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ABUNDANDO EN RIQUEZAS DE GENEROSIDAD

“Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado


a las iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de tribulación, la
abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su
generosidad” (2 Corintios 8:1-2…9:1-14).

INTRODUCCION: En esta mañana examinaremos partiendo de estos dos


textos, lo que dice Pablo respecto a la generosidad cristiana en cuanto a la
ofrenda, en los capítulos 8 y 9 de segunda a corintios.
Cuando Pablo se reunió con los apóstoles originales, se pusieron de
acuerdo en dividir el campo de misiones. Pablo se concentraría en los gentiles,
y ellos se concentrarían en los judíos (Gálatas 2:9). Pero sí le hicieron una
petición a Pablo: que recordara la cantidad de creyentes en Jerusalén que
necesitaban ayuda financiera (Gal 2:10).
A Pablo le daba gusto recordar estas necesidades, porque esto les daba a
los creyentes gentiles una oportunidad para tener contacto con los creyentes
judíos. Ya que el evangelio comenzó entre los judíos, era apropiado para los
cristianos gentiles reconocer y estar agradecidos por el pueblo judío. Podían
hacer esto compartiendo algunos de sus bienes materiales.
Por lo tanto, como parte de su obra con las iglesias gentiles, Pablo coordinó
una ofrenda para los santos en Jerusalén (Romanos 15:25-28; 1 Corintios 16:1).
Él describió la importancia de esta ofrenda en 2 Corintios 8 y 9.
Él comenzó describiendo cuán generosos habían sido los creyentes en el
norte de Grecia (Macedonia, consistía en las iglesias de Filipos, Tesalónica y
Berea): “Ahora, hermanos, os hacemos conocer la gracia de Dios que ha sido
concedida a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación,
la abundancia de su gozo y su extrema pobreza abundaron en las riquezas de
su generosidad” (8:1-2).
Aunque eran muy pobres, eran muy generosos, y Pablo atribuye esto a la
gracia de Dios. Dios les había dado la voluntad de dar de lo poco que tenían, y
hacerlo con gozo. “Doy testimonio de que espontáneamente han dado de
acuerdo con sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos
ruegos que les concediéramos la gracia de participar en la ayuda para los
santos” (8:3-4).
Ya que los mismos macedonios eran pobres, Pablo no les pidió dar nada
para los pobres en Jerusalén, pero ellos se enteraron acerca de la colecta y
querían ayudar. Dieron más de lo que Pablo pensaba que podían dar. (Podemos
leer acerca de la gratitud de Pablo en su carta a los filipenses).

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“Y superando lo que esperábamos, se dieron primeramente ellos mismos
al Señor y a nosotros, por la voluntad de Dios” (8:5). ¿Por qué dieron ellos?
Porque se entregaron a Cristo, lo que incluiría la voluntad de usar todo lo que
tenían para avanzar su obra. A medida que se sometían a Cristo, deseaban
participar en esta ofrenda.
Pablo sin duda quería que los corintios siguieran este ejemplo. Los
macedonios demostraron que la madurez espiritual conduce a la generosidad
material. Los corintios tenían más dinero y debían ser aún más generosos.
Veamos lo que Pablo no enseñara respecto a la colecta generosa:

I. Lo primero que Pablo presenta son verdades acerca de la ofrenda (versos


1-5)

