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INTRODUCCION AL CONOCIMIENTO PROYECTUAL 1

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES - CICLO BÁSICO COMÚN

CATEDRA GUILLERMO GARCÍA - ex BOZZANO

UNIDAD II EL HOMBRE

2019
UNIDAD II EL HOMBRE

TP4 PROXEMIA
TRABAJO PRÁCTICO
PROYECTUAL 1 . 2019
Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO
“Lo que para una persona puede ser una distancia prudencial,
para otra puede ser un abismo.”
Haruki Murakami
TP N° 4
PROXEMIA

ENUNCIADO
Dado el concepto dimensional de PROXEMIA, analizar el empleo que hace el
hombre del espacio y cómo influye en las relaciones interpersonales.

OBJETIVOS
Conceptos:
• Comprender la importancia que tiene la PROXEMIA en el campo del diseño, como
respuesta a las necesidades del hombre.
• Introducir al alumno en la comprensión de la importancia de la conformación del
espacio en las relaciones y comunicación de las personas.
• Introducir al conocimiento de las diferencias en las interrelaciones personales de
las distintas culturas.
• Conocer los diferentes grados de definición en cada escala gráfica
Acciones:
• Diferenciar las distintas situaciones proxémicas.
• Jerarquizar y ordenar los datos observados.
• Analizar las distancias presentes en cada situación.
• Establecer conclusiones pertinentes y objetivas de lo observado.
• Utilizar herramientas gráficas claras y adecuadas en la elaboración del análisis.

MATERIAL DE APOYO
-Ficha TP4 PROXEMIA
-Fotos del evento “LOLLAPALOOZA ARGENTINA 2019”

MODALIDAD
Trabajo individual

DURACIÓN
3 clases

DESARROLLO
Analizar y detectar las distancias proxémicas presentes en diferentes situaciones
de interrelación de las personas presentes en el evento “LOLLAPALOOZA
ARGENTINA 2019” realizado en Buenos Aires en marzo del corriente año.

Se deberá REGISTRAR, GRAFICAR, ANALIZAR y COMPARAR cada una de las


distancias y sacar conclusiones.
Analizar situaciones correspondientes a las distancias:
-PÚBLICA
-SOCIAL
-PERSONAL

Se deberán registrar el ambiente que influye en las relaciones interpersonales, los


acercamientos y las distancias entre los personajes, sus características físicas, la
relación entre ellos, la percepción de los sentidos en las distintas distancias
proxémicas, el equipamiento, la iluminación, las voces, el sonido, los diferentes
modos expresivos utilizados en cada distancia, los factores culturales, etc.

Sentidos que se perciben: Sonido: voz, sonido ambiente, ruidos, música…


Vista: luz, textura visual, colores, brillos,
distorsiones, marco visual…

Sentidos que se intuyen: Táctil: texturas, temperaturas, densidades,


materialidad…
Olfato - Gusto: perfumes, olores, sabores…

Se utilizarán las fotos del evento y gráficos en distintas escalas.


Se analizará recurriendo a ideogramas y textos reflexivos.

SE HARÁ HINCAPIÉ EN EL ANÁLISIS, EL USO DE IDEOGRAMAS Y LA


DIAGRAMACIÓN GRÁFICA GENERAL DE LA LÁMINA.

CONDICIONES DE ENTREGA
• 1 Lámina A3 de SÍNTESIS GRÁFICA DE TEXTO DE EDWARD HALL (grupal).
• 1 Lámina A2 de ANÁLISIS DE TRES DISTANCIAS PROXÉMICAS (individual).

PAUTAS DE EVALUACIÓN
Contenidos:
 Verificación de la capacidad de análisis, interpretación y vinculación de
conocimientos con la realidad.
 Análisis, reflexiones y detección de las distintas instancias proxemicas y sus
conclusiones.
 Pertinencia de las cotas necesarias
 Relaciones con temas estudiados en prácticos anteriores. Comparaciones
pertinentes
Presentación y representación:
 Diagramación de la lámina, títulos, relación gráfico - fotográfico - texto. Prolijidad
 Dedicación e interés.
 Recursos empleados: Pertinencia de uso y calidad de los mismos. Expresividad.
UNIDAD II EL HOMBRE

TP 4 PROXEMIA
TEXTOS BIBLIOGRÁFICOS
PROYECTUAL 1 . 2019
Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO

proxemia: la antropología del espacio


Proxemia, del latín “proximus”, cerca y “ximus”, máximo
La palabra “proxemia” se utilizó inicialmente para definir las observaciones y teorías
interrelacionadas acerca del empleo del espacio por el hombre.
La proxémica, como manifestación de una cultura, tiene tres aspectos: los aspectos
en relación a los rasgos fijos, los rasgos semifijos y los informales.
El concepto proxemia se refiere al empleo y a la percepción que el ser humano
hace de su espacio físico, de su intimidad, de su espacio personal, cómo y con
quién lo utiliza.
El término proxémica fue introducido por el antropólogo Edward T. Hall en 1963
para describir las distancias personas mientras interactúan entre sí.

