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cristiana?
2019-02-175581
(Source: Megapixl)
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En Lucas 18:1–8 dice: “Y les refería Jesús una parábola para
enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer,
diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni
respetaba a hombre alguno. Y había en aquella ciudad una viuda,
la cual venía a él constantemente, diciendo: ‘Hazme justicia de mi
adversario.’ Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para
sí: ‘Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, sin
embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea
que por venir continuamente me agote la paciencia.’ Y el Señor
dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia
a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho
en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. No
obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la
tierra?” Esta parábola muestra que cuando le oramos al Señor para
buscar la voluntad de Dios o pedir algo, no podemos tener prisa por su
resolución. Hay principios respecto a qué oraciones son cumplidas por
Dios y debemos aprender a esperar, buscar y obedecer. Dios es
todopoderoso y práctico. Él no hace cosas sobrenaturales, pero Su obra
de guiar y dar sustento a la humanidad está basada en la estatura real
de la gente y se basa totalmente en lo que de verdad puede lograr la
gente. Mientras nuestras súplicas concuerden con Su voluntad, Él
ciertamente consumará nuestras oraciones. Debemos tener fe en Dios.
Todos hemos pasado por este tipo de cosas; a veces, cuando nos
topamos con una dificultad y no sabemos qué hacer, nos acercamos a
Dios en oración y, a través de la lectura de las palabras de Dios y de la
comunicación con los hermanos y hermanas, Dios nos ilumina y nos
guía muy rápidamente, nos da un camino de práctica. O a veces oramos
mucho tiempo por algo y no recibimos una respuesta de Dios, y en esos
momentos necesitamos callar nuestros corazones y esperar que la
voluntad de Dios se nos revele. Otras veces, Dios prueba nuestra fe
para ver si somos capaces de apoyarnos verdaderamente en Él.
Algunas veces Dios pretende exponer la adulteración dentro de
nosotros y purificar nuestra corrupción. A veces Dios quiere movilizar y
disponer que algunas personas, cosas o eventos sucedan de una
determinada forma para que así cumplan con nuestras oraciones, y esto
requiere tiempo y un cierto proceso. También hay momentos en que
Dios ve que nuestra estatura actual es pequeña y no podemos
encargarnos de algo, no podemos alcanzarlo, así que Él espera hasta
que nuestra estatura haya crecido un poco y luego nos lo hace llegar...
En general, da igual que nuestras oraciones a Dios se hayan
consumado, debemos tener fe en Dios y creer que todo lo que Él hace
en nosotros es bueno, que es beneficioso para nuestro crecimiento en
la vida y que la buena voluntad de Dios existe dentro de todo. Así que,
ya se hallen las dificultades a la que nos enfrentamos en nuestra vida
diaria o en nuestro servicio a Dios, nunca debemos perder la fe o
desanimarnos, sino que debemos ser como las viudas que buscan
reparación y tienen un corazón constante y una fe auténtica en Dios,
que se presentan con frecuencia ante Él en oración y búsqueda a
esperar que Su voluntad nos sea revelada. Debemos creer que cuando
llegue el momento de Dios, obtendremos la iluminación y el
esclarecimiento del Espíritu Santo y veremos la omnipotencia, la
sabiduría y las maravillas de Dios.
Estos cuatro elementos de la oración son un camino de práctica
para la oración cristiana y si podemos tratar de ponerlos en práctica
cada día, seremos capaces de establecer una relación apropiada con
Dios y entender la verdad dentro de las palabras del Señor. Nuestra
condición espiritual será cada vez mejor, tendremos cada vez más
confianza en nuestra fe y en nuestro seguimiento de Dios. ¡Nuestras
oraciones también se ganarán la aprobación de Dios!
Nota del editor: Cómo orar para ganar la aprobación de Dios es
una verdad en la que necesitamos entrar urgentemente. Este ensayo
señala el camino de cómo deben orar los cristianos para que el Señor
nos escuche. Podemos orarle honestamente a Dios desde nuestras
almas, decirle a Dios lo que hay en nuestros corazones, conocer
nuestro lugar como seres creados y ofrecer a menudo oraciones para
que se cumpla la voluntad de Dios. Creo que si ponemos en práctica
estos cuatro principios, nuestras oraciones serán oídas por Dios. Ojalá
entremos juntos en este aspecto de la verdad.