1. La primera verdad sobre la ofrenda es que esta es “una gracia” (vv.1


cf. 6). Pablo aquí da a conocer la gracia que había sido concedida a la
iglesia que se encontraba en Macedonia. Ellos eran ejemplo para los
corintios, ya que esa abundancia de generosidad era un producto de la
gracia de Dios. Por esta razón afirmamos juntamente con Pablo, que
para que una persona posea un espíritu generoso y no mezquino la
gracia debe haber trabajado en ellos. Sin la obra de gracia en el
corazón el hombre lo único que puede dar es mezquindad. Al leer el
texto la gracia había trabajado en los hermanos macedonios. Otra cosa
importantísima es que la ofrenda es una gracia en sí misma.
2. La segunda verdad es que la ofrenda puede ejercitarse incluso dentro
de la pobreza” (vv.2-3). Cuando la gracia no ha trabajado en nosotros
siempre tenemos muchas excusas: soy una persona pobre y tengo
muchas necesidades, otra excusa común es no tengo trabajo o gano
muy poquito o mi esposo es el que trabaja y yo no tengo o gano nada.
No obstante dice Pablo que las iglesias de Macedonia estaban: 1) en
grande prueba de tribulación, y 2) en una profunda pobreza. Sin
embargo, veamos qué gran contraste. Ellos estaban en grande prueba,
pero tenían abundancia de gozo. También tenían una profunda
pobreza pero abundaron en riquezas de generosidad. Que paradójico
o incomprensible.
Lo lógico hubiese sido que en la grande prueba de sufrimiento,
ellos hubiesen abundado en una profunda tristeza, y en la profunda
pobreza, en lugar de ser generosos, hubiesen pedido que se les diera.
Pero no fue así ¿Por qué razón? Porque la gracia los había poseído.
Que maravillosa verdad que nos dejaron estos hermanos es que no hay
excusas para ser generosos o participar en la generosidad. Pablo da

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testimonio en el vr.3 que estos hermanos dieron de dos formas: 1)
conforme a sus fuerzas, y 2) más allá de sus fuerzas. Esto es un muy
buen incentivo para nosotros. Que cuando demos, demos de acuerdo
a nuestras capacidades y aun mucho más allá de ellas. Ellos dieron no
porque Pablo les predico un sermón sobre la generosidad, sino que
estos dieron de manera libre y voluntaria. No se nos debe olvidar que
aquellos que hemos sido receptores de la gracia, la generosidad debe
ser una buena costumbre o habito, y por lo tanto no debería ser
necesario que se nos esté recordando de ello de vez en cuando. Seamos
generosos continuamente.
3. La tercera verdad acerca de la ofrenda es que esta es una forma de
tener comunión (v.4). Tan profunda era la gracia que habitaba en ellos
que rogaron para que se les permitiese dar. Para ellos esto eran un gran
privilegio, el poder ayudar a los santos de Judea que estaban
experimentando necesidad. También era una forma de servir. Hnos,
tener una buena disposición para ayudar a otros hermanos de la
iglesia, promueve la comunión y el amor mutuo. Cuando hay
mezquindad y tacañería en una congregación no se ve la comunión y
la armonía. Si queremos tener comunión y armonía dejemos hoy de
pensar tanto en nosotros y pensemos más en los demás. Ese es el
ejemplo de nuestro redentor (v.9). Él no pensó en él sino en nosotros.
Él pensó en nuestra necesidad. ¿piensa usted en su necesidad y no en
la de otros? Si usted piensa en la de otros y no en la suya, sus
contribuciones voluntarias y generosas ayudaran a promover el amor
y la comunión entre otros.
4. La cuarta verdad acerca de la ofrenda, es que esta debe ir precedida
de la dedicación o entrega de uno mismo (v.5). La generosidad de los
macedonios estaba basada en un buen fundamento. Este fundamento
era la entrega de ellos. Pablo dice que ellos se dieron libre y
voluntariamente al Señor, y luego a los siervos de Dios. Hermanos, es
importante que antes de dar contribuciones económicas, les suplico
que se entreguen al Señor para luego hacerlas, esto lo afirmo Pablo.
Es decir que la abundancia de riqueza de generosidad en los
macedonios, fue el efecto del compromiso que ellos tuvieron al
haberse rendido o entregado al Señor. Al parecer la iglesia de Corinto
nunca, al menos hasta el tiempo en que Pablo le escribe, le había
aportado ningún sostén financiero (Cf. 2 Cor 11:8-9; 12:13; 1 Cor
9:11-12). Al parecer los corintios necesitaban darse al Señor y luego
a los ministros. Esta era una iglesia inmadura (1 Cor 3:1). Una iglesia
inmadura, será siempre poco comprometida con el Señor y con sus

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hermanos. El Apóstol Pablo de los corintios tuvo poco apoyo
ministerial. Toda contribución que la gente hace en la iglesia, debe
estar dedicada al sostenimiento de los que predican y de los
necesitados (1 Tim 5:15; 5:3-9)

