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Vectores sanitarios

“MAL DE CHAGAS”

Arnaldo Menay L.

María José Mendoza O.

Saneamiento ambiental

Docente: Alex Jara J.


INTRODUCCION

La Enfermedad de Chagas es una infección común en América latina, donde se


estima que hay entre 8 y 11 millones de personas infectadas. Quienes viven en
zonas rurales están más expuestos al riesgo que quienes residen en zonas
urbanas. De todos los infectados, cada año entre un 20% y un 40% desarrolla
la enfermedad de Chagas crónica y se estima que cada año mueren entre
10.000 y 12.000 personas a causa de esta enfermedad.

Hay entre 70 y 100 millones de personas expuestas a sufrir esta enfermedad.

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana debe su nombre al


médico brasileño Carlos Chagas, quien la descubrió en 1909. El trabajo de
Chagas fue especial en la historia de la medicina, por ser el único investigador
que pudo describir por completo una enfermedad infecciosa, es decir, el
patógeno, su vector y hospedador, las manifestaciones clínicas y la
epidemiología.
Actualmente el médico e investigador hispano brasileño Pedro Albajar Viñas es
el responsable del programa de la OMS para la lucha contra la enfermedad de
Chagas.

La enfermedad tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres de


América Latina. Es reconocida por la OMS como una de las 13 enfermedades
tropicales más desatendidas del mundo y por la Organización Panamericana
de la Salud como una enfermedad desatendida de las zonas rurales y agrícolas
de varios países.
I.- El mal de Chagas

El mal de chagas es causada por parásito Trypanosoma cruzi, que es


transmitido principalmente a los animales y al hombre a través de insectos
vectores llamadas “vinchucas”. Estas, son hematófagas, es decir, se alimentan
de sangre al picar en la piel sana de los seres humanos o animales infectados.
La infección se produce cuando las vinchucas después de alimentarse eliminan
sus heces o fecas con el parasito sobre la piel, el tripanosoma Cruzi (parasito)
entra en contacto con la sangre a través de las rascaduras de la picadura o por
traslado inconsciente de las deposiciones a los ojos o boca.

La enfermedad es una zoonosis que afecta a varios vertebrados salvajes,


desde donde también puede ser transmitida al ser humano a través de
triatominos, tales como Triatoma infestans, Rhodnius prolixus y Panstrongylus
megistus, entre otros.
Triatoma infestans

Rhodnius prolixus es el principal vector


en Colombia, Venezuela, Guatemala,
Honduras y algunas zonas de Nicaragua
y El Salvador
Triatoma dimidiata, un vector muy
importante en América Central.

Panstrongylus megistus.

Si no se le trata, la infección dura toda la vida y puede ser mortal.


La importancia de esta enfermedad, es que la mayoría de los pacientes no
presenta síntomas iniciales, por lo tanto, no saben que están infectados con el
parasito, sumado a que el curso de la enfermedad es crónico puede tardar
entre 10 a 30 años para manifestar signos y síntomas.
II. Contagio

La transmisión natural de T. cruzi en la que interviene el vector se lleva a cabo


en tres ciclos: el doméstico, en el cual el vector infecta de manera exclusiva la
vivienda humana en áreas rurales y suburbanas; el peridoméstico, donde se
mantienen alrededor de núcleos de población humana, y el enzoonótico, que
se presenta alejado de asentamientos humanos y con participación exclusiva
de reservorios silvestres y ecotopos naturales.

La enfermedad se transmite de forma activa, es decir, el vector (insecto


triatomino) favorece la infección. Se trata de una transmisión biológica ciclo-
reproductiva, ya que el parásito se reproduce y presenta metamorfosis en el
vector (insecto triatomino). En vertebrados, el protozoo penetra principalmente
a través de la piel herida, conjuntivas o mucosas, usando como vehículo las
heces de los insectos triatóminos infectados.

La gente puede quedar infectada de varias maneras. En las zonas endémicas,


la forma principal de transmisión es a través de los vectores, llamada también
Vía vectorial y el principal vector o vinchuca corresponde al triatoma Infestans
pero también se puede infectar a través de las siguientes vías:

1) Vía transfusional

Esta vía de transmisión corresponde a la segunda causa más frecuente en


América Latina, la transmisión se produce por el ingreso del Trypanosoma
Cruzi producto de la sangre contaminada. Afortunadamente en Chile a partir el
año 2008, toda sangre donada en cualquier banco de sangre del país, se
realizan estudios microbiológicos asegurando la calidad y la libre presencia de
este microorganismo. No obstante, si Ud. ha recibido trasfusiones de sangre en
otro país de Latino América podría estar en riesgo de padecer la enfermedad.

