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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA.

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS.


ESCUELA DE ESTUDIOS POLITICOS Y ADMINISTRATIVOS.
REALISMO EN LA POLITICA INTERNACIONAL.
ROSA MARIA PEREZ.

REALISMO CLÁSICO: HENRY KISSINGER.

Berti Sindy
Ovalles Argenis
Pinto Armando

CIUDAD UNIVERSITARIA, MAYO DE 2019


Henry Kissinger. Una figura esencial de EEUU.

Nació como Heinz Alfred Kissinger en Alemania. En 1938, emigró a


los Estados Unidos con su familia teniendo sólo 15 años de edad. Cinco años más
tarde adopataría la nacionalidad americana. En 1947 obtuvo una beca del Fondo
Rockefeller merced a la cual cursó estudios y se graduó en Ciencias Políticas en
la Universidad de Harvard, reputado centro fabiano del Establishment en el que
posteriormente desempeñaría varios cargos docentes y directivos. En los años
cincuenta trabajó al lado de Rockefeller y poco después entró en el Pentágono. Su
participación en la vida pública estadounidense comenzó a principios de los años
sesenta, desempeñando desde entonces e ininterrumpidamente a lo largo del
mandato de cuatro presidentes norteamericanos diversos cometidos políticos de
alto nivel. Fue asesor de la Oficina de Coordinación Gubernamental, del Consejo
Nacional de Seguridad, de la Agencia de Control de Armamento y del
Departamento de Estado, todo ello durante las Administraciones Kennedy y
Johnson, hasta que en 1969 Richard Nixon le nombró su consejero personal,
empleo que simultaneó con la presidencia del Consejo Nacional de Seguridad.
Cuatro años después fue designado por Nixon Secretario de Estado, cargo en el
que sería ratificado por el siguiente inquilino de la Casa Blanca, Gerald Ford.

En 1973 fue Secretario de Estado y participó en las negociaciones de paz


con Vietnam. Recibió el Premio Nobel de la Paz de ese año junto al
representante norvietnamita Le Duc Tho por los acuerdos alcanzados para poner
fin a dicha guerra. Dado que la guerra se prolongaba a pesar de los acuerdos de
paz, Led Duc Tho renunció al millonario premio, aunque Henry Kissinger prefirió
conservar el dinero. Con Jimmy Carter se retiró del gobierno.

Luego de esto ha participado intensamente en la configuración del Nuevo


Orden Mundial.

Nacido en una familia judía alemana que huyó a Estados Unidos en 1938.
Profesor en Harvard desarrolló un seminario sobre relaciones internacionales de
1951 a 1960, desarrollando una teoría pragmática de las relaciones diplomáticas,
contraria a basarla en planteamientos ideológicos y dispuesta a legitimar el uso de
lo fuerza cuando estuvieran en juego los "intereses nacionales" estadounidenses.
Aunque no rechazaba la guerra como medio de acción internacional, era partidario
de evitar una generalización de los conflictos mediante los contactos diplomáticos
con los adversarios ("política de pequeños pasos"), que permitieran disipar las
desconfianzas mutuas.

El presidente Nixon le incorporó a su administración en 1969 con el cargo


de secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional. Desde ese puesto
dirigió de hecho la política exterior de Washington, antes de que fuera nombrado
Secretario de Estado en 1973.

Preocupado ante todo por las relaciones con la URSS, fomentó también el
acercamiento a China con su visita en 1971, previa a la de Nixon el año siguiente.
Veía esta distensión con Pekín como un medio indirecto que podría hacer mejorar
las relaciones con Moscú.

Partidario de la desvinculación norteamericana en el conflicto de Vietnam,


dirigió las negociaciones que llevaron al acuerdo de alto el fuego de París en
enero de 1973. Esto le valió, junto al representante norvietnamita Led Duc Tho, el
Premio Nobel de la Paz.

Sus dotes diplomáticas permitieron reforzar, tras la guerra del Yom Kippur
en 1973, la influencia norteamericana en Oriente Medio.