El territorio es una verdadera prolongación del organismo, marcada por las señales
visuales, vocales y olfativas. El hombre ha creado prolongaciones materiales de la
territorialidad, así también otros señaladores territoriales visibles e invisibles.
Por lo tanto, siendo la territorialidad relativamente fija, desde el punto de vista
proxémico se denomina espacio de caracteres fijos.

ESPACIO DE CARACTERES FIJOS


El espacio de caracteres fijos es uno de los modos fundamentales de organizar las
actividades de los individuos y los grupos. Comprende tanto las manifestaciones
materiales como las normas ocultas, incorporadas e interiorizadas, que rigen el
comportamiento cuando el hombre se desplaza.
Los edificios son una expresión de pautas de caracteres fijos, se agrupan de
modos característicos y están divididos interiormente según normas o diseños
culturalmente determinados. La disposición de las ciudades y del campo no es
casual sino sigue un plan, que cambia según el tiempo y la civilización.

El interior de una casa occidental está organizado con


zonas especiales para funciones especiales como
preparar los alimentos, la vida social, el descanso, el
aseo, el estudio, etc.
La gente que vive "en un estado constante de
desorden" es la que no logra clasificar las actividades y
las cosas según un plan espacial determinado,
uniforme, consecuente o previsible.

En el otro extremo de la escala está el espacio


“normatizado” como el de los espacios de producción
de las fábricas e industrias: las áreas de la cadena de
montaje de producción requieren de un diseño previo
con una organización precisa de los objetos en tiempo
y espacio.
La actual disposición interna de una casa es una definición reciente y moderna.

Como señala Philippe Aries, las habitaciones de las


casas europeas no tuvieron funciones fijas hasta el siglo
XVIII. Los miembros de una familia no gozaban de la
privacidad que hoy conocemos. No había espacios
consagrados ni especiales. Los forasteros iban y venían
a voluntad, y las camas y mesas se montaban o se
desmontaban según las necesidades de los ocupantes.
En el siglo XVIII, la casa cambia de forma.
En Francia se comienza a distinguir la “chambre”
(cámara o cuarto) de la “salle” (sala).
En Inglaterra, la función de una habitación también se
individualiza: el cuarto de dormir, el cuarto de estar y el
comedor. Las habitaciones se disponen de modo que
dan a un corredor o una sala grande, del mismo modo
que las casas dan a una calle.

Ya no se pasaba de un cuarto a otro. Libre de aquella atmósfera de “estación de


ferrocarril y protegida por nuevos espacios, la norma familiar comenzó a
estabilizarse y se manifiestó después en la forma final de la casa.

La relación entre el espacio de caracteres fijos y la cultura, en ninguna parte es tan


clara como en la cocina. Debe haber una congruencia entre los elementos del
diseño, la estatura y el cuerpo del usuario y las modalidades de las actividades a
desarrollar, entre otras cosas. El tamaño, la forma, la distribución y la ubicación de
la cocina en una casa, indica al usuario cuánto se sabe o se ignora por parte del
arquitecto o el diseñador de los detalles de los caracteres fijos a la hora de realizar
el proyecto.

Por otro lado, es muy grande la sensibilidad de las personas a la orientación


espacial, es un conocimiento bastante vinculado con la supervivencia y el buen
estado mental de las personas.

Ser desorientado en lo espacial contribuye al desorden


interno. Ante una circunstancia de peligro, la diferencia
entre actuar ordenadamente en un espacio y tener que
detenerse a pensarlo puede equivaler a la diferencia
entre la vida y la muerte, y esta regla se aplica del
mismo modo al conductor que trata de buscar su
camino entre el tráfico y al animal salvaje que huye de
los depredadores.
Autopista y carreteras de las grandes ciudades
constituyen ese entramado del transporte urbano.
PROYECTUAL 1 . 2019
Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO
Observa Lewis Mumford que la cuadrícula
uniforme y repetida de las ciudades americanas
"hace a los extraños sentirse tan a gusto como si
fueran antiguos habitantes".
A su vez los americanos, que se han acostumbrado
a la norma de este tipo de ciudades, suelen
sentirse frustrados cuando hallan algo tan
diferente, no se sienten como en su casa en las
capitales europeas que no siguen una traza simple.
Los que viajan y viven en el extranjero suelen
perderse en ellas.
Un aspecto interesante de esas quejas revela la
relación entre trazado y persona.
Casi sin excepción, quien llega a una ciudad
europea de organización medieval, siente cierta
confusión: los espacios se reconocen al
recorrerlos. A diferencia de las nuevas ciudades
americanas o la retícula cuadrangular romana, la
sorpresa es parte de la dinámica al transitar por las
ciudades amuralladas del medioevo.

