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Blanca Nieves y el Cazador

Un trabajo escrito por Antonia Folch

La película Blanca Nieves y el Cazador es un “retelling” de la conocida historia de la Blanca


Nieves. En esta, Blanca Nieves es una inocente niña/adolescente, princesa del reino que gobierna
su padre. Él, al ser viudo desde que Blanca Nieves era muy pequeña, se enamora de una hermosa
joven y decide casarse. Esta mujer resulta ser “malvada”, envenena al rey y toma el poder en su
lugar. Además, deja encerrada a Blanca Nieves en la prisión del castillo, de donde no puede salir
bajo ninguna circunstancia.

El “canon” de la reina malvada está tan arraigado en la historia, incluso desde sus orígenes, que
nunca se cuestiona la personalidad de la Reina. Siempre ha sido “mala”, incluso su nombre es
“Reina Malvada”, dejando muy poco espacio al espectador de que llegue el mismo a esa
conclusión.

Sin embargo, nadie nace con una personalidad predispuesta. Eso es el fruto de cómo nos criaron,
nuestras experiencias de infancia, las que van moldeando la forma en la que percibimos el mundo
y subsecuentemente, como reaccionamos a él.
A partir de eso, nos podremos cuestionar el porqué la reina llegó a ser malvada, cuales fueron las
experiencias que la llevaron a tomar sus terribles decisiones. Sin embargo, la pregunta más valiosa
sería: ¿Es la Reina Malvada realmente la antagonista? ¿Podría ser la víctima? Además, si pudo
llegar a serlo, ¿Cómo y porqué llega a ser catalogada tan categóricamente como la “mala”?

En primer lugar, debemos pensar en cómo fue su infancia. En la película, mediante flashbacks, nos
enteramos de que ella vivía con su familia en una especie de “clan”, pueblo que, al ser conquistado
por el rey, fue destruido. Ella y su hermano sobrevivieron, pero antes de ser separada de su madre
ella la “hechizó” para que tuviera una belleza increíble y eterna, incluso le dice que “ese será tu
poder”. La experiencia fue bastante traumática para la Reina, y podríamos deducir que esa es su
motivación para tomar control del reino, para vengarse.

Si analizamos esto, podemos decir que este cambio genera un conflicto interno en la antagonista.
No puede sobrevivir bajo el modo de vida de su clan, ya que tiene que adaptarse a un reino que no
lo acepta. Por ende, ella debe renunciar a ser como ella era, cambiar para poder regirse bajo las
nuevas reglas. Esto es de vida o de muerte para ella y su hermano. Como dice Antezana: “el niño
sufre una presión constante, tratando de hacerlo bien, de anularse incluso para lograrlo”. Como
nos los puede vencer, se une a ellos. Pero sólo en el sentido de internalizar sus reglas, pauteándose
con ellas para triunfar.
Y así es como llega al poder.
Parte de las reglas que ella incorpora, son las que rigen el mundo patriarcal. Uno que está
obsesionado con la imagen y que se basa en ella para juzgar a las mujeres. Pero siempre subyugada
a los hombres y al poder que ejercen sobre las mujeres. Como ella dijo antes de asesinar al rey:
“I was ruined by a King like you once. I replaced his queen, an old woman. And, in time, I, too,
would have been replaced. Men use women. They ruin us and when they are finished with us, they
toss us to the dogs like scraps. (…) When a woman stays young and beautiful forever, the world
is hers.”

Ella entendía muy bien cómo funcionada el mundo machista, y niega a ser usada, se rebela contra
ella usando sus propias debilidades en su contra: la obsesión por la imagen. Sin embargo, como
dice Riane Eisler: “una sociedad masculina, violenta y jerárquica comenzó a ser vista no solo como
normal, sino también como correcta”. Y es gracias a esta normalización, ese mundo donde los
abusos en contra ella están “bien”, que ella es vista como la antagonista, ya que se opone y toma
acción en su contra. Es una mujer que no es sumisa, ni “pura” e inocente, que son características
de las mujeres que son aprobadas por esta sociedad y que posee Blanca Nieves, tiene que ser
pintada indudablemente como malvada. De no ser así, el mito completo del se basa el reino,
colapsaría. No obstante, como mencioné, ella no se puede rebelar en contra del sistema
completamente. Debe aceptar que Blanca Nieves tiene poder gracias a su imagen, la que está
legitimada por el sistema, y es en contra de ella que libra la verdadera batalla por el poder. Es una
disputa por quién tiene la mejor imagen, una batalla basada en el lenguaje.