2) Vía transplacentaria

Esta vía de transmisión actualmente es la principal estrategia sanitaria de


nuestro país, corresponde a la infección de una madre portadora de
enfermedad de Chagas que por vía transplacentaria (placenta), transmite el
parasito infectando al feto, esto ocurre generalmente en el segundo y tercer
trimestre.
Las medidas de prevención se realizan mediante la identificación de los
anticuerpos frente al T. Cruzi. Este examen debe ser solicitado por la matrona o
el medico en el primer control prenatal en su centro de salud más cercano.

3) Vía trasplantes o accidentes de laboratorio

Por medio de trasplantes también se puede adquirir la enfermedad, es


importante conocer que todo órgano trasplantado debe ser sometido a estudios
microbiológicos para identificar la presencia del parasito.
Por otro lado, los accidentes de laboratorio son poco comunes, y corresponde a
la manipulación de microorganismo en laboratorios lo cuales a través de
accidentes involuntarios pueden infectar al personal.
4) Vía oral

Corresponde al consumo de alimentos contaminados con las heces de las


vinchucas infectadas, ocurre generalmente cuando no se realizan la limpieza
de las frutas o verduras. En Chile no hay casos autóctonos reportados con esta
vía de transmisión.
III.- Sintomatología

La enfermedad de Chagas presenta una etapa aguda, etapa indeterminada y


una etapa crónica.

La etapa aguda comienza entre seis y diez días después de la infección y dura
entre cuatro y ocho semanas. La mayoría de las veces es asintomática y su
origen suele pasar inadvertido ya que el cuadro clínico, con fiebre,
linfadenopatías, aumento del tamaño de hígado y bazo, suele ser leve y
semejante a muchas enfermedades infecciosas de mayor prevalencia. En
algunos casos, a nivel del sitio de inoculación, se produce un aumento de
volumen edematoso que se denomina chagoma. Si ocurre alrededor del ojo,
este aumento de volumen se denomina “signo de Romaña”. Rara vez, en la
etapa aguda en niños de entre uno y cinco años puede desarrollarse una
miocarditis o meningoencefalitis con pronóstico grave o fatal.

La fase aguda puede presentarse sin síntomas o con síntomas muy leves, que
incluyen:

• Fiebre

• Malestar general

• Hinchazón de un ojo si la picadura está cerca de este

• Área inflamada y enrojecida en el sitio de la picadura del insecto

Después de la fase aguda, la enfermedad entra en remisión. Es posible que no


se presente ningún otro síntoma durante muchos años. Cuando los síntomas
finalmente se presentan, pueden incluir:

• Estreñimiento

• Problemas digestivos

• Insuficiencia cardíaca

• Dolor abdominal
• Latidos cardíacos fuertes o acelerados

• Dificultades para tragar

La fase indeterminada suele ser asintomática, pero pueden presentarse fiebre,


anorexia, linfadenopatía, hepatosplenomegalia leve y miocarditis. Algunos
casos agudos (10 a 20%) se resuelven en un período de dos a tres meses
dando lugar a una fase crónica asintomática ahora llamada fase indeterminada,
la cual se caracteriza por la persistencia de la infección sin presentar
problemas clínicos para reaparecer sólo varios años más tarde.
En la etapa crónica, a la cual llegan entre el 30% y el 40% de todos los
pacientes chagásicos, tras un período sin síntomas que puede durar muchos
años, puede desarrollarse una cardiomiopatía difusa grave o una dilatación
patológica (megasíndromes) del esófago y colon (megaesófago y megacolon
respectivamente). La importancia de esta parasitosis radica en su elevada
prevalencia, grandes pérdidas económicas por incapacidad laboral y muerte
repentina de personas aparentemente sanas.
Durante la infección crónica, el equilibrio entre la contención de parásito
inmune y la inflamación dañina de los tejidos del huésped determina el curso
de la enfermedad. Si la respuesta inmunológica es ineficiente, o,
paradójicamente conduce a daños en los tejidos, tanto la carga de parásitos
como la inflamación aumentan. Por el contrario, una respuesta inmune bien
ejecutada, en el que se baja carga parasitaria y las consecuencias inflamatorias
se mantienen al mínimo, el daño tisular es pequeño.

