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5 de Julio de 2009
LOS PROBLEMAS PARA LA MISIÓN: I
Hechos 6:1‐8:4
Introducción: Gracia y paz a usted en nombre de nuestro Trino Dios. ¿Cómo está
hermano lector? Quisiera que juntos pensemos unos minutos en la actitud que
asumen los creyentes de una congregación frente a los problemas que a veces la
invaden. ¿Sabe usted que no existe la iglesia ideal desde un punto de vista
administrativo? Todas las iglesias locales enfrentan dificultades. Pero, ¿qué se puede
hacer frente a la inferencia de un problema? Acompáñeme en la lectura unos
minutos para ver si podemos llegar a alguna conclusión.
Lucas nos dice en Hechos 2:47, “… Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que
habían de ser salvos;” luego agrega en el 5:14, “Y los que creían en el Señor
aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres”. Sin embargo, si
usted observa en el capítulo 6:1, Lucas inserta la siguiente declaración, “En aquellos
días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos
contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución
diaria”. En otras palabras, en tanto que la iglesia crecía en número, así también
comenzaban a levantarse problemas dentro de ella.
Desafortunadamente hoy, muchos huyen de las iglesias cuando ven algún síntoma
de problemas y, buscan ansiosamente un lugar donde no los haya en absoluto. Se
van descorazonados, irritados, y aun respirando amenazas contra la congregación
que se abandona. De más está decir que tal lugar no existe en este mundo. Es más,
no hay ninguna iglesia descrita en el Nuevo Testamento en la cual no haya habido
problemas; una de las razones del por qué se han escritos las cartas del Nuevo
Testamento es justamente, entre otras cosas por supuesto, para orientar con el fin
de corregir deficiencias.
En este caso del libro de Hechos 6, lo notable no es la aparición de problemas, sino la
actitud con que los primeros creyentes los abordaron; observe, lo que hicieron:
1. Organizaron la iglesia, 6:17
2. Defendieron la iglesia, 6:87:60
3. Sufrieron por la iglesia, 7:59
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IGLESIA BAUTISTA CASTELLANA
Pastor: Edgardo Piesco
IGLESIA BAUTISTA CASTELLANA
343 Keele Street, Toronto, ON, M6P 2K6;
Tel. (416) 963-9073
www.iglesiabautistacastellana.ca
ibcastellana@rogers.com
¿Para qué hicieron esto? Pues, para que la iglesia continúe con su labor misionera
encomendada por Cristo; 1:8, “… me seréis testigos… hasta lo último de la tierra”, a
pesar de que en el proceso, se levanten problemas dentro de ella.
Ahora, me gustaría que, en esta ocasión, concentremos la atención en el cap. 6:1‐7
que nos habla sobre “la organización de la iglesia”. Nos dice el texto que hubo un
problema en la distribución a la viudas que, por lo visto, eran del sector griego de los
judíos. (Es importante tener presente que algunos judíos nacieron y crecieron en el
extranjero; estos eran de origen griego). Sin embargo, si bien es cierto que este
problema en la distribución podía fracturar la integridad de la iglesia y su
testimonio, había un peligro mayor, la obstaculización o paralización de su misión
de predicar el evangelio, por razones de causa social. El ministerio de la caridad es
necesario, pero, jamás debe ser el prioritario de la iglesia, sino, el predicar el
evangelio. Cristo no vino a abrir un comedor en este mundo, sino a salvar a
pecadores en el mundo. No vino con la misión de alimentar a los perdidos, sino a
rescatarlos de la condenación; en el proceso, manifestaría la caridad, cierto, pero
esto como consecuencia y no como objetivo primario.
El v.2 dice “no es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las
mesas”; la palabra “justo”, en su sentido etimológico y con la partícula negativa en el
original significa, no acomodarse a la opinión y los deseos de los demás. Lo que hay
que postular son los deseos del Señor que es el “ser testigos de Cristo hasta lo último
de la tierra”. Se corría el riesgo entonces de perder de vista el sentido urgente y
prioritario de la predicación y reemplazarlo con otros programas que desenfocarían
la razón del porque se había insertado la iglesia en este mundo. Así que, lo que
hicieron estos hombres, frente al peligro presente fue, organizar la iglesia; de tal
manera que, la predicación y la oración no fueran obstaculizadas.
En definitiva, se procuró un programa nuevo, innovador para la época, que cumplía
con el propósito de no estorbar la misión primaria del pueblo de Dios.