Siguió como Secretario de Estado con Gerald Ford (1974-1976) y mantuvo


un cierto grado de influencia en la administración especialmente durante la
presidencia de Ronald Reagan (1980-1988).

Kissinger no era solamente un político, sino un filósofo político del realismo


en las Relaciones Internacionales (RI); esto queda demostrado en el libro donde
describe no sólo los aspectos de su carrera política, sino que detalla los
fundamentos teóricos de su trabajo sobre la base de una particular y estudiada
filosofía política.

Kissinger, al igual que los otros realistas clásicos, se basa en el principio de los
intereses nacionales y la supremacía soberana ilimitada del Estado en el sistema
internacional. Por lo tanto, reconoce por completo el principio de la anarquía y no
establece el objetivo de poner orden de una u otra forma. Cualquier Estado para
un realista es la estimación racional de sus intereses nacionales, que sus
gobernantes políticos tratan de poner en práctica de manera más eficiente. Por
eso, explica Kissinger, el único factor que debe tenerse en cuenta es la política
real, y si se utiliza con habilidad, sin prestar atención a la apariencia ideológica y
moral, es posible alcanzar resultados impresionantes.

Aplicando los métodos del realismo, Kissinger consideró a la URSS y a China


no sólo como representantes de una ideología hostil para los EE.UU., la OTAN y
Occidente en general, sino como Estados nacionales con específicos intereses
nacionales, áreas de influencia y objetivos racionales. Discutiendo de intereses
bajo algún tipo de pragmatismo puro con el "adversario ideológico", Kissinger fue
capaz de obtener en la práctica un fortalecimiento de las posiciones de los
Estados Unidos en el siglo XX. Excluir la ideología, la moral, el respeto de los
derechos humanos, las libertades, etc., le permitió llegar a un acuerdo con Moscú,
así como con Beijing, que predeterminaron dos procesos importantes en la política
mundial del período de la Guerra Fría: la relajación de las relaciones entre la
URSS y los EE.UU., y la normalización de las relaciones chino-estadounidenses a
principios de la década de 1970, provocó las futuras reformas de los años 80 en
China. Ambos procesos fueron iniciados por Kissinger y contaron con su
participación activa. Comprendiendo los verdaderos asuntos económicos de la
URSS y China, dándose cuenta claramente de las pérdidas y de los beneficios del
lado norteamericano tanto como del equilibrio entre los intereses nacionales,
Kissinger construyó un sistema de diplomacia eficaz que redujo los riesgos de
conflicto nuclear entre dos potentes Estados, ayudó a China a integrarse en la
economía mundial y, muy probablemente, se convirtió en la razón de la disolución
del Pacto de Varsovia y de la URSS, cuando la vigilancia de Moscú fue
eficientemente "adormecida" por su realismo.

El periodo de la reconstrucción política de Europa después de las guerras


napoleónicas, de 1812 a 1822, es el tema central de esta obra de uno de los
pensadores políticos más importantes de la modernidad. Su interés fundamental
reside quizá en las reflexiones a que invita en relación con los problemas de la paz
mundial

Un mundo restaurado, de Henry Kissinger fue publicada inicialmente en 1957,


puede leerse en varios planos: como una historia de la diplomacia durante las
guerras napoleónicas, como un tratado sobre lo que significa un orden
internacional legítimo, como un diagnóstico sobre el reto específico que un actor
político revolucionario impone a los órdenes legítimos, como una semblanza de los
grandes estadistas de la época, es decir, Metternich, Castlereagh y Talleyrand,
como un análisis de la sustancia del conservatismo y como una discusión del arte
de la diplomacia y de la tarea del estadista. Es también admisible leerla como un
estudio de las analogías existentes entre los problemas que suscitó la política de
Napoleón, que puso en jaque el orden europeo prevaleciente hasta la Revolución
Francesa, y los en no escasa medida similares desafíos que planteó la expansión
del comunismo luego de la Segunda Guerra Mundial, hasta el fin de la Unión
Soviética.

