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1.3. Pautas para mejorar la comunicación con el usuario: claridad, sencillez, atención, empatía . . . . . . . . . . . 9
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En una institución, es de suma importancia aprender a entenderse bien con los demás, para mejorar
las relaciones interpersonales, para poder evitar el aislamiento personal y social que puede darse
en los residentes.
Si establecemos una buena comunicación nos ayudará a conseguir este objetivo. La comunicación
debe darse entre usuario y profesional, y con los familiares de los dependientes.
1.1.1. La comunicación
La comunicación es el proceso mediante el cual los individuos se relacionan entre sí. Los seres
humanos nos comunicamos para transmitir a los demás nuestros deseos, ideas o sentimientos.
Para que la comunicación se produzca, es necesario que intervengan varios elementos, que forman
el proceso comunicativo.
■■ Función metalingüística.
Explicar y aclarar aspectos referidos al código, es decir a la lengua.
◦◦ A través de un gesto.
◦◦ A través de movimientos.
◦◦ A través del tacto.
◦◦ Etc.
Comunicación verbal
La comunicación verbal es la capacidad que tiene el ser humano para comunicarse a través de pa-
labras, ya sea de forma oral, a través de signos orales y palabras habladas, o escrita, por medio de
la representación gráfica de signos.
Tenemos muchas formas de comunicación oral. Los gritos, silbidos, llantos, etc. pueden expresar
diferentes situaciones anímicas y son una de las formas más primarias de la comunicación. La for-
ma más evolucionada de comunicación oral es el lenguaje articulado, los sonidos dan lugar a las
sílabas, palabras y oraciones, con las que nos comunicamos las personas.
El lenguaje escrito está formado por reglas y símbolos específicos, que permiten la transmisión de la
información. Para interpretar correctamente los mensajes escritos, es necesario conocer el código,
que ha de ser común al emisor y al receptor del mensaje.
Comunicación no verbal
■■ Empatía.
Capacidad de recibir y comprender las vivencias de otras personas, especialmente los esta-
dos de ánimo. Un persona empática es capaz de ponerse en el lugar del otro.
■■ Asertividad.
Es una habilidad personal que permite expresar los sentimientos, deseos, opiniones y pensa-
mientos en el momento oportuno, de forma correcta y sin negar ni desconsiderar los derechos
de los demás.
■■ Escucha activa.
Es la habilidad para captar adecuadamente y en su totalidad el mensaje de la otra persona.
■■ Retroalimentación.
Es un recurso que permite comprobar el estado del proceso de comunicación, y que nos
permite conocer si se está llevando a cabo de forma correcta o si se ha deteriorado. Su fin es
que podamos saber si el interlocutor ha comprendido el mensaje.
Las barreras de comunicación son obstáculos en el proceso comunicativo, que pueden anular o
modificar la comunicación, lo cual afecta a la claridad del mensaje y a la validez del contenido.
■■ Barreras semánticas.
Se dan cuando no se comprenden bien los símbolos, el idioma o el vocabulario utilizado. Para
que la comunicación sea correcta, debemos emplear lenguajes sencillos y claros, accesibles
para el receptor y procurar que no haya sobrecarga en la información.
■■ Barreras físicas.
Son interferencias en el ambiente y bloquean la comunicación.
■■ Barreras psicológicas.
Son las que hacen referencia a los estados emocionales que están presentes en el momento
de la comunicación, a los prejuicios que puedan tener tanto el emisor como el receptor, a
falta de autocontrol, actitudes negativas, etc.
También debemos tener en cuenta el mensaje, y para que este sea eficaz debe cumplir los siguien-
tes requisitos:
Es básico que el mensaje sea transmitido con claridad y sencillez para que pueda ser entendido
fácilmente por el usuario, ya que las personas dependientes suelen presentar problemas de comu-
nicación y lenguaje, debidos a los trastornos que sufren.
En todo proceso de comunicación debemos hacer uso de las cuatro habilidades básicas y funda-
mentales en cualquier proceso de comunicación.