II. Los segundo que Pablo presenta los propósitos u objetivos de la ofrenda
(versos 7-9,14)

1. El primer propósito u objetivo que nos presenta Pablo al ofrendar es:


“abundar en todos los aspectos de la experiencia cristiana” (v.7).
Parece que la iglesia de corinto se había demorado demasiado en
cuanto a dicha colecta (un año. Vs.10). Sin embargo estaban muy
adelantados en algunas gracias o dones, como la fe, palabra,
conocimiento, y solicitud, pero en la gracia del dar no. Por eso Pablo
les dice que abunden en ellos, ya que en esto eran muy deficientes.
Por esta razón es importante agregarle a las virtudes cristianas la
generosidad o el dar. Yo soy cristiano en todos los aspectos de la vida
y no solo en algunos.
2. El segundo propósito u objetivo de la ofrenda es demostrar la
realidad del amor que hay en nosotros (v.8). Pablo les dice que sobre
salgan en esa gracia o abunden en esa gracia (v.7). Sin embargo, este
pedido no es una orden que deben obedecer, la generosidad no puede
lograrse por mandato, más bien está usando la oportunidad que le
ofrece la apelación a la ofrenda, para poner a prueba la sinceridad del
amor de ellos. La generosidad de los macedonios les planteaba un
desafío para dar. Solo el amor a Dios por su gracia permitiría a los
corintios superar esta prueba.
Hermanos, cuando ofrendamos ponemos a prueba el amor sincero
que expresamos por otros. Recordemos las palabras de Juan con
respecto a esto que dice: “Todo aquel que aborrece a su hermano es
homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente
en él. 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos.17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su
hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora
el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de hecho y en verdad”. (1 Juan 3:15-18)
3. El tercer propósito de la ofrenda es imitar a Cristo (v.9). Es en este
punto que el Apóstol Pablo introduce uno de los más magnos

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versículos en esta magna carta. Contra un fondo de las mezquinas
circunstancias de la vida en Macedonia y Corinto, pinta un atractivo
retrato de la más generosa Persona que jamás haya existido.
La palabra gracia se emplea en una variedad de formas en el NT,
pero aquí el significado es, sin confusión posible, el de la generosidad.
¿Cuán generoso era el Señor Jesús? Era tan generoso que dio todo lo
que poseía por nuestra causa, para que nosotros fuésemos eternamente
enriquecidos con su pobreza.
Él era rico en posesiones, poder, homenaje, comunión, felicidad.
Se hizo de pobre condición, en Sus circunstancias, en Sus relaciones
con los hombres. A nosotros se nos apremia dar algo de dinero,
vestido, alimento. Él se dio a Sí mismo.
Este versículo nos enseña la preexistencia de Cristo. ¿Cuándo fue
Él rico? ¡Desde luego no cuando vino al mundo como el Bebé de
Belén! Y desde luego no durante Sus treinta y tres años de
peregrinación como «extraño sin hogar en el mundo que Sus manos
habían hecho».
Él era rico en toda la eternidad pasada, morando con el Padre en
los atrios celestiales. Pero se hizo pobre. Se refiere no sólo a Belén,
sino también a Nazaret, Getsemaní y Gólgota. Todo eso fue por causa
nuestra, para que fuésemos enriquecidos con su pobreza.
Si esto es cierto, y desde luego que lo es, debería en tal caso ser
nuestro mayor gozo dar al Señor todo lo que somos y tenemos. Por
esta razón hermanos, imitemos a Cristo, la generosidad de él fue tan
grande que nos enriqueció cuando no éramos más que unos
miserables. Por eso sean generosos, solo de esta manera imitaremos a
Cristo.

III. Lo tercero que Pablo presenta son las promesas para los que ofrendan (2
Corintios 9:6-11)

1. La primera promesa es que recogerán generosamente (v.6). esto


depende de la generosidad con que se dé. Pablo anima a sus lectores a
realizar la generosa contribución de la que habla en el v. 5,
recordándoles una verdad que se comprueba en la agricultura: El que
siembra con generosidad también con generosidad cosechará. El
“sembrar” y “cosechar”, en este contexto, se refieren respectivamente
a la contribución que los corintios harían y a los resultados de la
misma. (Los resultados esperados se describen en los vv. 12-14.)

