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5. Memoria y atención
Al margen de los efectos mencionados, se ha comprobado que estas sustancias
participan en la memoria y atención, facilitándola en la medida que el bienestar aumenta
la capacidad y muchos estímulos son asociados a estados emocionales.
6. Participación en la sexualidad
Diversas investigaciones reflejan que la liberación de endorfinas tiene un papel
muy relevante en la sexualidad, facilitando el deseo y induciendo la síntesis y
liberación de hormonas que predisponen al mantenimiento de relaciones. Asimismo, se
trata de uno de los tipos de sustancia que facilitan las vinculación romántica entre los
miembros de la pareja, al provocar sensaciones de felicidad y bienestar.
1. Reírse
Los estudios demuestran que el hecho de reírse sinceramente produce endorfinas.
Bromear y el sentido del humor puede ayudarnos, tanto a nosotros mismos como a
otros, a mejorar nuestro estado de ánimo y hacernos más felices.
Acudir a sesiones de risoterapia también ha demostrado tener cierto nivel de eficacia,
debido a que la risa es en general contagiosa debido a la actividad de las neuronas
espejo. De hecho, incluso aunque no se trate de una risa sincera el esfuerzo muscular
ya provoca la secreción de endorfinas, lo cual a su vez facilita que aparezca una risotada
genuina.
2. Cumplir un objetivo
El hecho de conseguir algo deseado también nos produce una honda satisfacción,
cosa que se traduce en un aumento en la producción de endorfinas. La sensación de
logro y la consecución del objetivo, haya una recompensa extrínseca o no, mejora
nuestro bienestar. Especialmente cuando el nivel de esfuerzo empleado ha sido elevado.
4. Ejercicio físico
Es de conocimiento común que correr o hacer deporte genera endorfinas.
Concretamente se recomiendan los ejercicios cardiovasculares y aeróbicos, ya que
producen una mayor nivel de esfuerzo físico, mayor sensación de logro y mayor
satisfacción posterior.
5. Relajarse
La síntesis de endorfinas no depende únicamente de realizar una acción concreta.
Muchas veces basta únicamente con relajarse. Darse un baño, escuchar música, leer
algo por gusto o simplemente meditar pueden generar gran cantidad de endorfinas,
especialmente después de un dia estresante.
6. Dormir
Mantener una buena higiene de sueño resulta fundamental para mantener alta la
producción de endorfinas. Es por ello que después de un sueño reparador solemos
despertarnos de buen humor, y a la inversa en el caso de dormir mal. El sueño
satisfactorio facilita una actitud positiva y la presencia de energía necesaria para realizar
cualquier actividad.
8. Enamorarse
Más de una vez se ha escuchado decir que el amor es como una droga. Lo cierto es
que esta expresión es más correcta de lo que se piensa, debido a que las sensaciones de
felicidad y satisfacción que sentimos cuando nos enamoramos son producidos a nivel
bioquímico por las endorfinas, junto a otras sustancias como la dopamina y la
noradrenalina.
Un riesgo
La producción de endorfinas y el mantenimiento de las sensaciones que producen son
algo muy deseable y buscado por la mayoría de personas. Sin embargo, es necesario
tener en cuenta que se trata de sustancias que, si bien se generan de forma endógena y
por lo tanto no producen un enganche por sí mismas, suponen un elevado nivel de
bienestar que puede ser buscado por el individuo de forma activa e incluso
compulsiva.
Así, las conductas empleadas para alcanzar un nivel de endorfinas que nos haga sentir
bien pueden tornarse adictivas muy fácilmente, pudiendo producir tolerancia,
dependencia y problemas de abstinencia. Ello que puede provocar la búsqueda
compulsiva de sensaciones e incluso promover conductas altamente arriesgadas.
Asimismo, en algunas personas dicha búsqueda de la réplica de los efectos de las
endorfinas conduce al consumo de diferentes drogas, con los peligros y efectos
secundarios que éstas suponen.