Sei sulla pagina 1di 3

PARROQUIA SANTA MARIA REINA DE LOS MARTIRES

TEMA: LECTURA DEL EVANGELIO (14ene2019). LOS PRIMEROS APOSTOLES

Evangelio según San Marcos 1,14-20.

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la
Buena Noticia de Dios, diciendo: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está
cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia". Mientras iba por la orilla del mar
de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua,
porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de
hombres". Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un
poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también
en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca
a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

“Arrepentios y creed en la Buena Nueva!” nos dice Jesús. (Mc 1,15) ¿De qué hay
que arrepentirse? De nuestra indiferencia, de nuestra dureza de corazón. ¿Y qué
hay que creer? Que Jesús tiene sede de vuestro corazón y de los pobres. Él
conoce vuestra debilidad, desea sin embargo vuestro amor. Quiere simplemente
que le deis una oportunidad para amaros. (...) ¡Escuchadlo, escuchadle
pronunciar vuestro nombre. Y así, haced que mi alegría, y la vuestra, sea
completa (cf 1Jn 1,4). (Santa Teresa de Calcuta)
CONVERSION (Homilia de Monseñor Romero)

La conversión es como dar media vuelta. Conversión a la derecha, dicen los


militares para convertirse a un lado, para convertirse al otro. Media vuelta. La
conversión es volverse hacia Dios y cada vez más hacia Dios. La conversión la
señaló Cristo cuando dijo: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es
perfecto". ¿Cuándo vamos a llegar a ser perfectos como Dios? Lo cual quiere decir
que Cristo inspiró un movimiento sin límites: la conversión. La conversión es
preguntar en cada momento. ¿Qué quiere Dios de mi vida? Y si Dios quiere lo
contrario de lo que quiere mi capricho, hacer lo que Dios quiere es convertirme,
hacer mi capricho es pervertirme. ¿Qué quiere Dios con el poder político, por
ejemplo, en un país? Quiere que esas fuerzas unan moralmente, por la ley sana, las
voluntades de todos los ciudadanos al bien común; pero Dios no quiere que se use
el poder para atropellar, para golpear hombres, para golpear ciudades, pueblos: eso
es perversión. ¿Qué quiere Dios del capital, al hombre que le da dinero, haciendas
y cosas? Que se convierta; quiere decir, que sepa darle a las cosas creadas por Dios
el destino que Dios le dio a las cosas, qué son siempre de Dios el bienestar de
todos, el compartir con todos la felicidad. Y esto en grande; también en pequeño,
¿Qué quiere Dios de tu vida de hogar? Pues que tu unión con tu señora sea
bendecida por el sacramento santo del matrimonio. ¿Qué quiere Dios de la
intimidad, de la relación conyugal? La procreación. Si el hombre maliciosamente
interrumpe la procreación con medios artificiales, está bloqueando la voluntad de
Dios. Tiene que convertirse. ¿Qué quiere Dios del hombre frente al aguardiente?
Que se abstenga, que no abuse. Que no abuse; el uso es correcto, pero el abuso
siempre es pecado. Que se convierta.

Convertirse, pues, es un llamamiento al cual nos hace alusión la segunda lectura de


la carta a los Hebreos: "Habéis olvidado la exhortación paternal. No rechaces el
castigo del Señor. No te enfades por su reprensión".

Hermanos, cuando la Iglesia tiene que cumplir este deber, porque ella misma está
en proceso de conversión. Yo que les estoy hablando necesito convertirme
continuamente. El pecador, el religioso, la religiosa, el colegio católico, la
parroquia, el párroco, la comunidad, la Iglesia, pues, tiene que convertirse a lo que
Dios quiere en este momento de la historia de El Salvador.

Si uno vive en un cristianismo que es muy bueno, pero que no encaja con nuestro
tiempo, que no denuncia las injusticias, que no proclama el Reino de Dios con
valentía, que no rechaza el pecado de los hombres, que consciente por estar bien
con ciertas clases, los pecados de esas clases, no está cumpliendo su deber, está
pecando, está traicionando su misión. La Iglesia está puesta para convertir a los
hombres, no para decirles que está bien todo lo que hacen y por eso naturalmente
cae mal; todo aquel que nos corrige, nos cae mal. Yo sé que he caído mal a mucha
gente, pero sé que he caído muy bien a todos aquellos que buscan sinceramente la
conversión de la Iglesia, que somos todos.

HAGAMOS ECO DE LA PALABRA:

Abrámonos a la Palabra de Dios, ¿Qué me dice Dios en esta lectura, a que me


invita?, Que le contestaría Yo al mandato de Jesus: "Síganme, y yo los haré
pescadores de hombres"

Recordemos que el Eco ha de ser Autentico, Breve y Cristocentrico.

EDIFICACION COMUNITARIA
Como pudiera ser una conversión personal?
Como puedo hacer conversión en mi hogar?
Como puedo hacer conversión en mi pequeña comunidad?
Como puedo hacer conversión en mi pasaje de vivienda?
Santo Tomás de Aquino (1225-1274)

Dominico, teólogo, doctor de la Iglesia


“El envío del Espíritu Santo”
Hay que considerar que, cuando se dice que el Espíritu Santo ha sido
enviado, no es que cambie de lugar, puesto que él llena el mundo entero,
como lo dice el libro de la Sabiduría (Sb 1,7), sino que comienza a vivir
de una nueva manera, por la gracia, en aquellos que él convierte en
templo de Dios: “¿No saben que son templo de Dios, y que el Espíritu
de Dios habita en ustedes?” (1 Cor 3,16) Y no es una contradicción decir
que ha sido enviado y que viene, pues decir que viene, nos hace ver de
manifiesto la majestad de su divinidad, él que “opera” “como lo desea”
(1 Cor 12,6 y 11), y decir que es enviado, muestra que procede de otro.
En efecto, el hecho de santificar a la creatura racional habitando en ella,
lo recibe de otro, de quién recibe el ser, como el Hijo recibe de otro todo
lo que hace. Remarquemos también que la misión del Espíritu Santo
viene conjuntamente del Padre y del Hijo, así como lo expresa el
Apocalipsis: “El Ángel me mostró el río de agua de la vida-es decir el
Espíritu Santo- procedente del trono de Dios y del Cordero- es decir de
Cristo.” (Ap 22,1) Es por esta razón que, para la misión del Espíritu
Santo, se hace mención del Padre y del Hijo por los cuales, en virtud de
un mismo e igual poder, es enviado. También Cristo presenta a veces al
Padre como aquél que envía, pero no sin el Hijo “El Paráclito, el
Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre” (Jn 14,26) y a veces
se presenta él mismo como aquel que envía, pero no sin el Padre: “que
yo les enviaré desde el Padre” porque todo lo que opera el Hijo, lo saca
del padre: “Le Hijo no puede hacer nada por su cuenta.” (Jn 5,19).

Potrebbero piacerti anche