El corazón es el órgano más frecuentemente afectado en la enfermedad de


Chagas crónica. El examen macroscópico de los corazones de pacientes
chagásicos crónicos que murieron de insuficiencia cardíaca revela una
marcada dilatación ventricular bilateral, a menudo con el lado derecho del
corazón más dilatado que el izquierdo.
IV.- hábitat de desarrollo

La enfermedad de Chagas, como ya hemos mencionado está presente en


toda américa latina, a través de distintos vectores (vinchucas) el de mayor
importancia para Chile se llama “Triatoma Infestans”. No obstante, las
migraciones de población a gran escala desde las zonas rurales a las zonas
urbanas en Latinoamérica y a otras regiones del mundo han aumentado la
distribución geográfica y cambiado la epidemiología de la enfermedad de
Chagas.
Por lo anterior, la distribución del Chagas en el territorio nacional se divide
en dos; zona endémica, donde está presente el vector o vinchuca, esta
corresponde desde la región de Arica y Parinacota hasta O’Higgins,
incluyendo la Región Metropolitana y Zona No endémica, no hay presencia
del vector o vinchuca, el cual corresponde desde la región del Maule hasta
la región de Magallanes. Chile en particular, se encuentra con interrupción
de la transmisión de la enfermedad a través de la picadura del vector desde
el año 1999, no obstante, la existencia del vector en zonas silvestres o peri
domiciliaria, principalmente en las regiones que abarcan desde Arica y
Parinacota hasta la región de O’Higgins, incluyendo la región metropolitana,
no obstante, producen un riesgo potencial de este tipo de infección.
La enfermedad tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres
debido a que Los insectos se encuentran frecuentemente en casas hechas
de materiales ligeros como barro, adobe, paja y techo de palma, así como
también en ambientes peri domiciliarios, de origen silvestre (gallineros,
corrales, faenas mineras, depósitos de leña). Durante el día, los insectos se
ocultan en las grietas de las paredes y los techos y, durante la noche,
cuando los residentes están durmiendo, salen de sus escondites.

Como se menciona Estos vectores se encuentran en grandes cantidades en


la naturaleza, donde transmiten el parásito a otras muchas especies de
mamíferos a partir del reservorio natural.

Los factores de riesgo para la enfermedad de Chagas incluyen:

• Vivir en una choza donde los redúvidos habitan en las paredes


• Vivir en Centro o Sudamérica
• La pobreza
• Recibir una transfusión sanguínea de una persona que porta el
parásito, aunque no tenga la enfermedad de Chagas activa.

V. Pruebas y exámenes

La enfermedad de Chagas se diagnostica a través de análisis de sangre. Si se


determina que usted tiene la enfermedad de Chagas, le deben hacer una
prueba para medir la actividad del corazón (electrocardiograma), así como
también exámenes para ver el estado de su sistema digestivo (colonoscopía o
enema baritado) aunque se esté sintiendo bien. Asimismo el medico evaluara si
Ud. es un candidato para iniciar tratamiento antiparasitario.

En caso de encontrarse embarazada, con el fin realizar un control efectivo de la


enfermedad, y evitar transmitir el parasito al recién nacido, toda mujer
embarazada que habita en zonas endémica, se debe solicitar en el primer
control prenatal el examen anticuerpo anti Trypanosoma Cruzi.
En el caso, de mujeres embarazadas que habitan en zona no endémica, el
médico tratante o la matrona a través de preguntas específicas sobre el estado
de salud, antecedentes familiares y otros, evaluará la solicitud de este examen.

El examen físico puede confirmar los síntomas. Los signos de la enfermedad


de Chagas pueden incluir:
✓ Enfermedad del músculo cardíaco

✓ Inflamación de hígado y el bazo

✓ Inflamación de los ganglios linfáticos


✓ Latido cardíaco irregular

✓ Latido cardíaco rápido

Los exámenes pueden incluir:

• Hemocultivo para buscar signos de infección


• Radiografía del tórax
• Ecocardiografía (utiliza ondas de sonido para crear imágenes del corazón)
• Electrocardiograma (ECG, examina la actividad eléctrica en el corazón)
• Enzimoinmunoanálisis de adsorción (ELISA) para buscar signos de infección
• Frotis de sangre para buscar signos de infección