1.3.1. Asertividad
La asertividad consiste en la expresión de nuestros sentimientos de manera abierta, sincera y es-
pontánea, sin herir la sensibilidad de otra persona.
Para comunicarnos con los demás tenemos tres posibilidades: pasiva, agresiva o asertiva.
■■ Conducta pasiva.
Es la que se caracteriza por el “dejar hacer”. La persona que toma esta opción no expresa
abiertamente sus pensamientos, emociones y opiniones, con lo que permite que los demás
apliquen los suyos. Se puede decir que él mismo no respeta lo que desea y requiere, al no
transmitírselo a los demás.
El pasivo se reconoce en la persona que continuamente evita el conflicto aunque para ello
siempre tenga que acatar lo que los otros quieran. No suelen negarse a nada. Por ello se
sienten incomprendidos, ya que esperan que sean los otros los que reconozcan sus deseos,
sin la necesidad de expresarlos. Finalmente, suelen estallar de forma agresiva.
■■ Conducta agresiva.
La persona agresiva en sí expresa sus emociones, pensamientos y opiniones de manera
inapropiada e impositiva, llegando a pasar por encima de los derechos de los demás. Para
ello intentan manifestar mayor poder que los otros llegando a humillarlos, de manera que al
sentirse débiles acepten lo que el agresivo solicita.
La conducta agresiva puede manifestarse verbalmente o no. Esta engloba además insultos,
amenazas y comentarios hostiles. De forma indirecta esta conducta se expresa por medio de
gestos, miradas amenazantes e incluso agresiones físicas.
■■ Conducta asertiva.
La persona asertiva muestra sus emociones, sentimientos, opiniones y pensamientos de for-
ma abierta respetando a los demás, sin imposiciones. Además se hace cargo de las con-
secuencias que esta puede ocasionarle, ya que actúa acorde a sus propias necesidades
mostrando respeto hacia los otros y hacia sí mismo. Uno de los mejores ejemplos de una
conducta asertiva es la capacidad para decir NO. Existen personas incapaces de decir no
ante una solicitud de alguien importante por las posibles consecuencias (enfados, amenazas,
reprobación social, etc.).
Podemos definir como estrategias para hacer más eficaces las respuestas asertivas:
Para poder comprender este concepto, podemos acudir a la cultura popular que nos enseña que
“escuchar no es lo mismo que oír”. El primero hace referencia a esa atención dirigida a comprender
al otro desde un actitud activa. El segundo, solo implica que gracias al sentido del oído los sonidos
llegan a nosotros, sin realizar ningún esfuerzo en entender al otro.
Según establecieron Costas y López (1991), las claves para una adecuada escucha activa son:
No debemos olvidar que la escucha activa se centra no solo en lo que se oye, sino también en la
información que el emisor transmite al receptor en general.
1.3.3. Empatía
La empatía es la capacidad que tiene una persona para ponerse en el lugar de otro y compartir sus
sentimientos. Adaptado a nuestro medio, la empatía es la capacidad de un cuidador de experimentar
la manera en que siente el usuario, y de compartir sus sentimientos, lo cual puede llevar a una mejor
comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones.
◦◦ Escuchar con prejuicios, dejando que las ideas propias y creencias influyan a la hora de inter-
pretar el mensaje del interlocutor.
◦◦ Quitar importancia a lo que cuenta el emisor.
◦◦ Juzgar a la persona.
◦◦ Sentir compasión.
◦◦ Dar la razón, siguiéndole la corriente.
1.3.4. Retroalimentación
La retroalimentación es un recurso que nos permite comprobar el estado del proceso de comuni-
cación, si se está llevando bien, o si por el contrario se ha alterado. Su finalidad es comprobar si el
interlocutor ha comprendido o no el mensaje.
◦◦ Planteando cuestiones.
◦◦ Repitiendo el mensaje.
◦◦ Expresando acuerdo/desacuerdo.