Desafortunadamente hoy, muchas veces que aparece un problema, no se busca
organizar la iglesia para solucionarlo, sino que muy a menudo, se desfigura la
situación de tal manera que el pueblo desemboca en el enfado, relaciones rotas,
abandono de iglesias, y cosas por el estilo que causan más mal que, una contribución
positiva al trabajo misionero de la Esposa de Cristo.
Contemple en este texto, el carácter de la organización de la iglesia enfrentando
problemas:
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Pastor: Edgardo Piesco
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Se escoge personal apropiado y dispuesto para resolver problemas:
a. Creyentes de la iglesia
El v.3 dice, “Buscad… hermanos, de entre vosotros…” Note que “vosotros” apunta al
sector de donde se levantaron las quejas. ¿Cómo deducimos eso? Pues, en la lista de
nombres que fueron sugeridos como diáconos en el v.5, se mencionan a, “Esteban;
Felipe; Prócoro; Nicanor; Timón; Parmenas y Nicolás”; ninguno tiene nombre hebreo,
cada uno, un nombre griego. Normalmente, cuando en una iglesia hay algún
problema de administración, se buscan personas de entre los que, supuestamente,
causan el problema, no los que protestan contra el mismo. Sin embargo, en este
caso, es del sector que presenta la protesta de donde se debía buscar el personal
para darle alguna solución. ¡Qué cuadro interesante es este! Imagine por un instante
si en las iglesias contemporáneas aquellos que apuntan su dedo a los problemas de
una congregación, tomaran la iniciativa de, al detectarlos, hacer algo positivo para
resolverlos, en lugar de perpetuarlos, o, hacerlos más grande; ¡qué distinta serían
nuestras congregaciones! ¡Qué testimonio misionero al mundo de cómo gobernar
las crisis y dificultades en la obra!
Por otro lado, hoy la iglesia ha tomado mucho material prestado del mundo perdido
para corregir sus deficiencias; incluso su tipo de culto y de alcance a las masas es de
carácter empresarial con uso de estrategias de mercadeo. Tome en cuenta esto y
medite en ello. Los primeros creyentes, cuando enfrentaron problemas de
organización interno en la iglesia, buscaron personal dentro de ella para resolver y
mejorar sus funciones con el fin de continuar su labor misionera.
b. Creyentes que cumplan su tarea
El v.3c, cierra diciendo, “… a quienes encarguemos de este trabajo”. “Este trabajo”
aquí es enfático. Encargados para resolver el problema a mano, no para aumentarlo
o perpetuarlo. Hoy, los que son delegados para ayudar a resolver problemas, o bien,
no hacen su trabajo, sino que se envuelven en otros, o bien, hacen el trabajo de
aumentar el problema y en última instancia, dividir las iglesias. Estos debían ser
personas capaces de ayudar en la organización de la iglesia. Note lo siguiente:
1) De buen testimonio
2) Bajo el control de Espíritu Santo (eso es lo que implica “llenos del E.S.)
3) Con entendimiento de lo que oficiarán
A veces se emplean personas en los ministerios de las iglesias que no están
preparados para hacer sus tareas; de allí que hoy en la iglesia hay predicadores que
no saben de qué hablan, o líderes que están allí por figurar en frente de la
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Pastor: Edgardo Piesco
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congregación, en lugar de preferir estar atrás sirviendo convenientemente a los de
la fe.
Por otro lado, las iglesias hoy, contratan a pastores y líderes para ser “presidentes”
de una corporación que debe producir estadísticas numéricas de convertidos por
año, ser un malabarista en cuanto a administración, y un galán carismático que gane
un concurso de míster, o ahora también miss simpatía. Los creyentes, no están
cumpliendo su tarea.
Al final, en este caso relatado por Lucas, los creyentes, por haber organizado la
iglesia para resolver un problema, nos dice el v.7, que experimentó resultados
elocuentes, “Y crecía la palabra de Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba
grandemente….”
Es lamentable que, a veces lo que obstaculiza la misión de la iglesia no es el mundo,
la persecución y otros factores externos a ella, sino, ante todo, agentes internos.
Conclusión: Mi estimado hermano, piense bien en esto, el problema para la misión
podemos ser nosotros mismos. Es necesario que nos organicemos de tal manera que
podamos seguir adelante con nuestra misión, a pesar de los problemas.
Considérelo.
Pastor Edgardo Piesco
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