Si quisiéramos exponer dos sistemas opuestos,


difícilmente hallaríamos dos más contrarios: el
sistema occidental subraya las líneas y les pone
nombres; el japonés trata los puntos de
intersección técnicamente y se olvida de las líneas.

En Japón, se ponen nombres a las intersecciones


de las calles pero no precisamente a las calles.
Las casas, en lugar de estar relacionadas con el
espacio, lo están en el tiempo, y se numeran según
el orden en que fueron construidas.

Mientras la norma japonesa pone de relieve las


jerarquías que se forman en torno a los centros, la
traza norteamericana tiene su fenómeno final en la
“uniformidad de los suburbios”, porque el número
de la vivienda en relación a la fecha de su
construcción es el mismo en todas las casas de un
vecindario, casas construídas todas juntas y de
producción en serie.

En cambio, en un barrio de casas japonesas, predomina la heterogeneidad y la


primer casa construida es un constante recordatorio a los residentes de cuál fue la
casa que estuvo allí primero.
Algunos aspectos del espacio de caracteres fijos no son visibles mientras no se
observa el comportamiento humano. Aunque el comedor “separado” ya casi ha
desaparecido en muchas casas occidentales, la línea que separa el espacio donde
se come del resto del estar sigue estando muy presente. O la “frontera invisible”
que separa un jardín de otro en los barrios cerrados de casas, como un verdadero
carácter fijo de la cultura social o por lo menos de algunas de sus subculturas que
se mantiene.

Tradicionalmente, los diseñadores se preocupan por los aspectos visuales de lo


que se ve y se olvidan que la gente lleva consigo internalizaciones del espacio de
caracteres fijos que han sido aprendidas desde el principio de su vida.
Acostumbrados a los amplios espacios de gran altura de medio oriente, la gente del
mundo árabe se siente deprimida cuando se encuentra en habitaciones pequeñas
de hoteles de ciudades occidentales.

El problema que se nos plantea hoy en el diseño y la reconstrucción de nuestras


ciudades es comprender las necesidades de mucha gente.
Estamos construyendo enormes edificios de apartamentos, gigantescos edificios de
oficinas y grandes centro comerciales sin entender las necesidades de sus
ocupantes.

El espacio de caracteres fijos es el molde en el que se da forma al


comportamiento de la gente.

Fue este aspecto del espacio el que entendía


Winston L. S. Churchill cuando se realizaba la
restauración de la Cámara de los Comunes después
de la guerra dijo: ''Nosotros configuramos nuestros
edificios y ellos nos configuran a nosotros".
Churchill temía que el apartarse de la organización
espacial íntima de la Cámara, donde los contrarios
se sientan enfrentados unos a otros y separados por
un angosto pasillo, esto alteraría seriamente el
funcionamiento al sistema de gobierno.

La globalización de las ciudades es otro punto a considerar: muchas veces los


cambios y la introducción de nuevas tecnologías se realiza con dificultad.
En ciudades de todo el mundo se incorporan modalidades provenientes de otros
lugares del planeta que poco se relacionan con el modo de vida local.
En el siglo XX, Japón ha tenido serios problemas para integrar el automóvil a sus
ciudades: las avenidas o vías rápidas para conectar distintos sectores de la ciudad
son poco importantes, para la cultura japonesa es prioridad cumplir con las
necesidades de cada área de la ciudad.
Tokio es la ciudad del Japón más famosa por sus embotellamientos de tránsito.
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Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO
El automóvil también se ha adaptado poco a la India,
donde las ciudades son enormes amontonamientos de
autos entre la gente y la sociedad tiene complicados
aspectos jerárquicos. A menos que los ingenieros
indostanos consigan diseñar finalmente carreteras que
separe a los peatones con su ritmo de los rápidos
vehículos, la falta de consideración de los
automovilistas respecto de los que se mueven de a
pie, seguirá siendo en perjuicio de la gente más pobre.

Incluso los edificios diseñados por el francés Le Corbusier en Chandigarh, India,


tuvieron que ser modificados por los mismos residentes para hacerlos habitables a
su modo de vida.
Los indios cerraron y tapiaron los balcones que diseñó Le Corbusier para
transformarlos en…cocinas!

ESPACIO DE CARACTERES SEMIFIJOS


A mediados del siglo XX, EL Dr. Humphry Osmond, encargado de dirigir un centro
de salud e investigación en el hospital de Saskatchewan, USA, realizó una serie de
estudios de comportamiento social a partir de la observación de grupos de
personas.
Este centro fue uno de los primeros ámbitos en los que quedó claramente
demostrada la relación entre la interacción de las personas y las características de
un espacio de caracteres semifijos.