De igual manera, este libro de Kissinger contiene un análisis comparado,


aunque implícito, entre la naturaleza de los acuerdos de estabilidad logrados
después de la derrota de Napoleón, en el Congreso de Viena (1815-1816), y los
arreglos inestables y eventualmente fracasados que se plasmaron en el Tratado
de Versalles (1919), impuesto sobre Alemania luego del fin de la Primera Guerra
Mundial. Por último, podemos leer Un mundo restaurado con el propósito de
elucidar con mayor acierto algunas de las situaciones que hoy empiezan a
evolucionar ante nuestros atónitos ojos, transformando con inusitada rapidez el
panorama global.
Pues como lo expresa Kissinger, “la historia enseña por analogía, no por
identidad”. No existen dos procesos políticos plenamente idénticos, pero la
naturaleza humana actuando en la historia nos ofrece un panorama de sucesos
que en alguna medida se repiten, en sus elementos cruciales, dentro de marcos
diferentes….hitler, como Napoleón, fue otro actor revolucionario impulsado por
una insaciable voluntad de conquista, carente de límites. Desde luego, se trata de
una analogía entre dos personajes en muchos aspectos diferentes

Lo que dio a Kissinger una dimensión y peso específico superiores a no pocos


estadistas del siglo XX no fueron los resultados concretos de sus acciones, sino
más bien el empeño por llevar a cabo su actividad diplomática en función de un
marco de principios y concepciones teóricas, que dotasen de una aceptable
coherencia a múltiples y complejas ejecutorias realizadas en un terreno de
magnitudes planetarias.

Las armas nucleares y Kissinger. Caso de estudio.

Las armas nucleares fueron esenciales para mantener la seguridad internacional durante
la Guerra Fría porque tenían un propósito disuasivo. El final de la Guerra Fría hizo
obsoleta la doctrina de la disuasión mutua soviético-americana. No obstante la disuasión,
continúa siendo una consideración relevante para muchos estados, respecto de las
amenazas por parte de otros estados. Sin embargo, la confianza en las armas nucleares
para este propósito está resultando cada vez más peligrosa y menos efectiva.

El reciente test nuclear de Corea del Norte y la negativa por parte de Irán a detener su
programa de enriquecimiento de uranio - potencialmente a grado arma- pone en relieve el
hecho de que el mundo actual se encuentra en el precipicio hacia una nueva y peligrosa
era nuclear. Posiblemente lo más alarmante, es la creciente probabilidad de que algún
grupo terrorista no-estatal obtenga armamento nuclear. En la guerra de los terroristas al
orden mundial actual, las armas nucleares son la última instancia de la devastación en
masa. Y los grupos terroristas con armas nucleares están conceptualmente fuera de los
límites de una estrategia de disuasión lo que presenta nuevos y difíciles desafíos a la
seguridad
El Tratado de No Proliferación (TNP) previó el fin de todas las armas nucleares. Estipula:
a) que los estados que no poseían armas nucleares hasta 1967 acuerdan no obtenerlas, y
b) que los estados que las poseen acuerdan en despojarse de estas armas a lo largo del
tiempo. Todos los presidentes de ambos partidos desde Richard Nixon han reafirmado
estas obligaciones del tratado, pero los estados que no poseen armas nucleares sehan
vuelto cada vez más escépticos respecto de la sinceridad de las potencias nucleares.

La concreción del objetivo de un mundo libre de armas nucleares también requerirá


medidas efectivas para impedir o contrarrestar cualquier conducta relativa a este
problema que sea una amenaza potencial a la seguridad de cualquier estado o población.

La afirmación de la visión de un mundo libre de armas nucleares y de las medidas


concretas hacia la consecución de ese objetivo es, y sería percibida como, una iniciativa
clara y consistente con la herencia moral de los Estados Unidos. Este esfuerzo podría
tener un impacto profundamente positivo en la seguridad de generaciones futuras. Sin
esta visión clara, las acciones no serán percibidas como justas o urgentes. Sin estas
acciones, esta visión no será percibida como realista ni como posible.

Por lo tanto el grupo apoya el objetivo de un mundo libre de armas nucleares y el trabajar
enérgicamente en las acciones requeridas para alcanzar ese objetivo.

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