◦◦ A través de la insistencia en el mismo tema.
◦◦ Repuestas con empatía.
■■ Sustituyendo al lenguaje.
■■ Repetir.
Gestos o iconos que repiten el significado de palabras o mensajes. Por ejemplo al decir que
“sí” movemos la cabeza de arriba abajo.
■■ Contradecir.
Gestos que contradicen el texto. Por ejemplo, una persona está riendo a carcajadas, y nos
dice que lo está pasando fatal.
■■ Sustituir.
Gestos que reemplazan palabras u oraciones. Por ejemplo en lugar de decir “sí” movemos la
cabeza de arriba abajo.
■■ Reforzar.
Gestos que enfatizan la expresión oral. Por ejemplo si decimos “me duele el estómago” y nos
ponemos la mano en la barriga.
■■ Regular o controlar.
Gestos que limitan el comportamiento.
1.4.1. Kinesia
La kinesia es el estudio de la expresión de los mensajes corporales no verbales, específicamente
de:
■■ La postura corporal.
La postura hace referencia a la posición del cuerpo o de sus partes, en relación con un siste-
ma de referencia. En la postura corporal se estudia:
■■ La expresión facial.
La expresión facial es el medio más importante para expresar emociones y estados de ánimo,
junto con la mirada.
—— Regular la interacción.
—— Reforzar al receptor.
—— Alegría.
—— Sorpresa.
—— Tristeza.
—— Miedo.
—— Ira.
—— Desprecio.
—— Regular el acto comunicativo. Se puede indicar que el contenido de una interacción resulta
interesante.
—— Fuente de información. Usamos la mirada para obtener información.
—— Expresión de emociones. Cuando se encuentran las miradas se puede saber cómo se
siente el otro.
—— Comunicadora de la naturaleza de la relación interpersonal. Al encontrarse las miradas, se
dice el tipo de relación que mantienen.
Visualización
■■ La sonrisa.
La sonrisa normalmente se usa para:
◦◦ El volumen de voz. Hace referencia al potencial de la voz. Si hablamos muy bajito, quizás no
oigan lo que decimos, y si lo hacemos muy fuerte, pueden pensar que estamos enfadados. De-
bemos adaptar el volumen a las circunstancias y a las interferencias que existan en el medio.
◦◦ El tono. Es un reflejo emocional, establece matices en la comunicación.
◦◦ La fluidez. Indica la seguridad en uno mismo.
◦◦ La claridad. Hace referencia a la vocalización al hablar.
◦◦ La velocidad. El habla lenta puede indicar tristeza o aburrimiento, mientras que el habla rápida
puede indicar ansiedad o nerviosismo.
◦◦ Perturbaciones de la voz. Son las vacilaciones, las pausas y los silencios mal utilizados.
1.4.3. Proxémica
Es el conjunto de comportamientos no verbales relacionados con la utilización y estructuración del
espacio inmediato de la persona, es decir, las distancias que se asumen en determinadas situacio-
nes comunicativas.
Ante todo debemos respetar la dignidad de la persona. Tener dificultades para comunicarse no debe
ser motivo de compasión o de actitudes de rechazo, ya que esto puede dañar a la persona. Es muy
importante considerar el léxico que vamos a utilizar para dirigirnos a las personas dependientes que
residen en una institución, y analizar de qué manera debemos expresarnos.
Cuando se atiende a una persona con dificultades para la comunicación, se debe ser claro y sincero,
y se aconseja:
■■ Fomentar la independencia.
■■ Ser positivo.
■■ Brindarles apoyo.
Vamos a describir algunas características que nos van a facilitar la comunicación con la persona
dependiente:
■■ Uso de la palabra exacta. Seleccionar las palabras en función del tema y del usuario concreto al
que vaya a dirigirse. Las palabras no deben ser demasiado generales, ni excesivamente técnicas
o específicas.
■■ Claridad, concisión y sencillez. Se trata que nosotros, como personal de la institución, nos dirija-
mos al usuario de forma clara y precisa.