Osmond observó que algunos espacios, como los grandes halles de las estaciones
de tren, tienden a mantener apartadas a las personas unas de otras.
Denominó a esos espacios como “espacios sociófugos”.
Otros espacios, como las veredas de los cafés franceses, tienden a reunir a la
gente.
A esos espacios los denominó “espacios sociópetos”.

En el hospital de Saskatchewan abundaban los espacios sociófugos y escaseaban


los que hubieran podido calificarse como sociópetos.

A esta desventaja, se sumaba un dato curioso: el personal que trabajaba en este


centro prefería dichos espacios sociófugos porque eran más fáciles de ordenar y
conservar en buen estado. Las sillas de las salas eran del tipo tándem, fáciles de
acomodar después del horario de visita, se ordenaban rápidamente en filas a lo
largo de todas las paredes.

Un ámbito que llamó la atención de Osmond fue el área de geriatría de mujeres del
hospital. Recientemente construída, la sala estaba totalmente renovada, el
equipamiento era nuevo y la sala limpia e impecable. Las dimensiones del lugar
eran las adecuadas, había espacio suficiente y los colores eran agradables.
Sin embargo, las pacientes cuanto más estaban en la sala, menos interactuaban
entre sí, no conversaban, permanecían en silencio y sin comunicarse.

Advirtiendo que el espacio era más sociófugo que sociópeto, Osmond comenzó a
observar las relaciones entre el equipamiento de la sala y los vínculos de las
pacientes.
En busca de un lugar que ofreciera situaciones
diferentes donde las personas pudieran
relacionarse y conversar, se observó la
cafetería del hospital, equipado con mesas de
90 x 180 cm. para seis personas.
Como se ve en la figura, las mesas
proporcionaban seis diferentes distancias y
orientación.

Se establecieron las posibles interacciones:

F-A en una esquina


C-B juntos en un lado
C-D de lado a lado, a lo ancho
E-A de punta a punta, por la parte más larga
E-F diagonalmente de lado
C-F diagonalmente de frente

Luego de numerosas sesiones de observación en que las conversaciones se


estudiaron a intervalos controlados se descubrió que:

-las conversaciones entre F-A en la esquina de


la mesa, eran el doble de frecuentes que las
conversaciones entre C-B, quienes se
encontraban una al lado de la otra.
-las conversaciones entre C-B laterales, eran
tres veces más frecuentes que las
conversaciones entre C-D, una frente a otra.
-en otras posiciones no hubo conversaciones.

Las personas que estaban en un ángulo recto una frente a otra se vinculaban seis
veces más con conversaciones que las situaciones de personas enfrentadas cara a
cara a través de los 90 cm. de la mesa y el doble que la situación lateral, de una
persona junto a la otra.
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Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO
Los resultados de estas observaciones orientaban a una solución al problema de la
falta de contacto de las pacientes:

-Con mesas pequeñas para que cada paciente tuviera su propio lugar y espacio,
aumentarían su territorialidad.
-Mesas cuadradas podrían contribuir a estructurar más relaciones entre las
pacientes de modo que hubiera máximas oportunidades para conversar e
interactuar.

Una vez logrado este punto, se hizo un nuevo registro de conversaciones. Si bien
la reestructuración de la sala se encontró al principio con cierta resistencia, se pudo
comprobar que el número de éstas se había duplicado.
Finamente se logró un aumento de la interacción verbal.

Por último, las conclusiones obtenidas de las observaciones realizadas en el


ámbito de un hospital no son aplicables universalmente.
Estas reflexiones sólo pueden ser referidas a un determinado ambiente, entre
determinadas personas y en un contexto sociocultural particular.

Por otro lado, debe tenerse en cuenta que lo que es sociófugo en una cultura
puede ser sociópeto en otra. Lo que en una civilización es espacio de caracteres
fijos puede serlo de semifijos en otra o viceversa. Los espacios son definidos de
acuerdo al contexto y a los aspectos culturales de cada sociedad.

En Japón las paredes son móviles, se abren y cierran conforme cambian las
actividades del día, las personas permanecen en el mismo lugar mientras las
actividades cambian.
En las viviendas occidentales, la gente pasa de una habitación a otra, de una parte
de la casa a otra, para realizar actividades diferentes: comer, dormir, trabajar o
convivir con los parientes.

Lo deseable en u espacio es la congruencia entre el diseño y la función que


alberga, para que la interacción de las personas responda a la función primordial a
cumplir.

Estructurar los caracteres semifijos puede tener un profundo efecto en el


comportamiento de las personas.

Es tarea del diseñador definir el carácter espacial: espacios de permanencia que


convocan a las personas e invitan a quedarse, como también espacios de
transición que agilizan la circulación de las personas e impulsan a continuar hacia
otros ámbitos.

Un espacio sociófugo no debería ser necesariamente un ámbito inadecuado,


ni un espacio sociópeto un entorno universalmente bueno.
EL ESPACIO INFORMAL
Es la categoría de experiencia espacial más importante para el individuo, son las
distancias que se mantienen en los encuentros con otras personas.