Esta situación se da por que el lenguaje juega un rol importantísimo en la jerarquización social.
No está únicamente para servir a objetivos prácticos, sino que también para obtener prestigio. Una
corona de oro no es valiosa únicamente por el material per se del que está hecho, sino que por el
valor cultural que se le asigna al oro y por lo que significa una corona; poder. Como dijo Rossi
Landi: “La búsqueda del prestigio social como el mayor bien independiente de las ventajas
materiales concretas muestra el enorme peso de los valores afectivos y simbólicos en el proceso
social”.
Esta dinámica la entiende muy bien la antagonista. La película hace un excelente trabajo al
explicitar con metáforas mágicas como van desarrollándose las relaciones de poder. A medida que
la reina pierde poder, se va avejentando y haciéndose más “fea”. Su imagen sustenta su poder
mágico y social. Blanca Nieves, por otra parte, nunca se vuelve más fea, por el contrario.

Sin embargo, esto va mucho más allá de las estructuras sociales. Se puede aplicar sobre lo que
entendemos como realidad. El lenguaje es realidad. Algo es cuando se dice que es. Un pensamiento
no existe si no formulas en palabras lo que piensas. Por lo tanto, la imagen de la Reina no es solo
como se ve, sino que es ella misma. Como ya fue mencionado, para ponerlo en los términos de
Bozal, su imagen se convierte en una figura, la que posee un significado y así se puede situar en
el mundo, bajo ciertas categorías. El significado se forma o cobra importancia cuando se entiende
intersubjetivamente. Su belleza no significaría nada si el resto de la gente no pensara que es
hermosa. Así, el poder de cierta forma siempre reside en la gente, ya que son ellas quienes a final
de cuentas les otorgan el poder a los gobernantes, líderes, etc.

De esta forma funciona el poder en la película, por más que nadie la quiera gobernando, existe el
llamado “conocimiento de las figuras, es decir, su reconocimiento frente a otras”. Ella es reina por
que está en la categoría dentro de lo que significa. El que nunca está escrito en piedra, vale decir.
Para algunas personas, la verdadera reina es Blanca Nieves, por ello le preocupa tanto a la Reina.
El juego de significados y reconocimiento puede balancearse en su contra.

Pero la reina no se esclaviza totalmente a lo que el ideario del reino piensa que es ser reina. Ella
de cierta forma igual lo resignifica, mantiene algunos consensos, los suficientes para ser
reconocida, pero también establece nuevas prácticas, nuevas formas de gobernar, una nueva
concepción de lo que significa ser reina.

Dada la importancia que cobra el “juego” de lenguaje aquí, se puede deducir que la imagen de la
Reina es más grande que ella misma. Los rasgos culturales que adopta, que son pura imagen, le
otorgan su estatus. A pesar de que la niña que fue sacada a la fuerza de su clan y la reina en la que
se convirtió son, en términos materiales y biológicos, la misma persona, en términos de lenguaje
y cultura no lo son. Cambia su imagen, su poder y si significado, todo en base a su belleza.
Sin embargo, las imágenes por sí solas no bastan para organizar a un reino completo. Son todas
estas juntas, en sus respectivas categorías jerarquizadas, las que organizan la concepción de mundo
de sus pobladores. A este conjunto le llamamos “mito”. Son de vital importancia no solo para los
gobernadores de gente que ejerce poder sobre una población, sino que también a nivel individual.
Todos necesitan basarse de mitos para vivir. Estos les dan sentido a nuestras vidas, una pauta sobre
qué está bien y mal, hacia dónde debo apuntar, cómo debo llevar mi vida. Los mitos más conocidos
son los de la religión. Un cristiano adopta los valores de su religión, y los practica por que eso lo
llevará al cielo. Ese es el objetivo que le da sentido a su vivir.