■■ Coherencia. Consiste en un discurso lógico, sin contradicciones, en el cual la idea quede expre-
sada sin indicios de equívoco.
■■ Naturalidad. Hace referencia a la espontaneidad con la que se transmite el mensaje, ya que ha-
cerlo así produce credibilidad y mejor predisposición del usuario hacia el personal sociosanitario.
Se tiene que mantener informados a los familiares en todo lo relacionado con el usuario, y también
intentar que participen lo máximo posible en las tareas de atención y apoyo.
■■ Los distintos programas que se desarrollan para los usuarios y su grado de participación.
La familia también debe facilitar información acerca del usuario del centro: sus aficiones, sus cos-
tumbres, sus hábitos, etc., y de esta manera también se trata de lograr una participación activa y
constante de los familiares en la institución, colaborando con las actividades, las excursiones, las
fiestas, etc.
Los familiares no sólo deben involucrarse en la realización de actividades para el ocio, sino también
en el cuidado de los enfermos:
◦◦ La familia es el principal punto de apoyo emocional del paciente y tiene la gran habilidad de favo-
recer el desarrollo emocional del dependiente.
◦◦ La familia es una fuente de información relativa a la persona dependiente.
◦◦ La familia contribuye a reafirmar, consolidar y complementar el trabajo que el profesional realiza
en el centro, creando un buen ambiente de coordinación, el cual será percibido por el usuario.
La comunicación es un fenómeno de carácter social, que comprende todos los actos mediante los
cuales los seres vivos se comunican con sus semejantes para transmitir o intercambiar información.
Esta comunicación puede ser verbal o no verbal, y dentro de la comunicación verbal, ésta puede
ser oral o escrita.
Para que la comunicación se produzca, es necesario que intervengan varios elementos, que componen
el proceso comunicativo. Dichos elementos son: emisor, receptor, mensaje, código, canal y contexto.
Hay cuatro habilidades básicas fundamentales en todo proceso de comunicación: empatía, asertivi-
dad, escucha activa y retroalimentación.
En el proceso de comunicación pueden existir problemas que imposibilitan una comunicación efec-
tiva. Estos elementos se denominan barreras de comunicación. Las barreras de comunicación pue-
den ser semánticas, físicas o psicológicas. Y pueden ser causadas por el entorno, el emisor o el
receptor.
El profesional que trabaja en la institución con personas dependientes debe ser capaz de reconocer
las barreras de comunicación, con la finalidad de actuar sobre ellas para minimizarlas y conseguir
un proceso comunicativo eficaz con los usuarios del centro.
Para que se produzca una buena comunicación debemos asegurarnos que el receptor ha entendido
correctamente el mensaje que queremos transmitirle.
Es muy importante que el mensaje sea transmitido con claridad y sencillez para que pueda ser en-
tendido más fácilmente por el usuario, sobre todo cuando se trata de personas con problemas de
comunicación y lenguaje, debido a los trastornos que padecen.
Para lograr estos objetivos, contamos con las habilidades básicas fundamentales en todo proceso
de comunicación: empatía, asertividad, escucha activa y retroalimentación.
Entre las áreas que se dedican al estudio de la comunicación no verbal, la kinesia se ocupa de la
comunicación no verbal expresada a través de los movimientos del cuerpo, la paralingüística estudia
el comportamiento no verbal expresado en la voz, y la proxémica se encarga de estudiar el compor-
tamiento no verbal relacionado con el espacio personal.
El principal objetivo de la adaptación del léxico, es ayudar a las personas que presentan dificultades,
facilitándoles su relación con la sociedad y su adaptación a la institución. Las personas dependien-
tes no sólo necesitan ayuda de los profesionales, sino también de personas cercanas que les brin-
den apoyo, cuidados, compañía y cariño.
Existen actitudes familiares de cooperación, que van a facilitar la adaptación de la persona depen-
diente a la institución. Los familiares deben participar al máximo en la vida del centro.