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Es importante aclarar que existe un peligro y una buena
motivación para ofrendar que se puede corromper si se espera una
recompensa equivalente (dar y hacerse rico). Las recompensas en el
NT no contemplan una ganancia material. Sin embargo, hay riquezas
prácticas en la tierra en términos de amor, amistad y otros recursos,
pero la riqueza más importante es ser rico en nuestra relación con
Dios. Aunque los regalos monetarios no se multipliquen en beneficio
nuestro, muchas otras semillas sembradas sí regresan al sembrador
muchas veces multiplicadas.
2. La segunda promesa consiste en que Dios ama al que da con alegría
(v.7). aquí pablo da las directrices sobre la forma de ofrendar y la
recompensa que tendrá aquel que da con generosidad no porque le es
impuesta una carga. El apóstol dice, que se debe dar como ha decidido
hacer en su corazón. Dicho de otra forma cuando se dé se debe hacer
libre y voluntariamente, no porque me toca.
Cuando se da libre y voluntariamente, no sale a flote ni la tristeza,
ni la necesidad. Por esta razón Dios promete que aquel que da
libremente lo amara no porque dio, sino porque lo hizo sinceramente,
es decir con alegría. Dios quiere que cuando demos nuestras
contribuciones: 1) planeemos lo que vayamos a dar “como propuso
en su corazón” (1 Cor 16:2).
No podemos dar con propósito y voluntariamente si el domingo
cuando recogemos las ofrendas buscamos que dar. Por esta razón el
sábado en la noche apartemos la ofrenda con eso sabemos que
daremos el domingo. 2) que cuando demos lo demos con alegra “con
alegría”. Dios ama a los alegres ofrendantes.
3. La tercera promesa, es que Dios hará que abunde en nosotros toda
gracia (v.8). ¿Qué significa esto? MacArthur dice, que Dios hará que
abunde en nosotros dinero y bienes materiales (v.11). Cada vez que el
creyente da con generosidad de sus recursos materiales, Dios se
encarga de reabastecerlos para que siempre los tenga en abundancia y
nunca pase necesidad (2 Cor 9:10 Cf. 2 Cron 31:10). Es importante
entender que es Dios quien hace todo esto, a diferencia de la filosofía
griega que insistía que era el hombre quien suplía. ¡Que orgullo y
auto-suficiencia!
Dios hará esto con el propósito o fin de que tengamos siempre
todo lo suficiente, para que como creyentes abundemos en buenas
obras. Dios a los creyentes siempre les da, no para que satisfagan sus
deseos egoísta y no esenciales, sino para que pueda atender las
necesidades reales que otros tengan (Dt 15:10,11; Ef. 4:28).

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IV. Lo cuarto que Pablo presenta son los resultados al ofrendar (2 Corintios
9:12-15)

1. La dadiva monetaria, satisfará las necesidades de otros (v.12a). Porque


al llevar esta ayuda a los hermanos, no solamente les llevamos lo que les
hace falta…
2. La dadiva monetaria moverá a que otros agradezcan y glorifiquen a Dios
por ello (vv.12b, 13) 13 sino que los movemos a dar muchas gracias a
Dios. Y alabarán a Dios, pues esta ayuda les demostrará que vosotros
obedecéis al evangelio de Cristo, y también honrarán a Dios por vuestra
contribución para ellos y para todos.
3. La dadiva monetaria demostraría la obediencia de ellos (v.13b)
4. La dadiva monetaria acercara a otros distantes hacia nosotros (v.14)

CONCLUSION: La generosidad es una virtud cristiana que traerá grandes


beneficiosos tanto a nosotros como a los demás. Recordemos que el prototipo
de generosidad es Dios mismo.
Por lo tanto hoy hago un llamado a todos aquellos que no han participado
de esa gracia o les cuesta, para que rindan su corazón hoy a Dios y decidan ser
generosos de manera voluntaria y libre sin que se tenga que estar sermoneando.
Dios fue tan generoso que dio a su Hijo único para que usd y yo fuéramos
enriquecidos. Si no ha sido enriquecido espiritualmente ¿quiere serlo? Oremos.

Por Jhon Espitia


13/02/2016

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