Tal es su grado de importancia, que muchas veces es usado como arma política. Como lo explica
Berman con el ejemplo de la visión mecanicista:

El éxito de la visión de mundo mecánica no puede ser atribuido a la validez inherente que pudiera
poseer, sino que (parcialmente) al poderoso ataque político y religioso hecho a la tradición
hermética por las elites europeas reinantes.
De eso podemos rescatar dos ideas:
Primero, que como ya se ha dicho, la forma de pensar de la gente es un arma tremendamente
poderosa. Configura la realidad. Por lo tanto, es de gran interés político usar esa forma de pensar
a su favor. Los reinantes europeos cambiaron de una visión mágica del mundo a una mecánica por
que esa implicaría una producción más eficiente de capital. En la película, la importancia del mito
se expresa en le hecho de que éste marca las motivaciones de la gente y sus acciones. El mito de
derrocar a la Reina y restaurar el reinado de la familia del antiguo rey, con Blanca Nieves a la
cabeza, sigue vivo en la gente que rechaza el nuevo orden. Si sigue vivo, va a haber gente que
luchará por ello, y surgirá mucho más fuerte si hay algún tipo de milagro que lo “pruebe”. En este
caso, la resurrección de Blanca Nieves es un ejemplo directo. Ella, recién vuelta de la muerte, se
para frente a su gente rebelde y dice un discurso que les da esperanza. La gente cree en ella, en el
mito de que ella es vida y que salvará al reino de su miseria.

En algunos casos, gente que no se identifica con el nuevo orden, de la Reina, se retrae de la
sociedad. Tal es el caso de los enanos. Antes eran criaturas más alegres, pero el cambio los obliga
a irse a vivir nuevamente a las cuevas, a esconderse, en tiempos como aquellos en donde no pueden
alzar la voz, eligen el silencio.
La segunda idea, es que ningún mito es el “verdadero”. Ninguno es menos válido que otro, solo
que presentan distintos beneficios y desventajas. Aun que los mitos sobre los que se basan la Reina
y Blanca Nieves son muy distintos, y por la puesta en escena de ambos se nota cual debería ser el
“bueno” y el “malo”, ambos tienen igual validez. Es decir, la Reina no es mala, solo lo es para
Blanca Nieves. Ella podría perfectamente tener su propia película en la que se muestra la crueldad
de la que fue víctima durante su infancia y cambiar bastante la perspectiva de los espectadores.

Así, la batalla entre ellas no es sobre quién tiene la mejor imagen, quién es mejor o quién es la más
buena o bonita. Ambas tienen pautas distintas sobre las que se miden. El verdadero conflicto es
sobre cual de sus mitos se legitimará como el correcto, no solo para ellas, sino que para todo el
reino.

En conclusión, no existe lo bueno ni lo malo. Cada uno tiene su perspectiva sobre el mundo basado
en sus propias experiencias. Lógicamente estas nunca estarán universalmente en concordancia, es
posible que diverjan o que choquen. Este conflicto es el que mueve no solo nuestras vidas diarias,
sino que el mundo y su historia también.

Todos seremos la “Reina Malvada” en la historia de alguien, de la misma forma en la que otras
personas ocupan ese papel en nuestras propias vidas. Pero son solo concepciones propias, de las
que hay tantas como humanos hay en la Tierra.

Por ello, para responder a nuestras preguntas iniciales, en la película la Reina sí es la antagonista.
Pero sólo en esa historia. En la suya ella misma es la víctima, siendo sus enemigos el Rey, Blanca
Nieves y todas las personas que los apoyan. La historia la escriben los que ganan (en este caso
película), y siempre contarán solo su perspectiva de los hechos. En ella pintarán a sus enemigos
de la forma más oscura posible, para que sus propios colores parezcan lo más claros y bonitos
posible.

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