Estas distancias son, en su mayor parte, la


conciencia del espacio exterior propio y el registro
de los alcances del espacio exterior ajeno.

Se lo denomina espacio informal porque no es el


espacio declarado, no porque carezca de formas,
contenidos o importancia, sino porque las normas
espaciales informales tienen límites distintos para
cada persona.

Con un significado profundamente individual y


subjetivo, este concepto la espacialidad proxémica
forma una parte esencial de cada cultura: las
lecturas individuales de los espacios y los límites
personales de la gente, son registros que están
fuertemente arraigados al contexto social que ha
acompañado a cada individuo desde su origen.

El espacio alrededor del cuerpo, varía en función de


los aspectos personales, regionales o los aspectos
propios de cada cultura.

En relación a la esfera de las experiencias


personales, las percepciones individuales del
espacio, refieren a las distancias mantenidas entre
los individuos cuando interactúan entre sí.

En un mundo globalizado, el diseñador debe


conocer los contextos que determinan al espacio
informal como una herramienta que permita
respetar los espacios individuales, los límites
establecidos por cada cultura y garantizar con éxito
la interacción de diferentes culturas.

El equipamiento, la organización espacial, los


objetos y la indumentaria como productos de diseño
para las personas deben contemplar esta mirada
proxémica.

El espacio informal es un espacio dinámico en el que cada cultura determina el


alcance del espacio físico que rodea a cada persona.
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Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO

las distancias en el hombre


“A unas treinta pulgadas de mi nariz está la frontera de mi persona,
todo el aire intacto que hay entremedio es privado...
…a menos que con ojos íntimos te haga señas fraternales,
no lo pases rudamente: que no tengo cañón, pero sí …escupo.”
“The birth of architecture”
W. H. Auden

Las aves y los mamíferos no solamente tienen· territorios que ocupan y defienden
contra los animales de su especie; hay también una serie de distancias uniformes
que mantienen entre uno y otro.
Heini Hediger, un biólogo conocido como el "padre de la zoobiología", ha llamado
a estas dimensiones como distancia de fuga, distancia crítica, distancia personal y
social.
El hombre suele tratar de un modo uniforme las distancias que lo separan de sus
congéneres. Con muy pocas excepciones, la distancia de fuga y la distancia crítica
han sido eliminadas de las reacciones humanas. Sin embargo, son la distancia
personal y la social las que se mantienen presentes todavía.

¿Cuántas clases de distancias tienen los seres humanos y cómo las distinguimos?
¿Qué diferencia una distancia de otra?

Una fuente común de información acerca de la distancia que separa a dos


personas es la altura de la voz, existen cambios de voz asociados con las
distancias.
La gente habla en voz baja cuando está muy cerca y vocea para cubrir grandes
distancias, la cuestión es cuántos cambios hay entre esos dos extremos.
De acuerdo a estas diferencias se establecieron cuatro distancias diferenciadas:
íntima, personal, social y pública.
EL DINAMISMO DEL ESPACIO
El hombre siente la distancia del mismo modo que los animales. Su percepción del
espacio es dinámica porque está relacionada con la acción lo que puede hacerse
en un espacio dado y no con lo que se alcanza a ver mirando pasivamente.

Se intuye una relación entre las distancias, el comportamiento humano y los tipos
de personalidad. Hay personas introvertidas y extrovertidas, autoritarias e
igualitarias, apolíneas y dionisiacas y todos los matices y grados de personalidad.
Además cada uno de nosotros tenemos un cierto número de situaciones de
interacción aprendidas e incorporadas a nuestro comportamiento social.

La forma más simple es la relacionada con respuestas a las interacciones íntimas,


personales, sociales y públicas.
Así como hay individuos que jamás desarrollan la fase pública de su personalidad y
por ello no pueden llenar espacios públicos; son malos oradores, presidentes o
personajes públicos, hay otras personas que tienen problemas con las zonas
íntimas y personales, no toleran la proximidad con otros.

Conceptos como el tono de voz, la posición, la distancia y el proceso de selección


pueden identificarse claramente en cada situación acorde a sus diferencias.
La presencia o ausencia de la sensación de calor producida por el cuerpo de otra
persona señala la línea que separa el espacio íntimo del no íntimo. El perfume del
cabello recién lavado y el esfumarse los rasgos de otra persona vista de muy cerca
se combinan con la sensación de calor y crean intimidad.

Cada persona puede registrar los modos cambiantes de entrada de información


sensoria e identificar los diferentes puntos estructurales en el sistema de
percepción de la distancia.

Se van identificando uno por uno los productos de aislación, separación y


diferenciación, también los de acercamiento y proximidad. Todos ellos componen
las series determinandose así cada una de las zonas íntimas, personales, sociales
y públicas.