VI.-Tratamiento

Hay dos formas de abordar el tratamiento y ambas pueden salvar la vida del
paciente:

1. Tratamiento antiparasitario, para matar el parásito; y


2. Tratamiento sintomático, para controlar los síntomas y los signos de la
infección.

El tratamiento antiparasitario es más efectivo en la fase temprana de la infección,


pero no está limitado a casos en la fase aguda. Por lo que se requiere una
evaluación médica especialista que determinara el inicio del tratamiento.
La mayoría de la gente no necesita estar hospitalizada durante el tratamiento. El
tratamiento sintomático puede ayudar a la gente que tiene problemas cardíacos
o intestinales causados por la enfermedad de Chagas. Por ejemplo, los
marcapasos y los medicamentos para controlar los latidos irregulares del
corazón pueden salvar la vida a algunos pacientes con enfermedad cardíaca
crónica.
La fase aguda y la enfermedad de Chagas reactivada deben recibir tratamiento.
También se debe tratar a los niños nacidos con la infección.

Se recomienda el tratamiento de la fase crónica en niños y la mayoría de los


adultos. Los adultos con enfermedad de Chagas en fase crónica deben hablar
con su proveedor de atención médica para decidir si el tratamiento es
necesario.

Se usan dos fármacos para tratar esta infección: benznidazol y nifurtimox.

Los dos a menudo tienen efectos secundarios. Estos pueden ser peores en las
personas mayores. Los efectos pueden incluir:

• Dolores de cabeza y vértigo

• Pérdida del apetito y pérdida de peso

• Daño neurológico

• Problemas para dormir

• Erupciones cutáneas

Alrededor de un tercio de las personas infectadas que no reciben tratamiento


enferman de Chagas sintomática o crónica. Pueden pasar más de 20 años
desde el momento de la infección original para que se presenten problemas
cardíacos o digestivos.

Los ritmos cardíacos anormales pueden causar la muerte súbita. Una vez que
se presenta la insuficiencia cardíaca, la muerte generalmente ocurre al cabo de
algunos años.

La enfermedad de Chagas puede provocar las siguientes complicaciones en


preexistencias:
• Agrandamiento del colon

• Agrandamiento del esófago con dificultad para deglutir

• Enfermedades cardíacas

• Insuficiencia cardíaca

• Desnutrición

VII.- Prevención

El control de los insectos con insecticidas y las viviendas que tengan menos
probabilidad de tener altas poblaciones de insectos ayudarán a controlar la
propagación de la enfermedad.

Los bancos de sangre en Centro y Sudamérica examinan a los donantes en


busca de exposición al parásito. La sangre se descarta si el donante porta el
parásito.

En la actualidad no hay medicamentos ni vacunas para prevenir la infección. Los


viajeros que duermen en sitios cerrados en edificaciones bien construidas (por
ejemplo, cuartos de hotel con aire acondicionado o mosquiteros) corren poco
riesgo de exposición a los insectos triatominos infectados, pues estos infestan
las viviendas de menor calidad y son más activos durante la noche. Las medidas
de prevención incluyen el rociado de las viviendas infestadas con insecticidas de
acción residual, el uso de mosquiteros tratados con insecticidas de acción
prolongada, el uso de ropa protectora y la aplicación de repelente de insectos en
las áreas expuestas de la piel. Además, los viajeros que acuden a países de
Latinoamérica con enfermedad endémica de Chagas, sin control del vector,
deben estar atentos a otras rutas de transmisión posibles, entre las que se
incluyen la transmisión a través de la sangre y de los alimentos.
Otra forma de prevenir la enfermedad, es el control de salud en caso de las
embarazas a quienes se les debe solicitar el examen de análisis de sangre el
cual detecta los anticuerpo del T. Cruzi, controlando la transmisión de una madre
infectada a su hijo.
CONCLUCION
Este tipo de enfermedad presentan un gran riesgo para la población ya que al
ser desatendida los métodos de prevencion de contagio son muy precarios,
aunque en nuestro país se presente un porcentaje de infección pequeño, el
riesgo de contagio por la gran cantidad de inmigrantes este último tiempo es
preocupante.

Es trascendental realizar campañas para prevenir contagios por vías no


directas con el vector y además facilitar recursos para eliminar los hábitats y en
general las condiciones que favorecen la presencia del vector mismo en las
zonas rurales.

BIBLIOGRAFIA
https://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_Chagas
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001372.htm

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