complicaciones que son cada vez más frecuentes: la incompetencia del
cuello uterino (que aumenta el riesgo del aborto y la prematuridad) y las enfermedades
inflamatorias de la pelvis (que provocan la obstrucción de las trompas de Falopio lo que
representa de 30-50% de las esterilidades adquiridas).
El aborto, como la contracepción y la prostitucion son tan viejos como el mundo. Por el
contrario, el respeto del niño es algo nuevo en la historia de nuestra civilización. Si el
respeto del niño representa el punto culminante de nuestra civilización, promover su no-
respeto constituye una regresión. El debate sobre el aborto resulta siempre apasionante,
la pasión asegura el interés, pero no siempre salvaguarda la lucidez. El punto decisivo del
debate sobre el aborto puede formularse así: es o no desde su inicio un ser humano
portador del derecho inviolable a vivir? Las posiciones en torno al aborto dependen de la
respuesta; afirmativa, negativa, dubitativa, a esta pregunta cardinal. Las ciencias
biológicas tienen una palabra en el debate sobre el aborto. La biología nos dice que el
embrión no es un apéndice materno, desde el inicio, un ser vivo de la especie humana y
diferente de su madre. La ciencia nos ofrece datos suficientes y cada vez más ricos para
que la filosofía pueda afirmar con razón que un embrión es ya un sujeto humano con un
destino individual y un derecho inviolable a existir. La convivencia humana necesita unas
convicciones morales que son su suelo vital. De estas convicciones emergen unos
umbrales que no se deben traspasar nunca. La vida humana es uno de estos umbrales.
Lo más importante no es condenar el aborto, sino elevar el nivel moral de la
humanidad a fin de que la realidad del aborto no tenga por que tener cabida en
nuestro mundo (14).
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Referencias bibliográficas.
1. Reich W. T. “How Bioethics got its name”. En The Birth of Bioethics Special
Supplement, Hasting Center Report, 23, #6, 1993.
2. Gracia, D. Fundamento de Bioética, Eudema, S.A., Madrid, p. 17, 1989.
3. Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas; 12ª. Edición, Salvat Editores, S.A.,
Barcelona, 1884.
4. “Una lectura génetica de la ley española sobre Técnicas de Reproducción Asistida”
Juan –Ramón Lacadena. Dpto de Genética, Facultad de Ciencias Biológicas.
Universidad de Cádiz. Curso de verano. (12:1992: San Roque) Reprod. Asistida.
Cádiz: Universidad, 1992.
5. Dommergues M. “Embryo reduction in multifetal pregnancies after infertility therapy:
obstetrical risk and perinatal benefits are related to operative strategy.” Fertil. Steril.
55:805, 1991.
6. Dawson K. y Singer P. “Should fertile people have access to in vitro fertilisataion? Brit.
Med. Journal 300:167, 1990.
7. Trounson A. Y Freemann L. “The use of embryo cryopersevation in human IVF
programmes”. En Clin. In obstet. And Gynecol. 12(4): 825, 1985.
8. “Los embriones congelados en Francia” El Tiempo, 29 de agosto, p. 9 D, 1994.
9. Jones H. W. Jr. “Frontiers in human reproduction”. Ann. Of the New York Acad. Of
Sciences 626: 605, 1991.
10. “Embriopatología y diagnóstico prenatal” Progresos en Diagnostico Prenatal 6:3, 1994.
11. Veatch, M. Case studies in medical ethics. Harvard University Press, Cambridge. P.
167, 1977.
12. “Abortion decisions: Personal morality”. En Biomedical Ethics . Mapples T. A. Y
Zembaty J.S., tercera edicion, McGraww-Hill, Inc, New York,p. 427-445, 1991.
13. Hill C. E. “Your morality or mine? An inquire into the ethics of human reproduction”.
Am. J. Obstet. Gynecol. 154:1, 173, 1986.
14. Vidal M. Moral de la persona. P. S. Editorial Madrid, tomo II, p. 249, 1985.
15. The foetus as transplant donor, Jhon Whiley & Sons, pp. 124-127. 1987.
16. Diagnostic and statiscal manual of mental disorders. Am. Psych. Press. Washington N.
E. 238, 1980.
17. American Journal of Obstetrics and Gynecology, 122; 799-808, 1975.
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