Las descripciones de las cuatro zonas han sido obtenidas de observaciones,


reflexiones y entrevistas estandarizadas con grupos de personas representativas
de la sociedad.

Las primeras investigaciones se realizaron con entrevistas cuyo objeto de estudio


fueron personas adultas hombres y mujeres, pertenecientes a la clase media de
una sociedad occidental, en un contexto ambiental neutro.

Cada una de las cuatro zonas de distancia tiene una fase cercana y una fase lejana
que establecen sutiles diferencias en cada zona de distancia.
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Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO
DISTANCIA ÍNTIMA
En la distancia íntima, la presencia de otra persona es inconfundible y a veces
puede ser muy molesta por la demasiado grande afluencia de datos sensorios.
La visión, a menudo deformada, el olfato, el calor del cuerpo de la otra persona, el
sonido, el olor y la sensación del aliento, todo se combina para señalar la
inconfundible relación con otro cuerpo.

Es la distancia de interacción relacionada con los distintos sentimientos, la


distancia del amor y de la lucha, de la protección y el confortamiento.

DISTANCIA ÍNTIMA - FASE CERCANA


En esta fase cercana predomina el contacto físico o la gran posibilidad de una
relación física en la conciencia de ambas personas.

El empleo de sus receptores de distancia se


reduce grandemente, salvo en la olfacción y la
sensación de calor radiante, que se intensifican.
En la fase de contacto máximo se comunican los
músculos y la piel.
La visión es borrosa. Cuando es posible ver bien
a la distancia íntima como en los niños la imagen
general está muy aumentada y estimula en
buena parte a la retina.
A esa distancia se puede ver con extraordinario detalle. Los músculos oculares, al
mirar oblicuamente, proporcionan una visual diferente, que no puede confundirse
con ninguna otra distancia.
La vocalización a distancia íntima desempeña un papel verdaderamente mínimo en
el proceso comunicativo, la comunicación se efectúa principalmente por otras vías.
Un murmullo aumenta la distancia. Las vocalizaciones que se producen en esta
distancia son, en gran parte, involuntarias.

DISTANCIA ÍNTIMA - FASE LEJANA


(Distancia de 15 a 45 cm.)
Las manos pueden alcanzarse y la cabeza
aparece de un tamaño mayor, muy grande y los
rasgos de la cara muy deformados.

La capacidad de enfocar la vista fácilmente es un


aspecto importante de esta distancia. Los poros
de la piel de la cara aparecen agrandados y los
pequeños vasos sanguíneos de la esclerótica del
ojo se ven claramente.
En la visión clara (15 grados) entra la parte superior o inferior del rostro, que se
percibe agrandado. La nariz se ve más grande que en la realidad y se ve deforme,
así como otros rasgos tales como los labios, los dientes y la lengua.

En la visión periférica (30 a 180 grados) entran el perfil de la cabeza y los


hombros, incluyendo manos y brazos.

Buena parte del malestar físico que sienten muchas personas cuando los extraños
entran indebidamente en su esfera íntima, se manifiesta en la deformación del
sistema visual, se pierde el enfoque bien definido y correcto del otro, a quien no
conocemos y deberíamos ver con claridad..

Entre los 15 a 45 cm., la voz se mantiene normalmente en un nivel muy bajo o se


reduce mínimamente a un susurro.
El lingüista Martin Joos dice ''la pronunciación íntima evita claramente dar la
información al destinatario desde fuera de la epidermis del que habla. Se trata
sencillamente de recordar al que recibe la comunicación un sentimiento que ya está
dentro de la epidermis del hablante".

El calor y el olor del aliento de la otra persona pueden advertirse, así como también
algunas personas son capaces de notar el aumento o disminución del calor del
cuerpo de la otra persona.

En el subte y los autobuses llenos de gente,


personas extrañas unas a otras se ven a veces
envueltas en relaciones espaciales proxémicas
que normalmente se clasificarían entre las
íntimas.

Estas distorsiones espaciales conllevan a


situaciones de proximidad ajenas a la interacción
natural de las personas.

En los ascensores llenos, las manos se


conservan pegadas al cuerpo, se emplean para
tomarse a alguna barra del ascensor. El lenguaje
corporal denota incomodidad y contrariedad.
Se evita la expresividad y cada pasajero
permanece en su mundo interior.
Los ojos se fijan en la nada y no se les permite
posarse en nadie como no sea fugazmente.

Las normas proxémicas no son de ningún modo universales: reglas que rigen a la
situaciones de intimidad tales como el acercamiento o tocar a los demás, no
pueden considerarse constantes en todas las culturas de la misma manera.
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Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO
DISTANCIA PERSONAL
Distancia personal es el término que empleó Hediger para designar a aquella
medida que separa constantemente a los miembros de las especies de no
contacto.
Según esta clasificación, puede considerarse a la distancia personal como una
especie de “esfera” o “burbuja protectora” que mantiene separado a un animal
entre sí y los demás.

A partir de esta distancia personal se establecen las distintas interacciones entre


los miembros de una sociedad.

DISTANCIA PERSONAL - FASE CERCANA


(Distancia· de 45 a 75 cm.)
La sensación cenestésica de proximidad o sensación general de existencia del
propio cuerpo, establece la distancia en relación a la otra persona.

Es la distancia en la que uno puede tomar


distancia o acercar a otra persona.

No hay deformación visual de los rasgos de esa


otra persona, pero hay notable reacción de los
músculos que rigen los ojos.
Un ángulo visual de 15 grados capta la parte
superior o la inferior del rostro de otra persona.

DISTANCIA PERSONAL - FASE LEJANA


(Distancia de 75 a 120 cm.)
Es la “distancia del brazo" como una manera de expresar la fase lejana de la
distancia personal.
Los asuntos de interés y relación personales se tratan en esta distancia.

Se extiende hasta el punto en que dos personas


pueden tocarse los dedos estirando los brazos.
En esta distancia son visibles los detalles
faciales del otro.

La visión clara de 15 grados abarca la parte


superior o la inferior del rostro.
La visión periférica de 180° capta las manos y
todo el cuerpo de una persona· sentada.

Se advierte el movimiento de los brazos, pero no se registra todo el cuerpo.


El nivel de la voz es moderado. No es perceptible el calor corporal.
Puede percibirse claramente el perfume de la otra persona.
DISTANCIA SOCIAL
Es la distancia que el "limite de dominación" hacia el otro.

No se advierten los detalles visuales íntimos del rostro y nadie toca ni espera tocar
a otra persona en esta distancia proxémica.
El nivel de la voz necesario para esta distancia es el normal.
Las conversaciones pueden alcanzarse a oír a una distancia de hasta 6 m.

DISTANCIA SOCIAL - FASE CERCANA


(Distancia de 1.20 a 2 m.)
El tamaño de la cabeza se percibe normalmente; a medida que uno se aparta del
sujeto y se va captando una parte cada vez mayor de la persona hasta alcanzar a
ver el cuerpo entero.

Se perciben las texturas, los colores, brillos


generales y el cabello.
A esta distancia se tratan asuntos impersonales,
que podrán ser escuchados por otras personas.
Las personas que trabajan juntas tienden a
emplear la distancia social cercana.
De pie y mirando a una persona a esa distancia
se produce un efecto de superioridad y de
dominación frente a la otra persona.

DISTANCIA SOCIAL - FASE LEJANA


(Distancia de 2 a 3.5 m.)
Es la distancia de la observación completa de la otra persona.
El discurso comercial y social es el apropiado en esta distancia.

La figura entera del otro con el espacio de su


entorno se ven claramente.
Se pueden detectar los ojos y la boca de la otra
persona en la región de visión más clara.
No es necesario mover los ojos para captar todo
el rostro.
El nivel de la voz es elevado y puede oírse en
una habitación adyacente si la puerta está
abierta.

Es más importante mantener el contacto visual a esta distancia que en situaciones


más cercanas, condicionado culturalmente el no sostener la vista al otro es
interpretado como una forma de excluirlo o de poner término a la conversación.

Los escritorios de los despachos de jefes son lo bastante anchos para tener a los
visitantes en la fase lejana de la distancia social, aún en oficinas pequeñas.
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DISTANCIA PÚBLICA
Es la distancia en la que no hay relación directa con la otra persona. No hay
posibilidad de contacto físico. Es posible ver al otro, pero no se puede interactuar
directamente con él.
Corresponde habitualmente a los varios metros que rodean a una autoridad en su
aparición pública, o a un actor en escena.
Se utiliza en conferencias, coloquios o charlas.

DISTANCIA PÚBLICA FASE CERCANA


(Distancia de 3.5 a 7.5 m.)

La voz es alta.
Los lingüistas han observado que a esta distancia se produce una cuidadosa
elección de las palabras y de la forma de las frases, así como cambios
gramaticales, sintácticos, etc. La designación de "estilo formal", empleada por
Martin Joos, es apropiada: "Los textos formales requieren un planeamiento previo”.

Ya no son visibles los detalles de la epidermis y


los ojos.
El color de los ojos va dejando de ser perceptible;
sólo el blanco de los ojos es bien visible.
Se comprende la visión global de todo el cuerpo y
el espacio en torno suyo.
Puede verse periféricamente a otras personas
presentes.

DISTANCIA PÚBLICA FASE LEJANA


(A partir de los 9 m.)
Es la distancia pública de los personajes públicos. Del orador con las masas.

En la comunicación no verbal, una parte se del


mensaje se transforma en ademanes y en
posiciones del cuerpo. Se pierden los sutiles
matices del significado así como los detalles de
la expresión facial y el movimiento.

No sólo la voz sino todo lo demás deben ser


amplificado y sintetizado.
El ritmo de la pronunciación se hace más lento,
las palabras se enuncian con más claridad. El orador se ve de cuerpo entero, de
tamaño pequeño y rodeado de su espacio inmediato. El público se percibe
homogéneo y continuo.
Interviene la iluminación focalizada en el orador y la penumbra en el público.
Entre las personal del se replican las distancias personales y sociales de otras
actividades, con las mismas características..
En “The making of the President” en 1960, Theodore H. White describe una
reunión protagonizada por el futuro presidente:
“J.F.Kennedy entró con su paso largo y ligero, joven y flexible saludando a los que
se encontraban al paso. Bajó los escalones del lugar para dirigirse a un rincón
donde lo esperaban su hermano y su cuñado. Los demás que estaban en el lugar
iniciaron un movimiento hacia él pero se detuvieron. Una distancia de unos 6 m. los
separaba pero era infranqueable, se mantenían aparte y lo miraban. Después de
unos minutos Kennedy se volvió y murmuró algo a su cuñado. Éste atravesó el
lugar y los invitó a pasar. Uno por uno fueron felicitándolo pero ninguno podía
atravesar la pequeña distancia que los separaba sin ser invitado, porque ése podía
ser el presidente de los Estados Unidos.”

La distancia está determinada por otros factores que definen conductas,


necesidades y valores que están implícitos en el conjunto social, es tarea del
diseñador conocerlos e incluirlos.

¿POR QUÉ CUATRO DISTANCIAS?


La hipótesis que sustenta el sistema de clasificación proxémica es el
comportamiento que llamamos territorial, que entraña la aplicación de los sentidos
para distinguir entre un espacio o distancia y otro.
Una distancia específica depende de la interrelación de la personas.

El sistema de clasificación en cuatro distancias se basa en observaciones


realizadas entre las personas de diversos lugares.
Las distancias proxémicas difieren en todas partes del mundo.

En algunos lugares del mundo hay modelos de vinculación con personas


desconocidas de acuerdo a normas preestablecidas por la sociedad.
Mientras en España y Portugal, se tiende a considerar la condición de familiar o no
familiar, en la India se respeta el sistema de castas de la India.
Tanto los árabes como los judíos establecen también una marcada diferencia entre
las personas con quiénes se tiene parentesco y las demás personas.

Históricamente, se pensaba que las necesidades espaciales del hombre estaban


en relación directa con el volumen real de aire desplazado por el cuerpo humano.
En la actualidad, se ha hecho sumamente importante la capacidad de reconocer las
diversas zonas de relación y las actividades, relaciones y emociones asociadas con
cada una de ellas.

Se deberá ver entonces al hombre rodeado de una serie de “burbujas” invisibles


pero mensurables y comenzar a pensar el espacio de otro modo para optimizar el
diseño de los ámbitos en que vivimos y trabajamos, y también de las ciudades para
mejorar el entendimiento intracultural.
PROYECTUAL 1 . 2019
Cátedra: GUILLERMO GARCÍA – ex BOZZANO

la burbuja es nuestra "distancia personal"


La interacción entre las cuatro distancias es la dimensión oculta de la sociedad. Las
envolturas espaciales no visibles son una extensión de la personalidad y las
denominamos “burbujas”.

Nuestro espacio vital íntimo es


nuestra “dimensión oculta”.
Las burbujas individuales forman
una super “burbuja” que, cuando
está demasiado comprimida,
puede estallar, y nosotros
podríamos estallar también con
ella.

Edward Hall observa que las


cada cultura tienen distintos tipos
de estándares del espacio
interpersonal.
Darse cuenta y reconocer estas
diferencias mejora la convivencia
intercultural y ayuda a evitar la
incomodidad que la gente puede
sentir si la distancia interpersonal
no es la adecuada.

En las culturas latinas las distancias relativas son más pequeñas y la gente tiende a
estar más cómoda muy cerca de los demás. Se avanza en los límites.
En las culturas nórdicas es lo contrario.

Los sajones están acostumbrados a escuchar atentamente, a prestar, atención, y


mantienen contacto visual permanente frente a frente en las conversaciones.
Por esta razón necesitan mantener distancias de unos dos metros, como mínimo,
para no distorsionar la imagen.
Esta característica puede crear importantes problemas en la interacción con un
indígena wayuu de la Alta Guajira, en Colombia, ya que para éste mirar a los ojos
es violar su espacio y dignidad personal.
El espacio personal en las culturas mediterráneas y en las latinoamericanas, tiene
límites más reducidos. Hay una mayor aproximación y participación sensorial,
incrementándose el contacto ocular y físico en las interacciones.

En cada cultura, los interlocutores conocen implícitamente cuáles son las distancias
más adecuadas para interactuar y relacionarse.

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